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Scary Love por Ale Moriarty

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Notas del fanfic:

Advertencias: Hurt/Comfort. Relación lésbica (mujer x mujer) si no te agrada este tipo de lectura, evita comentarios racistas y deja de leer.


Original


Palabras: 1,886 –OS-

Notas del capitulo:

Notas: Este fanfic nació con mis madrugadas de soledad, es un regalo de mí para el foro por navidad y año nuevo. Espero que este año 2018 sea provechoso para todos, les deseo mucha felicidad♥

SCARY LOVE

[Esta clase de amor era tenebroso, nadie me había amado de la forma en la que Jesse lo hacía. Ella era como un monstruo y le temía profundamente por lo que la hería con la única arma que tenía: mis inseguridades.]

Jesse volvía a verme con preocupación. De nuevo me había hundido en alcohol y había llegado a su puerta con la poca coherencia que me quedaba. No recuerdo qué pasó después de que sus brazos me envolvieron con cariño cuando caí al suelo.

Reconocí su habitación cuando abrí mis ojos, Jesse tiene un sentido del gusto horrible, no sabe combinar, cree que, porque todo es de un mismo color, debe buscar tonalidades similares. Este pequeño cuarto es purpura por todos lados; ventanas, muebles, cortinas, paredes e incluso las sabanas, siempre que despierto y miro el techo calar en mis ojos, siento la resaca con más potencia.

—Al fin despertaste, te deje la sopa en la mesa de siempre —entrecierro mis ojos y noto su amplia espalda, parece ocupada dibujando en su computadora. Jesse es una chica simple, no es una súper modelo, pero tiene lo que más importa, personalidad. Tampoco tiene el trabajo más llamativo del mundo, ilustra algunos cuentos o historias que le solicitan autores, tiene un estilo brillante e infantil.

—Me pregunto cómo una persona con tan poco sentido de la estética hace dibujos tan hermosos y llamativos —menciono mientras me siento en la cama y siento como si me metieran un desarmador en las sienes.

—No quiero escuchar consejos ni opiniones de una borracha.

Me empiezo a carcajear, siempre sabe dónde atacar para silenciarme. Me levantó con pesar de la cama y me tiro en el sofá que está a unos cuantos centímetros, Jesse no es la chica más hermosa del planeta, pero su sopa es un manjar para mis despertares del demonio.

—Jesse, ¿qué tal va ese trabajo?

Es una pregunta común para iniciar una conversación común, ¿cierto? Es solo que, en este momento yo sé que estoy siendo una completa desalmada. Sé que es lo que vendrá a continuación…

—¿En serio vas a fingir que nada pasó?

De repente, la sopa me sabe a desperdicios, es difícil de tragar, esta situación es imposible de digerir. La luz purpura me comienza a cegar.

—No pasó nada, ¿qué estoy fingiendo?

Sí, soy la reina de la crueldad. Soy esa clase de persona que todos detestan y señalan con el dedo diciéndole que es una perra sin corazón, pero ¿ellos que saben? No quiero herirla.

—Entonces lo repetiré para ti… —no, detente Jesse, no lo hagas. Te estoy dando la oportunidad de arrepentirte.

—Te amo, desde hace mucho.

Tic toc, escucho el insoportable reloj de su pared. Dejo la sopa a un lado y me recargo en el mullido sofá.

—Jesse… —suspiro cansadamente su nombre, ella fue la causa de mi borrachera anterior. Es extraño como fue la causa y termine volviendo a ella, soy patética y malvada.

—No tienes que ser una idiota Violet, si no me ves de la misma forma solo dilo.

Lo malinterpretas todo. Estoy viendo por tu seguridad, me preocupo por tus sentimientos y pisoteas mis buenos deseos.

—Nunca me di cuenta de esto, es difícil procesarlo —confieso.

—No, te volviste ciega a propósito. Son dos cosas muy diferentes.

Aprieto los labios y recojo mi cabello en una coleta. Lo último que veo antes de azotar la puerta de ese cuarto es el destellante color violeta que adorna cada rincón.

Jesse tiene razón, soy cruel.

.

.

.

Estoy en la orilla del río bebiendo una botella de vino tinto barato. Me siento tan estúpida al alcoholizarme para olvidar todos mis miedos, pero vamos, siempre he sido una idiota para lidiar con las emociones. Desde que observaba como mi madre se embriagaba cada vez que mi padre la abandonaba por su acostón nuevo, aprendí que esta era la solución más rápida para que mi mente viajara a un lugar más simple, más sencillo, menos doloroso.

No soy una chica realmente bonita, pero hay una cierta atracción en las cosas rotas, las perturbadas, las manchadas, existe una enorme admiración que las personas sienten por las personas desechas. Nunca me faltaron las chicas que cayeron con mi sonrisa falsa y el aleteo de mis pestañas. Nunca me atrajeron los hombres, los consideraba repulsivos, jamás soporte sus miradas lascivas en mis pechos y el resto de mi cuerpo.

Fui una mujer extraña, la chica de una noche, la fácil y de la cual no te enamoras. Eso era suficiente para mí. El amor siempre fue un sentimiento monstruoso, devoró el corazón de mi madre y la volvió realmente fea, una criatura dependiente que no pudo ver más allá de aquel hombre que le rompió el corazón, jamás pudo verme a mí.

Empino la botella y dejo que el líquido purpura manche mi piel al deslizarse de mis labios. Detesto este color, a veces creo que mi madre me llamó de esta forma por los moretones violetas que adornaban su cuerpo día a día, de esa forma jamás podría olvidarlo, yo sería el recordatorio de aquello que tanto le hizo sufrir y aun así amaba.

Lanzó la botella vacía al agua y observó cómo se va con la corriente. A veces quisiera hacer lo mismo con mi existencia, pero no puedo porque el rostro lloroso de Jesse aparece siempre que mis pensamientos negativos me comen viva.

Recuerdo el día que la conocí, las dos éramos unas completas raras en la secundaria. Jesse era la chica rechoncha y agradable a la que todos le pedían favores. La eterna amiga de los chicos y la mejor aliada para las chicas bonitas que amaban resaltar su belleza a un lado de alguien más simple.

Yo, por otro lado, era la chica extraña con la que todos querían revolcarse para luego olvidarla a la mañana siguiente, la muchacha que lucía como una hechicera y hacía rituales satánicos en la parte trasera de la escuela, era una completa gótica en ese entonces.

Ese día quizás fue el destino, pero la vi ilustrándome, era un dibujo tan lleno de color que me sorprendí de que Jesse me viera con demasiada luz. En ese momento decidí que esa chica y yo seriamos buenas amigas, jamás le pregunté la razón de que me dibujara, pero tal vez, como ella dijo antes, me quise hacer la ciega todo este tiempo.

—A la mierda el amor, ¿por qué tienen que cambiar las cosas? —me quejé tirándome en la hierba que crecía cerca del lago. Esperaba que ninguna psicópata decidiera ir a tirar un cadáver ahora mismo, no podía defenderme.

Escucho los crujidos de las hojas en los árboles, el sonido del agua, los ruidos de los grillos que parecen tocar una canción y el ulular de algunas lechuzas, maldita sea, ni en el puto río puedo tener algo de paz en mi cabeza. De repente, escuchó esas pisadas, las reconocería incluso teniendo un coma etílico en el hospital: es Jesse.

No me dice nada, solo siento la cálida manta sobre mi cuerpo, ¡esta idiota no teme ensuciar una cobija con la tierra o qué! No la entiendo, ¿qué es lo que vio en mí? No sé por qué, pero quiero llorar como una niña pequeña.

El silencio no me molesta, siento la calidez que emana su cuerpo y me arrulla como una pequeña bebé.

Tengo miedo, este amor es escalofriante.

—Te enfermarás si sigues en este lugar Violet.

No respondo, dejo que este amor del que tanto escapo me envuelva un momento, quiero dejarme engullir por las garras de aquello a lo que más miedo le tengo, tal vez así, sea capaz de afrontarlo algún día.

—¿Eres masoquista Jesse? —de nuevo, mi boca no sabe cuándo callarse de una puta vez.

—No lo sé, tal vez.

—¿Por qué no escoges a otra persona?

Veo tu sonrisa triste mientras decides apreciar la belleza de la luna en el reflejo del río, de seguro es hermosa porque la veo reflejada en tus ojos.

—¿Por qué tengo que escoger a alguien más Violet?

No puedo evitar el resoplido que mi boca emite. Esa es una buena pregunta Jesse.

—Te voy a lastimar —quiero alejarla, que se arrepienta de sus malditas decisiones, mírame. Mira lo que tienes al lado, un jodido huracán que arrasa todo.

—Ya lo sé, ¿esa es tu razón? Sé que estar contigo significa dolor.

—¿Entonces?

—Violet, sé que no entiendes nada sobre el amor, así que no intentes hallarle una razón lógica. Si pudiera escoger a alguien más, lo haría —me confiesas con una risa nerviosa. No te culpo, ni yo me tendría como opción. —Pero no puedo hacerlo, eres la única persona que me provoca sentimientos amorosos y creo que soy la única que es capaz de ver más allá de tu enorme muralla.

Me enderezó y dejo que la brisa golpeteé mi rostro.

—Me das miedo Jesse. —confieso titubeante, al fin dije mis pensamientos. Solo escuchó el suspiro alargado y la suave risa que escapa de sus labios.

—A mí también me da miedo amarte de esta forma, sé que saldré muy lastimada.

—¿Por qué las cosas tienen que cambiar?

—Ya no puedo seguir viendo cómo te destruyes, es doloroso. Me importas Violet, más que mi propia vida, me importas más que ninguna otra persona.

—A eso le tengo miedo, nadie me ha amado de esta forma, ¿qué pasará si decido amarte?

—Es un riesgo que deberás afrontar cuando suceda, no sé qué nos traiga el futuro, tal vez yo sea la herida, tal vez tú, tal vez las dos o quizá ninguna —veo como le quitas importancia al asunto y me sonríes tiernamente.

—Tu amor da miedo —menciono entre risas. No puedo con aquella lógica, estoy tan ebria como para discutir.

—Amarte da miedo —me sonríes de regreso.

Siento una tibieza en mis dedos y por impulso los entrelazo con los tuyos. Estoy aterrada de hacerme adicta a esta sensación y terminar como mi madre, mi rostro es girado y entonces pruebo el dulzor que esconden aquellos labios que dicen palabras tan lindas, me siento en un jodido cuento de hadas donde solo existen finales felices.

¿Tendremos el mismo destino? Dos lunáticas que deciden arriesgarse en el turbio sentimiento del amor, una temiéndole y otra arriesgando todo. Somos dos idiotas, dos patéticas chicas que se besan a un lado del río que que harán el amor en un cuarto tan purpura que repugna, viviendo día a día intentando ser felices y luego temiendo porque las cosas se jodan.

Me separó de aquellos suaves labios y observó el brillo en aquellos ojos cafés.

Ah, Jesse es un monstruo y me acaba de devorar.

—Te amo Violet.

Siento las lágrimas deslizarse por mis mejillas y la abrazó tan fuerte, como si se fuera a escapar de mí. Ahora comprendo a mi madre, entiendo por qué sucumbió a este sentimiento, sin lugar a dudas es más eficaz que el alcohol, es la única droga que ha llenado este vacío en mi alma.

—Te amo.

Y de nuevo me inyecta con esa dosis.

Tal vez algún día deje de temerle a este monstruo, pero desde hoy dejaré que me consuma de poco a poco porque se siente tan bien que comienzo a ignorar mi temor. Si tengo que volverme un monstruo, lo aceptaré mientras sea por esta chica…

Jesse, la única que fue capaz de amar a un ser corrompido como yo.

La única que fue capaz de ver luz en mí.

Y la única que me hizo amar el significado de mi nombre.

Fin.

Notas finales:

Espero sus reviews.


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