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La cena por lady_chibineko

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Título: La cena

Autor: Lady chibineko
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)

Disclaimer: Hawaii Five-0 es una serie perteneciente a la CBS Television Studios, y a sus respectivos creadores. No gano nada más que un poco de diversión con este escrito.

Advertencia: Este es un fic slash, lo que quiere decir relación chico-chico, por lo que si no es de su agrado este tipo de lectura, por favor no sigan.

En fin, enjoy the story please!

~.~.~.~.~.~

Capítulo I

Aquello tenía un cierto aire de deja vu para ser sinceros.

Solo faltaba el partido de fútbol americano y la expresión de un Steve casi aterrado ante la idea de conocer a Grace.

Y es que ese día tenía la tarde libre, y había decidido pasarlo con sus dos adorados retoños en el Mercado Internacional con la sana intención de pasar el rato mirando alrededor, y adquirir de paso algún que otro artículo que tanto Grace como Charlie necesitasen o simplemente deseasen, y estuviese dentro de su presupuesto; para luego llevarlos a casa para su fin de semana juntos.

Y en eso estaba, sin molestar a nadie, cuando estos sujetos armados aparecieron de la nada y la multitud, hasta el momento relativamente tranquila, entró en pánico.

Danny miró alrededor.

Él solo, con su niña de 12 y su pequeño, aún frágil, de apenas 4 años. Un pequeño al que recién le daban la oportunidad de conocer.

Los acercó a él por medio de sus manos y los sintió apretarse aún más a sus lados. Gruñó por lo bajo y volvió a mirar alrededor.

Por fin divisó a un par de mujeres nativas de edad bastante avanzada una, y entre los 50 y 60 la otra; quienes andaban con dos niños de aproximadamente la edad de Grace, y a quienes a pesar de la situación se las veía guardar la calma.

¡Perfecto!

- Vamos niños.- dijo con prontitud acercándose a las damas, y en un acto que le trajo aquella sensación de deja vu, se presentó, mostró su placa y suplicó que por favor le cuidasen a sus hijos. Besó la cabeza de cada retoño y procedió a ir tras los sospechosos, pre-promesa de volver lo antes posible y de que todo iba a salir bien.

Y esa era una promesa de Danno 100% garantizada.

Después de eso, fue lo de siempre por así decirlo.

La persecución, los disparos que de suerte no le dieron, tirarse contra uno de los sospechosos y finalmente la aparición de rostros conocidos como los del sargento Lukela y sus muchachos.

- ¡Detective Williams!- fue el saludo sorprendido del policía.

El aludido solo hizo un saludo con la mano mientras trataba de recuperar el aliento, luego de que por fin los oficiales se llevaron al sospechoso.

Un suspiro.

- ¿Y el comandante McGarrett?- preguntó Duke tras un momento, permitiendo al de New Jersey recuperarse otro tanto más.

- Quien sabe. Salimos temprano hoy y yo tenía que recoger a mis niños... ¡Ah, mis hijos!- recordó entonces, y sin perder un segundo más fue en dirección a donde los había dejado.

De suerte, los encontró en el mismo lugar, hablando de manera animada con las damas y los niños.

Danny suspiró aliviado.

Y Grace fue la primera en notar su presencia y la de Lukela.

- ¡Danno! ¡Tío Duke!- saludó emocionada.

El rubio no se contuvo a la hora de abrazar y besar a sus hijos, en especial al menor. Y Grace abrazó sin reparos al sargento, quien luego de aquello y de saludar al niñito tímido escondido entre los brazos del detective, complementó con un.

- Señoras Kalakaua, me alegra ver que están todos bien.

- ¿Kalakaua?- preguntó Danny un tanto sorprendido.

- ¡Danno! ¡Son la tía y la abuelita de tía Kono! ¡Las conocimos en su boda!

Y efectivamente, Danny recordó.

- ¡Oh! Cierto, cierto. Lo siento. Cuando las ví no las reconocí, y no tuve tiempo de pensarlo mucho debido a la situación.

La menor de las mujeres, Lanni Kalakaua, sonrió ante aquello.

- Descuide detective. La verdad es que hasta que usted mostró su placa, tampoco lo relacionamos con el compañero haole de mi sobrina; y después de eso no hubo mucho tiempo para hablar ¿Cierto?

Danny asintió algo sonrojado, pero con una continua sonrisa en los labios.

- En ese caso, me alegra saber que no ofendí a nadie ¿Están todos bien?

- Perfectamente.- contestó la dama.

Charlie, quien durante el intercambio de palabras había pedido que lo dejasen en el suelo, decidió dejarse notar entonces.

- ¿Ya vamos a casa, Danno?- preguntó con una voz adorablemente infantil.

Danny lo miró, se arrodilló para estar a su altura y le sonrió.

- ¿Ya quieres ir a casa, tigre?- Charlie asintió- Pues bien, te diré lo que vamos a hacer ¿Ves al sargento Lukela aquí a mi lado?- el hombre saludó al niño con una mano, Charlie volvió a asentir- Perfecto, que niño tan perceptivo. El sargento Lukela es amigo de Danno, y me va a hacer el favor de tomar mi declaración ahora para que podamos ir pronto a casa ¿Te parece?

Charlie parpadeó.

- ¿Qué es deca-ración...?

Fue Grace la que intervino entonces, con toda la sabiduría de ser una hija de policía de 12 años de edad.

- Declaración. Es cuando tienes que contarle a la policía todo lo sucedido, para que después los malos no se escapen ¿Verdad, Danno?

Danny hizo una mueca impresionada.

- ¡Pero miren eso! ¡Mi hija es un genio!- volteó hacia Duke- ¿Verdad que es un genio?- volvió su atención a Grace- Por supuesto que lo es. La monito más inteligente del lugar.

Grace sonrió de manera orgullosa, y por un momento Danny respiró profundo, viendo como su niña cambiaba cada día más e iba camino a ser esta sorprendente mujer que lo llenaba de orgullo y aterraba por partes iguales.

Al final Danny y los niños se despidieron de miembros de la familia Kalakaua y la declaración del detective fue tomada rápidamente y al detalle; con lo cual pudo ir con los niños a casa relativamente temprano, previa promesa de ir a casa del tío Steve al día siguiente.

Danny no se pudo negar.

En cuanto al sargento Lukela, éste regresó al lado de la familia Kalakaua, quienes aún se encontraban en el lugar luego de haber dado sus declaraciones respectivas.

- ¿Todo en orden, señoras?- preguntó el policía con un poco de curiosidad por verlas aún allí.

Fue entonces que Lanni Kalakaua tomó la palabra.

- ¿Qué puedes decirme del detective William, Duke? La verdad es que no interactuamos mucho durante la boda de mi sobrina, y además de las quejas iniciales de la familia por la presencia de un detective haole en DPH años atrás, no es mucho lo que sé y tengo curiosidad.

Duke suspiró de manera algo cansina.

- Pues la verdad, todo el asunto del haole hizo que casi nadie viese el buen elemento que habíamos ganado. Pero la pérdida del DPH fue la ganancia de Cinco-0 y de Oahu, y supongo que eso es lo que importa.- el sargento miró hacia donde el rubio y sus hijos se habían marchado- Meka Hanamoa fue el único que se molestó en siquiera interactuar con el sujeto. Seis meses y nadie excepto Meka supo siquiera el motivo del traslado de Williams: Poder ver a su hija ¡Solo un hombre con el corazón bien puesto deja su trabajo, familia... su hogar, para poder seguir estando en la vida de su niña! Y Danny Williams es ese hombre, y me alegra saberlo por lo menos ahora. Así como poder llamarlo mi amigo.- dijo el sazonado oficial casi con orgullo.

Las dos mujeres se miraron sorprendidas ¡Ningún elemento del clan Kalakaua perteneciente al departamento de policía de Honolulú había dicho algo como eso!

Finalmente Lanni se despidió de Duke Lukela y enrrumbó con camino a su hogar.

Eso sí, cierta idea se estaba formando en su cabeza.

~.~.~.~.~.~

10 días después

Un lunes por la mañana encontró al equipo de Cinco-0 sin mucho que hacer más allá de ponerse al día con el papeleo, el cual por cierto andaba algo atrasado.

Danny, Chin y Lou sin duda estaban en eso. Steve y Kono también, pero con menos rapidez y más gruñidos.

Pero era parte del trabajo.

Así que cuando cierta figura conocida po Kono llegó de improviso, fue completamente bien recibida por el elemento femenino del equipo, quien andaba regresando a su oficina con una taza de café.

- ¡Tía Lanni! ¡¿Qué haces por aquí?!

La mujer esbozó una sonrisa enorme y fue directo a abrazar a su sobrina.

- ¿Es que acaso una ya no puede venir a visitar a la familia?- preguntó ésta con una ceja alzada.

Sin embargo Kono se salvó de responder, pues la conmoción había sacado al resto del equipo de sus respectivas oficinas, quienes estaban más que dispuestos a dejar el papeleo de lado a la primera oportunidad.

- ¡Tía!- fue el saludo sorprendido de Chin Ho Kelly, que fue pronto seguido de un.

- ¿Qué sucede aquí?- por parte del intrépido líder del equipo, y un acercamiento un tanto más diplomático de parte de los nativos de New Jersey y Chicago.

La mujer miró a los presentes de una forma alegre.

- ¡Oh, nada importante comandante! Simplemente vine a recordarle a mi sobrina que tanto ella como su esposo están invitados a la cena familiar de éste sábado, y que esperaba que esta vez si viniese. Ha faltado a algunas durante los últimos años. Todo por trabajo, estoy segura. Pero esperaba que ahora que no solo se trata de ella, hiciese el esfuerzo de asistir.

- ¡Oh!- fue la respuesta algo incómoda de Kono, quien cruzó miradas con Chin, el cual solo alzó las cejas.

Y es que era bien sabido tanto por la tía como por el resto de la familia, que el trabajo no tenía nada que ver con esas faltas, sino más bien la lealtad de la mujer hacia su primo.

Mientras, la tía sin perder siquiera un respiro, volteó hacia el mencionado primo/sobrino y seria exclamó.

- Y lo mismo va para ti, Chin Ho Kelly. Ya va siendo hora de que te dejes ver de nuevo.

El aludido alzó aún más las cejas, al tiempo que un ligero calor subía por sus mejillas, haciéndolo sentir como un niño regañado de la nada.

- Eh... yo... S-sí, tía.

La mujer asintió satisfecha, y volteó una vez más, esta vez hacia cierto rubio detective.

- ¡Detective Williams! Un placer verlo de nuevo ¿Cómo estás sus niños? Espero que lo sucedido el otro día no los haya afectado demasiado, en especial a su keiki más pequeño.- saludó tomando las manos del hombre entre las suyas.

Danny esbozó una de esas sonrisas de 200 watts que lo iluminaban todo, al tiempo que el resto miraba la interacción entre ambos con absoluta sorpresa.

- El placer de verla de nuevo, señora Kalakaua, es todo mio. Y no se preocupe por esos dos, que están perfectamente. Por desgracia, no es la primera experiencia de ese tipo para mi hija, pero entre ella y usted hicieron que mi niño ni siquiera sintiese lo sucedido, así que gracias por eso.- expresó con un último apretón de manos antes de dejar ir a la mujer.

- ¿Qué...? ¿De qué hablan, Danny?- preguntó un confundido McGarrett.

El rubio miró a su compañero.

- Pues, nada importante. Un grupo de pandilleros trataron de realizar un atraco al aire libre en el Mercado Internacional el día que fui con los niños. Y la dama aquí presente fue lo suficientemente amable para cuidarlos por mí, mientras ayudaba a solucionar la situación.

El resto de los presentes reaccionó con '¡Oh!' y '¡Aaaaahhh!', recordando algo de la situación, aunque ninguno se había enterado de la participación del rubio.

Por supuesto, para el SEAL la explicación no fue suficiente, pues mirando casi ofendido a Danny, preguntó.

- ¡¿Y por qué no me llamaste?!

Danny lo miró extrañado.

- ¿Llamarte? ¿Y para que, exactamente Steven, tenía que llamarte? No se trató de algo grande, y Duke y varios oficiales del DPH llegaron bastante rápido. Además, aunque lo pongas en duda, estoy lo suficientemente capacitado para enfrentar ese tipo de situaciones gracias al vasto entrenamiento policial que he recibido, y puedo sopesar las situaciones en las que me veo involucrado. Y sucede que llamarte y esperar a que llegases, en plena hora punta, un día viernes por la tarde, hasta el lugar de los hechos, no era la mejor de las opciones.

Steve gruñó ante la respuesta, bufó, hizo morritos y desvió la mirada.

Danny rodó los ojos. Steve se comportaba cada vez peor.

Lanni Kalakaua intervino entonces.

- Espero no haberlo metido en problemas con mi comentario, detective.

Danny volvió a sonreírle afable a la mujer.

- En lo absoluto. Es solo que nuestro líder aquí presente tiende a olvidar que no es el único capaz de realizar el trabajo de campo dentro del equipo.

Otro bufido más por parte del mencionado, y algunas risillas por parte del resto.

- En ese caso, quedo más tranquila. Además, para agradecerle, quisiera saber si usted y sus niños están disponibles para este fin de semana. A pesar de que usted diga lo contrario, la situación no fue tan simple y tanto mi madre como mis sobrinos y yo estamos agradecidos de su presencia ese día. Sería un honor si aceptase asistir a la cena familiar, podría ir con mis sobrinos y el esposo de Kono.

Danny la miró por un momento sorprendido.

- ¡Pues vaya!... Er... Gracias. Y no, no tenía ningún plan en específico, pero...

- ¡Perfecto!- la mujer miró a los otros miembros del equipo- Por supuesto el resto de sus compañeros también está invitado.

Lou declinó la oferta. Él ya tenía planes con su familia.

Steve ni aceptó ni rechazó del todo.

Y los primos, bueno; ellos se despidieron de la tía y luego se fueron a refugiar a la oficina de Chin.

- ¿Qué diablos fue eso?- preguntó la ex novata.

Chin solo atinó a negar con un aire de preocupación.

- No tengo la más mínima idea, cuz. Pero sea lo que sea, dudo que podamos hacer algo al respecto. Es Lanni Kalakaua de quien estamos hablando.

- ¡Urgh!... Esto suena a problemas.

- Y será mejor estar allí en ese caso.- convino el nativo hawaiiano a las palabras de la mujer.

Y Steve McGarrett, quien se había acercado a la oficina de Chin tras verlos entrar con la idea de hablar con ellos sobre un viejo caso que había estado revisando, apretó la quijada y decidió finalmente aceptar la invitación, preguntándose si la preocupación de los primos estaba justificada o no.

~.~.~.~.~.~

Para ser sinceros, las conjeturas de los primos sobre las motivaciones de su tía no estaban para nada erradas.

A los pocos días de los sucesos en el Mercado Internacional, Lanni Kalakaua decidió reunir a las mujeres de la familia (bueno... a las que importaban, las mayores, las que realmente tenían poder; cabe resaltar) y exponer la información obtenida sobre el detective haole.

Tal y como lo imaginó, las opiniones tras exponer lo aprendido estuvieron 100% con ella.

En ningún momento ni uno solo de los esposos, hermanos, primos, hijos, nietos, sobrinos o resto de los integrantes de la familia que pertenecían al departamento de policía de Honolulú habían hecho comentario positivo alguno sobre el detective haole llegado 5 años atrás al recinto. Al contrario, habían despotricado contra él y mostrado lástima hacia Hanamoa por ser el pobre infeliz designado como su compañero.

'Es arisco' dijeron algunos. 'Un haole sin pizca de respeto', 'Un invasor', 'Un ladrón que vino a quitarle el puesto a uno de los nuestros', 'Un indeseable'.

En ningún momento hablaron sobre el padre que lo dejó todo por seguir a su hija, o el excelente detective con más experiencia en su haber que hombres que casi le doblaban la edad en el recinto.

¡Y el bulling recibido por su manera de vestir! Eso fue lo que sacó los bufidos más indignados.

¡Padres y esposos de muchas de las presentes vistieron traje y corbata en su tiempo como detectives del departamento allá en los 60's y 70's! Ya iban a escuchar esos mocosos insolentes.

Y fue aún peor cuando Lanni le solicitó a su prima Ele que buscase la información sobre el detective de su época anterior a Hawaii.

¡87 casos resueltos en New Jersey! Y no eran casos menores, sino que incluían la captura de jefes de mafias y situaciones de alto calibre ¡Aquella había sido una carrera que tranquilamente lo hubiese llevado a ser capitán de su recinto!

- ¿Y a qué viene todo esto, Lanni?- preguntó Ele a su prima tras cerrar la página de internet del departamento. Beneficios de trabajar en el área de recursos humanos.

La aludida sonrió.

- A que acabo de encontrar el método para traer a mi Keoni de vuelta a casa.

- ¿El haole? ¿Es gay?- preguntó sin pena alguna Lailani, otra prima.

- He estado averiguando. Divorciado, 2 hijos... y un lustro de ser relacionado con el Comandante Steve McGarrett, líder de Cinco-0; así que me arriesgo a decir que por lo menos es bisexual. Y bastante lindo.

Las mujeres alrededor miraron las fotos en la pantalla del ordenador y asintieron.

- No tanto como uno de los nuestros, pero tiene encanto.- aprobó una de las ancianas.

- Mamá, es 100% del gusto de Keoni.- respondió Ele, tras lo cual miró a su prima- Y es policía. Un buen policía. Cuenta conmigo ¿Cuál es el plan?

Lanni sonrió.

- Keoni viene de visita la próxima semana. Estaba pensando en la cena familiar.

- ¿Invitarás al haole?

- Y a sus adorables keikis. Uno de ellos estuvo enfermo hasta hace poco, y mi hijo el pediatra estará sobre el niño de inmediato, preocupado. Y el haole es encantador, con una de esas sonrisas que te hacen sonreír también. No entiendo cómo sigue soltero.

- Se va a armar la grande.- sonrió otra de las primas.

- Que se atreva a decir algo cualquiera de los hombres o de los jóvenes, y verán quienes mandan en esta familia.- intervino por primera vez la matriarca del clan, y madre de Lanni.

Lanni tomó aire. Se tornó seria.

- También quiero que Chin Ho Kelly asista. Después de todo lo sucedido, de lo descubierto... Es hora que vuelva a casa también.

Las demás copiaron el aire de seriedad.

- Es hora de que vuelva.- convino una.

- Es hora de que vuelva.- aceptó otra.

Y las demás le siguieron.

Lanni se sintió satisfecha. Todo iba de acuerdo al plan.

~.~.~.~.~.~

Finalmente el día sábado llegó y afortunadamente ningún caso los atrapó, por lo que los Cinco-0 comprometidos a asistir, más la adición de los niños Williams y de Adam Noshimuri, se encontraban en la puerta del hogar de Lanni Kalakaua a las 6 de la tarde en punto, donde fueron recibidos por un rostro que los primos no veían desde hacía ya unos cuantos años.

El hombre estaba a la mitad de los 30, alto, delgado y de rostro afable.

- ¡Primo Keoni!- prácticamente gritó Kono mientras abrazaba al mencionado- ¡¿Cuándo volviste?! ¡¿Cuánto te quedas?!

- Hola a ti también prima ¡Pero mira que grande que estás! Y para responder el interrogatorio antes de que me arrestes, llegué el jueves y me quedo 2 semanas.- volteó el rostro- ¡Primo Chin Ho! Realmente viniste, cuz ¡Qué gusto verte!

- Igualmente.- respondió el otro mientras sustituía a Kono y abrazaba a su primo- Te ves bien.

Y el hombre sonrió ante aquello.

- Pues según mamá, estoy pálido y demacrado. New York me hace mal y mil cosas más ¡Pero pasen! ¿Y quién de estos caballeros es el afortunado que ganó la mano de mi prima?

Kono sonrió mientras ingresaba a la casa.

- Keoni, te presento a mi esposo Adam Noshimuri. Adam, mi primo Keoni Kalakaua. Pediatra.

Ambos hombres estrecharon las manos. Kono continuó.

- ¿Y no sé si recuerdas a Steve?

- ¿Steve McGarrett? ¡Brah! ¡Siglos sin verte!- el hombre abrazó efusivamente a Steve, quien de pronto estaba con una gran sonrisa en los labios.

- Y finalmente, aunque no por ello menos importante, este es nuestro compañero el detective Danny Williams, y estos dos son sus hijos, Grace y Charlie.

Y allí fue que las cosas hicieron click en las cabezas de Kono y Chin, al ver el brillo en los ojos de Keoni al estrechar la mano de Danny y darle un buen vistazo de pies a cabeza.

¡Oh, cielos! La tía Lanni sí que se había excedido esta vez.

Y hablando del diablo.

- ¡Oh, llegaron! Pero pasen, pasen. Todos están en el lanai,

Kono intercambió una mirada conocedora con Chin y ambo siguieron a la tía, al igual que el resto de los invitados.

Fue sin duda un inicio interesante, con algunos abiertamente gruñéndole a Danny y Steve, mientras que otro buen número los saludaba con entusiasmo, pues Cinco-0 había ganado sin duda alguna un nombre propio desde su creación años atrás.

Y gratamente para Chin, muchos se acercaron no solo a Kono y Adam, sino también a él, haciéndolo sentir nuevamente bienvenido.

Pero la cereza del pastel fueron los obvios intentos, de más de una de las mujeres del grupo principal del clan Kalakaua, de juntar de manera bastante desvergonzada al haole rubio con Keoni, tanto así que hasta McGarrett se dio cuenta. Y no se mostraba feliz en lo absoluto.

La cena resultó darse estilo barbacoa, en el amplio lanai de la casa. Y sin importar como, Danny y Keoni parecían siempre terminar uno al lado del otro, a pesar de que no existía un orden específico para sentarse.

¿Y Danny?

Pues además de vigilar que sus hijos estuviesen a la vista, no parecía incómodo en lo absoluto.

Kono y Chin se enviaban miradas preocupadas entre los dos, y con dirección a Steve, quien prácticamente y había comenzado a echar fuego por la boca.

Y es que Danny parecía estar pasándola de maravilla, y entre risa y risa parecía haber hecho click con Keoni de manera indudable.

Lanni Kalakaua estaba casi que bailaba de emoción.


Fin del primer capítulo


DPH: Departamento de policía de Honolulú


Notas de la autora:

Y he aquí otro pequeño fic de esta pareja. Y muchas ideas más aún se agolpan en mi mente. El segundo y último capítulo casi está concluido, así que no voy a tardar mucho en subirlo.

Como dije en algún otro fic, soy una Dannolover, así que siempre voy a ser parcial al de Jersey. Y espero que esta historia les haya gustado. Muchas gracias a todos los que leen, comentan, ponen kudos, likes, favoritos y demás. Son un amor.

Nos leemos pronto.

Un beso felino para todos.

chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)

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