# Capítulo 13: Dudas y confusiones. #
-¿Por qué te vas Jonathan?
-Dani... pues... lo que pasó... el... el beso...
-¡¿Por eso?! ¡Pero si cuando lo hacía papá no te ibas!
-¿Eh?- su amigo lo mira fijamente como intentando procesar lo que acababa de decir-. ¿Tú papá?
-Si, él solía darme besos así hasta que cumplí los seis años. ¿No te acuerdas?- sonríe tímidamente-. Aunque al parecer ya me desacostumbre un poco.
-Ah... si... creo que si...
-¡Bien vamos por pastel!- Adam se levanta rápidamente y toma de las manos a los niños para llevárselos a la sala.
-¡Si!- responde alegremente Daniel mientras que Jonathan estaba más confundido. Podría jurar que Adam se había sonrojado y Daniel se había emocionado, pero de un momento a otro solo pareció haberse incomodado por una nula escena de amor. ¿Será que andaba paranoico y veía cosas que no existían o... quiza... ¡bah! Ya no entendía nada. Por otro lado Adam agradeció internamente que el beso que se dieron lo sintiera como un acto normal y no le incomodara en absoluto a su hermano. Aunque se preguntaba una y otra vez ¡¿quién rayos besaba así a su hijo?! Había escuchado por ahí que existían ese tipo de personas, pero era la primera vez que conocía a una. ¿Acaso no sabe que puede contagiar de algo a su hijo? ¡¿O peor, matarlo?!
-¡Es verdad, la cámara! ¡Los alcanzo abajo!
-Sale.
-De acuerdo Dani.
☆
La fiesta siguió y nada más que fuera de relevancia pasó. Todos los niños se emocionaron con los dulces, la piñata y el pastel. Gritaron, jugaron, se dejaron sacar fotos y rieron mucho. Poco después Jonathan se tuvo que despedir para poder preparar la comida y junto a él Adam para ayudarlo.
-Gracias por venir Jonathan.
-No, gracias a ti por invitarme Dani, me divertí mucho-. Se acerca a abrazarlo para poder susurrarle al oído-. Te dejo para que puedas despedirte bien de tu hermano-. Se separa de él y le sonríe-. Al rato regreso.
-¡Si!
-Dani.
-Hermano...- sonríe y lo abraza fuertemente-. Muchas gracias por venir. Me hizo muy pero muy feliz.
-A mí también. Luego veo como le agradezco a Jonathan, después de todo esto fué posible gracias a él.
-Si... yo igual... veré la forma de agradecerle. Adam.
-¿Sí?
-¿Nos volveremos a ver?
-Simón. Tú confía.
-Bien...
-¡Daniel!- grita su mamá desde la cocina.
-¡Ya voy!- suspira y se despide de su hermano.
☆
-¿Adam, no te quieres quedar con Dani?- pregunta Jonathan con genuina tristeza.
-No- sonríe travieso- ¿es que acaso ya te aburriste de mí?
-¡No! ¡No es eso!
-Es broma, es broma- suelta a reír-. Además no te preocupes. No podríamos estar tranquilos ahí (su madre es bien pinche jodona).
-Tienes razón. ¡Pero...!
-Neta, esta bien así. Además me contaste de la obra. Y ya pedí permiso en el trabajo para ir a verlos. Así que sereno moreno.
-Esta bien. Disculpa, soy un preocupón.
-Pero eres a todo dar- acaricia su cabeza.
...
-Jonathan.
-¿Si, qué pasa Adam?
-¿Te gusta Dani?
-¡¿Qué?!- salta como gato y abre sorprendido los ojos mientras deja tirar al piso las verduras que tenía en las manos.
-Perdón, que pendejo. Te pregunté muy de repente ¿verdad?
-Ah... emn...
-No hay pedo. Si no quieres responder esta bien.
-No... es... es solo que...- el rubor de su rostro se intensificó aún más-. Yo...
-¡Ay cabrón! Ya, en serio no hay pedo. Hasta parece que te me vas a morir. Cambiemos de tema ¿si?- Mira de un lado a otro buscando algo que le pueda ayudar-. ¡Ah! Es verdad, la otra vez le pregunte una receta a Pepe, ya sabes, el de la pastelería.
-¿El es tu amigo?- voltea a mirarlo con curiosidad.
-Sí, desde hace mucho. Bueno, quizá no tanto pero sí. ¿Te cae bien?
-El es muy amable, pero la verdad me da un poco de miedo.
-Si, el cabrón se carga esa pinche cara. Le digo que no sea y que cambie su geta, pero el muy pendejo me dice "es la única que tengo."
Jonathan suelta a reír y Adam se siente más aliviado.
-Luego te lo presento, es a todo dar. Pero no se lo digas que se crece el culero.
Después del momento incómodo ambos chicos continuaron cocinando. Al terminar, Adam acompañó de vuelta a Jonathan a la casa de su amigo y al llegar a la puerta se despidieron.
☆
-Ya llegué.
-¡Bienvenido Adam! ¡¿Qué tal todo?!
-Bien bien. Por cierto, le gustó mucho el regalo a Dani, también a Jonathan. Muchas gracias Alejandra.
-¡¿En serio?! Que feliz me hace saberlo. Anda, ve a bañarte ya te ves más dormido que despierto- sonríe.
-Es verdad. ¡Ah si! Ten- le extiende una bolsa con dulces y dos platos con una rebanada de pastel-. Te lo manda Dani.
-Vaya, que lindo de su parte. Gracias por traerlo Adam.
-¿Y mi bebé?
-Rasgando tu pantalón favorito- suelta una risita- Parece que tienen los mismos gustos.
-¿En serio?- sonríe dulcemente-. Bueno, al menos si se rompe ya se donde comprar más. El punto es que este feliz.
-Papi consentidor.
-Ni tanto.
-Si, ni quien te crea. ¿Entonces quién le compró ese juguete?
-Los duendes. Ya sabes, esas cosas si existen.
-Cuando dices eso me dan ganas de darte un dulce!
-¿Y eso por qué?
-¡Eres tan adorable!
☆
-Buenas noches Dani.
-Buenas noches Jonathan.
Ambos niños se meten entre las sábanas y se acomodan de espaldas el uno del otro.
《-Adam me pregunto si me gusta Dani, pero no pude contestarle. Quizá fuí muy obvio, sólo espero que Dani no se haya dado cuenta. Lo quiero mucho y por nada del mundo quiero que dejemos de ser amigos》
-¿Estás despierto Jonathan?
-Si.
-Oye, ¿recuerdas lo que me dijiste hace días?
-¿De qué?
-Ya sabes... de que... me dirías quien te gusta.
-Ah, eso. 《¡¿Y qué le digo?! ¡¿Le miento o soy sincero?!》
-Si, eso.
-Perdón Dani, tengo sueño. ¿Podemos hablar mañana?
-Bien.
Con lo ocurrido en la tarde, Daniel se hizo de una idea errónea. Creyó que su amigo se había incomodado porque sentía algo por Adam y es que era la primera vez que Jonathan hablaba tan bien de alguien. Y la idea no le molestaba es lo absoluto, pero de alguna forma lo inquietaba. No sabía porque pero... había sido un largo día y a lo mejor sólo estaba cansado, si, eso debía de ser. Mañana tendría la mente más fresca.
☆
Adam se recostó en la cama y meditó sobre lo que pasó en la tarde. Realmente se sentía muy feliz pero también de algún modo celoso y eso le causaba mucha gracia. Jamás pensó sentirse así. En el momento en el que se besó por accidente con Daniel se sintió en las nubes, pero inmediatamente cuando vió que persiguió a Jonathan un frío recorrió todo su cuerpo y su corazón... era como si lo estrujaran. Y por mucho tenía que admitir que Jonathan era mejor opción. Pero de alguna manera se negaba a desistir, ahora comprendía perfectamente como era alguien caprichoso. Y sin duda, ese pequeño era un buen rival de amores, porque aunque fuera menor no lo hacía inferior. Suspira y sonríe.
-Aunque también es un buen amigo.
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