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Cette Fois por Kunay_dlz

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Notas del capitulo:

ok... ¿recuerdan que comenté que no tenía computadora propia?... bueno, sigo sin tenerla.

 

Es curioso cómo la inspiración y rl timpo que tienes acceso a una computadora no funcionan,escribir en el celuilar es muy tedioso y termino fastidiada... pero no, no me he olvidado del fic.

 

Y.. abrí una cuenta en wattpad, es probable que ahpi suba mis antiguas historias y agregue otras. Lo más seguro es que valla transportando mis historias sin editar, o cambiar temas de los que se habían abordado... menos las historias incompletas o un one-shot particularmente fuerte.

 

Gracias por leer la aburrida nota del capítulo.

 

Pdt: no me maten.

 

  Viernes, 26 de abril de 2019.

 

 
 
Cette Fois 

X
Le temps est assassin et emporte avec lui
 
 
 

 
 
El tiempo pasa y pasa y no se puede detener. Siempre creí que ya lo había aceptado. Siempre creí que las memorias de mi otra vida me habían dado el entendimiento suficiente para aceptar cualquier cosa que esta vida me ofreciera; así lo cuando me vi abandonado del mismo James, cuando me vi débil ante un enemigo que había ganado la guerra y apoderado del mundo mágico convirtiéndose incluso en Ministro... me vi aceptando el reto de participar una vez más en el Torneo de los Tres Magos... me vi incluso sintiendo pena por las acciones de Charly en las que no había medido las consecuencias de colocar mi nombre en el Cáliz de Fuego... me vi aceptando, analizando eventos que han ocurrido en estos meses, lejos de Francia, lejos de la Academia, muy lejos de Octavio.
 
Y ahora, estoy aquí, tratando de encontrar un recuerdo de mi otra vida que me ayude a pensar, analizar lo sucedido, a hacer cualquier cosa a "sentir".
 
No quiero sentir, no quiero hundirme... esto es tan... es, injusto. Octavio, viejo... mi protector, mi abrigo... no puedes dejarme.
 
Alguien intenta alejarme de él, alguien ha rodeado mis hombros y jala de mis brazos para que me ponga de pie y... y ellos puedan disponer del cuerpo de Octavio. Pero no quiero alejarme, no quiero que me alejen de él porque si lo suelto, si le dejo ir, será aceptar su partida.
 
Y no quiero.
 
No quiero.
 
Octavio...
 
Sin importarme el cómo pueda verme me aferré más su cuerpo, rogaba porque abriera los ojos, porque me jalara el cabello y dijera lo tonto que soy por preocuparme por él... quería que me mirara una vez más con su mirada gentil, con ternura en sus ojos cuando me veía muy pensativo en las pociones que me propongo aprender... Octavio... mi salvador, si no fuera por él... no sé que habría sido de mí en este mundo tan cruel donde sí tenía familia pero que no me quería, en un mundo donde a pesar del conocimiento que portaba nadie me tomaría en cuenta por mi aparente edad.
 
Sentí que alguien tomaba mi rostro entre sus manos, cerré lo ojos pues no quería ver a nadie más que a Octavio.
 
--Lo siento, Señor Evans, pero tiene que permitir que se hagan cargo del cuerpo. --dijo el Ministro en tono neutro.
 
Negué con mi cabeza. No le entregaría a quien fue mi protector a nadie del Ministerio. Ahogando un gemido, me obligué a hablar.
 
--No deseo que sea atendido por agentes Ingleses, deseo que sea extraditado a Tolouse, a nuestro hogar. --dije con hilo de voz.
 
--Será más...
 
--Será como lo he decidido. --afirmé, no le dejé continuar, no le permitiría ganar en nada más.
 
--Señor Evans, está en shock, quizá si nos permitiera ayudar sería un peso menos en sus hombros. --dijo el Ministro.
 
--Si es un ser querido, jamás será un peso Ministro. --le contradije --Si el Maestro en Pociones Severus Prince me permitiera hablar con él, se lo agradecería.
 
--El Maestro Prince no tiene asuntos relacionados a esta ocasión.  --dijo Gaunt.
 
--Lo sé, pero Octavio fue su Maestro, estoy seguro que ese es motivo suficiente para apoyarme en mi deseo. --declaré.
 
Seguí con mi vista en Octavio, debía asegurarme que fuera trasladado a Francia, para ser enterrado junto con su amada en L'ïle du Grand Ramier... estaba haciendo una jugada peligrosa al solicitar ayuda de Snape/Prince, esperaba que aún mantuviera presente la memoria de mi madre de este mundo para que me ayudara, si no, entonces sería un favor el que le debería y que podría usar para ganar puntos con su Señor Obscuro.
 
Había tanto que pensar, ya después me volvería a deshacer, ya después volvería a implorar porque Octavio siguiera con vida.
 
Sentí llegar a Snape/Prince, alguien le hizo saber que yo le había solicitado. Volví a decirle mis intenciones de trasladar a Octavio, tras una mirada intensa de esos ojos obscuros prometió ayudarme. Se dio la vuelta y tras otro par de minutos aparecía con cinco personas claramente del gobierno francés. 
 
Fue entonces que le solté, fue entonces que dejé ir a Octavio a casa, a reposar con su amada... Snape/Prince se encargaría de ello.
 
Volví a derramar lágrimas al saber que no podría acompañarle, ni a su entierro ni a tramitar su acta de defunción y esos ritos con los que se despedía a los muertos... el Contrato Mágico con el Cáliz de Fuego me lo impedían.
 
Vi a Snape/Prince guiar a quienes se encargarían de Ocatavio, me volví hacia el Lago Negro... el lugar de la Segunda Prueba.
 
Casi reí con histeria, ¿cómo pudieron traer a Octavio desde de otro país tan solo para una Prueba? Qué casualidad que su Poción no le funcionara... que esta Poción provocara una reacción inusual en Octavio, acortando su efecto, haciéndole despertar bajo el agua... llevándolo a su muerte.
 
No era justo.
 
Octavio no tenía culpa alguna, no tenía por qué morir ahora, no cuando había estado pensando en lo mucho que disfrutaría hacerme sufrir bajo su tutela si en verdad quería conseguir el título de Aprendiz, y luego de Maestro de Pociones... no cunado justo ahora tenía un Aprendiz al que le estaba torturando.
 
Un Aprendiz... Barty Junior.
 
Volví a cerrar mis ojos. Depende del Contrato de Aprendiz que Barty haya aceptado, podría quedar bajo MI Tutela... Octavio es-era tan sádico en sus condiciones de Aprendiz que casi podría suceder; era tan extremo que por ello tan solo ha tenido pocos Aprendices dispuestos a sus mandatos, inusuales, espartanos, casi torturas con cosas que a veces ni estaban relacionadas con Pociones pero... tan sabio, certero, sólo sus Aprendices han alcanzado el título de Maestro en los cinco continentes.
 
Él decía que a sus aprendices no les decía lo que debían aprender de un libro, de un vivero... les enseñaba a pensar, a investigar y experimentar... les enseñaba a encontrar su propio estilo y florecer en él. Cada continente tenía sus propias reglar para reconocer a un Mago o Bruja como Maestro en Pociones, había exámenes distintos, parámetros distintos pero al cada uno saber su arte, lo demás era pan comido. O eso decía.
 
--Señor Evans, --escuché a alguien hablar --debería entrar al Castillo y permitir que Madam Pomfrey le revise.
 
Miré hacia abajo, seguía empapado por el agua... no sentía frío, tenía mi varita en mi mano sostenida con firmeza, noté que no había escuchado a nadie más porque todos estaban bastante alejados de mí; una especie de domo no les dejaba avanzar.
 
Charly, James, Sirius, Remus y Madam Maxime era quien más hacían ademán de acercarse. No sé la razón. Ninguno de ellos podría hacer algo para que yo pudiera sentirme diferente... para sentir algo. Traté de relajarme y desaparecer el domo que mantenía a todos a raya, pero yo también emprendí mi camino a la carrosa de Beauxbatons, quería estar solo y tratar de entender que Octavio ya no estaría esperando en casa, ya no se preocuparía por mí como si de su hijo de tratara... ya no será el padre que nunca tuve.
 
 
¨*´¨*´¨*´¨*´¨*´¨     ¨*´¨*´¨*´¨*´¨*´¨     ¨*´¨*´¨*´¨*´¨*´¨
 
 
Snape solía compararme con James (en mi otra vida, en ésta) ¿me comparará con Lily?
 
No tuve duda que me reconoció. A pesar de mostrar su cara vacía de toda obvia expresión, pude ver que más de una ves llevó sus ojos a mi cabello, que por el reflejo de la luz de la ventana a mi derecha lograban verse los destellos rojizos, y a mis ojos cuando yo no le miraba directamente... estos simples hechos, aunque sutiles, me dijeron que sí, él me compararía con Lily. 
 
No hablamos mientras nos observábamos, ambos bebíamos té y yo comía algunos pastelillos. Se supone que no lo conozco. Pero mi inusual interés en él podría denotar que sí lo he visto antes, no sabía cómo reaccionar, no sabía cómo iniciar una conversación sin quedar como un idiota al que quedaría ante sus ojos como otro James... aunque por mi apariencia, esta vez me parezca más a Lily.
 
Y no, no hay alguna 'misteriosa razón' por la que no quiera quedar como un idiota. Tampoco es como si hubiera motivos raros o inusuales para acercarme más a él. 
 
Tan solo, en mi vida pasada, me protegió varias veces, sacrificó demasiado. Y es cierto que fue a causa de ese error en su juventud; dar parte de la profecía a Voldemort... y causar todo lo que le sigue. Pero, sacrificó demasiado, el resto de su vida luego de convertirse en espía para Dumbledore. En esta vida, si es posible, me gustaría agradecer su sacrificio hacia el recuerdo de mi madre.
 
--Así que, al fin apareció el heredero Potter. --dijo condescendiente.
 
.
.
.
.
.
 
Desperté. Mi cuarto estaba en penumbras, mi cabeza se sentía pesada, mis brazos me estaban matando y un pié punzaba de vez en cuando... al parecer sí necesitaba ir con Madam Pomfrey.
 
Avivé el fuego de la chimenea, me debatía entre salir de la carrosa e ir a la Enfermería o esperar... alguien tocó a la improvisada puerta de mi "cuarto", Madam Maxime quería verme, había personas que deseaban hablar conmigo, ya llevaba encerrado tres días y estaban preocupados... le dije que iría al Ala Médica y después me presentaría en la Sala de Profesores.
 
Con una mirada que no había visto en ella, se inclinó y con sus enormes brazos rodeó mis hombros, me dio el pésame y volví a recordar la razón por la que estuve ausente tres días... tres días y un sueño con Snape me despierta. 
 
Totalmente bizarro.
 
Luego de una ducha caliente, vestirme y colocarme una de los abrigos que Octavio me regalara cuando envió mi baúl desde casa... usé el abrigo verde obscuro, el blanco me sacaba lágrimas por lo brillante que era y mis ojos estaban cansados. Suspiré y salí de la carrosa hacia el castillo. Era hora de enfrentar a todos.
 
 
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Comenzaba a extrañar los regaños de la enfermera que en mi otra vida estuvo tan presente como el dolor que debía curar... pero también me veía como si estuviera deseando ver a otra persona. Me pregunto si alguna vez alguien podría verme sin querer encontrar a alguien más... incluso Octavio veía al hijo que pudo haber tenido con su amada.
 
Merde... esta forma de enfrentar el dolor no me agrada mucho, el cinismo es algo que espero no se quede conmigo.
 
Sin mucho ánimo salí de la enfermería, ignoraba a aquellos que seguían por los pasillos a pesar de ser fin de semana y visita al pueblo cercano, usé algunos pasadizos secretos que aún funcionaran, caminaba en automático, seguía pensando en lo que haría de ahora en adelante. Sin duda, no regresaría con los Potter, ni con Black o Lupin... ni por consuelo, ni por la sangre y mucho menos porque no hay nadie que esté esperando en una casa vieja en una región de Francia. 
 
La sala de profesores estaba repleta, todos los involucrados en Torneo estaban presentes, dos representantes del gobierno francés, Snape/Prince y dos Aurores del Ministerio Británico... eran simpatizantes de Gaunt, no ercuerdo sus nombres pero estoy seguro los vi en un juicio... no, esta memoria mía se vuelve más espesa conforme avanza el tiempo.
 
--Señor Evans, permitame expresar mis condolencias. --dijo uno de los representantes franceses.
 
--Gracias, ¿podría brindarme un informe del estado en el que... del cuerpo de Octavio? Se lo agradecería demasiado. --dije en francés sin importarme si los demás entendían o no, como esperando mi petición, el otro representante me extendió un pergamino.
 
Ignoré a todos y a todo. No estaba de ánimo para escuchar más pésame, recibir simpatía que rayaba en la lástima ni condescendencia por ser "menor de edad" y huérfano. Sobre todo, evitaba el tema que se alzaría en cuanto mi custodia.
 
Saqué aire que había estado reteniendo desde hace muchos días. Este informe es bastante detallado, viene con lo que pudo haber salido mal en el organismo de Octavio como para provocar su muerte y... no sé cómo sentirme ahora. 
 
La poción usada era confiable, no hubo nada en su composición que provocara directamente la muerte de Octavio... fue el mismo metabolismo de mi querido viejo lo que consumió más pronto el efecto de la poción.
 
¿Y ahora a quién culpo?
 
¿A los organizadores por no hacer pruebas antes de suministrar la poción?
 
¿A Octavio por no decir que su metabolismo era diferente debido a su profesión?
 
¿Al mismo Torneo por tomar la vida alguien tan importante para mí?
 
Estaba temblando. Alguien retiró el pergamino con el informe de mis manos, fue ahí que noté el temblor en mis manos, volví a la realidad cuando James sacó su barita amenazando al representante, le decía que no era correcto que me dieran algo tan fuerte como ese informe, que pensaran que yo no era más que un niño y que ese informe tan solo me traería dolor, y otras cosas más.
 
--¿Podría calmarse, señor Potter? Los caballeros suelen estar muy ocupados como para perder tiempo de más en este lugar. --me volví hacia los representantes y les ofrecí asiento en un lugar relativamente alejado de todos en el salón de profesores --Espero que todo esté en orden, de lo contrario, me temo que tendrá que esperar a que termine el contrato mágico en el que estoy envuelto. --seguí hablando la lengua natal de los representantes, no esperaba que alguien más interrumpiera. Me equivoqué. 
 
--Si me permite, Señor Potter, espero que permita que alguien le asesore en sus menesteres con los representantes del gobierno francés. --dijo Gaunt de manera que todos lo escucharan y entendieran, mientras se acercaba, James y Sirius estaban por tomar su camino hacia nosotros.
 
--No lo permito, no es necesario y por favor, Ministro, no interfiera en cosas fuera de su jurisdicción. --corté en ese instante sus intenciones --Suficiente tengo con resolver asuntos personales en un salón lleno de extraños al tema en cuestión.
 
Ignorando a todos menos a los representantes frente a mí, hablamos de los gastos del funeral, de los procesos legales, de la herencia de Octavio y el desenlace de su aprendiz... como lo pensé, ahora Barty Junior está bajo mi custodia y aunque sería muy divertido obligarlo a ser MI aprendiz, no era el momento, no tenía la paciencia y no dejaría que Gaunt obtuviera información por medio de su más leal seguidor.
 
Además, yo seguía siendo menor de edad ante los ojos de todo el mundo.
 
Estaban por abordar mi custodia cuando interferí. 
 
--Caballeros, sin mentir, ustedes y yo sabemos que desde que el Cáliz de Fuego me eligió como participante y fui obligado a participar, tengo el estatus de emancipado legalmente. --ellos me vieron sorprendidos, pude escuchar que quienes seguían escuchando empezaban a murmurar, hallaron la manera de saber lo que sucedía con migo y los representantes franceses.
 
--En efecto, señor Evans, de manera no oficial usted puede ser reconocido como una persona independiente de acuerdo a las condiciones del Torneo de los Tres Magos. --contestó uno de los representantes,
 
--Sin embargo, sigue siendo visto como menor, señor Evans, legalmente necesita un tutor...
 
--No es necesario, al regresar a Francia intentaré entrar formalmente con mi educación de Medimago. Ese aprendizaje es bastante demandante y el aprendiz reside en la institución sede. --dije con firmeza. A veces me pregunto de dónde saco tanta cosa, jamás me habría visto como Medimago.
 
--Señor Evans, los Aprendices de Medimagia son, prácticamente, puestos en cautiverio hasta que se cumpla la Maestría o...
 
--O el Aprendiz en cuestión renuncie. --completó el otro representante.
 
--Quizá no lo entiendan del todo, señores, la única familia que me impedía sumergirme en la Medimagia ya no está... nunca fui bueno con las personas, y realmente me gustaría estar pensar en algo que me agrade, que puede ser mi vocación y que, si como usted lo insinúa, no puede ser capaz de terminar la Maestría, lo poco que logre conocer me será de gran utilidad. --decreté.
 
--Si ese es su deseo, señor Evans, tramitaremos su Emancipación Oficial lo más pronto posible. --aseguraron luego de intercambiar una mirada significativa.
 
Los representantes se marcharon. Luego de dos horas me sentía cansado. Y hambriento. Tallaba mis ojos con mi mano derecha y sentí que alguien se sentaba donde estuvieron sentados los representantes franceses.
 
--Mhm, Harry... tú... --iba a seguir hablando mi hermana, pero fue interrumpida.
 
--Su empeño por dedicarse a la Medimagia, señor Potter, me dice que desea estar lo más lejos posible de Inglaterra. ¿Qué dirá su padre? --dijo Gaunt, tomando la palabra muy a su manera.
 
--No lo sé, Ministro, mi padre murió hace unos días. --dije sin emoción alguna.
 
--Harry... --intentó amonestarme Harriet.
 
--Le siento más hostil hacia todos nosotros, espero no nos culpe por tan desafortunado accidente, señor Potter. --siguió Gaunt, en busca de alguna reacción explosiva de mi parte, estoy seguro, los Aurores que siguen a su lado no habían retirado.
 
--Por supuesto que los culpo, --dije mientras Harriet llevaba sus manos hacia su rostro para ocultarlo --no importa cuántas veces digan que la seguridad es prioridad, no importa las veces que aseguren que nada fatal sucederá... me vi lejos de mi hogar, lejos de mi escuela, me vi...-- mordí mi labio inferior, no quería llorar a mi viejo frente a mi ´enemigo´ --me vi en la peor situación posible, ni siquiera he podido decirle adiós al hombre que ha sido mi padre desde que tengo memoria.
 
Cerré los ojos y respiré profundo.
 
Definitivamente no iba a llorar frente a ninguno de ellos.
 
--Harry... --llamó James --en verdad lo siento, lo que sucedió con tu padre --titubeó --pero quiero que sepas, que aquí siempre tendrás un hogar, aquí estaremos tu hermana, Sirius, Remus y yo, para lo que sea que necesites.
 
--Gracias por la oferta, sin embargo, ya tengo planes para después del Torneo, y no espero que se hagan ilusiones, no volveré a suelo británico a menos que sea necesario. --aseguré.
 
Varios quisieron hablar al mismo tiempo, a ninguno le presté atención. Todos decían lo mismo pero en distintas palabras y con varios tonos.
 
--No obstante, señor Potter, recuerde que si usted gana el Torneo, habrá otros asuntos a tratar. --resaltó Gaunt.
 
--Y como le dije la última vez que hablamos sobre los premios del Torneo, le repito, Ministro, no me interesa. --decreté.
 
Hubo silencio. Pese a mis palabras formales, el tono usado y mi expresión no dio una muy buena impresión. Y tal parece que nadie le ha hablado así al Ministro si el rostro descompuesto de sus seguidores, y de los demás, servían de referencia... incluso los más impulsivos de mis conocidos quedaron desconcertados.
 
--Si mal no recuerdo, señor Potter, la única excusa que usó fue su edad, no obstante, he presenciado lo maduro que puede ser. --dijo con una gélida convicción.
 
--Permítame corregirlo entonces, Ministro, usted puede ser el hombre con mayor poder político o mágico de todo el mundo, pero ni en cien años yo podría estar interesado en usted de manera romántica. --su rostro no demostraba nada, sus ojos en cambio me recordaron a los de Voldemort de mi antigua vida --Y antes de que lo intente, no cedería ante advertencias suyas o de sus conocidos: los Potter, Black y Lupin se saben defender, y la única familia por la que daría hasta mi propia alma ya no está conmigo. 
 
Le miré desafiante, sentí la opresión de su Magia en todo el recinto, vi a sus seguidores acobardarse, vi a los demás mirar al rededor en busca del peligro que sentían... los ojos de Gaunt se volvieron rojizos, y, más que temer por mi vida, rogué en silencio para que terminara.
 
--/Si tanta aberración sientes por nosotros, ¿qué es lo que te detiene, niño insolente, para marcharte del Torneo?/ --siseó. 
 
Estaba hablando Párcel, estaba demostrando su poder, sus seguidores estaban por arrodillarse y parece que ni respiraban.
 
--/No es mi deseo perder mi Magia, es lo único que ahora puede unirme a quien consideré mi Padre, es lo único que me mantuvo vivo todos esos años./-- le contesté igual.
 
Yo y mi deseo de jugar Ruleta Rusa con mi vida.
 
Aprovechando el estupor general me dirigí a mi Directora, le ofrecí mi brazo y salimos del Salón de Profesores. Aún tenía cosas que arreglar y ya estaba harto de dar explicaciones, y también, debo alejarme del pensamiento de acabar con mi vida al provocar la furia del mago obscuro.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
>>Continuará...
 
 
 
 
Notas finales:

Gracias por leer,


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