Habiendo terminado bien el día de clases Yami se despidió de sus nuevos amigos y se encontró a la señora Muto en la entrada, esta lo llevo a casa y una vez ahí Yami le platico a su nueva familia sobre su día y como ahora tenia dos amigos nuevos y esperaba hacer mas pronto, ganándose una sonrisa por parte de su abuelo y la señora Muto y muchas preguntas por parte de Yugi, pues el ahora quería conocer a los nuevos amigos de Yami para que jugaran todos juntos.
Con la nueva rutina de Yami de ir a la escuela y volver durante la semana y de jugar con Yugi los fines de semana, el dolor de la perdida de su padre se fue aminorando, dejando espacio para aceptar una nueva vida y la felicidad que viene con ella. Así fue pasando el tiempo hasta que llegaron las vacaciones de invierno, donde al fin invitaría sus amigos Joey y Tristan a su casa para poder jugar el nuevo juego de monstruos encapsulados, como habían prometido sus amigos llegaron a su casa la las 12 y pasaron a jugar en la sala, mientras la señora Muto preparaba la comida para todos, Yami fue por el juego y coloco el tablero, paso la hoja de reglas a Tristan quien hizo lo posible por hacer que Joey entendiera de que iba el juego y entonces Yami vio a Yugi asomado por la puerta de su habitación observando a sus amigos y Yami decidió ir a el, cuando Yugi lo vio acercare se puso tras el marco de la puerta y vio como Yami le extendía la mano esperando a que la tomara, el pequeño Yugi tomo la mano de Yami y este le sonrió, llevándolo a donde se encontraban Joey y Tristan, "amigos, este es mi hermano menor Yugi" dijo Yami a sus amigos mientras ponía a Yugi frente a el, "Yugi, estos son mis amigos Joey y Tristan" le dijo al pequeño mientras señalaba a sus amigos para que supiera cual era Joey y cual Tristan, una vez hechas las introducciones Yugi fue y se sentó junto a Yami aferrándose a su costado mientras miraba el tablero de juego.
"¿Quieres jugar Yugi?" pregunto Joey quien le pasaba la maquina de capsulas a Yugi para que eligiera sus monstruos, Yugi miro a Yami quien le asintió animándolo a jugar, "si, ¡muchas gracias!" contesto el de ojos amatistas con una sonrisa mientras tomaba las 5 capsulas de monstruos que salieron del gacha, así los chicos acomodaron los monstruos en el tablero e iniciaron a jugar, pasadas 2 horas la madre de Yugi pidió a los chicos que recogieran las cosas para ir a comer, siendo el marcador de victorias Yami 3, Yugi 2, Tristan 2 y Joey 0, y mira que no es que fuera malo, si no que sus suerte al tomar los monstruos del gacha era pésima, ya que casi todos eran nivel 1 o 2.
Una vez que todos terminaron de comer procedieron a cambiar de juego, eligiendo jugar uno ahora, mientras platicaban de lo que harían en vacaciones, Tristan decía que en una semana el iría con sus padres a visitar a su abuela ya que siempre pasaban navidad con ella, Joey por su parte estaba feliz porque su mama y su hermana vendrían a pasar navidad con el y su padre, ya que se habían tenido que ir por un tratamiento nuevo para la visión de su hermana, la cual al ser operada teniendo apenas 5 años, alcanzo una recuperación ocular completa después de 6 meses de terapia y reposo, evitando que su problema se agravara, estando emocionado por verla de nuevo, a lo que Yami invito a Joey a venir con su hermana cuando quisiera, ya que al tener la edad de Yugi tal vez podrían llevarse bien.
Las horas siguieron pasando y empezó a caer la noche, haciendo que la señora Muto se ofreciera a acompañar a los chicos a casa cuando el timbre sonó y se encontraron al padre de Tristan que estaba ahí para llevarse a su hijo y dejar a Joey en casa, la señora Muto agradeció a los niños por cuidar a Yami en la escuela y tanto Yami como Yugi se despidieron de los chicos mientras se iban, la señora Muto cerro la puerta y le indico a los niños que debían ir a su habitación a dormir, Yugi subió corriendo para acomodar sus almohadas mientras Yami le daba las gracias a la señora Muto por permitir que sus amigos pasaran el día, a lo que la mujer, solo puso una mirada amable y le dijo al chico que era libre de traer a sus amigos las veces que quisiera, Yami sonrió y subió a su habitación compartida con Yugi, el cual ya se encontraba en su lado de la cama, Yami se cambio al pijama y se acostó en la cama teniendo solo buenos sueños, pues anteriormente la mayoría de sus descansos habían contado con pesadillas sobre lo que le pudo haber pasado a su padre, ya que nunca se le dijo como murió, lo único que Yami sabia es que ese fatídico día el estuvo esperando en la entrada de la escuela a un hombre que jamas llego.