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Sexualmente Frustrado por Silver Bullet

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Notas del fanfic:

Bueno, este fue un proyecto corto que se me ha ocurrido mientras escribía Nuestra Realidad, y de verdad que no quería empezar sin acabar la otra. Pero, como esta no deben ser muchos capítulos y la otra irá para largo, pues aquí estoy de atrevuda subiendo dos historias.

PROLOGO

 

Cuando Kido escuchó la puerta cerrarse a sus espaldas, pensó que esto tal vez era mala idea. Cuando Fudo se volteó y centró su mirada en él, se dio cuenta de que esto es una mala idea. Y cuando Fudo dijo:

-Quítate la ropa. – Kido corroboró que esto era una muy, muy, muy mala idea y él debía planear como dejar K.O. a Fudo y escapar como si no hubiese un mañana…

- No tengo todo el día… - dijo Fudo con cara de frustración.

- Dejemos esto yo… yo no puedo… esto es – Kido era un mar de nervios y en medio de su tormenta interna no lograba terminar de expresar una sola idea. – Debería irme… yo no… - estaba temblando, las piernas en cualquier momento le fallarían, sentía los hombros tensos y como le comenzaban a sudar las manos, dio pasos inseguros hasta la puerta con la firme idea de salir de ahí, pero se vio detenido por Fudo que sin hacer mucha presión tomaba su brazo para pararlo.

- Kido… - centró su mirada completamente en el otro, sentía que podía ahogarse en la mirada verdosa del rebelde – respira – no era una orden, ni sugerencia; parecía más un consejo y eso hizo. Inhaló todo el aire que pudo y lentamente lo fue soltando. Bueno, al menos dejó de temblar.

- Se que tú quieres… sé que ustedes quieren ayudarme… - por tercera vez Kido trató de expresar un pensamiento coherente – pero yo no soy así. Yo no voy a… tener relaciones con cualquiera de buenas a primeras… yo no… no me criaron así… se supone que estas cosas se hacen luego del matrimonio y yo… Kami-sama ni siquiera estoy seguro de haber sentido interés por una mujer alguna vez y ahora estás tú aquí frente a mi quien sabe por cuales delirios de Sakuma y Genda… yo no puedo obligarte a… – para este punto, Kido estaba seguro de varias cosas, la primera: parecía idiota hablando sin filtro sobre sus dudas respecto a su sexualidad… la segunda: estaba hablando estúpidamente sin filtro sobre su sexualidad con Fudo Akio y la tercera: estaba hablando estúpidamente sin filtro y sobre su sexualidad con Fudo Akio que solo lo ponía más nervioso viéndolo tan profundamente y aun sosteniéndolo del brazo… por favor, que alguien acabe con su sufrimiento…

- Kido… respira – por segunda vez en el día Fudo le recomendó respirar, y eso hizo. Volvió a tomar una gran bocanada de oxígeno. Por lo menos eso detuvo la verborrea de incoherencias que salían de su boca. – primero que todo, no vamos “tener relaciones de buenas a primeras”, como te dije hay muchas maneras de lidiar con “tu problema” no todo es coito. – dijo haciendo comillas en el aire, porque parecía que si se utilizaba el termino, sexualmente frustrado, Kido dejaba de ser un ser coherente y pensante. – Segundo yo no soy un cualquiera, soy el gran Fudo Akio y deberías sentirte honrado que este dispuesto a ayudarte – y ahí estaba el inflado ego del mohicano, ya se había demorado un poco en aparecer – Sobre lo del matrimonio, pues solo te diré que eso dependerá de ti, no debería ser una idea que se te imponga llegar virgen al matrimonio, eso es decisión tuya, es tu cuerpo. Y perder la virginidad no lo decide ni tu padre, ni tu pareja, esa decisión será tuya. Aparte como ya te dije, no estás aquí para que yo te obligue a tener sexo… por favor no tiembles cada vez que diga sexo – o si, esa palabra parecía un tabu para Kido, se estremecía y abochornaba de solo escucharla – Si no te ha gustado una mujer, pensaré que te han llamado la atención los hombres… ¡No me mires así! Lo normal hubiera sido que te negaras a esto porque soy hombre, pero dijiste que no has sentido atracción por mujeres, estamos en el siglo XXI, no te apedrearán en la calle porque te guste un hombre. Y por último, tu no me estás obligando a nada, al igual que tu pude haber dicho que no, pero heme aquí. Si te hace sentir mejor puedes imaginar a otra persona. Pero vamos a resolver esto, porque nadie piensa aguantarte tus hormonales cambios de humor. Es tu decisión Kido, empezar con esto o detenerlo aquí y ahora. No te niegues a intentar por miedo, no eres un cobarde, si no quieres hacer esto solo sal por la puerta cuando te suelte y haremos como si nunca pasó…

Hubiera querido refutar, de verdad que tenía la necesidad de contradecirlo en algún punto. Pero Fudo, le estaba desechando todas sus dudas o quejas… él podía simplemente decirle que no se sentía cómodo con esto e irse tranquilo y campante por la puerta.

-Pero, si decides quedarte no permitiré que te retractes. Caminarás al centro de la habitación y te quitarás prenda por prenda. Cuando termines abrirás el segundo cajón de la mesa de noche derecha y sacarás el antifaz y vendrás hasta donde mí, esa será tu última oportunidad de arrepentirte de esto. Una vez me des el antifaz no pienso escucharte ninguna queja. No prometo que todo lo que te haga llegue a gustarte. Por lo que conversamos ya vi que no has experimentado nada. Pero, te prometo darte tanto placer- lentamente se acercó a susurrarle al oído, erizándole los vellos del cuello – pero tanto placer, que tu mente se olvide de todo a tu alrededor, te daré placer al punto de que no recuerdes tu apellido, aún menos podrás pronunciar tu nombre y lo único que tu cuerpo será capaz de recordar en el momento que tu brillante cabeza deje de funcionar, serán todas y cada una de las sensaciones que te haga experimentar… Que dices Yuuto. ¿Deseas un placer infinito? Nada de lo que pase durante esas dos horas saldrá a la luz. Tienes mi palabra, nadie sabrá absolutamente nada de lo que pase durante nuestras dos horas juntos.

- … ¿Nadie? – Kido se sentía hipnotizado… o idiotizado, la ronca y susurrante voz de Fudo en su oído, su olor, inundaba todos sus sentidos… Él no era idiota, sabía que Fudo había logrado captar su atención desde hace mucho, lo que lo llevó a un debate moral con él mismo sobre el matrimonio y la felicidad, pero no se ilusionó con un posible romance, eran como el agua y el aceite. Pero ahí estaba, sentía que el diablo lo tentaba y Kami-sama sabía que se moría por decir que sí. Pero aún permanecía en su cabeza esa vocecita que a veces ignoramos llamada conciencia. Que le decía que eso estaba mal, que su padre se decepcionaría, que era inmoral y una larga lista de etc.

- Correcto. Quiero que te relajes, desinhíbete un poco, cuando estés conmigo, puedes gemir, gritar, maldecir, pedir por más ¿Has tenido fantasías?  Lo que tu quieras Kido, te llevaré a las estrellas con orgasmos y te hundiré en el océano de los placeres sexuales. Así es que preguntaré una única vez. ¿Qué harás Yuuto Kido?

Tragando saliva, había tomado una decisión.

Lentamente Fudo lo soltó y lo vio caminar hacia la puerta. Y cuando estaba por suspirar pensando en que el estratega terminó acobardándose, lo escuchó poner el seguro. Alzo la mirada incrédula, para ver al chico de rastas sonrojado comenzando a desabotonarse los primeros botones de la camisa mientras caminaba al centro de la habitación…


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