Sumiye no ha llegado a clases, pero aún queda mucho tiempo porque salimos antes de la clase. Es muy temprano, y todos están medio dormidos todavía. Yo me pongo a leer las notas que tengo de la mamá de Liir. Creo que tengo todo demasiado fresco en mi memoria, pase el fin de semana leyendo y estudiando. Ah, que la mamá de mi novio sea mi maestra también no es tan fácil como pensé que sería, y menos con ella, si ya me odiaba antes de que supiera que salía con Liir, creo quien ahora tiene muchos motivo para hacerme las cosas más difíciles.
— Buenos días— Sumiye deja sus cosas en la silla frente a mí.
— hola.
— no lucir bien ¿pasa algo?
— nada, solo pensaba.
— ¿Sigues estudiando?— no pude callarme lo del examen, y termine diciéndole. Realmente solo lo hice por agradecimiento, aun no olvido que de no ser por ella no me hubiera enterado de los de Myles. A Liir no le molesto que le dijera. No fui a su casa el fin de semana, creo que ya había sido suficiente tentar mi suerte.
— solo porque no tengo nada más que hacer.
— pero debes estar feliz hoy ¿no?
— Si— hoy Liir regresa a clases. Siento que hubiera pasado más de una semana desde que paso, pero solo fue eso, una semana. Ya quiero que sea la hora del descanso— Liir también estaba contento de salir de su casa, aunque sea para venir a clases.
— yo quiero verlo. Tengo mucho que no hablar con él.
— no ha sido tanto. Pero creo que dijo que iríamos a comer, o a dar una vuelta por ahí. No lo recuerdo.
— oh, me parece bien— el salón está llenándose, y justo a tiempo, porque la profesora Stella entra y cierra la puerta. Al mismo tiempo, mi teléfono comienza a vibrar.
— guarden sus cosas, hoy tenemos examen— todos se quejan, yo solo suspiro, metiendo los cuadernos en la mochila. Antes de que comience a repartir las hojas, veo mi teléfono por última vez. ¡Es de Liir!
<<Buena suerte en tu examen>> es todo lo que dice. Ah, le regresaron su teléfono. No le respondo solo porque ya está dando los exámenes, y no quiero darle un motivo para que me saque del salón.
— Howland— dice, cuando deja el examen en mi mesa. Son dos hojas, por la forma en que me sonríe, siento que esto será tan difícil como hacerlo en chino.
— ¿Cómo te fue?— estamos cambiando de clase, y Sumiye es lo primero que me dice cuando salgo del examen, ella salió como unos diez minutos antes que yo.
— mejor de lo que esperaba.
— debe ser raro, que la maestra sea la mamá de Liir. Y tu… ¿Cómo se dice? La mamá de tu novio— susurra eso último, y su cara se pone roja.
— ni te imaginas. Aun siento que voy a suspender esa materia aunque Liir me ha dicho que no. Al menos creo que no me fue tan mal en el examen— prefiero las clases que tienen que ver con números. Aun escucho quejas sobre el examen que acabamos de hacer, es una suerte que Liir me advirtiera, porque si estaba un poco complicado. Quizá apenas y hubiera podido alcanzar una nota para pasar— ah, creo que Liir ya tiene su teléfono otra vez. Me envió un mensaje.
— que bien. Es un poco raro que le castiguen.
— Bueno, aún vive con su mamá— me encojo de hombros. Tampoco es que fuera algo exagerado— y al menos ahora Myles ni me habla— sonrió mientras veo a mi ex caminar sin dirigirme ni una mirada.
— se merecía ese golpe.
— bueno…— tanto como merecerlo… pero aún me da risa cuando me acuerdo.
— Blair ¿no crees que Myles vengarse?
— Umm…— le miro, está dándome la espalda— no lo creo. No quiero pensar que sea ese tipo de persona, además, no es para tanto— umm porque no lo haría ¿verdad? Una cosa es jugar con alguien, pero… no. ¿Qué cosa podría hacer para vengarse? Dudo mucho que se atreva a encarar a Liir después de cómo término. Ah, aun así puedo hablarlo con Liir. La clase termina y tengo que apresurar a Sumiye para que guarde sus cosas.
— Blair, espera. Liir no se va a mover de ahí— tiene razón, pero no he visto a Liir desde el viernes. Ah, me siento ridículo, y aun así sigo caminando rápido. Liir está sentado, tecleando como siempre en su teléfono, quizá más rápido que nunca. Hasta que no estamos delante de él levanta la vista del aparato.
— ah, llegaron— sonríe— ¿y cómo estuvo el examen de mi mamá?
— no es bueno burlarse de la desgracia ajena.
— No lo hago— Liir se adelanta y me besa. Es la segunda vez que nos besamos en público, sin contar aquel beso en la mejilla— ah, hola, Sumiye. ¿Cómo has estado?
— b-bien.
— gracias por haberme conseguido las tareas, me salvaron de tener que hacerlas todas esta semana.
— No es nada…— parece que esta algo incomoda con vernos. Me separo lo más discreto que puedo de Liir.
— así que ¿ya tienes tu teléfono de regreso?
— ¡Sí! que fueras a casa ayudo. Creo que se están dando cuenta de que ya no tienen que tratarme como un niño. ¡Y no crean que eso pasó a menudo! Aunque no parezca, no paso tanto tiempo castigado.
— ¿No?— le miro, burlándome.
— no, lo que pasa es que siempre hago algo tan idiota, que terminó haciendo castigos injustos— pero si creía que Liir aceptaba sus castigos porque los merecía— como sea, el caso es que esto no fue tan malo. Lo que las molesto más fue que me suspendieran. Pero como hice todas las tareas, entonces no esta tan mal.
— como digas— no me extraña que Liir sea así si sus mamás le tratan como un niño todavía. No dejo de notar que las personas nos miran mucho, las chicas en su mayoría murmuran entre ellas apenas nos ven. Los chicos son más discretos, pero aun así veo que nos miran. De no ser porque no son miradas de asco o así, pensaría que fue porque nos besamos— ¿es mi imaginación o todos nos miran?
— ¿Cómo?— Sumiye comienza a mirar también— no creo que sea tu imaginación.
— ah, escúchate, has mejorado mucho, Sumiye. Y Blair, no te preocupes, no te miran a ti. Todos saben que golpee a alguien de otra facultad y estuve suspendido. No sabía que pelear te hacia popular. He escuchado tantos rumores, que me dan ganas de escribirlos y hacer una buena historia.
— ah…— vaya, no pensé que eso podría pasar también entre los compañeros de Liir.
— tenia cientos de mensajes y notificaciones en mis redes. Ignóralos. Es más divertido que imaginen lo que paso.
— si te ven… con Blair, confirmaras muchas personas.
— ¿Qué?
— Que si te ven conmigo le vas a dar la razón a algunos— Liir se enoje de hombros, no le importa. A mí tampoco me importa que sepan, y al menos entre mis compañeros ya no es un secreto. Él se pone los lentes de sol y se levanta.
— vayamos a comer algo para celebrar. Yo pagaría, pero no tengo suficiente aun.
— no importa. Vayamos.
— les puedo invitar helados, pero hasta en la tarde— nos sonríe. Mientras caminamos, nos tomamos de la mano. Liir es excepcional, ¿Cómo dude de lo que podía sentir por él? estoy feliz con él, todo por culpa de Myles. Debo agradecerle eso— también te quiero compensar por golpearte, Sumiye. Lo siento, sé que te tire al suelo, no fue mi intención.
— estar bien. No importa. Fue bueno ver que pusieras en su lugar a Myles.
— ¡Sumiye! No lo alientes, que no quiero tenerle castigado todo el tiempo— digo, sacudiendo a Liir un poco.
— Oye— mientras Liir se queja, yo solo quiero poder pasar más tiempo con él.
Liir si nos regala helados cuando estamos en la heladería por la tarde. Mientras él se encarga de atender a los clientes, Sumiye y yo intentamos adelantar los deberes. Al menos yo lo intento, ella escribe muy rápido en su computadora… y yo no tengo ideas para el ensayo que tengo que entregarle a la mamá de Liir. Ah, ¿Cómo se supone que debo hacerlo si los otros que entregue apenas y tengo un aceptable?
— ¿Por qué tienes esa cara tan lúgubre? ¿Qué estás viendo? Blair, esa es una hoja en blanco.
— desearía que fueran veinte y llenas— murmuro. Liir se sienta en la silla libre.
— ¿Qué están haciendo?
— un ensayo para la profesora Stella.
— ah, eso. ¿Cuál es el problema?
— A Blair no irle bien con las notas en los ensayos— gracias, Sumiye. Liir y ella se sonríen al verme sufrir por esto. Resoplo, y en venganza le unto helado en la mejilla.
— dejen de burlarse de eso. Tu mamá es muy exigente con los ensayos, no entiendo que es lo que tengo mal.
— Pff no creo que este tan mal. ¿Qué tan difícil es escribir sobre algo? Si lo haces de algo que te guste mucho es más fácil. ¿Cuál es tu tema, Sumiye?
— Cultura y negocios— ah, esto debe ser un chiste. ¿Por qué lo hace sonar tan fácil? Ella no podía ni hacer una oración coherente y tenía mejores notas que yo, es un poco injusto.
— vamos, no es tan difícil… ah, espera, vuelvo enseguida— un tema… algo que me guste… ah, o tengo ideas. Lo dejare por hoy. Cierro la computadora, veo que Sumiye sonríe, pero no me dice nada. Me reclino, suspirando. Todavía hay una larga fila de niños frente al mostrador. Ya no queda tanto para comience a hacer frio de verdad. Casi olvido que tengo una cita pendiente con Liir. ¿Ya podremos tenerla? ¿Qué es eso que me quiso mostrar ese día?
— ¿Terminaste?— pregunto al verle de nuevo, pero ahora sin el uniforme.
— eso debería preguntar yo.
— me he rendido por hoy. ¿Y tú, Sumiye?
— Avance un poco— nos despedimos de Sumiye en la entrada del parque, Liir y yo seguimos caminando un rato solo por el mero gusto de hacerlo.
— oye, Blair. ¿En serio estas tan mal por esa tarea? Puedo ayudarte si quieres.
— ¿De verdad?— no puedo evitar sonreír, no es mi intención que piense que es una burla, pero ¿Liir ayudándome en una tarea? Él me da un codazo en las costillas.
— no te burles, puedo ayudarte.
— eh, bien... ¿entonces ya te dejan salir?
— sí, no más castigo. Incluso creo que olvidaron lo del otro castigo— ah, menos mal, porque si acepto que me ayude no quiero ir a su casa, donde su mamá vea que me ayuda y luego decida que no vale o que se yo— ¿y bien? ¿Aceptas mi ayuda?
— Claro— ya me las arreglare para concentrarme con Liir a mi lado— ¿te parece bien iniciar mañana? Después de clases.
— ¿y después de las cuatro? Quede de cambiar el turno con Lindsay— me da lo mismo la hora, yo pensé que sería más cómodo para él si tenía que trabajar— ven por mí a la heladería.
— claro.
Liir sale cinco minutos después de que llego. No llego a sentarme porque no pienso quedarme aquí tampoco.
— traje helado.
— excelente. Vamos, comamos de camino— le alcanzo a detener antes de que se siente.
— ¿de camino? ¿A dónde?— le sigo guiando a través del parque.
— a mi casa. Este no es un buen lugar para hacer un ensayo, y no quiero que tu mamá se burle de mi si nos ve haciendo mi tarea, que ella dejo, en tu casa. Aun quiero tener algo de dignidad— Liir ríe, y me pasa uno de los helados.
— buen plan. No conozco tu casa. Vives solo, deber ser un asco ¿no? como esos departamentos de solteros que todos dicen. ¿Tienes mascotas? ¿Vives en planta baja o en piso? Debe ser genial vivir por tu cuenta, aunque no sé si pudiera hacerlo.
— Es un departamento normal, Liir, nada de otro mundo— le escucho segur intentando adivinar como es mi casa. No soy tan desordenado como piensa él, aunque a veces si tengo muchas tareas, la limpieza queda olvidada. Cuando supe que iba a traer a Liir, limpie un poco para evitar justamente esa situación. Así que Liir puede pensar que en realidad soy muy aseado. La casa es muy chica, pero justa para que viviera una sola persona, por eso mis padres se mudaron.
— ¿es aquí?
— La tercera puerta— comento, señalándola.
— ¿Cómo son tus vecinos?
— creo que aquí vive una chica que estudia medicina, o algo así porque siempre trae uniforme blanco, pero casi nunca la veo, y ese está desocupado.
— ah, vaya. ¿Y tú lo pagas?
— no. no eres el único que depende de sus padres— Liir ríe, y puedo ver lo emocionado que esta por querer entrar a mi casa. A propósito me tardo en abrir— ¿y cómo vas a ayudarme con el ensayo?
— ¿tienes alguno de los que ya entregaste?
— si…
— ah, es pequeño. ¿Estás seguro de que es suficiente para ti?
— claro que sí. Tengo los ensayos en la computadora, enciéndela, ¿quieres algo? ¿Agua?
— Estoy bien— Liir entra a la casa, e inmediatamente se sienta en la silla delante de la computadora. Deja su mochila en el suelo y parece bastante cómodo. Yo no me sentiría así en la casa de alguien más el primer día— ¿no es muy caliente aquí? esta algo sofocado.
— Tengo un ventilador— cuando regreso con el aparato, Liir ya está leyendo uno de los archivos que tengo.
— esto está muy anticuado, Blair. Tu sistema está muy lento, y hay como cuatro nuevos después de este. Y si mejoraras un poco la…
— no te metas con mi computadora, es una señora mayor— suelta una carcajada. Es la primera computadora que tuve, todavía funciona, y no la necesito tanto. Uso más la portátil.
— ah, ¿esto es lo que le entregas a mi mamá? Uff, no me extraña que te vaya mal— ¿está quejándose de mi trabajo? Le miro, arqueando las cejas— no me veas así, mira. Para empezar, debes dejar de repetir palabras. Aquí, aquí y por acá… en un solo párrafo. Eso está mal, te falta información en la introducción, y además está mal resumida. Y eso solo para empezar.
— …
— ¿Sorprendido?— me sonríe.
— pues… sí. No esperaba esto. En serio— claro, si ella es su mamá, es obvio que Liir sepa algo de esto, por más sorprendente que sea.
— tampoco soy tan idiota. Mi mamá revisaba mis tareas en la primaria, y en la secundaria. En el bachillerato la pase realmente mal con eso. ¿Crees que es una tortura tenerla como maestra? Imagina tenerla de mamá.
— uh, si… ¿entonces...? ¿Cómo debo mejorar el resumen?
— eso es muy sencillo. Pero eso es el final, primero tienes que saber de qué vas a hablar.
— ah, bien, hazte a un lado— Liir me ayuda cada que comienzo a perder el hilo de la idea o cuando algo mal, que resultan ser más veces de las que pensé, luego se va a sentar al sofá. Para la mitad del trabajo ya he entendido mejor como va esto— ah, ya, lo termino mañana.
— umm
— ¿Liir? Despierta— se quedo dormido, pero abre los ojos cuando le toco para despertarlo.
— ¿ah? ¿Qué hora es?
— Las seis— me siento a su lado, y él se estira, bostezando.
— ¿terminaste? Estoy aburrido.
— lo dejare para mañana. ¿Estás cansado?
— no… estaba pensando. No es… bueno, olvídalo— ¿ah?— en serio, no es nada. Mejor te dejo y nos vemos mañana.
— Espera…— no dejo que se levante— ¿Qué pensabas?
— ah, en lo que puedes hacer en una casa sola… algo así. ¡No! espera, eso no sonó como pensé. Arg, ¿lo ves? Mejor olvídalo.
— solo si me besas.
— ¿Vas a ponerte cursi otra vez?— me sonríe. ¿Qué cosa estaría pensando Liir? sé que no tiene nada que ver con cuestiones íntimas, pero eso solo me da más curiosidad. Él se inclina tanto hacia mí, que queda casi recostado encima de mí, y me besa.
— ¿Quieres que te diga que podemos hacer en una casa sola?— no se sonroja, pero sus mejillas se ven más rosadas.
— Claro que sé que se puede hacer en una casa sola— su ceño fruncido es tan gracioso que apoyo mi dedo en su frente— oye, estoy siendo serio. Es raro saber que no viene nadie aquí. Y un poco solo. ¿Por qué no vas a comer a mi casa más seguido? Yo también podría venir unos días… aunque tendría que ver que no sea demasiado tampoco, quisiera mi espacio también.
— ¿Cuál espacio, Liir?— estamos tan cerca, que solo me muevo un poquito y nuestros labios se rozan cuando hablo. Se ríe. Me recuesto, atrayéndolo conmigo.
— no hablaba de hoy— arg, no puedo pasar por alto que ahora estamos solos, nadie va a venir, no habrá quien interrumpa… lo que sea que queramos hacer. Aun sigo pensando en todo esto, ¿Qué hacer? Liir me besa. No lo siento como uno de los besos que nos damos normalmente. ¿Es mi imaginación?
Cuando se sienta mejor sobre mí, me queda claro que no es mi imaginación. Sus manos de pronto no se quedan quietas, acarician mi cabello, se acomodan en mi pecho y luego bajan e intenta meterlas en mi camisa.
— ah, cierto…— me inclino, y le muerdo el cuello. No le dejo zafarse hasta que estoy seguro de que quedara una marca— me las debías.
— ¿Qué…? Hey. ¿Cómo voy a explicar esto?
— ¿Ocupa explicación?— aunque sea mala idea que alguien la vea. Liir intenta hacer lo mismo, por la brusquedad con que se deja ir contra mí, forcejeamos un poco, es difícil no hacerle caer al suelo ni dejar que se me acerque. Le sostengo las manos y le muerdo otra vez en el mismo lugar. Jadea, un sonido muy parecido a un gemido que me eriza la piel. Sus manos dejan de hacer fuerza. Cuando se inclina otra vez hacia mí, le dejo venir. Ya no es una pelea, pero parece mucho. Forcejeo por sacarle la camisa, y él hace lo mismo con la mía. No puedo evitar besarle y morderle. Su cadera se restriega contra la mía, es algo demasiado…
— Blair…ah… espera…
— ¿Qué? ¿Quieres que me detenga?— es una queja, no quiero detenerme y no creo que Liir esté en condiciones para parar.
— no… pero… mi ropa… y tengo que ir a clases mañana— casi me dan ganas de poner los ojos en blanco. Liir no sabe cuándo quedarse callado. Le beso, callándolo. Aunque entiendo lo que me quiere decir— podemos… solo…
— Ah, Liir— me quejo. Él sonríe, y sus manos se dirigen a mis pantalones. Me besa mientras me desabrocha el pantalón. Va tan rápido, que me cuando caigo en cuenta de que está pasando, su mano ya está adentro de mis pantalones. Me apresuro a hacer lo mismo. No sé qué pensar sobre esto, en medio del calor de la situación solo puedo pensar en que esto está demasiado bien, y ¿en donde aprendió Liir a hacer esto? Ah, no importa.
Nos besamos, nos seguimos acariciando. Él se detiene, y me detiene. ¿Qué demonios quiere ahora? Cuando voy a reclamar, me besa.
— espera… hay algo…— se acomoda mejor, y luego vuelve a usar sus manos. Esta vez comienza a acariciar nuestros miembros juntos. Dios… esto es… no tardamos en terminar.
Nos encontramos jadeando, frente contra frente. Siento estremecerse su cuerpo. Le beso, sujetándole con fuerza del cabello. Él me empuja de nuevo, al sofá. Ya no hay toqueteos calientes, solo… solo nos quedamos recostados, recuperando el aliento, dándonos mimos mientras nos besamos.