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MARCADO por LIAMSUZUKI

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Notas del capitulo:

Primer fic con la temática de alfas y omegas, espero que no resulte tan cliché, y a ver qué resulta de esto. Y como diría Usagi san: la inspiración llegó y prácticamente se escribió solo.

 ¡Ay ajá!

La verdad se me ha complicado un poco escribir sobre este tema

Cuando un alfa encuentra a su omega, la sensación que recorre su cuerpo es indescriptible, un enorme deseo y energía es liberada al torrente sanguíneo de los dos, ambos seres se han de conectar sin permiso,  ni aviso, solo llevados por su deseo de estar juntos, porque en toda la faz de la tierra solo hay un omega para un alfa y ese alfa no dudará en reclamarlo como suyo.

Y solo el alfa puede romper tan sublime unión....

 

 

 

 

Se dice que algunos omegas han encontrado a su alfa destinado a edades muy tempranas 13 o 14 años, otros lo hayan en la adultez y muchos otros nunca encuentran a esa persona con la que han de conectarse de forma espiritual y corporal tan maravillosa. 

 

 

Para Misaki aquello sólo era una desfachatez inventada por los mayores y para que los omegas independiente de su estatus dentro de la ciudad Marukawa buscaran como desesperados a sus destinados. 

El chico de cabello castaño había escuchado esa historia cientos de veces desde su nacimiento,  contada en menor medida por sus padres, quien siendo una pareja conformada por una omega y beta incitaban un poco al omega a buscar a su alfa predilecto. Sin duda creían que era lo mejor para el.

Misaki siempre pensó que la idea era absurda y disfrazada como en las historias donde el príncipe salva a una chica y esta de forma mágica se enamora  del hombre y el cuento termina con un "Y vivieron felices por siempre"

 

—Ridiculo—susurró para si mismo.

 

Aunque él en ocasiones había visto como de verdad ese lazo es tan fuerte y poderoso como lo hacían su amigo Onodera Ritsu, con Takano Masamune, un reconocido  alfa respetado por todos.

Ambos se vieron solo una ocasión durante la secundaria y la mirada de omega y alfa perduró por 10 largos años hasta que volvieron a encontrarse, reafirmando la historia. También hay un extraño porcentaje que no tienen el mínimo interés de encontrar a su destinado, así como su hermano mayor Yokosawa Takafumi, un atractivo alfa que no goza de tiempo suficiente para pensar en ese tipo de nimiedades de la vida, siendo acosado por cuanto omega y también alfas se cruzaran en su camino. Takafumi con mucho “esfuerzo” había logrado ganarse cierto respeto, pero Misaki no estaba muy de acuerdo en sus acciones.

 

—Tal vez después de todo, si haya un alma gemela para cada omega y alfa, solo que no todos tenemos la misma suerte de encontrarla— El castaño se dijo así mismo y  cerró la puerta de la habitación con extremo cuidado. No quería ser escuchado en su huida del yugo de "su alfa"

 

De forma sigilosa se escabullía por los pasillos de la mansión, ya había logrado que los guardias quedaran dormidos con el té de maple  que el mismo había preparado,  Esperaba que el efecto durara lo suficiente como para no generar sospechas puesto que Yuu, Tōdo y Shizuku lo bebieron sin problemas. Agradecía que Kisa san y Haitani no estuvieran en la mansión porque ellos no eran tan fácil como los tres primeros; sólo faltaba el último obstáculo: lograr burlar a Tsumori san, último guardia y fiel servidor de Sumi Keiichi, su alfa.

 

 

 

 

 

Un extraño pinchazo en el pecho sintió el pelinegro mientras revisaba un documento, dejó de leer por la perturbadora sensación y dirigió la mirada a la ventana, la ciudad de Marukawa comenzaba a oscurecer y cada día que pasaba, más lamentaba no poder hacer más por su hermano Misaki.

 

Él creía con verdadero afán que Sumi había drogado al castaño para provocar un celo falso y lograr marcarlo. Yokosawa conocía de pies a cabeza a su hermano menor, sabía que ningún omega tendría un celo antes de los 13  años y por eso cuando supo que Keiichi había marcado a Misaki, su sangre hervía, el estaba en contra de que Sumi fuera el primero en la vida del menor, lo detestaba, las malas lenguas decían que marcaba a los omegas por diversión y como un alfa tiene permitido romper el vínculo, este decidía divertirse con un chico diferente cada que le apetecía. Lo que no lograba comprender Takafumi es como después de 5 años, Sumi Keiichi no había roto el vínculo con Misaki, incluso lo había alejado de él de todas las formas posibles. Ya no le permitió verlo, la poca comunicación era a través del móvil mismo que era custodiado por  Sumi. No entendía la obsesión o amor insano hacia su hermano menor.

 

Arrugo la hoja de sus manos y dió un golpe a la mesa, salió de su oficina para intentar calmarse, pasó por otra oficina donde un hombre se percató de su angustia y sin pensarlo fue tras el 

 

—Yokosawa...

 

El aludido ignoró el llamado y seguía su paso fuera del despacho de abogados donde trabajaban

 

—¡Yokosawa espera!—Takano lo detuvo cogiendo su mano, este se soltó del agarre, extrañas sensaciones aún eran liberadas con esos simples roses

 

—¿Qué quieres Masamune?— Yokosawa sacaba un cigarrillo y prendía el tabaco.

 

—Desde aquí puedo oler y sentir tu desesperación, sabes que no puedes ir en contra de las normas, no más de lo que ya has hecho. Solo perjudicarías a Misaki, el ya es mayor, sabrá que hacer.

 

Yokosawa miraba expectante a Masamune, aún sin vínculo, las emociones, sentimientos, miedos y otras formas eran transmitidas entre alfas y omegas cuando estos tenían mucho cariño o respeto entre sí, era otra especie de lazo.

 

Yokosawa podía sentir a Misaki y a Masamune y por muy contradictorio que fuera, a Onodera Ritsu. Aún estando a kilómetros las sensaciones viajaban como buen cable de fibra óptica.

 

Dió una última calada al Tabaco sin contestar a la acusación de Masamune , un intenso aire hizo mella entre sus cuerpos llevando su esencia.....

 

 

 

 

Con mucha pesadez se levantó de la silla, eran las 6 de la tarde y no tardaria en llegar su malhumorado "socio" quejándose del abrumador viaje de Paris a Tokio.

Ya lo estaba escuchando y sintiendo todas las maldiciones que expelían de su boca mientras descendía del avión.

 

Zen Kirishima se frotó los ojos y abrió las ventanas de la habitacion de su lujosa mansión que había adquirido, el viento otoñal hacia presencia desojando los árboles, su vista miraba hacia el norte de Tokio, la ciudad de Marukawa y sus luces lo hicieron sonreír, era un buen punto para los negocios y para qué negarlo, un centro turístico donde las y los más bellos omegas paseaban exhibiéndose a merced de cualquier alfa que quisiera reclamarlo, el por su parte había tenido preferencia por el sexo femenino, no importando que fuera omega o alfa la susodicha, tanto que había procreado con un alfa mujer, a quien ahora era la luz de sus ojos: Hiyori Kirishima.

 

Inhaló fuerte una vez más y cuando estuvo por cerrar la ventana, el viento le trajo un aroma abrumador, una mezcla entre tabaco y menta seguido de otro aroma parecido al ámbar, el segundo aroma no fue tan impactante

 

—Dos alfas—murmuró Zen y cerró las ventanas.....

 

 

 

Misaki observaba cada movimiento de Tsumori, por mucho que hubiera entrenado, sabía que sería difícil derribarlo así que preferiría la distracción como anzuelo para alejarlo de la puerta principal, 

 

Como por arte de magia su amigo Nowaki hacía acto de presencia para confundir a Tsumori, el aroma intenso de chocolate de Kusama era exquisito haciendo tragar saliva al guardián.

 

Nowaki miró de reojo como Misaki de un solo brinco atravesó la barda y corría a toda velocidad, respiro tranquilo y decidió jugar un poco más con el alfa que tenía frente a él...

 

 

 

Misaki forzaba a sus pies correr lo más rápido posible hasta lograr perderse por el inmenso bosque, el aire se colaba por toda su ropa, hasta por sus mismos poros sentía la brisa, estaba decidido a ser libre para siempre....

 

 

 

 

Su humor estaba que echaba chispas a cualquier persona que lo viera, por muy hermoso que fuera, la cara tan odiosa que presentaba era sinónimo de  "aléjate de mi o te golpearé"

 

Salía del Aeropuerto de Narita para dirigirse a Tokio, su amigo y socio Zen ya lo estaría esperando, lo había convencido de mostrar su arte en Tokio de nuevo.

Esta vez estaría a cargo de Ryuchiro Isaka, poderoso empresario caza talentos que a costa de 10 años, había logrado dar con su paradero después desaparecer de Japón.

 

Ijuuin Kyo se masajeaba las sienes y abría la ventana del taxi donde viajaba, el aire le llenaba los pulmones y se permitió disfrutar del oxígeno después de pasar 12 horas enclaustrado en el avión 

 

La brisa trajo consigo múltiples aromas: menta, chocolate, ámbar hasta el propio aroma de su amigo e hija a vainilla pudo invadir su nariz.

Decidió revisar los bocetos que tendría que mostrar a Isaka san y subió el vidrio del auto de nuevo.

 

Tan sumido en su trabajo estaba que no había escuchado al conductor diciendo que habían llegado a su destino, Kyo se quitó las gafas con armazón de pasta y salió del auto.

 

Miraba la enorme mansión frente a él y se acercó a la puerta, cuando estuvo por girar la perilla, una intensa corriente se hizo presente ..

 

Un aroma de fresas mezclado con miedo y adrenalina le aturdió de una manera que nunca creyó posible....

 

 


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