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Cette Fois por Kunay_dlz

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Notas del capitulo:

Según yo, habían trece capítulos...  dón de fue al úlitmo?

Espero que improvisando la continuación esta hisotira seiga teniendo sentido. Y no no la he abandonado, solo que sigo sin computadora propia y la falta de tiempo no ayuda. Lo pero es cuando tienes tiempo pero nada de ideas.

 

 

Cette Fois 

XIV

Quelqu'un m'a dit    

 

 

Esto es absurdo. De nada sirve el tiempo que me tengan como No-Sospechoso realizando No-Interrogatorios en una No-Celda del Ministerio de Francia... cómo se supone que procese mi expulsión como Aprendiz de Medimagia si tengo que preocuparme porque me tengan encerrado y tal vez valla a juicio por Terrorismo (si siguen con las mismas estúpidas preguntas) o por asesinato.  

Merde.  

De pronto siento tanta frustración que desahogarme no hará más que aumentar sospechas en mi comportamiento. En esta No-Celda relativamente amplia, con una cama y una mesita donde he estado sentado durante las visitas de Oficiales (Aurores u Administrativos) se está volviendo familiar. De nada sirve suspirar o intentar dormir. Incluso el haber escuchado las voces fuertes y casi histéricas de los Potter-Black-Lupin por no permitirles verme me distrae lo suficiente.  

No niego que sonreí, entre tanto caos esa pequeña parte de mi vida se sintió natural, al igual que mi mala suerte.  

Siento alguien acercarse, otra vez, vienen otros dos magos a hacer esa rutina de interrogatorio donde uno de ellos es amable y hasta comprensivo mientras que el otro es el malo que trata de intimidar con su postura agresiva y con amenazas incluso sacando su barita a punto de usarla en mi contra. Que gracioso, siento haber visto esta rutina en otro lugar.  

 

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--Sigo sorprendiéndome, señor Evans, que en lugar de estar nervioso o de prestarse a lo que le piden los Aurores, los reciba con una ceja alzada y postura cansina. --escuché al mismo Gaunt decir a mi espalda, me levanté de la cama en la que al fin decidí descansar.  

--Ministro, creí que estaban prohibidas las visitas. -- dije al mirarlo de frente, observé también que no hay rastro de la tortura a la que estuvo expuesto.  

--En realidad, señor Evans, vine a hacer las preguntas que hasta ahora no me han podido responder. --casi bufó, se sentó sobre la mesa en la que me han interrogado dejándome la opción de elegir mi propio asiento --Verá, señor Evans... en realidad me facilitaría las cosas si me permite dejar de lado los formalismos y llamarlo por su nombre -- sonreí sin querer, este sujeto no de daba por vencido --está bien, está bien, tenía que preguntar de todas maneras.   

>>Señor Evans, --recalcó el desgraciado --durante la boda de los señores Weasley, sus amigos del Torneo de los Tres Magos, si mal no recuerdo, usted estuvo a punto de salir gravemente lastimado si no fuera por la intervención de Lord Black, el padrino de Charly Potter y amigo de escuela de Lord James Potter y el Profesor Remus Lupin... de igual manera se vio cautivo con personas de cierto estatus en calabozos ubicados en-  

--Ministro Gaunt, por favor, ¿Qué es lo que en verdad quiere saber? -- dije al momento que me dejaba caer en la cama, tanta palabrería me estaba asfixiando.  

El Ministro se quedó helado, no estaba acostumbrado a ser interrumpido por lo que se ve... ¿qué tantas complicaciones obtendré con este antagonismo hacia su persona? Lo escuché carraspear (muy elegantemente) y volví a mirarlo.  

--Había olvidad por un instante lo irreverente que puede ser, señor Evans. --dijo casi impaciente.  

--No me disculparé, hay mucho en mi mente como para esperar a que haga las preguntas que dice "no tiene respuesta". --concluí.  

--¿Cómo escapó de la celda en la que usted y otros estaban? --dijo al fin.  

--Aproveché el momento, los magos y brujas con los que compartía celda dieron oportunidad que los "Guardias" abrieran. --suspiré, era lo mismo que ya habían preguntado los Aurores, creí que Gaut tendría otro tipo de dudas.  

--¿Cómo convenció a los demás de seguirlo en su misión de rescate autoimpuesta? --dijo sin inmutarse, casi como si no estuviera escuchando algo relevante.  

--No los convencí de nada, tan solo avancé y puede que todos los demás me siguieran, no lo noté. --contesté aburrido, en serio siguen siendo las mismas preguntas que se repiten y se repiten y se repiten... y se repiten.  

--¿Por qué asesinó a el último mago en salir de la choza, supuesta base de operaciones de los bandidos? --siguió de inmutable incluso al decir la palabra asesino.    

--Lo crea o no, Ministro, no voy por ahí pensando en qué mago o creatura mágica me apetece asesinar a cada momento del día. --cerré los ojos, me es difícil lo que voy a admitir en voz alta por enésima vez  --La vida de ese mago me costó mi carrera, por si no lo han notado ni usted ni todos aquellos que insisten en lo mismo. --dije entre dientes.  

Gaunt se quedó mirándome por un tiempo, quizá contemplando mis respuestas, sobre todo la última o tratando de ver si era la verdad lo que le contestaba.  

 

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La boda fue bastante elegante, buena música, buena comida... los Black, Lupin y Potter tratando de hablar conmigo para convencerme de ser esa familia feliz de la que habían alejado, prefería bailar una par de piezas con el Ministro cuando lo pidió, luego decidí irme... la estaba pasando extrañamente bien y eso no era normal.  

A mi salida una explosión muy cerca de la boda llamó mi atención y la de los otros invitados, se escuchó otra explosión del otro lado y luego, algo cayó a mis pies... redondo, metálico, y antes de poder identificarlo Black ya me tenía bien sujeto y sentí todo obscurecerse.  

Desperté por gritos y alguna palabrotas, agudicé mis sentidos antes de abrir los ojos y al hacerlo, observé a mi alrededor vi una especie de celda, varios invitados gritando a un par de guardias que se burlaban de los pobres magos sin magia atrapados en el calabozo... ubicando a Lupin y dos de los pelirrojos hermanos del novio, me puse de pié, me acerqué a los barrotes y en un descuido de los guardias logré alcanzar a uno, dos golpes certeros lo dejaron inconsciente, el otro idiota se lazó hacia mi persona y con un buen jalón su cara fue a dar con uno de los barrotes, ya en el suelo me agaché para buscar llaves en sus ropas, las encontré y salí.  

No supe de los demás hasta que llegué a una celda similar a la que quedó atrás, Lupin se me adelantó e intentó abrir la puerta... ahí estaban los Potter y Black, seguí avanzando y tras otras dos celdas llegué a un cuarto con varias cosas nuestras apiladas, entre esas cosas las baritas, tomé la mía y seguí avanzando.  

Llegué a una explanada con ruinas al rededor, escuché gritos demandando recompensas, explicaciones y alguno que otro de dolor... estaban torturando a alguien.  

Antes de poder entrar, cinco magos, Lupin, Black y Potter incluidos me dijeron que no me moviera más y ellos asaltaron el lugar. Tras varios minutos salieron con el ministro en mal estado, y tras ellos, un mago mal parado que apuntaba su barita a los que no podían verlo ya que estaba a sus espaldas... fue instinto, la maldición que estaba por pronunciar el mago era la asesina, estaba seguro. No lo pensé, alcé mi barita y dije lo primero que me vino a la mente... el mago cayó muerto.  

Los que estaban casi frente a mí me miraron sorprendidos, el resplandor de mi hechizo les pasó muy cerca, se volvieron y notaron de lo que se habían salvado. Los ojos de Gaunt eran extraños. Potter y Black estaban más bien sorprendidos, no dijeron mucho luego de lo sucedido.  

También notaron que yo había tomado la vida de alguien más.  

No pasó luego muchas cosas, desactivaron lo que nos tenía atrapados y no tuve que hacer nada, Aurores llegaron a la escena y me llevaron a interrogar... junto con otras víctimas del atentado.    

 

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El ministro dio una mirada hacia la puerta custodiada, soltó un poco de aire con discreción y hasta su postura cambió un poco, me miró a los ojos y esta vez habló mostrando un poco lo que sus máscaras públicas ocultaban.  

--Bien, ya he realizado las preguntas que me pidieron hiciera a cambio de interrogarlo. Ahora, lo que yo quiero saber, es ¿por qué no se sintió indefenso cuando se enteró que el uso de magia esta bloqueado y no tenía su barita como todos los demás, sin poder Aparecerse fuera de la celda... señor Evans, por qué no sucumbió al pánico como todos los demás? --preguntó esta vez con real interés inclinando su torso hacia mi, como si esperar que le cuente algún secreto.  

--De nada sirve el pánico, Ministro, --contesté -- si he aprendido algo útil hasta hora en situaciones estresantes, es a no perder la cabeza y aprovechar cada oportunidad prensentada para asegurar que esa situación no se vuelva peor. --fui honesto, es una de las reglas que tengo bien grabadas en mi memoria.  

--Una perfecta regla de supervivencia, señor Potter, --aprobó el Ministro, llevó sus manos bajo su barbilla, simuló su interés --¿Su repertorio de hechizos? su varita muestran una variedad de escudos, aturdidores, algunos de mayor defensa casi a nivel Auror. --exclamó otra vez con total curiosidad.  

--Leo mucho, señor Ministro, con mi Padre aprendí a ser curioso por todo, no solo lo superficial de mi duda sino todo lo posible, el Torneo de los Tres Magos inició con esos hechizos de Defensa y no he parado desde entonces, incluso si no los realizo a menudo, por fortuna. --no creo que sea prudente decirle que hay hechizos que vienen a mi mente de manera sistemática, como si ya los hubiera realizado y conociera sus efectos además de saber que funcionarán.  

--Claro que no, como Medimago era sus trabajo el curar y brindar ayuda...  

--a toda forma de vida, no quitarla, lo sé, Ministro, --interrumpí nuevamente --esa es la razón por la que ya no podré ser Medimago, ni algún tipo de sanador, --susurré --por lo que he hecho nadie confiará en mi para curarlo ni aunque digan que sí. --noté la duda en el Ministro y continué --A diferencia de un Maestro en Pociones que brinda antídotos embotellados, el Mago tan solo tiene que confiar en la Poción no el Pocionista, con un Medimago es diferente, tienes que darle permiso de revisar tu cuerpo y tu magia, si no confías en el Medimago la misma magia actuaría en defensa, la más mínima duda y no serviría de nada lo que el Medimago pudiera hacer, no si no hay consentimiento.  

Lo vi entender, al fin alguien entendió que este pequeño acto al termino de la mala experiencia porque no puede ser llamado secuestro, una acción precipitada que me constó toda mi carrera.  

--Lo lamento, señor Evans, pudo haber sido un gran Medimago. -- expresó Gaunt.  

--Eso no podré saberlo, Ministro, -- suspiré --por favor prosiga, de verdad que ya quiero irme de este lugar. -- dije al momento que di una mirada a la No-celda.  

--Aunque no lo crea, señor Evans, la verdadera razón por la que está aquí y que nadie se atreve a preguntar... es por el último hechizo que realizó, el que causó la muerte de uno de los terroristas. -- esta vez no hubo emoción alguna ni en su voz ni en sus facciones, volvió a su máscara.  

--No recuerdo dónde lo aprendí. --dije la verdad --Tan solo reaccioné, ni recuerdo el por qué usé ese hechizo en particular, solo sabía que detendría a los que iban a atacar a James, Sirius y a usted por la espalda.  

--Y los tres le estamos agradecidos, señor Evans, sin embargo, ahora estamos preocupados... está bajo sospecha de practicar las Artes Obscuras a tal grado de querer declararlo un Lord Obscuro. --se escuchó muy serio.  

Y lo admito, me reí, no pude evitarlo.   

En serio, casi podría calificarse como histeria.  

Me dolió el estómago.     

 

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Esa reacción, mi risa histérica, hizo lo que he estado evitando todo este tiempo... me regresaron a suelo británico.  

Muy inestable, dijeron, muy peligroso, aseguraron, mucho conocimiento sin un focus me hacía sospechoso sentenciaron; para volver a cualquier parte de Francia necesito pasar por una serie de pruebas a parte de tener un trabajo estable y economía sólida.   

¡Por favor!   

¿Eso en qué ayudaría...? es decir... ¿cómo...? digo... ¡merde!   

Los magos y sus pensamientos ilógicos, absurdos, sin fundamento que me desesperan a cada momento. A veces me pregunto si el que haya estado con muggles en mi infancia es lo que me diferencia del pensamiento irracional de un mago normal, bueno, un mago nacido en el mundo mágico.  

De acuerdo, como decía, voy de vuelta a suelo británico, mi antiguo Maestro me ha permitido usar la casa a las afueras de Londres mientras él regresa para una despedida adecuada. Más bien para castigarme por perder mi oportunidad de seguir bajo sus enseñanzas. Y no es que los Potter, o Lupin y Black, incluso Gaunt no ofrecieran acilo, de por sí, una de las condiciones de volver a mi patria sin evaluaciones ni supuesto nombramiento como Lord Obscuro, fue si seguía con mi trabajo como Guardaespaldas del Ministro Gaunt.  

Me agradeció el que le hubiera rescatado de los terroristas (aunque fueron James y Sirius quienes en verdad entraron a rescatarle) y como recompensa a mi valor me ofreció sacarme del Ministerio de Francia a cambio de trabajar para él. Y no, tampoco me dejó 'elegir' si tomaba o no su propuesta, ya tenía todo preparado para mi trasferencia.  

--Maldito desgraciado. --dije en voz alta.  

--Cretino idiota. --secundó Charly.  

--Degenerado decrépito. --aportó Sirius.  

--Puedo escucharlos. --exclamó sin mucho interés Gaunt.  

--Ese es el punto. --dijimos los tres.  

Mi traslado fue en una carrosa con el espacio suficiente para los Potter, Black, Lupin, Gaunt y tres Aurores (leales a Gaunt), algo acerca de un traslado seguro y sin incidencias, claro que "mi familia" no me dejaría a solas con el Ministro. A veces me pregunto de los privilegios que gozamos para que Gaunt nos tenga tanta paciencia. Sirius y Charly siguieron con los insultos, yo miré a James, estaba muy callado, lo descubrí mirándome... como tratando de memorizar cada aspecto mío.   

Era bastante incómodo.     

Ah qué manera de viajar.

 

 

 

>>Continuará...

 

 

Notas finales:

Gracias por leer.

 

Domingo 12 de abril, 2020.


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