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Día de Cumpleaños por Shirahoshi_Akira

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Notas del fanfic:

Los personajes son de Masashi Kishimoto Sensei. 

Itachi x Deidara 

Notas del capitulo:

Este es un one-shot especial por el cumpleaños de Deidara que se celebra el 5 de mayo, a los que cumplen años en este mes igualmente tengan un gran dia como nuestro intrépido ninja. ^^ 

 

 

"Día de Cumpleaños" 
 
Deidara era un ninja de la Aldea de la Roca, sorpresivo, explosivo, con carácter fuerte pero demasiado impulsivo debido a su juventud, a causa de su gran talento al emplear la arcilla y el chakra para desplazarse, volar y usar el bakutón se volvió un nuevo integrante de Akatsuki, una organización conformada de asesinos de rango S. Con 16 años Deidara era el más joven de todos los akatsuki, por lo tanto el más inmaduro, fastidioso, enérgico y ruidoso compañero que pudieran tener, en cambio todos los demás integrantes eran mayores de edad.

Aún con todo ello el ojiazul, logró encajar cabalmente con ellos y cumplir perfectamente con las tareas que le eran encomendadas y se podría decir que todos ya se habían “acostumbrado” a los ataques ruidosos de su compañero y a sus comentarios excesivos, porque en definitiva Deidara era una persona extrovertida, mantenía el respeto con todos porque igual no se metería en problemas de a gratis pero tampoco se limitaba en lo que tenía que decir. 

Un día algo causó que el rubio se excediera en su personalidad, todo lo que hacía desde sus risas, explosiones y emociones las expresara doblemente; y que día era, nada más y nada menos que el día de su cumpleaños. Muchos de ellos a sus 19, 24, casi 36 años habían dejado de darle importancia al día en que nacieron, no había razón especial para celebrar y mucho menos con quien compartirlo y con el hecho de que podrían morir en cualquier instante pensaban no tenía caso celebrarlo; pero para Deidara era diferente a pesar de todo no podía negar que su infancia no fue del todo mal y que en realidad nunca tuvo intenciones de pertenecer a una organización como akatsuki de no ser porque fue reclutado. 

Por ése motivo después de permanecer un tiempo y llegar su gran día, él se sentía demasiado alegre y esperanzado de ver lo que sus nuevos compañeros tendrían para él y se inquietaba por alguna sorpresa que fuera a recibir, aunque igual tenía dudas en el periodo que se había integrado nunca nadie había mencionado nada y bien tampoco sabía las fechas especiales de sus compañeros, así que se imaginó que el sería el primero. 

Amaneció muy temprano se levantó casi corriendo y esperaba algún desayuno especial en la mesa o un pastel o algo dulce pero nada, Deidara en verdad era ingenuo, la mesa se encontraba vacía y solo pudo visualizar algunos panes duros de días antes, no entendía así que supuso que tal vez la comida especial sería después. Estaba desayunando, cuando bajaron Kakuzu y Hidan, al llegar lo vieron extrañados, porque aunque enérgico era de los que se levantaba más tarde incluso hasta mediodía si no tenían misiones y en la noche se dormía más tarde que cualquiera; Hidan no dudó en aprovechar para molestarlo pero cuando mencionó –Deidara…- el rubio puso una expresión de espera y tenía los ojos tan abiertos que el peligris se lo pensó mejor y se guardó sus palabras, prefirió evitar la extraña reacción que se veía venir; el otro esperaba que le desearan un buen día o al menos algo agradable pero nada, al ver que se quedó callado el rubio  quiso preguntar curioso el por qué estaban despiertos tan temprano y comenzó a hacer comentarios como -¿Hay algo especial que vayan hacer hoy?, ¿parece un gran día no les parece?- la pareja de inmortales no entendían que quería, hablar con Deidara los desesperaba en especial a Kakuzu que si tuviera un talento serían las palabras cortas, por lo que optó por decir –negocios- y Hidan al sentir una mirada fija en él respondió –mi ritual matutino, no puedo empezar mi día sin él; lo sabrías si te levantaras más temprano-, el rostro del más chico cambio, se ensombreció y eso casi asustó a Hidan porque era muy raro ver algo así en el chico nuevo, el ojiazul comenzó a pensar que tal vez no habría fiesta, ni detalles, ni nada cuando en eso llegó al lugar Pain y dio una noticia que le devolvió la sonrisa de oreja a oreja –No habrá misiones o tareas especiales hoy,  pueden tomarse el resto del día-, Deidara sonrío emocionado eso debía significar algo para los otros se les hacía raro que ése chico sonriera demasiado ya que un día sin misiones sólo sería para pasarlo tranquilo con cada uno en su habitación sin nada especial que hacer realmente, únicamente supusieron que se debía a que no llevaba mucho tiempo dentro por lo que aún no sabía lo irrelevante y poco motivante que era un día sin robos u objetivos que aniquilar. 

Con la noticia Deidara se imaginaba que el motivo del día libre sería su cumpleaños, se decidió a tratar de descubrir la sorpresa, investigando a cada uno de sus compañeros por lo pronto ya tenía pistas de Hidan y Kakuzu y Pain quien se había encerrado en su “oficina”, era su habitación pero cada vez que salía ordenaba algo así que supuso ahí trabajaba la mayor parte del tiempo, algo así como su base de comunicación y estrategias; pensó que la siguiente en encontrar seria Konan pero antes de seguir en su camino se encontró a Itachi, lo vio sentado en uno de los sillones leyendo una clase de pergamino, tal vez aun no sabía del día libre y por maldad prefirió no decirle nada, aunque el pergamino le causó curiosidad al verlo ahí podía descartarlo también, el Uchiha haciendo nada apuntó en su libreta de investigaciones junto a Kakuzu y Hidan. 

Al verlo Itachi notó que la personalidad del rubio se sentía diferente, como cuando un niño quiere algo y comienza a llamar la atención, además había observado todo lo ocurrido en el comedor y el extraño comportamiento de Hidan con él;  también podía agregar que la libretita que cargaba y el apunte que hizo justo después de verlo y retirarse le hicieron sentirse curioso; si pudiera compararlo su actitud lo hacía parecer justo como su hermano pequeño, tratando de encontrar respuestas, imprudente e infantil, aun así no se le ocurría que podría ser  por lo que se dejó llevar por sus recuerdos.

Su hermano se despertaba muy temprano, no tanto como él pero siempre le seguía el ritmo, se levantaba para entrenar y siempre lo copiaba en todo, sus técnicas, las herramientas ninja, incluso la vestimenta y hasta le pedía hacer los entrenamientos juntos para que el pequeño llegara a ser como él y así también era Deidara, desde que llegó le seguía la pista y en cada ocasión que podían enfrentarse la aprovechaba para decir que él era el mejor y que lo derrotaría, que sería mejor que él. 

Deidara continuó en su búsqueda, se dirigió afuera de la cueva y ahí pudo visualizar a Zetzu quien trabajaba en su jardín, lo vio enterrar algo y pensó que estaría guardando su regalo, se acercó y comenzó a agitarlo diciendo -¿Qué tienes ahí, qué tienes ahí? Mph- Zetsu se sorprendió por el movimiento y toda la tierra que se había esparcido por el lugar, cuando abrió sus manos el rubio pudo ver la pequeña plantita que sostenía y se disculpó, para ayudarlo intento regar las plantas pero al encender la llave el agua salió a presión provocando que se le escapara de sus manos y mojara todo incluido compañero provocando mucho lodo, nervioso dejó en el piso la manguera sonrió y se retiró corriendo, cuando se detuvo apuntó Zetsu tardará un poco más en sus tareas de jardinería. 

Miró a su alrededor y vio que había llegado al lago, ahí solamente se encontraba Kisame, se le hizo extraño verlo sólo y nadando disfrutando el día libre dado por el líder, se veía descansando, Kisame lo vio y al verlo exhausto y agitado le comentó –no quieres venir chico, el agua está refrescante- Deidara se vio tentado iba aceptar entrar cuando vio como algunos tiburones andaban alrededor de Kisame así que negó moviendo su cabeza, el hombre pez le dijo divertido –No te pasará nada-, la risa de Kisame le perturbó aun podía avanzar y oír su carcajada, tal vez no moriría ahí, pero ser mordido por un tiburón tampoco le parecía buena idea menos en su cumpleaños. 

Terminó de escribir y se fue a la cueva nuevamente ahí vio a Konan dirigirse a la cocina y pensó “Tal vez ya comenzarán a preparar la comida”, entró despacio y se sentó a un lado observó los ingredientes que había y miró a Konan que iniciaba con una receta nueva que había visto en uno de sus libros, por coincidencia era para hacer un postre dulce, era una tarta de limón y si casualmente a Deidara le gustaba el limón; al verlo mirándola tan alegremente imaginó que quería ayudar así que se lo permitió –Bien Deidara tu echarás las medidas, 6 cucharadas de polvo de harina, media barrita de mantequilla, 3 cucharadas de azúcar, un huevo y vainilla; a penas se volteó para repetir e iniciar cada uno de los pasos ya todo era un caos, la mesa tenia manchas de mezcla, los ingredientes estaban tirados  o derramados y el seguí agitando tan fuerte la cuchara alrededor del traste que cuando se detuvo solo fue para darse cuenta que no había nada y el mandil de su compañera tenía una gran mancha y cáscara de huevo sobre él, Konan lo miró y aunque la situación era para enojarse le pareció graciosa pero eso sólo porque era Deidara el miembro más joven y siempre se sintió en sintonía con él, lo cuidaba y estaba pendiente en lo que podía, de hecho echa había aceptado cuando el líder lo puso como uno de los candidatos; así que igual se sentía algo responsable de su integración; el rubio esperó que terminara de reír, prefirió no moverse y ver su reacción con ella esa era la mejor solución, si intentaba huir podría no contarlo nunca –Deidara gracias por ayudar pero me encargaré a partir de ahora- eso lo vio como una señal para salir de ahí y eso hizo. Al verlo correr al instante no se podía imaginar que traería a Deidara de un lado a otro, mientras buscaba respuesta continuó nuevamente en su receta. 

Ya sólo faltaban dos integrantes, hasta ahora veía nuevamente sus apuntes y a excepción de su amiga peliazul nadie parecía tener intenciones de preparar algo, pero claro ella tampoco mencionó que fuera para él; más tranquilo se dirigió al taller de su compañero, si estaba libre ahí pasaba la mayor parte de su tiempo y no estuvo equivocado cuando entró vio a su maestro construyendo una nueva marioneta, alguna para agregar tal vez en su técnica de las “Mil marionetas”, nunca las había contado pero no creía que fueran mil, tal vez solo era para intimidar a los enemigos, ya que siempre Sasori se encontraba elaborándolas, siendo ésa su forma de arte. Se sentó a un lado y el pelirrojo lo notó menos fastidioso y obviamente callado, normalmente se la pasarían discutiendo que era arte y que no, porque cada uno tenía una visión diferente pero a pesar de todo se admiraban porque ponían su pasión en ello. La actitud de Deidara no le molestaba de hecho era muy parecido a la de él, pero eso mismo lo hacía inquietarse y optó por mejorarle su ánimo, la única manera despreciando su arte, pero no contaba con que Tobi estaba cerca, y le comentó –Deidara-san, no crees que esta marioneta es perfecta… mejor que ésas esculturas de arcilla-, y el ojiazul seguía sin responder –No crees que las marionetas es la mejor forma de arte eterno y no ésas estúpidas explosiones- Tobi lo escuchó y comenzó a gritar –baka, baka, baka, baka…- eso sacó a Deidara de su estado y como si algo se hubiera encendido dentro de él comenzó a crear pequeños insectos de arcilla en grandes cantidades, que comenzaron a inundar el cuarto; -no espera, Deidara, tranquilo, piensa lo que haces- decía el marionetista y el otro no escuchaba –Sasori la mejor forma de arte es efímera, no dura, sólo es posible durante unos segundos y esta maravillosa arcilla me permite crearla en diferentes formas y tamaños, y ahora verás todo su esplendor, porque… el arte es una explosión, ¡Katsu!- explosiones de diferentes tamaños comenzaron a sentirse y verse, el humo saliendo a cada instante, cuando todo terminó, Deidara se percató de todo, y al ver la marioneta de Sasori ahora casi destruida le dijo –Yo iré y te traeré más material- Tobi sólo desapareció riendo y corriendo. 

-Uff-, terminó de comprar la madera y ya era tarde casi había oscurecido, dentro de su habitación sacó su libreta y terminó de anotar Sasori haciendo muñecos, Tobi inoportuno como siempre; releyó su lista y todos hacían sus actividades cotidianas, pensó que tal vez celebrar algo como un cumpleaños de un chico que apenas conocían y que casi les había arruinado el día no valía la pena, después de todo eran asesinos, aunque a veces no sabía que esperar de ellos, todos eran muy raros, incluyéndolo. 

Itachi ahora se encontraba en su habitación, había notado el caos de la cocina, el desastre de lodo en el jardín, incluso el humo en la habitación de Sasori y fue después de conectar todos los hechos cuando reaccionó; había un día en especial que Sasuke se comportaba  de ésa misma manera, que realizaba algunas travesuras y nadie ni su padre le llamaba la atención simplemente lo pasaba por alto y durante toda la mañana y tarde se la pasaba atrás de él o sus padres queriendo encontrar sus regalos o la sorpresa que le tenía para comer su madre; quizá el pelirrubio esperaba lo mismo y justo ése día en que andaba tan inquieto era por su cumpleaños, era raro pero si se ponía a pensarlo Deidara aún era un niño, sin duda no había tenido tan malas experiencias como los demás, así que mantenía su inocencia y hasta cierto punto tal vez aun podía darse el lujo de ser infantil; imaginó que lo único que quería era un detalle o algo especial en ése día o que simplemente alguien de sus compañeros se acordara porque ciertamente ya no contaban con nadie más. Normalmente sería desconsiderado, frío e indiferente pero pensar en él como era su hermano y el remordimiento que guardaba dentro de su ser, así como ser el responsable de su ingreso en ésa organización de asesinos lo hicieron tratar de hacer de ése día algo mejor para el más joven, al darse cuenta que casi terminaba el día salió a buscar algo al lago, no se le ocurría otra cosa y dijo –supongo que servirá- lo guardó en una pequeña bolsa y regresó. 

Percibió mucha calma y fue a la habitación contraria; tocó dejó lo que había buscado frente a la puerta y se retiró, Deidara salió vio hacia los lados y al recoger la bolsa sonrío, solo pudo percatarse de una sombra negra yendo hacia adelante, en ese lado de la cueva sólo habían 3 habitaciones, la de Hidan que lo fastidiaba todos los días, Zetzu que estaba perdido en su propio mundo y el Uchiha que era indiferente, de todos Zetzu parecía la mejor propuesta pero de repente  se apareció a sus espaldas - ¿qué tienes ahí? - casi dijo en su oído, lo que lo asustó, le gritó algo que no pudo entender y se metió a su cuarto, al cerrar se recostó un poco y dijo –mph el Uchiha, no creo… o si- pero se sentía feliz, alguien lo había tenido en cuenta y aunque fuera el Uchiha estaba bien lo aceptaría porque era su día especial pero eso sí él, tampoco se quedaría atrás y jamás le debería nada, ahora solo debía adivinar cuándo era el cumpleaños de su enemigo, con eso en mente terminó de hacer el último registro en su libreta de investigaciones. 

A la mañana siguiente otra vez el pelirrubio estaba despierto temprano y todos fueron levantados por unas bombas que ahora tenían algo de color al hacer explosión porque Deidara las había mezclado con pólvora, si de por si causaban dolor mental ahora los dejaría ciegos,  se preguntaban de dónde lo habría conseguido porque en esos momentos sus cargamentos estaban vacíos, así como los de otras herramientas. Al menos podían ver a un Deidara más tranquilo y menos inquieto que el día anterior. 

También el pelinegro  dejó información importante sobre la mesa del líder y la de Konan, datos específicos que mostraban que exactamente hace un día fue su cumpleaños, ahora todo tenía sentido, la peliazul le pidió a su pareja que convocara a todos para comer la tarta de limón que había preparado. Alrededor de la mesa, el líder sólo atinó a decir –Por Deidara, que gracias a él podemos realizar ataques masivos y traer a los bijuus más grandes- todos asintieron porque era verdad él se encargaba de llevarlos volando hasta donde estaban ubicados y sin más que decir el rubio se puso feliz, debía tomar en cuenta que muchos eran peligrosos, raros y asesinos de rango S, lo que los hacía guardar sus emociones y pensó que tal vez al menos los días festivos se podría cambiar un poco.

Itachi por otro lado vio una clase de calendario en la pared, no lo olvidaría, cada 5 de mayo algo nuevo estaría por ocurrir, porque lo sucedido el día de ayer le trajo buenos recuerdos, dejando así salir una imperceptible sonrisa. 
 

Notas finales:

Espero les haya gustado, me gustó la interacción de todos los miembros con Deidara y pues al final un poco de atención por parte de Itachi-San.

¡Feliz cumpleaños Deidara! 

Shirahoshi ^^


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