Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cosa de dos por DanyNeko

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Yo NO debería estar escribiendo esto hoy. Pero si no atiendes a la inspiración cuando esta llega, luego se volverá una perra que no te ayudará cuando la requieras.

Disclaimer: Yu-Gi-Oh! Ni sus personajes me pertenecen. 

 

Bakura realmente, realmente, detestaba la temporada de exámenes de su hikari.

Eran, sin duda, los peores momentos del año.

No podía molestarlo tan a menudo, porque entonces el menor lo reprendería por interrumpir sus estudios y - ¡Voluntariamente! - se quitaría la sortija del milenio, dejándola en cualquier parte de la casa, sin cuidado alguno.

Bakura había aprendido los límites de la paciencia de su yadonushi cuando, una vez, dejó la sortija en la nevera ¡Toda una maldita tarde!   


Por consiguiente, Ryou lo ignoraba mucho. Tiempo en que podrían estar aprovechando, el menor se la pasaba sumergido en sus libros, cuadernos de apuntes o en su laptop.

Estudiar, hacer reportes, deberes y ejercicios. Comer, descansar y más de lo mismo. Así se iban las semanas de exámenes.


¡Ah! Y lo peor era que su luz que tenía tiempo para pasar con otras personas, aun en la temporada de exámenes.

¡Bakura sentía que, prácticamente, se lo restregaba en la cara! Porque, por favor, de entre todas sus compañeros de clase ¿Tenía que ir precisamente con la nave del idiota faraón?

De verdad, el espíritu de la sortija pensaba que su luz lo hacía apropósito para molestarlo más.
¿Era esa su forma de venganza para sus travesuras?

.

Siendo honesto, Bakura no tenía ningún problema con el enano hikari del faraón.
Es decir, el niño era una luz demasiado brillante para su gusto, al punto que llegaba a ser irritante con lo inocente que era, siempre abogando por el lado bueno de las personas; incluso su propio hikari hacía un poco más de caso al sentido común que el enano. Pero aceptaba que era un portador adecuado para el rompecabezas del milenio, y era una pieza que planeaba mantener para sus planes a largo plazo.

Lo que claramente le irritaba era tener que permaneces mucho tiempo en un mismo espacio -cerrado además- con el idiota faraón.
¿Por qué su hikari no podía tener un poco más de consideración con él?

¡Pero no!
Así que ahora estaba observando todo desde el interior de la sortija, sin poder siquiera salir un rato porque el propio faraón estaba ahí, rondando por la habitación pintada de celeste pálido, mientras ambas luces estaban trabajando en sus deberes escolares.     

Lanzó un bostezo.
Que aburrido estaba.

Pensó, por un momento, en cruzar hacia la habitación del alma de su yadonushi.

No solía entrar más que cuando el chico estaba dormido, pero -aunque no quisiera admitirlo- siempre lo hacía sentir extraño, había un sentimiento al que no podía ponerle nombre, que lo embargaba cada vez que entraba allí.
Era… familiar, cálido, dulce, luminoso y agradable de una manera que, Bakura casi podía jurar, era imposible que fuera mundano.

La puerta de Ryou siempre se encontraba entornada, no abierta de par en par, pero jamás cerrada para él, como sí que lo estaba la suya propia.
Bakura se sentía incluso tímido cuando daba un paso fuera de la sortija y se hallaba en el pasillo brumoso, a ocho pasos de la puerta de Ryou.
Sí, los había contado, pasos pequeños e inseguros. Pasos que podría acortar en tres zancadas, pero nunca lo hacía.

Daría lentamente esos ocho pasos, escuchando su puerta cerrarse a medio camino, pero la que estaba enfrente se deslizaría un poco más, asegurándole que no era rechazado pero sin extender completamente una invitación.

Era una sensación extraña, imposiblemente terrenal. Cuando ponía un solo pie en el suelo aterciopelado y la luz de Ryou lo recibía como un agradable rocío refrescante que parecía lavar la oscuridad de su persona, y solo quedaban las sombras inherentes de su propia magia.
Entonces Bakura olvidaría cualquier emoción negativa que pudiera haber ocupado sus pensamientos previos, y el deseo de ser envuelto por completo en la cálida y reluciente luz de su yadonushi invadiría cada parte de él.


Bakura agitó la cabeza en una fuerte reprimenda hacía sí mismo. No, no iba a cruzar en ese momento; no cuando Ryou estaba completamente consciente y lo sentiría moverse, cambiar de habitación ni mucho menos le permitiría comprender todas las sensaciones que lo embargaban cuando entraba en contacto con su alma.

No. Ryou no necesitaba saber eso.


— ¿Ya terminaste? —el espíritu de la sortija volvió a centrar su atención al exterior cuando Ryou habló.

La voz dudosa de Yugi le respondió —E-eso creo… ¿podrías echarle una mirada, por favor? Seguramente necesite correcciones.

Ryou se levantó del escritorio de Yugi, dónde había estado resolviendo unas preguntas de literatura sobre el último libro que les habían mandado a leer y, con una sonrisa amable, fue a sentarse en la cama, junto al tricolor de ojos amatistas, tomando el folio que este sostenía.

Lo que le recordaba a Bakura ¿por qué, en el nombre de los dioses, estaban haciendo los deberes, los dos solos, en la habitación del menor? ¿Por qué no podían haberlos hecho, por ejemplo, en la sala?

—Claro, déjame ver —el albino recostó su espalda contra la cabecera de la cama y leyó los párrafos escritos a mano, en tinta roja (curiosa elección de color) mientras Yugi jugaba con sus dedos índices.

Yami, que estaba tumbado a los pies de la cama, no comprendía porque su aibou lucía tan ¿Inquieto? ¿Apenado?
Claramente, respetando la privacidad de Yugi, no se había acercado demasiado mientras los dos estudiantes hacían sus deberes; simplemente estaba fuera del rompecabezas porque la presencia de la sortija del milenio lo ponía en alerta y activaba su necesidad de proteger a su hikari de cualquier amenaza.

Pero, de nuevo, ¿si solo era tarea, qué estaba perturbando a Yugi?

—Bueno, tienes que corregir tres cosas aquí —mencionó Ryou, y Yugi bajó levemente la cabeza —no te aflijas, son tiempo gramaticales que aún no has visto en clase, así que no es culpa tuya —le sonrió el oji-castaño, desviando unos instantes la vista de los versos escritos en su lengua natal — ¿de acuerdo?

Yugi asintió, tomando un lápiz negro que estaba cerca de su cuaderno de matemáticas — ¿Puedes señalarme las correcciones? Es solo un borrador, lo pasaré en limpio después.

—Desde luego —Ryou recibió el lápiz y empezó a hacer las correcciones pertinentes —pero, déjame decirte Yugi, es una hermosa composición —el tricolor se avergonzó frente al cumplido. Yami se sintió cautivado por los escasos segundos en que el rubor se pintó sobre las mejillas del oji-amatista —pensé que elegirías un poema japonés y lo traducirías, como seguramente hará el resto del salón.

El tricolor se mordió el labio inferior, aun jugando con sus dedos —bueno, supongo que esa era la idea pero, mientras hacía la tarea de matemáticas se me empezaron a ocurrir… ideas, frases… pensé en aprovecharlas —se encogió de hombros — ¿estás seguro de que está todo bien escrito? —preguntó, justo antes de que Ryou le regresara al hoja con tan solo tres correcciones en ella.

El albino ladeó la cabeza ligeramente, un gesto que su yami siempre había catalogado como adorable en él, y regresó su atención al folio —bueno, sí, como es un poema libre no tienes que preocuparte mucho… Pero si quieres puedes recitarme el original y te confirmaré que todo esté bien traducido.

De nuevo, Yugi se sonrojó, pero esta vez era más notorio. Yami se preguntó de nuevo ¿qué alteraba de esa forma a su luz? — ¿Re-recitarlo? —repitió — quieres decir ¿en voz alta?

Ryou parpadeó, confuso —claro, es más rápido y no tendrás que escribirlo de nuevo.

Yugi se mordió los labios, con la garganta repentinamente seca, y se forzó en no mirar ni por un instante al otro lado de la cama, dónde sabía que estaba Yami.

Diablos, ¿por qué simplemente no había guardado ese poema entre sus cosas y había esperado a que Ryou le ayudara a traducir alguno?

Suspiró. Lo hecho, hecho estaba.

Se arrastró por la cama, para apegarse al costado de Ryou, cosa que puso en tensión inmediata a sus dos espíritus. El tricolor clavó la mirada en el folio que Ryou sostenía, obviamente tenía en mente lo que había escrito, pero por los nervios probablemente olvidaría alguna línea.

No lo intentes, por favor
¿Piensas que dejarme fuera
puede ser una solución?
Te lo ruego, no trates.

Hay cosas que son privadas,
Yo lo entiendo, créeme.
¡Sabes que te respeto!
Pero debes saber…

Hay cosas que son de dos.

¿Y dices que piensas en mí?
Que quieres que sea feliz
¿No ves que mi felicidad está contigo?
Vamos juntos.

A Yugi le tembló ligeramente la voz cuando vio a Ryou subrayar un verso y hacer una corrección justo al lado, con el lápiz.
Se tomó un segundo, suspiró, y terminó de recitar.           

Déjame tomar tu mano
Quiero ir al mismo paso.
Veo en el camino a seguir
Cosas que son para dos.

Yugi agachó la cabeza, el corazón le retumbaba tan fuerte que parecía latirle en la cabeza en vez del pecho. No quería y no podía mirar a Yami ahora, a pesar de saber que este lo miraba con insistencia.
Hubo un suspiro, y el calor del cuerpo de Ryou a su lado fue más intenso, hasta que sintió la cabeza del albino contra la suya.

—Como dije, es hermoso —Ryou le miró, los ojos amatistas y los castaños estaban igual de nublados, seguramente ambos comprendían la necesidad expresa entre líneas, tras ese poema.

El deseo incombatible de estar con las sombras que equilibran su luz.

—Gracias —Yugi recuperó la hoja con su poema y lo puso sobre la cama —le pasaré en limpio y corregido cuando termine la tarea de mate.

Ryou asintió, hociqueando su rostro contra el de Yugi en una demostración neta de afecto y amistad —por nada —y antes de retirarse de la cama, para volver con sus propios deberes, le dirigió una sonrisa apenada al tricolor —por cierto… ¿te gustaría ir por un helado o algo así cuando terminemos todo esto?

Yugi correspondió su sonrisa —puedes apostarlo, estoy agotado de tantos deberes y cosas que estudiar.

—Genial.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Chingue su madre. No sé cómo carajos salió esto xD
Yo debería estar escribiendo un OS de San Valentín que debí publicar el viernes! Y que no llevo ni por la mitad.
Bueno, en realidad debería estar escribiendo un pinche ensayo en inglés, que es para mañana, sobre un pendejo reportaje de quien sabe cuándo de “el incremento de adolescentes que se meten en problemas y llegan a romper la ley”

;;-;; Ryouuuuu! Ayudame a mi tambieeeeeen~!  

Esto probablemente (o no, quien sabe) tenga una pequeña y melosa continuación. 
Pero ahora debo ir e intentar hacer mi pinshi tarea TTnTT fruta bida =’V


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).