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¿Los errores de los padres son también los de los hijos? por AOI SALUJA

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Notas del capitulo: Hola!!! vaya parece que me tarde más de lo que pense haha el tiempo se va como agua T.T
gracias por la paciencia y todo el apoyo
*mayu-san
*megu-chan
*duraznito-chan
*dark kirito
*matti
*a ti :)
por cierto si hay horror ortográfico... ¡corre a leer un manga yaoi y limpiate los ojos! haha ok no a leer aún si no los tiene, bien el calor no me hace bien ya ni se que digo kya
# Capítulo 17: Visitas. #


El domingo por fin llegó y Daniel pidió permiso a sus padres para ver a Jonathan, ellos aceptaron gustosos y lo llevaron con su amigo.
-¡Dani!- lo abraza como si hace mucho no se hubiesen visto.
-Jonathan...- responde con la misma intensidad el gesto.
-Vaya, se nota que los buenos amigos no pueden estar separados ni un día- bromea un poco el señor Enrique.
Ambos se separan por reflejo y se sonrojan hasta los oídos.
-Vamos amor, no molestes a los niños- sonríe su esposa mientras le da un amistoso empujón.
-Es que se llevan tan bien que no me quiero imaginar cuando uno tenga novia, porque seguro va a tener que lidiar con los dos- sonríe bromista.
-Pero eso pasará hasta después de unos años papá. Así que no hay problema, además no porque Jonathan tenga novia signifique que debo llevarme bien con ella.
Y de un momento a otro, el ambiente se tornó tenso, sus padres se sentían incómodos al ver que quizá hablaron de más, aunque no entendían el porque del repentino mal humor de su hijo.
-Si tú llegaras a tener a alguien que quieras mucho- habló de pronto Jonathan-, si me gustaría que nos lleváramos bien- sonríe dulcemente para Daniel.
-No tienes que hacerlo si no quieres.
-¡Es verdad! Gracias por todo tíos- cambió de tema para no incomodarlos más- mis padres se pondrán muy felices.
-No, es lo mínimo que podíamos hacer, después de todo ustedes fueron los que nos llevaron cosas en un principio- menciona más relajado el papá.
-Así es, además fueron muy atentos con Daniel.
-No, que va.
-Bien, creo que será mejor que nos vayamos ya o se nos hará tarde.
-Si, gracias tíos. Tengan un buen día.
-Gracias, igualmente ustedes niños, diviértase mucho.
-¡Si!
-Gracias papás... vayan con cuidado.
-Claro campeón- acaricia su cabeza.
-Nos vemos en la noche- se inclina su madre y besa su mejilla.
Samantha y Enrique suben al auto.
-Volví a meter la pata- menciona él luego de un suspiro.
-¿Volviste? ¿Qué pasó?
-Hace poco Jonathan tenía una sonrisa de lotería y cuando bromeé al respecto diciendo que seguro había echado novia Daniel de pronto pareció molestase e incluso hizo comentarios poco amables.
-¿Por qué crees que haya sido?
-No lo sé.
-¿Será que nuestro hijo piensa que lo van a hacer a un lado si eso pasa?
-¿Tú crees?
-La verdad no tengo ni idea, pero sería bueno hacerle ver que estaremos siempre para él. Supongo que no le hemos demostrado lo mucho que lo amamos.
-Me parece buena idea, un día de estos hay que llevarlo a un lugar que le guste.
-Y cuando lo hagamos deberíamos invitar también a Jonathan.
-Si, eso tal vez ayude a que los roces entre ellos disminuyan.


                                        ☆


-¿Segura quieres venir conmigo Alejandra?
-¡Claro que si! Además... ¿no crees que es algo tarde para preguntarme eso Adam? Estamos fuera del hospital.
-¿Qué?- frunce el ceño- pero si te estuve preguntando incluso antes que saliéramos de casa.
-¿Ah, sí? No me acuerdo- sonríe traviesa.
-Ustedes son muy divertidos- sonríe Lidia, la hermana menor de Leonardo, que es casi la viva imagen de él sólo que en femenino y de ojos miel.
-¡¿Verdad que sí?! Somos almas gemelas. Y mejor me callo antes de que me corran de aquí.
-Sale pues, entremos.
Lidia, Adam y Alejandra se dirigen a la habitación de Leonardo y entran silenciosamente para no molestar a los otros pacientes.
-Hermano...
-Hola. ¿Cómo estás?
-La que debería de preguntar eso soy yo...-frunce el ceño  ¿Cómo te sientes?
-Bien bien, gracias. Pero descuida, estoy solo reposando, no tienes que preocuparte por mí. Además estas en periodo de exámenes ¿no?
Adam y Alejandra prefirieron dejar un tiempo a solas a los hermanos, así que se acercaron a la puerta para salir.
-¿A dónde van?- pregunta Lidia
-Bueno, es que... les hace falta hablar un poco ¿no?- menciona Alejandra- seguro que se extrañan.
-Si, pero... no es una plática del otro mundo y a simple vista se ve que mi hermano esta feliz de verlos. Además, entre más mejor. Vengan, saluden a mi hermano, no sean tímidos.
-Hola Leo.
-Hola Alejandra. Gracias por venir, también a tí Adam.
-¡No que! de por sí yo te lo prometí.
-No recuerdo... debió ser...
-Si, creo que ya estabas dormido, pero yo igual te lo prometí.
-Gracias... - sonríe- gracias a todos por venir a verme.
-¡Hermano!- toma asiento en la orilla de la cama y lo toma delicadamente de la mano derecha- si se te ofrece algo por favor háznoslo saber ¿si?
-Estoy bien, además ya en poco podré salir de aquí.
-¿En serio?
-Si, así que no te preocupes por mí y ve a divertirte, no pienses en el hospital.
-Pero...
-Por favor Lidia.
-Bien... me voy, será mejor que duermas.
-Gracias- acaricia suavemente su cabeza.
-Nosotros también nos vamos- se acerca Alejandra para despedirse.
-Cuídense mucho.
-Igualmente.
-Nos vemos.
-Gracias Adam y... también por traer a mi hermana. Me da gusto verla sana.
-No tienes que agradecer- sonríe-, para eso están los amigos.
-¿Amigos...?- le mira sorprendido y pestañea un par de veces para posteriormente sonreírle dulcemente-. Si... es verdad.


                                        ☆


Después de aquella conversación, Daniel se alejó de Jonathan y se fué a sentar en el piso, atrás de uno de los sillones de la sala de estar. Y ya llevaba así dos horas.
-Dani... ¿estás molesto conmigo?- pregunta cabizbajo mientras se aproxima lentamente a él. 
-No- responde sin voltear a mirarlo.
-¿Entonces por qué me rechazas?
-¡Yo no...! no quise decir eso de antes y... la verdad es que...- voltea completamente hacia la dirección de Jonathan- ¡Lo siento mucho!- se aferra a él en un abrazo- ¡Yo siempre deseé que fueras feliz, en serio que sí! Pero... pero... hace poco me dí cuenta que quiero ser el único que te haga feliz y odio la idea de que alguien ocupe ese lugar.
-¿En verdad piensas eso?- pregunta sorprendido y lleno de ilusión.
-Si, Jonathan yo- se separa un poco de él para mirarlo a la cara-, ¡te quiero! ¡te quiero mucho!
-Yo también te quiero Dani.
-¡No! Lo que yo te quiero decir es que... es que...- esquiva la mirada y se echa a correr al baño.
-¡Dani!- salió corriendo tras de él pero fue interrumpido por timbre, por lo que regresó a la entrada para abrir la puerta.
-Hola- saluda Adam al pequeño con un movimiento de mano mientras que en la otra llevaba cargando una bolsa con gelatinas.
-Hola- saluda en un susurro.
-¿Esta alguien más?- sigue la corriente mientras caminan a la sala.
-Si, Dani.
-¿Y por qué susurramos?
-Porque quiero hablar contigo antes de que se de cuenta que estás aquí.
-Bien, te escucho.
-¿Recuerdas que dijimos que si Dani escogía a uno de los dos el otro estaba de acuerdo con su decisión?
-Si.
-¿Y si...- lo mira fijamente con nerviosismo- ¿Y si resulta que nos quiere a los dos? ¿Tú...- y el timbre volvió a sonar.
-¿Esperas a alguien?
-No. Y mis papás tienen llaves- ambos se asoman para ver quien es y descubren a la señora Samantha del otro lado- ¡Es la tía!
-Me lleva la... ¿y ahora a dónde le corro?
-No tienes que irte.
-No tengo ganas de hablar con ella.
-Entonces si gustas puedes ir a mi habitación.
-Sale, gracias. Me adelanto- Adam subió las escaleras. Al estar fuera del cuarto abrió la puerta y se encontró con una habitación que para nada parecía la de un niño. Era como la de alguien que apenas llega a casa. Completamente ordenada y sólo con lo necesario. Eso por alguna razón le causó mucha tristeza. Jamás se había preguntado como vive realmente Jonathan y pensándolo más a fondo le preocupaba el hecho de que él nunca hablaba de sí mismo, por lo cuál sólo sabía de su gusto por el grupo Luna Sea y Daniel-. Mejor me quedo en el pasillo.
-¡Si!- Jonathan se tomó su tiempo y abrió con calma la puerta- ¡Hola tía!
-Hola~. Salí antes de lo esperado del trabajo y quise venir a ver como estaban mis dos niños favoritos- acaricia su cabeza y posteriormente lo carga en un abrazo. Mientras que Jonathan ríe a carcajadas.
-¿Y Dani?
-Aquí mamá, fui al baño- al escuchar el timbre prefirió salir al creer que podrían ser los padres de su amigo.
-Ya veo- mira de un lado a otro- ¿Por qué todo tan silencioso?
-Ah...- titubea un poco Jonathan- es que estábamos jugando a las escondidas, así es más divertido.
-¿Y no tienen hambre? No, olvídenlo. ¿Saben qué? Voy por pozole.
-¡Si! ¡Gracias mamá!
-Todo un placer amor. ¿De qué lo quieren pollo o cerdo?
-¡Yo de pollo! Por favor.
-¿Y tú Jonathan?
-No, descuide, estoy bien así. Muchas gracias tía.
-Bien, adivinaré...- se acerca a hacerle cosquillas- ¿será pollo o cerdo?
-¡Cerdo, cerdo!- responde entre carcajadas.
-Bien, entonces así será.
-Disculpe.
-¡Ay Jonathan! Tú siempre tan formal. Puedes relajarte conmigo. No muerdo, bueno, al menos no a niños- sonríe y es seguido por el pequeño.
-Muchas gracias.
-Ahora regreso.
Samantha sale de la casa y Adam aprovecha para bajar las escaleras sólo después de haberse asegurado de que ella cerró la puerta.
-¡¿Hermano?!
-Hola Dani...- sonríe dulcemente- y adiós- le da un rápido abrazo y después se acerca a susurrarle al oído a Jonathan-. Hablamos con más calma después.
-Si.
-Por cierto, las gelatinas son para ustedes.
-Muchas gracias.
-Todo un placer- sonríe-. Nos vemos luego.
Adam sale rápidamente de la casa dejándo solos a los amigos.
-Con razón escuche dos veces el timbre- menciona Daniel.
-Si, la primera vez fue tu hermano- voltea a mirar a su amigo y lo nota cabizbajo-. No te preocupes, volverá mañana, si quieres verlo.
-Gracias Jonathan.
La conversación no llegó a más, pero no porque estuvieran incómodos o enojados, era más bien porque cada uno de ellos tenía algo en que pensar.


                                        ☆


Adam iba de regreso a su casa con muchos preguntas por su cabeza.
《-Ella no parece una mala persona, entonces, ¿por qué me abandonó?》
Tomó asiento en una de las bancas del parque y sacó de su bolsillo el único recuerdo que tenía de sus padres biológicos, un camafeo. El cuál tenía grabado su nombre y al interior de el, dos fotos, una de su madre y otra de su padre.
-¿Qué haces aquí?- pregunta una dulce voz tras de él.
-¿Alejandra?
-Hola.
-Hola...
-¿Y entonces?
-Venía a ver las lagartijas.
-Ajá ¿y luego? ¿Las encontraste interesantes?
-Pues...
-Ya dime. ¿Qué tienes en las manos?
-Esto- se lo nuestra a su amiga y ella no lo toma pero sí logra verlo a detalle.
-¿Y eso?
-Es mi primer pertenencia.
-Entonces... ¡¿Es un regalo de tus padres biológicos?!
-Si- responde apagado.
-Pero... ¡¿cómo es que...?!
-Jamás se lo había mostrado a alguien aparte de mi otra mamá, que ella fué quien me lo dió. Yo la verdad no quería hacerme de falsas esperanzas así que, no sé. Simplemente...
-Adam ¿sabes como terminaste así? ¿Sabes como fuiste alejado de tus padres?
-No... no sé nada de eso.
-¿Te gustaría saberlo?
-¿Qué sentido tiene ahora?
-Tu rostro no me dice lo mismo. ¡Tú quieres saber!
-Tengo miedo. Quizá realmente no me quieran. Tal vez prefiero aferrarme a un "quizá y no a un seguro no."
-Yo te acompaño.
-No lo sé, la verdad eso ya no tiene sentido ahora. En un año y cacho seré mayor de edad.
-¡¿Y eso qué?! Uno aunque tenga ochocientos años jamás va a dejar de necesitar el cariño de sus padres. Mira, no tiene que ser mañana, tú piénsalo con calma ¿sí? Sabes que siempre puedes contar conmigo.
-Gracias Alejandra... neta gracias.


                                        ☆


Samantha regresa y descubre que su esposo estaba también en la casa de Jonathan jugando con los niños.
-Amor. ¿Qué haces aquí?
-¡¿No me quieres a tu lado?- bromea un poco el señor.
-No es eso- sonríe- creí que tardarías un rato más.
-Ya ves, tu esposo es todo un... no, la verdad es que el caso se lo dejaron a otro. Ahora es pro bono.
-Ya veo...
-Pero no te preocupes amor- se acerca a abrazarla- el caso quedó en manos de alguien confiable.
-¿En serio?
-Si. Anda vamos.
-Es verdad, sino se va a enfriar.
-Huele delicioso.
-Comerás aquí el que te traje, ¿verdad?
-Si~ no me aguantaría más tiempo.
Mientras disfrutaban de los alimentos y platicaban un poco. Un tema entre todos sobresalió.
-Mientras regresaba- comenta Samantha-, vaya... me pareció algo curioso pero... vi al chico que vino a tu fiesta de cumpleaños Santiago ¿verdad? Algo deprimido.
-¿Santiago?- pregunta extrañado Daniel.
-¡Ah, si!- interviene Jonathan- el hermano mayor de Lucía.
Fue entonces que el pequeño entendió que hablaban de Adam.
-¡¿Estaba triste?!
-Si, quería acercarme para ver si podía ayudarlo en algo, pero decidí no interrumpir, después de todo estaba con su novia. Una chica muy linda por cierto.
-¿Novia?- Daniel apretaba por debajo de la mesa su playera.
-Si, o eso creo. Estaban muy abrazados.
-¿Y qué tan linda era tía?- preguntó Jonathan para hacerle saber a su amigo si era Alejandra de quien hablaba.
-Mucho, de cabello largo y negro, eso sí, bien cuidado. Delgada y de piel clara.
-¿Ah, sí?- descansó Daniel al saber que se trataba de Alejandra. Seguro sólo lo estaba consolando. Pero... ¿por qué? Ahora deseaba tanto verlo. Saber que dentro de todo estaba bien y de ser posible consolarlo.
Después de unas horas y luego de asegurarse que todo había quedado limpio y en su lugar, la familia de Daniel decidió marcharse.
-Gracias por todo- Samantha se inclina a besar la mejilla de anfitrión.
-Gracias a ustedes tía.
-Las gelatinas estuvieron deliciosas- menciona el padre, y es que aunque las había llevado Adam no pudo negarlas cuando habían quedado a la vista de todos.
-¡Es verdad! Olvide mi chamarra en el sofá- agrega Daniel.
-No, creo que quedó en mi habitación.
-¿En tú habitación?- pregunta extrañado.
-Si, vamos. Yo te acompaño- toma de la mano a su amigo y suben las escaleras.
-Tú lo metiste ahí ¿verdad?
-Si Dani. Quería hablar contigo.
-¿Y de qué?
-Cuando la tía te dijo que vió a Adam con su novia tú te enojaste. ¿Por qué?- pregunta en tono amable.
-¡Eso no...!
-Y antes de eso tú dijiste que me querías ¿verdad?- le cuestiona sin intención de acorralarlo. 
-¿A dónde quieres llegar con esto Jonathan?
-¿Nos quieres a los dos?
-Claro que sí. También quiero a mis papás.
-No me refiero a eso Dani- su semblante alegre de pronto cambia a uno triste.
-¡Ya me tengo que ir!
-Si- suspira-, creo que si... los tíos están esperando.
Daniel no sabía como hacerle frente a sus sentimientos. Siempre se dice que cuando amas a alguien es natural que se casen y vivan como una pareja feliz, exacto, "una pareja" pero si a uno le gustan dos personas ¿eso estaba mal? Incluso ¿era egoísta? ¿de verdad tenía que escoger sólo a uno? Quería hablar con los dos al mismo tiempo, pero a la vez tenía tanto miedo de ser rechazado. No quería ser herido ni tampoco quería herir, sin embargo eso era lo único que hacía con sus dudas y eso lo sabía a la perfección.
-Disculpa, no quería incomodarte.
-No...
-Sé que tienes dudas y miedo Dani, pero... sólo quiero que sepas que cualquier cosa Adam y yo estaremos siempre para tí. Sin importar que.
Notas finales: gracias por leer :) que te la pases bien

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