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Passione [Bucciarati x Giorno] por YoloSwag

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Notas del fanfic:

Los personajes utilizados en este fic son propiedad de Hirohiko Araki.

Bruno Bucciarati odia cuando no puede dormir, se da vuelta en la cama cerrando los ojos firmemente mientras trata de contar ovejas, pero tras sus párpados cerrados todo lo que ve es la imagen de Giorno Giovanna, que de manera imperceptible se ha adueñado de sus pensamientos.
Abre los ojos. En  la oscuridad de su habitación se resigna a no dormir otra noche. Simplemente no podrá hacerlo hasta que saque a Giorno de su cabeza, cuestión que le parece imposible.
Su sangre arde por Giorno Giovanna.
Frustrado se levanta y comienza a deambular por su habitación, una parte de él piensa que todo esto es una estupidez porque ciertamente no es un novato en éstas vicisitudes, sabe que debe actuar en consecuencia a sus deseos, que es mejor una pelea perdida a una no librada. Sin embargo la otra parte de él cree que sentir deseo por Giorno es incorrecto, casi un sacrilegio; esta lucha en su interior lo está consumiendo, y como si no tuviera suficiente el pensamiento de que alguien más declare sus sentimientos por Giorno antes que él se instala en su cabeza, y su imaginación comienza a trabajar llenándolo de celos.
Sale de su habitación con el firme objetivo de confesar sus sentimientos de una vez por todas, aunque mientras sube las escaleras —iluminadas por un extraño tono rojizo— trata de convencerse de que Giorno ya no es un niño, de que tiene la edad reglamentaria para tomar sus propias decisiones, puede rechazarlo  o aceptarlo. Bruno se detiene al notar la extraña iluminación, pronto se da cuenta de la fuente; es la luz de una luna del color de la sangre que se filtra por el ventanal. No sabe por qué, pero siente que sólo "algo maligno" podría disfrutar de esa luna.

Una vez frente a la habitación de Giorno tuvo la sensación de que "algo andaba mal", y aunque no podía precisar el por qué de su incomodidad, ciertamente no iba a dudar de aquella sensación que lo había salvado en múltiples ocasiones. Quizás un enemigo de alguna forma se abrió paso hasta la habitación de Giorno para tomarlo como rehén. No sería la primera vez, últimamente la vida de Giorno se veía en peligro más por los seguidores de su padre que por los enemigos de Passione.
Con un débil toque la puerta se abrió por si sola, se adentro en el cuarto por completo iluminado. Miró alrededor en busca del enemigo pero solo vio a Giorno que descansaba sobre la cama con el pecho completamente al descubierto recordándole "su deseo" pero al mirar su rostro ángelical le recuerda también su culpa". 
<<¿Desde cuándo "esto" se volvió tan complicado?>>, Se pregunta aunque sabe el motivo, no es sólo deseo sexual, ni un capricho u obsesión. Esta enamorado de Giorno Giovanna. Él fue quien le hizo sentir vivo de nuevo después de pasar tanto tiempo muriendo lentamente, le dio la valentía para luchar por sus ideales. Le encantaba verlo sonreír, y ver su cabello dorado ser mecido por el viento.
Camina lentamente hacia la cama tratando de hacer el menor ruido posible, y con el mismo cuidado cubre a Giorno con la sábana. Se permite observarlo por unos instantes más antes de irse. Sin embargo pronto se ve arrastrado por el pensamiento de probar sus labios, y cuando se da cuenta su mano se ha deslizado lentamente hacia éstos. Se sobresalta cuando repentinamente se encuentra en la cama y sobre él esta Giorno, por unos instantes se queda inmóvil hasta que su mente se ajusta a lo que se ve sometido; las manos de Giorno se deslizan por su pecho mientras acerca el rostro peligrosamente al suyo. 
Bruno  instintivamente coloca sus manos sobre las caderas de Giorno y busca el contacto con sus labios, pero éste se aparta inmediatamente.
    —¡No me toques!
El dolor crispó por un instante las facciones de Bucciarati, hasta que se vio reflejado en aquellos ojos dorados fríos, severos y sin clemencia. Sí, lo recordaba, eran los mismos de aquel hombre de la fotografía.
    —Dio Brando.
    —No esperaba que conocieras mi nombre Bruno Bucciarati. —Dice con una horrible sonrisa, una sonrisa rígida y forzada.
    —No solo conozco tu nombre, se lo que hiciste y lo que eres. Tú, Dio Brando eres un monstruo.
Su sonrisa desapareció sin embargo —para tortura de Bruno— se mantuvo en aquella posición comprometedora.
   —Sí tienes razón hice lo que pocos hombres se atreven siguiendo mi propia moral, —aquí su sonrisa volvió— al igual que lo hace Giorno porque mi sangre corre por su venas. Sé que has notado su deliberada "crueldad" pero que te tranquilizas diciéndote que tiene esa actitud solo con sus enemigos.
Bruno se quedó sin palabras, lo que decía Dio Brando era verdad Giorno era un ángel con las personas que consideraba buenas, sin embargo no dudaba en ser cruel con quien no lo eran. Sí Girondo era amable, educado, leal, amistoso, pero también era calculador, manipulador, ambicioso.
De hecho él era la única persona que ha sobrevivido a una batalla contra Giorno.
    —Solo es cuestión de tiempo para que mi hijo se deshaga de esa molesta limitación que es la herencia de los Joestar, y cuando llegue ese momento en que su alma sea dominada por la maldad, yo Dio volveré plenamente a esta tierra y tomaré venganza de los Joestar.
Fue entonces cuando Bucciarati soltó tan impactantes palabras.
    —Nunca permitiré eso,  —negó con frialdad.— Giorno es la persona a quién amo a pesar de todo, y jamás consentiré tus planes.
Sí, no había en el mundo nadie más entrañable, más querido e importante para él que Giorno Giovanna.
    —Una cuestión fácil de solucionar Bruno Bucciarati. 
La determinación de matar de Dio Brando se esparce en el aire de inmediato. Bruno llama a Sticky fingers pero cuando va a contraatacar nota que los ojos de Giorno vuelven a su color normal.
No lo piensa, en esta ocasión solo obedece sus sentimientos, posa sus labios en los contrarios, despacio, con un simple toque. Justo ahora se encuentra en la frontera entre el placer —si Giorno le correspondía— o el fracaso —si no lo hacía.
Pasan los minutos, y al no obtener ninguna respuesta, Bruno se deja caer de nuevo a la cama. Ha ido muy rápido, demasiado quizás.
    —¿Qué ha pasado? —Giorno  mira a su alrededor con aire aturdido, finalmente posa su mirada en él.— ¿Bucciarati?
    —Puedo explicar esto Giorno es...
Bruno olvida cómo hablar, cuando ésta vez Giorno funde sus cálidos labios en los suyos. Es tan agradable.
    —Te amo Bruno.
    —No es justo Giorno, yo vine aquí expresamente a confesarte mis sentimientos.
   —¿De verdad? —dijo para después lamer lentamente su mejilla— Tienes el sabor de un mentiroso Bruno Bucciarati.
    —Lo que digo es verdad, vine por qué ya no podía soportar no decirtelo pero cuando llegue dude, sin embargo tu padre me ayudó a decidir.
    —¿Mi padre? —Se echó a reír de aquel modo alegre y callado tan característico en él. —Inventar cosas es un mala cualidad en un subordinado, creo que debería castigarte.
    —¿Subordinado? Me parece que se te está subiendo el poder a la cabeza, pero me gustaría conocer tu idea de "castigo" jefe.
     —Te aseguro que es muy interesante. 
Giorno toma su mano aprentándola ligeramente diciéndole <<te quiero>>. Bucciarati sonríe, no importa lo mucho que duela siempre estará a su lado.
Te amo Giorno Giovanna.

 


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