# Capítulo 10: Te amamos. #
-¡¿Jonathan?! ¡¿Dónde estás?! ¡¿Te fuiste sin despedirte?!- gritaba alegremente Daniel.
-Me tengo que ir para que nos sospeche. Que la sorpresa se la lleve mejor en su cumpleaños-. Sonríe tímidamente Jonathan.
-Si, gracias.
El niño sale de la cocina para encontrarse con su amigo.
-Aquí estoy Dani.
-¿A dónde te habías ido?
-Fui a la cocina a tomar un poco de jugo.
-Ah, bueno... ¿Haz visto a mi hermano?
-¿Estas jugando a las escondidas?- sonríe dulcemente.
-No, pero...
-¡Yo te ayudo a buscarlo! A lo mejor se quedó con Ale en la sala.
-Pero si vengo de ahí. ¿Crees que ya se haya ido?- menciona cabizbajo-. Yo... quería despedirme de él.
-No creo. Anda, vamos otra vez a la sala. A lo mejor y ya esta ahí.
-Esta bien.
Jonathan toma de la mano a su amigo para distraerlo y darle una oportunidad a Adam de salir.
Ya en la sala, ven sentada en uno de los sillones a Alejandra.
-¡Hola chicos!
Daniel y Jonathan responden al saludo y se agrega a ellos otra voz.
-¡Hermano!- gira a su dirección y se acerca a abrazarlo con fuerza-. Creí que ya te habías ido.
-Pus algo así, me tardé tanto en el baño que hasta parece que me fui por el... bueno. El punto es que jamás me iría sin antes despedirme de ti Dani.
-Tienes razón, perdón. Es solo... que me da miedo que me abandonen... y más si eres tú.
-No tienes que disculparte. Y créeme, yo jamás te abandonaré. Porque tú eres muy especial para mi.
-Hermano... yo...- se aferra más a la playera de Adam y comienza a llorar mojando así con sus lágrimas a su hermano-. Yo... voy a pensar todos los días en ti.
-Y yo en ti Dani.
-¿Me lo prometes?
-Claro- sonríe dulcemente-. Te lo prometo.
-De acuerdo... Adam.
-¿Dime?
-Te quiero mucho muchote.
-Yo también chaparro-. Acaricia su cabeza-. Te quiero un chingo.
Después de estar un rato más abrazados, Adam y Daniel se soltaron y eso fué sólo porque ya se acercaba la hora de llegada de sus padres.
-Bueno, nos tenemos que ir. Gracias por todo-. Menciona Adam mientras acaricia la cabeza se ambos niños con la mano libre, ya que con la otra cargaba al pequeño felino quien quedó dormido.
-Me divertí mucho con ustedes-. Alejandra se acerca a Jonathan y Daniel para abrazarlos-. Cuídense mucho.
-Ustedes también-. Se despiden de ellos y por última vez, los niños acarician al felino.
-Adam.
-¿Si?
-Gracias por el pastel, estuvo delicioso. ¿Se lo compraste a Pepe?
-Si. Los pasteles de él son los mejores, pero no se lo digas que se alza.
-Y sobretodo él- suelta a reír-. Es de los que parece que ningún tipo de comentario ya sea bueno o malo les afecta. Es más ni siquiera se en que piensa. Es amable si, pero muy inexpresivo. Y eso me agrada.
-¿Tú crees?
-Si.
-Por cierto, gracias por llevarlos a casa.
-Ah... no... todo un placer.
-Perdón por no haberte contado.
-Descuida, no haré preguntas. Esa relación o lo que sea que sea es tuya y pues... yo no tengo porque saberlo.
-No mames Alejandra. A ti te tengo un chingo de confianza. Si no te conté... pues... es que me dió un putero de vergüenza.
-¿Creíste que podría juzgarte?
-No, pero...
-¿Hablas de tus sentimientos?
-¿Tan obvio es?
-No lo sé. Es sólo que te conozco y... supongo que son detalles que uno nota-. Le da unas palmaditas en la espalda mientras le sonríe dulcemente-. No pienso que sea malo lo que sientes.
-Si lo es.
-Ay si tú. ¿Por qué?
-El en realidad es mi hermano.
-¿De sangre dices?
-Si.
-Vaya, eso sí es inesperado. Pero ¿y eso qué? El amor es amor y punto.
-¿En serio?- suelta una risita-. Cualquiera en tu lugar me diría "marrano, es tu hermano" o cosas así, me supongo... Gracias Alejandra.
-Pero algo me dice que no es todo, si te sirve contarlo aquí estoy.
-Tienes razón- suspira-. Por otra parte me siento como un pervertido. Me siento... igual a ellos.
-¡Eso sí que no Adam! ¡Tú no eres como ellos! La situación es muy~ diferente.
-No del todo.
-Lo de ellos SI era perversión, lo tuyo es amor.
-Pero...
-¡Nada!- se pone detrás de Adam y recarga su cabeza en la espalda del chico-. No eres igual... tú...- suelta en llanto-. No tienes la culpa de nada. No tienes que arrastrar ese horrible pasado. No tienes que...
Adam voltea y se inclina para recargar su cabeza con la de Alejandra.
-No sé como superarlo-. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas que se negaba a derramar-. Todo el tiempo... cada día, cada mes y cada año... me persigue el pasado. Tengo miedo... me siento culpable y no siento merecer el amor de nadie. Pero a la vez sólo quiero que me amen, que me mimen y aunque sea mentira...- finalmente las lágrimas abandonaron sus ojos-. me digan que todo va a estar bien... que todo... yo...
-Adam... yo te quiero, el jefe te quiere, Jonathan te quiere, Daniel te quiere y tu hijo te quiere... nosotros nos encargamos de mimarte cada día, cada mes y cada año. Así que si quieres llorar hazlo; si quieres reír hazlo; si quieres amar hazlo y si deseas ser feliz hazlo. Que eso es lo que más queremos nosotros. Deseamos que seas muy feliz Adam, tú más que nadie lo merece.
-Alejandra...
-Te amamos Adam.
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