Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pesadillas por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 26]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

Hola!!

Había planeado subir esta historia hasta el próximo sábado, pero... no encontre motivo para esperar :D Así que aquí tienen el primer capítulo de este nuevo proyecto. 

Espero que lo disfruten!!

 

 

---------------------> PORTADA <-----------------------------

 

Notas del capitulo:

 

 

Las actualizaciones de esta historia se haran los sábados.  

Duérmete  niño,


Duérmete ya…


 


 


Voces… hay muchas voces.


La cabeza me da vueltas, no veo nada, siento que estoy flotando en oscuridad. Intento moverme, no siento nada.  Tampoco entiendo las voces ¿Qué dicen?   Parece que estoy escachando una radio.  


No puedo hacer nada.


Quiero moverme, no soy débil. Algo me toca y es como si todo se acomodara. Abro los ojos y sé que levanto la mano para sujetar lo que sea que me toca.  Veo borroso, he dejado de escuchar. La  mano de la persona se retira, dice algo, solo escucho murmullos.


¿Dónde estoy?


Tengo que salir de aquí.


Libérate


Muévete


Has algo.


Giro la cabeza.  ¿Qué es este lugar?  Intento enfocar, solo veo un foco… no, es una lámpara en el techo. Y… ¿Jaulas? No pueden ser jaulas.


¿Quién va a salvarme?


Nadie va a salvarte.


 Intento decir algo, pero mi boca solo balbucea, ni siquiera puedo hacer algún sonido decente. La persona regresa. Trae… trae algo… una jeringa. Siento el pinchazo en mi brazo, me muevo, solo logro un movimiento convulso.  Se da la vuelta, luego regresa a mí.  Hay mucho ruido, gritos, chillidos… como si estuviera en una perrera. No pueden ser sonidos humanos, de ningún modo.


— Ya pronto acabara…- es lo único que entiendo. No sé si es un hombre o una mujer. Quiero levantarme y golpearle.  Se mueve, y entonces veo lo que está detrás de su cuerpo. Al inicio no lo reconozco, principalmente porque sigo sin poder ver bien. ¿Cómo llego algo como eso aquí? ¿Por qué esta aquí?


 Hasta que no veo un poco mejor noto que esa cosa es un prisionero igual que yo.


Esa cosa me mira… sus ojos vacíos son lo último que veo antes de volver a la oscuridad.


 


Me duele la cabeza. Me siento aturdido. Me quedo un rato acostado…              ¿Dónde carajo estoy? Me siento, abriendo los ojos. Es una cabaña, de madera. ¿Cómo llegue aquí?  Mis cosas, mis cosas… me busco entre las ropas, pero todo está en orden. Mis armas, todo.


 


¿Dónde estoy?


No puedo irme…


Me levanto y me tengo que sujetar la cabeza. ¿Qué paso? No entiendo… incluso mi teléfono está aquí, como si no hubiera pasado nada, pero es claro que paso algo ¿Pero qué? ¿Cómo llegue aquí?  ¿Qué estaba haciendo?  Mientras trato de recordar, el teléfono suena. Le miro un momento, sin responder.


— ¿Si?


— Iridian ¿Dónde estabas? ¿Tienes idea de lo preocupada que estaba? ¿Por qué no te has reportado? Pensamos que te había pasado algo horrible.


— estoy bien.


 ¿Dónde estás?


— No lo sé, quería dar una vuelta— mi voz suena normal, eso es bueno— volveré lo más pronto que pueda.


— ¿Seguro? Puedo mandar a alguien por ti, casi anochece— sonrió. Me gusta la noche, no hay ventanas aquí, así que no puedo ver que tanta luz hay fuera.


—  Tengo mis cosas conmigo, Chiara— mi voz suena indiferente,  sin emoción, como siempre. Más aun al recordar el estado de Chiara— volveré en un rato— le cuelgo, con eso basta para que se quede tranquila y no se altere. ¿Dónde estoy? Es más importante ahora recordar que paso. ¿Qué estaba haciendo?


Ah, sí, eso puedo recordarlo.


 Estaba cazando.  


Eso es lo que soy, soy un cazador, pero no alguien que sale a los bosques a buscar animales salvajes para tenerlos como trofeo.  No lo hago tampoco por diversión o pasatiempo. Lo que yo hago es muy diferente. Lo que yo cazo es mucho peor que cualquier animal que puedas imaginar.


Soy un cazador de pesadillas, monstruos. 


Y no precisamente de los malos sueños que tienen las personas. Las pesadillas son monstruos, seres que no tienen forma, deambulan por el mundo, alimentándose del miedo de los humanos, persiguiéndolos hasta que no dejan más que un alma vacía. Me dedico a eliminar a estos monstruos, a buscarlos y liberar a los humanos de ellos.  No es algo sencillo, no puedes cazar algo que no puedes ver, algo que se oculta tan bien, que solo unas pocas personas conocen su existencia. 


Eso es lo que hacía antes de despertar aquí.


Camino hasta la puerta. Si lo que quiero es no contrariar a alguien en el estado de Chiara, lo mejor es irme ya.  Este lugar es pequeño, una cabaña con una habitación. No hay cama, pero si una mesa con dos sillas, una estufa de leña y un tapete en la entrada. No me gusta sentirme débil, ahora apenas puedo sostenerme de pie. ¿Estaba drogado? Siento como si acabara de despertar de una operación. Esto no es normal.


¿Qué haces?


Pasa más tiempo del que quisiera antes de poder caminar. La puerta me parece muy lejos, pero logro llegar hasta ella. ¿Estará cerrada? Que idiota, ¿y que si sigo siendo prisionero? Esto no es  una situación normal. Saco mi arma, un revolver de cañón cortó. Me muevo en silencio hasta la puerta, no tiene seguro, la perilla gira sin problemas y el click de la puerta al abrirse rompe el silencio. El aire frio entra, junto con el olor del pasto, de los bosques. Esta atardeciendo, afuera hay árboles, un camino y un auto… mi auto.   Yo no conduje hasta aquí, de eso sí estoy seguro ¿Por qué motivo vendría a algún lugar donde no hay personas? Esos monstruos no pueden estar lejos de los humanos.  Intento salir,  pero no puedo pasar de la puerta.


Qué raro…


Intento de nuevo, pero es como si algo me estuviera jalando con ligas hacia atrás. La habitación está sola. No hay nadie más aquí, ¿Por qué no puedo salir? Me siento cansado de nuevo. No hay donde descansar, y como sea, no puedo conducir de este modo. Regreso a sentarme en una de las sillas.  Cierro los ojos un momento, pero basta para dormirme. El aire de fuera me despierta. Ya ha anochecido, me siento muchísimo mejor.  ¿Ah? ¿Por qué sigo sin poder salir de aquí? 


Caminar fuera me causa un esfuerzo físico enorme, como  si estuviera arrastrando algo detrás de mí.  Un sonido me hace girar.  


De uno de los rincones de la cabaña, algo está saliendo. No, no es algo. En el suelo, junto a la esquina, una masa oscura, como petróleo, se está moviendo. Tsk, ¿justo aquí?  Eso es una pesadilla, algo que no tiene forma porque no hay nadie de quien pueda depender. A nosotros, los que cazamos a estas cosas, no enseñan desde pequeños a no imaginar mucho, a no descubrir lo que pensamos. 


— tú…- regreso a zancadas a la cabaña, apuntando con mi arma. Un arma como esta no funciona en algo como eso, en esa forma. Para cuando llego a la puerta, ya no veo nada, pero sé que aquí esta… en algún lugar. Disparo a la cocina. Un manchón negro se mueve, no hay muchos lugares donde esconderse. En un parpadeo eso se vuelve un pájaro, un cuervo. ¿Esta… cambiando? No puede cambiar.  Disparo de nuevo. No puede salir de aquí. La masa oscura cae, después de cambiar a otras cosas irreconocibles.


— Espera…- un hombre. Disparo de nuevo. Esa cosa se mueve tan rápido, que no puedo alcanzarla, aun no estoy bien después de todo— te dije que esperes— ahora es una niña. Disparo de nuevo. Se arroja contra mí,  un animal pesado y peludo me derriba— serás un hijo de puta ¿en serio le puedes disparar a una niña?


— No eres una niña— las figuras que adopta pasan tan rápido, que no sé qué es lo que está imitando. Intento moverme, pero no puedo hacer mucho. Sonrió. Sea lo que sea que intente parecer, sé  que no es más que un monstruo, así sea un bebé. No siento nada si me deshago de eso en otra forma. Estiro mi mano a mi pantalón.


— Ya lo sé…- su voz es como muchas voces hablando al mismo tiempo— pero no puedes matarme…


— Eso está por verse— me  muevo, sacando un cuchillo, intento clavarlo en eso, pero se alcanza a mover. Aun así, sé que le hice un corte. Me levanto, alcanzando el arma y apuntando, todo base de reflejos. Y justo ahora…- ¿Qué demonios?- Mi brazo… me duele, aunque eso no me toco, no me ha atacado. Duele justo como si… como si…


— Te lo intente decir, pedazo de imbécil— alzo la mirada. Eso solo tiene la figura de un humano, pero todo en él se mueve, color de piel, cabello, ojos, altura, volumen… es como ver una ruleta. Finalmente termina siendo un hombre, alto, rubio, de ojos grises. Su voz se ha vuelto una sola, fría, profunda— ¿aun quieres matarme?- sonríe, apenas una fina línea en sus labios. Miro las ropas oscuras, el cabello largo… mi cabello. Él está siendo yo.


— ¿Qué hiciste?


— ¿no recuerdas? Yo… pensé…- pone una expresión idiota que yo nunca pondría. Disparo— ¡Que no hagas eso, maldición!


— ¿Qué hiciste?


— nada. Yo no hice nada—Su mano va a su muñeca, le veo hacer un rasguño. Mi propia muñeca hormiguea.


— ¿Qué…?


— ¿lo entiendes ahora? ¿Entiendes porque no puedes matarme? Ah, claro, a menos que quieras morir. ¿Quieres morir? Adelante— extiende los brazos. Sigo mirando mi muñeca. Eso no está bien. Ni que esa cosa suena exactamente como yo.


—  ¿Qué está pasando?


—  No lo sé, no entiendo…- se aparta otra vez cuando disparo— en serio, ¿siempre haces eso? yo no quiero morir. Y si pudiera…- su voz se vuelve oscura.


— no importa, si puedo deshacerme de ti.


— alto, escucha…


— Calla— la habitación se pone oscura.  No veo nada. Gruño, intentando ver algo.


— estúpido cazador. ¿Tanto me odias que ni siquiera te preguntas que es lo que está pasando entre nosotros? ¿Por qué no puedes herirme sin sentir dolor? ¿Por qué no puedo hacer lo mismo? Si quisiera, hace mucho estarías muerto, cazador.


—…


— adivino, tampoco puedes irte. Intenta irte ahora— la puerta se hace presente, puedo ver los arboles meciéndose afuera. ¿Esto es una trampa? Retrocedo. Quizá pueda quemar este lugar con esa cosa dentro.   


No hay problemas al salir esta vez, camino normalmente. No hay nada jalándome hacia dentro. Me giro, y ahí está mi reflejo, caminando a tras de mí, como una sombra.  Me detengo, eso camina unos pasos más y se detiene también. No estoy pensando fríamente esto. Cierro los ojos, respirando.


Herirlo me lastima a mí, y eso no puede herirme sin herirse a sí mismo.  Intento caminar, pero de nuevo siento que esa fuerza invisible tira de mi, impidiéndome caminar.  Entonces es eso. Si eso no se mueve, yo no me muevo. Entiendo lo que quiere decirme, pero ¿Cómo puede pasar eso? Le miro.  Es idéntico a mí.


— ¿Cómo terminaron las cosas así?


— No lo sé, esperaba que tú lo supieras— imita bastante bien mi voz— haz algo, no quiero seguir así— le lanzo el cuchillo, que pasa muy cerca de su cara y se clava en la madera de la cabaña.  Corro hasta él e intento golpearlo. Pelear contra mí mismo… no,  aunque hable y se vea como yo, no se mueve como yo. No pelea mucho, más bien, está evitando pelear. Pronto me doy cuenta de que no tiene caso seguir con esto, cada golpe que le doy, es golpearme a mí. Me detengo.  Eso me mira, y cuando ve que no voy a hacer nada más se sienta en el pasto, a unos  pasos de la cabaña.


— ¿Qué sabes? no, espera… antes de que digas algo, deja de imitarme. Me está molestando, y me dan ganas de matarte.


— tsk, no puedo hacer mucho con la mente tan cerrada que tienes— entonces si está intentando usarme.  Eso no tiene forma—  ¿te he visto antes? Creo que si…


— ¿Por qué no podemos matarnos?


— ¿Por qué? porque alguien ha considerado divertido usarnos de experimento.  ¿No te has dado cuenta?- pregunta, de nuevo usando un tono que yo nunca usare— no puedes matarme sin matarte porque alguien ha unido tu alma conmigo. ¿No lo has sentido? Y antes de que uses esa boca que tienes, no lo hice yo.


— ¿Quién fue?


— No lo sé, si lo supiera, estaría llevándote a rastras para matarlo. ¿Umm? Ah, ya sé quién eres. Eres ese cazador, el que está dando problemas. Vaya, que sorpresa ¿Por qué  te dejaste atrapar?


— ¿Atrapar?


— Por quien nos hizo esto— el recuerdo de estar en una sala a oscuras llega a mi mente. Pero ese recuerdo no puede ser mío, porque me estoy viendo en él. Me veo sujeto a una mesa, una persona me impide ver, pero en el recuerdo no se ve a esa persona. El recuerdo se esfuma.  No. eso debe estar mal,  ¿Cómo se si esa cosa no está mintiéndome?- ¡Oye! No estoy mintiendo. No eres el único con problemas aquí— No soporto ver que use mi apariencia.


Solo hay una forma de saber que está pasando. Otra vez corro hacia eso, esta vez no se mueve, en cambio, sigue de pie, mirándome hasta que le tiro al suelo y luego le entierro un cuchillo  en el hombro. Hace una mueca de dolor. Segundos después, el dolor se extiende por mi hombro. No sale sangre de la herida que le hice. El me ve, mezclando la mueca de dolor con una sonrisa. Debo matarle ahora, no importa si yo muero, es una cosa menos en este mundo. Alzo de nuevo el chuchillo, solo tengo que clavarlo en su garganta.


— maldición…- no puedo. No puedo hacerlo, de nuevo esos hilos invisibles sujetando mi mano.  Eso sonríe.


— no puedes hacerlo ¿Verdad? ¿Qué crees que fue lo primero que hice cuando desperté? Tuve más tiempo para asimilar esto. No podemos separarnos, imbécil. No podemos matarnos. Y creo que si me matan, te mueres tú— me aparto, sentándome lejos de esa cosa.


—  Esto tiene que ser una maldita broma— murmuro. Soy un cazador de estos monstruos, desde pequeño he sido entrenado para hacerlo, me prepara para cerrar mi mente, para localizarlos, para matarlos. Y ahora estoy unido a esta cosa— tiene que haber una solución.


— nunca supe de nada como esto.


— Deja de usar mi apariencia— gruño.


— no me dejas muchas alternativas, cazador. Lo que sea depende de ti. No me hace gracia, pero si intento matarte, moriré yo— cierro los ojos.  Esto es una jodida pesadilla. Podría intentar matarlo de nuevo, pero moriré también. Pienso en  Chiara,  no, no puedo matarme ahora— ¿ahora qué te pasa?


— No puedo solucionar esto, no tengo tiempo— tengo que irme. Intento caminar, pero esa cosa no se mueve. Es como luchar contra la gravedad.


— ¿A dónde mierda quieres ir? No pienso seguirte.


— No tengo tiempo para ti— mi teléfono comienza a sonar. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Yo debí volver hace un buen rato. Pero no puedo volver con esta cosa siguiéndome— que fastidio…- los pensamientos… recuerdo algunos pensamientos, no eran míos. No podrían ser míos. Le miro. ¿Alguno de mis conocidos sabrá cómo deshacer esto?  Ah… claro… si, es una buena idea, si puedo llevarlo hasta allá y librarme de él, entonces allí acabaría su vida.


— Oye, puedo escuchar eso ¿sabes? no pienso moverme de aquí. Me importa un pepino lo que tengas que hacer.


— mira, estúpida cosa, tengo que irme. Iremos allá,  así tenga que llevarte arrastrando— le tomo del cuello de la camisa. Tsk, es molesto que sea igual a mí. Si fuera más pequeño y no igual a mí… apenas lo pienso, su cabello se vuelve color caoba, más largos, y para mi satisfacción, más bajo. Ya no es igual a mí.


— hey ¿Por qué hiciste eso? me gusta ser alto. Ahora no puedo cambiar— mucho mejor. Si no puedo moverme si no se mueve, le arrastro hasta el auto, ignorando sus quejas. Le arrojo en el asiento de atrás y cierro la puerta. Las llaves están en puestas, una cosa más que me indica que yo no vine aquí, nunca dejo las llaves en el auto.


— te matare, en serio, voy a disfrutar mucho matarte— incluso su voz cambio.


— claro, si te dejo. Por el  momento tengo que encontrar como deshacerme de ti.


— no me hace feliz tener que estar contigo, preferiría estar mejor con un perro. ¡Oye! No…- un gruñido es lo que escucho después. Cuando miro por el retrovisor, lo que veo es un perro, de pelo oscuro y ojos naranjas.  Vaya…


— Así que… ¿te conviertes en lo que piense?- solo para comprobarlo, pienso en un gato. Cuando miro de nuevo, en lugar del perro, está un gato, uno con expresión malhumorada. Vuelvo a pensar en un perro, uno pequeño— si, esto servirá para cuando llegue. Quiero terminar con esto lo más pronto posible— Eso se pasa al asiento delantero con un salto torpe.  Sigo el camino del camino hasta llegar a una carretera, la señalización me indica que no estoy muy lejos de la ciudad— Los perros no hablan.


Voy a matarte— se que ese pensamiento no es mío.  Cuando llego a la ciudad, tengo algunos momentos para pensar mejor las cosas. No puedo llegar con esta cosa con los demás, no aun. No sé cómo explicar esto— deja de llamarme cosa. Tengo un maldito nombre— no me hace nada de gracia tener que llevar a esto a mi casa, pero es todo lo que puedo hacer por ahora— ¡Que no soy una cosa!


— Déjame pensar tranquilo.


Tchess, mi nombre es Tchess.


— No importa. Los perros no hablan— escucho un gruñido.  Esto es un dolor de cabeza. Necesito dormir, pensar… ahora que sé que esto no me va a dañar.


Los monstruos  son seres malvados que se alimentan de los miedos y el sufrimiento de los humanos, solo viven para causar desgracias, y tienen que eliminarse.  ¿Cómo explico ahora que no tenga intenciones de matar a esta cosa?


— Yo tampoco estoy feliz con esto, estúpido cazador. Pero me siento mejor al pensar en cómo voy a matarte, a ti y al infeliz que nos hizo esto.


Sí, eso es un pensamiento alentador.

Notas finales:

*Disculpen los errores que se pudieran colar por allí. 

Muchas gracias por leer!!

Esperen el próximo capítulo hasta el sábado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).