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La Copa del Diablo por Orseth

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Notas del fanfic:

Historia corta.

 

 

 

 

 

            Decir que aquello que había dicho el profesor Dumbledore había sorprendido a todo el alumnado era poco, “impactado” era más bien la palabra correcta, pero sobre todo a los de sexto y séptimo grado que eran los involucrados en ese asunto.

            -Hace dos años se celebró el Torneo de los tres magos, acontecimiento en el cual  terminó esa terrible guerra que tanto daño hizo a la comunidad mágica con la muerte de Lord Voldemort–continuó Dumbledore terminado el desayuno un día sábado en el comedor-  y aunque las cosas haya afuera están tomando su curso, creo que aquí dentro las cosas también deben hacerlo.

            -Profesor Snape … -murmuró McGonagall al profesor de pociones que estaba a su lado en el comedor- sé que discutimos esto en la junta con los demás maestros pero me parece que esto es algo descabellado.

            -¿Y cree que a mí no?... si mal no recuerda yo fui el único que alzó la mano para votar en contra de ese hilarante plan de mezclar casas y enviarlos a convivir solos en una cabaña perdidos en medio de la nada por una semana.

            -En ese momento me pareció una idea estupenda para unir a nuestros alumnos pero ahora… no sé.

            -Profesor Dumbledore… -dijo Colin Creevey alzando la mano- perdón por interrumpir.

            -Para nada, dime.

            -¿Dijo que los alumnos nos iremos a acampar por una semana?

            -No Colin, lo que yo dije fue que solo los alumnos de sexto y séptimo grado de todas las casas serán mezclados para formar parejas y enviarlos a una convivencia en una cabaña en donde tendrán que lidiar con sus diferencias para poder llevar a cabo con éxito las diferentes actividades y dinámicas que los profesores hemos preparado para ustedes.

            -¿Y por qué solo los de sexto y séptimo grado? –pregunto con evidente desilusión.

            -Porque son los alumnos que mas convivieron en una atmosfera cargada de tensiones y malos entendidos, lo que yo deseo es hacer que entre ellos haya el suficiente tiempo y la inteligencia necesaria para darse cuenta que esas diferencias no son más que producto de malas influencias; pero no se preocupen chicos… -dijo dirigiéndose específicamente a los alumnos de sexto y séptimo que lo miraban con horror- estarán en un área totalmente controlada en donde no correrán ningún peligro  a pesar de no llevar varitas.

            -¿¡No llevaremos varitas?! –exclamó Pansy Parkinson con espanto.

            -Es correcto señorita Parkinson.

            -¿¡Y como se supone que nos defenderemos?!

            -Ese es el punto de esta convivencia, usarán su razonamiento y buena voluntad para resolver sus diferencias.

            -Esto es un atropello, mi padre se enterará de esto –masculló indignado Draco Malfoy.

            -Las formas de autorización que enviamos  a sus padres me llegaron esta mañana y me da mucho gusto decir que absolutamente todas fueron firmadas.

            -¡¿Qué?!... ¡debe ser un error! –dijo mirando a Blaise, quien también miraba todo con incredulidad.

            -Los jefes de su casa les dirán con exactitud cómo se desarrollará esta dinámica, pero antes de eso les aviso que las parejas ya han sido designadas, también les aclaro que estarán formadas con compañeros del mismo género y grado para evitar cualquier inconveniente.

            -¿Y cuando se llevará a cabo esta convivencia profesor? –pregunto Hermione después de alzar la mano.

            -Partirán mañana en la mañana señorita Granger.

            -¿Y cómo fueron seleccionadas las parejas?

            -Qué bueno que lo menciona, esa parte de este proyecto ya se llevó a cabo y las listas de quienes serán su compañero o compañera ya están pegadas en los muros informativos del salón principal del castillo.

            Al oír eso, un estrepito de sillas se dejó escuchar cuando los alumnos salieron en tropel a mirar las listas importándoles un soberano pito que el director aun no acabara de hablar.

            -¿¡Con quien me tocó, con quien me tocó?! –preguntó Ron entre empujones.

            -¡Dejen de empujar, con calma! –gritó Hermione.

            Pero obviamente ningún esfuerzo de orden valió para aquella tremenda panda de adolescentes ansiosos, pero al ir descubriendo su nombre, uno a uno se fue alejando del muro, unos con cara de asombro y otros con estupefacción.

            Hermione había decidido esperar a que la mayoría de alumnos se retirara pues competir con todos ellos era imposible, aun así moría de ganas por saber con quién le había tocado, pero no fue necesario esperar mucho pues alguien pasó a su lado aclarando esa duda.

            -Cuídate Granger –dijo Pansy con expresión indignada y enfurecida.

            -¿Cómo?

            -Estás advertida.

            Se quedó literalmente con la boca abierta mirándola mientras la otra se alejaba con paso veloz.

            -¡Hazme campo Goyle! –exclamó Draco entre empujones.

            Finalmente el rubio logró llegar hasta adelante para poder buscar su nombre entre aquellos pergaminos pegados, estuvo con los ojos entrecerrados buscando afanosamente su apellido, tanto así que pegó el dedo al papel mientras bajaba descartando nombres, hasta que al fin lo encontró  y también a su respectivo compañero.

            Pero curiosamente su dedo no era el único que iba bajando junto al suyo buscando su nombre, pues cuando vio quien iba a ser su compañero, alguien más a su lado dijo:

            -Oh mierda.

            Entonces giró el rostro dándose cuenta de que estaba hombro con hombro con Harry Potter, quien al ver su nombre junto al suyo había hecho una mueca de quien ha pisado excremento.

            -Potter… -mascullo arrastrando la palabra.

            -Malfoy.

            -Si ya se encontraron, quítense –exclamó Blaise haciéndolos a un lado.

            Ambos adolescentes salieron del tumulto sin dejar de lanzarse miradas asesinas, pero quien finalmente habló primero fue Draco.

            -Escucha cara rajada, mi padre hablara con Dumbledore y se encargará de ponerlo en su lugar, así que olvídate de este estúpido viajecito.

            -Cómo si yo quisiera compartir mi valioso tiempo con una caca como tú Malfoy.

            -¿¡Qué dijiste?!

            -Lo que oíste estúpido.

            Draco abrió la boca para contestar, pero en ese momento la voz de la profesora McGonagall se dejó oír.

            -A ver, necesitamos orden pues estamos realmente cortos de tiempo, debido a este tumulto se han pegado otras listas en las afueras de sus respectivas casas, así que vayan en orden a su sala común que ahí recibirán más información e indicaciones… en orden por favor.

            Los alumnos comenzaron a dispersarse y a dirigirse a sus casas, pero Draco en cambio se dirigió al profesor de pociones que caminaba con paso lento atrás de los chicos como si pastoreara un rebaño de ovejas.

            -Profesor… -dijo el rubio alcanzándolo- ha habido un error.

            -¿Sí? –respondio sin desviar la vista de su camino.

            -Ajá… ahí dice que me tocó ser compañero de Potter, eso es imposible.

            -¿Ah sí y porqué?

            Draco lo miro estupefacto, para luego reaccionar y alcanzarlo de nuevo.

            -¿No es obvio? ¡Es Potter! ¿Mi padre ya sabe de esto? Porque me niego a creer que él haya firmado la forma de autorización, seguro pensó que era otro documento, si él realmente supiera que van a sacarnos del colegio y a abandonarnos en una tierra olvidada por Dios seguro que habría dicho que no, además ¿Qué tipo de cabaña será, hay comodidades ahí, tendremos elfos a nuestro servicio? -Severus exhaló un profundo suspiro sin dejar de caminar ni de mirar ni un momento al frente -¡Y Nuestras varitas! ¿¡Cómo es que no tendremos nuestras varitas?! Seguramente mi padre tampoco fue informado de eso, tengo que hablar con él para informarle de este atropello, además solo deberían incluir a los de quinto y séptimo ¿Por qué los de sexto debemos estar mezclados en las locuras del profesor Dumbledore?

            -Draco…

            -Yo haría el esfuerzo de aceptar esta locura si mi compañero fuera Blaise, incluso Goyle o hasta Crabbe… no Crabbe no porque le huelen los pies ¿pero Potter?...

            -Draco…

            -Potter es peor que un cactus encajado en el culo, seguro no sabe ni comer con cubiertos ¿acaso esperan que yo le enseñe a usar una cuchara? ¿Por qué no lo ponen con el desnutrido de Weasley? Harían la pareja perfecta ¿pero porque yo he de pagar las locuras del director? Insisto en que mi padre no recibió la información necesaria, yo no puedo…

            -¡Draco! –exclamó deteniéndose y con voz fuerte haciendo respingar al adolescente.

            -¿Sí profesor?

            -¿Acaso crees a tu padre tan tonto para firmar un papel que no contiene la información requerida?

            -Obvio no, pero es más que obvio que hubo un error.

            -No hay error Draco, así que es mejor que uses el poco tiempo que te queda para preparar tu equipaje.

            Draco se le quedó mirando como a si a Severus le hubiese salido una segunda cabeza o algo peor, pero ya no le dio tiempo de seguir replicando pues llegaron a las mazmorras y los alumnos entraron a la casa Slytherin para escuchar al profesor Snape, quien después de acallar las protestas de los chicos con un grito, pudo finalmente hablar.

            -No hay errores ni excepciones, todos ustedes serán enviados a participar en esta dinámica y sus padres lo han autorizado –dijo haciendo énfasis en eso y mirando a Draco directamente- ahora el asunto es así, hay un área designada de cinco kilómetros cuadrados para cada pareja.

            -¿En dónde? –pregunto Pansy.

            -Eso no importa, no llevarán varita.

            -¿Pero por qué no? –exclamó Draco.

            -Al próximo que me interrumpa le quitaré cincuenta puntos –exclamó exasperado.

            -Pero profesor, sería quitarle puntos a su propia casa.

            -Me importa un cuerno, a callar todos.

            Ante la amable advertencia, todos se quedaron callados esperando las indicaciones de su jefe de casa.

            -Su cabaña tiene una letra asignada, lleven ropa cómoda y abrigadora, estarán en un bosque, su alimento y lo que necesiten para sus necesidades básicas deberán ganárselo con una dinámica compartida, lo que significa que si no trabajan en equipo simplemente no comerán.

            -¡Eso es un atropello! –exclamó Draco sin importarle un nabo los cincuenta puntos menos.

            -Habrá un mapa para que puedan moverse por el área designada sin que se pierdan.

            -¿Y si me da un infarto? –pregunto Draco decidido a sabotear aquel plan disparatado.

            -Daré gracias al creador.

            -¿Cómo?

-Nada, habrá un hechizo detector en cada área de bosque, si hay peligro de muerte su jefe de casa y Madam Pomfrey aparecerán de inmediato.

            -¿Y si un muggle se cuela al área y me ataca? ¿Cómo me defenderé sin varita?

            Un tic nervioso apareció en el ojo de Severus mientras miraba al jovencito rubio mirarlo ansioso.

            -Hay un hechizo anti muggles, eso no sucederá –respondio con voz pausada.

            -¿A qué hora partiremos profesor? –pregunto Millicent Bulstrode.

            -Después del desayuno se reunirán en el vestíbulo con su equipaje, ahí un traslador los llevara a su cabaña designada, a uno de ustedes se le dará la llave de la cabaña y si ya no hay más preguntas, preparen sus cosas.

            -¡Pero…!

            -Dije preparen sus cosas –respondio dándose la vuelta y saliendo de ahí con su negra túnica ondeando ante su paso veloz.

            -¡Esto es una locura, la chochez ya debe estarle afectando al profesor Dumbledore! –Vociferó  mirando a Blaise- ¡Me tocó con Potter, con Potter! ¿¡Puedes creerlo?!

            -¿De qué te quejas? –respondio con cara larga y subiendo las escaleras para subir a su habitación- a mí me tocó con Weasley.

            -Creo que hay un pequeño defecto en todo esto –dijo Pansy subiendo a su habitación junto a Milicent- el director hizo parejas del mismo sexo para evitar inconvenientes, pero si hay alguien más gay que Harry Potter…

            -Ese es Draco Malfoy.

            -Así es… ese par de perras van a sacar chispas.

 

____________________________

 

 

            Draco se apresuró a hacer su equipaje, pero no por deseos de ir a la convivencia, sino para tener tiempo de hacer algo más.

            -Creo que a fin de cuentas si me divertiré –pensó colándose a la oficina del profesor Snape para hurgar en un gabinete de pociones- veamos… no, esta no… ¡Sí! Creo que esta servirá –pensó jubiloso agarrando una botellita con un líquido morado dentro, la guardo en su bolsillo y salió de ahí.

 

____________________________

 

 

            Al día siguiente se presento junto a sus demás compañeros al vestíbulo del colegio en donde los profesores los esperaban para enviarlos a su destino; fueron organizados en dos filas, uno al lado de su respectivo compañero, fue épico y divertido para los demás alumnos de los otros grados verlos mirarse con ojos asesinos mientras caminaban lentamente para tomar su turno.

            Divertido para muchos, mas no para el pobre Neville que miraba desconsolado a Goyle, quien caminaba a su lado golpeándose los puños.

            Draco en tanto ni  siquiera se había dignado mirar a Harry, quien también caminaba con mala cara a su lado y cuando finalmente llegó su turno, el Slytherin lo miró sonriente diciendo:

            -¿Asustado Potter?

            -Ya quisieras Malfoy.

 

________________________

 

 

            Después de tomar el traslador en forma de cucharón y de sentir el conocido jalón en el ombligo, aparecieron en un claro con una cabaña en el centro.

            -Genial… -pensó Harry con un creciente gesto de desagrado en la cara al ver la cabaña llegándole de inmediato la imagen de una película que había visto a escondidas en casa de sus tíos, pensando en qué momento saldría una horda de humanos caníbales deformes a perseguirlos para devorarlos- ¿En qué momento vine a dar a “Camino hacia el terror”?

-No, no… esto debe ser un error, no vamos a vivir ahí ¿cierto? –exclamó Draco con una expresión peor a la de Harry.

Sin más remedio y sin contestarle, exhaló un suspiro y comenzó a caminar hacia la cabaña seguido por Draco.

-Veamos cómo está por dentro… -Pensó sacando la llave de su bolsillo ante la extrañeza de Draco.

-¿Por qué tienes tú la llave, porqué no me la dieron a mi?

-Tal vez saben que eres muy estúpido y que seguramente la perderías –respondio abriendo la puerta y empujándola dejándose oír tremendo rechinido que les erizó los pelos dejando incluso callado a Draco quien ya tenía la respuesta a la pulla de Harry en la punta de la lengua.

Harry miró el interior de la cabaña viendo que estaba oscuro a pesar de ser de mañana, Draco en tanto miraba también, detrás de Harry por supuesto.

-No entraré ahí.

-Pues acampa en el bosque –respondio entrando a pesar del escalofrío que esa casucha le causó.

-Ni de broma Potter –dijo entrando tras él.

-Veamos… -murmuró buscando la ventanas en tanto Draco se quedaba en la entrada, con la puerta abierta por si acaso había que salir corriendo y poder dejar encerrado a Potter con aquello que fuese que moraba ahí- vaya… así cambia.

Corrió las cortinas dejando entrar la luz por los vidrios pañosos haciendo lo  mismo con la otra, solo así Draco se atrevió a entrar cerrando la puerta tras él.

-¡Esta asqueroso!... ¿¡acaso piensan que limpiaré todo este mugrero como si fuera un muggle?!

-Sí Malfoy, creo que eso piensan –respondio examinando el interior con la mirada descubriendo un pergamino enrollado en la mesa- creo que ahí hay algo.

Draco lo vio tomar el pergamino y desenrollarlo.

-¿Qué dice?

-Mmm… genial –exclamó torciendo la boca y bajando el papel.

-¿Qué cosa?

-Aquí dice que para desbloquear los servicios de la casa, como la luz, el agua caliente del baño y la comida, tendremos que hacer el aseo de la casa.

-Ah bueno, ya me había preocupado –respondio dejando su valija en el polvoso sillón- puedes empezar Potter, estás en tu elemento.

-Aquí dice que debemos hacerlo a partes iguales o sino esto no funcionará.

-¿Cómo que no funcionará?

-Qué el hechizo no se activará.

-¿Qué? dame eso… -masculló arrebatándole el pergamino y leyendo ávidamente para después abrir tremendo ojos- ¡esto debe ser un error, yo no puedo ponerme a limpiar!

-Imagino que no, seguro ni te has de limpiar el culo.

-¡Cállate Potter! ¿Acaso no ves la gravedad de todo esto? ¡Piensan que usaré una escoba!

-Cómo si no las conocieras.

-¡Pero me la pongo en el culo, pedazo de idiota, no la uso para barrer!

-Los palos que te metas en la cola no son de mi incumbencia –respondio tranquilizándose dándose cuenta de que realmente no haría nada que no hubiese hecho antes.

-¡Ah esto es un atropello, mi padre lo sabrá y Dumbledore se meterá en problemas!

Harry ya no hizo más caso, abrió una de las puertas encontrando una habitación en donde abrió la ventana para ventilarla, luego fue por sus cosas y se instaló ahí; después abrió las otras dos puertas encontrando el baño y otra habitación ante la mirada furibunda del rubio.

-Pareces muy tranquilo Potter.

-¿Y por qué no habría de estarlo? Solo tenemos que limpiar –respondio abriendo otra puerta encontrando un pequeño armario con enseres de limpieza- lo único limpio al parecer es el baño, solo que no corre el agua y si queremos comer a tiempo es mejor comenzar desde ahora… ahí dice que el trabajo es equitativo, así que de nada sirve que solo uno trabaje.

-Estás como operado del cerebro si piensas que mis sacrosantas manos tomaran un trapo para limpiar –exclamó cruzándose de brazos mientras alzaba una ceja.

-El hechizo no se activará si no lo hacemos.

-Pues me vale tres kilómetros de verga que el dichoso hechizo no se active, nadie puede obligarme a hacer lo que no quiero.

Harry solo rodó los ojos y se metió a su habitación después de tomar lo necesario para su aseo; Draco en tanto se sentó en el polvoso sofá haciendo cara de asco.

-¿Qué habrá aquí adentro? –Pensó Harry dentro de su cuarto intentando abrir un armario sin lograrlo- seguro son los blancos –pensó viendo que su cama solo tenía el colchón- bueno, pues comencemos.

Draco lo miraba entrar y salir para cambiar el agua de su cubo del pozo que había afuera y al cabo de una hora el moreno salió para ocuparse de la cocina que estaba en la misma estancia y que realmente solo era una estufa, una mesa de madera y varios gabinetes.

-Listo… -exclamó con la frente sudorosa una hora después viendo la ventana de la cocina limpia dejando entrar más luz y los muebles sin polvo- listo Malfoy, te toca la sala y obviamente tu habitación.

-Nunca en la vida seré un elfo domestico y menos a tu servicio ¿me oyes?

-Es al servicio de los dos, no seas burro.

-No nos metas a ambos en el mismo costal Potter, tu puedes ser un elfo todo lo que quieras pero yo estoy en otra categoría –respondio moviendo el dedo índice para darle énfasis a sus palabras.

-Pues te aclaro que ni siquiera tendremos mantas para pasar la noche, los blancos están en un armario que está bloqueado.

-¿Es en serio? –exclamó enderezándose en su asiento y luego levantándose de prisa para ir a constatar eso en su habitación saliendo después con el drama propio de quien le han diagnosticado una enfermedad terminal- estoy en una pesadilla, esto no puede ser verdad… pellízcame para saber que no es un sueño… ¡Auch! ¡Oye!

-Tú me lo pediste.

-Qué perra –mascullo sobándose el brazo mientras caminaba de nuevo a la sala- pues no, ni con eso doblegaran al único hijo de Lucius Malfoy.

Harry sonrió mientras se dirigía a su cuarto sabiendo que el hambre era cabrona, pero más quien se la aguantaba.

-No saben con quién están tratando –murmuró el rubio sentándose en el sofá de madera que ni siquiera acojinado estaba.

Harry en tanto cerró su cuarto, sacó un suéter para usarlo de almohada en el colchón, se acostó y se durmió.

 

_____________________

 

           

            Cuando despertó miró la hora viendo que eran pasadas las cinco de la tarde sorprendiéndose de haber dormido tantas horas.

            -Es tardísimo… -pensó estirándose y rascándose la alborotada melena- ¿Malfoy ya habrá limpiado? Tengo hambre.

            Así que salió encontrando a Draco dormitando en el sillón viendo que todo continuaba sucio, así que frunció el ceño y dio un empujón al rubio para despertarlo.

            -Oye Malfoy ¿a qué hora piensas que vamos a comer? ¡Es tardísimo!

            Draco despertó sobresaltado y enfurruñado.

            -¿Y yo qué culpa tengo?

            -Pues que no has limpiado nada.

            -Y no lo haré, por mi puedes morirte de hambre.

            -Ya veremos –respondio regresándose a su habitación de nuevo.

            Ahí esperó un par de horas más, con la diferencia de que en su equipaje llevaba una caja de ranas de chocolate.

            -Qué bueno que las metí en el último momento –pensó destapando una.

            Iba a comerla, pero en lugar de eso sonrió y salió con ella a la sala siendo ya las nueve de la noche.

            -¡Me muero de hambre! ¿¡Acaso piensan matarnos de inanición?! –Exclamó el rubio al verlo salir de la habitación.- ¡Además está muy oscuro, ya no veo casi nada!

            La única iluminación era la que entraba por la ventana gracias a la luna llena, aun así Harry se sentó en el sillón y comenzó a destapar su rana.

            -¿Qué haces?

            -Destapo una rana de chocolate.

            Draco apretó los labios sabiendo lo que eso significaba.

            -Genial, Potter tiene que tragar mientras yo me muero de hambre –Y primero muerto a mendigarle algo  a Harry Potter, así que sintiéndose desesperado giró sobre su propio eje viendo que por más que se negara, no había opciones alternas a su terrible situación.

            -Bueno –dijo Harry levantándose- hasta mañana.

            -Espera…

            -¿Sí? –Respondio dándole un mordisco a su rana- ¡Mmm que rico chocolate!

            -¡Ay de acuerdo, de acuerdo! ¿¡Cómo lo hago?!

            -¿Hacer qué?

            -¡Pues… pues esto! –exclamó sin saber cómo llamarle a hacer el aseo.

            -¿Y piensas hacerlo ahorita? Si ni se ve una mierda, dejarás polvo por todos lados, si lo hubieras hecho cuando yo…

            -¡Ay ya san Potter, deja tus reclamos para después! –interrumpió abriendo el armario de escobas para buscar… lo que fuese.

            Rebuscando ahí y allá encontró una vela y una caja de fósforos, por lo que aliviado hizo un poco de luz en aquella boca de lobo.

            -De acuerdo –dijo vela en mano- ¿y ahora qué?

            -¿Qué de qué?

            -Potter no te hagas el chistosito ¿cómo se hace la limpieza?

            Harry lamentó no tener la suficiente luz para mirar con toda claridad la humillación de Draco Malfoy al verlo usar una escoba para algo más que solo volar.

            -¡Te estás riendo, ya te vi, eres una vil perra Potter!

            -Malfoy, Malfoy… no se puede ser más inútil en la vida.

            -¡Cállate ya y ayúdame! –exclamó exasperado dando golpecitos impacientes con un pie.

            -Yo no haré nada más de lo que me correspondía.

            -¡Ya lo sé, no soy tonto! Hablo de cómo se hace.

            -De acuerdo, pero me deberás una.

            -¿Y eso porqué? Solo me dirás como hacerlo, no lo harás tú.

            -Entonces hazlo tu solo.

            -Tarado –masculló regresando al armario dispuesto a hacerlo él solo; solo que viendo lo que ahí había no supo por dónde empezar, así que tomó un cubo dándose cuenta de que no había agua dentro de la cabaña- ¿se supone que tengo que ir por agua al pozo que esta allá afuera?

            -Ni modo que adentro.

            -¡Pero está muy oscuro!

            -¿Tienes miedito?

            -¡Claro que no, es que…! –Se quedó callado imaginando todo tipo de criaturas que podrían estar afuera esperándolo para devorarlo sin la menor compasión- acompáñame.

            -¿¡Qué?! –Exclamó riendo- ¿no quieres que mejor te lleve de la manita?

            -¡Eres un tarado! –respondio aventando el cubo y dirigiéndose a su habitación cerrando de un portazo.

            Harry rió con más ganas y sin más que hacer se fue al suyo para dormir, ambos chicos se arroparon lo más que pudieron y así pasaron su primera noche en aquella cabaña.

 

 

 

 


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