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Me gusta frío. por nezalxuchitl

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Notas del fanfic:

Hay necrofilia y muerte de un personaje en este relato, por si no habeis visto las advertencias. 

El universo omegaverse que utilizo es el creado por mi admirada amiga Sherezade2 en su relato original Cruel summer (link: http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=202649 ) Lo he usado con su permiso.

Y bueno, se lo dedico con muchisimo cariño. Ha sido mi vuelta a los relatos originales luego de una laaarga ausencia.

Ojala vengan mas.

La alarma de su teléfono sono, avisándole de una nueva notificación. Christian cogio el teléfono preguntándose de que seria, pues a aquellas horas, ya casi todos sus contactos estaban durmiendo. Sus ojos brillaron al ver que se trataba de la pagina de citas.

El chico que mas le habia gustado de todos cuyos perfiles habia visto acababa de contestarle, casi un mes después.

Francamente, habia perdido las esperanzas de que aquel sitio sirviera, pero si habia pagado tanto dinero por su membresía, esperaría al menos hasta que el tiempo pagado concluyera.

Introvertidos, horrendos, impresentables y hasta pervertidos era cuanto habia encontrado en aquella pagina “especializada” para conocer prospectos con tus mismos gustos.

Chirstian contesto de inmediato.

“Si, tambien me da gusto conocerte – tecleo a toda velocidad con sus dos pulgares – Aun estoy buscando a alguien especial”

“Yo puedo ser bastante especial.” – contesto el sujeto de profundos ojos negros y largos cabellos lacios, y Christian no lo dudo ni por un segundo.

Estaba exultante. Su cuyo lo miro intrigado desde su jaula rosa: parecía ser capaz de girar mas rápido que el la rueda si corriera en ella.

“Te gustaría que nos viéramos en algún lado? – texteo – Podriamos ir a comer un helado.”

Breve pausa. Christian temio haber hecho algo incorrecto; en las series que veía su padre de vientre, los omegas siempre debían esperar tres citas para tener sexo.

“Tan pronto? No deberías confiar fácilmente en desconocidos.” – contesto Svet, y antes de que el mundo cayera bajo sus pies el siguiente mensaje llego – “Que te parece si charlamos un poco más?”

 

***

 

Charlaron mucho, mucho mas. Christian estaba tan entusiasmado que hasta sus profesores lo notaron. Todos en sus redes sociales lo sabían y todos en la facultad de Mercadologia tambien.

Christian era el alma de la fiesta, un chico dulce y fiestero que amaba a los pingüinos, los helados y las piyamadas en los iglús.

Nunca habia asistido a una, por supuesto, lo mas parecido habia sido cuando su padre de vientre compro varios bloques de hielo y tuvieron un portal que se derritió a las pocas horas, haciéndolos despertar a el y a sus amigos de primero de secundaria empapados en sus bolsas de dormir bajo la tienda de campaña instalada en su habitación.

Papa decidio que no mas piyamadas de iglú, pues el agua se filtro hasta el departamento del vecino de abajo, arruinándole el microondas  y la tostadora.

Pero bueno, eso era algo del pasado. En la actualidad su papa trabajaba duro, y el soñaba con empezar a trabajar, tener su propio departamento para vivir solo, o, mejor… acompañado.

-Svet tiene un departamento. – decía todo emocionado a Sonia, su amiga omega.

-Seria preocupante que a su edad no lo tuviera. – replico Raquel, la novia alfa de Sonia.

-¡Calla! – le pego con las copias calientitas del centro de copiado. – No es un anciano, tiene 34.

-¿Dónde te ves en diez años? – le pregunto Sonia.

-Casado y con 10 hijos. – le respondio Raquel, provocando mas ataques del atractivo omega.

Los golpecitos de aquel no le hacían ningún daño, su musculatura era firme y practicaba natación.

-¿Sabes?  - le dijo, deteniéndole la mano tan fácilmente como si detuviera a una mosca – Tu eres la razón por la que los omegas siguen teniendo mala fama.

-Basta – reclamo su novia – No podemos evitarlo, esta en nuestra naturaleza.

-Y esta en la mia preñar a todo lo que se mueva a mi alcanze – replico la alfa -, pero si lo digo, estoy mal. Es curioso como funciona la corrección política – reflexiono la estudiante de filosofía al enfilar el ultimo pasillo que podrían atravesar juntos – los instintos de los alfas son una perversidad que hay que castigar, y los de los omegas, una disculpa.

-Calla – le dijo Sonia – Sabes tan bien como yo que en las zonas rurales aun ocurren desmembramientos. – comento sombria, refiriéndose a los omegas no marcados que tenían la mala fortuna de toparse con mas de un alfa en su camino, despertando en ellos su comportamiento de manada, que aunado a su posesividad, daba paso a violaciones comunales que podían terminar en mutilación o muerte.

-¿En las zonas rurales? – enarco la ceja Chris – En el barrio de La Malquerida dislocaron la pierna a un omega. Le rompieron la cadera, me lo conto mi papa, le toco atenderlo.

-Bueno, presumiblemente todo saldrá bien con tu alfa vampiroso. – le animo Sonia.

-¡No es vampiroso! – se quejo Christian – Solo es sexy, gotico.

-Ya nos contaras como te va. – se despidió su amiga.

-Manten siempre activada tu localización. – le recomendó su otra amiga.

-Ya pareces el. – replico – Tenerme en ascuas hasta ahora “por seguridad” – remato con hastio.

-Suerte! – repitió Sonia; Raquel solo alzo la mano que no mantenía posesivamente sobre los hombros de su hembra con una señal de la victoria y se alejaron hacia la escalera que conducia al piso donde tendrían sus clases.

Christian salio de aquel edificio y avanzo; debía cruzar dos mas para alcanzar el tercero de Mercadologia. Mientras avanzaba, llevo su mano a su collar de omega, un símbolo antaño obligatorio y cuyo cambio de estatus en las escuelas, edificios públicos e instituciones laborales habia sido tan controversial.

Por un lado, los omegistas deseaban derrocar ese símbolo de estatus y represión, por el otro ¿Cómo se diferenciarían entonces los generos? No siempre era claro distinguir betas de omegas, e incluso uno que otro alfa mestizo*, de los que ahora abundaban debido a tantas generaciones de mezcla genética indiscriminada.

El papa de Christian opto por concervarlo cuando la ley que lo volvia opcional fue aprobada; Christian se lo saco algunas veces, en fiestas o a la hora del recreo, pero la verdad es que, como joven adulto, preferia tenerlo.

Lo hacia sentir a salvo.

 

***

 

-Asi que en verdad usas tu collar. – sonrio su cita, con esos labios finos bajo el bigote igualmente poco poblado, la barba cuidada.

Justo como en las fotos, era él. Solo que mas guapo. Sus feremonas eran suaves, no era un alfa agresivo, es decir, no químicamente. En cuanto a su pureza genética, no le habia preguntado.

Ya casi nadie lo hacia.

-Si. – toco de nuevo la cadena, rematada por una media luna orientada hacia abajo, muy de moda y que se parecía al símbolo de omega, sin serlo.

Penso que debía decir algo mas, pero solo podía sonreir como un bobo. Para dejar de hacerlo llevo sus labios al popote que el dependiente le encajo a su fra-te-cchino, olvidado de su petición de no hacerlo

-Esta muy rico. – se relamio sensualmente los labios, señalando con los ojos hacia abajo, hacia la bebida.

-Me alegra que te gustara. No es el típico té helado, esto esta realmente frío, con textura… - saboreo su propia bebida.

Los animales marinos podían irse al carajo: era de lo mas sensual verle entornar los labios sobre un objeto fálico.

-¿Sabes? Sobre mi collar, siento cierto orgullo de llevarlo. – como siempre, transcurrido algún tiempo, se le ocurria algo ingenioso que decir.

-Si, te entiendo. – declaro el – Un orgullo omega.

-Si, si! – exclamo Chris – Somos diferentes y eso es genial.

-Siguen siendo la población mas escasa.

-Si, seguimos siendo especiales. Quedan pocos omegas puros.

-¿Tu lo eres?

-No, pero mi papa si.

-Que interesante.

-Mis abuelitos vivieron siempre en un monasterio, como criados de monjes betas y omegas.

-Que interesante.

-Era una especie de tradición… Pero bueno, eso no basto a mi papa. El vino a la ciudad a estudiar. Es enfermero.

-Supongo que te cuidaría muy bien.

-Demasiado. – volteo los ojos – No era el típico papa de omega sobreprotector, pero si tenia muchas reglas.

-Mi papa tambien. Es un alpa muy limpio.

-Que bueno, tu saliste muy pulcro. – dijo, hechando una mirada a su impecable saco negro, impecable hasta en el desgarron hecho de fabrica. Saco sin cuello, camiseta blanca de escote en V, bajo. Pantalones de cuero negro que se moria por quitarle y una cadena adornando entre el bolsillo y una presina.

-Gracias, tu tambien te ves muy bien.

Chris se sonrojo. Habia pensado y repensado que ponerse, y habia terminado optando por unos shorts de mezclilla clara con borde deshilachado (y se alegraba tanto de combinar con el saco de Svet) y una blusa de hombros descubiertos, suelta para no mostrar el ombligo, pues le parecía que con sus piernas, cuidadosamente exfoliadas a la vista, era suficiente.

La blusa era blanca, y con eso, esperaba, sus prominentes pezones de omega pudieran notarse a través de ella.

Desde que Svet le contesto, habia empezado a tomar anticonceptivos, y en verdad quería llevárselo a la cama. Su papa no se escandalizaba, el mismo se los habia facilitado pues se los daban gratis en el hospital. Sabia cuan entusiasmado estaba con esa relación y habia tratado de moderarlo, “mira que yo sentí el mismo entusiasmo con tu padre y mira…”

Pero Chris creía que, a diferencia de con los betas, entre alfas y omegas siempre habia algo especial, algo mas intenso. Si su padre de esperma hubiera sido un alfa, territorial, posesivo y protector, jamas los habria abandonado, estaba seguro.

Al fra-te-cchino le sigio otro, pues debían consumir para permanecer en el local, y cuando estaba a punto de cerrar, pagaron la cuenta y caminaron por la plaza a cielo descubierto. El viento movio los cabellos largos de Svet y las ondas cortas de Chris, mientras este se preguntaba angustiado si tomar su mano o no para caminar por aquella tarde que, aunque de verano, era templada gracias al viento y las nubes de lluvia que se divisaban a lo lejos.

Svet noto su expresión y sonriéndole lo tomo de la mano. Se entusiasmo tanto que libero feromonas sin querer, de verdad, no habia querido hacerlo, caer en esa trampa bajuna de los omegas para conseguir a alguien, pero lo hizo. Vio las aletas de la fina nariz del pelinegro dilatarse, palpitar, absorber el irresistible aroma.

-Lo siento. – se le abrazo – De verdad, no quise hacerlo.

-Esta bien, solo… - lo empujo gentilmente por el pecho – Dame unos minutos, si? Ire al baño.

Chris permaneció solo junto a la palmera que decoraba la plaza. Oscurecia por las nubes que se acercaban cada vez mas, adelantando a su llegada una brisa fresca. Se refugio bajo el techito de un viejo telofono publico, todavía en uso, sintiéndose muy desdichado por haber hechado a perder su caminata, preguntándose si acaso habria otro acceso al baño de alfas por donde Svet hubiera salido, o si su demora se debía a que tenia que hacerse cargo de algo que el habia provocado…

Imaginarse esta ultima posibilidad, le hizo salivar y gemir bajito; ese alfa pulcro, dándose placer con su propia mano, cerca de un pubis igualmente cuidado, o depilado.

Estaba pensando ya en ir a ofrecer su ayuda cuando el salio, fresco y recompuesto. Inhalo profundo, teniendo la delicadeza de decir después:

-Ya se puede oler la tierra mojada.

Para no avergonzarlo con su olfatazo al terreno, a ver si ya se habia calmado…

Y calmado no estaba, pero en dominio si.

-¿Sabes? – pregunto, era la oportunidad perfecta – Yo te hize eso sin querer… debería hacerme responsable.

-¿A que te refieres? – enarco la ceja Svet.

-Bueno, tu vives solo, no? – se sonrojo, mostrándose sumiso ante el.

Svet sonrio con aquellos delgados labios.

-No es tiempo, ¿sabes? No todavía…

 

***

 

-Para mi que es puto. – dijo Mario, otro amigo omega de la escuela.

-Tal vez sea romántico – animo Sonia - ¿Sabes? Podria estar tomándoselo muy en serio.

-Es muy humillante ofrecerte y que te rechazen. – dijo Chris, negándose a alzar el rostro desde el nido que le habia hecho con sus brazos.

-El sexo en la primera cita no es obligatorio, aunque en las pelis gringas se muestre asi. – Añadio Karen, una beta estudiosa que ni parecía parte del grupo, leyendo siempre en su Tablet, pero sin embargo atenta siempre a la conversación.

-Muero de ganas por cogérmelo. – declaro, alzando finalmente el rostro, moreno y sonrojado.

-Es tu celo acercándose. – tercio Karen.

-La nerd tiene un punto. – observo Mario.

-Esto no tiene nada que ver con mi celo, me gusto en cuanto lo vi, ¡en foto!

-Pero, Chris, podría serlo, ¿sabes? – llamo su atención Sonia – “No es tiempo”, no es lo que dijo el? ¡Tal vez quiere que lo hagan en tu celo, para que sea especial!

-Seria mas especial si lo hiciera justo ahora.

-No creo que al profesor Benitez le agradara eso. – dijo Karen sin despegar sus ojos de la Tablet, no lo haría hasta que el viejo profesor comenzara con las diapositivas.

Gracias a que en la facultad de Mercadologia no estaba prohibido el uso del celular, sino solo recomendado moderar su utilización, los amigos pudieron seguir hablando mientras el profesor dictaba su clase, muy a la antigua, exponiendo y explicando, 0 interactivo aunque usara multimedia.

“Entonces creen que sea por el celo?” – pregunto en la conversación grupal.

“Siii” – respondio con entusiasmo Sonia, llenando de emoticones.

“Podria ser. Falta mucho men?” – pregunto Mario.

“5 dias”

“Pues si andas bien urgido, podemos hacer frotadas”

“No seas vulgar Mario” – contesto Sonia.

“Ni marica” – remato Chris.

“Conste. Nada mas no me vayas a pedir luego que te frote, culero.” – contesto Mario, guardando el celular y poniendo atención a clase como Karen.

 

***

 

“Yo creo que eres especial. – respondio a su pregunta Svet, haciendolo sentir en las nubes.

Respondio con tantos emoticones como Sonia.

“Me gustas mucho.” – remato.

“Tu tambien”

Mas mariposas en el estomago.

“Crees en los predestinados?”

“Se que son reales”

Ese chico era perfecto. Per-fec-to. Salvo en lo de no aflojarlas

“Mañana es mi celo, podrias comprobarlo”

Pausa.

“Si, podríamos”

“Ire a tu departamento saliendo de clases”

“Esta bien.”

Se masturbo intensamente, metiéndose los dedos bien profundo, a la expectativa de que al dia siguiente estaría Svet, llenándolo.

 

***

Llego a su departamento sumamente nervioso, ansioso. Svet le habia comentado alguna vez que tenía gustos muy específicos respecto al sexo, y tras bromear con 50 sombras de grey, no le habia querido decir mas.

Bueno, pues el se consideraba bastante bueno en la cama y esperaba haber atinado al gusto elegante de su pelinegro con el conjunto interior de encaje, que entre tiras y velos, cubria todo lo que era inecesario de cubrir, dejando acceso a su culo, polla con nada mas hacerla saltar de entre los encajes y pezones, esos lindos pezones cafes de los que se enorgullecia tanto.

Svet le habia dado su dirección, sin saber que el ya la habia buscado por internet (no era su culpa que ese fuera el procedimiento estándar de acoso ante alguien que te gusta mucho).

Un vecino alfa olfateo y refunfuño, apresurándose a abandonar el elevador cuando el entro, mascullando algo de los omegas descarados y no le importo. Estaba fortaleciendo sus feromonas desde ya, su celo en regla comenzaría hasta el dia siguiente, pero no podía caminar por la calle ya en pleno celo. La ley aun exigia que omegas y alfas (logro inclusivo de la nueva legislación) estuvieran ya en su lugar determinado al inicio del celo, y el pensaba pasarlo todo en la habitación de Svet.

Llamo por el intercomunicador para que le abriera la puerta, única de dos en aquel largo pasillo de edificios lujosos.

-Pasa. – la puerta se abrio – Te estaba esperando.

Chris se adentro, cerrando bien la puerta detrás suyo. Iba a salir bien follado de ahí, era lo que su instinto le pedia.

Avanzo por la sala limpia, pulcra y elegante, pero aun asi acogedora. Cojines de terciopelo sobre asientos forrados en cuero, plantas vivas, de largas y estilizadas hojas. Una alfombra trapezoidal que se veía lo bastante comoda para hacerlo ahí.

-Svet? – pregunto.

-Adelante – llamo este aun desde la lejanía – Ven, pasa hasta el fondo.

Chris avanzo por un pasillo decorado con estilo, muy en blanco y negro, con discos de acetato enmarcados y un espejo fragmentado muy moderno. Esperaba que la puerta abierta del fondo fuera la de la habitación, pero no, era la de la cocina.

-Ven. – lo saludo con alegría - ¿Quieres comer algo? Te prepare un banquete.

Sushi fresco acompañado de verduras cortadas. Sopa de pepino, varias bebidas llamativas en sus copitas, sándwiches de helado metidos de vuelta al congelador luego de ser presentados.

-Wow, Svet, esto es increíble… - sus ojos pasaban por la bien organizada comida. – Se ve delicioso. – dijo, tomando un trocito de verdura cortado en forma de estrella de mar. - ¿Cómo lo hiciste?

-Facil, moldes de galleta.

-¡Que buen tip!

-Umm! Esta delicioso! Y mucho de esto podría comerse sobre mi cuerpo desnudo…

-¡No!

Lo asusto la fuerte exclamación del alfa.

-Se calentaría. – dijo ceñudo – Disculpa, no quise gritar… pero tu sabes que no me gustan las cosas calientes.

-Si, lo se. – dijo viendo pasar por la pared del fondo a la lagartija blanca, exótica mascota de sangre fría.

-Esta delicioso. – dijo, tomando otro trocito de sushi. - ¿Lo hiciste todo tu?

-Es sushi, cualquiera puede hacerlo.

-No, no cualquiera. Te quedo delicioso.

-Gracias. Tu tambien hueles delicioso. – dijo, acercándosele.

Chris sintió que las piernas le temblaban al invadir el alfa su espacio personal, al acercar su nariz a su cuello, mover con sus dedos el mechon de cabello, rozando su mejilla y luego su oreja al pasarlo detrás, olfateando casi a flor de piel.

-Delicioso. – repitió.

-Tomame. – suplico el omega.

El alfa le paso la mano por la cintura y lo acerco a el.

Sus curvas eran suaves, pero firmes a la vez. La piel que el crop top dejaba al descubierto en la espalda era calida…

Se aparto. Busco alrededor el mando del aire acondicionado.

-¿Crees que esta bien asi, o puedo bajarlo un poco mas?

-¿Qué? Ah! Yo estoy bien, pero si tu tienes calor… yo puedo ayudarte con eso. – dijo, bajándose el holgado hombro de su crop top.

-No, Chris, para. – dijo, disminuyendo un par de grados – Tome supresores.

-¡¿Qué!?

Los supresores en los hombres, de cualquier genero, impedían tambien la erección: avance de la medicina para evitar complicaciones por las largas erecciones continuas que el celo solia acarrear en alfas varones célibes.

-Dijimos que comprobaríamos ser compatibles, solo eso. No quería excederme.

-Svet, eres muy caballeroso, pero esto es ridículo.

-No se trata de caballerosidad. Chris… tengo gustos muy específicos.

-Si quieres que me ponga un disfraz de peluche y baile la Macarena, lo hare.

-No se trata de eso, es… ¿de verdad te gustaría complacerme? – pregunto, sus intensos ojos oscuros mirandolo fijamente.

-¡Por supuesto! Quiero ser tu pareja, tener sexo contigo…

Svet sonrio lentamente. Timidamente, como un cachorrito.

-¿En verdad?

-Si!

-Esta bien. – dijo. – En tu próximo celo lo haremos. Yo tambien te deseo mucho, ¿sabes? Pero mis gustos… es complicado…

-Esta bien querido – dijo, rodeándolo con sus brazos – a mi tambien me gustan cosas raras, como que me den vestido de princesa.

Svet rio, apartándose para coger los platos.

-¿Alguna vez lo has hecho?

-No, pero me encantaría hacerlo contigo.

-Lo haremos. – prometio.  - ¿Te sirvo?

 

Paso su celo en casa de Svet, como habia avisado a su papa y amigos. Ocasionalmente les escribia mensajes. Svet habia acondicionado la habitación de huéspedes para el, lo habia prevenido todo, incluidos supresores para omega.

Resignado tras ver la envoltura de la dosis que Svet se habia inyectado (una aplicación suficiente para todo el celo) se dejo inyectar el tambien, pasándola moderadamente mal, cuidado y acompañado por Svet, que falto a su trabajo (habia pedido el permiso) para estar con el.

Juntos vieron películas, series. Incluso intentaron con un juego sencillo, pero Svet no era muy ducho en ellos.

Le tenia magnificos regalos, incluido un abrigo de piel para que no sintiera el frio de su departamento, siempre con el aire al minimo.

Sabia que Svet trabajaba para una gran compañía transnacional y que solo permanecería en su ciudad una temporada, sentia que era demasiado pronto para hablar de su futuro, de que pasaría con ellos, pero aun asi, en la intimidad generada por acurrucarse cerca (no juntos, pues a Svet no le gustaba calentarse) no pudo evitar alzar sus ojos marrones, acaramelados, hacia el y preguntarle.

-¿Te gustaría estar a mi lado? – le pregunto.

-Si.

-Procurare que eso sea posible. – aseguro, besándole la frente, despejada y fría, al habérsele caído hacia rato el gorro.

 

***

 

-¿Cómo cogieron? – pregunto entusiasmada Sonia.

-¡Como campeones! – declaro Chris – Me dejo bien servido el culo.

-Pues caminas bastante bien. – observo Mario.

-El es muy cuidadoso, tenia varios cuidados para después… además mi celo fue corto, el ultimo dia, ya estuve normal.

-Me alegro mucho. – dijo Sonia – Es mas bonito hacerlo cuando eres tu mismo.

-Si. – tal vez fuera eso, pensó Chris, el motivo por el que Svet le daba largas al sexo.

Reviso su teléfono y su computadora en busca de pistas sobre su perversión, y no encontró nada fuera de lo común. Historial de búsqueda borrado en miércoles, averiguo, semanalmente, pero visitas al porno mas bien moderadas y cosas normales: algunas nalgadas y eso, pero nada preocupante.

Quiza un poco ridículo cuando los actores lo hacia medio vestidos, abrigados por estarlo haciendo en la nieve o en un refrigerador industrial, pero eso era hasta tierno, teniendo en cuenta los gustos de Svet.

Presagiaba muchos resfriados en su futuro, el pobre Chris.

 

Fue mas fácil mentirle a su papa. Aunque la relación era abierta, no era ridículamente detallista; compartir detalles habria sido algo sucio, impropio. Lo que Federico si pudo notar, era que su hijo estaba mas enamorado que nunca de ese alfa, a quien el aun no conocía.

Svet tenia una agenda ocupada, su puesto era importante, y, por su intolerancia al calor, no salía a menos que hubiera clima fresco.

-Tu país tiene hermosos omegas – le dijo, en la teseria de su primera cita – pero un clima de infierno.

-¡Y que lo digas! – ronroneo gozoso el cumplido – Por eso no puedo culpar a los del hospital por hacer quedarse a mi papa para agradecer a la compañía que les dono el aire acondicionado.

-Muy necesario. – levanto su vaso Svet, quien a pesar del clima del local y el viento fresco de afuera estaba levemente sonrojado, encantador.

Poseia una belleza delicada, mas característica de los omegas, pero sus feromonas y las líneas de su mandibula y otros huesos no dejaban lugar a dudas sobre su genero.

Chris lo veía embelesado, y al notarlo, Svet le sonrio.

-¿Sabes? – le dijo Chris, sonrojándose – Estaba harto de citas y paginas, de no encontrar pareja.

-Yo tambien. – suspiro Svet – Lo que mas me gustaría, seria encontrar una relación duradera.

Chris se sonrojo muchísimo, y pensó mil cosas que decir mientras sorbia sin cesar su fra-te-cchino.

-Tal vez lo logremos. – dijo al cabo.

Svet oculto la mirada para que no viera la tristeza que los embargaba.

-Tal vez. – respondio.    

 

*

La relación progreso durante el resto del mes; poco después de el tan añorado celo, Svet volveria a Canada a trabajar, pero el habia prometido que estarían juntos, y como era tan rico, supuso que le seria fácil mantener el contacto… tambien sabia que aquel era su ultimo año en la universidad. Quien sabe, tal vez se lo llevara incluso a terminarla alla; no quería pedírselo para no parecer interesado, pero estaba entusiasmado, realmente muy entusiasmado con el futuro y aquella relación.

 

***

 

Pudo sentir sus miembros cosquillear. El calor, proveniente de su bajo vientre, difundirse por todo su cuerpo. Se sentia hermoso, se sabia atractivo.

“Ya entre” – texteo a Svet, aunque no era propiamente dicho.

“Esta bien. Ya estoy preparado.”

“Voy para alla”

“¿No iras a la escuela?”

“No. Que se jodan.”

“No olvides tus cosas”

Besos. Abrazos. Montones de emoticones lindos.

Svet era tan atractivo, el se sentia tan afiebrado, ardiente. La pasión seria consumada entre su piel de canela y la de mármol de su alfa.

Entro en el departamento y avanzo esta vez ya quitándose los shorts. Nada de lencería, nada de nada.

-Mi amor! – exclamo Svet, siendo arrollado al momento siguiente por el torbellino canela, que empezó a besarlo y desvestirlo. – Todavia no estas bien en celo… - reprocho

-Ya no aguanto mas. Ya no aguanto mas, de verdad – declaro, comiéndose su cuello de alabastro, de proporciones delgadas para ser un alfa – quiero tenerte ya dentro de mi.

-¿Estas seguro? – pregunto, acunando su nuca en su mano y obligándolo a mirarlo.

-Si. – beso devorador – quiero estar contigo, ser tuyo…

-Eres tan tierno amor. – dijo, besándolo – Te lo agradezco tanto.

El siguiente sonido fue un chasquido desagradable. Por mas delgado y hermoso que fuera Svet, seguía siendo un alfa, fuerte, con la fuerza suficiente para romperle el cuello de un solo golpe.

No sufrio.

No se entero.

Pero haría lo que habia querido, cumpliría sus deseos y sus promesas. Cargo el cuerpo inerte, asquerosamente caliente, a la bañera que habia preparado.

Una mezcla especial, grasas y otras sustancias, diseñada para conservar, en la medida de lo posible, el aroma del omega.

Desafortunadamente, la vida no es El perfume, y aquello perduraría por poco tiempo, nada mas.

Lo mismo Chris.

La grasa estaba fría, el primer paso. Lo mas conveniente seria desangrarlo de inmediato, pero no podía tolerar ese fluido caliente y asqueroso; una maquina de diálisis modificada haría un buen trabajo cuando el cuerpo de Chris estuviera listo.

Su aroma, sus mejillas. Se veian mas lindas sonrojadas, tenia que admitirlo, quizá lo retocara con maquillaje. Tomo algunas fotos para tener el original, al menos la imagen.

Estaba excitado, realmente excitado. Chris incluso olia un poco como su omega predestinado, ese por el que habia sufrido tanto cuando se dio cuenta que no lo toleraba caliente.

La fría mansión de sus antepasados, príncipes zaristas, lo habia acondicionado a ello; la severa crianza para fortalezerlo de su papa de vientre…

Cinco días duraba el celo prolongado. Mas o menos los mismos que se concervaba en buen estado alguien. Bajo aun mas la temperatura del clima que su propia empresa fabricaba, pues ahora ya no incomodaría a Chris; su aroma seguía progresando, maravillas del cuerpo humano que sigue funcionando incluso después.

Acerco la nariz a sus cabellos, frescos ya, impregnados de su aroma; llevo la mano a su entrepierna mientras hundia la nariz entre los rizos de su nuca, mordisqueando estos, jalándolos con sus dientes. La acaramela piel de su espalda sin marcar le llamaba, pero aun estaba caliente, por dentro, el cuerpo humano tardaba muchísimo en enfriarse.

No quería perder los fluidos del omega introduciéndole algo que acelerara el proceso, por lo que se aparto, jadeante y produciendo vaho en aquellos menos veinte grados.

Comezo a tocarse, estaba tan excitado. Chris le atraía muchísimo, estaba como el hermoso omega antes de que lo apartara de sufrir. Cuando sus mejillas se pusieron cenizas metio el termómetro.

Si, temperatura correcta.

Y aun olia delicioso.

Se acomodo en posición dominante sobre el, acomodando cariñosamente el rizo tras su oreja:

-Gracias, Chris. Me gusta frío.

 

Fin

Notas finales:

Gracias por leer.

Lamento no tener tiempo para corregir la ortografia.

Slán!

Pd: en wattpad hay un pequeña portada, no es la gran cosa, pero por si quieren ver...


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