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Teenlock: Sherlock in high School por sherlocked221B

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Me restregué los ojos con pereza, “otro aburrido día de escuela” pensé observando hacia la ventana en donde se estrellaban las primeras gotas de lluvia advirtiendo de la gran tormenta que se avecinaba, me vestí con uno de mis tantos chalecos, deseando quedarme unos minutos más en la cama. Afuera el día no hacía más que empeorar, el fuerte viento provocaba que caminar se volviera realmente dificultoso, tenía suerte de vivir cerca de la escuela. Caminaba con los ojos casi cerrados por el diluvio que se avecinaba, intentando proteger mi rostro del frío y las ventiscas, por lo que no noté al chico que caminaba adelante mío hasta que choqué de frente contra su espalda. Trastrabillé alejándome unos pasos de él para mirarlo a la cara, era bastante más alto que yo, se volteó mirándome visiblemente irritado, jamás lo había visto, calzaba un enorme y grueso abrigo que le quedaba a la perfección, dándole un aire de misterio

­—podrías poner más atención por donde caminas—dijo él usando un tono arisco, su voz era grave, más grave que la mía, incluso a mis 17 años.

­—Lo…siento—dije rascándome la cabeza  incómodo, pero el muchacho solo había rodado los ojos con fastidio, alejándose a grandes zancadas, sin interés por escuchar mis respectivas disculpas—idiota engreído—murmuré repentinamente molesto.

Me dirigí a mi clase no sin antes pasar unos minutos peleando con la combinación de mi casillero. Me senté en mi pupitre apoyando mi rostro entre mis manos, realmente deseaba estar en mi cama en esos momentos, podría haberme reportado enfermo…demasiado tarde, pensé fastidiado, de pronto me percaté que  Stacy me observaba desde el otro lado del salón, regalándome una coqueta sonrisa, intenté correspondérsela pero aún seguía bastante molesto por la actitud del chico, llevaba años en ese colegio, conocía prácticamente a todos sus estudiantes pero a él jamás lo había visto… “si lo hubiese visto lo recordaría, no es un rostro fácil de olvidar” sacudí mi cabeza, ¿en qué estaba pensando?. Por fin llegó la maestra de Biología, suspiré resignado a soportar toda una jornada de aburridas clases en silencio, aguantando los deseos de escaparme e irme a casa.

—Buenos días a todos y todas, hoy antes de iniciar la lección daremos la bienvenida a un nuevo integrante de nuestra comunidad educativa, espero que lo acojan con mucha amabilidad. Pasa querido, ¿deseas presentarte tú mismo? Dinos tu nombre y el motivo de tu ingreso a este centro educativo, también puedes decir cual es tu materia favorita…y si practicas algún deporte…

Levanté el rostro con algo de curiosidad y lo vi. Nuevamente ese muchacho con el enorme abrigo que por poco le llegaba a los pies, caminó con paso tranquilo hasta detenerse en el centro del salón, paseó su fría mirada cada uno de nosotros, sin detenerse en ninguno en especial, su rostro permanecía neutral, sin emoción alguna, yo en su caso estaría temblando de los nervios, es decir…sería “el chico nuevo” “el raro” “el sin amigos” …y yo no hacía amigos con facilidad, pero él mantenía una actitud completamente imparcial. Finalmente suspiró con…¿aburrimiento? Tal vez…

­—¿Es estrictamente necesario? —dijo dirigiéndose hacia la maestra

—¿perdón? ¿Qué es necesario?

—presentarme, no comprendo cual es la necesidad de revelarle a la clase información que no es de su incumbencia y que probablemente sus mentes no alcanzarán a retener por más de 5 minutos. Basta con decir que mi nombre es Sherlock Holmes.

—bueno…Sherlock…es lo que se hace, son normas sociales ¿acaso no acostumbran a seguir las normas básicas de educación de donde tu vienes? — dijo la maestra visiblemente ofendida, sacando algunas indiscretas carcajadas por parte de algunos de nuestros compañeros,  el joven apretó los labios con coraje esbozando una sutil mueca de desprecio. Supe enseguida que ese chico no era de los que se quedan callados, se avecinaba el contraataque verbal.

—las normas sociales obedecen a costumbres arcaicas inventadas por hombres y mujeres de mente lineal…no veo la necesidad de seguirlas a la perfección, podemos saltarnos algunos pasos innecesarios del protocolo social ¿no cree? —sonreí ante su planteamiento, realmente era muy buen orador, y no tenía temor alguno de enfrentarse a las figuras de autoridad…jamás me habría atrevido a hablarle así a una maestra y más siendo el nuevo, es decir…todos al inicio deseamos causar buena impresión a quienes están por conocernos, bueno…corrijo, todos menos Sherlock, a quien realmente no le importaba lo que pensáramos respecto a él.

—bien…con ustedes Sherlock Holmes…el revolucionario, damas y caballeros­­—ironizó la maestra volteándose hacia la pizarra, dando por terminada la contienda con el chico—Sherlock toma asiento

Él dio un profundo suspiro antes de comenzar a caminar dirigiéndose hacia los lugares disponibles, luego de esa escena que había montado era lógico que la mayor parte de mis compañeros pusieran sus bolsos sobre los asientos vacíos para evitar que un muchacho tan desagradable fuese su compañero de clase. Sherlock pasó por mi lado y…quizás por educación…quizás por empatía o por curiosidad, retiré mi bolso de la silla vecina, él se percató de ese detalle e inmediatamente tomó asiento a mi lado, sonreí disimuladamente. Lo miré de reojo había apoyado sus codos sobre la mesa y miraba al frente juntando sus manos bajo su barbilla con actitud sumamente concentrada.

—eso fue brillante…osado y probablemente te ganes una detención como castigo pero…brillante sin duda—susurré

—¿de verdad lo piensas? —dijo extrañado, arrugando el entrecejo con incredulidad

—claro que si…jamás me habría atrevido a hacerlo…—confesé

­—acabas de botar tu lápiz—dijo sin siquiera mirarme

—¿Qué?

—tu lápiz—en ese momento me di cuenta que me había quedado mirándolo atontado, llegando a botar un par de lápices de mi pupitre, me agaché a recogerlos, sentí la sangre subiendo a mis mejillas.

—gracias por el aviso…Soy John Watson, por cierto—dije mirando hacia el frente,

—ya lo sé—dijo en un susurro

—¿cómo puedes saberlo? —cuestioné con incredulidad

—en tu bolso están escritas tus iniciales…John es un nombre muy común en Londres, el balance de probabilidad…es que o te llamas James o John…y “Watson” está escrito en uno de los lápices que botaste hace unos instantes, fue muy sencillo—dijo con aire de aburrimiento

—brillante…—susurré para mí mismo, ese chico si que era observador.  No volví a mirarlo durante toda la clase.

Para mi fortuna a causa de la tormenta cancelaron las clases como medida de contingencia, por lo que salimos sorprendentemente temprano. Me encontraba de pie en las escaleras de la entrada a la escuela, mientras luchaba por abrir mi paraguas entre las fuertes ventiscas. Mis ojos inconscientemente siguieron a Sherlock quien avanzaba hacia el exterior de las dependencias de la escuela sin importarle en lo absoluto el frio, el viento o la lluvia mojando su rizado cabello, su abrigo flameaba como nunca. Iba a emprender el rumbo hacia mi hogar cuando vi como el grupo de brabucones de la escuela observaban a Sherlock divertidos, dándose codazos los unos a otros mientras reían a carcajadas. Hasta que Anderson, su líder avanzó hacia el rizado, haciéndoles señas a su séquito de seguidores para que lo acompañaran en la nueva fechoría que planeaba hacer…ese chico estaba en problemas, sabía como terminaría eso…seguí caminando rumbo a mi casa, pero por alguna razón me detuve abruptamente cambiando de rumbo, corriendo contra el viento hacia donde se habían ido esos brabucones tras Sherlock. El chico nuevo estaba en problemas


 


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