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Porque te amo - ZoSan por Legalxinsanity

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Notas del capitulo:

Aquí les traigo otra pequeña historia que pretendía ser parte de One Piece Week 2018, pero a última hora la reemplacé por otra. No la quise desperdiciar y luego de unas cuantas pulidas, se las traje. Espero que les guste.

Todos comenzaron a aplaudir y a gritar en una actitud efusiva apenas lo vieron ingresar. Zoro sonrió ampliamente y su mano fue a para en dirección al mango de una de sus espadas mientras sus pasos se dirigían a aquel ring rústico de pelea. Apenas puso un pie allí, su mirada escaneó todo el lugar.

¿Quién sería su oponente de esa noche? No lo sabía y no le importaba. Todos sabían que él era el mejor; no por nada había ganado ya 12 peleas consecutivas en lo que iba asistiendo a dicho lugar.

Llegaba un punto en que las peleas se le volvían tan sencillas, que ya no se entretenía en lo absoluto. Lo único bueno es que sus oponentes le eran anunciados antes de cada pelea, por lo que al menos ese factor sorpresa le hacía mantener la esperanza de que algún día alguien decente lo enfrentaría algún día.

Su primera batalla dio inicio. No fue nada especial; solo se trató de "God Usopp", el idiota que siempre lo retaba cada noche con la esperanza de ganarle. A Zoro solo le tomaba 2 minutos para destruir esa esperanza.

Luego, su segunda batalla; esta vez se trató de Robin, la única mujer que se atrevía a retarlo. Ella le agradaba bastante, por lo que él siempre se tomaba la molestia de medir su fuerza; por eso y porque si le hacía un solo rasguño, los hombres del público comenzaban a abuchearle.

Tercera y cuarta batalla con personas que no valía la pena ni mencionar. Al menos le sirvió para afilar un poco sus espadas.

Ahora, tendremos un enfrentamiento digno de cerrar la noche dijo el presentador de las peleas por medio de su micrófono barato. Dicho hombre señaló a Zoro, quien se encontraba sentado al lado derecho del ring—. Zoro, de la honorísima familia Roronoa, contra....

Tambores se dejaron escuchar. Zoro rodó los ojos; le parecía completamente innecesario esa patética pausa de suspenso.

Contra... Oh... el presentador hizo una mueca antes de pronunciar el nombre: Sanji... príncipe de los Vinsmoke

Zoro frunció un poco el ceño. No lo pensó dos veces y miró hacia el otro lado del ring, en donde un hombre de cabello rubio y cigarro en boca se había subido de un salto en la plataforma. El público comenzó a abuchearlo.

¿Qué hace aquí un Vinsmoke? dijo Lucci, quien se encontraba de pie a su lado. Zoro no respondió; se mantuvo observando con cautela al personaje que yacía de pie en medio del ring. Esa familia tiene los mejores guerreros. ¿Seguro que quieres continuar?

¿Bromeas? dijo Zoro poniéndose de pie de donde había estado sentado. Claro que continuaré. Esta podría ser la pelea que he esperado toda mi vida.

Caminó con dirección a la plataforma y trepó usando solo sus piernas, pues con sus manos desenvainó dos de sus espadas, blandiéndolas en el aire para provocar que ondas de aire golpeaban el rostro de su oponente.

El tal Sanji solo arqueó la ceja y se sacó el cigarrillo de su boca para botarlo al suelo y pisarlo. Lucía claramente tan listo como él para la pelea.

Zoro no pudo evitar fijar sus ojos en la cabellera de este.

"Rubio. Él debe ser el Vinsmoke cocinero", pensó Zoro. Sus ojos pronto se deslizaron hasta unos metros detrás de Sanji, donde se encontraba un personaje similar a este. "Cabello rojo, él debe ser el Vinsmoke mayor".

Dos Vinsmoke en ese lugar. Debía ser su día de suerte.

No estaría tan feliz si fuera tú dijo Sanji.

Zoro regresó su mirada a él.

No puedo evitarlo. Vencer a los otros no me daba más fama de la que ya tenía dijo Zoro sonriendo aún de manera más amplia. Vencerte a ti, por otro lado, me coronará como lo mejor que hay por aquí.

Oe, cariño, ¿no quieres mejor tú tomar el lugar de este cabeza de alga? dijo Sanji en dirección a Lucci, quien solo sonrió con diversión ante tal comentario. Algo me dice que peleas mejor que él.

Es cierto dijo Lucci.

Zoro solo fulminó a Lucci con la mirada.

Sanji, vence a esta basura de una vez para que podamos regresar a casa dijo el Vinsmoke de cabello rojo.

Ahora Zoro tuvo que también fulminarlo con la mirada.

Dalo por hecho dijo Sanji.

En ese momento, Sanji, con una expresión de completa serenidad, se hizo un poco para atrás, logrando así evitar que una botella de sake arrojada por alguien del público impactara en su rostro. Zoro no pudo evitar quedarse asombrado por tales reflejos; sí, solo eso. Ni le sorprendía la reacción del público, ya que bien sabía que los Vinsmoke eran considerados como "asquerosos altaneros mimados". En cambio, su familia, los Roronoa, eran más considerados como la "realeza del pueblo".

Será un honor patearte el trasero, "asqueroso altanero mimado" agregó Zoro en tono de burla. Espero que dures más de cinco minutos en batalla, porque no planeo ser considerado contigo.

Será un honor destruir esa confianza tuya dijo Sanji haciendo una pequeña reverencia para luego dar un par de pasos disminuyendo la distancia entre ellos. Estaban tan cerca que el mango de una de las espadas de Zoro rozaba uno de los muslos de Sanji. Mi primera noche aquí y tendré la oportunidad de humillarte... los ojos de Sanji comenzaron a escanear cada parte de su cuerpo, como si este buscara algo, hasta que finalmente llegaron a parar a su cabello. Entonces Sanji sonrió. marimo...

Jódete... dijo Zoro. Se tomó unos segundos escaneando igualmente a su oponente. cejillas...

Ambos se dieron un último gruñido y una última mirada llena de tensión antes de que cada uno caminara hasta una esquina del ring. Una vez ambos dieron la señal, una campanilla se dejó escuchar.

Zoro se apuró en acercarse blandiendo sus espadas mientras veía cómo Sanji lo esperaba listo para saltarle encima. ¿Qué clase de habilidad tendría y por qué lucía tan confiado?

Obtuvo su respuesta cuando, antes de siquiera pretender blandir su espada contra él, este tomó impulso y comenzó a ¿saltar?.... sí, a saltar por los aires.

Y así transcurrió la mejor-peor pelea que había tenido en su vida. Simplemente recordaría esa noche por el resto de su vida.

¿Por qué?

Porque todos enmudecieron esa noche, cosa que nunca sucedía.

Oh, sí, y porque en esa noche fue vencido por primera vez.

 


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