Cette Fois
III
...Quoi?!
Con la apariencia de alguien de nueve años no hay mucho que se pueda hacer.; merodée por varios lugares tanto mggles como zonas mágcas, debía aprender de mi alrededor, debía aprender sobre cómo estaban las cosas en el Mundo Mágico más que nada y con lo poco que logré observar, ésta dimensión es un poco distinta a la mía, pues apenas está la primera guerra con Voldemort, no hay 'Niño-que-Vivió', y tampoco se rumora de la Orden del Fénix.
Esto es apenas esa etapa donde sus seguidores se están dando a notar; los Mortífagos esparcen terror, la propaganda de la pureza de sangre está a todo lo que da, se ven enemigos donde no los hay, básicamente todo el mundo sospecha de todos y el Ministerio no sabe qué hacer o cómo actuar, mucho menos brindar seguridad a los Magos y Brujas del Reino Unido.
Pensando en la falta de lógica de los Magos, o más bien confiando en mi suerte, envié una nota anónima con la información que (en mi dimensión) es de gran importancia para ubicar a los Mortífagos: los Aurores deberían revisar los atebrazos de cada persona sospechosa, cuestionar a quienes la tengan y arrestar a todos los que puedan, y, tal vez, seguir investigando hasta que puedan llegar directo con Voldemort.
Con el paso de los días, donde noté alguien decidió probar la información anónima de un desconocido, se vio la diferencia.
Los ataques terroristas cesaron en frecuencia, hubo algunos magos del Ministerio detenidos así como algunos Mortífagos ya reconocidos por la 'marca' en sus antebrazos; los sospechosos fueron interrogados con Veritaserum y Voldemort se vio perdiendo lacayos; información se fue filtrando sobre su identidad no inmortal, sobre sus planes, sobre sus bases y familias aliadas de estatus Sangre Pura... poco a poco cayó una paz aparente en el Mundo Mágico.
Curiosamente nunca pensé en cómo haría mi voda en esta dimensión, trataba de ignorar el abandono de mi padre, así que me vi contemplando un futuro luego que las cosas iban mejorando.
El viejo Octavio es quien me animó a pensar en mi futuro al darme un buen 'presente': mientras vagaba por el Callejón Diagón en busca de pistas sobre los cambios que estaban ocurriendo luego del avance del Ministerio, un anciano gruñón y resentido con la vida me tomó como su ayudante en su negocio.
Se presentó como Octavio, de pronto tuve empleo (como aprendiz de pociones -hasta yo e sorprendí con lo bueno que soy en esta materia- ), un techo donde dormir ( en el ático del viejo edificio donde vive el viejo) y comida decente (el tener dos comidas completas es mucho mejor de lo que he tenido en amabas vidas)... así viví durante seis meses. Encariñandome con el cascarrabias de Octavio, aprendiendo más de pociones de lo que una vez supe en mi antigua vida, contemplando el futuro sin peligro aparente, fui feliz por un instante.
El día de mi cumpleaños número diez, curiosamente el mismo día; 31 de julio, me llegó la noticia que ya no habría guerra... el nuevo Ministro de la Comunidad Mágica era alguien que se encargaría de preservar la paz.
Fue extraño que Voldemort cediera tan fácil. Lo atribuí a las diferencias de 'mundos', del que vengo y este nuevo y extraño para mí. Algo no encajaba, Voldemort era el mago más malvado y hambriento de poder, por lo que conocí del Voldemort de mi antiguo mundo jamás se daría por vencido sin una gran batalla.
Y luego me enteré por El Profeta.
Había cambio de poder en el Ministerio.
Viva nuestro nuevo Ministro de Magia: Thomas Sorvolo Gaunt, heredero de la legendaria familia descendiente del mismísimo Salazar Slytherin.
En otras palabras.... Tom Sorvolo Riddle.
>>Continuará...