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E R E N por Mischa

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Notas del fanfic:

Les dije que tenía planeado subir oneshot de esto. Está historia trata sobre Rayden de SxS, si, ese Rayden que se menciona pero nunca aparece. Las tripiantes aventuras del Rayden en el otro lado del océano, buscando el One Piece ok no lajdkakskakkas

 

Hay términos que tal vez desconozcan o que no empleó bien. Me la pasé en Google y Youtube investigando sobre el imperio otomano, weyes es más fácil buscar sobre la reina Isabel xD de verdad que sí llegué a fastidiarme por qué encontraba una info pero luego encontraba otra qué contradecía la otra info.

 

Esto no es un oneshot histórico, pura ficción. Les diría lean SxS o Antigua para estar más o menos informados de que pedo pero me he esforzado en hacer esté oneshot muy independiente de esas historias. 

 

MPREG, SI NO TE GUSTA NO LEAS.

 

Notas del capitulo:

Eren (Rayden) tiene catorce años. 

Burak veinticinco.

 

Tiene un prefacio algo largo y tedioso pero sirve para comprender mejor la historia de la familia real. 

Lean y disfruten raza.

 

E R E N

 

Prefacio

Había una vez un gran sultan, benevolente y altruista, justo y un capaz militar. Aunque lo suyo no era la guerra, desempeñó bien su papel a la hora, y en cuestión de política era brillante. El gran sultán era amado y respetado, un buen gobernante y padre. 

 

El hijo mayor, Şehzade Mehmed, era igual que su padre. La misma visión y el mismo amor por su pueblo. Su madre, Nuray Baš Haseki, era una mujer entregada al futuro de su hijo, al igual que sus contrincantes. El rival más pesado, Beyhan Baš Haseki, madre de Şehzade Muhammed. El segundo príncipe era más ambicioso que el primero, pero igual guardaba la visión de su padre. 

 

Nuray Sultán y Beyhan Sultán se enfocaron en su rivalidad, siendo los contrincantes más fuertes. Ignorando a la Haseki Eylem Sultán, la consorte imperial y el rival más débil, sus vástagos con la edad necesaria eran mujeres y su único varón apenas era un niño, Şehzade Ahmed. Decían que el amor profesado por el gran sultán a su esposa era inmenso, la cuidaba como una delicada flor debido a su mala salud. Y el cuarto rival, Reyhan Baš Haseki, tenía por hijo al tercer vástago de su emperador; Şehzade Mustafa. 

 

Los cuatro Şehzade se amaban mucho, una hermandad envidiable, pero en el fondo sabían que llegaría el día donde tendrían que elegir. Morir o vivir. El fratricidio, pese a no ser más una obligación, es una herramienta para asegurar el trono. 

 

Y tal vez Allāh escuchó sus plegarias, permitiéndoles morir como hermanos en vez de rivales. El hermano mayor del gran Sultán, Şehzade Osman, volvió de la muerte a tomar el trono que le pertenecía. Un golpe de estado que llevó a Osman el terrible al trono, asegurándose de matar a sus sobrinos y los hijos de estos. 

 

El Sultán Osman III  tenía una fama aterradora y aún así no había quejas sobre su gobierno, era un buen emperador, mucho mejor guerrero que político. El gran sultán no estaba casado con alguien del harén, sino un doncel libre, Haseki Ceren Sultán. Se consagró al Islam, pero eso no quitaba los malos rumores de su alteza. Decían que tenía hechizado a su majestad, era imposible que un Sultán no tomará concubinas. Y también permaneció al lado de su majestad, en vez de irse a una región con cualquiera de sus hijos. A esa época del imperio Otomano, el harén ganó el título de las flores del olvido. Nadie podía competir contra la belleza del favorito del sultán, su único esposo. Y para acrecentar las llamas de la confusión, Haseki Ceren Sultán tuvo permitido dar a luz más de un príncipe. A la llegada de Osman, para tomar lo que por derecho le pertenecía, a su lado lucharon sus dos hijos. Şehzade Selim y Şehzade Orhan. También contaba con dos doncellas y un doncel. Y después del asentamiento, el gran Haseki dió a luz otro príncipe, Şehzade Nasri. 

 

En total, los hijos de Osman fueron quince.

 

Ayşe Sultán, primer vástago y primogénita. Concebida antes de su asentamiento.

 

Şehzade Selim, segundo vástago y primogénito, concebido antes de su asentamiento. 

 

Gözde Sultán, tercer vástago y primogénito doncel, concebido antes de su asentamiento.

 

Şehzade Orhan, cuarto vástago y segundo varón, concebido antes de su asentamiento. 

 

Fatma Sultán, quinto vástago y segunda hija, concebida antes de su asentamiento. 

 

Şehzade Nasri, sexto vástago y tercer varón, concebido después del asentamiento. 

 

Bushra Sultán, séptimo vástago y segundo doncel. 

 

Farah Sultán, octavo vástago y tercera hija. 

 

Şehzade Mehmed,  noveno vástago y cuarto varón. 

 

Nabiha Sultán, décimo vástago y cuarta hija.

 

Mahasati Sultán, undécimo vástago y quinta hija. 

 

Şehzade Bayezid, doceavo vástago y quinto varón.

 

Şehzade Ertuğrul, terceavo vástago y sexto varón. 

 

Malyeri Sultán, catorceavo vástago y tercer doncel. 

 

Halime Sultán, quinceavo vástago y cuarto doncel. 

 

Los grandes enemigos de Haseki Ceren Sultán fueron: la gran Valide Sultán, Ranaa, hermana de Osman, y las otras princesas que aún quedaban en el palacio. Pero no importó cuánto intentaron quitar a Ceren del lado de su majestad, fue más efectivo sembrar la intriga entre sus vástagos. Seis príncipes que parecían extraños entre sí. Los Şehzades si reaccionaban a las bellezas del harén, era difícil para Haseki Ceren alejar a las espías y arpías de sus príncipes. Pero tenía la ayuda de sus doncellas y donceles, sus sultanes fueron un soporte formidable. 

 

Lo inevitable sucedió, el gran Sultán Osman nombró a Şehzade Mehmed como su heredero. Una decisión que desagrado a sus demás hijos, y causó conflicto en las masas. Selim era un gran general, un estratega que llevó grandes victorias a su padre. Orhan había demostrado ser un gobernante justo en su región, siendo alabado por su pueblo. Nasri era un príncipe severo en su región, y en el campo de batalla una fiera. Era conocido como la bestia de şafak, la región donde gobernaba. Mehmed era inteligente y un gran poeta, altruista y piadoso. Pese a permanecer en el palacio por decisión de su madre, ayudó bastante en las decisiones de su majestad siendo un gran consejero al igual que su madre. Bayezid era caprichoso y abusaba mucho de su autoridad. Y Ertuğrul estaba muy desinteresado en el trono, preferiría pasar horas pintando o leyendo.

 

Lo inevitable volvió acontecer. Una guerra civil explotó al morir el gran sultan Osman, Şehzade Mehmed fue asesinado antes de que pudiera subir al poder y el primero en llegar al palacio Topkapi usurpo  el trono, Şehzade Nasri. 

 

El sultán ilegítimo mató a sus hermanos menores a sangre fría, al igual que sus sobrinos y sobrinas, y las favoritas. Nasri sabía bien que el lugar más peligroso del mundo, no era el exterior. El mayor enemigo se encontraba dentro del mismo palacio, y ese era el harén. Un nido de mujeres peligrosas y astutas que tiraban de los hilos del estado, las más grandes conspiraciones orquestadas. Ordenó la muerte de Valide Ranaa Sultán y sus demás tías. Mando a su propia madre al palacio del olvido, para después reintegrarla como Valide Sultán. 

 

La guerra civil duró un año y medio, al final las cabezas de Selim y Orhan terminaron empaladas a las afueras del palacio Topkabi. Y las familias de estos sufrieron un final más trágico. Nasri pasó a ser conocido como el cruel, el ilegítimo y la bestia de şafak. 

 

Valide Ceren Sultán se encargó de deshacerse de la primera esposa del Sultán, atribuyéndole la infidelidad. El Şehzade fue asesinado por hablar a favor de su madre, quedó en claro la importante influencia de Ceren sobre su hijo. La favorita de Nasri perdió la pelea, Najya sultán se quitó la vida al perder a su Şehzade. Sahira Sultán fue encontrada muerta al igual que su pequeño Şehzade. Y así sucesivamente las tragedias fueron pasando con las madres y sus herederos. Ya no era una lucha de poder en el harén, sino de una extrema supervivencia. Las concubinas rezaban por tener hijas, el gran Sultán Nasri sólo contaba con tres nietos a cuidado de doncellas fieles a su majestad. Pero había un varón más en la familia real, el último hijo de Ceren tuvo un bastardo de nombre Burak. Halime se mantuvo al lado de valide Sultán, teniendo a Burak como un arma contra el cruel y despiadado Nasri. 

 

Al final, el tiempo pasó y lo que tuvo que acontecer se aconteció. Burak derrocó a su tío, subiendo al trono como el usurpador. 



Episodio IUn nombre, una vida.

 

Acto I.

 

—  Berkant pacha, —la criada hace una pequeña reverencia, presentando su respeto al visir. Es un anciano atemorizante, se seca y voluminosa barba llega hasta su pecho, y esas ceja poblada con un corte no ayuda a su imágen. La muchacha regula su respiración, trae buenas noticias, no hay de qué temer— Raissa Hatun ha sido llamada por tercera vez a los aposentos del sultán. Se ha quedado hasta el amanecer, sin duda.. se ha ganado el favor de su majestad. 

 

— ¿Le habéis dado la medicina correctamente? —esa pesada y abrumadora voz le pone los pelos de punta, asiente con nerviosismo por el gran hombre detrás del escritorio. El anciano esbozó una satisfactoria sonrisa—  bien, Allāh mediante dará a luz un príncipe. Podéis retiraros, no permitáis que mi sobrina haga esfuerzos. Debe ser cuidadosa. 

 

— Si mi pacha —la chica hace otra reverencia y se marcha de la oficina. Las gruesas y peludas manos son juntadas, pensando en el Büyük Valide Sultán. Ese doncel es difícil de roer, una peste que consume el palacio Topkapi. Oh Ceren, tus días se están por acabar. Nadie es eterno en esta vida, y Valide Halime Sultán no es tan fiero como su madre. 

 

Raissa es indudablemente más hermosa que el propio Haseki, Ghaydaa no es más que un doncel ingenuo y soñador, celoso e impulsivo. En cuánto Raissa enamoré por completo a su majestad ¡ese niñato será mandado al palacio del olvido! 

 

Oh Büyük Valide Sultán, lo que haz construido se va desmoronar frente a tus ojos. Claro, si es que llegas a vivir para ese momento. 

 

En el harén del palacio Topkapi, las favoritas se encuentran en sus distinguidos aposentos. Sus vestimentas y recámaras las diferencia de las odaliscas, aspiran al título de Baš Haseki y Haseki Kadin. Las Baš Haseki, esposas y madres de los pretendientes al título de sultán, si el sultán fallece no pueden casarse de nuevo y si sus hijos fallecen quedan fuera del harén. Las Haseki Kadin son las madres de las hijas del sultán, y cuando su majestad muere tienen permitido casarse. El negro y lacio cabello es peinado con esmero y delicadeza por la odalisca de Raissa Hatun. Las mujeres y donceles dentro del harén están impresionadas por la extravagante belleza de la sobrina de Berkant Pacha. Su piel perlada y los filosos ojos verdes que brillan como el jade. Aunque su origen bien es humilde, se ha destacado entre la multitud. Siendo su padre un effendi y su madre una esclava. Agarra sus grandes pechos y recuerda como el sultán parecía un bebé sobre ellos. Ah, no puede evitar pensar en su majestad. Es muy apuesto y varonil, pensaba que sería un hombre cualquiera pero está satisfecha.  

 

— Nurhan —la odalisca de piel tostada para con el cepillo y se pone al frente de Raissa Hatun— ¿se ha sabido de Haseki Ghaydaa? 

 

La muchacha asiente y con una gran sonrisa responde— Se ha puesto furioso, le ha quitado el jueves santo y está ahogado en celos. 

 

Raissa Hatun esboza una triunfante curva en sus labios y mira la caja de joyas al lado de su cama, el sultán Burak le obsequió maravillas. Telas preciosas y gemas deslumbrantes. Y pensar que sólo tiene que derrochar miel a su oído y abrir las piernas para vivir cómodamente, pero ojalá así fuera. Tiene a las grandes valides sobre su persona, quienes favorecen a Haseki Ghaydaa la patética marioneta. Debe admitir, tiene bastante miedo de Büyük Valide Sultán. Es como si el mismo demonio estuviera sosteniendo en sus garras el harén. Para su edad, sigue siendo alguien notable en cuestión de físico. Cuentan que en su juventud no había persona que pudiera competir contra su belleza, el maldito logró que el sultán Osman no tomará concubinas y tuvieran más hijos. Aunque bueno, eso costó una guerra civil. 

 

Toca su vientre y encorva los labios de manera tierna. Allāh mediante dará un hijo a su majestad, y un paso más en la escalera del harén. 

 

No hay nadie que pueda contra ella, definitivamente será la nueva Haseki de su majestad. 

 

— ¡Esa maldita perra! —el jarrón es estrellado en la pared, la odalisca arrulla con esmeró al pequeño Şehzade, apenas a cumplido los cinco meses de nacido. 

 

Silke sultán fue llamada solo una vez, dió a luz a un varón y como dicta la regla no fue llamada más. Aunque esa regla no es tan pesada, en el harén se encargan de que no nazcan más niños de lo necesario. La guerra civil ha dejado en claro una vez más que muchos príncipes en el imperio es un peligro. Silke es una princesa Ryelia,  entregada como tributo a su gran majestad el sultán Burak. Su piel es tostada, brillante como el bronce, y sus grandes ojos miel. Tiene una hermosa y frondosa melena de ondulaciones oscuras, una belleza clásica de Ryelia. 

 

—S-Silke sultán.. —la odalisca no sabe cómo decir que pare a su rabieta, podría hacer llorar al niño. El pequeño Şehzade tiene por nombre Ibrahim.  

 

— Esa maldita arpía.. —gruñó con rabia, ella es una princesa, la sangre real de Ryelia corre por sus venas. Fue criada con la mejor educación, tratada como un gran tesoro. Y justo cuándo tenía suficiente de Haseki Ghaydaa, llega esta mujerzuela hija de una esclava. Mira sus pechos promedio y piensa si es por esas dos grandes razones que su majestad la prefiere. 

 

En otra habitación dos Haseki Kadin disfrutan del té, viendo cómo sus niñas están acostadas en las almohadas. Haseki Tahira Kadin es una preciosa muchacha de apenas dieciséis años, esclava cristiana que se consagró al islam. Era sólo una campesina de la nación de Alba, debe admitir que no perdió mucho, solamente era una huérfana abusada por su tía. Pero gracias a su aspecto y la princesa que dio a luz, puede vivir cómodamente alejada de las grandes conspiraciones del harén. Elena no es más que un fantasma de su pasado. Haseki Lama Kadin es una joven de dieciocho años, perdió a su familia por los tártaros quienes la tomaron como esclava y vendieron al palacio Topkapi. También es de Alba. 

 

— Así qué.. Raissa Hatun está a un paso de ser favorita —comentó Tahira Kadin, sorprendida por la rapidez de los sucesos. 

 

— Su posición dependerá de lo que de a luz, por supuesto si es que concibe —respondió serenamente Lama Kadin. 

 

— Escuché de mi odalisca qué Haseki Ghaydaa es un volcán en erupción —contó con un tono curioso. 

 

— Es sólo un niño haciendo berrinches, —contestó la  mayor— a este pasó realmente será desplazado. Su majestad será paciente pero tiene un límite. 

 

— Pero si Haseki Ghaydaa es el sol de su majestad, derrochaban tanto amor.. 

 

— Haseki Ghaydaa no puede aceptar que su majestad no es de él. Tiene que atender los deberes con el harén. Esos celos suyos lo están destruyendo. 

 

— Es favorecido por Büyük Valide Sultán y Valide Halime Sultán.. tal vez por eso su majestad aún lo mantiene en su posición. 

 

— Büyük Valide Ceren Sultán… jamás me gustaría estar en su camino. En tiempos de Osman tuvo una influencia limitada por la anterior Valide, pero en tiempos de Nasri.. dicen que el harén parecía el infierno, nadie deseaba tener príncipes. 

 

— Que miedo.. definitivamente es un doncel atemorizante. 

 

— Sí, así es. 






— ¡Su majestad, no pue-! —la boca del sirviente es tapada de inmediato. Susurrando a su oído casi en un gruñido. 

 

— ¿Que os dije de llamarme majestad? —el hombre tiembla y asiente, una vez la mano es retirada suelta un gran suspiro.

 

— P-Pero.. debería estar atendiendo vuestros deberes.. —es difícil servir a un hombre como su señor. Más sin embargo entiende porque quiere tomar aire fresco en el mercado, debe ser sofocante lidiar con los celos de Haseki Ghaydaa y la presión de Valide Halime Sultán— le prometió al Şehzade Mustafa entrenar con la espada. 

 

— Será otro día, si asisto donde mi hijo seguramente su madre estará —realmente las cosas deben estar difíciles con Haseki Ghaydaa. 

 

Sólo han pasado tres años desde la usurpación del trono. Ha sido una gran difícil tarea para su majestad regresar la estabilidad al imperio, un labor que continúa y lleva un buen proceso. Tres años desde la caída del sultán Nasri y la ascensión de Burak. 

 

El sultán es llamado de distintas maneras, el usurpador, el ilegítimo, pero el título más utilizado el improbable. Siendo de una rama colateral de la casa Osman era prácticamente imposible subir al trono. Pero.. no hay imposibles para Büyuk Valide Ceren Sultán. 

 

— ¿Porque.. acepto casarse con Haseki Ghaydaa? —cuestionó el sirviente, ignorando la prudencia. Mas sin embargo lleva años de conocer a su majestad, tienen la cercanía para sincerarse.

 

— … —el sultán disfrazado se pone pensativo, recordando aquellos días donde no era más amor y miel entre el y Ghaydaa— mi madre dijo que casarme con el hijo de Erdogan Pacha era mi mejor opción, una gran hazaña considerando que fui bastardo.. pero sabía que solamente mi madre estaba repitiendo las palabras de mi abuelo. Supongo que por no llevar la contraria.. 

 

“¡Burak!” esboza una pequeña sonrisa al recordar la alegre sonrisa de Ghaydaa— Agradezco a mi abuelo de arreglar el compromiso, Erdogan pacha es un gran aliado y obtuve un esposo precioso, el cual me dio un gran hijo y una bella hija. 

 

— Y sin embargo.. sus celos son algo intensos. 

 

— Lo se.. lo se bien. 

 

Recordar cómo tuvo que separar a Ghaydaa de Raissa Hatun le regresa un amargo sabor a la boca. Los rumores son incontrolables, intenta proteger la reputación de su esposo pero este no ayuda. Ya ha mandado donaciones a nombre de Haseki Ghaydaa a centros de salud, apaciguando los murmullos sobre su mala reputación. Recuerda ese infantil rostro que le cautivo, esos grandes ojos como las esmeraldas y su melena rubia como el sol. Eran jóvenes y enamoradizos. 

 

Mira con atención a las personas en el kiosko del mercado, niños que corren con una sonrisa en el rostro. Mas sin embargo esa felicidad se esfuma al ver infantes pidiendo limosna. Aún hay mucho que hacer para mejorar el imperio, una grieta que está trabajando duro por tapar. Claro, con ayuda de sus leales visires. 

 

— ¿Habrá algún juguete para Rayse? —cuestiona su majestad, podría regalarle joyas o grandes tesoros a su hija pero desea darle algo más significativo, adecuado a su edad. Mira entre los objetos que ofrecen los mercaderes pero no hay nada interesante. 

 

— Pronto será el cumpleaños de su gran estrella.. se está esforzando —habló su fiel sirviente, Kerem sabe bien el gran amor que Burak profesa por sus hijos, mucho más por la gran estrella de sus ojos Rayse.

 

— ¿Que os darías a una niña? —el sirviente Kerem no supo qué responder, ignorante de lo que puede gustar a las señoritas, y entonces una voz ajena respondió:

 

— Una muñeca —los orbes dorados de Burak giraron hacia el origen de la voz, está encapuchada la persona. Ligeramente puede ver su pálida piel debido a que está a medio voltear. Tal parece ya se va, debe admitir que tiene una voz muy bonita. 

 

— Uhm.. ¿y donde consigues una muñeca? —al escuchar esa disimulada risita la curiosidad entró a su corazón. ¿Que rostro se esconde bajo esa capa? 

 

— ¡Esmehan! —pero su corto intercambio de palabras fue interrumpido por el grito de otro hombre. El extraño alza la mano, dejando ver un grillete sin cadena en su muñeca. Tiene una mano delgada y blanca, una muñeca delicada y perfecta. ¿Es un esclavo? para que su amo le ponga ese grillete en la muñeca, significa que tiene tanto valor. Es como si tuviera escrito “le pertenece a su amo, quien lo toque lo pasara mal”. 

 

“Esmehan” pensó el sultán, si es un esclavo entonces recibió ese nombre de su amo, ¿de donde será? tiene tanta curiosidad por ver su rostro. 

 

Se quedó parado, viendo como la silueta de Esmehan se alejaba con aquel hombre. 

 

Regresar al palacio le dejó inconforme, la intriga sobre el esclavo Esmehan le ha dejado picado. Ordenó a su mayordomo Haid bey encontrar la muñeca perfecta para la princesa Rayse. El gran sultan se encuentra en su escritorio, leyendo los informes del gran visir. Su suegro emite cierta hostilidad, debe estar bien enterado de la situación con Haseki Ghaydaa. No desea quedar en malos términos con su gran visir, pero tampoco demostrar que lo tienen en la palma de sus manos. Es el gran sultán del imperio otomano, no es hombre de una sola persona. 

 

La puerta es tocada y entra uno de sus guardias— Su majestad, Haseki Ghaydaa desea verle —apretó ligeramente las hojas y dio un profundo respiro.

 

— Haz que pase. 

 

No se movió de su asiento, analiza minuciosamente al joven que ha entrado en sus aposentos. Una figura delgada y agraciada bien vestida por el verde de la hermosa tela. Un vestido con un discreto escote que deja expuestas sus cubiculas, el bordado dorado forma patrones elegantes. Y una sencilla tiara dorada con colgantes de esmeralda y diamantes. Su dorado cabello está suelto, largo y rizado, es como si fuesen hilos de oro. Su piel blanca es tentadora al igual que sus grandes ojos esmeralda adornados con pesadas pestañas. Ha perdido poco a poco el infantilismo de su rostro, volviendolo sus facciones finas. Ghaydaa es sin duda una belleza peculiar, hijo adoptivo del gran visir Erdogan pacha. Madre de su primogénito Şehzade Mustafá y su primogénita, Rayse sultan. 

 

Ghaydaa va hacia su majestad y besa su mano la cual posa en su frente, le suelta y retrocede, mirándole directamente a los ojos—  Su majestad —incluso su voz es una suave melodía. Quien diría que este doncel de apariencia grata y de recato.. podría armar los grandes escándalos que le dieron dolor de cabeza. 

 

— Mi haseki —el ambiente es incomodo, ya no se siente ansioso por la felicidad sino por la presión. ¿En qué momento todo empezó ir en declive? uh, cierto.. desde que subió al trono— ¿sucede algo? —intentó dar su mejor sonrisa pero esta se esfumó al instante, el fuerte ruido del escritorio caído hace que los guardias entren alarmados. En los orbes dorados del sultán se puede reflejar el lloroso rostro de Ghaydaa, por Allāh a podido detener la daga. ¡Intentar suicidarse frente suyo.. ¿realmente ha perdido la cordura?! y teniendo el cumpleaños de Rayse a la vuelta de la esquina.. ¡esto es demasiado! 

 

Si está tan furioso ¿entonces porque está  poniendo un gesto tan lamentable? le duele ver a Ghaydaa en este estado. Lanza lejos la daga y vocifera a todo pulmón— ¡Fuera! —y los guardias hicieron como su sultán ordenó. Burak abraza entre sus brazos a Ghaydaa, hundiendo la cabeza en el hombro del doncel. 



Acto II



Los rumores del suicidio corrieron como mecha encendida, el harén está como gacela alerta, el propio Haseki está apresurando su final. Y para acrecentar las llamas del drama, se anunció el embarazo de Raissa Hatun. Los peones de la gran madre se desmoronan, el diván puede oler el final de Ceren Sultan. El gran visir muestra a discreción su hostilidad con su majestad, temblando el hilo de su alianza. En el cumpleaños de su princesa, Haseki Ghaydaa sonrió como si todo estuviera bien, dando una buena imagen a sus hijos. Rayse Sultán quedó encantada con su muñeca, es increible como una niña que recibió joyas y demás finos obsequios prefirió sobre todos a la simple muñeca de trapo. El gran sultan está en deuda con el esclavo Esmehan, ¿cómo podría buscarlo?  

 

— ¿Burak está buscando un esclavo? —dejo la fresa en el plato de crema, mirando con confusión a la odalisca. Es una mujer servicial y eficiente, una doncella de los rumores. Enaltece la ceja y frunce los labios. ¿Que tipo de esclavo será para llamar su atención? no es una acción favorable teniendo en cuenta la situación en el harén, aún no se sabe las razones de su búsqueda pero pueden ser fácilmente malinterpretadas. Piensa en Haseki Ghaydaa, ya no ve límites en su nuero— Hatice ¿sabéis cómo es ese esclavo, hablaron de referencias? 

 

— Si mi sultan, —responde la odalisca— su majestad describió un grillete de plata, tal parece con un lirio pintado. Y el nombre del esclavo es Esmehan. 

 

— No tiene sentido.. Raissa Hatun ha acaparado su atención ¿qué asuntos desea tratar su majestad con un esclavo de la casa señorial? 

 

La casa señorial es una residencia dirigida al entretenimiento, fundada hace cien años por una familia extranjera convertida al islam. Técnicamente, una casa de odaliscas. Esos grilletes en sus esclavos son muy difíciles de ver, quiénes lo tengan significa que tienen un grandísimo valor para su amo. ¿Esmehan de la casa señorial con un grillete de valor? ¿realmente su hijo ha fijado sus ojos en un tesoro lejano? 

 

—  … —los orbes violeta se posan sobre el postre, guardando silencio por breves segundos— Ceren Sultán.. ¿ya está enterado? 

 

Hatice asiente— El espía de su alteza fue quién recolectó la información. Está más que enterado —¿será sensato reunirse con su madre? 

 

El gran valide sultán, Halime, es un doncel que conserva bien la belleza para su edad. Su negro cabello tiene mechas con canas, rizos que son cuidadosamente arreglados en una cebolla adornada con tiras de gemas. Su gran corona de amatistas y plata es la misma que utilizó su madre el día que le coronaron Valide Sultán en tiempos de Nasri. Frunce los labios y piensa en su hijo, se nota que ya no se siente cómodo al lado de Ghaydaa, y esa mujerzuela de Raissa Hatun se está aprovechando muy bien de ello. ¡Oh gran Allāh, porfavor no le des un príncipe! 

 

— Ghaydaa sultán —al día siguiente mandó a llamar al Haseki a sus aposentos, disfrutando de los exquisitos aperitivos agridulces. Puede notar decaído a su nuero, pero ese día donde cometió tal acto de imprudencia el sultán lo mantuvo a su lado hasta el día siguiente ¿por qué debería estar mal?— no se ve bien. 

 

— … —siente cierta culpabilidad, ya no es el mismo niño que solía reír y brillar como el resplandeciente sol— mi sultan, sois acertado… —con delicadeza coloca el rebelde mechón, que enmarca su rostro, detrás de la oreja— el pesar en mi corazón cada vez se hace más grande, mi amor me está matando lentamente.. soy codicioso. 

 

— Ghaydaa sultán.. —puede comprender porque el gran visir está distanciado de su majestad, es un padre frustrado por no hacer mucho por su hijo. Y ya no hay manera de sacar a Raissa Hatun del harén por el momento. Oh Burak, ¿podrías ser un hijo obediente? sabe que eres el sultán, la gran voluntad del imperio, pero estás destruyendo todo el esfuerzo que han puesto en tí. Halime Sultán toma de las manos a su nuero y esboza una cálida sonrisa—  debería ir hacía donde Ceren Sultán con sus hijos. Estoy seguro que añora ver a sus bisnietos. 

 

Las mejillas del doncel se llenaron de color, halagado por las palabras de su alteza— Si mi Valide Sultán —es el favorito a los ojos de los grandes Valides, el favor de sus altezas siempre lo acompañará. No debe sentirse intimidado por Raissa Hatun, ella sólo es.. hija de una esclava. 

 

La puerta de otra habitación es tocada, entrando una doncella con la comida para su señora. Los Kibinai son los favoritos de Ikraim Sultan, pasteles tradicionales rellenos de cordero y cebolla. Para las odaliscas el doncel es una persona triste, siempre tiene esa mirada perdida y lamentablemente. Después de todo, su hijo se encuentra en la torre desde hace tres años— Mi sultán, —la odaliscas deja el platillo sobre su mesa y da su mejor sonrisa—¿se le ofrece algo más? 

 

— ..No —para Ikraim su hijo es su mayor tesoro, y es el infierno vivir lejos de él. Vivir sabiendo que su hijo se podrida en esa torre hasta que se vuelva loco. Se escucha el sonido de la puerta cerrarse, indicando que la odalisca se ha ido.

 

La doncella de Ikraim se acerca y consuela a su señora con un suave gesto en lo alto de su cabeza— Hace un buen día, debería salir al jardín. 

 

— ...Lo extraño —susurro con voz quebrada el doncel, recordando la gentil sonrisa del hombre que se adueñó de su corazón. 

 

— Oh mi sultan, —limpia esa lágrima que se escapa de la preciosa gema celeste, siente lástima por Ikraim Sultan. Cuánto está sufriendo y el causante de su desdicha no es otro que Büyük Valide Sultán. Todos saben que el verdadero gobernante en las sombras es el abuelo del sultán. Es gracias a la intervención y misericordia del gran Sultán Burak qué Khaled bey no terminó decapitado— Şehzade Abdul lo cuida desde el paraíso. Téngalo por seguro. 

 

Ikraim era el favorito del Şehzade Abdul, cuarto varón del anterior sultán. Su Şehzade era diferente a su majestad, amable y expresivo, una radiante sonrisa y una estrepitosa risa. Su felicidad no duró mucho, un trágico accidente en el día de caza le arrebató a Abdul. Claro.. un simple accidente.. fue el propio Büyük Valide Sultán quién dejó sin padre a su bisnieto. De eso está seguro. Si no fuera por la protección de su majestad, a saber lo que hubiese sucedido con su bebé. Pero ascendiendo Burak, se emitió la orden de decapitar a los tres nietos de Nasri y sus familias. Si tan sólo Burak no hubiese llegado a tiempo.. sabrá Allāh si hubiera tenido el valor para seguir sin su hijo. 

 

— Mi Khaled —duele, duele mucho pronunciar su nombre. Tres años sin ver a su hijo, lo tiene cerca y a la vez tan lejos ¿cuánto habrá crecido, comerá bien, no estará enfermo? 

 

— El fin para Büyük Valide Sultán se acerca, lo puedo sentir en mis huesos —dijo como consuelo su odalisca más cercana. Ikraim vivió el terrible infierno con Ceren Sultán como gran madre sultana. Y aunque sobrevivió, una parte de su corazón murió en esa época. Oh Allāh.. ¿acaso Osman trajo del infierno al diablo? 






— ¿Ese es el bullicio? —cuestiono con una apática tranquilidad, una voz rasposa por la edad. La doncella puede ver la ensombrecida silueta de su alteza, admirando las telas delgado de fina seda que caen en su espalda. Su larga melena besada por la espuma de las olas cae en rizos bien cuidados. El mayor gira tenuemente la cabeza, mirando por encima del hombro a su esclava más fiel. La mujer puede apreciar un poco del mentón y la nariz de su majestad. 

 

—  Sí mi sultan —murmuran y murmuran, siempre susurrando para desear su caída. Ratas en las cloacas se encuentran en el diván, serpientes ponzoñosas en el harén. Cada vez que el gran sultán ve a sus hijos, puede comprender ese mirar. Cada vez que ve a su sangre, tumbas es lo que reflejan sus ojos.  

 

Añoran su caída más que nada y así será, no es eterno. La muerte es segura, la vida una duda. 

 

Y aquí está, viviendo para sus recuerdos. Viviendo para la seguridad de lo que levantó. La muerte es segura, el día que sea polvo.. alguien más ascenderá. Y esta preocupación por Halime no desaparecerá, puede cerciorarse que su hijo es casi una copia suya pero la preocupación de madre no se desvanece. La preocupación de un sultán por lo que depara al imperio. 

 

—  Ceren Sultán.. he escuchado.. qué Ramadan pacha ha invitado a su majestad a un banquete —oh ese anciano, cumple con su debida seriedad los deberes pero cuando se trata de placer y banquetes es un hombre diferente. Claramente habrá bailarines, nunca falta el entretenimiento en los famosos banquetes de Ramadan pacha. ¿Y si Burak se fija en alguien? ya tienen suficiente con Raissa Hatun y el acto imprudente de Haseki Ghaydaa. Allāh mediante su nieto no posará los orbes en alguien.. Allāh mediante. 





— ¡Oh Allāh, —las esclavas están encantadas por las canastas de flores que van entrando al living— son tan hermosas! 

 

El hijo del amo frunce el ceño, mirando con disgusto los regalos enviados de Ramadan pacha. Ese hombre no se cansa, maldito viejo.. sino fuese por su posición y lo mucho que gasta en el señorial, ya lo habría corrido. La encargada pide a los criados que lleven las flores a la habitación de Esmehan. 

 

Masshur bey tiene un impulsivo terrible de él mismo destrozar el regalo, el cual controla bien. Todos en la casa señorial conocen bien la situación respecto a Esmehan, un esclavo que no puede cumplir la función del placer, es una estricta regla que todo cortesano debe ser virgen en su primer encuentro y Esmehan al ser vendido por los piratas, dejaron en claro que el chico no era virtuoso. Una grandísima pena, había dicho su padre. ¡La belleza de Esmehan desbanca a cualquiera en el imperio! el precio por su compañía es altísimo, no puede imaginar cuánto ganarían si fuese cortesano. 

 

Masshur bey se desvive por Esmehan, quedó completamente enamorado la primera vez que le vió. "Cuándo suceda a mi padre, definitivamente os haré mi concubino" le prometió al chico de frío trato. No puede tomarlo ahora, después de todo.. su padre no se lo perdonaría. Sería una deshonra.. tomar como concubino a un doncel que ya parió a un hijo. 

 

— Esmehan —toco la puerta del favorito de la casa, sintiendo cómo su corazón se estruja al recordar los regalos de Ramadan pacha. Ese anciano está decidido en comprar a Esmehan, ¡y su padre realmente está considerando la oferta! 

 

Puede escuchar la aprobación del doncel y entra a la habitación, encontrando esa esbelta y hermosa silueta vistiendo sólo un camisón y su bata. Los hermosos rizos que se asemejan a la nieve, un rubio platinado encantador al igual que los resplandecientes únicos ojos cian que lo enganchan. Su redondo rostro, la piel más blanca que la leche de cabra y sus carnosos labios. 

 

Pero encuentra las canastas de flores apiladas en una esquina y chasquea la lengua— Masshur bey. 

 

— Ya sé que ese desgraciado ha rentado un grupo de bailarinas, y os ha pedido especialmente —la forma en que lo dice, son obvios sus celos. 

 

— Masshur bey siempre preocupándose por mí, —contestó con ese gesto indiferente, la seriedad en Esmehan es fría— descuide.. me sé defender. Si el pacha intenta algo, lo pondré en su lugar. 

 

— ... Debería sembrar mi semilla en tí. 

 

Pensó en alto, Esmehan inclina hacia un lado la cabeza llevando la mano cerca de sus labios— No lo hará. 

 

— ¿Eh? —siempre tan atrevido esté doncel. 

 

— Usted debe mantener intacto su honor, un doncel humilde como yo no le traería nada beneficioso —incluso su voz es preciosa.

 

— Pero Esmehan.. 

 

— Masshur bey, os pido que desista de cualquier sentimiento albergado por mí. Por mi seguridad, por la suya. Porfavor. 

 

— ¡Si es por mi padre..! 

 

— Masshur bey, así es. —ess mirada cian que guarda el más terrible invierno— No deseo malentendidos, Masshur bey.. no le veo como hombre.  —Ah.. sí, tan terrible como la tormenta de invierno. Este es Esmehan. 

 

— Cómo sea —gruño, saliendo de un portazo. ¡Será suyo, tarde o temprano su viejo e imbécil padre morirá y hará suyo a Esmehan! 

 

El día del banquete llegó, las bailarinas se preparan para subir a los carruajes. No deben ser impuntuales, Ramadan pacha es un cliente distinguido. En la residencia del pacha la servidumbre atiende con eficacia a los invitados, hombres que ríen a carcajadas u otros que se enfocan en temas de política. Todos askeri, la clase dominante en esta sociedad. Los askeri son los nobles, funcionarios judiciales, los oficiales militares y la clase religiosa llamada los "Ulemas". 

 

— Mi sultán, ¿os ha oído? el vaticano ha ganado territorio —hablo Thamir effendi— ese continente al otro lado del océano.. lo han recuperado. 

 

— Oh, sí —así que esos religiosos han incrementado su poder— hace un año de esa caída.. —nunca ha pisado esas tierras, pero si escuchado del imperio que lo regía. Lástima que ha caído, eso significa que no era tan grande como se decía. La verdad no tiene ganas de seguir con estas pláticas serias, corta la jugosa carne y sonríe al effendi— ¿y sus hijos, como han estado? 

 

— Bastante bien mi señor, Mahdi desenvuelve un buen papel en el comercio y mi Zafira está esperando su primer hijo —el sultán sonríe carismaticamente. 

 

— Que nervios, algún día tendré que entregar a mi gran estrella. 

 

— Y verá qué será a un buen hombre mi sultán, su gran estrella sin duda será feliz con quién le elija. 

 

Tiene dos niñas más, pero ninguna causa está gran preocupación como Rayse. Observa a Ramadan pacha, quien estuvo casado con su tía Nabiha sultán. Desgraciadamente la mujer no pudo soportar su embarazo, murió dando a luz un par de gemelas. 

 

— ¡Ei! —las risas dulces de los hombres son estruendosos, aplaudiendo la llegada del entretenimiento. Alza la mirada, viendo cómo las bailarinas entran con gracia al centro. Entonces sus ojos quedaron atónitos, esas piernas carnosas dando paso tras paso. Las caderas que se menean seductoramente, y esa cintura hecha para ser rodeada sin problemas. ¡Oh Allāh, cuánta belleza hay en su rostro! la manera en que está peinado su cabello es un encanto, sus rizos rubios tirando al platinado se unen en una desaliñada trenza de pescado. Mechones rebeldes enmarcan sus facciones. La transparencia de sus prendas le deja con el corazón desbocado. Entonces su cerebro avanza, mirando esa blanca piel y la delgada muñeca con ese grillete plateado. ¿Será el mismo Esmehan que le ayudó? 

 

No puede apartar la mirada de ese bailarín, nadie puede. Sus ojos son tan únicos, jamás había visto un tono cian como pigmento ocular en su vida. 

 

— Ah es ese chico.. —mumuro Thamir effenfi. 

 

— ¿Quién es? —cuestionó el sultán sin apartar los dorados orbes del muchacho. Tiene tantas preguntas, ¿de dónde viene, porque su piel es como la nieve, sus ojos una exclusividad y su cabello tan claro? ¿Porqué.. existe alguien tan hermoso? 

 

— Es una media odalisca de la casa señorial —responde el moreno, ¿media odalisca? primera vez que escucha algo como eso— debido a que no era virgen cuando lo vendieron a la casa señorial, Shamsuddin effendi le otorgó nada más la función de entretenimiento, no de cortesano. Incluso dicen.. que llegó preñado a la casa señorial, y que se deshicieron del niño. 

 

Vaya, qué picosa historia. 

 

— Y aún siendo solo una media odalisca, se ha convertido en la estrella de la casa señorial.. como podrá notar su majestad, ése doncel es el objeto de la atención de Ramadan pacha. Se rumorea que está a un paso de comprar al doncel. 

 

— Así que así son las cosas.. —los músicos de la casa señorial se posicionan, y las bailarinas comienzan a danzar una vez escuchado el tambor. Ninguna se mueve tan bien como el destacado doncel. La gracia y sensualidad de sus movimientos le hace temblar el corazón— ¿y.. como se llama? 

 

— Esmehan, su nombre es Esmehan mi señor —realmente lo ha encontrado, el destino obra de maneras extrañas. 

 

La música continúo, dando protagonismo a Esmehan. Las notas cambian, al igual que sus movimientos, ¿qué clase de danza está poniendo en marcha, porque su corazón se acelera más?— Es bastante bueno.. sus compañeras cuentan que fue traído por piratas. Ese chico.. viene del otro lado del gran océano. 

 

— ...Ya veo. —cada vez se interesa más en este chico. 

 

El baile terminó y las bailarinas fueron acompañar a los invitados. Obviamente Esmehan caminó hacía la mano extendida de Ramadan pacha, sentándose en su regazo. Y quién se acercó a su majestad, es una mujer de grata belleza pero que no es más que una simple mortal con Esmehan en la misma habitación. La mujer alimenta a su majestad, dejando que sus pechos rozen una que otra vez el brazo del sultán. Es pelirroja, una verdadera rareza, una chica que puede notar que la mirada de su majestad no se despega de Esmehan, toda la sala lo nota.

 

Es fastidioso, le fastidia ver cómo ese gordo y barbón hombre pasea las manos por la cintura de Esmehan, cómo alimenta al doncel con uvas, esos gestos cariñosos que le asquean. ¡Es el sultán, Esmehan debió ser enviado con él! pero, por más cariñoso que se muestre Radaman, Esmehan se ve distante. 

 

El banquete continúo con su ambiente célebre, no importó cuánto la odalisca se esforzó en captar la atención del sultán simplemente fue ignorada. En algún punto de la fiesta notó que algo andaba mal con Esmehan, el pacha se retiró junto al doncel pero pudo ver cierta resistencia disimulada. Los hombres no eran prudentes y halagaban al pacha, no pudo más con la situación y se levantó de su asiento dejando a todos en confusión. Se marchó para alcanzarlos al pasillo y pudo percatarse de la verdad, Ramadan pacha hizo algo contra Esmehan. El chico no se encontraba bien. Contuvo su furia y exigió que el pacha volviera al banquete ¡le exigió en su propia casa! 

 

Ese pacha.. drogo a Esmehan. 

 

— A-Ami-ra.. Amira me lo advirtió.. —dice el doncel en el carruaje del gran sultán, sudando y rojo hasta las orejas. Está temblando mucho, pareciera que se va desplomar en cualquier momento— Shamsuddin effendi.. me entregó al pacha.. 

 

Así que su amo confabuló con el pacha, lo más seguro es que planearan que Ramadan preñara a Esmehan para así no tener problemas con la venta. Una excusa muy buena para perder a su mejor esclavo. ¿Pero porque, qué valor tendría una gran pérdida?

 

— A-Ah.. —el tono de su voz es lasciva. La cara del chico está conteniendo su desesperación. 

 

— ¿Me.. reconoces? —qué pregunta más estúpida en este momento. 

 

— P-Por supuesto.. —una curva se forma en esos tentadores y temblorosos labios— ¿le gustó.. la muñeca..? —traga grueso, estar cerca de él en esta situación es peligroso. Respira hondo, dejando la mano entre su boca y nariz, enviando mirar al chico. 

 

— E-Ese idiota.. se pasó del suministro.. —no puede evitar reír un poco de escuchar como llama idiota al pacha frente suyo, bueno no vino con sus prendas tradicionales y estaba lo bastante lejos como para que Esmehan escuchará como lo estaban llamando sultán. Debe pensar qué es un askeri. 

 

— Si, Ramadan es un idiota. —contestó Burak. Esmehan mira detenidamente al distinguido hombre. Es demasiado apuesto y grande, el cabello lacio y oscuro como el ébano bien peinado hacia atrás. Su piel tostada y resplandeciente como el bronce. Esas cejas gruesas que hacen juego con su filosa mirada dorada como el oro y el sol, con su mentón y recta nariz. Es una belleza varonil en su esplendor. Un muy apuesto effendi— os llevaré a.. —incluso su voz es erótica, profunda y agravada. Cómo un afrodisíaco. 

 

Se acerca al hombre, tomando atrevidamente su mano— A-Ayudeme.. —su parte baja duele, todo su cuerpo le duele de contener este calor abrasador. 

 

— ¿Ayudarle..? —el chico asiente, apretando sus labios. 

 

— Os pido.. que me acompañe esta noche mi señor.. —es vergonzoso decir esto— alivie este calor que hace explotar mi corazón.. 

 

Mira fijamente al doncel, pensando en lo que ha dicho este chico. Ciertamente la cantidad que debió ingerir es alta, saciarse así mismo le será difícil— ¡Paren! —grito de inmediato. 

 

Ciertamente, puede ayudarle. 

 

— A-Ah.. mm~ —la manera en que succiona en su pecho es deliciosa, no puede evitar emitir sus gemidos. Burak succiona el dulce néctar, saboreando la leche materna. No sale mucha, pero así que realmente el doncel ya ha dado a luz— m-mi señor.. es-estamos en un carruaje.. 

 

Pidió que se orillaran en el camino. Burak sonríe con coquetería— Así es —mirando directamente a los orbes de Esmehan.

 

Baja bajando la mano, explorando el pegajoso caminó en las prendas de su acompañante— ¿Ya os has venido?—sí que debió ingerir mucho para estar sensible. 

 

— ¡AH! —esta sobando la cabeza de su falo, acariciando con lentitud cada trazo de su pene. Muerde sus labios, sintiendo cómo sale una vez la leche. Burak sonríe, no está satisfecho, es una noche larga para ser indecentes.

 

Soba los rosados testículos, y hace para atrás a Esmehan. La pierna del chico quedó encima de su hombro, y la respiración del sultán tan cerca del tembloroso falo. Engulle el miembro, moviendo su boca a la vez que su lengua envuelve la carne— ¡A-Ah.. se.. se siente.. bien! —gimió el doncel, mirando con atención cómo el hombre devora su polla sin dejar de mirarle directo a los ojos— ¡Ah! —vuelve a correrse, vertiendo su semilla en la boca del effendi. 

 

El hombre se separa, los hilos se semen unidos a su lengua y labios se rompen. ¿Se lo ha tragado? 

 

— Es la primera vez que sabe tan dulce —confesó el azabache. 

 

— A-Ah.. —la manera en que saborea los restos con su lengua, es tan sexy. El pecho de Esmehan late con fuerza. 

 

— ¿Debería continuar? —preguntó el señor. 

 

Esmehan asiente, sintiendo que el calor en la carroza se ha intensificado— Pero.. ¿cómo se llama señor? —vaya momento para presentarse. 

 

Toma la mano de Esmehan y deposita un suave beso, sin apartar la mirada de la suya— Burak, podéis llamarme Burak. 

 

— Yo.. soy Esmehan.. —Burak negó con la cabeza— ¿mi señor..? 

 

— Ese es el nombre que os ha dado vuestro amo ¿no? —el doncel asintió confundido— y esté señor desea saber vuestro nombre, vuestro verdadero nombre. 

 

Parpadeó sorprendido. Ha pasado algo de tiempo desde que preguntaron por su verdadero nombre, al llegar le dijeron que se olvidará de ello, que ya no era más ese doncel sino Esmehan. Que los nombres vienen y van.. que son insignificantes.. pero para él, ese nombre significa mucho. 

 

— ..Rayden, —murmuró. Aunque esté rojo por la excitación, parece mostrar cierta seriedad— mi padre me bautizó como Rayden.. 

 

— Rayden, es un nombre de valía.. —se bajó el pantalón y sacó a relucir la erecta y tiesa lanza— me perdonáis por romper el momento ¿Rayden? 

 

El doncel asintió, Burak le tomó con cuidado y le sentó en su regazo. La sensación de sus dedos masajeando su interior es placentera, y para Burak el interior de Rayden se siente totalmente diferente. Es cálido y suave, como colchones que cobijan sus dedos para fundirlos con su interior. El sonido pegajoso y obsceno.. está soltando mucho líquido lubricante. Le gusta como Esmehan/Rayden se aferra a su cuello, inundando el rostro en su hombro. Puede oler la exquisita fragancia de su cabello.. realmente este chico.. le está hipnotizando. 

 

— B-Burak.. daros prisa.. —gime el doncel, despega el rostro del hombro y con un rostro suplicante mira al señor cara a cara— porfavor.. daros prisa.. 

 

Guía la cabeza hacía la entrada, presionando con suavidad— Mm~ —ha vuelto a morder sus labios, no le gusta eso, se puede hacer daño. Acerca los suyos a los de Esmehan/Rayden, besando con un simple tacto que empezó a subir de tono. Le está besando.. ésta devorando su lengua, recorriendo cada parte de su cavidad bucal— ¡Mgh! —finalmente la ha metido. Va moviendo las caderas, haciendo brincar el cuerpo que tanto deseo le provoca. Va enredando los dedos entre las termas hebras, besando con pasión al doncel. Si.. ciertamente, la noche es muy larga. Y la verdad.. está lejos de estar satisfecho. 



Acto III



«Mirad Rayden, —la pequeña y lastimada ave era mostrada con lástima y alivió, miró fijamente al animal y simplemente frunció el ceño. Está sucio y seguro morirá, pensaba— lo cuidare, estará bien a mi lado —no tenía sentido, sin su madre seguro moriría. Y así fue, no tardó mucho para que el ave se volviera tiesa y ella no dejará de llorar. Pero las palabras de su padre pararon esas lágrimas. 

 

«Habéis hecho un acto noble, esperando un resultado noble. Le habéis dado calor y cariño, en vez del frío y la soledad, el pajarillo partió con amor y vos debéis vivir con amor» su padre solía decir cosas inentendibles que le resultaban fastidiosas. Sin embargo, en los momentos en que las comprendía, dejaban un peso en su mente. 

 

Abre los ojos de par en par, mirando un techo muy distinto al de la carroza o su habitación en la casa señorial. Siente el cuerpo pesado, y duelen poco sus caderas. ¿Será está la casa del effendi? si vuelve con Shamsuddin effendi el castigo será severo y no dudarán en intentar entregarlo al pacha pero si se queda traera problemas para Burak. Se levanta y mira a su alrededor, es una recámara elegante y muy vistosa. ?Es está la habitación de un effendi? parece de mucho mayor nivel. Hasta tiene un balcón, debe tener una vista preciosa. Su cabello está suelto, viste un cómodo y frondoso camisón. Mira las almohadas, las sábanas y colcha, ¡parecen tan finas, incluso la cabecera es tan diferente a las de la casa señorial!  

 

Da un gran bostezo, levantándose de la cama. Tiene curiosidad de ver por el balcón pero pegó un brinco al escuchar la puerta abrirse. Entra una fila de damas, las cuales colocan una mesa de patas chicas y van trayendo baldes con comida y bebida. ¿Que rayos es este trato? ni siquiera los askeri que le citaban en sus hogares tenían tal cantidad de sirvientes para sólo una acción. Al final entra un hombre de estatura media y cara graciosa— Buenos días mi señor, —dice el desconocido— su majestad está atendiendo el divan. Pedimos que sea paciente y guste de los exquisitos platillos que hemos preparado, el sultán no tardará en acompañarle. 

 

Esmehan parpadea repetidamente— ¿Que habéis dicho? —cuestionó de inmediato. 

 

— Qué podéis disfrutar.. 

 

— No, eso no. ¿Cómo has llamado a vuestro señor? 

 

— ¿Su.. majestad? 

 

Burak parece que sufre un tic, sonriendo de lado mientras que su ojo derecho tiembla. ¡Ese Radaman, atreviéndose a ser imprudente! ¿preocupación por la localización de Rayden? ¡ja, pero si bien que sabe que lo tiene en el palacio! ¡está cómo hiena hambrienta, esperando el momento para que ese dichoso amo le entregué a Rayden! 

 

Tranquiliza sus gestos al estar frente a la puerta de su habitación. No importa lo que desee Radaman, no permitirá que tal injusticia se haga. Si.. es un esclavo.. ¿pero engañarle para ser entregado? aunque debe admitir que le molesta más no haber conocido antes a Rayden. Hace mucho que no ha ido a la casa señorial. 

 

Los guardias después de sus reverencias abren las puertas, todo ese mal humor se esfumó con solo mirarle y esboza una gentil sonrisa. Rayden degusta sin reparos, parece un niño glotón. El doncel guarda esa frialdad en los ojos, mirándole fijamente. ¿No le ha gustado la comida? 

 

— Así que sois el sultan —ah, cierto. No sé lo dijo apropiadamente. 

 

Rayden mira de arriba hacía abajo las prendas y sombrero de Burak, realmente parece un sultán. Suntuoso atuendo con ornamentación llamativa. El hombre se quita el turbante y va hacia el perchero para colocarlo.  

 

— Y estoy en el palacio de Topkapi ¿no es así? —Burak asiente y camina hasta sentarse al lado de Rayden. 

 

— En ningún momento dije quién era, pensé que era obvio. Fui el invitado de honor del pacha —aclaró con una burlona sonrisa. Bueno tiene razón, tal vez a él no le dijeron que iba el sultán para no sentir el deber de acompañarlo después de todo era el mejor bailarín de esa noche, y pacha tenía una jugarreta planeada.

 

— ¿Planea regresar a este humilde esclavo? —si que se anda sin rodeos.

 

— Ya me he encargado de ello. 

 

— ¿Encargado? —arquea la ceja. 

 

— Haz dejado en evidencia vuestro desagrado al pacha, y si vuestro amo ha hecho tales actos es porque os desea lejos de la casa señorial —puntos acertados— entonces me ví en la obligación de dejar una jugosa cantidad de dinero. Os he comprado, la noticia no tardará en llegar al pacha. 

 

— Así que ahora soy de vuestra propiedad.

 

— Oficialmente sí, pero no pienso volver a tocaros a menos que vos lo deseáis. 

 

— ¿Por qué sois el sultán debo creer en vuestra palabra? 

 

— Para que mantengáis una buena posición solamente os llamaré por apariencias. Me gusta hablar, se ve que sois bueno con los temas. 

 

— ¿El sultán me compra para escucharle? qué sorpresa. 

 

— Es mi agradecimiento, —sí que esté sultán es muy extraño— gracias a vos pude darle a mi hija su regalo más preciado. Le agradezco salvando su pellejo de ese idiota. 

 

— Lo hemos hecho —vaya que recuerda cómo pidió que se corriera dentro suyo. 

 

— ¿Queréis dar a luz? —cuestionó el sultán y Esmehan/Rayden respondió con otra pregunta.

 

— ¿Eso ayudará a que me quedé? 

 

— Ciertamente.. sí. No dudo que intenten echarte del harén. 

 

— Entonces si llego a quedar preñado, daré a luz. 

 

— Ten una niña o doncel y no tendréis de que os preocuparos —¿si tiene un varón tendrá problemas? bueno, de las odaliscas escuchaba luego los dramas en las casas nobles. Las consortes que tenían varones y amenazaban la herencia del hijo con la esposa principal. 

 

— Rezaré por ello. 

 

Burak toma las granadas, alimentando al doncel. El güllaç es un postre tradicional turco​ hecho con leche, agua de rosas, granada y un tipo especial de masa con almidón. Esmehan mira atentamente al sultán— ¿Ya no podré llamarte Burak? 

 

— Podéis seguir llamándome Burak —ahora que lo ve a esta temprana hora, puede apreciar mejor la belleza de Burak. 

 

— Desconozco cómo funcionan las cosas aquí.. 

 

— Os enseñaré lo básico. Pero vas ingresar a la academia del harén. Llamareis mucho la atención, por vuestra hermosura y por haber sido ingresado siendo ya un favorito. Solamente.. recuerda esto. 

 

— ¿Sí? 

 

— No os metáis en el camino de Ceren sultan, sal de su vista —había escuchado ese nombre antes, tal vez en la casa señorial. 

 

— Burak.. —una sincera curva se forma en sus labios— gracias —los orbes dorados se quedaron atónitos por breves segundos, entonces cerró los ojos y sonrió para sí mismo. ¿Está cayendo ante este chico? 

 

— ¿Os habéis consagrado al islam? —el chico asintió. 

 

— En la casa señorial todo esclavo lo hace.. 

 

— Bien. —levanta la mano, posandola en su mejilla— Vuestro padre os llamó Rayden, vuestro amo os llamó Esmehan. Y ahora Burak.. —tiene el presentimiento de que debió decir "y ahora el sultán".  Burak esboza una cálida sonrisa, y besó su frente— os llama Eren. Sois Eren, sois Eren. 

 

"Eren" repitió en su mente, desde ahora se llama así. Está comenzando una nueva vida en el harén, y cuenta con el apoyó de Burak. Da gracias a los Dioses que se haya topado con un hombre peculiar cómo Burak. Otros no hubieran tenido tantas consideraciones y sólo le tomarían cuántas veces les apetezca. Ah.. ha agradecido a los dioses, sus verdaderos dioses. Extraña su hogar.. pero ya no existe, no queda nada para él en dónde una vez fue llamado Rayden. Y aquí.. es mejor permanecer al lado de Burak, ahora es Eren.. el favorito del sultán. 

Notas finales:

Tuve un sueño bien pesado, no una pesadilla pero si estuvo bien pesado así que tal vez ahí vean otro One shot en el futuro. Y descuiden, ya estoy terminando la actualización de Infelices Juntos. 


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