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Cambiando por ti por angel-san

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“Pensé que eras como tu madre, pero eres todo lo contrario”
“No aprendiste a guardar silencio como tu madre”
“Porque no aprender a ser más como tu madre”
 
Lilian Snape  estaba harta  de eso, sentía el rostro caliente intentando contener las lágrimas. Si tan solo su madre no fuera tan… Tan…
 
Abrió la puerta con rabia, entró a su casa y la azotó  al cerrar. Poco le importaba que algunas personas pasando cerca se le quedaran viendo. Que se jodiera todo el mundo.
 
- Lilian- la voz de su madre se hizo presente, era tan dulce que le daba rabia--¿estas bien amor? – 
 
Su madre era tan… Tan perfecta que le enfurecía. Siempre con esa voz amorosa, siempre tan al pendiente de todos sus hijos y su esposo. Siempre tan paciente que nunca se le veía en el rostro enojo alguno. Era tan alegre, con hermosa sonrisa, hermosos ojos verdes y cabello negro sedoso y largo. La perfecta ama de casa. 
 
Lo odiaba.
 
Lo odiaba tanto.
 
–¡Todo es tu culpa! – le grito sin poder contenerse – Marcus me dejó ¡Y todo porque no soy  sumisa ni tan perfecta como tu!
 
-Lilian, amor…
 
–¡Te odio mamá! -  Lilian miro a su madre, tenía los ojos brillosos, y su rostro era de sorpresa y tristeza.
 
Siempre tenía que ser el perfecto y lindo esposa y madre. Sintió mas rabia correr por su cuerpo, alzó la mano dispuesta a darle cachetada.
 
–¡Lilian Snape! – una mano hosca  le tomo la muñeca, su padre la miraba severamente. Severus Snape era un hombre intimidante.  Sin retroceder ni un poco se soltó con fuerza, y camino hacia su habitación. Que se jodiera sus padres. Azotó la puerta de su cuarto.
 
–Harry ¿estas bien? – Severus miro a su esposa, lloraba silenciosamente, se acerco despacio  y lo atrajo hacia su pecho, sintió al moreno aferrarse a su túnica, le beso suavemente el cabello.

Severus miro a su esposo acostado, tenía todavía rastros de lágrimas, respiraba calmadamente, y sus párpados cerrados estaban rojizos e hinchados. No entendía porque su hija había hecho eso. Lilian aunque siempre fue de carácter fuerte y rebelde nunca había hecho nada parecido. De niña había sido la más apegada a su madre. No sabía lo que pasaba.
 
Miro por última vez a su esposo. Lilian ya era una adulta y como tal tendría que sobrellevar las consecuencias de ese ataque de furia. Poco importaban las razones. Las escusas que pusiera su hija sobrarían.
 
Se dirijo a la habitación de Lilian, tomo la perilla  y al instante supo que no iba a ser sencillo abrirla, había fuertes hechizos  de protección. Ese comportamiento era muy infantil. Tomó su varita molesto y se dispuso a deshacer  todo lo hechizos.
Dos minutos más tarde la puerta se habría. Entró a la habitación, su hija lo miraba de frente con el rostro enfadado.
 
-Que quieres—le dijo de mala gana. Grave error. Severus no sería compasivo con ella. 
 
Se acercó, extendió la mano,  y golpeó su mejilla. Lilian pego un grito mientras se agarraba la mejilla, sus lágrimas salían, pero en su rostro seguía teniendo rasgos de enojo. 
 
–No tienes permiso de tutearme ni hablarme de esa forma. Soy su padre y no le permitiré que me falte al respeto ni a mi ni a su madre- Severus miro fijamente a su hija, lloraba y lo miraba con odio. Pero si pensaba que pasaría por alto tal falta de respeto estaba equivocada--  se te quitaran todos tus privilegios incluyendo el dinero. No saldrás en lo que resta del año y posiblemente la mitad  del siguiente. Te disculparas con tu madre y lo harás tan pronto como despierte. Y desde ahora, escúchame bien Lilian—la voz se fue haciendo más fuerte y gruesa, señal de advertencia–te portarás ejemplarmente…
– ¡Me iré de aquí! – respondió la joven enojada y levantándose.
– a donde iras niña estúpida, tienes 17 años y sigues comportándose como una niñita. Si te quieres ir adelante, dudo que sobrevivas, y más con los lujos que estás acostumbrada a vivir—Severus río sarcásticamente, esa niña no duraría ni dos días fuera de casa. Y si creía que amenazándolo con eso ya le pasaría la falta estaba severamente equivocada.
–me iré con tío Sirius- contestó altanera.
–con el perro de Black después de lo que le hiciste a tu madre, dudo que te reciba con los brazos abiertos-
 
Lilian se sentía acorralada, todo lo que decía su padre era cierto, no tenía nada ni a nadie, no podría hacer nada. 
–Todo es culpa de Harr… 
–¡Cállate!- le grito- es tu madre, y no importan tus escusas, ya no eres una niña…
–Pero ustedes no entienden! – grito desesperada- Madre es tan perfecta y todo el mundo me compara con ella… Y ya no puedo!
Severus vio el rostro su hija, temblaba y seguía llorando. 
 
… Siempre me dicen que debería ser como el, sin opinar solo atendiendo a mi esposo, y yo quiero eso! No lo quiero!  El siempre está en casa, cocinando y limpiando, yo quiero viajar y todo el mundo  me juzga  por eso.  Yo no quiero se igual a el, lo detesto- termino de decir con la cabeza gacha.
 
Severus suspiro cansado, entendía los sentimientos de su hija, aunque nunca pensó que esto fuera tan grave. Se acerco.
–Tu madre es perfecta y siempre lo fue, pero el aún no cree que sea una buena persona, te en cuenta eso- Lilian miro el cansancio en su padre, lo miro caminar por la habitación para después sentarse en su sillón de lectura.
 
… Tu madre no era así Lilian, el cambio por ustedes, por sus hijos… Harry era- Severus cerro los ojos—rebelde, muy parecido a ti, podría decirse, en la escuela  se saltaba las clases e incluso vagaba por las noches cuando claramente está prohibido, siempre se metía en problemas, y le contestaba varias veces a sus profesores, incluso a mi me insulto varias veces, aunque en ocasiones me lo merecía. Era un joven que nunca se podía quedar callado si alguien lo insultaba o trataba de hacerlo menos. Tu padre era y es una persona muy valiente. Pero esto no era bueno. El lo sabía. Crecer sin padres y una figura materna fue algo muy triste para Harry, el siempre deseo una familia tradicional, pero eso lo sobrepasaba. Siempre tuvimos problemas, al inicio de nuestra relación discutíamos por todo, a pesar de que nos amábamos, pero los dos éramos demasiado testarudos para doblegarnos. Tu madre se la pasaba renegando  por cualquier cosa. Siempre hacía lo contrario a lo que le decía. 
 
–¡Entonces porque ahora es así!- pregunto Lilian, no podía creer eso.
- cuando nos enteramos que venia Ángel, tu hermano mayo, el decidió que las cosas no podían seguir así. Nosotros seguimos discutiendo y eso hizo que Harry se pusiera mal. Estuvo a punto de perder a Ángel.  Eso fue un golpe duro para el, se sentía completamente responsable. Cuando  el despertó en  San mungo lloro por un día entero y decidió cambiar. Hacía todo lo que le decían los doctores. Se volvió…- Severus suspiro, recordaba aquellos  preocupantes días-… Como es ahora, me hacía caso en cualquier cosa que le dijera, incluso si antes no le gustaban hacerla. En la casa se encargo por completo del mantenimiento de esta. Dejo por completo la idea de ser auror, fue muy preocupante, para todos, que el abandonará su sueño de un día a otro, creímos que tal vez necesitaría algún tipo de rehabilitación. Cuando nació Ángel, se dedico por completo a él,  no dejaba que nadie lo ayudara, e insistía en ser el mismo que cuidara todo el tiempo. No importaba cuan cansado estaba. Por supuesto hable con el. Su respuesta fue simple: Yo no tuve una madre amorosa, porque de hecho no la tuve, el merece tener una, si necesito cambiar completamente lo haré Severus. Por favor  no me lo quites.


–¿Mamá cambió por Ángel? – Lilian sentía su estómago revolverse.
–Por todos ustedes hija, con cada embarazo el era mucho más calmado,  fue un cambio muy drástico a su personalidad.
–Yo lo siento, pero no puedo hacer eso, yo no cambiare por nadie- Lilian no podía creer que su madre había dejado por completo de ser el mismo por ellos. Eso era horrendo. 
–Nadie te esta pidiendo que lo hagas  hija, tu madre y yo te amamos tal y como eres…
–Pero todo el mudo espera que sea así
–Nunca te ha importado lo digan los demás, porque ahora si. Eres una Snape no deberías preocuparte por eso—Severus miraba a su hija fijamente. Se levantó del sillón acercándose  a ella.
–Papa, ¿tu quieres a mamá aunque no sea ya   la persona que te enamoraste?– si estaba en lo correcto su padre se enamoro de una persona completamente distinta. 
–Amo con toda mi vida a Harry, y siempre estaré agradecido por todo lo que ha hecho.
–Entonces porque no cambiaste tú- Lilian se levantó de su cama y lo encaró, no podía concebir que su padre fuera tan cruel con para su madre. Si él hubiera cambiado y se hubiera doblegado su madre fuera la persona que en realidad era. 
–Eso algo que solo nos concierne a nosotros como esposos Lilian- Severus beso en la frente a su hija—Te disculparas con el en cuanto despierte, y sigues castigada- Severus salió de la habitación. Esperaba que con esta charla ella entendiera mejor las cosas. 
 

 
Lilian miro a su madre cocinar, se veía tan pacífica, se preguntó cómo era el en realidad.
 
- Mamá – llamo con voz baja.
- Si amor- le respondió con la misma voz suave pero sin voltearse.
- Mamá lo siento- le dijo.
- Esta bien amor- porque su madre tenía que decir eso, porque no le gritaba,  golpeaba o cualquier cosa, porque la perdonaba como si nada- Esta bien amor te entendiendo- Harry se volteo y abrazo a su hija.
 
Ella era parecida en lo que alguna vez fue su forma de comportarse. La entendía. Era su hija, y no importara lo que hiciera siempre la amaría.
 
- Está bien Lilian—
- ¿Por qué? – le preguntó todavía entre los brazos de su madre—No tenías que cambiar por  nosotros, ¿puedes ser como antes?
- No Lilian, yo soy feliz así, cuidado de ustedes. No necesito cambiar amor-
- Pero mamá!
- No Lilian, no pretendo que lo comprendas, pero si que respetes mi decisión- Harry miro  con amor a su hija—eso no quiere decir que tu tengas que cambiar, eres perfecta como eres justo ahora, si Marcus te dejo por ser tu misma, entonces el equivocado era el no tu amor-
- Ahora lo sé mamá, perdóname-
- no hay nada que perdonar cariño.

–Severus—Llamo Harry desde la cama, esta dispuesto a dormir, pero antes tenía que hablar con su esposo—podemos hablar–


Severus miro a su esposo, salió del closet  solo con el pantalón de dormir y se sentó en la cama
 
- Necesitas algo-
- Sobre Lilian – Empezó Harry, su tono de voz era calmado, su mirada  seguía fija en el techo—Tal vez no debiste contarle sobre… - para el, esos momentos eran difíciles.
- Ella necesitaba saber, por lo menos una parte de la historia—Severus atrajo hacia el a su esposo-
- No le contaste sobre..
-No, solo le dije que fue una discusión—habían pasado ya más de 20 años y Harry seguía culpándose de lo mismo.
- si hubieras llegado más tarde Ángel hubiera…- Harry dejó sus lágrimas salir.
–Está bien, él está bien, y tu estas bien, haz sido una madre maravillosa—
– si no hubiera sido tan terco y descuidado, si tan solo te hubiera hecho caso, no hubiera salido a volar  en escoba a esa altura y no  hubiera caído…. – Harry hablaba entre cortado, reviviendo—Yo sabía Severus… Yo sabía que estaba mal montar la escoba embarazado… Y solo.. Solo por llevarte la contraria…
- Esta bien Harry, esta bien-
 
Severus beso a su esposa, lo amaba tanto. Al poco tiempo Harry dejó de llorar. Ahora todo estaba bien, se dijo. Severus estaba con el, y todo seguiría igual que siempre.
 
- ¿No extrañas como era antes? —le preguntó Harry, sabía que su esposo se había enamorado de Harry rebelde– Era una de las cosas que te gustaba, mi valentía– había cambiado tanto, no solo su forma de ser, si no también su físico, su cabello lo había dejado largo, ahora le llegaba hasta la espalda, dejó de hacer ejercicio riguroso y había perdido su figura atlética, su cuerpo ahora era un poco delgado y sin mucho musculo, incluso cambió su forma de vestir por una más acorde a su posición de ama de casa.
- eras y eres perfecto, te amo tal y como eres—Severus rodo sobre si y se posicionó arriba de su esposo sin aplastarlo, mirándolo fijamente lo beso.  
- Quiero otro bebe Severus- le dijo Harry con ojos esperanzados, habían pasado ya 2 años desde que tuvieron a Joshua. El último de los 5 niños que habían tenido. Había intentado tener otro bebé, sin embargo Severus había dicho que era mucha carga para el. 
- no creo que… 
- quiero otro bebe Severus—le interrumpió. El había cambiado por su familia. Quería una familia grande y numerosa. Sin importar cuan cansado o agotador podía ser esto. Quería a otro bebé. Debía mostrarse a si mismo que seguía siendo una madre ejemplar. 
 
Severus miró a su esposo. Sabía que está vez no podía decirle que no. Además se lo debía. Le debía tanto a su esposo. El que siempre le hiciera caso, tan fuerte como se escucha. Harry hacia  cualquier cosa que dijera el. Si le debía mucho a su esposa.


Un bebé. Otro bebé. Tal vez Harry si necesitará a otro bebé. El más que nadie sabía que lo más apreciado para su esposa eran los niños. Sobrepasando por mucho el amor que le tenía a él. No le molestaba en absoluto. Amaba cada cosa de él. Incluso que lo amara menos que a sus hijos.
Lo beso cálidamente. Un beso lento, transmitiendo le todo el amor que tenía. Se sentía bien. Hace mucho que no le besaba de esa forma. Harry al término del día estaba tan cansado de sus labores diarias que el había optado por no molestarlo ni cansarlo más. Solo durmiendo a su lado, y abrazándolo. No necesitaba del sexo para mostrarse cuanto se amaban. El simple hecho de dormir abrazados era más que suficiente. Y sin embargo de la misma forma en la que amaba solo abrazar a su esposa, amaba también hacerle el amor.
 
Degusto con lentitud  aquellos  labios  que correspondían sus movimientos. Se tomó su tiempo, mientras sus manos se aferraban a las piernas esbeltas, alzándolas para acomodarse entre ellas.
 
Se separó, mirándolo fijamente. Labios rosados, respiración acelerada, rostro sonrojado, se veía tan hermoso. Desabrocho aquella camisa de dormir, dejando al descubierto el suave pecho, lamio beso y succión aquellas dulces tetillas. Sus manos se encargaban que quitar toda la ropa que estorbara  en su camino de degustar aquel cuerpo.  Escuchaba suave  los gemidos de su compañero. Lo invitaban a seguir. No se hizo  esperar más, con delicadeza, sabía que Harry necesitaría un poco más de preparación, hacía algún tiempo que no lo hacían.
 
–Severus apresúrate… por favor– La voz de Harry sonaba entrecortada.
Cumplió las órdenes de su esposo y lo preparo, con paciencia, ensanchando aquella cavidad que lo recibiría, los gemidos de Harry pronto se hicieron más fuertes y constantes. Severus beso a su esposo introduciendo su miembro. 
La sensación era tan fantástica, aún más de lo que recordaba, estrecho, cálido y pegajoso. Empezó un movimiento lento, profundo, disfrutando y haciendo disfrutar, el calor aumentaba, en ningún momento separó los labios de la piel de su esposo, beso, mordió y lamio el cuello, pecho y toda piel a su alcance.
 
“Tan dulce y embriagante”
 
Siempre era así. Tan desbordante de pasión. Tan desbordante de amor. La entrega de Harry era tal que lo enloquecía.
–Te amo Severus-  dijo Harry extasiado de placer, dejándose llegar por el placer y corriéndose sin más estímulos que sentir las profundas penetraciones de su pareja. 
–Te amo Harry- susurro Severus al oído, con voz ronca. Sintiendo su vientre caliente y la estrechez abrumante de su compañero al correrse. Terminó ahogando el gemido en el cuello de su esposo. Se desplomó satisfecho, sintiendo las piernas temblorosas de su esposo aferrarse con la poca fuerza que tenía en sus caderas, y los brazos rodeando débilmente su cuello. 
 
Unidos. Como deben de estar. Es tan natural que para Harry el peso de Severus es reconfortante. Y nada molesto. Lo ama. Harry ama a su esposo. Lo ama tanto que siente no merecerlo. Lo ama tanto que ahora se siente completamente satisfecho al obedecerle. No importaba cuan triste ni fuerte se escuchaba eso. Encontró su felicidad así. Atendiendo a su familia y nadie lograría sacarle esa idea.
 
–¿En qué piensas? – Severus se movió un poco, tratando  de liberar el agarre el cual Harry tenía sobre el, obteniendo resistencia. 
–Un poco más, por favor– susurro Harry poniendo más fuerza en el agarre– todos piensan que no soy feliz— Severus levanto la cabeza todavía sin despegarse de su esposo— Hablo de que todos piensan que mi vida es muy triste— Harry mira a su esposo con ojos brillosos — Y yo soy muy feliz, tengo unos maravillosos hijos, un maravilloso esposo que me ama y me respeta a pesar de que tiene todo derecho sobre mi…
–No me gusta… – la protesta de Severus no se hizo esperar, no le gustaba que dijera que él tenía el control sobre el que era su esposo. 
–Yo decidí darte ese control, por favor no lo rechaces porque estarías rechazándome– le corto Harry con una sonrisa– además esto es por el bien de mis hijos. Soy muy feliz a tu lado Severus… 
 
… 
Severus Snape despertó con los cálidos rayos filtrándose  atreves  de la cortina. Arriba de él, su esposo dormía pesadamente, se habían dormido hasta entrando la madrugada, entre pequeñas charlas y teniendo sexo. No podía quejarse, lo había disfrutado más de lo que esperaba. Para estos momentos Harry de seguro estaría en proceso de formar un embrión en su cuerpo.
 
Otro bebé. Si bien la idea era fantástica, aún así le abrumaba, tenía cinco  maravillosos hijos, cuatro  varones y una hija. Todos y cada uno con maravillosas cualidades. El menor de casi 2 años había mostrado ser tan inteligente y serio como sus hermanos. Y los adoraba y aún así otro bebé significaba más carga para Harry.
 
Estaba preocupado. Siempre lo había estado. El acuerdo silencioso que tuvieron los dos fue muy simple pero muy difícil. Harry se encargaría de hogar, sería una auténtica ama de casa y él… el solo trabajaría.


Sin embargo era el papel que eso significaba. Ser el jefe del hogar. Aquel que sustenta el mismo y ve por toda la familia. El único que tiene voz y mando en el hogar.
 
La familia de su esposo lo odiaba. Por todas estas razones. Pero el tenia que cumplir con el papel. Protegía a su esposo impidiéndole hacer algunas cosas que en antaño Harry adoraba hacerlas. Lo restringía en lo que a fiestas o celebraciones se trataba. Aunque todo esto lo hacía por el acuerdo silencioso, se sentía un poco abrumado.
 
A pesar de las apariencias Severus no era alguien que le gustara controlar, manipular ni nada parecido. El siempre fue objeto de estas dos situaciones y no era nada agradable. No le gustaba someter a su esposo a estas mismas situaciones, sin embargo lo tenía que hacer. Por el bien de su esposo.
 
Suspiro, de nada servía ahora ponerse a meditar esas cosas. Ahora tenía que buscar la forma de reducir el trabajo y ayudar a su esposo sin que este se sintiera ofendido por tal ayuda.
 
–Severus— Harry susurro su nombre todavía somnoliento. 
—Todavía es temprano, puedes dormir un poco más– Severus acarició la espalda de su esposo. Sintió a Harry moverse, un gemido ahogado salió de sus labios. 
–Sigues dentro—dijo Harry. No había molestia en su voz. Solo un simple comentario afirmando  un hecho. – tu bebé se está formando dentro de mí-  Harry se aferro a su esposo, aplastándolo un poco más. La idea lo ponía muy feliz pero al mismo tiempo muy avergonzado. 
Severus río ante lo dicho, recorrió con sus dedos la espalda de harry, acariciando y bajando, acariciando sus caderas y glúteos. Harry seguía con las piernas abiertas, dejando expuesta aquella unión. 
–Eres mío– Severus le dijo con tono posesivo, rozando la cavidad que lo recibía, seguía teniendo fluidos, sintió la entrada contraerse apretando su miembro.
–Severus— dejó escapar Harry un gritillo de sorpresa.
–Hay que asegurarnos de que un bebé se esté formando dentro de ti…
 


Lilian Snape tenía varias dudas  rondando en la cabeza. Tan indomable y rebelde como siempre esas dudas debía resolverlas a las buenas o a las malas. Ella quería que su madre volviera a como era antes.


Poco le importaba lo que esto pudiera acarrear. Ni el sufrimiento que esto pudiera traer. Aunque claro esto ella no lo tomaba en cuenta. Su curiosidad era tal que estas cosas eran insignificantes.
 

Notas finales:

Un review?

Con cariño Angel. 


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