# Capítulo 19: Verdades. #
Al igual que Adam y Jonathan, Daniel no podía dormir. Daba vueltas de un lado a otro de la cama. Toda esa tarde lo había llenado de inquietudes. Debía despejar su mente o si no se volvería loco, así que fué a tomar un poco de leche para descansar.
-Enrique...- escuchó a su madre hablar mientras lloraba.
《-Esa es mamá. ¿Qué pasó?》
-Extraño tanto a nuestro bebé- continuó.
-Si, yo también extraño mucho a nuestro Adam- sonríe el padre- nuestro querido osezno.
《¡¿Adam?!》
-Siempre me llego a preguntar cosas como "¿qué tal se llevaría con su hermanito?" O... "¿serían unidos?" No sé, cosas sin sentido- agrega Samantha.
-No son cosas sin sentido amor. Yo también habría deseado que Adam y Daniel fueran muy cercanos y... que además de ser buenos hermanos también fueran grandes amigos.
-Es verdad...
-Intenta dormir- la toma delicadamente para que recargue su cabeza en el hombro-, o te pondrás mal.
-Tienes razón, gracias.
《-¡¿Adam es mi hermano?! ¡¿Pero cómo...?! ¡¿Qué...?》
Daniel de pronto recordó lo que el chico le había dicho.
《No les digas nada de mí a tus padres...
...¿Alguna vez te haz preguntado porque nos conocimos?...
...¿Y si te dijera que no me acerqué con buenas intenciones?...
...Yo pensaba hacerte daño para así poder vengarme de tus padres...
...Es una historia que es mejor no contar por el momento. Yo los odio y deseaba verlos sufrir y nada mejor que lastimando a su amado hijo...》
-¿Realmente será ese "Adam" del que hablan? Lo más probable es que sí. Entonces... ¿por eso no vive con nosotros? ¿Por qué no lo han buscado? ¿o si lo hicieron? ¿Debo decirles a mis padres que conozco a mi hermano? No, él me dijo que lo guardara en secreto- suspira-. Adam... papás... ¿qué fué lo que pasó?
☆
A la mañana siguiente mientras Jonathan se preparaba para ir a la escuela, se encontró meditando acerca de lo que había pasado el día anterior.
-No debí presionar a Dani así, es sólo que... me sentí feliz de saber que me quería de la misma forma en la que yo lo quiero.
-¡Jonathan!- le llamaba cariñosamente su madre.
-¡Si!- sale de su habitación y baja lo más rápido que puede las escaleras para ir a la sala- ¿Sí mamá?
-Ey hijo- le recibe cariñoso su padre- ven. Mira- le extiende un control a lo que Jonathan sólo atina a mirarle con sorpresa- Es para ¡esto!- alza una tela y deja al descubierto un helicóptero de juguete.
-Es bonito- menciona aún sin entender a donde querían llegar sus padres.
-Es para tí.
-¿En serio?
-Si, pero úsalo sólo en el patio ¿entendido?
-Si. Gracias papás.
El no lograba entenderlos. Simplemente unos días eran cariñosos como cualquier otro padre. Pero la mayoría del tiempo lo golpeaban, insultaban y se desquitaban con él. Aunque... también recordaba que habían quienes la pasaban peor, porque aunque lo golpeaban frecuentemente, al menos lo dejaban ir a la escuela ¿y eso era bueno, no? También podía realizar sus tres comidas al día con carne, verduras, fruta y todo lo que quisiera, entonces ¿realmente era un niño maltratado? Se preguntaba una y otra vez, y es que para él la vida no era tan mala ¿o sí? Después de todo también tenía una casa a la cuál regresar y una habitación propia. "¿Me estaré quejando más de la cuenta."
-Anda, pruebalo hijo.
-Si.
☆
-Adam... Adam...- él abre con dificultad los ojos y ve a Alejandra quien intenta despertarlo-. Buen día ¿Estás teniendo algún sueño puerco conmigo?- pregunta divertida.
-¡¿Qué?!- le mira entre sonriente e incrédulo- No.
-Entonces si no es así- se acerca juguetona a susurrarle- despierta o se nos va a hacer tarde para el trabajo.
-Trabajo... ¡Trabajo!- se levanta de rápidamente sin golpear a Alejandra y busca su ropa para cambiarse- ¡Mierda, me quede bien dormido!
-Tranquilo, todavía es buena hora. Te espero afuera- sale de la habitación y cierra la puerta.
-¡Gracias!
-¡Todo un placer...! ¡Mi bello durmiente!- sonríe nuevamente y se va a la sala.
☆
Daniel puso atención a todas sus clases, pero en los ratos libres parecía que su mente iba a otro lado. Aún tenía muchas dudas y no sabía si era correcto preguntar o no. Tal vez para todos era un tema difícil de tratar.
-¿Dani?- se acerca su amigo para hablarle mientras guardan sus cosas. Las clases ya habían terminado.
-Jonathan... ¿qué pasa?
-¿Te sientes bien?- fué hasta entonces que el niño reaccionó.
-Si, es que... ayer me enteré de algo. Y no se que hacer. Fingir que no sé nada o preguntar para dejar de hacerme de ideas raras.
-Bueno, si te involucra puede que te lo digan con el tiempo, cuando estén listos.
-¿Entonces no debo preguntar? Es que estoy muy emocionado...- susurra a su oído- Adam es mi hermano.
-¡¿Que qué?! ¡¿Cómo...?!
-¿Lo supe?- sonríe- en la noche escuché por accidente a mis padres y dijeron que Adam es mi hermano. Aún no se si es él, pero estoy casi seguro de que sí.
-Será mejor que no preguntes por el momento, quizá con los tíos sea diferente, pero si Adam no esta listo puede ser muy incómodo para él.
-Si... tienes razón- hace una mueca de tristeza- me habría gustado mucho que los tres... no sé pudiéramos divertirnos juntos sin tener que esconder la amistad con mi hermano, pero...
-Así será- lo toma de los hombros- tu confía Dani, así será.
-¡Si!- sonríe más animado y ambos salen del salón.
☆
Adam no quería admitirlo, pero últimamente se sentía muy cansado. Incluso fué al médico y le recetaron algunas vitaminas, además le dijo que intentara dormir más y le bajara al estrés.
-Adam.
-¿Qué...? Perdón ¿me decías algo Leo?
-No, sólo que ya estoy listo. Gracias por acompañarme.
-No...- le responde casi por reflejo mientras ve a la nada.
-¿Te sientes mal? Si quieres puedo...
-¡No!- le interrumpe- me siento bien gracias. Sólo ando un poco distraído. Además- le da unas palmaditas en el hombro y sonríe-, ya te dieron de alta. Hay que celebrar, vamos que nos esperan abajo.
-Muchas gracias.
-Anda, tú primero.
Ambos estaban por salir, pero se encontraron con Gustavo a punto de entrar.
-¡Leo!- le saluda animado al tiempo que lo abraza delicadamente para no lastimarlo- ¿también te dieron de alta?
-Si...- sonríe- tenía mucho que no te veía con el cabello hacia abajo.
-Y yo sin tus pupilentes. Te ves mejor sin ellos.
-Gracias. A tí también te queda mejor así el cabello.
-¿Verdad? Una enfermera me dijo lo mismo, así que me lo dejaré a la natural.
-Me da gusto que puedas seguir bromeando. Espero hayas conseguido novia con ese buen humor.
-¿Pero qué dices? Si tenía tantas ganas de...- alza la vista y ve a Adam detrás de su amigo-. ¿Qué hace aquí?- cuestiona claramente molesto mientras se separa de él.
-Vino para acompañarme a mi casa.
-¿Y desde cuando son tan amigos?
-¿Por qué te pones así?
-¡¿Qué "por qué"?! Ey este imbécil no me agrada y bien lo sabes Leo.
-Así es, pero...
-Hermano, ¿todo bien?- llegaba recién Lidia para ver porque demoraban tanto.
-Si...
-Será mejor que lo esperemos abajo- se acerca Adam para llevársela del lugar y dejar hablar en paz a los amigos.
-De acuerdo...- responde sin entender muy bien la situación.
Al retirarse ellos dos del lugar Gustavo continuó.
-¡¿Ella es tu hermana?! ¡¿Por qué demonios la conoció él antes que yo?!
-Sabes porque nunca te la presenté. Además no es como crees.
-¡¿Qué?! ¡¿Qué no fué?!
-Cálmate, nos van a correr si gritas así.
-Me vale verga. ¡Que me corran si quieren!
-Eres un...- lo toma del brazo y lo lleva hasta el baño de hombres el cuál como pocas veces, esta vacío.
-¡¿Qué?! ¡¿Ahora sí me vas a explicar?!
-Explicarte ¿qué? ¿Qué Adam es mi amigo? Así es, no lo voy a ocultar, ni a tí ni a nadie.
-¡¿Por qué de entre todos tenía que ser ese cabrón?!
-Ya párale ¿no?
-¡El pendejo ese tiene la culpa!
-Tal vez si lo conocieras...
-¡¿Conocerlo?!- lo interrumpe- aparte de todo lo que te dije que me
desagrada de él, él... ¡me quitó la persona que me...!
-El no te quitó a Alejandra, ellos se conocieron antes.
-Pero si me quitó a mí amigo. Porque yo a tí si te conocí antes.
-Adam no...
-Va culero- menciona con la voz entrecortada- si lo prefieres a él. Pues ya lárgate ¿no?
-Yo no dije eso.
-Entonces quédate conmigo, solo nosotros dos- le miró con tristeza.
-Tampoco puedo, Adam...
-¡Adam Adam!- hace un exagerado movimiento de manos- ¡Al demonio con él! ¡Y al demonio nuestros seis años de amistad! ¡Si tanto lo amas bésale los huevos que es lo único que te falta para terminar de idolatrarlo!- sale del baño y se echa a correr.
-Infantil- Leonardo derramó unas cuantas lágrimas que limpió con la manga de su playera. Odiaba admitirlo, pero siempre lograban afectarle los comentarios de los demás.
☆
-Jonathan, estoy muy nervioso- expresa alterado Daniel.
-¿Por qué?
-Es que... siento que se me va a salir y... no quiero incomodarlo. ¡¿Y si ya no quiere verme?!- niega con la cabeza- No, mi hermano no es así- menciona más relajado.
-Es verdad Dani, además tu hermano es una buena persona.
-¡¿Verdad?! También es muy alto.
-¡Y es como un héroe!- se contagia de la emoción.
-¡Si! ¡También es muy amable!
-¡Y confiable!
-¡Además tiene una voz muy bonita y es muy...!- no termina la frase y se queda viendo a la nada.
-¿Qué pasa Dani?
-¿Crees que mi hermano me quiera o solo...?
-¿Crees que te trata bien por deber?
-No lo sé... los hermanos mayores hacen eso ¿no? Como si fuera una tradición.
-No es así. Ni todos los hermanos mayores son buenos, ni todos los hermanos menores son dulces. Adam te quiere tal como, no. Adam te quiere por lo que eres- lo mira fijamente-. Pero eso no es lo que realmente te preocupa ¿cierto?
-Yo...
-Descuida, tus papás son buenas personas al igual que tu hermano y todos ellos te quieren, así que estoy seguro que arreglaran sus asuntos y estarán mejor. Solo dales tiempo ¿si? Ya verás que en un futuro serán una familia aún más unida.
-¡Si!- sonríe más animado-. Tienes razón, muchas gracias por siempre animarme Jonathan.
-Es un placer. Siempre puedes contar conmigo.
《-No miento, en serio que no. Pero... hasta yo me siento inquieto con todo eso. ¿Cómo fué que Adam se separó de ellos? Además los tíos nunca han hablado de él... ¿o sí?》
☆
Después de aquella pelea, Leonardo regresó por fin a casa con su hermana.
-Ven, siéntate. Ahora te sirvo algo de beber.
-Gracias Lidia, pero estoy bien así.
-¿Seguro?- le mira preocupada.
-Si. Mejor me voy a dormir un rato- se acerca a su hermana y se inclina para besar su frente.
-Bien, descansa hermano.
Leonardo entra en su habitación y se cambia de ropa para posteriormente tumbarse en la cama.
-Por fin en casa- suspira y observa fijamente el techo-. Adam no es mala persona. Si tan solo Gustavo se diera la oportunidad de conocerlo, estoy seguro de que serian grandes amigos- niega con la cabeza-. O tal vez no, pero igual es malo juzgarlo sin siquiera conocerlo bien. Me da ganas de...- suspira- pues ya. Si no me quiere volver a ver me da igual.
De pronto recordó los malos momentos con su amigo y su ira creció. Pero después recordó aquellos buenos ratos con él, donde reían a carcajadas y se alegraba de tener a Gustavo de amigo. Y luego llegaron a él los recientes momentos de convivencia con Adam. Su gran ayuda en uno de los peores momentos de su vida. El no lo conocía y sólo cruzaban palabra cuando era necesario en el trabajo. Y sin embargo, le había apoyado. ¿Qué de malo tenía el estar agradecido? Era algo natural. Bien dicen que los buenos amigos se conocen en las malas. Pero si él no quería entender eso, no lo obligaría a hacerlo. Mejor que terminen así su amistad antes de que se hagan daño.
Por desgracia Gustavo no pensaba igual. El había quedado furioso con la situación y deseaba hacerle ver su suerte a Leonardo. Si él a su punto de vista había preferido apoyar a Adam, entonces ya no tendría que ver por él.
☆
Al llegar la tarde, Daniel no se animó a quedarse con Jonathan. Simplemente no sabía como hablar con su hermano. Estaba tan emocionado que prefirió dejarlo sólo con su amigo. Y como ya es costumbre ambos pasaron la tarde hablando de lo que pasó en su día.
-Adam, hay algo que debo decirte. Pero no se como hacerlo.
-Tú échalo así no' más.
-¡Dani sabe que eres realmente su hermano!
El no dijo nada, sólo se quedó meditando algunas cosas con la mirada fija en la nada.
-¿Estás enojado conmigo?- pregunta tímidamente Jonathan.
-¡¿Eh?!- lo mira sorprendido y suelta a reír-. Claro que no. ¿Por qué lo estaría?
-Por la posibilidad de que se lo haya contado.
-Yo sé que no fuiste tú- acaricia su cabeza-. Lo que me lleva a pensar que fué por nuestros padres. Entonces, ¿eso quiere decir que si se acuerdan de mí? ¿Saben que soy yo?- suspira pesadamente-. Tengo muchas dudas, pero mi miedo al rechazo es mayor. Ya una vez me separé de ellos y no se porque. ¿Habrá sido...?
-Si de algo te sirve... Dani me dijo que ellos hablaron con mucho cariño al recordarte. Y me parece que no saben que eres tú, así que puedes pensar con un poco más de calma.
-Gracias.
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