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Cette Fois por Kunay_dlz

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Notas del capitulo:

En verdad tengo que buscar un trabajo que me de chance de escribir cuando tengo la inspiración.

 

jueves 24, 2020.

 
Cette Fois 

 
XIV
 
Que tu m'aimais encore
 


 
 
 
El trabajo de Guardaespaldas del Ministro era un tanto aburrido. Gaunt se la pasaba en juntas de Consejo del Cuidado Mágico para Nuevos Magos y Brujas; donde trabajan los Potter, Black y Lupin por lo que pude recordar de nuestro primer encuentro, reuniones en el Ministerio de Mágia sobre nuevas leyes o anulación de antiguas; como el que ahora seres con Magia dejaran de ser catalagados como Creaturas en lugar de Magos o Bujas, recuerdo que James Potter y Sirius Black eran fervientes defensores y promovían esta ley... por Remus Lupin y alguien escuché murmurar a un tal Hagrid.  
 
Lo aburrido inciaba cuando se explicaba lo mimo una y otra y otra y otra vez a antiguos Lords que eran leyes para una mejor integración del Mundo Mágico; nacidos de Muggles o ya llamados Magos de primera generación y aquellos que tienen sangre de otras creaturas en su ser así como los hombres lobo que también tenían derecho a... ya, en verdad la política no es para mí. Las pabalabras no se me dan y mi paciencia, aunque a veces bien disimulada aquí no me serviría.
 
Era extraño ver a Gaunt en un lugar que parecía hecho especialmente para él. Cada uno de sus discursos estaban diseñados a contestar posibles futuras preguntas, reafirmaba cada uno de sus puntos y hasta parecía hacerle gracia cuando le cuestionaban ya que les recordaba que la respuesta ya la había hecho saber, era casi como si les recrordara que pusieran atencipon a sus discursos; también él hacía preguntas a quienes presentaban oposición, le encantaba lucirse en cuanto a conocimiento y alto entendiemiento de cosas que no se tomaron en cuenta... era un arrogante con derecho, lo admito.
 
Al estar en público solo se han presentado dos ataques, uno de un grupo opositor a su puesto en el gobierno y otro a dos civiles que decían su vida fue arruinada por él, el ilustre Ministro de Magia. Y no, no fui yo quien los detuvo, Gaunt siempre está bien protegido, siempre le acompañan otros dos Magos a parte de mí, mientras uno se dedica a la defensa el otro ya está al lado del agresor, es aturdido y "enviado" directamente a la oficina de Aurores.
 
Donde sí se presentan varios atentados a su vida, es en visitas internacionales. Donde no puedo acompañarle deacuerdo al Acuerdo con el Ministerio Francés. Estúpidas leyes.
 
Como frecuento el Ministerio, es normal encontrarme con Black, Potter y Charly, a veces Lupin está con ellos y terminamos compartiendo una mesa en el retaurante más cercano en el Callejón Diagon, en el lado Muggle o en un ala de la oficina del Ministro donde también se nos une; esas comidas son las más entretenidas, entre todos nos encargamos de hacer desesperar a Gaunt cambiando de tema tan seguido que a veces realmente me pierdo en los temas que tratamos... es lo más cercano que me he sentido parte de su familia. En otras ocaciones, hsta he llegado a pensar que Gaunt también difuta de todo el desastre que son esas comidas, una vez hasta admitió odiar volar en un tonto juego de Quidditch a lo que los dos Potter y Black casi lo atacaban subiendo a la mesa arruinando la comida... reí tan fuerte que caí de mi asiento y tuve que salir del lugar.
 
No, tampoco es como si de pronto Gaunt me agradara o que al fin aceparía todas esas propuestas de los Potter de vivir con ellos en lugar de seguir en la casa mi antiguo Maestro a las afueras de la ciudad y donde el vecino más cercano era un granjero gruñón que me advirtió no pasar a su propiedad.
 
La vida ha sido tranquila.     
 
 
 

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Esto no puede estar pasando. Tiene que ser una broma. Tiene que...
 
--Evans, contrólate, fue solo... -- se interrumpió el Ministro al oler la taza que hace poco tenía en mis manos.
 
Cubrí mi rostro con mis manos, sentí mi cabeza dar vueltas pero sabía que no debía abrir mis ojos, no debía ver a nadie directamente, no debía... quería vomitar. Quería matar con mis manos a quien se atrevió a usar tal poción.
 
--Esto está prohibido, ¿cómo lograron introducirla al Ministerio? -- murmuraba con ira el Ministro.
 
Aguanté la respiración, forcé a mis piernas a moverse lejos de la gente reunida y dispuesta a acercarse a dar sus felicitaciones. Un solo contacto con alguien equivocado y no podría controlar el efecto de la poción... retardarla más, antes de... llegué a la gran puerta de roble para al fin salir del salón, estaba en una gala en honor a la reelección de Gaunt. Cierto, en el brindis, tomé la copa del Ministro para oler y tal vez probar... y fue cuando lo sentí: el olor del aire fresco, el ligero olor a leños quemados en la chimenea y un ligero olor a hierbas para pociones. Uhg.
 
--Tranquilo Evans, te llevaré a... --escuché a mis espaldas, hablando con forzada calma.
 
--Mi casa, con mi Maestro, antiguo Maestro. --lo interrumpí.
 
--Esta urgencia... -- iba a hablar otro guardaespaldas, un Lestrange, era extraño que su voz sonara cálida... no, no, efectos de la poción, no es verdad, piensa, me repetía.
 
--No aceptaré ayuda de nadie más, no confío en alguien más que no sea mi... --volví a interrumpir, pensaba en otras cosas, en los nombres de los ingredientes de las pociones que preparé con Octavio cuando lo conocí, el primer libro que me regaló, la vez que mi Maestro me dejó en medio del Amazonas para observar mi instinto de supervivencia sin barita... pensé en otras cosas menos en el olor que percibía cerca de mí.
 
--Evans... --llamó con firmeza.
 
Me alejé de su tacto cuando Gaunt no accedió a mi demanda, estaba seguro que haría a Lestrange llevarme directo a San Mungo... volví a retener el aire en mis pulmones cuando lo escuché exhalar aire por su boca, seguro estaba exasperado.
 
--Está bien, cachorro caprichoso, hagamos las cosas a tu manera. --susurró el Ministro.
 
Dio algunas ordenes a Lestrange, él mismo tomó mi brazo y tras la incomodidad del ser trasladado, ahora sí vomité sin más, caí de rodillas y tras varios minutos con arcadas escuché llegar a alguien más. Era mi antiguo Maestro quien como saludo me aturdió por completo.
 
 
 
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Desperté en mi cuarto, me pesaban los ojos y también la cabeza, me di la vuelta y sentí un tirón como cuando dormía con el cabello largo sin trenzar... mi vista estaba borrosa, no sé si decir que me sentía mejor o peor que el día de ayer. 
 
Estúpida poción prohibida.
 
Aún con el cuerpo pesado me levanté de la cama y fui a asearme, me di cuenta al fin que mi cabello estaba igual de largo que años pasados y tras rebuscar bien entre mi baúl encontré unos lentes que usaba cada que el efecto de la poción de mi vista se terminaba y no contaba con otra a la mano; me llevó tiempo pero bajé al comedor donde encontré a Gaunt conversando con quien fue mi Maestro.
 
Durante mi camino hacia la mesa casi tropecé, por suerte ninguno de los dos hizo por acercarse y tras recuperar el equilibrio terminé mi viaje hasta el asiento vacío. Tras un parpadeo ya estaba una taza de té frente a mí y sin más la tomé. Poco a poco las palabras intercambiadas las fui entendiendo y para la tercera taza de té se podría decir que ya estaba bien recuperado.
 
--Como veo, ya estás en el mundo de los vivos, gracias a mí, por supuesto, podrías explicarme ¿en qué estabas pensando al caer bajo un encantamiento tan... --se pausó mi antiguo Maestro para dar un sorbo a su té -- mundano, como lo es una poción estupefaciente?
 
--Yo quisiera saber, el ¿por qué no reaccionaste como un loco enamorado lo haría? --añadió el Ministro -- Ya que es el efecto ocasionado en la mayoría de seres bajo los efectos de tal poción.
 
Solo suspiré, típico de ellos.
 
--Hola Mestro, que gusto verlo después de tanto tiempo; su casa está bien cuidada y sigo con mis lecturas; también tengo un trabajo aburrido cuyo único punto de interés sucedió ayer. --dije a mi "Maestro" para luego girarme hacia el invitado no deseado --Ministro, lamento no haber caído a sus pies y rogar ser parte de su familia o mostrar un deseo de tener su-
 
--Si a esto le llamas "tener mi casa bien cuidada", no quiero ni sabe que tan actuales sean tus lecturas. --interrumpió el amargado anciano.
 
--Tenía la firme creencia que era una persona sensible, aún a tempranas horas, señor Evans. --exclamó el Ministro tras su taza de té.
 
--Y yo tenía la firme creencia que esta casa no era de su propiedad, como el resto del mundo, para actuar como dueño y señor. --dije tranquilo.
 
--Yo creo que solo la casa nunca será de su pertenencia. --murmuró el anciano para ganarse una mirada asesina. 
 
--Yo creo que le queda bien el pelo largo, señor Evans, son los anteojos lo que me recuerdan a Lord Potter. --comentó Gaunt --Me informaron que con el antídoto usado todos los efectos de pociones en su persona serían nulas, y compruebo que es verdad.
 
Mi antiguo maestro lo miró con el ceño fruncido, creo que no le agradó la opinión de Gaunt, si hay algo que el Medimago no perdona es que cuestionen sus conocimientos.
 
 
 
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Curiosamente, ni mi Ex-Maestro ni el Ministro se llevaron muy bien, tampoco se odiaron... tan solo... fueron indiferentes. Gaunt usó su voz pública, el Medimago no se veía muy afectado del título de mi jefe y siguió siendo su apático ser.
 
Tras dos horas de convivencia casi forzada, el Ministro me pidió acompañarlo a la puerta donde aprovechó para recordarme acerca de la Asamblea que se llevaría acabo por la tarde en el Ministerio. Más política. Casi suspiro.
 
--La verdad, Ministro, no entiendo mi papel como Guardaespaldas en Asambleas o Reuniones en el Ministerio cuando se trata solo de discutir leyes, a veces me pierdo entre lo rebuscado de sus argumentos y necedades; hoy que llegó mi antiguo Maestro prefiero quedarme con él. -- expuse.
 
--Ya veo. Señor Evans, que la política no es de su agrado sin embargo, y como habrá notado la noche anterior, a ún en eventos dentro del Ministerio puede haber ataques a mi persona por lo que requiero de sus servicios de protección; tengo en cuenta su buen actuar ante el incidente desafortunado por lo que sé realiza bien su trabajo. --exhaló pesadamente, casi se le ilumina el rostro para proseguir -- Otra de las opciones que se presentaron para su liberación del Ministerio Francés era el matrimonio. --mencionó como si del clima estuviéramos hablando.
 
--Oh... en ese caso... tendré que contactarme con el señor Prince. --dije de igual manera para cerrarle la puerta en la cara.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
>>Continuará...
 
 
 
 
Notas finales:

Gracias por leer.


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