Piernas esbeltas, cintura pequeña, pechos razonablemente grandes y firmes, figura torneada, cabello largo y negro, mirada fiera pero a la vez muy atractiva, labios siempre pintados de un rojizo pasional, impecable traje, dulce perfume. Hermosa por donde la miraras, para Tsuna fue inevitable no perderse en aquella imagen.
Al inicio sólo fue admiración, era su tutora después de todo, la mujer más hermosa que vio en su vida, una italiana atrayente. Pero después algo cambió. Poco a poco se dio cuenta que lo que sentía al estar cerca le apretujaba el pecho, la ponía nerviosa, incluso decía tonterías y recibía un castigo.
Cada que se miraba al espejo de cuerpo completo al terminar de ducharse, suspiraba, ella no era de cuerpo esbelto, era delgada y sus curvas no eran demasiado notorias, sus pechos eran pequeños, incluso más que los de su madre, su carita algo redondeada, sus ojos grandes y su cabello alborotado, podía decir que lo único que le gustaba eran sus labios color cereza, algo gruesos y que formaban una especie de corazón al sonreír.
—Tsuna —se recriminaba a si misma mientras secaba su corto cabello—. Jamás se fijaría en alguien como tú… ya deja de tontear.
Ese era el reclamo matutino antes de volver a su cuarto a cambiarse, pero en esa mañana no se dio cuenta que alguien permanecía parada en una esquina, escuchando en silencio y analizando cada palabra.
—Dame-Tsuna
—¡Reborn! —chilló hasta que incluso cayó de sentón— Como… no entres así —con vergüenza cubrió su cuerpo con la toalla mojada y trató de hacerse más pequeña
—¿Quién no te corresponde?
—Hum —rió nerviosamente mientras tanteaba a su alrededor en busca de su ropa, se sentía desprotegida al estar desnuda— nadie… no es nadie
—Dime y arreglaré eso —se acercó con rapidez hasta estar frente a la chiquilla que entrenaba
—Hum, no gracias
—Nadie puede rechazarte
—Pues muchos lo han hecho —suspiró antes de volver a ponerse nerviosa debido a la cercanía, lo único que pudo hacer es cubrir sus pequeños pechos con sus brazos y flexionar sus piernas en un intento por esconder su desnudez—. No tengo nada bueno
—Jamás te denigres, dame-Tsuna —le sostuvo del mentón mirándola con algo más de amabilidad—. Eres fuerte, decidida, amable, solidaria… hermosa y pequeña
—¿Crees que soy… hermosa? —susurró avergonzada
—Lo eres —curvó sus labios en una sonrisa— más de lo que te imaginas… —se perdió en esa mirada chocolate antes de continuar— por eso… nadie debe rechazarte
—Reborn… me gustas.
Y así fue como la pequeña décima Vongola dio su primera confesión de amor.
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Krat no había escrito un R27 fem, así que quiso intentarlo XD
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Este pequeño drabble ya fue escrito en facebook en el grupo R27 fan club (the chaos club), pero he decidido publicarlo también aquí para que no quede en el olvido