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Besos de vainilla por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hoy hay mas de Noah y Harvey, disfruntenlo. 

El estruendo de los platos rompiéndose hace que me detenga y mire.  Uno de los meseros se ha caído.  Ah, qué desastre. Al menos es en el pasillo y no en la sala donde están dando sabrá dios que reunión o fiesta privada. Me acerco porque nadie más parece dispuesto a ir con el pobre chico. Dejo mi charola a un lado.


— ¿Estás bien?— piso con cuidado los restos del pastel y los platos. Rayos, que no se haya cortado, ver sangre no me hace muy bien. Ahora tengo ganas de darme la vuelta e ir por más de lo que sea que está dando Noah.


— eso creo…


— Cuidado, hay muchos cristales— le extiendo la mano. Su mano está llena de pastel, y muy resbalosa, casi me voy hacia delante cuando se impulsa para pararse. Él se resbala y se apoya en mí.  


— lo siento.


— No importa— alguien más llega y nos ayuda.  Recojo mi charola, y mientras sigo a la cocina, alcanzo a oír que es la primera vez de ese chico en este trabajo. Gracias al cielo no me ha pasado nada de eso hoy. No sé qué evento hay ahora, pero la cocina está muy llena, mucho más que las veces anteriores que ayude a Noah. Esta cocina también es mucho más grande, no sé de esto, pero parece que pueden cocinar muchas personas a la vez aquí. Noah esta al fondo de todo.


— ¿Qué paso?


— un mesero se cayó— se pone a llenar la bandeja. Ya tengo una idea de cómo hacer esto, así que ahora también acomodo un poco todo para hacer más espacio— espero que este bien, cayó muy mal— Noah me mira, apenas una mirada antes de volver a la estufa.


— Ten cuidado— la bandeja está llena— espera… tienes pastel en el cabello— no veo su mano hasta que me toca la cabeza.


— gracias…— él ya no me está mirando. El lugar también está lleno. La bandeja se vacía tan rápido, que Noah aun no termina el siguiente lote.  Lo bueno de esta vez es que no me siento tan cansado, ya sé que es lo que tengo que hacer y creo que eso hace menos pesado esto. Espero sentado a que Noah comience a llenar la bandeja. Es raro verle tan concentrado en algo que no sea molestarme. Umm ahora que lo pienso, no lo conozco mas allá de eso, o sea, no hablamos tanto de nosotros.  No parece tan malo cuando está poniendo betún  a su plato.


— ¿Qué haces ahí?


— eh… ¿esperando?


— ¿Esperando?— mira la bandeja vacía— ah, carajo. ¿Hay muchas personas?


— Si, pero creo que los demás también están haciendo un buen trabajo, al menos no deberías preocuparte tanto como ellos— señalo con la cabeza a los que están haciendo los pasteles que llevaba el mesero, que no para de disculparse— han perdido toda una charola repleta.


— Como sea, solo me queda para dos tandas más, así que no tenemos mucho trabajo— lo que Noah está haciendo para mí no es más que un cupcake de chocolate con betún.


— ¿te ayudo?


— Ponle las cerezas a esos— señala los que ya tienen betún— ¡Pero lávate las manos primero!— pego un brinco hacia atrás, justo antes de tomar el frasco de las cerezas. Pff,  ese se parece más al Noah que conozco.  Cuando regreso, comienzo a poner las cerezas. No es la tarea más difícil del mundo, pero siento que Noah va a decirme algo si hago algo mal, como si pudiera hacer algo mal en poner una cereza en la punta del betún. No me dice nada. Salgo con la charola llena. Alguien ha limpiado los restos del pastel y platos del suelo.


Ahora que noto bien,  Noah es la única persona que trabaja sola en la cocina. Mientras entro, veo que los demás tienen tres o cuatro personas haciendo todo. Voy por la ultima charola, que Noah ya tiene lista.


— ¿no hay más?


— Es todo por ahora— ah, por fin.  Como las anteriores, esta se vacía igual de rápido, y  cuando regreso, él ya está recogiendo las cosas— ya puedes irte. Me quedare para hablar con el asesor, y con la persona que hizo esto— de nuevo parece ese chico burlesco, sentado con desfachatez en una silla.


— bien…


— oye, llévate estos. Sobraron— me extiende una bolsa de papel. Umm, pensé que los iba a aventar. Ah, claro, son sus cupcakes, no los va a arruinar. Alcanzo la bolsa y ahora si me doy la vuelta para irme. Noah no me dice nada, y salgo rápido de ahí.  No tengo ganas de caminar, así que tomo un taxi. Rayos, esto se me está haciendo costumbre. Tengo sueño, he dormido poco por culpa de Noah y sus tontas ideas.  Al menos ya no es Susan.


— Hueles a pastel— es lo primero que me dice Chris cuando me encuentro con él en la salita de la casa.


— Cállate— no traigo cosas, así que me voy directo  a la cocina para guardar los Cupcakes en el refrigerador. No los comeré hoy de cualquier modo.


— ¿Qué hice ahora? es verdad. ¿Estás trabajando? No me dijiste que estabas trabajando. ¿Es una pastelería?


— No exactamente— son casi las ocho, muy temprano a comparación de los últimos dos eventos de sabe qué cosa a los que me vi forzado a ir. Al menos ahora Noah no pudo burlarse mucho de mí, la cocina estaba muy llena. ¿Lo hizo porque no quería que vieran como es en realidad?


— ¿entonces? has traído esos pasteles antes también.


— eh…— cierto no le he hablado de Noah.  Tampoco le dije que gracias a él ahora ya no tengo tantos problemas con Susan. Sigue yendo a donde quiera que voy, el instituto, la universidad, me sigue a las tiendas o cualquier lugar que vaya cuando salgo. Ya no he ocupado a Noah, no mucho, aunque no ha pasado tanto como para tener otra supuesta cita— bueno, tengo un amigo, y le hago un favor.


— ¿tu? No eres mucho de hacer favores.


—él me hizo un favor primero… ¿recuerdas que dijiste que me ayudarías con Susan? Pues él lo hizo.


— dios, Harvey, dime que no mandaste a golpearla.


— ¡¿Qué?! ¡Claro que no!— Christian se pone a reír. Ah, idiota, era solo una broma— Christian.


— lo siento, me pareció gracioso. ¿Cómo te está ayudando?


— ah... fue después de que me mude.  Quería perder a Susan, y solo tenía tu estúpida idea en la cabeza.  Él estaba ahí, y fue lo único que pude hacer.


— ¿Qué? ¿Le pediste que fingiera ser tu novio?


— ah, algo así.


— ¿y no te golpeo? Debió ser muy divertido ver su cara cuando le dijiste cosas melosas.


— ¡No le dije nada! y es obvio que no me golpeo— aunque pensé que lo haría. Tampoco le dije nada porque estaba más preocupado porque no me siguieran— a cambio de ayudarme con eso, yo le ayudo en unos eventos que tiene.


— ¿eventos? Oh, ¿es él quien hace los pasteles?


— sí.


— que suerte tienes ¿y al menos esta funcionado? Con Susan.


— no lo sé, si quieres ve a preguntarle. Me ha seguido, pero no se acerca, siempre tomo taxi para venir, o me he escapado algunas veces y puedo venir en autobús— esto debería tenerla muy enojada, solo espero que no sea tan mala y que se canse de esto para que me deje en paz al fin— no te dije que la ultima vez tenía un auto.


— ¿de verdad?


— sí, Noah me ayudo a librarme de ella.


— Con que Noah… ¿Cómo es?— ¿Cómo es Noah? Ehh, no puedo decirle que es un maldito sádico que solo me está ayudando para satisfacer una malsana necesidad de hacer el mal y quedar con bien con los demás— no cualquiera está dispuesto a ayudarte con algo como eso.


— no. eh, pues, no nos hemos visto mucho— ¿Qué más le digo?..— estudia repostería, creo que cocina en eventos para la calificación…. No sé mucho. A veces tiene pinta de pandillero, en especial porque tiene el cabello teñido.


— Cool.


— Pero en general creo que es bastante normal— al menos cuando no eres el objeto de sus burlas, y tener que aguantarlas— no me gusta tener que ir con él de la mano, pero si no, Susan no creerá que estamos saliendo.


— ¿fingen en la calle ser pareja?


— sí, porque fui tan imbécil para decirle a ella que  estaba saliendo con alguien. Por eso no tengo otra opción. Si no lo hago, Susan no me creerá nada de lo que le diga después, y entonces no podrá librarme de ella nunca.


— que dramático. Solo múdate de estado y ya. Consigue un trabajo fuera, y vete. Tampoco tienes que hacer nada que no te guste. Te gusta hacer tormentas en un vaso, Harvey… por cierto, ¿puedes darme uno de estos? Se ven deliciosos.


— si quieres. Estoy cansado— vivir con Chris tampoco es tan difícil, casi no coincidimos. Ah, si… tengo que asearme primero, Chris dijo que olía a pastel, de seguro cuando el mesero se cayó contra mí.


¿Estoy dándole mucha importancia a lo de Susan? Tal vez Chris tiene razón y solo estoy siendo muy dramático. Ella no hace nada, no es como esas historias que salen en la televisión  que terminan en secuestros y esas cosas peores. ¿Y que si no me deja tener alguna relación? Puedo esperar a que se canse, yo no volveré con ella.


No veo a Susan cuando llego al instituto, casi grito de la emoción. ¿Ya se canso? Aun es pronto para celebrar.  No tengo ningún mensaje, ni una llamada. No me quiero asomar en las ventanas, quiero esperar hasta que salga.  Cuando salgo, miro al lugar donde ella siempre estaba. No la veo. ¿De verdad termino? ¿No hay mas acoso?


— Harvey— su voz me congela. Me giro, y me la topo frente a frente.


— Ah, Susan— ha roto todas mis esperanzas— creí que ya no estabas aquí.


— Te has mudado— no es una pregunta, tampoco voy a responder lo obvio. No quiero ser hiriente con ella tampoco.


— sí, estoy… cansado de esta situación. ¿Podrías parar ya? es todo lo que pido, por favor, no estoy interesado en ti, busca a alguien que te quiera, que te corresponda como quieres— y un buen psiquiatra también— no puedes seguir con esta situación, Susan.


— si puedo. ¿Por qué no entiendes? Te amo, ¿está mal quererte?— quererme no, acosarme como una loca sí. Suspiro. ¿Quizá debo ir yo por ayuda para que me den consejos de cómo terminar con esto? no lo había pensado— ¿A dónde te mudaste? Harvey, nadie sabe, yo… no puedo saber si estás bien si no se donde estas.


— no necesito que estés al pendiente de mi. Susan— alzo la voz— estas arruinando tu vida por nada. No quiero volver contigo, y te quedaras estancada si sigues estando tras de mí. Lo único que harás es… ¿Noah?— parpadeo al verlo caminando hacia nosotros. Santo cielo, con esa sonrisa no sé quién es más demente aquí— lo siento, Susan— de ninguna manera dejare que se vean si puedo evitarlo. Susan también parece perdida con la llegada de Noah, y me da ventaja para interceptarlo y jalarlo en otra dirección.


— ¿Qué haces?


— esa es mi pregunta. ¿Qué estás haciendo? yo no te llame.


— oye, me estas quitando la diversión— le obligo a caminar— ¿no es ella la que te acosa?


— sí, y estaba a punto de decirle que me dejara en paz de una  vez.


— podría acelerar las cosas.


— ¡De ninguna manera!  De seguro la harás enfadar y empeoraras todo. Creo que ella está convenciéndose de que esto es real, no estaba esta mañana— Noah me mira, arqueando una ceja.


— ¿ahora Caperucita puede con la bruja?


— ¿Cómo? Olvídalo ¿Por qué estás aquí?


— solo pasaba por aquí. El centro comercial está a unas calles. Te vi hablando con ella y pensé que ocupabas ayuda. Soy tu novio después de todo ¿no?— ¿p—pero que está diciendo? La cara se me pone roja. — ¿Qué te pasa?


—  nada. Ah, ¿Qué hacemos ahora?


— te invito a comer, cenicienta. ¿Ya no te duelen los brazos?


— no— ah, qué alivio con el cambio de tema— creo que hasta me sirve, hare músculos si sigo cargando todo eso— levanto mi brazo para mostrarle.


— ¿músculos? Lo siento, pero tienes brazos de princesa.


— Oye— él se ríe—  ah, ahora puedo pagar mi comida, no tienes que pagar todo— Noah trae varias bolsas del centro comercial, con ingredientes, supongo— ah, ella viene detrás de nosotros.


— ¿y con esa actitud me agradeces?


— ¿Qué querías? ¿Qué me arrodillara y besara tus pies?— él me sonríe. Ah, esto debe ser un chiste. Pongo los ojos en blanco y me aguanto un suspiro— en serio, eres demasiado arrogante.


— gracias, Rapunzel. Ahora, vayámonos de la torre antes de que venga la bruja mala.


— ¿Por qué siempre soy una princesa? Ni siquiera soy tan delgado, o tengo cara de niña. Mucho menos soy rubio para que me llames Rapunzel. Deberías volver a leer esos cuentos— Eso le hace reír más, y me toma de la mano cuando deja de hacerlo. Uh, esto es incómodo, muy incómodo.


 — serás una princesa hasta cuando lo diga. ¿A dónde vamos?


— a donde sea, tengo mucha hambre.


— donde sea puedes costarte caro.


— Yo elijo el lugar—  hasta que no entramos a uno de los restaurant cercanos, recuerdo que Susan nos está siguiendo—  ¿deberíamos escoger una mesa visible?— Noah me mira, como si me evaluara.


— Dejémosla con la duda— él sonríe. El restaurant resulta ser un restaurant griego. En  mi vida he comido algo como lo que veo en el menú. ¿Qué demonios es todo esto?  No hay ni una sola imagen de que es, y los nombres no me dicen nada. 


— Noah…


— ¿Qué?


— ¿no quieres ir a otro lado?


— ¿a otro lado? No…— por fin deja de ver el menú— no me digas, no tienes ni idea de que hay aquí. Tienes suerte— de nuevo se pone a mirar el menú.  Ah, es imposible— ¿quieres quitar esa cara? pediré por ti, y te comerás lo que traigan ¿entendido? Así que siéntate ahí y relájate.


— ¿intentas hacerme sentir mejor o peor? Lo siento, pero eso es muy confuso— ¿en serio dije eso? ¿¡Desde cuando soy tan sarcástico!? Noah me sonríe.


Como me dijo, él pide toda la comida, y por toda me refiero a solo tres platos y dos bebidas. Ah, no creo que sea mala la comida,  pero es incómodo estar con Noah, siempre es incómodo estar con él. Hoy está más callado que otros días. No puedo ver la calle desde aquí.


— ¿no comes en la calle a menudo?


— no. casi siempre cocino, no tengo mucho presupuesto para ponerme a comprar comida cada poco tiempo. Por eso rento con alguien más, y eso me libero mucho. Si tan solo pudiera dejar de usar taxis.


— umm, si, ese  puede ser un problema.


— ah, ¿Susan no te ha molestado?


— Aún no. creo que todavía no lo cree mucho—  nos traen la comida, no sé si me gusta o no con solo verlos. Noah parece cómodo con lo que pidió. Pff  no voy hacer un escándalo por la comida. Solo hundo mi cuchara  en el plato. Umm… esto está muy condimentado. Demasiado sabor.


— ¿Por qué dices que ella no nos cree?


— parecemos pareja, pero cualquiera puede ayudarte a fingir. Si la bruja esta tan loca como dices, se convencerá de que no es verdad, aunque nos besemos delante de su cara— ah…suena…. Lógico.


—entiendo. Pero no se que mas hacer. ¿Seguir fingiendo hasta que se convenza?


— Por ahora comer—  solo porque tengo mucha hambre termino el plato, creo que no volveré por aquí después. No hablamos mucho, aunque Noah me ve con burla de vez en cuando— no estuvo tan mal ¿o sí?


— no lo sé…


— tú elegiste. La comida no está nada mal, aunque a ti no te gusto.


— ¿Cómo sabes que no me gusto?— Noah pide la cuenta, y antes de que él pague todo, dejo lo que costo mi comida. Salimos, y lo primero que veo es que Susan sigue ahí. Sin pensarlo mucho tomo la mano de Noah.


— no eres tan discreto como piensas. Fue muy obvio que no te gusto lo que comiste. ¿Tienes algo que hacer?


— No— no tiene caso discutir lo de la comida— ¿a ti si te gusto la comida?


— no era nada especial. Y no es el mejor restaurant tampoco.


—suenas como si fueras un experto.


— vamos, cenicienta, no por nada estudio gastronomía.


— ¿gastronomía? ¿En general?— ¿es un chiste?


— eso significa gastronomía, cariño.


— pensé que solo estudias repostería.


— me gustan las cosas dulces, pero cocino lo que sea.


— vaya…— eso no lo esperaba, con las cosas que le visto hacer, pensé que solo hacia pasteles. No se lo digo, claro. Justo cuando pensaba que yo estaba guiándonos a ningún lado, Noah da la vuelta y salimos justo al parque donde está la  heladería.  Noah me deja en una de las mesas mientras va a pedir. Ah, allí esta ella.


— Oye, te dije que no la miraras— la voz de Noah me asusta, él deja el  helado frente a mí.


— lo siento… ehh… entonces ¿Qué es lo que más te gusta cocinar? Que no sea un postre— mejor cambiar de tema.


—  pastas. Me gusta hacerlas, y los estofados.


— oye ¿Por qué…?— casi escupo el helado al probarlo— ¡Esto no es vainilla!— Noah se pone a reír a carcajadas— ¿de qué es?


— No seas niña. Es Ron.


— ah…


— ¿Qué ibas a preguntar?


— ¿Por qué no trabajas con nadie? En la cocina de tus eventos, los demás siempre son tres o cuatro personas.


— porque soy genial y puedo hacer lo mismo que tres o cuatro personas.


— es ilógico. Más bien diría que nadie te aguanta— me sonríe.


— bien, cenicienta, estas usando el cerebro. Aunque es al revés. No aguanto trabajar con gente que no  hace más que estorbar o arruinar lo que hago.  Seré todo lo engreído que pienses, pero tengo razón al decir que mis postres son geniales.


— umm…. ¿es normal que pase esto?


— ¿Qué?


— que se me este entumiendo la lengua.


— sí. Me gusta que pase, pero  hacer helado es complicado si no tienes un buen refrigerador. El lugar donde vivo no lo tiene.


— También vives con alguien ¿no?— creo que me lo comento una vez.


— sí. Es un inútil, pero a veces sirve de algo.


— Oh— hago más preguntas, al menos así no me sentiré tan mal por no conocer mucho sobre él. Para cuando acabamos los helados, se que tiene una hermana menor, que su compañero era quien le ayudaba antes en los eventos, y que en serio es mucho mas egocéntrico de lo que parece.


— ¿es todo o quieres saber de qué color uso la ropa interior?


— ¡No! creo que deberíamos irnos— comento al ver que hay muchas personas en la heladería, y nosotros ya no estamos comiendo nada. Noah no me responde, pero se levanta y recoge la basura. De nuevo, caminamos tomados de la mano. Aun no está muy oscuro, así que atraemos mucho la atención—  no sé si sea buena idea esto…


— ¿sabes que si es una buena idea?


— ¿Qué?


— Bésame— no me aguanto la risa. Ah, esto es de lo más gracioso. ¿Besarlo? Pff ¿Qué piensa? ¿Qué el helado de ron en serio me afecto?... espera… No está riendo— ¿no es broma?


— yo te he besado… eso puede hacerlo cualquiera. Si tú tomas la iniciativa ahora, será más convincente.


— convincente, claro ¿tanto te gusta besarme?


— sigo esperando en qué momento se rompe la maldición— que gracioso. ¿De verdad quiere que lo bese? No volteo, pero siento la presencia de Susan detrás de nosotros. ¿Ella pensara algo diferente si soy yo quien le besa? No creo que pase eso— vamos, cenicienta, no es más que un beso ¿o en serio eres gay?


— ¿Qué?


— ¿o quizá te gusta estar conmigo? Wow, eso sí es una revelación. Parece que no te agrado mucho, y aun así aquí estamos. A lo mejor no quieres de hacerte de esa chica, si es así entonces...


— no es verdad.


— parece que sí.


— No. pero no quiero ir besándote.


— ¿Tienes miedo de enamorarte de mí?— Pongo los ojos en blanco, está jugando un juego peligroso. Aunque tengo ganas de darle unos buenos golpes, que ni se como lo haría, en lugar de eso me paro, le miro sonriendo, como si fuera un momento romántico,  paso mis manos por su cuello y le atraigo para besarle.  Noah no es el único que juega con fuego.

Notas finales:

 

Nos leemos la próxima semana.


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