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Eso no se dice cuando conoces a alguien por MizaiTan

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Notas del fanfic:

Boom! Volví despues de mi semi-hiatus. Estupido trabajo que solo me deja tiempo para dormir.

¿De dónde salió esto? De pensar que le debo algunas disculpas a algunos lectores que han esperado actualizaciones.

Oh, y que amo los Soulmates asi que no pude resistirme.

Reglas de este universo?

En tu muñeca izquierda naces con un tatuaje donde está la primera frase que tu alma gemela te dice. No puede desvanecerse ni borrarse de ninguna forma

Toda la vida Joey ha sido objeto de burlas por distintas razones que simplemente le resbalan o de las que se puede librar pateando algunos culos.

Sin embargo hay una burla que lo ha perseguido toda su burla, incluso desde antes de poder aprender a leer para saber qué carajos era esa risita oculta de sus padres al ver su muñeca.

La razón por la que durante sus veranos en primaria usaba chamarras para poder tapar su muñeca, porque ya había aprendido a leer y por fin entendía toda la burla.

Puedo verte el trasero, perro.

 Su alma gemela es muy desconsiderada para decir tal cosa en su primera reunión.

Cuando era pequeño sólo podía apretar sus parpados y labios y huir rápido, porque no había nada que decir contra eso. Hasta que fue mayor y aprendió a partirles la madre a quién dijera algo, cualquier que siquiera tratara de llamarlo perro podía joderse un día entero en el hospital, cortesía suya.

Sufrió bullying pero se puedo defender con el tiempo, aunque realmente quería al menos partirle la cara a su alma gemela por arruinar su muñeca de esa forma.

Incluso en los trabajos de medio tiempo le pedían al menos ponerse un brazalete, porque tener alguien con comportamiento desvergonzado podría arruinar su negocio. No les rompía la nariz a los jefes solo… porque necesitaba el dinero.

Por supuesto que siente ira por su alma gemela pero con el tiempo fue reemplazada por una gran curiosidad.

¿Qué rayos andaría haciendo cuando se encontró con su alma gemela?

No sólo es llamado perro, sino que parece que andaría desnudo de cintura para abajo.

Quizás se volvería stripper o bailarín en el tubo.

Eran las únicas opciones en su libro.

 

Xxx0xxx0xxx

 

-Eres un maldito bastardo, Devlin.

-Creo que es gracioso como el infierno.

Allí estaba Joey, luego de perder contra el chico nuevo, cumpliendo una apuesta que debió rechazar cuando la oyó. Pero él es Joey “terco” Wheeler y no retrocede a su palabra.

Claro que todo lo filosófico se fue al caño cuando su parte de la apuesta tuvo que ponérsela en el baño.

En serio. De todas las cosas posibles ¿Por qué esto?

Yugi vio su sufrimiento y de inmediato se paró al frente suyo.- ¡Duke! ¡Esto es demasiado!

-Pero debes admitir que en realidad es gracioso como el infierno.- Ríe Tristán detrás de su mano, ignorando el resplandor de muerte que le da Joey.

¿Por qué de todas las cosas tenía que ser un puto disfraz de perro?

Hasta de bailarina de ballet hubiese sido mejor.

-Ya basta.- Todos voltean al escuchar la voz de Yami de repente.- Yo lucharé contigo por la dignidad de Joey.

Pues gracias. Joey rueda los ojos.

Aunque al menos debe admitir que lo que sea que pasa con su alma gemela es sin duda menos complicado que lo que ocurría con Yami y Yugi y su cambio de tatuajes de alma gemela cada vez que se cambiaban entre sí.

No quiere estar en su pellejo. Aunque ahora mismo tampoco quiere estar en el suyo cubierto de un maldito disfraz de perro.

Era humillante, porque de alguna forma todo lo que reflejaba su infancia estaba reducida a un disfraz, pero moriría antes que admitir que tiene ganas de correr y esconderse, es ante todo un hombre.

-¿Ese es Joey? – Pregunta una voz detrás, a quien reconoce como Mokuba, el chico que a veces sale con ellos. Y el imbécil tiene la astucia de reírse.- No puedo creerlo. ¡Te queda perfecto!

-¡Mokuba! – Es Tea quien lo defiende, porque Joey se ha quedado congelado pensando si su alma gemela pensaría lo mismo y sin querer una nube melancólica lo cubre.

Una mano pequeña es puesta en su antebrazo.- ¿Joey? – Pregunta ligeramente angustiado de haberlo ofendido. Pero Joey no tiene ganas de jugar a ser el hermano mayor que suele faltarle por andar conquistando el mundo según lo que dicen las noticias del famoso…

-¿Kaiba? – Pregunta Yami curioso mientras Joey escucha nuevos pasos llegando a ellos.

Oh genial. Al fin conoceré al famoso bastardo hermano de Mokuba y me verá en esto. Piensa aun peor. Usualmente estaría más que todo enojado pero el maldito traje de perro le consumía, en serio.

Siempre había tenido ganas de decirle unas cuantas verdades al bastardo que trató de lastimar a Yugi mientras él estaba enfermo. Está matriculado pero nunca lo ha visto en la escuela porque se dedica 100% a su empresa.

Pero ahora no sería tomado en serio por andar como un perro.

Esa sola palabra ha taladrado su mente más profundo que cualquier cosa y es aún peor al pensar en la situación en la que su alma gemela le diría tal cosa.

- Puedo verte el trasero, perro.

Joey cubre su cara con sus manos.- Quiero morir.

Hay un breve silencio donde esas dos frases parecen cavar en lo más profundo de los cerebros no sólo de los que lo dijeron, sino de los testigos que han leído las muñecas.

-H-Hermano.- Es Mokuba quien encuentra su voz primero.- ¿E-Ese no es…?

Mokuba no acaba su frase porque Kaiba de inmediato se acerca a Joey y lo voltea para ver su cara con seriedad.- ¿Alguien te lastimó? ¿Quieres que te lleve al hospital? ¿Psiquiatra? Sólo dilo, tengo el dinero.- Habla rápidamente sin titubear peor con leve pánico, sólo detectable para Mokuba.

Joey mira al castaño un momento cuando de repente la frase empieza a hundirse en él.- Espera.- Frunce lentamente el ceño.- ¿A qué rayos te refieres con trasero?

Kaiba parpadea un par de veces y señala hacia su cadera.- Tienes un roto y puedo verte el trasero.

Joey se voltea de inmediato y después de buscar por unos segundos al fin encuentra el famoso roto, una pequeña abertura no más grande de un centímetro donde puede verse parte de su bóxer negro.

-¿Tienes una maldita vista de águila o qué? ¡Apenas lo acabo de notar! – Sigue mirando el roto sin poder creer que esa estupidez haya generado todo. Mira a Seto Kaiba con el ceño fruncido.- ¡No se supones que así saludes a las personas! ¡¿Tienes idea de lo que he tenido que pasar oír eso?!

Kaiba también le frunce el ceño y se acerca.- ¿Y tú qué crees que he tenido que pasar yo? Toda la vida pensando que mi alma gemela se quería suicidar.

Joey hace una o con su boca y toma la muñeca de su alma gemela para ver que efectivamente eso dice

Quiero morir.

Ahora siente vergüenza, pero por primera vez en años, muy diferente.

-Es cierto.- Dice Mokuba metiéndose, aunque todos los demás le negaba con la cabeza, porque esto era una conversación privada entre almas gemelas. Pero Mokuba los ignora en favor de defender a su hermano.- Mi hermano quería hacerse el más poderoso del mundo para poder proteger a su alma gemela.

Antes que pueda decir más, Kaiba le lanza una mirada que lo hace callarse. Pero Joey ha escuchado más que suficiente.- ¿De verdad? ¿Por mí? – Dice, por primera vez olvidando su ridículo tatuaje.

Kaiba se cruza de brazos arrogantemente.- Por supuesto, nunca dejaría morir a mi alma gemela.- Dice sin duda alguna aunque pone sus manos en los hombros de Joey.- Sólo para rectificar. ¿No eres ningún suicida, o si?

-¡Claro que no! – Le aparta las manos. Mira su muñeca, ahora cubierta con el disfraz de perro pero sabe exactamente dónde está cada palabra. Suspira.- Supongo que estamos a mano.

Kaiba alza la ceja analizando la situación para luego asentir con un suspiro.- Supongo. Ahora bien. ¿Por qué demonios me alma gemela usa un disfraz de perro?

Joey se rasca la nuca.- Pues…

-Perdió una apuesta conmigo.- Dice Duke, viendo que al fin la conversación “privada” terminó. Aunque se arrepiente ligeramente al ver el resplandor peligroso en los ojos del castaño.

-¿Oh? ¿No te gustaría apostar conmigo entonces? – Dice Kaiba con una sonrisa que demostraba otra cosa que alegría.- Aunque me gustaría apostar más que sólo la ropa de mi alma gemela.- Lo miró de pies a cabeza.- Tal vez quedarme con los derechos de éste juego sería un buen comienzo por avergonzar a mi alma gemela.

Joey abre mucho los ojos, al igual que todos los que estaban reunidos.- ¡No hay que llegar tan lejos, Kaiba! – Es Yami quien exclama rápidamente.- Además, ya lo reté a un juego.

Kaiba no quita la mirada de Duke.- Es mi deber protegerlo, quédate fuera de esto.

Joey sacude la cabeza y mira hacia el castaño.- ¿Deber? ¡Puedo cuidar de mí mismo!

Kaiba dirige la mirada hacia Joey.- Es mi deber desde que esa frase apareció en mi muñeca.- Vuelve a mirar hacia Duke.- Ya es muy tarde, ya me hice a la idea. La próxima vez ten cuidado con lo que le dices a los demás.

Joey siente que una vena se crispa en su sien.- ¡Esa frase va para ti, idiota!

Duke y Kaiba se acomodan en sus puestos. Y a pesar de todo el fiasco de la situación de las almas gemelas, Joey no puedo evitar una pequeña risa. Que ridículo que tanto bullying se debió a un pequeño roto en su traje.

-¡Oye, pequeño cachorro! ¡Aún no se tu nombre! – Kaiba grita desde su lugar y Joey demora unos segundos en resolver que se trata de él. Su ceja se crispa y su puño se aprieta.

-¡Es Joey Wheleer! ¡Y basta ya con lo de los perros!

Sólo recibe una sonrisa arrogante en respuesta que claramente podía leer que no dejaría el tema. Contiene su enojo y lo expulsa en forma de suspiro para luego sonreir y ahuecar su mano.- ¡Está bien, presumido! ¿Qué tal esto? ¡Si ganas vamos a una cita!

Kaiba no dice nada pero el agarre en los dados demuestra que no le parece mala idea en lo absoluto

Notas finales:

See, porque es imposible para mi pensar que algo como "primeras palabras" en este par no se convierta en algo caotico como esto.

Espero les haya gustado.

Besos!


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