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Besos de vainilla por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

 

Un capítulo mas, espero les guste.

A Blair las cosas no le salen muy bien que digamos :P 

Las cosas mejoraron. Un poco, pero lo hicieron. Aun no puedo ver a Myles, mucho menos cuando viene tomado de la mano con ese chico, que se es un grado mayor que nosotros. Es todo lo que he escuchado, porque no me tome ni la molestia de averiguar más.  Aún hay algunos que me miran con burla, amigos que no conocía de Myles, o al menos creo que son sus amigos, ya no sé qué pensar de él. 


— ¿tienes clase, Sumiye?


— debo llevar los trabajos— ah, sí, la profesora le encargo  recoger la tarea— ¿es descanso?


— Si—  el chico ese entra al salón. Me dirige una mirada de burla— te espero en las bancas— le digo, tomando mi mochila. Ella les mira también, no evita  poner una mirada de desagrado. Salimos juntos, pero ella gira a la derecha, yo a la izquierda.


¿Cómo puede ese tipo aceptar así no  más a Myles?  Debe ser igual a Myles si no dice nada con todo lo que hizo, de dejar o aceptar que su pareja salga con alguien más por una apuesta tan tonta. Que iluso. Podrán burlarse de mi todo lo que quieran, pero yo no estoy saliendo con un mentiroso.  Ahora me alegro mucho de haberme enterado de eso, de alejarme de alguien que finge querer, y todos esos que también decían ser mis amigos. Viéndolo así, tengo mucha suerte.


 En los pasillos, ya no recibo tantas miradas, y todo está tranquilo otra vez. Suspiro, librarme del horror de los últimos días es indescriptible. Duele, aun duele, joder. Pero ya no me quedo congelado cada que le veo, puedo pasar a su lado e ignorarlo. Intento no huir, aunque fracaso la mayoría de las veces.  Amo estar tranquilo.


— ¡Blair!


— ¿Tú?


— ¿Qué demonios pasa con eso? me ofendes—  Liir está delante de mí, con unos lentes oscuros— como si no fuéramos amigos.


— Lo siento— me ha tomado desprevenido— pero estas siendo exagerado. Me has sorprendió.


— ¿Por qué? estudio por aquí, en todo caso, tu eres el que está en un lugar que no le corresponde— ah, buen punto. Sonríe cuando no digo nada. He estado yendo algunas tardes a la heladería, así que he conocido un poco mejor a Liir.


— sabes que prefiero quedarme aquí.


— sí, sí. ¿Mal día?   Luces terrible, y eso que ya casi no se te nota lo del ojo.


— ni siquiera sabes cómo luzco mal o bien. No nos conocemos tanto— baja sus lentes para mirarme.


— Pero soy muy bueno leyendo personas— le miro, casi entrecerrando los ojos— bien, no lo soy. Solo era un comentario al azar. ¿Tienes libre o estas escondiéndote?


— ¿siempre tienes que decir lo que piensas?


— a veces. ¿Y bien?


— Tengo hora libre— respondo. Liir es… excéntrico. Creo que entiendo porque no tiene muchos amigos, habla mucho y al menos yo no entiendo del todo de lo que habla, hace comentarios que la mayoría de las personas evitaría, y preguntas que casi rozan la indiscreción. Un auténtico chico raro. Justo ahora, con la camisa de manga larga negra, pantalones de mezclilla y los zapatos deportivos blancos, se ve un poco nerd. Solo los lentes oscuros le dan un aire más moderno.


— ah, bien. ¿Quieres jugar a las cartas?— me muestra un mazo de cartas.


— no conozco ningún juego de cartas.


— ¿en serio? pero si pareces de esos tipos que andan en motocicleta, beben cerveza y juegan cartas en un bar— me doy un vistazo rápido. Mi ropa es normal, unos pantalones azules y tenis negros. Una camisa negra con un estampado blanco.  


— ¿En serio?— mi cabello no esta tan largo tampoco.


— sí.  Parece que si te molestan golpearías a alguien sin dudar. ¿Por eso crees que te molestan tanto? A lo mejor esperan que peleen. Tal vez deberías ponerle el ojo morado a alguien y así te dejen en paz.


— Estás loco— digo, riendo— si hago eso me van a suspender si bien me va— en serio es imposible no reír con las cosas que dice Liir— y aunque creas que puedo hacerlo, nunca he peleado.


— ¿no?


—no.


— Pff, que fraude. Yo me la pasaba peleando desde que entre a mi primer colegio. Me han suspendido un montón de veces. Gane la mayoría, un… emm… sesenta contra cuarenta.


— Eso no es mucho— imaginar a Liir en una pelea no es difícil, de hecho, aunque no tenga pinta de problemático, cuando le escuchas unos momentos sabes que podría hacerlo— ¿Qué juegos de cartas conoces?


— pues…


— Blair, ah… lo siento, tardarme mucho. Profesora no estar en donde decir.


— En donde dijo— corrijo— no importa. Ah, traes almuerzo.


— si… ¿Quién…?— ella se muestra cohibida. Vaya, hasta ahora pensaba que ella no tenía amigos por que no conocía el idioma, o le apena no hablarlo como los demás. No pensé que fuera tímida.


— él es Liir, un amigo.


— hola, tú debes ser Suzuki… no… su… esa chica que le conto a Blair sobre su ex novio. Soy Liir— él le extiende la mano, y ella la estrecha.


— Sumiye Niimura.


— ¿Niimura? ¿Eres familiar de Aiko?


— hermanas.


— rayos, ella me venció dos veces con su programa. Es un monstruo con los programa de adecuación a videojuegos. Masacro a mi robot digital en dos minutos, y eso que estaba ganando. Le ganare en el próximo torneo—  Sumiye le mira, extrañada. Debe ser la misma cara que pongo siempre cuando no entiendo que está hablando.


— no le hagas caso, él siempre habla así.


— entender un poco, hermana ser lista.


— Que gracioso hablas— Sumiye se pone roja— Aiko habla mejor que tú.


— Liir, la estas incomodando.


— ah, lo siento. Lo dije sin pensar ¿tú también quieres jugar?  Si tienen tiempo podemos hacer una partida o dos—  se sienta en el suelo, a un lado de la banca y se pone a barajar las cartas.


— yo no quiero jugar.


— entonces seremos nosotros. Pierde el que se quede al final con el joker— Sumiye no dice nada pero se sienta en la banca y toma las cartas que le pasa Liir.  Les veo jugar un rato, viendo como Liir no es nada bueno ocultando sus reacciones— ¡Gane!


— Otra vez— Sumiye. Me aburro, a la sombra de los árboles, el calor aun es sofocante. Escucho los reclamos de Liir y algunas risas de Sumiye. Juegan tres veces más antes de que tengamos que volver a clases.


Con los días, Liir y Sumiye también se hacen amigos, de hecho, para Liir no es tan difícil hacer amigos, lo difícil para él es mantenerlos.  Nadie nos molesta, y de pronto tengo la sensación de que estamos de nuevo en la escuela secundaria, cuando todos se dividían entre populares, deportistas, nerds, y gente todavía menos popular. Ahora siento que somos justo esa clase.


— Blair… oye, es tu turno.


— ah…— tomo una carta sin pensarlo mucho.


— estas distraído ¿en qué piensas?


— Que somos los únicos que no tenemos amigos aquí— Sumiye mira al frente, a todos los que caminan riendo por ahí.


— ¿perdón? ¿Y nosotros que somos?— Liir me mira, las cejas fruncidas bajo los lentes de sol.


— eh…


— Gracias por la confianza— dice. Sumiye me sonríe, pero no apoyándome, me parece más una sonrisa de burla ante el tono y las palabras de Liir— y no creo que seamos desadaptados ¿sabes? deja de actuar como si estuvieras siendo el único que sufre en este lugar


— emm lo siento.


— bah, no importa. Nos vemos luego— dice, y se va. Solo así.


— ¿Qué le pasa?— es demasiado raro.


— decir cosas que no debías. ¿No somos amigos? ¿Por qué dijiste que no teníamos amigos?— oh, eso— tú eres mi amigo. ¿No lo somos?


— si… lamento haber dicho eso. Yo… no pensé que… solo fue un comentario sin intención de ofenderlos. Pensaba en lo obvio que era.- Liir hace comentarios como esos todo el tiempo.


— Yo no molesta— sonríe, mordiéndose el labio— volver a clases, y luego disculparse con Liir.


— ah, pues ya que— no conozco el horario de Liir, así que cuando termino las clases, me voy a sentar a la misma banca, esperando verle entre los estudiantes. Vamos, lo que dije no fue para tanto. Podría aceptarlo de Sumiye, pero ¿Liir? Tampoco tenemos mucho tiempo conociéndonos para que se ofenda. Ah, es tarde, mejor le veo en la heladería por la tarde.


 


— ¿Liir? Hoy es su día libre.


— ¿Día libre?— ni sabía que tenía un día libre. ¿O lo dijo y no le puse atención? tsk, ahora me siento peor. No sé dónde vive, y tampoco conozco su número de teléfono, aunque estoy seguro de que él pidió el mío— gracias— la chica del cabello multicolor solo se encoje de hombros.  


Por costumbre Sumiye y yo vamos a las bancas. Espero ver a Liir hoy, ya es el segundo descanso que tenemos, y no le encontré en el primero.


— ¿No lo has visto?— ella me descubre buscándole.


—no.


— me agrada. Tú también… somos amigos— si, lo somos— yo… no decirte algo. Vivir con la hermana de mi mamá, ellos preocuparse por mí, porque venir después. Preguntarme por amigos, no quieren que yo… este con chicos. Piensan que podría… ¿salirme de control?


— vaya.


—  mi prima les dijo sobre nosotros. Y yo… decirles que gustar los chicos.


— ¿Por qué me dices eso? no me molesta que les digas eso.


— pensar que quizá… Liir ayudarte a fingir, fingir ser novios para molestar a Myles— ¿es en serio?  Si no le hubiera puesto atención pensaría que le he entendido mal o que ella se equivocó.


— oh, no. claro que no. además,  ni siquiera sé si Liir es gay.


— Lo soy— la voz, a mi espalda, me hace pegar un brinco y que casi se me detenga el corazón.


— ¡Liir!


— Pero no voy a ayudarte a fingir nada— Sumiye se sonroja.


— No iba a pedírtelo— respondo, casi trabándome por lo rápido que hablo. No sería capaz de pedirle a nadie hacer eso, es una tontería rebajarme a fingir algo que no. Si me voy a olvidar de Myles será porque en serio le deje de querer.


— Eso lo dije yo, perdón— Liir asiente, y creo que se me queda viendo, es difícil saber con los lentes oscuros. Me aclaro la garganta, y me paso la mano por el cabello, incomodo.


— Liir, yo… la-lamento haber dicho que no éramos amigos. No era mi intención decir eso— es verdad, pensaba en otra cosa y no en que no tenía amigos. Liir sonríe, así no más.


— bueno, te creo, pero solo si respondes una pregunta— ¿una pregunta? Que sonría mientras lo diga…— no es nada que no puedas responder, pero considéralo un castigo.


— bien.


— ¿le has dicho a tus padres que eres gay? ¿Cómo lo tomaron?


— ¿A qué viene eso?— Liir solo se me queda viendo, sin lentes al fin.  Ah, no me digas que él no les ha dicho a sus padres. No lo dudaría,  pero ¿por qué tiene que seguir mi ejemplo?— Liir, si no estás listo para decirle a tus padres…


— Lo saben—  Que sorpresa, o quizá no tanto. No lo conozco tanto y aun así creo que podría esperar cualquier cosa de él. ¿Qué posibilidades había que me encontrara con un chico que también es gay y seamos amigos?— pero esto no es sobre mí.


— ah, ya que. Se los dije cuando comencé a salir con Myles, vivo en la casa que era de mis abuelos, pero no vive nadie más. Fui un fin de semana y solo se los dije— ah, recordarlo es un poco doloroso. Yo estaba tan feliz entonces que no me importaba lo que pensaran los demás, podría gritarlo a todo el mundo— dijeron que ya lo sabían, es decir, nunca había tenido novia, y parece que los sospechaban. Además, dijeron que con los hijos de mis hermanos mayores bastaba.


— ¿tienes hermanos? ¿Y sobrinos?


— sí. Una hermana y un hermano. Tres sobrinos y uno más en camino.


— qué envidia, incluso Sumiye tiene hermanos y primos.  Soy hijo único— dice, reclinándose.


— Bueno, tus padres siempre pueden tener más hijos— eso le hace ponerse a reír a carcajadas.  Sumiye me mira, pero estoy tan confundido como ella. No dije nada gracioso a menos que sus padres sean ya muy ancianos, y eso no es cosa de risa— ya, no es para tanto.


— ah, es que no entiendes— toma aire y se limpia las lágrimas de risa—  ¿sabes porque casi no tengo amigos? No, no lo sabes. Normalmente inicio bien, pero llegamos a un punto donde tengo que decirles sobre mi familia. Quería saber un poco de la tuya— mira al cielo, suspirando— es un poco fuera de lo común, pero así es mi familia.  Después de decirles, luego me miran raro y misteriosamente dejamos de ser amigos, espero que sigamos siendo amigos.


—…


— es imposible que tenga un hermano porque tengo dos mamás.


— dos…— espera… ¿dijo dos mamás? O sea… mamás, dos. Dos mujeres.


— Sí, Blair, dos mamás, están casadas y se quieren mucho, como todas las parejas— dice, sonriendo.- Y no quieren mas hijos.


— ¿es un chiste? Vamos, había pensado que eran miembros de una banda criminal, políticos o algo así. ¿Por qué dejaríamos de ser amigos solo porque tienes dos mamás?— es muy tonto. No es el único chico que tiene padres del mismo sexo. Sumiye tiene las mejillas coloradas, fuera de eso no parece que le afecte, incluso asiente, apoyando mis palabras.


— No lo sé, siempre me lo he preguntado.


— Liir, lamento decirte que la gente deja de ser tu amiga no porque tengas dos mamás sino por qué no te callas y siempre dices lo que piensas. Eso es incómodo.


— Oh… ¿en serio? Nadie me lo había dicho— Sumiye intenta reír discretamente, solo lo intenta, porque luego suelta una carcajada muy fuerte, que termina por hacernos reír a todos— entonces, ¿ahora según tu somos algo así como los rechazados?


— nunca dije eso. Pensaba en que las personas aquí parecen comportarse como en secundaria, y si fuera así, sin duda lo seriamos.


— Pero no estamos en la secundaria— tiene razón. Así que ahora mis amigos son una chica tímida que no habla el idioma correctamente y un chico demasiado extrovertido gay y con dos mamás.


— Liir, ¿Cómo es tener dos mamás?— Sumiye le mira con curiosidad. Aun no puedo respirar bien, el estómago me duele de reír.


—  bueno,  es… normal. Digo, no soy un espécimen raro, aunque estoy harto de las bromas en casa respecto a mis preferencias.


— ¿Bromas?— pregunto, arqueando una ceja.


— bueno, ¿Qué puedo decir? Soy el único en casa al que le gustan los chicos— Pff… suelto una carcajada, Sumiye también ríe. 


Reír es una buena forma de arreglar las cosas,  reímos mucho, no me importa que nos miren como si estuviéramos locos. Es gracioso, es liberador. Cuando dejamos de reír, Liir saca las cartas y esta vez  me uno a ellos en el juego.


Sumiye yo vamos por la tarde a la heladería, Liir se queda platicando a ratos con nosotros mientras terminamos las tareas que tenemos pendientes. Justo a la hora que termina su trabajo, Liir regresa con tres helados y se sienta con nosotros.


— libre al fin. ¿Festejamos?— nos pasa los helados. Liir ha estado realmente animado desde que nos contó su oscuro secreto como lo llamo él después de un rato.


— Esta bueno— es la primera vez que Sumiye viene aquí, no había podido invitarla antes. 


— ¿han jugado videojuegos? Hay uno muy genial, y necesito probar las nuevas mejoras para cuando me enfrente a Aiko otra vez. Ah, pero no se puede, mañana les mostrare. Será divertido.


— no entiendo de que hablas.


— ya lo verán mañana.


— mi hermana apostar en videojuegos. ¿Ustedes los hacen?


— sí, bueno, yo no hice este, pero si mi personaje. Me dejan usar cualquier arma que quiera, todo lo que imagine.


— eso sí que es terrible. ¿Qué tan loca esta tu hermana para ganarle a este tipo?— murmuro, distraído.


— oye… acabo de llegar aquí, apenas estoy entendiendo como funciona el programa. Además, quedar en segundo lugar no es tan malo. Si de pronto llego con más dinero a casa luego tendré que explicar cómo lo  conseguí. Mi mamá no está de acuerdo con las apuestas.


— ¿Cuál de las dos?— Sumiye se tapa la boca, como si hubiera pensado eso y no fuera su intención decirlo en voz alta. Liir ríe.


— las dos. ¿Saben? Deberían venir un día a casa.


— quizá un día.


 


Pronto los días pasan de esta manera, riendo por tonterías en las bancas, jugando a las cartas mientras pasan las horas libres.  Comiendo helados por las tardes y jugando ese videojuego que Liir nos mostró apenas tuvo tiempo. Me encontré esperando cada momento libre para poder salir de las clases y encontrarnos con Liir.


— Blair— la profesora deja mi último trabajo delante de mí. Justo  lo que me faltaba, la clase con la maestra Stella Hall, que para variar es una tortura.


— ¿un seis?


— Esfuércese para la siguiente— sigue por la fila, entregando los trabajos. Me estiro para ver el ocho en el trabajo de Sumiye.


— hey, esto no es justo. Ella me odia. ¿Por qué se supone que está mal esto?— ella no me responde, cuando termina la clase me quedo de pie frente al escritorio.


— ¿se le perdió algo?


— ¿Por qué tengo un seis? Tengo todos los conceptos que pidió y el desarrollo está explicando claramente la idea— ella me sonríe.


— no tan claramente. Faltan detalles en los conceptos, usa repetición de palabras y hay problemas en la secuencia de las ideas. Pero fue un buen esfuerzo.


— pero…


— esfuércese para la siguiente, al menos fue mucho más decente que el resto de sus compañeros. Ahora váyase antes de que decida reprobarle— es una malvada. Espero no volver a tener una clase con ella más. ¿Por qué no hay opciones para elegir?  Mientras camino escucho algunas quejas, al parecer ella dijo la verdad cuando menciono que me había ido mejor que a los demás.


— ¡Blair!— Sumiye me alcanza apenas salgo.


— pensé que ya estabas allá.


— ¿Cómo te fue?


— ¿cómo crees? nada, ni siquiera me dejo hablar. No hay remedio y seguiré teniendo un seis. Arruinara mi promedio.


— ¿tienes promedio?


— ¡Sumiye! que no sea el más listo de aquí no significa que no sepa nada. Soy listo.


— No como yo— ah, Myles. Le miro apenas un momento para apartarme— ¿crees que perder otra vez contra Liir?


— es que Liir es un maldito tramposo. ¿Por qué es el único que puede tener un cañón de plasma en su nave? Además, no tengo idea de cómo activar el camuflaje o el hipervuelo— eso es parte del juego que Liir nos mostró,  una pelea de naves espaciales por quien sabe que, no sé cuál es el objetivo del juego más que destruir las otras naves. Me siento como un niño quejándome de esto, pero el juego en si es entretenido.


— ser muy malo en eso— Sumiye ríe.


— ustedes hacen trampa.


— Blair, espera— ella me mira, aun sonriendo.


— Liir nos debe estar esperando.


—estar feliz ¿no? sonreír mucho ahora, desde lo de Myles no sonreír.  Ahora parecer menos preocupado, y no tener esa expresión de— no entiendo la palabra que dice— que ponías cuando Myles venia.  


— oh…— a decir verdad, he pensado muy poco en Myles últimamente. Ya no me parece tan malo lo que paso, y ahora solo siento un poco de malestar cuando le veo— supongo que no importa mucho, es mejor dejarlo pasar.  Vamos, que ahora si te voy a ganar en esa cosa.


— Claro—  puede que solo me hiciera falta dejar de pensar en todo, había quedado en punto muerto sin darme cuenta. Es bueno poder seguir.

Notas finales:

Gracias por leer. Nos leemos la siguiente semana.


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