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~Un Mundo Raro~ por Paxito

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Notas del fanfic:

Mi primer fic sobre esta pareja ^^u

Notas del capitulo:

Universo paralelo, escrito en estado festivo pasado de copas y escuchando a Jose Alfredo Jimenez XD. 

Amo a la mosquita Dio, hay que darle más fics

cuando quieran saber
de mi pasado
es preciso decir una mentira.
Les diré que llegué de un mundo raro
que no se del dolor
que triunfé en el amor
y que nunca he llorado

Un tal José Alfredo Jimenez.

***

Con un movimiento brusco,  Kanon arrojó una caja de cartón al contenedor de basura. Tal como si  aventara algo que se había echado a perder y apestara, como si esta caja le quemara las manos. Al hacerlo, varias cosas dentro crujieron, tronaron y colapsaron. Pero no fue eso lo que se rompió en ese instante.

 Por que no era una caja lo que Kanon dejase caer, no eran las cosas dentro lo que se rompió.  Lo que Kanon tiraba y lo que se despedazaba era su vida. Una vida vacía, superficial;  que hedía , que le pesaba, que  quemaba. Diez años trabajando en esa jodida empresa Kido. Con razones o sin ellas, Kanon se sentía realmente devastado por su despido. Por su eventual divorcio. Por la pérdida de amistades que nunca fueron más que interesadas.

Así pues, la solución era tirar y  quemar todo : arrojó su anillo de matrimonio, y ni siquiera miró las antiguas fotos . Quemó sus diplomas, reconocimientos, folios. Como testigo mudo, solo estaban las paredes de aquel callejón lleno de mierda. 

Hace diez años, la capital había sido el sitio ideal para sus ambiciones, el lugar perfecto para poder llegar a lo alto del éxito.  Hombres como él, tan seguros de sí mismos, tan acostumbrados a que lo sigan y escuchen; que tienen la plena certeza de que nacieron para mandar, alimentando así un ego monstruoso.  

 Este golpe fue devastador  a su ego y a su psique. 

¿Que hago ahora? Alrededor, la ciudad indiferente siguió a su ritmo, sin compasión, sin miramientos. El ritmo en la ciudad que creía conocer y manipular, le aturdió.

Mirando con atención,  todo le pareció falso, gris, ruidoso, sucio. Él sabía  que con sus habilidades y su carisma podría conseguir cualquier puesto importante, que si se lo proponía podía empezar desde cero. Con el a su lado, el éxito y poder era algo seguro. Después destruiría a los infelices que lo corrieron. Vengarse tras urgir un frío y eficaz plan. 

Podría, pero algo le molestaba. Algo, no lo dejaba en paz, por lo que ese día, tras quemar sus cosas de un pasado que no valía la pena recordar, salió a caminar sin rumbo fijo.

En esta ciudad de zombies. Todos ausentes. Perdidos en sus dispositivos móviles, sin mirarse, sin hablarse, sin amarse. Kanon paso a paso se sentía más perdido, más solitario que nunca. 

Y entonces lo vió.

Resaltaba entre la multitud por su forma de vestir, por su forma de moverse. No era extraño encontrarse con personas tan excéntricas en la ciudad, que llamaran la atención por ello. Sin embargo aquel le atraía de una forma muy distinta, ¿por qué? Era molesto no saber,  quizá era su corte de cabello anticuado o su porte señorial. Acelerando la marcha Kanon observó que todo aquel hombre parecía pertenecer a otra época.  De otro mundo.  Aquel chico, no mayor de treinta años - aparte - parecía que se deslizaba entre la gente, parecía como si flotara; sus pasos suaves y con un ¿ritmo? armonioso  que se movía con gracia.  

Kanon no era de esos que seguía a las personas; muy al contrario las veía de reojo y seguía con lo suyo. Era a él a quien todos veían y seguían. Pero por razones desconocidas, seguía en silencio a aquel hombre a cierta distancia para saber hacia dónde se dirigía. El chico no parecía tener prisa, caminaba a contraflujo resaltando entre la marea de personas grises y aburridas que se movían como autómatas al trabajo, o algún sitio desconocido.

 En determinado punto, lo perdió de vista.  Eso provocó que la desesperación empezará a emerger de nuevo, esa pulsión controladora y obsesiva de querer tener todo bajo control. No tenía el control, nunca lo ha tenido.  Kanon se alteró, sentía su respiración agitada y su corazón desquiciado.  Estaba completa y absolutamente perdido. ¿Y todo por qué?. Por perseguir una ilusión, a un mocoso. Se sentía tan idiota. 

Parecía estar en los suburbios bajos. Pero extrañamente no percibía peligro alrededor, aún con lo alterado que estaba. Tenía una sensación extraña de vacío. Cómo  explicarlo?, como de incorporeidad . 

Nervioso, retrocedió dispuesto a recuperar su sentido común y marcharse, lo hubiera hecho si un estremecimiento no lo hubiera sacudido en ese preciso instante.  Eso era…¿música? Reconoció el sonido de un instrumento de flauta.  Frunciendo el ceño, Kanon ladeó el cuerpo. Temblaba. No por miedo. No sabía qué era. No comprendía qué cosa estaba sintiendo, pues su boca estaba seca y le costaba trabajo respirar. 

Caminó en busca del lugar donde provenía esa bella melodía, porque no solo era hermosa, era “algo” más. La música lo envolvía como un manto, lo cobijó.  Kanon arrugó la nariz, moquea como si estuviera resfriado. Pero no. Estaba llorando. La música llegaba a su corazón, en lo más profundo de su ser.

Justo cuando llegó a una puerta de color rojo la música se detuvo.  Kanon se limpió las lágrimas con el dorso de la mano. No recordaba cuándo había sido la última vez en que había llorado así. No tenía sentido.

A lado de la puerta roja había un ventanal que permite ver el interior del local. Kanon husmea sin lograr ver nada. Tiene la mano extendida a mitad de camino para tocar la puerta, titubea, no sabe si hacerlo o no.  

Entonces la puerta se abre.  

Retrocedió justo cuando abrieron la puerta y una chica -  la más hermosa que viera jamás - le miró con unos asombrosos y enormes ojos celestes. 

-- Bienvenido. - Se hizo a un lado para permitirle el paso con una sonrisa encantadora de niña. Ahora que la observaba bien, la chica, no era más que una adolescente. - sígueme.

Kanon accedió al lugar. ¿Cómo describirlo?. No estaba seguro si aquello era un restaurant, una cantina o un café. La decoración era un collage de cosas,  entre discos de vinilo, posters de películas extranjeras, figurillas de muy mala calidad, entre el sonido de murmullos, música jazz, risas y olor a café recién hecho, Kanon solo pudo observar al fondo al chico que ha estado siguiendo, y que guardaba en su portafolio un instrumento musical. Así que era quien tocaba tan bella melodía, piensa,  la curiosidad que sentía por aquel empezaba a angustiarle..

---¿Que es este lugar? -- preguntó Kanon a la chica de cabello rubio . Ella solo ríe - “Un mundo raro”. 

"¿Qué?," arquea ambas cejas, pensando que quizá escuchó mal. pues la jovencita tenía un acento extranjero que no puede identificar con claridad.  Mientras trata de comprender qué demonios pasa , observa  a su alrededor a las otros clientes. Un mundo raro, que buen nombre para un lugar así. 

Por que sin duda, son personas "singulares", si podría decirse de algún modo, unos de aspecto peligroso, otros que lucen seriamente enfermos, había gente de muchas nacionalidades, un chino hablando con un negro con mohicana blanca. Había un árabe fumando de una shisha en compañía de otros, había unos latinos charlando y riendo.  La chica le señala su asiento, una mesa que en realidad era un conjunto cajas, las cuales son disimuladas por un mantel de plástico rojo con figuras infantiles. La chica se retira bailoteando pues la música ha cambiado de nuevo.

El hombre de cabello corto, a quien ha seguido en un principio, se acerca a él con una charola en la mano. De cerca y de frente, es mucho más mono, posee unos ojos del mismo color de su cabello, serenos, inteligentes, pero tristes. Sorrento deposita la taza sobre la mesa frente a Kanon.

---Yo no pedí eso - alega  viendo con sorpresa lo que le han traído - es más, yo no pedí nada.

Sorrento mantiene un rostro tranquilo, pero exigente 

--- No es lo que pides, es lo que necesitas.


Kanon frunce el ceño, mira a Sorrento y luego la taza frente a el -

---¿ Y eso es lo que necesito?. ¿Qué es?, ¿un tipo de droga?

Aun con aquel tono de desprecio  de voz que sale de Kanon, Sorrento se permite reír quedamente. 

一Memento Mori - dice pausadamente  一Así se llama la bebida. “Recuerda que morirás”, una frase bien conocida entre los romanos.

一 Según recuerdo,  aquello era susurrado a los emperadores cuando su ego engrandecía demasiado.
一 Así es.
一 Estas diciendo que lo que Necesito es recordar “que moriré”.
一 No, necesitas tomar la bebida y recordar que ser tan imbécil te ha dejado en la calle.

¿Cómo lo sabía?. Sorrento esboza una enigmática sonrisa que deja prendado y totalmente asombrado  a Kanon.  En otros tiempos , unas horas quizás, o minutos, probablemente había estallado de rabia. Nadie le habla así! . Y mucho menos un tipo que no conocía.! Sin embargo no lo hace. Pone cara de culpabilidad fingida - pues era egocéntrico, arrogante y no iba negarlo -   baja la mirada y bebe aquel extraño brebaje. 

Sabía de los mil demonios. 

一 Carajo..! 一 exclamó, con asco, pero luego bebió de nuevo, una y otra vez hasta acabarlo de tres tragos. Por imposible que parezca, empezaba a sentirse mejor. Sorrento solo lo ve con la boca semiabierta, reteniendo la respiración 一 ...y que coño es este lugar.?


Sorrento recupera la compostura.

一 Un mundo raro, así lo nombró Dio. Al parecer es el nombre de una canción 一 responde Sorrento solemnemente, señalando a lo lejos a un hombre de baja estatura y cara de duende, quien habla amenamente con otros latinos , Sorrento hace una seña para que el mexicano se acercara.

Kanon prefiere seguir viendo a Sorrento, su forma de hablar también es extraña, musical, le relaja, gusta.  Kanon no le ha preguntado su nombre, y esta apunto de hacerlo cuando ve al dichoso Dio a su lado, sentado. Poseía una nariz larga,  sonrisa amplia,  ojos pequeños y dos grandes ojeras con bolsas debajo de estos. El está recargando su mentón en su mano, con semblante aburrido.

一 Holi ~~ - saluda, sin esconder su acento mexicano 一 Me llaman Dio.
一 Ese es tu nombre?
一 Quien sabe. Pero me gusta . 

Kanon levanta una ceja, y se le queda mirando con seriedad analitica, aquel hombresillo vestía ropa de talla más grande y corriente. Tenía colguijes de varios ídolos. Y una cachucha que cubría su desastre de cabello . Sin embargo, al parecer era el dueño de aquel extraño sitio.

一 Se que tienes dudas, no te culpo. Pero trata de no pensar mucho. Todos aqui hemos llegado porque necesitabamos llegar. Verás, aquí todos somos iguales.
一  Es decir que son una secta religiosa.

Dio, rie y rie, con humor tan pegajoso que Kanon también lo hace. Aunque su comentario fue en serio. 

一 Quién sabe...allá somos unos y acá somos otros.
一 ….

Kanon se cruza de brazos, en negación. No le gustaba no entender las cosas.  Dio lo toma todo con humor.

一 Allá fuera, en la ciudad, yo solo soy un hombre que recoge basura, un jardinero, un lavaloza. Crucé el gran desierto y  llegue por “el bravo”. Henme aqui.  Aquí soy Dio, y tengo Un mundo raro. Si preguntan por mi pasado, es preciso decir una mentira. Dice la canción. Nadie me ve menos, yo buscaba, encontré lo que siempre he anhelado.
一 Y eso es…?

Dio los señala a todos, incluyendolo a el quien acaba de llegar. 一  Familia.  一 Kanon sigue sin comprender , Dio va señalando a cada persona en ese extraño lugar 

一 Ella se llama Tethys, al menos aquí se llama así. Nació en europa, ser una hermosa criatura fue su desgracia cuando la secuestraron, la llevaron a américa y le obligaron a hacer cosas que no tienen nombre. Llegó aquí herida, buscando una mano amiga que le sostuviera. Ahora mirala. Solo mira como brilla. Ella es Tethys. Su pasado ya no importa. 一 Kanon empieza a comprender. El ambiente tiene cierta armonía dificil de explicar . Era un refugio. Pero al mismo tiempo no tenía sentido nada, pues parecía ser sacado de un libro de cuentos, Dio ahora señala a un hombre de rasgos arabes 一  Luego está él. Nadie sabe pronunciar bien su nombre, así que le llamamos Algol, se piensa que es un terrorista, que ha hecho cosas malas. Afuera es discriminado y temido. Su único pecado es haber amado a un varón en un país donde lo prohíbe, ha escapado buscando un sitio donde ser libre y sin embargo es maltratado. En un mundo raro es Algol y hace un extraordinario café….así que damos café a quien necesita reconocer sus sentimientos.

Kanon no deja de mirar a Sorrento. Y dio se da cuenta -一Ah, si, Sorrento.

El austriaco limpia su flauta.  - Se ha topado con una ciudad terrible que no permite que su alma musical renazca. ¿que busca? inspiración. Una musa. Te confieso algo. Hacía tiempo que no tocaba así.

Ambas miradas se encuentran , una con otra, Sorrento llega a sonrojarse, habla consigo mismo, moviendo los dedos sobre los agujeros de su flauta, luego toma un pedazo de papel y escribe algo en el. 

一 Cada quien tiene su historia. Sus búsquedas. Sus anhelos. . ¿Por qué crees que estás aquí?.
一 Perdí mi trabajo.
一 Y por eso estás aquí?.
一 No, estoy aqui porque yo lo…

“Yo lo seguía a el” fue lo que no dijo. 

Dio se levanta, coloca una mano en su hombro y sonrió amistosamente. 

一 Tranquilo, carnal, ya lo sabrás. 一 palmeando su hombro, se retira, se acerca a Sorrento, lo cual le hace apenarse por alguna razón. Lo ve negar con la cabeza. Dio rie.

Kanon quiere pagar, pero un hombre con acento británico y rostro desfigurado, dientes de tiburón y con un cuervo en el hombro le contesta que ahí nadie paga con dinero. Y que en todo caso, la tarifa ya fue cubierta. 

No entiende a que se refiere, a lo que Tethys, parándose de puntitas le susurro: hace mucho que él no tocaba. Ha buscado por mucho tiempo su musa.

Al salir de “Un Mundo Raro”, estaba lloviendo a cantaros. Sorrento le ofrece un paraguas a Kanon. 

一 No es necesario - rechazó al principio, pero Sorrento interviene e insiste.
一 Ya te dije, no es lo que buscas, es lo que necesitas, tómalo, me lo devuelves para la próxima.

Con la mirada fija a esos ojos rosas, Kanon se rinde sintiendo una emoción que hacía tanto había dejado de experimentar. 一 Tocas muy bien la flauta, tu musica es….

Sorrento frunció el ceño y volvió a interrumpir con semblante severo, aunque nunca sus ojos habían resplandecido como en aquel momento - Con un gracias, basta.

一 En serio, ¿dónde aprendiste a …?
一Te contaré cuando me devuelvas la sombrilla. 

Sorrento se mordió los labios, y eso bastó para que Kanon se rindiera de nuevo.  - Gracias…

一 No es fue tan difícil verdad? 
Para gente como Kanon, era lo más jodidamente difícil del planeta. 一 Memento mori.

 Hubo otras veces en que el se rindió ante el chico, quien halló en el insufrible, arrogante y totalmente encantador griego la inspiración que no había hallado en nada, y en nadie.
Kanon volvió a ese lugar, un mundo raro.  Y ahí se quedó. Pues había hallado algo que el éxito y el poder no le había dado.  El ritmo de su vida, una tonada que iba a la par de sus palpitaciones.  Cosas que comprendió cuando se besaron por primera vez.  O cuando le dijera en medio de un orgasmo un te amo que hizo eco en su alma. No fue necesario el café del árabe para confirmarlo. 

Al salir, cuando desconocido le preguntaban sobre su pasado. Kanon respondía que venía de ahí, de un mundo raro.  

Notas finales:

Si, estaba medio pedo mientras escribia y sonaba esa canción maravillosa -re-mexicanota. No hay otra justificación del titulo más que esa XDD
Quiza el final fue apresurado. Bueno si lo fue jajaja, espero poder mejorarlo :p
https://www.youtube.com/watch?v=Ln_mhHm1wYU


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