Cuando un afiche lo golpeo de lleno en la cara lo vio como una señal del destino, en el papel de color azul eléctrico destacaba en letras llamativas:
Escuela de Natación
-Se precisa instructores con experiencia.
Y bueno habian muchas más cosas puestas en el folleto sin embargo solo le intereso eso. Bien, no es que fuera un clavadista profesional ni un nadador olimpico pero... necesitaba dinero.
Siendo huérfano desde pequeño sus posibilidades económicas eran demasiado reducidas; viviendo apenas en un pequeño departamento a las orillas de la ciudad. Tampoco gozaba con una vida social activa, como no fue a la escuela no pudo entablar amistad durante ese periodo, muchos al verlo creyeron que era un vagabundo o un pordiosero, fue asi hasta que cumplió 16 donde un poco más grande y siendo tan insistente obtuvo un pequeño trabajo haciendo ladrillos, le pagarian 50centavos por ladrillo. Fue por esa razón que se despartaba temprano y todo el bendito dia se la pasaba en la fábrica, "con más tiempo haria más ladrillos y con más ladrillos habria más dinero".
La fábrica contaba con un enorme horno caliente donde se horneaban los ladrillos practicamente, con un único pantalón de tono naranja que tenia y una remera negra se presentaba todos los dias, era a eso del medio dia donde estando el sol en lo alto del cielo hacia que la temperatura aumentase sumado el hecho que el horno también desprendia calor por eso siempre solia quitarse su remera en ese horario y amarársela en la cabeza donde sus siempre alborotados cabellos rubios hacian competencia con el radiante sol, con el tiempo su piel se torno de un casi leve bronceado, asemejandose mas a un tono canela. La mayoria de sus compañeros de trabajo solian molestarlo con que porque no conseguia una novia y la razón era simple: estaba esperando una señal.
Y aunque sus compañeros ya adultos se burlasen de él, comparándolo con una quinceañera soñando por el indicado para tomar su virginidad, poco le importaba y bueno tampoco era tan popular entre las chicas, tal vez si se arreglase un poco y usara ropa más limpia, tal vez si dejara de andar tan desarreglado podria tener más oportunidades de conseguir una cita pero por el momento poco le importaba su apariencia.
Fue un fatidico dia después de haber cumplido 20 años que la fábrica lo hecho, reducción de personal le dijeron, bien no iba ponerse a llorar como magdalena, era joven y decidido, con ganas y esfuerzo conseguiria un nuevo trabajo, bueno después de estar meses buscando no obtuvo nada, al parecer nadie queria a un muchacho sin estudio y sin nada de nada. Pero como una señal del cielo ese folleto choco contra su cara: debia ser una señal.
Cuando entro al lugar le parecio de lo más increible, pudo ver que este era limpio y las piscinas... ¡Dioses! Ni la agua de su grifo parecia ser tan limpia.
Algunas personas se detenian a mirarlo extraño, okey, no gozara de buena apariencia pero al menos se defendia creyó internamente pero no dio ni dos pasos cuando un muchacho con traje de baño y de su edad se le acerco con gesto de pocos amigos.
-Si buscas la casa de beneficencia, te equivocas de lugar, dobe - le dijo el pelinegro recien llegado, mirando con superioridad al rubio.
-Vengo por el trabajo, teme - respondió de lo más casual casi ignorando al pelinegro que fruncio el ceño ante el insulto.
-Mira usuratonkachi por si no lo sabes yo soy Sasuke Uchiha y mi familia es dueña de... - apenas comenzo con su monólogo se detuvo al ver como el rubio lo ignoraba olimpicamente y se iba hacia los vestidores, con una vena creciendo en su frente siguio al rubio dispuesto a demostrarle quien era él.
No estaba de ánimo para escuchar al pelinegro petulante parado frente a él que al parecer iba a empezar a darle un sermón. Miro a su alrededor en busca de algo bueno que llamara su atención, no iba negar que habia mucha muchacha bonita en traje de baño, tal vez hoy encontraria a la candidata perfecta, sus azules ojos recorrieron lentamente el lugar hasta que cierta piel de un tono cremoso llamo su atención, sus ojos siguieron atententos los suaves movimientos hasta que entre paredes lo perdió de vista, sin perder tiempo fue hacia quién hubo llamado su atención.
No sabia muy bien donde estaba asi que fisgoneo un poco en el lugar, se asomo por los vestidores esperando encontrarse nuevamente con la vista de esa blanquecina piel pero apenas se asomo recibio tremenda cachetada de una pelirosa quién con tono chillon lo tacho de pervertido. Con la mejilla roja y ardiendole por el golpe se alejo y más aún cuando vio de reojo a ese molesto pelinegro irse acercando. Y en un movimiento que ni él mismo entendio sus pies se dieron a la fuga antes de ser atrapado por la pelirosa o morir de aburrimiento con el sermon que le daria ese roñoso pelinegro una vez que lo alcanzara.
Después de haber hecho un gran recorrido en esas instalaciones se detuvo a tomar un poco de aire, despues de recomponerse un poco; vio fascinado un como a unos pasos estaba una puerta abierta de la cual pudo ver una luminosa luz, casi hipnotizado fue entrando. Una vez ahí pudo vislumbrar una enorme piscina con una escalera de unos 5 metros de altura y en esta una tabla para hacer clavados y nisiquiera pudo ver bien el lugar al poder vislumbrar una figura sentada en esa tabla, parecia estar mirando atentamente la agua cristalina a sus pies, sus largos y negros cabellos caian desordenadamente hacia adelante y en un gesto vio a ese azabache tomar un puñado de sus negros mechones y llevarlos atras, con deje de curiosidad se fue acercando poco a poco, sin embargo no se percato que incoscientemente se iba acercando hacia el borde de la piscina, para cuando se percato de ello se vio caer de bruces al agua, chapoteando en el agua, como pudo intento salir sin embargo un pequeño detalle (que ahora ya no le parecia tan pequeño en absoluto) lo detuvo; no sabia nadar.
Sentia dolorosamente como sus pulmones se llenaban de agua, sin poder respirar fue dejando de luchar, su cuerpo dejo de moverse poco a poco, su peso cayo como plomo en el agua chocando la superficie fria y dura de la piscina con su espalda.
Sus azules ojos se fueron cerrando, a su alrededor todo era frio. Al parecer no tendria el trabajo, lamentaba el hecho de no haber tenido amigos, no saber lo que se sentia ser querido por alguien y aunque le diese un poco de verguenza admitirlo ni siquiera dio su primer beso.
***
Desde la muerte de su primo las cosas para Itachi ya no fueron lo mismo, ya no tenia con quien hablar de temas en los que él no fuera tan experto, sus prácticas de clavados perdieron sentido al ya no tener a Shisui como rival, incluso le empezo a disgustar el agua, un escalofrio le recorria la piel y una sensación de pavor se apoderaba de él, despues de todo Shisui hubo muerto ahogado. Fue cuando tenia 15 y su primo 20, siendo más pequeño que él casi nada pudo hacer para ayudarlo.
Pero ahora era diferente, habia aprendido a lanzarse desde las alturas sumergiendose profundamente hasta salir rapidamente, los clavados fueron una via de escape ante el miedo del agua y seguir haciendo lo que más le gustaba; nadar. Sin embargo ahora estaba tan concentrado mirando la cristalino liquido que por momentos creyo ver el cuerpo sin vida de Shisui flotando, su rostro casi azul y sus ojos negros sin vida mirandolo fijamente, tal vez encontraria mas paz sumergiendose y ya no volver a salir. Desechando sus pensamientos tomo distraidamente sus negruzcos mechones para atarse un moño, cerro los ojos intentando concentrarse y dejar de ver el cuerpo muerto de su primo, pero al abrirlos nuevamente; fue como revivir el pasado en cámara lenta, ahí, en la piscina nuevamente estaba su primo pero con un sano color que se iba perdiendo conforme este se iba ahogando, creyo estarlo imaginando pero... se veia tan real. Fue después de sacudir un par de veces su cabeza que el negro y rizado cabello que caracterizaba a su primo fue tornandose en mechones rubios y la piel blanca se volvia en un tono mas bronceado, fue entonces que abrio los ojos de par en par, ahi realmente habia alguien ahogandonse.
Respirando hodo se lanzo al agua sin pensarlo dos veces, se sumergio lo más rápido que pudo, sus largos mechones flotaban dispersos, una vez cerca del muchacho lo tomo intentando subir a la superficie lo más rápido posible.
***
El adormecimiento y la frialdad en su cuerpo parecia disminuir, sintiendo presiones en su pecho de rato en rato sin embargo lo que lo hizo reaccionar fue sentir unos tibios y suaves labios posados en los suyos, sintiendo un poco de aire llenarle haciéndolo retorcer a un lado tociendo una considerable cantidad de agua.
-Intenta tranquilizarte o no podras respirar bien - escucho decir, aún con la garganta un poco adolorida vislumbro de donde venia la voz y casi se ahoga nuevamente al ver al bonito pelinegro que lo miraba con atención, dejando ver un rostro casi angelical, tenia una hermosa piel blanca con tonos rosados y sin imperfecciones que estaba un tanto húmeda, sus negros cabellos caian bellamente por el contorno de ese fino y perfecto rostro sin mencionar que se hubo quedado embelesado por los bonitos ojos adornados por unas largas pestañas que lo miraban atento, se veia tan sexy e inocente a la vez, una rara pero hermosa combinación o al menos asi lo vio Naruto.
-Oh Dios... - susurro, para después desmayarse, estaba muerto, de seguro estaba muerto, sino ¿porque tendria un angel frente suyo?.
...
Se asusto ante la repentina perdida de consciencia del rubio, acerco su rostro al del ojiazul intentando saber si seguia respirando pero de súbito el muchacho se levanto chocando sus frentes y haciéndolo caer de espalda contra el suelo, su rostro estaba peligrosamente cerca de él.
...
No podia estar muerto, bueno al menos no aún, se enderezo pero ni bien lo hizo choco contra el pelinegro quien por lo repentino del movimiento cayó de espaldas, acerco su rostro intentando ver si aquel muchacho de bonitos ojos era real y en un gesto que jamas olvidaria vio como las mejillas del azabache se teñian de carmín conforme se iba acercando. Sin darse cuenta de la extraña posición en la que estaban, siendo que Naruto estaba prácticamente encima de un casi desnudo Itachi, ambos mirandose fijamente y sus rostros a escasos centimetros.
Fue el estruendoso golpe de la puerta cerrandose lo que hizo a ambos mirar hacia esa dirección, estando alli un furioso pelinegro al que Naruto reconocio como el "teme".
-¡Alejate de mi hermano! - grito el recien llegado - no te atrevas a tocarlo - agregó, se habia prometido cuidar a su inocente y virginal hermano mayor.
-Sasuke... - murmuro el pelinegro debajo suyo, mirando de cabeza a su pequeño hermano.
Como alguien tan puro y tranquilo podria ser pariente de un escandaloso y dramático chico... pensó. Con la atenta mirada del muchacho que parecia querer asesinarlo con la mirada fue que sonrio, tal vez aun no fuera momento de decirle... cuñado.
Y antes de que Sasuke lo quitara de encima de Itachi, se digno a robarle un beso al azabache debajo suyo viendo como este abria los ojos de par en par por la sorpresa y después desviaba la vista un tanto abochornado. Se quito antes de que siquiera el azabache menor lo agarrase, estaba seguro que este querria matarlo, al menos ya tuvo su primer beso, si moria, moriria feliz.
Si esta no fuera la señal que tanto espero no le importaba, porque supo en ese momento que ya no estaria solo.
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