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Almas Gemelas © (Marvel Boys Love) por lilibel vangarret

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Notas del fanfic:

Soldado a visado, no muere en guerra

ADVERTENCIACONTIENE SPOILER DE ENDGAME.

ADVERTENCIACONTIENE SPOILER DE ENDGAME.

ADVERTENCIACONTIENE SPOILER DE ENDGAME.

Notas del capitulo:

Ni sé cómo pvtas surgió este fic. Solo llego la inspiración en medio de la noche. Incluso no pude dormir hasta que me senté a escribirlo. Por lo tanto, el siguiente fanfic CONTIENE ALTO GRADO de SPOILER de Endgame. Aquella persona que no la haya visto ABSTÉNGASE. Repito. ABSTÉNGANSE DE LEER.

Advertencia: Stony, post y pre IW, pre y post Endgame, muerte de personaje, Mpreg, y Multiverso.

 

 

 

 

 

Todos perdieron. Quedo más que claro en el momento que se dividieron en Alemania. ¿Entonces por qué dolía el nuevo panorama delante a sus ojos? Desconocía el paradero de Tony y de su hijo Peter desde que abandonó a uno en el aeropuerto alemán y al otro en Siberia... ¿Desde hace cuándo? Dejó de contar los días.

Sin embargo, nunca perdió la esperanza de que Tony Stark regresaría. Siendo el primero en recibirlo luego de salir de la desconocida nave, regresada a casa por la Capitana Marvel. Lastimándolo el débil estado de su amigo y ex pareja.

–Tony. –exhala aliviado, ayudándolo a mantenerse de pie–

–Steve, perdí al niño. Perdí a nuestro hijo.

–Descuida. Todos perdimos.

Le restaba tragarse el dolor y comprender el cruel destino.

 

 

 

 

Cap1 Contando las bajas.

 

 

 

 

Nunca imaginó que al reencontrarse con Tony, sería para darse cuenta que dentro de las bajas estaba su hijo. Ni mucho menos, para recordar su nula unión matrimonial en la figura de Pepper Potts y su actual preocupada prometida.

Su divorció se efectuó desde que puso kilómetros de distancia del par de castaños. Así que, no tenía caso volver esa escena en medio de la sala del Complejo más dramática. Lo más conveniente era atender el delicado estado de Tony.

Lo que sucedió después fue algo esperado más no estaba preparado para la confrontación. Ni siquiera en sus peleas más acaloradas las verdades dolieron tanto.

–No estuviste cuando te necesité ¡Cuando te necesitamos! Ok, lo entiendo. Abandóname a mí, pero a Peter ¡El mocoso aun creía en ti, idiota!

–Tony.

–No. Tú tuviste tu oportunidad de hablar, ahora es mi maldito turno. Así que, olvídate que existo como lo hiciste la primera vez. No te costará mucho.

Era incómodo. Sí. Para los pocos vengadores que quedaron en silencio para oír inconscientemente la discusión. Bueno, verdaderamente era un reclamo de una sola persona. Incluso la propia Pepper sentía pena, sin embargo, en el momento que debiera intervenir lo haría. Bastándole convertirse en su prometido un apoyo silencioso.

Antes de llegar al punto de tener un anillo en su dedo, fue amiga y paño de lágrimas en los idilios amorosos de Tony Stark. Entre esas, la fluctuante relación del par. Por un momento creyó que terminaría siendo la madrina y no la prometida. El destino y sus chistes nada graciosos.

Sale de sus cavilaciones por el intercambio físico del actual reactor de Iron Man en manos del dolido Capitán América. Aparentemente, ahora era su turno de pegar el corazón roto.

 

 

*                      *                      *                      *

 

5 años después.

Luego de haber matado a Thanos, la vida debía seguir ¿no? Aceptar las consecuencias y poner la mejor cara. Agradecer no haber quedado entre los desafortunados desaparecidos. No obstante… No servía de nada mostrarle a los demás una sonrisa de apoyo cuando era quien más culpa cargaba sobre sus hombros.

Lo único que agradecía era la compañía de Natasha.

Y muy pronto agradeció a cualquier entidad divina que envió a Scott Lang a la puerta del Complejo.

 

 

–Estás seguro de hacer esto? –pregunta Natasha por enésima vez dentro del auto–

–Natasha, no se supone que eres la mujer que no teme en decir la verdad en público y mandar al Diablo al gobierno.

–Hablamos de evitar una posible discusión con un ex y la actual. Además, no traje mi cámara.

–Pelea? –interviene Scott, sentado en la parte trasera–. ¿Cómo en Alemania? Qué tan peligrosa sería esa otra persona. Digo, no es que desee escoger un bando. Yo estoy con usted, Steve. Capitán Steve. Rogers.

–Solo Steve, Lang. –zanja el tema amablemente–. No. No habrá ninguna pelea.

–Eso espero. –opina Nat para sí–

 

Ver a la pequeña hija del matrimonio Stark-Potts, fue una certera e inevitable patada a su amor propio. Asegurándole que era una Stark en toda la regla al momento de interrumpirlos (Cabellos castaños y ojos claros era el común denominador en los Stark, eh).

No sintió odio ni sentimientos negativos a ella. Simplemente envidió a Pepper. Sí, eso confirmaba que era igual de humano que su amiga Natasha.

Y la pequeña era completamente inocente de lo que los adultos hicieron. Y, en esos pocos minutos de conocerla, no logro quitar sus ojos de esa diminuta chiquilla de sonrisa Patentada Stark.

 

*                      *                      *                      *

 

Peter no quería demostrarse frágil. Fingir la misma careta de calma que algunos mostraban, pero empezaba a costarle. Sin poder asimilar las pocas cosas que sus familiares le contaron en el poco tiempo de regreso de ¿su muerte?

Mientras para él solo trascurrieron minutos, escasos segundos, en realidad fueron 5 años y Pepper ahora era su madrastra. Ah, y tenía una hermana menor demasiado linda para aceptar.

Y el video que su padre pudo grabar no sirvió de mucho para hacer menos pesada su carga.

Por eso, se levanta de golpe de la silla, abandonando la casa de campo, bajo la atenta mirada azulada de Steve. Para el asombro de cualquier, antes de que algún adulto fuera a consolarlo, la más pequeña de la casa se toma el trabajo.

Ahora sí motivando a Steve a moverse.

–No, déjala. –irrumpe Rhodey–. Tal vez sea lo mejor para ellos. Al fin de cuentas, posee los genes de la única persona que logró maneja a un Stark.

 

Estaba, cómo decirlo… Saturado.

Su mente vagaba ansiosamente por sus recuerdos. Justamente por eso se ubica en el último escalón del porche, abrazando sus piernas y descansando su mentón en sus rodillas. Según le oyó decir una vez a su padrino Rhodey. Una actitud demasiado Stark.

–Es cierto que eres mi hermano mayor?

Sufre un respingo por la voz a su costado. Tratándose de su pequeña medio hermana, sobre un escalón pero cuerpo ladeado para asomar su cabeza, peinando con su mano el cabello de su rostro.

Asiente debido al nudo en su garganta y las lágrimas anegadas en sus orbes claros. Algo que compartía con ella.

–Mami dijo que eres un héroe como mi papá. ¿Es cierto?

Antes de responder, limpia con la manga de su traje su nariz congestionada y mirada borrosa. Algo no propio de un Stark.

–Sí. Pero no sirvió para nada.

–Por qué? –inquiere, sentándose a su lado, lo suficiente cerca para rozarse sus cuerpos y descansar su cabecita contra él–

–Porque...

Aparentemente, el nudo se hace más grande hasta causar que Peter se rompiera. Dejando que el llanto cubriera su cara, ocultando su rostro entre sus brazos. Provocando que Morgan elevara su cara, preocupada.

Abandona su posición, yendo por su mami. Oyéndose apresurados pasos y un cuerpo colocarse frente a él, mano peinando su cabello.

–Peter.

–Papá. –exclama sin ver con claridad el rostro masculino. Inclinándose lo suficiente para resguardarse en sus brazos–

Morgan se apoya en el marco, rodeando las piernas de su madre, observando con su cabeza ladeada.

–Mami, mi hermano por qué llora?

–Volvamos a dentro, pequeña. –decide Pepper elevarla del suelo y cargarla entre sus brazos. Volviendo a dentro. Lo correcto era dejar a padre e hijo a solas–. ¿Te gustaría una paleta? Creo que aún hay algunas.

–Podríamos darle algunas a mi hermano. Así no deja de sentirse tan triste.

–Claro. Pero después, Morgan.

–Vale. –asiente, bajo las caricias femeninas en su cabeza–

 

 

–Papá, no te quedarás? –inquiere Peter inocentemente, sentado en el comedor ubicado fuera. Solo hasta la noche, Peter decidió probar bocado–

Hospedados provisionalmente en casa de Pepper. No. La señora Stark.

–Peter.

–Qué. Por hoy podrías quedarte aquí mientras buscas un lugar. El Complejo se destruyó ¿no? La Torre fue vendida. ¿A dónde irías?

–A ayudar a Bruce y a Scott a crear otra máquina para regresar las gemas.

–Puedo ir? –inquiere anhelante. Tal vez un poco de "ojitos tiernos" lo motivaría–

–Ya fue suficiente con que salieras de la Tierra. No habrá viajes en el tiempo.

–Y sí-

–Peter. No. –zanja firmemente. Conocía esa mirada tan bien. La vio en Stark, ahora en su hijo. Confirmándoselo cuando el menor mordió su labio y rehuyó la mirada–. Hijo, no es tan fácil. Quizás en vez de solucionar las cosas. Las empeoramos.

–Tienes razón. Lo siento. Solo que... –deja el cubierto, bajando su mirada–. Duele saber que nunca más podré verlo.

Pasos pequeños vienen de un costado, acercándose la pequeña Morgan con una bolsa de helado. Sonriente comía una paleta de color rosado. Trepando en el regazo de Peter con bastante facilidad, riendo por su hazaña.

–Toma. Es de cereza. ¿Te gusta?

–Gracias pero aún no he terminado de comer. –opina, lanzando una mirada a su estricto padre–

–Anda. No podrías hacerle un desplante a tan hermosa damita.

–Hermano, estás triste?

–Eh... No. Ya no. –niega, abriendo el empaque–

–Morgan! –arriba Pepper apresurada, delantal en su cintura–. Te dije que aún no. Estaban comiendo.

–Descuida. Peter igualmente ama el dulce. Se sacrificara. –opina Steve, recogiendo su plato–

–Déjame a mí hacer eso. Ustedes son mis invitados. –interviene, sujetando los cubiertos y platos usados–

A cambio, la mirada de Steve da con la argolla dorada adornar el dedo femenino. Haciéndolo sentir incómodo y entristecido, obligándolo a desviar su rostro al amplio bosque. Sin embargo, siente un tirón en el dedo de su mano sobre la mesa. Encontrando una carita ilusionada de boca rojiza.

–Me contarías un cuento. Papá lo hacía.

–Morgan. –advierte suavemente la madre–

–Ahm... Si no hay molestia. –algo incómodo fija su mirada en Pepper–

–Ella lo pidió, Steve. –sonríe amable, yéndose–

–Claro.

 

*                      *                      *                      *

 

–SHIELD ni los vengadores existen, así que... Ven conmigo a Wakanda.

–Qué? –gira de golpe su cabeza, ganándose un buen golpe–. Auch.

Frota su frente, procurando salir de debajo de la máquina. Dando una rápido vistazo a sus compañeros. Bruce y Scott.

–Ahn... Creo que olvide un emparedado en la cocina.

–Compartes? –opina Bruce aun en el cuerpo de Hulk, siguiendo a su compañero–

Debido a la destrucción masiva del Complejo, restaba ir al laboratorio privado de Bruce. Según como estaban las cosas, la reconstrucción de la máquina del tiempo estaría lista para mañana. El viaje se haría a las afueras de la casa de Tony.

–Ahora eres visitante VIP de Wakanda, Bucky? –bromea Steve, cruzándose de brazos. Llave de tuerca en su mano–

–No. Solo quiero darle la mano a mi amigo. Devolverle la ayuda. Además, no quiero que cometas alguna tontería sino estoy cerca.

–Claro. Soy yo el más propenso a hacerlas. –ironiza sin perder su alegría. Regresando a su labor de ensamblar–. Estaré bien, hermano. Peter regresó con la Señora Parker. Era quien más me preocupaba. Sam me ofreció posada por algunos días mientras pensaba –prefiere usar su mano para enroscar– y luego ahí veré.

–No crees que el chico necesita a su padre más cerca que nunca. Ambos perdieron a alguien importante. Los dos sufren. –encoge sus hombros, manos en los bolsillos de su pantalón–. Steve. No trates de fingir conmigo. Soy tu amigo. Te conozco. Incluso… Hablemos

Frena sus manos, meditando la propuesta. En verdad necesitaba desahogarse con alguien. Estaba cansado de dar apoyo a los demás.

–No me obligues a ir y hablar seriamente con Sam, Steve. Falcon puede dar miedo a veces.

Causa gracia el fingido tono amenazante de James con su otro amigo. Niega con su cabeza, virando a verlo.

–Lo pensaré.

O quizás, las gemas podrían servirle una última vez.

 

*                      *                      *                      *

 

Y el día había llegado. El momento de regresar las gemas. Luego de transportar la maquina gracias a Scott, quien no decidió participar sino estar con su familia. No lo juzgaba, él en su situación, habría hecho exactamente lo mismo.

En reemplazo, Bruce, Sam y su amigo Bucky ocupaban un extremo del bosque. Enfundado Steve en su traje de Capitán América y el dispositivo en su muñeca. Revoloteando a su alrededor una insistente arañita que no debería estar allí.

–Puedo cargarlo? Necesito saber sí soy digno. –ansioso pide Peter una última vez–

–En serio viniste a esto ¿Quién se lo dijo? –fija su atención en Sam y Bucky–

–Nosotros no hicimos nada. Aunque, alta probabilidad de que haya sido él. Lleva la maldad en la sangre.

–Ey! –reprocha James a su defensa–

–Papá! –insiste estirando sus manos, señalando el Mjolnir sobre la base–

–No. Y ni creas que lo dejaré a la vista. –sonriente guiña su ojo, acercándose a Bruce y el maletín–

–No me dejas ir al pasado contigo ni sujetar a Mjolnir. Eres injusto.

–No. Un padre responsable. –sujetando la maleta asciende, del mismo modo empuñando el martillo–. ¿Todo listo, Banner?

Peter mete las manos en sus bolsillos, expectante. En ese momento, desaparece Steve en un parpadeo, iniciando Bruce el conteo descendente.

–Chicos. –llama James, sin apartar la mirada de aquello más importante que ver a su amigo dar un salto en la historia. Bueno, otro–

Confuso lo imita Peter, ignorando el conteo de Bruce y lo emocionante que era esa clase, iniciando sus pisadas. Ignorando el destello de regreso del Capitán América.

–No puede ser... –exclama Peter, sonrisa anhelante–. No puede ser. No puede ser.

–Hay algo inusual? –inquiere Bruce, ojeando su alrededor–

–Dada!

Inevitable tensión en el cuello de Steve por ese apelativo. Desde pequeño, Peter tenía formas especiales para llamarlos, y esa, era exclusivamente para Stark. Justamente, obligándolo a virar su cuello, sin bajar de la base.

–Tony...

Notas finales:

Ah, lo olvidaba. Es un Steve Bottom ^<^


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