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La cena por lady_chibineko

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Título: La cena

Autor: Lady chibineko
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)

Disclaimer: Hawaii Five-0 es una serie perteneciente a la CBS Television Studios, y a sus respectivos creadores. No gano nada más que un poco de diversión con este escrito.

Advertencia: Este es un fic slash, lo que quiere decir relación chico-chico, por lo que si no es de su agrado este tipo de lectura, por favor no sigan.

En fin, enjoy the story please!

~.~.~.~.~.~

Capítulo II

- ¡Es en serio! No había estado en una reunión familiar donde tratasen de juntarme con alguien desde que dejé la adolescencia.

El nativo hawaiano rió un tanto avergonzado ante aquella palabras, pero lo hizo de buen talante puesto que el rubio no se lo estaba tomando a mal.

- ¡De verdad lo siento!... Aunque ¿Quiere decir que tengo opción de salir contigo?- preguntó con un toque de coquetería.

Danny sonrió de lado.

- La tendrías si eso fuese realmente una opción. Pero babe, siento en mis huesos que no es así. Y mis huesos son de detective, sé que no estoy equivocado.

Keoni sonrió de manera casi infantil.

- Pues tus huesos de detective están en lo cierto. Y no porque no seas mi tipo, porque lo eres al 100%... Pero dudo que mi prometido vaya a estar de acuerdo.

- ¡Oh, cielos! ¡La gran P! ¿Y me arriesgo a decir que tu madre aún no sabe nada?

La cabeza del pediatra cayó para adelante de golpe, el mentón chocando contra el pecho y un lastimero sonido saliendo de lo profundo de su garganta.

- Nooo....- casi gimió y miró a Danny- La idea era venir y dar la noticia; pero ni bien llegué, comencé a ser bombardeado con información sobre este atractivo detective haole y '¿Sabías que vendrá a la cena familiar, Keoni? Tal vez deberías de conocerlo y seguro y congenian rápido'. Y supe que no iba a ser tan fácil.

- Mis más sinceras condolencias.- Danny le dio otro trago a su bebida- ¿Y para cuando el gran día?

- Para dentro de 3 meses.

- ¡Oye! Eso es casi ahora.

El otro asintió y luego de un momento de pensarlo, preguntó.

- ¿Quieres conocerlo?

Danny alzó las cejas sorprendido.

- No es como si fuese a poder mostrar sus fotos a cualquiera. En estos momentos todos están del lado de mamá, quien va a dar el grito al cielo y le va a ver mil defectos... y luego me matará cuando se entere que llevamos 4 años juntos.

- ¡Ouch! Espero realmente que el tipo valga la pena ¿Y a qué se dedica?

- Abogado.

- ¡Aléjate Satanás!- exclamó entonces el rubio de manera juguetona- Aún me quedan las marcas de donde los abogados de mi ex terminaron de sacar las últimas tiras de piel de mi cuerpo. Todos son unos demonios.

- ¡No es cierto! James es el hombre más tierno del mundo.

Danny rodó los ojos.

- Te tiene hechizado. Ya, ya... Muéstrame las fotos antes de que me arrepienta.

Keoni miró discretamente hacia ambos lados antes de sacar el móvil y entrar rápidamente a la galería de fotos, donde escogió un folder y de pronto Danny entendió porqué la madre del hombre a su lado lo escogió como futuro yerno ¡Era como ver a su gemelo perdido!

Rubio, ojos claros y de baja estatura, con una sonrisa sincera y la mirada más enamorada que Danny hubiese visto en mucho tiempo.

- No puedo negar que tienes buen gusto... Ni tú que tienes ese buen gusto bien marcado en un tipo físico en particular.

Keoni volvió a sonreír juguetón.

Entonces, de pronto una de sus tías se acercó y puso la pantalla del móvil contra su pecho.

- ¡Ven! Vamos a un lugar menos concurrido ¡Espera a que veas las fotos de James con nuestro perro! Son mis favoritas.

Danny solo sonrió ante la emoción mostrada por el hombre, y se dejó llevar.

Al otro lado del lanai, Kono le preguntó a Chin casi con resignación.

- ¿Eso quiere decir que tenemos que comenzar a llamar a Danny primo?

Chin se encogió de hombros. La verdad no tenía ni idea.

Y al otro extremo, a Steve casi se le salen los ojos de las cuencas oculares al ver aquello, y positivamente se atragantó con su propia saliva cuando escuchó a una de las ancianas preguntarle a otra si ya comenzaban a preparar la boda.

¡En ese mismo instante iba a aclarar ese entuerto!

Sin embargo, de pronto se vio interrumpido por una de las tías de sus compañeros, y se tardó varios minutos en deshacerse de ella.

Pero de pronto era abordado por otra. Y luego por otra.

Esto iba a tomarle más tiempo del esperado.

-.-.-.-.-

Danny terminó de ver las fotos con un suspiro.

Había reconocido lo enamorada que estaba la pareja con tan solo unas pocas fotos, y realmente le alegraba ver la felicidad del otro hombre y todo. Aunque igual no pudo evitar ese pequeño toque de sana envidia.

- Te diría que fueses más hombre y se lo contases todo a tu madre y tu familiia, pero como hijo de una igualmente dulce y terrorífica madre tal y como tú, solo puedo desearte la suerte suficiente para que salgas vivo de ésta y llegues en una pieza al registro civil.- expresó el rubio moviendo las manos, y milagrosamente no botando lo poco que quedaba en su vaso.

Keoni rió con ganas.

- Lo juro, eres lo mejor que me ha pasado desde que volví a la isla. Eeerr... ¿Te importa si te uso como tabla salvavidas durante mi estadía? Te pagaré con café, malasadas y los cocopuffs de Liliha's que tanto dices amar.

- ¿Café, malasadas y cocopuffs? Hombre, tú si que sabes cómo cortejar a un chico.- el rubio rió un poco, le dio un último trago a la bebida y se arrimó conspirador contra Keoni- Entonces cuenta ¿Cuál es el plan para la Luna de miel?

Keoni se sonrojó por completo y en voz baja para evitar ser escuchado por otro además de Danny, comenzó a susurrarle los planes que habían hecho él y James a su nuevo amigo.

Ninguno de los dos notó al hombre que se había quedado de una pieza tras haber escuchado tan solo un par de frases, y que retrocedía ahora con el corazón en la mano.

¿Cortejar? ¿Luna de miel?

¡¿Qué demonios Danno?!

Luego de eso, Steve se mantuvo alejado en un rincón, mirando con ojos de cachorro apaleado al rubio y al isleño reír con ganas una y otra vez a la lejanía.

Un par de horas después, el grupo de Cinco-0 se despedía de la familia Kalakaua y se dispersaba cada quien por su lado.

Algunos en mejor estado que otros, eso sí.

Ni bien llegó a casa, Steve McGarrett tuvo que contenerse para no destrozar el lugar ni entrar en pánico.

La sola idea de que Danny y Keoni pudiesen tener algo...

Keoni vivía en New York ¿Quería decir que Danny se iría al continente?

¡No!... No...

Los niños estaban en la isla, Danny no se alejaría de ellos.

¿O si?

Tuvo que respirar profundo. La sola idea lo sofocaba... ¡Y con alguien que acababa de conocer! ¡Un hombre!

Lo cual no parecía ser un problema para el rubio detective.

¿Sería el motivo por el cual Danny nunca hizo tanto barullo ante los comentarios sobre ellos?

La cabeza del SEAL era un lío.

Decidió dejar aquello para el día siguiente, enfriarse un poco esa noche y luego resolver el problema mañana domingo.

Danny Williams era una parte fundamental de Cinco-0, así como lo era de su vida ¡No lo podía perder!

~.~.~.~.~.~

Al día siguiente Steve se vistió casual con sus usuales pantalones cargo y una camiseta vieja de la Marina, y poniéndose al volante de su camioneta enfiló al hogar Williams.

Y el ser recibido con franca sorpresa no solo por el padre, sino también por los hijos, lo hizo sentir un tanto... bastante culpable, sobre todo ante el comentario casual de Grace de que últimamente el tío Steve no los visitaba tanto como antes y que lo habían extrañado.

Steve se tragó la culpa, esbozó una sonrisa y se dispuso a pasar el domingo con la pequeña familia; tal y como reconoció para sí mismo, hacía mucho tiempo no sucedía.

La verdad era que tras la boda de Kono y la partida de Catherine, se había alejado; y no estaba muy seguro si aquello había sido consciente o inconscientemente, pero lo había hecho.

Le prometió a Grace estar a tiempo en su siguiente visita a su padre para ir a correr juntos, y luego se tiró de panza al suelo para colorear con el pequeño Charlie; todo mientras que Danno y Grace preparaban el almuerzo.

¡¿Cómo se le había ocurrido alejarse de aquello?!

Ya se regañaría a sí mismo con mayor precisión luego, y también luego ya hablaría con Danny. Por el momento tenía un paisaje que colorear.

~.~.~.~.~.~

Esa misma noche, ya en casa, recordaría que nunca habló con Danny y se pateó a sí mismo un poco, prometiéndose hablar luego con su gruñón compañero.

Sim embargo, cuando lo despertaron a las 03:23 horas de la mañana debido a un cuerpo encontrado en una playa de la Costa Norte por unos pescadores, todo el asunto fue suprimido en su cabeza en favor de resolver el nuevo caso entre sus manos.

Aunque hubo momentos en los cuales estuvo a punto de autopatearse de nuevo, como cuando determino como iban los grupos, colocándose a sí mismo con Danny, causando extrañeza no solo en el nombrado sino en el resto del equipo. Notando así de pronto que, efectivamente, había estado haciendo equipo con el de New Jersey cada vez con menor frecuencia.

Pero era hora de enfocarse en el caso. Luego, se prometió, lo aclararía todo con Danno.

Excepto que el caso los dejó exhaustos, y luego cada quien estuvo metido en el papeleo del informe y... y...

Y de pronto Keoni estaba en el cuartel del Palacio Iolani, y Steve vio con aprehensión como el primo de Kono y Chin saludaba a los mencionados, y luego le entregaba a Danny una bolsa de malasadas; y con apenas un par de palabras hacía que Danny se despidiese para ir a almorzar junto a él, y... y...

¡¿POR QUÉ DEMONIOS KEONI SE ATREVÍA A LLEVARSE A SU DANNO?! pensó Steve con furia.

Solo para luego sujetarse fuertemente de una de las esquinas de la tecno-mesa de Chin y evitar que todos los viesen caer al suelo debido a que sus piernas de pronto se sentían como gelatina.

¿SU Danno? ¿De dónde había salido eso?

- Steve, brah ¿Te encuentras bien? Te ves un poco pálido.- la voz de Chin lo sacó de su ensimismamiento.

- Yo... eh... Sí. Yo... Tengo que ir a terminar mi informe.- dijo con voz algo insegura.

Y prácticamente corrió a su oficina a esconderse.

Y es que se acababa de dar cuenta que tenía un gran problema.

Muy, MUY grande.

~.~.~.~.~.~

Danny suspiró mientras escuchaba a Keoni hablar de su pareja con total adoración, sobre cuando el hombre los inscribió a ambos en un evento de día de Pascuas para el pabellón de niños quemados del hospital donde Keoni hizo sus prácticas y se conocieron, y como James terminó vestido de Conejo de Pascuas, para deleite de todos los pequeños y del mismo Keoni.

- ¿Te aburro?- preguntó Keoni algo avergonzado de pronto.

- ¿Hmmm? ¡No! Por supuesto que no. Es solo que debo de admitir, realmente siento algo de envidia al escucharte.

- ¿Entonces por qué no haces algo al respecto? Es Steve ¿Cierto?

- ¡¿Qué?! ¿Steve? No, no...

- ¡Oh, vamos! No te avergüences tratando de negarlo, porque si bien soy casi siempre yo el que habla sobre lo que Jim hizo y no hizo; cuando tu abres la boca, es Steve esto, el Neandertal lo otro... Así que...

Danny frotó los labios uno contra el otro un par de veces, antes de morderse el inferior y ladear ligeramente la cabeza.

- Esta bien. Está bien... Sí, digamos que es Steve.- Danny suspiró- No es como si pudiese hacer algo al respecto ¿De acuerdo?

- Soy todo oídos ¿Qué dices a eso?

Danny miró a su interlocutor de manera evaluativa.

- Tal vez... Tal vez en algún momento me pareció que pudo haber algo ¿Está bien?. Pero... No sé. Durante la boda de Kono... su ex volvió, y él... le compró un anillo ¿Sabes? Y me dije, si eso lo hace feliz, entonces está bien. Lo apoyaré al 100%.- Danny volvió a suspirar- pero luego ella se fue, así de simple. Y él... me alejó.- Danny reprimió un sollozo- De todos, me alejó a mí. Solo a mí. Y eso dolió... Aún duele.

Keoni le pasó un brazo por los hombros.

- Lo siento.

Danny asintió.

- Sí. Yo también lo siento, pero no puedo hacer nada al respecto. Y no sé, parece que por lo menos estamos volviendo al punto inicial otra vez, aunque no estoy seguro... Hace poco fue a mi casa, mis hijos lo extrañaban mucho. Es mejor que nada.- el rubio detective se limpió las lágrimas- Gracias por escucharme, babe.

- Para eso están los amigos, aunque sean nuevos. Para escuchar y para dar consejos.

- Consejos ¿Eh?

- Ajá. Y mi consejo es.... No dejes de luchar si es que en algún lugar aún queda una esperanza. Aunque sea para recuperar al Steve que es tu amigo.

Danny miró a Keoni a los ojos.

- Ese es un consejo bastante bueno.

Keoni sonrió.

- Eso espero.

Luego de eso decidieron finalizar el almuerzo.

Danny aún tenía un reporte que terminar.

~.~.~.~.~.~

Los días pasaron y dos cosas sucedieron.

Lo primero fue que Danny notó de pronto una mejoría en su relación con Steve, como si su amistad realmente volviese, de manera lenta pero segura, a lo que fue alguna vez antes del término de la relación entre Steve y Catherine, lo cual dejó al SEAL amargado con la vida. Eso, debía de admitir, lo hacía sentirse feliz.

Lo segundo, Keoni se volvió una constante en el día a día de Danny Williams, y Steve McGarrett se dio cuenta de que ni tras la partida de Cath se sintió tan preso del pánico y la desesperación como le sucedía con la simple idea de que Danny decidiese abandonarlo. Sobre todo porque Keoni en pocos días volvería al continente.

Y lo peor de todo es que él era el único culpable.

¿Cómo fue que no se dio cuenta antes?

Pero ya no era momento de lamentarse de ello, sino de actuar. Y era justo lo que intentaba hacer.

Había vuelto a invadir con fuerza la vida de Danny, compartiendo los últimos días con él, tratando de preguntar más por los niños, invitarlo a tardes de cerveza en el lanai de la casa McGarrett y mañanas de conducir el Camaro camino al cuartel. Incluso había propuesto un par de tardes de horas post-oficina en Side Street. Todo con tal de que Keoni no le ganase por puesta de mano, eso era.

Pues bien, era hora de mostrar sus cartas por completo y voltear la partida a su favor.

Iba a combatir fuego con fuego.

Iba a cortejar a su Danno, y ni Keoni ni nadie iba a meterse en medio.

Por supuesto, Steve llevaba varios días planeándolo todo, y había decidido que si una cena fue el inicio del problema, una cena sería la solución.

Una cena romántica, en el lanai.

Velas, vino... Un par de bistecs en la parrilla...

No, no. Eso había sido para Cath y muchas de sus otras citas.

Tenía que ser una cena elaborada.

¿Algo italiano? Si, a Danno le encantaba la comida italiana. Era hora de buscar recetas... Y un traje elegante ¿Incluso tal vez una corbata? No, solo pensarlo le daba escalofríos.

Pantalón y una camisa descente... Compraría una nueva. Zapatos de vestir bien lustrados.

Si, la idea iba tomando forma.

~.~.~.~.~.~

- ¡Ey, Danno! ¿Cena en mi casa el viernes por la noche?

Danny parpadeó. Era apenas martes, eran las 9 de la noche y ellos eran los últimos en el lugar, impedidos de irse hasta no entregar el reporte de la vigilancia realizada durante las últimas 48 horas a un almacén de la zona industrial, que había sido utilizado por una banda para fabricar metanfetaminas.

Afortunadamente todo salió bien y los sujetos ahora estaban tras las rejas, y su producto nunca más volvería a llegar a las calles. Y gracias al cielo las últimas hojas del reporte acababan de terminar de imprimirse.

Y volviendo al tema.

- ¡Claro babe! Te separaré el día.- contestó Danny con un guiño antes de cerrar la puerta de su oficina- Ahora vamos, que quiero regresar a casa y hasta donde reduerdo, vinimos juntos esta mañana. Así que a menos que quieras regresar a tu casa caminando, salgamos de una vez de aquí.

La sonrisa de Steve no podía ser más amplia.

~.~.~.~.~.~

Steve se miró al espejo una última vez para acomodar el cuello de su camisa, y casi salta hasta el techo cuando escuchó el timbre de la puerta sonar.

Tenía todo listo: Ensalada, spaghetti marinara, y un postre suave de frutas. Vino tinto y velas en una mesa para dos.

Tomó aire y fue a abrir la puerta.

Danny lo miró de arriba a abajo y de vuelta, con las cejas alzadas y un ligero sonrojo.

- Steve, debiste decirme que ibas a esperar a alguien más hoy. Supongo que queda para otro día.- fue lo que dijo a manera de saludo el rubio, terminando con un suspiro.

El aludido parpadeó confundido.

- ¿Cómo?... ¿De qué hablas, Danno?

El rubio movió una mano señalando a su anfitrión de arriba a abajo.

- Estás vestido para salir, animal. Y debe de ser algo importante para haber cambiado los pantalones cargo por algo más civilizado.

Steve entonces emitió un simple 'Oh', junto antes de negar con la cabeza, tomar al detective de una mano y arrastrarlo al interior de la vivienda.

- ¿Steve?

- Vamos a la mesa para que te sientes, serviré la cena en un rato. Y antes de que vengas con algo más, yo estoy vestido de la manera correcta y tú también. Jeans, camiseta y zapatillas es un atuendo que te queda perfecto... Deberías utilizarlo en la oficina.

Y mientras hablaba, llevó a Danny al lanai, lo sentó en la mesa, encendió las velas, atenuó la luz exterior y despareció de nuevo en busca de los dos platones que contenían la ensalada y el spaghetti.

Danny por lo pronto veía todo un tanto confundido, y decidió expresarlo en cuanto el SEAL reapareció con el primer platón.

- Steven, exactamente ¿Qué es todo esto?

El mencionado acomodó el platón de ensalada antes de responder.

- La cena, Daniel.

Y volver al interior en busca del plato fuerte.

Retornó una vez más y dejó el segundo platón. Por suerte había escogido una mesa lo suficientemente grande.

Finalmente sirvió algo de vino que se enfriaba a un lado en dos copas, sirvió ensalada como entrada en dos platos, y se sentó en la silla puesta estratégicamente al lado de su compañero.

Danny miró la mesa una vez más, y luego a Steve.

- Pregunto de nuevo Steve ¿Qué significa todo esto?

Steve tragó duro.

Aquello no estaba saliendo como lo había planeado... Aunque siendo sinceros, su plan estaba lleno de espacios en blanco que no se preocupó por llenar debido a lo desesperado que estaba por la cercanía de Keoni.

- Y no me digas que la cena.- la voz de Danny sonaba tan seria como la expresión pintada en su rostro.

El marinero suspiró de manera prolongada y miró a Danny, ofreciendo su mejor mirada de perrito apaleado. Podía hacer esto... podía...

- No te vayas con Keoni al continente, Danno. Por favor.

Al rubio detective casi se le cae la quijada al suelo, y no solo por lo ridículo de la petición, sino por las implicaciones.

- ¡¿Qué demonios está mal contigo, Steve?!- fue la respuesta casi por default- ¡¿De dónde mierda sacaste eso?!

Steve no quitó la mirada del rostro de Danny, y con seriedad respondió.

- Estás prácticamente pegado a Keoni desde que se conocieron... y tú... ese día... Danny, le preguntaste por la Luna de miel ¡Y lo acababas de conocer!

Los ojos azules se abrieron con incredulidad y sorpresa.

- ¿Nos seguiste? ¡¿Por qué seguirnos?!

Steve casi hizo un puchero.

- Prácticamente estaban arrojándote a los brazos de Kalakaua entre todas las tías ¡¿Qué no te diste cuenta?!

Las manos de Danny volaron a los lados.

- ¡Por supuesto que me di cuenta! ¡¿Qué clase de detective no se daría cuenta de algo como eso?!

- ¡¿Entonces?!- preguntó Steve de pronto molesto.

- ¡Entonces nada! ¡Si no hubiese sido yo, esas mujeres locas se hubiesen buscado a otro! ¡Y Keoni me cae lo suficientemente bien para ahorrarle el calvario!

- ¡¿Y por eso se la pasan hablando de lunas de miel imaginarias?!- preguntó Steve furioso, con los brazos cruzados y la cena ya completamente olvidada.

Danny se cruzó de brazos también y se mostró desafiante antes de contestar ya con voz más calmada.

- No. Por eso nos la pasamos hablando de la Luna de miel bastante real que Keoni y su futuro esposo piensan tener luego de su boda... la misma que el pobre no puede contarle a nadie más si es que no quiere sufrir de la furia de las mismas mujeres locas que me arrojaron casi en sus brazos.

De acuerdo, aquello había sido rudamente explicativo. Steve parpadeó sorprendido.

- ...Oh

Y si, de pronto Steve se sentía bastante estúpido.

Por su parte, Danny pareció desinflarse.

- Mira, hacemos como que nada pasó y ya. Y no te preocupes, no me voy al continente, no de momento. Y no lo haría sin avisarte antes, así que...

Danny hizo ademán de pararse, y el corazón se le detuvo a Steve en el pecho. Una voz en su cabeza le dijo que dejar las cosas así era malo, muy malo.

Sin pensarlo dos veces, o siquiera una; su cuerpo se movió en automático y pronto evitaba que Danny se parase, arrodillándose frente a éste mientras capturaba las manos del detective entre las suyas, y lo miraba a los ojos de una manera que dejaba su alma por completo desnuda.

- Danny, aún hay algo que debo decir... Algo que aprendí con todo eso, incluso si fue un malentendido por mi parte.- tomó una profunda bocanada de aire- Cuando Catherine- y ni bien Danny escuchó ese nombre trató de apartar las manos, pero Steve apretó el agarre y reinició- Danny, cuando Catherine se fue, me sentí un poco perdido, un poco devastado... y bastante molesto. Era una persona más en la lista de aquellos que me importaban, pero que igual me abandonaban fácilmente.- Steve rodó un poco los ojos e hizo una mueca auto despreciativa con la boca- Y admito que me he portado como un idiota, y aunque sea un poco tarde, te pido perdón por eso. Pero... sin embargo- y aquí apretó un poco más el agarre- Cuando pensé que ibas a ser tú quien se fuese... Danny ¡No podía ni respirar! ¡Y ni siquiera te habías ido aún! ¿Entiendes lo que quiero decir?

Danny por su parte sentía que el corazón se le iba a salir del pecho de lo fuerte y rápido que latía.

¡Steve no podía estar diciendo lo que Danny desesperadamente suplicaba que le estuviese siendo dicho! ¡Esas cosas no le sucedían a él! ¿O sí?

- Steve...- fue lo único que el rubio fue capaz de susurrar con voz trémula y ojos brillantes.

El SEAL sonrió de manera tímida y tentativa ante esa sola palabra.

- Sé... Sé que ya son años de escuchar a la isla en pleno llamarnos 'una vieja pareja de casados' en broma, pero el asunto es... Nunca te he visto ofenderte por ello, y la verdad a mí tampoco me molestó nunca ¿Por qué me molestaría? Eres una persona maravillosa, eres inteligente, bien parecido, divertido y el mejor padre de todo el maldito mundo. Y mereces a alguien que te aprecie por todo ello, pero el problema es... que pensar que encuentres todo eso en otra persona- expiración prolongada- me aterra. Pero no me di cuenta hasta que Keoni apareció y fue entonces, luego de obligarme a mirar todo fríamente, que me di cuenta que no quiero que encuentres a otra persona que te de todo eso ¡Quiero ser yo!... Quiero ser yo. Te quiero Danno.

Una lágrima cayó de pronto sobre las manos entrelazadas de ambos, y luego otra y otra.

Un sollozo.

-¿Tienes idea, estúpido animal, de cuanto soñé con escucharte decir algo como eso?

La sonrisa de Steve fue pequeña, pero significativa.

Las manos del de cabello oscuro liberaron las del otro, solo para centrarse en la tarea de abrazar a su compañero por la cintura y arrastrarlo al suelo con él, acomodándolo en su regazo tras terminar de sentarse sobre la arena.

- ¿Eso quiere decir que tengo una oportunidad contigo, Danno?

Una sonrisa acuosa entre sollozos, y Danny respondió con voz trémula mientras escondía el rostro en la curva del cuello del otro.

- Si... sí. Tienes una oportunidad, más de una. Yo también te quiero.

Steve suspiró tranquilo por primera vez en mucho tiempo, y se dedicó a abrazar a Danny Williams con la suficiente fuerza para no dejarlo ir nunca más.

Iba a ser una misión que seguramente le iba a tomar el resto de su vida completar, pero no tenía ningún problema con ello.

Ya luego se acordaría que había comida disponible, cuando los estómagos de ambos comenzasen a protestar. Tal vez calentar el spaghetti, mover todo a la sala y comer acurrucados el uno contra el otro en el sofá.

Ya luego vería eso. Definitivamente.

Por ahora, tener a Danny entre sus brazos era lo único que importaba.

Nunca una cena había sido tan exitosa.

The End


DPH: Departamento de policía de Honolulú


Notas de la autora:

Y bueno, les dije que no iba a tardar mucho en subir el final de este pequeño twoshot. Espero que lo hayan disfrutado, a mí me gustó escribirlo.

Keoni logró salir de la isla en una sola pieza para volver a New York, y logró casarse con James. A Lanni Kalakaua casi le da algo, pero luego de conocer al dulce abogado, no pudo dejar de reconocer que era un buen hombre para su hijo. Decidió comenzar a planear como convencer a la pareja de ir a vivir a Oahu... no estoy muy segura de que le funcione, pero esa mujer es de temer, así que no aseguro nada.

Steve por su parte se toma muy en serio la misión de hacer feliz a su Danno por el resto de sus días. Todos a su alrededor los apoyan como el ohana que son. Danny nunca pensó que alguna vez pudiese llegar a ser tan feliz.

Por ahora eso es todo, nos vemos en el siguiente McDanno.

Un beso felino para todos.

chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)

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