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¿Los errores de los padres son también los de los hijos? por AOI SALUJA

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# Capítulo 32: Tan cerca y tan lejos. #


Al día siguiente en el trabajo, Adam seguía pensando en su padre. Luego de ese momento tan incómodo ya no volvieron a hablar. Enrique y él tomaron un café mientras que Jonathan un poco de chocolate y todo en absoluto silencio.

-¡Sale orden!

-Si.

 Y no es que estuviera molesto, su padre simplemente estaba ausente. Había recordado de pronto a ese sujeto. A aquel hombre por el cual nombraron así a su amado hijo.

......

-Amor, te vez cansado -le dice Samantha a su esposo mientras levanta cariñosamente su cabello-. ¿Dormiste hasta muy tarde?

-No en realidad -de pronto recordó el escenario que vio al entrar a la habitación-, ¿sabes? Al llegar a ver a los chicos me los encontré dormidos en el piso. Quise cargarlos para acostralos como es debido, pero simplemente no pude separarlos. Parecían gomitas recién hechas -suelta a reír a carcajadas-. Se ve que están muy encariñados con Santi.

-Si -sonríe dulcemente-. Algún día me gustaría conocer a su familia, bueno, a toda su familia.

-En cuanto podamos resolver el caso de su padre, lo haremos. Tu confía.

-Sobre eso... ¡Regresé a los casos!

-¿En serio? Me alegro tanto osita.

-Gracias, pero bueno, a lo que voy es que hay muchas cosas que me tienen confundida. Verás, investigué más sobre nuestro Vicente y descubrí que era uno de los dueños de la compañía de aquellos dulces que tanto te gustaban.

-¡¿En serio?! Vaya -frunce el ceño deprimido-, que lastima. Jamás pude decirle lo mucho que me gustaba su producto. Me sentí muy triste cuando la marca dejo de existir.

-Si, fueron muchas cosas las que pasaron. Él junto a unos amigos habían formado la compañía. Era el socio mayoritario y también el que sabía todo el manejo de esta. Pero un día su único hermano enfermo de gravedad, así que los demás "se encargaron" del manejo del lugar. Le hicieron firmar un sinfín de documentos y claro, entre que estaba muy ocupado con su hermano y sumado a que confiaba ciegamente en ellos -suelta un largo y pesado suspiro-, terminó firmando sin siquiera leerlos. Y fue un grave error que lo dejó literalmente en la calle. Lo peor de todo es que su hermano menor falleció y luego eso... el hombre pasó el resto de su vida allí. Pero... -posa un dedo sobre su mejilla meditando los demás detalles.

-¿Pero?

-No había reporte de que tuviera hijos o estuviera casado. Sin embargo Santi nos dijo que tenía una hermana menor, la cual nunca hemos visto. Además algunas personas nos dijeron que solo vivía con un chico y que hace tiempo también estaban acompañados por una mujer mayor. Al parecer ella sufría de alzheimer.

-Entonces tal vez sean los hijos de esa señora. A todo esto, ¿qué pasó con ella?

-Murió -menciona cabizbaja-. Hubo un ataque a las personas de allí. Alguien les prendió fuego y quemó todo con ello. Muchos no alcanzaron a salir, entre esas personas estuvo ella. Y aunque hubo reclamos nadie hizo algo por ayudarlos, porque eran gente que vivían en la calle.

-¡¿Y qué pasó con el o los responsables del incendio?!

-Nada. Ni siquiera saben quién fue.

-Entonces Santi... quedó sólo con su hermana.

-¿No se te hace raro Enrique?

-¿Qué cosa? -pregunta aún sin entender del todo el asunto.

-Santi y su padre vivían en la calle. Se supone que su hermana está en la misma escuela particular donde estudian Jonathan y Daniel. ¿Cómo es eso posible?

-¿Alguna beca?

-Amor, hasta donde yo sé, sólo tres alumnos están becados y ninguno de ellos se llama Lucía. ¿Cómo es que conocieron a Santi? ¿Por qué es tan cercano a ellos? ¡¿Qué nos están escondiendo?!

-No lo sé. Pero lo mejor será preguntarles sin hacerlos sentir acorralados. Santi también la ha pasado muy mal y por supuesto, tampoco queremos incomodarlo.

-Si... tienes razón... -se deja caer pesadamente sobre el asiento-, es solo que... vaya, que tonta soy. Por un momento quise creer que Santi era nuestro Adam y que... no sé, la sangre había llamado a la sangre y... que por azahares del destino se habían encontrado... que nuestro hijo... seguía con vida... -suelta en llanto-. Santi... lo siento como si fuera de la familia. Pero... pero...

-Te entiendo. Yo -sonríe-, llegue a pensar lo mismo. Pero... ¿Quién es Santi?

......

Adam seguía con su trabajo mientras pensaba en sus padres, sus hermanos...

-¡Hola! -se acerca su amiga con una palmada en la espalda.

-Alejandra... -le mira como si siguiera en trance-, ¿me decías algo?

-¡Uy~! ¡Hasta distraído te vez tan hermoso! Quisiera comerte a besos y luego -niega un par de veces con la cabeza-, pero el señor Julian quiere hablar contigo.

-Bien -sonríe-, gracias Alejandra.

-¡Wow! ¡Madre santa! ¿Podrías hacerlo otra vez?

-¿Qué cosa?

-Esa dulce sonrisa.

-¿Cuál? -por reflejo volvió a regalarle el gesto.

-Si, esa... caperuza, ve con la abuela que este lobo tiene hambre.

-¿Que?

-Que vayas con el señor. Anda, ve ve.

-De acuerdo.

-¡Ah! Por cierto me dijo que entraras directo, que no te preocuparas en tocar.

-Gracias.

......

-Jonathan, ¿crees que Adam hable con nuestros papás?

-No lo sé Dani. Se ve que quiere, pero la verdad... no sé. ¡Dani!

-¡¿Eh?! ¡¿Qué?!

-Eso... -apunta a algo bajo la cama- ¿Qué es...?

-¿Esto? -el niño se acerca gateando-. No sé, pero viene algo escrito -frunce el ceño para intentar leer mejor- dice "Adam."

-¿Adam?

-Si, supongo que se le cayó cuando nos quedamos dormidos. Se lo voy a guardar para dárselo la próxima vez que venga. Mientras lo pongo a la vista para que no se me olvide.

-Buena idea.

......

-Voy entrando -susurra Adam al escuchar que el señor Julian estaba al teléfono.

-¡No, es no! No me hagas enojar. ¡¿Qué tienes que andar viendo?! ¡Eso no es tu asunto! Eso... -el señor posó su mano sobre su pecho y se inclinó hacia adelante. Como pudo colgó el teléfono y cayó fuertemente de rodillas.

-¡Señor! -Adam corrió hacia él.

-Hijo, toma el paquete negro que esta... en... en el asiento... todo está ahí...

-¡¿Adam?! -entran corriendo Alejandra y Leonardo que se encontraban cerca del lugar.

-Alejandra -menciona pasmado-, el brazo del señor esta muy rígido -suelta al señor y mira sus manos, las cuales empieza a abrir y cerrar como no entendiendo aún la situación, como cuestionando si está realmente allí.

Leonardo se acerca a su jefe y confirmó lo que tanto temía.

-Alejandra llévate a Adam.

-Leo...

-Por favor.

-El... ¡El señor dijo que el paquete negro del asiento!

-¿Este? -Alejandra lo toma y se lo lleva junto a su amigo. Mientras que Leonardo se quedó a realizar una llamada.
Notas finales: gracias a
*mayu-san
*megu-chan
*duraznito-chan
*dark kirito
*a ti
espero estes bien, gracias por leer :)

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