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Cette Fois por Kunay_dlz

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Notas del capitulo:

Este es otro récord... espero que no suceda lo de la vez anterior.

 

Viernes, 7 de Diciembre, 1018.

 

 

Cette Fois

VI

S'arrêter, repartir en arrière

     

 

Otra vez ese silencio ensordecedor cayó sobre el Gran Comedor. Desde mi posición pude escuchar pasos acercarse, no hice por levantarme... parece que conocería a 'mi' hermana.  

Justo frente a mi se quedó parada una chica de cabellera negra y alborotada, su pelo era corto y daba un aire de recién haber volado. No tenía lentes por lo que vi no era una versión femenina del cómo era yo en mi otra vida, ella tampoco tenía sus ojos verdes, lucían obscuros, quizá marrones, como los de James.  

Nos miramos unos instantes, notando lo que podría ser similar como la forma de nuestros ojos y pómulos, el ángulo de nuestras barbillas y la nariz un poco respingona; también vimos las diferencias, ella era mayor, era toda una señorita, su piel porcelana y sus labios cerezas era algo que le daba cierta belleza; y yo, con la luz de las antorchas se podían ver los reflejos rojisos de mi pelo, lo acanelado de mi piel por vivir en un lugar soleado la mayor parte del tiempo me hacía aún más diferente a ella,y, mis ojos, yo seguía con los ojos de Lily, nuestra madre.  

Los cambios que nos hacen diferentes sí que se notan a simple vista, no creo que muchos acepten que somos hermanos, digo, se supone que yo tampoco lo debía aceptar.  

Una mano extendida hacia mi me sacó de mis pensamientos, era el sujeto que estaba al lado del Cáliz quien se ofrecía a ayudarme a ponerme de pié. Aceptándolo por cortesía tomé su mano, un impulso de mi parte y un ligero jalón del suyo me tuvo a pocos centímetros de caer en su regazo. Murmurando un gracias me volví en búsqueda de Madam Maxime. Como recordando el problema, quienes íbamos de salida del Gran Comedor, reanudamos nuestra caminata.  

Caminamos un poco más lejos de lo que pude recordar de mi otra vida, fuimos a un lugar al que nunca había entrado durante mi estadía en Hogwarts; la Sala de Profesores. Era un salón amplio, bien iluminado y con varios cómodos asientos. Nunca me separé de Madam Maxime, Viktor tampoco se separó de su Director, Cédric y Charly tomaron asiento cerca de James y los otros tres sujetos que nos acompañaron.   

Los adultos empezaron a discutir, que si yo era muy joven para participar en el Torneo, que si era injusto que Hogwarts tuviera dos Campeones, que si había manera de volver a hacer un sorteo de los participantes... empecé a temblar, no de miedo sino de frío, mi pijama era ligera para el clima de aquella provincia de Francia y al haber bajado mi adrenalina el frío del clima a mediados del otoño se puede sentir a pesar de la chimenea y los candelabros en el lugar... sentí a alguien acercarse, era James Potter, se quitó su túnica externa y la colocó en mis hombros.  

--Merci. --susurré.  

Debía actuar como si no le conociera. Debía actuar como si no lo recordara dejándome en las puertas de aquél orfanato. Debía actuar como alguien que padece amnesia y no recuerda su infancia.  

--¿De nada? --contestó.  

Lo miré confundido. Y esta vez no tuve que pretender.   

>>Disculpa, no hablo francés pero estoy seguro de al menos reconocer pequeñas frases. Y sabes, no se sabe cuándo alguien puede ser insultado. --terminó con una pequeña sonrisa, casi titubeante.  

Que extraño sentimiento, esa sensación de querer llorar por algo tan simple. No me refería a la túnica que poco a poco me brindaba calor, me refería a la mirada de James y a su sonrisa... ¿en verdad era mismo James que me repudió en el hospital y me abandonó?... parecía tan diferente.  

--Es la costumbre, hace mucho que no hablo más que francés. --dije.  

Seguía buscando algo que me dijera de 'decepción' en James, quizá me está probando, quizá tan solo actúa para las demás personas presentes que están fingiendo no mirarnos. Alguien más se acercó. Charly Potter se sentó a mi lado, el sillón se había expandido mágicamente siendo suficiente para James y ella.  

--Tú... cómo... ¿dónde vives? --cambió sus palabras, su rostro decía que no sabía qué preguntar o en qué orden proseguir.  

--En la Villa Mágica de Tolouse, Francia. --le contesté no tan específico ni tan en general.  

No quería decirles exactamente dónde quedaba la casa de Octavio.  

--L'île du Grand Ramier. --dijo el sujeto que había estado resguardando el Cáliz.  

Y ahí se fue la poca anonimidad que deseaba.   

--¿Llevas mucho tiempo viviendo ahí? --preguntó Charly ignorando completamente a aquél sujeto.  

Pasé mi vista de Charly hacia quien era ignorado, él sonrió de lado y volvió a su plática con los otros dos desconocidos para mi. James parecía a punto de reprender a su hija y de disculparse con el hombre de imponente presencia. Decidí observarlo mejor, era alto, su pelo era negro y bien cuidado, sus vestimentas eran tradicionales y lucían de buena calidad... era alguien de una familia antigua, mostraba su opulencia en su persona, mostraba su poder en su porte, su gallarda musculatura y pálida piel le hacían resaltar un poco entre los sujetos y profesores con quienes conversaba.   

No lo conocía. Y no sé si debería.  

Cambié mi atención a Madam Maxime, ella me observaba con preocupación bien disimulada, todo apuntaba a que no sabía cómo actuar. Todos su estudiantes en este viaje escolar tenían permisos de sus padres o tutores, y yo estaba aquí por accidente, básicamente estaba por mi cuenta. James y Chary seguían esperando mi respuesta, Viktor y Cédric se veían un poco incómodos... tomé una decisión.    

Me disculpé con James y Charly, me puse de pié y avancé hasta mi Directora.  

--Antes que nada, Madam Maxime, me gustaría poder contactarme con Octavio. Esto es tan repentino y no quisiera preocuparlo. --pedí.  

Madam Maxime asintió, no hizo por pedir al director de Hogwarts una lechuza o la Red Floo para mi uso, entendí su intención de demostrar a los presentes mi no tan joven/frágil/débil magia... así que con mi varita, un recuerdo feliz y las palabras correctas invoqué mi Patronus, ignoré las exclamaciones de sorpresa en el salón y me acerqué a mi majestuoso venado.  

--Estoy bien, Octavio, estoy con Madam Maxime y en cuanto aclaremos las cosas volveré, así que duerme un poco o te harás más viejo. --dije bajito con el tono correcto de diversión para no preocuparlo, y, con un leve movimiento de mi mano, mi venado partió en busca de Octavio.    

 

¨*´¨*´¨*´¨*´¨*´¨     ¨*´¨*´¨*´¨*´¨*´¨     ¨*´¨*´¨*´¨*´¨*´¨        

 

Luego que Madam Maxime ocultara su orgullo de tener un alumno capaz de realizar el hechizo Patronus a corta edad y que además le diera un uso práctico, dejaron partir a Viktor y Cédric a sus habitaciones, se deliberó que competiríamos los cuatro que el Cáliz  había elegido. Se fue el Diector de Durmstrang y uno de los enviados del Ministerio; el Departamento de Cooperación Mágica Internacional. Al parecer James también era otro representante de parte del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos. Hasta aquí podía ver que el Torneo no tenía mucho parecido a mi otra vida. La verdad, no sabía si tomarlo como algo bueno (por ya saber lo que me esperaba) o algo malo (por no saber nada).  

En la Sala de Profesores quedamos Madam Maxime, James y Charly Potter y los otros dos sujetos desconocidos.  

--Mis disculpas, --dijo aquél que tenía más presencia --él es el Director de Hogwarts, el Profesor Arthur Nott.  

Aludió al hombre de semblante sereno, no tan afable como lo fue Dumbledore, ni tan poderoso. Nott. Uno de los fieles seguidores de... no, no pude ser.  

>>Y yo, tan solo soy un invitado especial, mi nombre es Thomas Gaunt. --dijo haciendo una leve reverencia.  

Se me heló la sangre.   

¿Cómo actuar? ¿Le ataco? ¿Bajo qué motivo?... Él sigue siendo Ministro, y sin pruebas a de su maldad, de su locura, ¿qué puedo hacer? Se supone que no lo conozco. No debo tratarlo con respeto pero sí con cordialidad. Muy básica.  

--Hadrian Evans. --dije al imitar su reverencia.  

--Evans, sin embargo, el nombre por el que se te fue Trasladado fue Potter, Harry Potter. --comentó el que en mi otra vida fue mi enemigo.  

--Debe haber un error, desde que puedo recordar, Hadrian Evans ha sido mi nombre. --declaré, le retaba a contradecirme, ¿cómo podría él saber más de mi?   

--No es mi intención inquietarle, tan solo resalto el hecho que le ha traído tan lejos de casa. --dijo con amabilidad.  

Y qué extraño era.  

--Créame, soy el más sorprendido. --susurré mientras me aferraba un poco más a la túnica sobre mis hombros.  

--Valla sorpresa, su caída del cielo, sus reflejos ante lo desconocido y su excepcional control sobre su magia... --su pausa fue más para catalogar mi presencia --me queda claro que usted está más que calificado para participar en el Torneo, no obstante, fue el mismo Cáliz quien lo trajo. --se notaba curioso --¿Por qué, me pregunto, no llegó junto con sus compañeros de Beauxbatons? --al fin preguntó ya estando frente a mi.  

--Por favor, no resalte mis previas acciones como si de algo extraordinario se tratara, y no acompañé a los representantes de mi Academia por el simple hecho que no participaría. --dije con cuidado.  

Por mucho que quisiera demostrarle lo mucho que me altera, no debía hacerlo. Primero, porque distaba de la versión malvada contra la que luché en mi otra vida, segundo, porque hace años que le di el beneficio de la duda al ver que no sucumbió a la locura (como lo hizo en mi vida pasada), y, tercero, a querer o no, mis acciones y palabras se verían entrelazadas con mi educación en Beauxbatons.  

--Estoy al tanto de las medidas con las que se eligieron a los alumnos de las escuelas invitadas, tan solo me pregunto, ¿por qué no fue usted invitado por algún compañero, o compañera, o por su Directora? --seguía indagando el que fue mi peor pesadilla.  

--Le seré honesto, y espero mi respuesta no afecte a quien ahora represento. --dije, es muy sabido que a veces mi temperamento suele salirse de control.  

--De ninguna manera, por favor, no restringa sus palabras. --accedió.  

Caminé a su alrededor, fui directo a la chimenea, en parte para alejarme de él y en parte para buscar más calor.   

--No deseaba volver a Suelo Británico. --expresé. Pude escuchar las reacciones de los que ahí quedaban, alguien iba a hablar pero le interrumpieron.  

--¿Podría saber el motivo? --inquirió el Ministro.  

--Es un tanto, personal. -- suspiré, diría lo necesario para evitar más preguntas sobre mi infancia, y creo que también la entrada a la versión de James sobre mi nombre  --cuando era niño, el orfanato en el que viví fue atacado; desperté en un hospital con heridas no tan graves por lo que me trasladaron a otro orfanato, hubo un ataque cerca y tuve que ser reasignado a un hospicio. No funcionó. Fue ataque tras ataque a lugares que se supone debían ser albergues, tras uno en el que parecía no hubo sobrevivientes decidí estar por mi cuenta, pensé que las calles serían más seguras.  

>>Llegué a un lugar muy extraño, --decidí crear este pequeño momento en el que 'descubrí' la magia --me topé con cosas asombrosas y descubrí la magia, de alguna manera estaba en el Callejón Diagón. Pensé con toda esa magia al fine estaría a salvo, pero no fue así, incluso en ese rincón repleto de magia hubo disturbios; un anciano tuvo pena de mi ser; me dio trabajo, comida, me enseñó cosas... me acogió en su casa y como el peligro seguía, me llevó con él a la villa donde nació y creció sin dificultades a su alrededor. --me volví a mirarlo nuevamente --Estar en su casa fue como el refugio más impenetrable, y no quisiera alejarme de él. --sentencié.  

--Tal vez, si le diera una segunda oportunidad a Gran Bretaña, no se sentiría con temor a que algo malo le pase. --decía en un tono conciliador.  

Como si no hubieran sido sus ordenes las que causaron tanto temor, como si no hubieran sido sus planes hacer que ningún lugar se sintiera seguro, como si no hubiera sido su meta conquistar el Mundo Mágico a base de terror.    

--Como el estar en una competencia de alta mortalidad, donde me gustaría aclarar, no entré por mi cuenta. --recalqué.        

--Le concedo la razón. --sonrió.        

 

 

 

>>Continuará...

 

 

Notas finales:

Gracias por leer.


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