Cette Fois
XXII
Adieu
Qué lugar tan curioso, bien iluminado aunque no podía ver de dónde provenía la luz que no lastimaba la vista, me vi sentado con una mesa frente a mí y una silla vacía en un lugar reducido pero cómodo, intenté suspirar por la calma que se ve pero no pude. Alguien se encontraba en la silla no tan vacía que tenía en frente. Tal vez le conozco, tal vez lo vi pasar ayer en la calle de camino a casa, tal vez debería saber su nombre pero nada llega a mi memoria.
--Harry James Potter, también conocido como Hadrian Rohan Evans y más reciente como Harry Gaunt; ciento sesenta y dos años de edad; causa de muerte la maldición asesina en casa de tu sobrina. ¿Eres tú, no es así? --habló mi acompañante cuyo nombre debería conocer.
¿Por qué tengo tres nombres?
Esos son muchos años de vida.
¿Tengo una sobrina?
Oh... así que morí.
Eso explica muchas cosas, cosas que debería estar preguntando en este momento y que debería comprender en lugar de seguir mirando al hombre frente a mí cuyo rostro me es familiar.
--Estando muerto ¿qué es lo que sigue? --pregunté en voz alta.
--Como un favor personal contestaré sus tres preguntas; primera, naciste como Harry James Potter en este y otro Universo, cambiaste de nombre así como cambiaste de vida y modo de vivir lo que conllevaba olvidar tu universo original para que aprendieras a vivir de nuevo sin pesos que ya no eran tuyos: creciste, aprendiste cuanto pudiste, perdonaste y también conociste nuevos sentimientos complejos como lo fue el amor, te casaste y adoptaste el apellido de tu esposo.
A mi mente vino la imagen de un hombre apuesto, su mirada nunca cambió y aunque se llenó de arrugas y su pelo blanqueó jamás disminuyó su fuerza y calidez, o amor como otros lo llamarían, hacia mi persona. Sonreí sin esfuerzo ante el recuerdo.
--Tienes una sobrina, --continuó el hombre --dos sobrinos y dos ahijados. Entraron a la casa de tu hermana donde vivió con su esposo hasta el fin de sus días mortales, residencia de tu única sobrina donde criaba a sus propios hijos de los que tú fuiste nombrado padrino, tras una profecía a uno de ellos un grupo terrorista planeaba deshacerse de todos los Diggory existentes, aunque no contaban con tu presencia y buena reacción ya que acabaste con ellos en menos de quince minutos, llegaron refuerzos y uno de ellos estaba por acabar con la vida de los pequeños pero te atravesaste. Moriste por tus ahijados.
--Odio las profecías y odio aún más a los que creen en ellas a tal grado de cumplirlas... ¿están bien? ¿recibieron ayuda luego que morí?
--Estas dos preguntas no entran en las que pensaba en contestarte. --bufé ante su falta de tono e importancia a mis dudas --Solo queda una respuesta a tu última pregunta de las que acepté contestar. --continuó.
--¿Qué sigue después de mi muerte? --repetí causando una ligera sonrisa en él.
--Avanzar. --decretó.
--¿Avanzar a dónde? --casi puedo jurar que aquí tendría que ir alguna emoción de enojo o tal vez solo confusión.
--Avanzar a donde tú quieras, no espero que desees quedarte aquí charlando conmigo cuando tienes muchas opciones. --se volvió a su izquierda y seguí su mirada encontrando una puerta abierta.
Había alguien ahí, varios en realidad, me sonreían y saludaban, algunos parecían correr a mi encuentro y viendo sus rostros fui recordando sus nombres, sus hazañas y su valor, caminé hacia ellos pues los echaba de menos en mi vida... tantas cabezas pelirrojas, algunas castañas y otras rubias, su alegría me contagiaba y sin despedirme del hombre que me dijo que morí fui al encuentro de mi familia.
Alguien detuvo mi andar. Levanté la mirada y reconocí a mi esposo, me dio un beso en la nariz y dijo que no fuera grosero con mi anfitrión, le saqué la lengua en rebeldía pero aún así me volví hacia el hombre cuyo nombre no recuerdo y dije...
--Gracias.
que abarcaba varios puntos: su hospitalidad, las noticias que me dio, la segunda oportunidad que me dio en su momento de volver a vivir y el que me haya recibido en este lugar una vez más.
Demasiadas cosas sucedieron en mi vida, decisiones que tomé con distintos objetivos en mente como cuando tontamente creí que volvería a enfrentarme a Tom Marvolo Riddle, hambriento de poder, loco y psicópata sin importar las vidas perdidas en sus batallas conquistadas para obtener sus metas... aunque con el tiempo fui olvidando mi primera vida, fui conociendo a más personas que influyeron en mí, que me enseñaron tanto y aunque no practiqué mucho sí que el conocimiento me sirvió en cada momento que lo necesité... también conocí mejor a Tom. Lo detesté. Me alejé de él. Y también regresé cuando me conocí un poco más a mí mismo, cuando supe lo que en verdad quería y con quién, por fortuna él también estuvo libre y dispuesto a intentar una relación menos controladora y posesiva y nos casamos y reímos y lloramos cuando vimos partir a seres cercanos y queridos. Claro que tuvimos desacuerdos y algunas veces tuve que patearle el trasero cuando llegaba a obsesionarse con algo o con alguien. Luego nos separábamos un tiempo, luego nos reuníamos y llegábamos a compromisos que nos beneficiaban a los dos, el sexo fue estupendo, viajamos y envejecimos y no recuerdo quién murió primero pero ya estamos juntos de nuevo.
Mi esposo se acercó a mí y entrelazó nuestras manos llevando a sus labios las mías y tras un suspiro de pesar me llevó hacia mi familia que se notaba tenían mucho que platicar y como no hay paso del tiempo, bueno, lo demás queda a su imaginación.
Fin.