Capítulo 2
Taiga se sentía incomodo, sentía que todos los demás miembros de la casa le estaban acechando. Todo por un maldito comentario sin malas intenciones.
Taiga había dejado las cosas en su habitación, el lugar era increíble. Una habitación blanca, espaciosa, con escritorio a un lado, increíblemente había una gran cantidad de libros y una computadora portátil de ultima generación. Una puerta a un costado había un baño inmenso, con tina amplia. Sería relajante una ducha en la noche ahí.
Los toques en la puerta lo hiso salir del baño y abrir la puerta. En la entrada estaba un joven pelirrojo, tenía los ojos de colores diferente, uno dorado y otro rojo. Era mucho más bajo que él. Pero a pesar de su apariencia, casi inofensiva, su animal interno, un león, gritaba de manera territorial en todos lados.
-Buenas tardes, Kagami Taiga -dijo con voz calmada-. Mi nombre es Akashi Seijuuro -dijo estirando la mano para estrecharla con el joven pelirrojo.
-Mucho gusto -respondió complacido, es verdad, era un líder de manada, lo notaba en cada partícula de aire en el ambiente.
-Me gustaría que me acompañaras -le dijo saliendo de la entrada-. Quiero que conozcas a todos los miembros de la casa.
-Hay más alumnos como yo, imagino -de verdad no imaginaba que sólo a él, lo hubieran considerado para la beca.
-Así es -dijo mientras caminaban por los largos pasillos-. En la casa hay chicos universitarios y uno de estudiante menor de edad. Todos son excelentes basquetbolistas.
-Imagino que hay alfas y omegas.
-Así es, pero no te preocupes, proveemos a todos los inhibidores que sean necesarios para evitar cualquier tipo de problemas.
-Ya veo.
Cuando llegaron a la sala Taiga elevó una ceja al ver la “colorida” cantidad de gente en el lugar.
-Como podrás ver, somos muchos en esta casa, pero como es un lugar espacioso, no habrá problemas -dijo Seijuuro-. Chicos, él es Kagami Taiga, viene desde Estados Unidos.
-Bienvenido -dijo un chico que saltó por el sillón y estrechar la mano del pelirrojo-. Yo soy Takao Kazunari -dijo presentándose y luego se volteó, sabía que ni Akashi ni los demás se presentarían por si mismos, o por que no eran así o por que no le darían importancia al hecho- ellos son Murasakibara Atsushi, Kuroko Tetsuya, Himuro Tatsuya, Kise Ryota, Midorima Shintaro, Momoi Satsuki, Furihata Koki, Riko Aida y Aomine Daiki -dijo apuntando a la ventana, donde el chico jugaba en la canasta.
-Mucho gusto a todos -dijo mirando a los jóvenes, pero su vista quedó en la ventana-. Es muy bueno.
-Sí, Daiki es un prodigio -dijo Akashi.
Kagami estaba embobado mirándolo a Daiki, cuando este saltó y clavó en el aro y sonrió feliz por lograrlo, todo el sol le estaba iluminando.
-Wow, es maravilloso.
Una frase tirada al aire, y no es por que fuera mentira, de verdad lo creía, pero luego de ese comentario, hace ya tres días atrás, todos los Alphas de la casa le habían hecho la vida imposible. No había podido conocer al famoso Daiki, porque, prácticamente, lo habían aislado de él y no entendía por qué.
Un golpe en la puerta lo hizo dejar de escribir, estaba hablando con su madre por el computador.
-Adelante -dijo volteando la silla, en la entrada estaba, justamente, el chico al que no había podido saludar- oh… hola.
-Hola -dijo el chico entrando como dueño de casa, dejando la puerta abierta, Taiga pudo ver por el rabillo del ojo que había un par de personas en la puerta, si mal no recordaba eran Kuroko Tetsuya y Riko Aida.
-Mucho gusto -dijo saludándolo-, no había tenido la oportunidad de presentarme.
-Y no ibas a tenerla si no fuera por Kuroko y Riko -dijo apuntando con la cabeza a la entrada, mientras se sentaba cómodamente en la cama.
-No entiendo por qué…
-Por que lo que se conoce como la casa de los milagros, es más parecida a una secta deportiva o casa de citas -dijo el muchacho.
-Ok… -dijo callando por un rato-. No, no entiendo -dijo cruzándose de brazos.
-Casi todos en la casa están emparejadas, Alphas con omegas o dos Alphas juntos… pero sólo yo estoy solo.
-Oh, ya entiendo por donde va el asunto -dijo sonriendo divertido-. No quieren que me acerque a ti porque…
-Por que eres un alpha, eres extranjero y yo soy menor de edad.
-Así que tú eras el único que no va a la universidad -dijo asintiendo, entendiendo un poco más la reacción de los demás miembros de la casa.
-Así es -dijo poniéndose de pie y mirando al chico de pies a cabeza-. Pero a los chicos se les olvidó algo importante. Sólo yo manejo mi vida, si no te quiero encima de mí, dominándome, eso no pasara -dijo acercándose para golpear con el dedo el pecho del pelirrojo-, pero, si te quiero sobre mí, ni siquiera tú lo podrás evitar.
Taiga estaba con la boca abierta, la sangre hirviendo y no iba a admitir que una fuerte puntada en los testículos lo atacó cuando lo vio salir de la habitación. Ese niño era ardiente.
…
…
-Los chichos se molestarán por lo que hiciste -dijo Kuroko cuando los tres caminaban a la salida de la casa, tenían que ir a comprar un par de cosas y las clases estaban cercas.
-No exageres, no hice nada raro.
-Coqueteaste con el chico, Daiki, lo estabas impulsando a que te atacara.
-Son unos exagerados -dijo moviendo una mano quitándole importancia.
-No, Daiki -dijo Riko sosteniéndolo del brazo-, los chicos se preocupan por ti.
-Pero yo no se los pedí.
-Pero lo harán de todas formas, por que eres el menor de todos, son como tus hermanos -dijo Kuroko.
La cara de Daiki se transformó.
-¿Mis hermanos? -preguntó irónico- ¿Cómo Soun y Kamui que no les importó irse a recorrer el mundo mientras me quedaba con mamá?
-Daiki…
-¿Cómo mis súper hermanos mayores que no dudaron en dejarnos solos?
Daiki no quiso seguir escuchando y se adelantó. Odiaba que le hablaran de sus hermanos, por que se sentía abandonado. Soun y Kamui eran alpha, eran gemelos, mayores que él por casi diez años. Habían estudiado y habían decidido emprender camino, pero él se quedó atrás, con su madre. Ella lo amaba, pero no podía costear todos los gastos que él quería.
Un día, estando jugando con unos chicos mayores, Akashi lo vio, mientras tenía una cita con Koki, lo reclutó, Daiki dejaría a su madre protegida, porque la gran mayoría de su beca económica, la pidió para su madre. Solía ir a verla en vacaciones, pero le dolía ver que su madre se despedía de él, a pesar de que quería mantenerlo a su lado, pero no podía aun, estudiaría una buena carrera universitaria y les demostraría a sus hermanos mayores que no es necesario abandonarlos para tener una buena vida.
Continuara...