Quiero besarte…
_ No es mi Jasón...
Se repite una y otra vez.
_ No, no lo es, no lo es...
Como un mantra que se tiene que tatuar en la piel para torturar a su alfa que creyó muerto y que ahora revive gracias al embriagador aroma de esa juventud que posee el segundo de los Robín. Quince años de diferencia, no importa que tan mayor se vea el Jasón de esta tierra con ese rostro mal encarado, si con esas pecas que tiene en sus mejillas y nariz, en esa leve piel que se asoma del cuello de su chaqueta mostrando mas lunares lo hacen ver tan tierno y hermoso. Quiere besar esos labios para tornarlos rojos, tenerlo en sus manos para no dejarlo ir y hacerlo suyo.
_ No es su Jay...
Golpea su instinto con el recuerdo de la perdida. Cuanto lo extraña, pero también cuanto desearía tocar a este nuevo Jay que se muestra tímido, con algo más de inocencia a pesar de que en las manos de Red Hood lleva la sangre de todos esos criminales de Gotham, pero el recuerdo de su amor le duele. Clark torna su mirada triste, el menor lo nota al igual ese silencio incómodo.
_ Súper…
Jasón se recarga de espaldas en el cerco de madera que limita el campo de girasoles, con nervios se talla la cabeza, piensa detenidamente lo que dirá, no es alguien que diga palabras de consuelo, pero con Jono se comporto amable, algo que hasta él mismo se sorprendió, el niño le causo tristeza, sentimientos de protección hacia el menor, varias sensaciones que creyó no mostraría con nadie, pero ahí estaba. Este Clark que lo está mirando con tanta añoranza lo intimida pero no de la misma manera que el Hombre de Acero de esta tierra, esa mirada está llena de deseo, el Clark Omegaverse ve en él a su compañero. Aun recuerda el roce de esas manos que acariciaron su espalda y cintura con descaro, esas palabras que escucho en la cueva como un reclamo, un dominio sobre él que hizo que sintiera un escalofrío que recorrió de su espalda hasta su nuca.
_ Mío… mi omega…
Miedo, al verse tan pequeño en los brazos de Superman y esa voz ronca que demandaba sumisión. Miedo porque era algo tan extraño, es cierto que le teme a Superman de esta tierra, le teme y por eso va cargado de Kriptonita hasta los dientes para defenderse si en dado caso el hombre de acero decide meterlo a Arkham por los crímenes cometidos, pero aun siendo muy fuerte, el Superman de esta tierra es un Boy Scout, nunca realizara actos en contra de la familia del murciélago, no mientras Bruce aun lo siga cubriendo con su manto de Batman. Sí, Bruce sigue siendo el tutor de Jasón Peter Todd.
_ Peter…
Murmura al recordar que ese niño tierno tiene su segundo nombre, voltea para ver de frente el campo de girasoles, recarga sus codos en el cercado.
_ Jono… Jono es buen chico… no seas duro con él… aunque…
Todd lo mira a la cara, su nariz aun sigue roja por el resfriado, sus mejillas están coloradas por la leve fiebre que poco a poco se le está quitando.
_ Se nota que eres de esos típicos padres que son tolerantes… has educado a un buen niño… tu solo.
Clark se muerde el labio, se contiene, ese muchacho es adorable, es noble. Su Jay era más impetuoso a esa edad. Varias veces le vació miles de municiones cuando lo hizo enojar, algo que a Súper le daba risa ya que ambos sabían que esas balas no le harían daño. Quiere estrecharlo en sus brazos, pero sabe que si hace algún movimiento en falso, solo provocara que el joven se asuste tal y como paso en la cueva. A este Jasón no le gusta que lo toquen, le duele pensar que este chico esta mas roto y solo, su Jay creció junto con él, tuvieron su primera muerte ambos, surgieron de diferentes formas a la vida y nuevamente se llamaron, pero ahora, la muerte no quiso tener piedad con su amado y se lo arrebato.
_ Me… me permites…
El joven mercenario abre sus ojos, sabe para donde quiere ir Clark.
_ Quiero abrazarte…
Jasón se burla, había notado que este Superman tiene más agallas que el otro, tiene una mirada distinta, más despierto, es fiel a su causa, pero no es un Boy Scout.
_ Y si te digo que no…
Clark se aproxima a él, alza su mano para tomar un mechón negro del cabello del muchacho.
_ No importa… soy paciente…
Jasón quita esa sonrisa burlona, aquel gesto de Súper de tocar un mechón de su fleco le recuerda a Bizarro que sutilmente se fue acercando hasta dejar que el clon lo estrechara. Cuanto lo extraña y el aroma de Clark no ayuda.
_ ¿Qué sucede?
El mayor no comprende ese repentino cambio de humor, pero como si fuera parte de sus deseos cumplidos, el mercenario invade el poco espacio que quedaba entre ellos, alza sus manos a la camisa de Clark, lentamente como un pequeño animal que trata de confiar acerca su rostro al pecho, se recarga en el, hundiendo su nariz en esas ropas que huelen tanto a hogar y seguridad. Clark se sorprende, quiere corresponder el acto, quiere estrecharlo con fuerza, pero teme que el joven se asuste, teme que se aleje. Comprende que este Jasón perdió a alguien igual de importante en su vida, lo escucha.
_ Yo… yo también lo extraño… no era perfecto… pero Biza era para mí… era…
Clark se anima acariciar ese cabello negro, desliza sus manos hasta la espalda y abrazarlo con sutileza, sabe del dolor de la perdida, sabe que debe aprovechar este leve momento de intimidad para que ambos sanen sus heridas.
_ Lo sé… lo sé muy bien Jay… eran nuestro mundo…
Hunde su nariz en el cabello negro del menor, inhala ese aroma que tanto le recuerda a su compañero, al mismo tiempo Red Hood se permite ser débil, se permite llorar, porque en realidad aquel día que perdió a Bizarro, no se dio tiempo de llorar sino de vengarse de Cadmus.
_ No… no es él… pero quiero atesorarlo… lo quiero en mi vida…
Jonathan había llevado a Damián a su habitación.
_ ¿Qué es lo que estas ocultando Jonyboy?
El pequeño Kent sonríe dulcemente.
_ A ti…
Damián alza una ceja.
_ Tt… ¿A mí? ¿Por qué?
Jon se sienta en su cama, le indica a Damián que haga lo mismo, el joven Wayne solo lo mira expectante.
_ Haces esto para que Jasón y tu padre estén solos… Pero… aunque suene doloroso, el zombi no es tu madre… no tiene ni la edad.
El menor se entristece, pero está consciente de que ese Jasón es demasiado joven, había algo diferente, pero es normal, todo en este mundo es diferente.
_ Lo sé, pero… has notado la mirada de ellos, de Jay y papá… se miran igual… hay algo entre ellos, bueno abra algo entre ellos…
Damián se rasca la cabeza en son de enojo.
_ Acaso ¿Quieres que el zombi suplante a tu madre? ¿Tan desesperado estas que quieres suplantar a tu madre?
Jonathan se molesta por la acusación que hace Damián.
_ No… no… mamá es mamá… no… yo no haría eso…
El mayor lo mira fijamente.
_ Al parecer es la intención que tienen con el tonto del Zombi, lo peor de todo es de qué lo harán sentir como un reemplazo cuando en realidad no lo es…
Jonathan se pone de pie se acerca a él y le grita:
_ ¡¡¡No es un reemplazo!!! Jay es diferente y me agrada…
Damián se burla.
_ Oh sí… te agrada… definitivamente eres un niño llorón de ocho años que cree que todo se solucionara con abrazos y besos… no conoces la vida… no sabes cómo tratar a alguien tan inestable como Todd.
Jonathan hace un puchero.
_ No hables así de Jay…
Damián se burla.
_ No lo conoces… cuando se den la vuelta el desaparecerá para no regresar… tenemos la misma edad y confías demasiado en las personas… deberías ser más cauto… y no ser un niño llorón.
El menor hace otro puchero, logrando que sus cachetes se tornen rojos.
_ No es cierto… Jay no es así… y no tengo tu edad… tengo seis años…
Damián da un paso atrás, lo mira mejor.
_ No es cierto… ¿Por qué eres más alto que yo?
Jon sin desearlo se ríe.
_ Creí que eras de mi edad, pero ahora comprendo… sí… ahora comprendo…
El niño se torna serio, mira a Damián con atención
_ Te atrae Jay… te preocupas por Jay… lo miras igual como papá lo hace en estos instantes… pero lo tratas mal solo para ocultarlo…
El joven Wayne se cruza de brazos.
_ Tt… tonterías…
Jono se acerca a él.
_ Entonces… ¿Por qué esa urgencia de vigilarlos? No tenías necesidad de seguirlos hasta aquí…
Damián se molesta.
_ ¿En realidad tienes seis años?
Jono se acerca a él, sonríe.
_ Sip… solo que crecí con gente adulta que era muy observadora, mi abuelo Bruce y Abuela Diana junto con mi Bisabuelo Alfred… ellos eran excelentes maestros…
Damián se sonroja por esa sonrisa, el niño no es tan inocente como pensó, es más listo de lo que aparenta, es más observador y lo mejor de todo puede ser un excelente aliado si lo entrena.
_ Bien… tendré cuidado contigo…
No lo va admitir, pero todo lo que dijo Jonathan es cierto, Jasón le atrae, esa justicia que él pregona es la misma justicia que quiere impartir cuando tome el manto de Batman, pero no se trata de ser solo un antihéroe, se trata de como Jasón a sobrevivido y salido adelante, de cómo a pesar de toda la mala estrella que se carga, aun quiere proteger a los inocentes, Jasón es la clara muestra de lo que Gotham es, es el único que entiende los gritos de injusticia de los barrios bajos de la ciudad de la perdición, y a pesar de todo es alguien que busca un lugar en la vida, busca la tranquilidad, ama esos leves momentos de paz con sus hermanos aunque se la pasen discutiendo o peleando por tonterías. Ese es el Jasón que Damián ve y al igual que Bruce, desea proteger.
_ Quiero besarte…
Jasón aun mantenía su nariz hundida en el pecho de Clark, inhalando ese aroma que lo calma, sus manos se cierran en puños en la tela de la camiseta del mayor, lo escucha. Algo dentro de él quiere también besarlo, su cuerpo se calienta ante el agradable toque de esas manos que bien lo pueden someter y hacer lo que le plazca, pero está consciente de que al igual que Bizarro, este Superman no hará algo que no desee, pero también sabe que este ser de otro mundo no es un Boy Scout, si lo que dice es cierto sobre la Tierra de Alfas y Omegas que a pesar de ser seres civilizados y que todo se iba al traste cuando el instinto primitivo surgía. Tampoco quiere sentirse como un reemplazo, no quiere suplantar a su otro yo, no caerá tan bajo para hacerlo. Intenta alejarse, pero Clark lo estrecha con fuerza, sin permitirle que se libere de ese abrazo, sin lastimarlo. Siente el aliento del mayor en su cabello, esas manos que lo acarician con cariño en la espalda. Se siente débil, ese calor lo envuelve para tranquilizarlo.
_ No… no temas Jay… no te quiero como un reemplazo de mi Jasón… eres muy diferente… aunque no lo creas… hasta Jono está consciente de llamarte Jay como un amigo… pero lo que me sorprende es todo lo que me haces sentir…
Jasón quiere correr lejos, no puede dejarse envolver por todo lo que dice el alienígena, pero ahí estaba, con sus brazos laxos alzando el rostro para mirarlo como si fuera su todo, sin saberlo el aroma del Alfa lo estaba sometiendo. Clark había olvidado desde hace tiempo lo que un Alfa puede hacerle a un Omega, lo había olvidado por la simple cuestión de que su animal interior murió con su amado, lo olvido porque en esta tierra no existen Alfas y Omegas. No existen. Y ahí está Jasón que no es omega, pero que emana un aroma que despierta al Alfa muerto, ese aroma que sacude lo más primitivo de los Alfas… el instinto.
Sus ojos agua marina están entre cerrados, acuosos como en un trance, observando al mayor, abre sus labios pero de ellos no surge palabra, las mejillas están rojizas por esa fiebre extraña que lo invade, un calor distinto a la enfermedad, las manos de Clark queman su espalda, queman agradablemente, no puede moverse, solo siente como el mayor lo estrecha hacia su cuerpo, ambas pelvis se rozan y es cuando el menor deja escapar un gemido, sus labios son devorados sin piedad, en un beso profundo y desesperado por el hombre de acero, Jay responde a ese beso tan necesitado, tiene que alzarse de puntillas para dejarse besar, los labios se separan, el mayor besa su mejilla recorriendo y humedeciendo hasta el cuello, justamente en el lugar donde el aroma es más fuerte, lo besa y muerde levemente desgarrando con sus dientes el cuello de tortuga que lleva el mercenario, ese molesto cuello de tortuga que hasta en este mundo lo lleva como si de un sacerdote se tratara. Jay no está consciente, solo se deja ser, Clark lo había llevado levitando hasta en medio del campo de girasoles, nadie los vería. Los tallos largos de esas flores cubren la escena, el menor esta postrado en la tierra dejándose tocar dócilmente, Superman siente su cuerpo arder, su instinto grita, se ciega, lo besa mientras comienza a desvestirlo, Jay se estremece al sentir esas manos tocando ahora su piel desnuda, el pantalón de ambos estorba, pero no evita que se rocen el uno contra el otro.
_ Tan pequeño… tan joven…
El cuerpo de Clark cubre el cuerpo del menor, Jasón se agita al sentir esos músculos contra los suyos, piel con piel, el aroma mezclándose.
_ Mi… Omega…
Gruñe Clark conteniéndose justamente en el cuello, cuando abre su boca para mostrar sus dientes y marcarlo, pero se detiene, no puede marcarlo. No es un Omega…
_ Jasón…
Murmura tratando de controlar ese instinto, estaba por cometer una barbarie, estaba sometiendo al joven mercenario, como Alfa estaba sometiendo a Jay, el cual dócilmente se deja envolver.
_ No es un omega…
Se dice el mismo, nunca se salió de control con su Jay, siempre mantuvo esa cordura, jamás lo sometió. Observa al menor que esta ido en espera de lo siguiente, afortunadamente aun tienen los pantalones puestos, pero Jay también esta emanando ese fuerte aroma de Omega.
_ No Jay… no se que está sucediendo… pero…
El mercenario atrapa sus labios, los devora como si se le fuera la vida, lo atrae hacia su regazo, Clark está siendo envuelto por el aroma. Escucha como Jay le murmura:
_ Estoy… estoy muy caliente… no se qué sucede… solo hazlo…
Clark reúne toda su fuerza de voluntad, toma el rostro del menor, para unir sus frentes.
_ No Jay… este no eres tú… y aunque desearía hacerlo no es correcto en tu estado… no estás consciente.
Clark encierra a su Alfa, entre gruñidos y gritos de querer aparearse, lo encierra, los ojos de Jasón toman nuevamente ese brillo y ese control de sí, pero aún estaba débil por el resfriado, todo aquel ajetreo lo deja inconsciente. Clark mira el desastre que ha hecho, el chico tiene esas leves mordidas en el cuello y el pecho y un poco más abajo, afortunadamente no llegaron a más, pero se preocupa por ese estado tan salvaje de su Alfa.
_ Dioses… lo iba a marcar…
Comienza a ponerle el cuello de tortuga que destrozo y la cazadora.
_ Jay… Que me estás haciendo… esa fue la razón por la que quise mantenerte alejado de mí…
El reportero termina por ajustarse la camisa, carga al mercenario para llevarlo a casa.
_ Cuando llegue a esta tierra te busque… pero eres demasiado joven… y lo peor, haces que regrese a un estado salvaje… así que me aleje por el bien de todos y aquí estamos nuevamente en el inicio.
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