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¿Los errores de los padres son también los de los hijos? por AOI SALUJA

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# Capítulo 36: Más dudas que repuestas. #


Mientras que Adam y Enrique estaban en la habitación, en la sala ya se habían formado grupos de convivencia.

José y Samantha hablaban de comida, y él sabiendo tanto de, le dio una que otra receta a la madre de los chicos quien escuchaba muy atenta cada detalle, incluso llegó a pedir papel y pluma para anotar las instrucciones al pie de la letra. No quería perderse ningún detalle, después de todo ni Enrique ni ella son buenos cocinando. Y ya era hora que les cocinaran como se debe a sus hijos. Ya que se habían portado más que bien al  jamás quejarse de su terrible sazón.

Leonardo y Daniel hablaban de "Santiago" y eso llevó a muchas cosas, como de su hermana Lidia ¡y vaya sorpresa! Resultó que ella estudia en el mismo colegio de ellos. Pero por supuesto que al ser mayor, estaba en otra área, la de secundaria. Así que sí, sus estudios eran costosos pero sus padres ya la habían inscrito ahí desde la primaria y por supuesto su plan era que terminara de estudiar como se debe. Aunque claro, ese y otros detalles se los ahorro de contárselos al pequeño.

Por su parte, Damián recordó una historia de terror que le había sucedido años atrás, así que se las platicó a Alejandra y Jonathan mientras disfrutaban y se horrorizaban a la vez. A Jonathan, sus padres jamás le contaron una historia o leyeron un libro, así que estaba fascinado con la anécdota escuchando a detalle y Alejandra siempre disfrutaba de las historias de su papá, ya fueran vivencias propias o lecturas, Damián sabía cómo entretener a los niños y a la gente en general.

......

Adam quería salir corriendo de allí, pero sus piernas no le respondían. ¡Había sido descubierto! Jamás esperó que fuera tan pronto.

-Si no quieres hablar, por mí esta bien. No pienso obligarte a hacerlo y si no quieres decirle aún a tu madre de esto, respetaré tu decisión también. Pero por favor -lo mira suplicante-, por favor, no te alejes de nosotros hijo, todos te amamos osezno.

-No... no pienso alejarme.

-Gracias.

-¡Y por favor no los regañes! Yo... les pedí que no dijeran nada. ¡Los amenace! Ellos no... no tienen la culpa.

-No creo que lo hayas hecho -suelta una risita-, quizá tú se los pediste y ellos que tanto te aman seguro aceptaron a la primera. Porque temían que te alejaras. Yo... descuidé mucho a Dani, no fui un buen padre y Jonathan... parece muy maduro para su edad, quizá mi amigo y yo no supimos ser buenos padres. Y ellos crecieron y tuvieron que madurar tan pronto, además les faltó el cariño de la familia. Pero lo encontraron al conocerte. Ya eres una parte muy importante de sus vidas y... no los castigaria. ¡Me odiaria de siquiera pensarlo! Los tres son mis hijos y no hay nada que desee más que su felicidad.

-Gracias...

-No, gracias por cuidar tan bien de ellos. Los he visto más felices que nunca. Incluso me da ternura ver como te siguen como patitos. Ellos no se te despegan, incluso al dormir, como aquella vez que estaban en el piso. Fue imposible separarlos. Así de fuerte es el vínculo ente ustedes. Y eso fue gracias a que todos se esforzaron por ello-. Enrique sentía pesado su corazón, aún no podía creer que el hijo al que tanto le lloraron estaba vivo. Ya no sabía si era claro con sus palabras, o siquiera si decía lo que realmente quería, sólo veía a Adam frente a él y deseaba tanto abrazarlo, llenarlo de besos y ser un padre pegajoso que nunca le dejara ir.

-No... no es así -Adam sentía pavor. Era como una pesadilla y aunque sabe que su padre es amoroso y comprensivo, él no se sentiría en paz hasta no confesar todo- Yo... ah... yo... -tenía un nudo en la garganta, todo su cuerpo temblaba y una parte de él le decía que mintiera y así no habría problema. Pero claro que no haría caso a esa pequeña y cobarde voz que le incitaba a engañar a su familia-. Yo... me... me acerqué a Dani con malas intenciones.

-¿Lo conociste en el parque?

-¡¿Qué?! -suelta una sonora carcajada-. No... no fue así -Bien, si, sus intenciones quizá podían sonar como las de un pervertido en el parque. Pero esa confesión va después-. No, yo... quería herirlo. Mucho tiempo creí que... que me habían abandonado. Que... se habían deshecho de mí.

-¡Jamás! -responde alterado al tiempo que lo toma de un brazo-. ¡Nunca haríamos algo como eso! Las cosas fueron complicadas y...

-Sí, pensaron que estaba muerto.

-Así es...

-Y con mayor razón no lastimaría a Dani. Pero... creí que haciéndolo... no sé. Podría desquitar mi ira. Al menos un poco, pero... -sonríe dulcemente-, cuando lo conocí, no pude odiarlo. Es un niño cariñoso y amable... sin dudar te brinda una comprensión increíble, algo no muy común de ver -frunce el ceño con una sonrisa al recordar la reacción de su hermano ese día en que confeso sus malas intenciones-, que con una sonrisa hace que todo mal sentimiento se vaya. Quieres verlo todos los días, escucharlo reír, abrazarlo... te hace desear que forme parte de tu vida.

-Eso es... -Enrique soltó a llorar-, yo... mi esposa y yo, tu madre y yo... siempre nos preguntamos cómo es que sería una relación entre ustedes dos, bueno, ahora entre ustedes tres y... y me alegra saber que se lleven tan bien. Que se quieran.

-Mucho. Amo a mis hermanitos.

-Hijo... -sonríe-. Tengo una duda. ¿Por qué creíste que te habíamos abandonado?

-Por pendejo, digo, por ingenuo. Yo... tenía como seis años cuando un día una chica nos llevó de comer y todo eso acá bien chido a todos los que vivíamos en la calle. Y pos a nadie se preguntó nada, ¿verdad? Digo, ¿quién no va a estar feliz de que le den de comer después de mucho tiempo con hambre? Y... estuvo un rato con mamá, no sé ni de que hablaron, pero después esa chica habló conmigo y me dijo que mi mamá estaba senil. No entendía que me decía, así que me explicó. Y me dijo que me iba a contar algo que mamá sabía y que ya había olvidado. Me... me dijo que ella no era mi mamá y que mis verdaderos padres me habían abandonado.

-¿Recuerdas como era ella?

-No. Ni siquiera su nombre si es que alguna vez me lo dio.

-¡Esa...! -suspira- ¿Quién podría haber hecho algo tan horrible? Nos quitó muchos años... ¡¿Y el camafeo?!

-Mamá me lo dio antes de... morir. Fue un día en que me contó una historia, tenía tiempo que no lo hacía, sonreía después de mucho así que... recuerdo más su sonrisa que lo que pudo haberme dicho ese día -responde cabizbajo.

-Esta bien, no te sientas mal. Eras muy pequeño, pequeño pequeñito. Y era natural que no lo hicieras.

-¿Pequeño, pequeño pequeñito? -sonríe.

-Si. Ahora eres pequeño pequeño -suelta una risilla-. Quizá sirva de algo si te cuento el inicio de nuestra historia, ¿quieres escucharla?

-Si.

-Bien, veamos... todo empieza así.
Notas finales: aún no llegué a donde planeaba, pero esto también es necesario :) mil gracias
*mayu-san
*megu-chan
*duraznito-chan
*y a ti por leer ^///^
por cierto, muchas felicidades a José Antonio Pontón y a todo el equipo por su primer aniversario en el programa de radio!!! ^///^ mi sensei de la tecnología :) por más jaja japonton, mi sección favorita!!! mis mejores deseos y le deseo muchos años más

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