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Malfoy Manor por Orseth

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-Vaya princesita, pensé que nunca saldrías –exclamó Bambi, una chica de veintidós años, de largo cabello rojo intenso hasta la cintura y de hermosa figura.

-Pues ganas no tenía pero ¿Qué haría el mundo sin su ración de belleza? Sufriría síndrome de abstinencia o algo así.

Bambi rio por el comentario y luego se arrebujó en su esponjoso y corto abrigo.

-Oye Koby ¿no notas que hoy hay menos gente?

-Sí, espero que no sea una noche floja –respondio Koby dándole una calada a su cigarro mientras daba unos pasos y miraba a ambos lados de la calle.

-Ayer tuve pocos clientes, ya se acerca la fecha de la renta y aun no completo.

-Bueno querida pues a mover las nalgas –dijo sonriendo seductor a un par de hombres que pasaban conversando por ahí- hola cariño ¿buscas pasar un buen rato? -Los hombres lo ignoraron y siguieron su plática pasando de largo- ¿y Debbie como sigue, ya mejoró su resfriado?

-Sí, mi madre dice que ya está mucho mejor… ay mi pobre hija, como sufre cuando llegan los fríos.

-Tiene tres años, es vulnerable a esas cosas… creo,  yo no sé nada de niños ¿Cuándo iras a verla?

-Hasta fin de mes, debo ahorrar para la renta y para dejarles algo.

Un hombre se acercó a ellos y Koby percibió de inmediato que el interés era por la chica, así que se alejó unos metros mientras daba una última fumada y tiraba la colilla para pisarla después, vio a su amiga negociar y luego encaminarse con el hombre en dirección al edificio.

 

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-Bueno… -dijo Harry alistándose- creo que es hora.

-No olvides lo de la cámara.

-Ya lo sé, debo sustraer algo para plantarle una cámara… rayos, estoy nervioso, no sé si porque se trata de Malfoy o porque nunca he solicitado estos servicios.

-Yo creo que por ambas cosas.

-Tienes razón, bueno me voy.

-Suerte.

 

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-Qué maldito frío –pensó mientras pasaba los dedos entre su cabello viendo que había hombres que entraban a la sex shop de enfrente lanzándole miradas furtivas pero sin intenciones de acercársele.

-Hola.

Se giró viendo ante si a un chico de cabello castaño, ojos color miel y muy bien parecido.

-Hola cariño ¿buscas pasar un buen rato?

Por unos instantes Harry se quedó sin saber que decir al mirar aquellos ojos grises mirarlo directamente, reconociendo finalmente a Draco Malfoy en aquel chico de cabello negro.

-Yo… pues no sé.

-Pues yo si sé y mucho –respondió acercándosele mas mientras le tocaba un hombro tentativamente- te divertirás, la pasaremos bien, ya verás cariño.

-¿Cuánto cobras?

-Depende de lo que quieras, pero por quince minutos son treinta libras.

-¿Y qué obtengo en esos quince minutos?

-Un desnudo parcial y dos posiciones, aunque puedes tener media hora con desnudo total y las posiciones que desees por cuarenta libras cuarto incluido en ambas tarifas.

Harry pareció meditarlo un poco, como si en verdad estuviera dudoso de aceptar el servicio, entonces Koby le acaricio una oreja diciendo:

-Anda bebé, hace frío, entremos en calor.

-De acuerdo.

Koby sonrió satisfecho de que su primer cliente fuera alguien apuesto, por lo que comenzó a caminar en dirección al edificio mientras decía.

-¿Qué servicio vas a querer?

-Media hora estará bien.

-Perfecto bombón, pero el pago es por adelantado ¿de acuerdo?

-De acuerdo.

Harry lo siguió hasta llegar al edificio, en donde Koby entró dejando tras de sí un aroma a colonia que el auror aspiró con agrado, todo a la inquisitiva mirada de su cuidador Conall; subieron unas escaleras hasta el primer piso hasta llegar a una puerta.

-Llegamos –dijo Koby sonriendo mientras sacaba una llave y abría la puerta dejándolo pasar.

Harry entró sintiendo mucha curiosidad por el lugar en donde vivía y trabajaba a la par Draco Malfoy, vio ante sí una habitación con una cama al centro, dos cómodas a cada lado de ella con teléfono,  un pequeño armario y un tocador con una enorme luna y una televisión encima que daba justo frente a la cama; una puerta cerrada a un lado que  intuyó podría ser el baño y mas al fondo otra habitación sin puerta pero que aun con la luz apagada podía verse era la cocina.

-Ponte cómodo cariño –dijo mientras cerraba la puerta- y bueno, si quieres la media hora son cuarenta libras.

-Claro –respondio presuroso sacando su cartera y dándole el dinero que Koby contó satisfecho para luego abrir un cajón de la cómoda al lado de la cama y meterlo ahí.

-Bueno… -dijo dejando el bastón en el tocador y comenzado a quitarse la chaqueta- te va a gustar tanto que te tendré aquí cada semana.

-Espera, yo solo quiero platicar –exclamó haciéndolo detenerse en seco.

-Así que es uno de esos –pensó Koby dejando la chaqueta en su lugar- ¿seguro cariño? No hay devoluciones ¿eh?

-Lo sé.

-¿Y de que quieres platicar? –dijo invitándolo a sentarse en la cama mientras él se sentaba a un lado; por lo general clientes que solo querían hablar no llegaban mucho, pero lo agradecía pues eso significaba ganar dinero sin necesidad de dar las nalgas, además su política era tratarlos bien para hacerlos regresar, así que aunque la vida de esos tipos le interesara un soberano rábano, lo miró con esos enormes ojos grises con la actitud del mismísimo doctor Phil.

Harry sonrió mirándolo a él y luego mirando a su alrededor buscando el maldito objeto que tenía que hurtar para plantarle una cámara la próxima vez que regresara, algo que fuera adecuado y al mismo tiempo que pasara desapercibido.

-Bueno, pues es la primera vez que solicito un servicio de estos.

-Sí, me di cuenta en cuanto te vi.

-¿En serio?

-Sí.

-Debo parecer un pueblerino ¿verdad?

-Para nada, solo un poco nervioso, pero tranquilo, no pasa nada.

-¿Y cómo te llamas?

-Koby.

-Yo me llamo Archie, Archie Stone.

-Bueno Archie, conmigo no hay necesidad de ponerse nervioso, ya viste que no es cosa del otro mundo solicitar estos servicios.

-Sí, eso veo –respondio mirando aun a su alrededor viendo que objeto podría ser; había una pequeña lámpara empotrada a la pared, la cual sería perfecta obviando el detalle de que no podría robarse una lámpara empotrada en una pared- ¿hace cuanto te dedicas a esto Koby?

-Hace algunos ayeres, no eres de aquí ¿verdad?

-No, acabo de mudarme.

-¿Tienes novia, esposa, amante, querido Archie?

Y ahí estaba, la pequeña figura de un gato negro de no más de diez centímetros colocada encima del armario junto a otras figuritas.

-No, estoy soltero y sin compromisos… oye ¿podrías regalarme un té? Sé que no está en el servicio pero puedo pagártelo aparte.

Koby disimuló a la perfección el fastidio que eso le provocó, sin embargo se levantó sonriendo.

-Claro cariño, pero solo tengo de canela ¿está bien?

-Sí, gracias.

Harry lo vio levantarse y caminar hasta la cocina, algo que hizo sin bastón, lo cual sirvió para ver que efectivamente rengueaba de la pierna derecha, pero sin tiempo que perder se levantó y tomó la pequeña figura de cerámica y se la metió en el bolsillo.

Koby permaneció lo más que pudo en la pequeña cocina haciendo el té, después de todo el tiempo iba corriendo.

-Y dime Koby ¿tienes familia? –preguntó regresando con una taza en la mano.

-Claro, pero no viven aquí, gracias.

Disimuladamente Koby vio el reloj.

-¿Y qué te animó a solicitar estos servicios Archie?

-Pues… en primera que eres muy lindo –respondio sonriendo tímidamente, como si de verdad le apenase hablar de esas cosas.

-Gracias cariño.

Pero “lindo” no era la palabra que le hubiese gustado usar, pues el chico que tenia frente a si se movía y actuaba como si fuera dueño del edificio, con ese atuendo negro dejando ver parte de su abdomen, con ese cabello negro de apariencia húmeda… definitivamente ese no era el Draco Malfoy que alguna vez conoció y se pregunto todo lo que el chico tuvo que pasar para reinventarse de tal manera.

-Está bueno –dijo bebiendo un sorbo del té.

-Pues claro, yo lo hice –respondio sacando otro cigarrillo.

-Y segunda, pues que como acabo de mudarme quiero conocer gente.

 -Ya veo y dime Archie ¿a qué te dedicas?

-Soy plomero, soy bueno y cobro barato -Koby se cruzó de brazos recargado en su tocador después de dar una calada a su cigarrillo- ¿llegan muchos como yo?

-¿Gente que solo desea charlar?

-Sí.

-A veces.

-¿Te desagrada?... es decir, oír los problemas de los demás.

-Yo puedo ser lo que tú quieras cariño, si quieres que sea tu hombro para llorar lo seré, si quieres estar entre mis piernas que así sea o si prefieres tenerme entre las tuyas, también puedo hacerlo.

-Dime Koby ¿tu familia sabe que te dedicas a esto? –pregunto algo impactado por ver a Draco Malfoy hablando de tal manera.

-Claro.

-¿Y no les importa?

-No, somos muy civilizados –respondio buscando con la vista un cenicero, hecho que hizo a Harry ponerse nervioso si descubría la falta de su gato de cerámica, pero no lo hizo ya que al encontrar el cenicero agitó ahí su cigarro sin más ni más.

-¿Y eres de aquí?

-Qué eres ¿policía? –pregunto riendo.

-No, perdona si te incomodé.

-No te preocupes bebé, estaba bromeando.

-Es solo que siendo sincero me das curiosidad, es decir… siendo la primera vez que trato con alguien que se dedica a esto, pues…

-Entiendo, no hay problema.

-Eso no significa que no seas atractivo.

-Ya lo sé, no encontrarás fácilmente a alguien como yo.

Harry sonrió sabiendo que desde otra perspectiva, tenía toda la razón.

-Me gustaría saber…

-Lo siento amor, pero se te acabó el tiempo.

-Oh, claro… bueno pues, me dio gusto conocerte Koby.

-Gracias nene, regresa cuando quieras –respondio abriéndole la puerta- adiós.

-Adiós.

Cuando salió de ahí no pudo evitar exhalar un suspiro de alivio, así que subiéndose la capucha al llegar a la calle, la cruzó y aprovechando un pequeño grupo de fiesteros se metió a la sex shop en lugar de ir por la puerta lateral del edificio y subió con Ron.

-Estuviste bien Harry –dijo Ron quitándose el audífono de la oreja.

-Me sentí un maldito torpe.

-Pues para tu fachada eso estuvo bien ¿lo trajiste?

-Sí –respondio sacando el gato de su bolsillo.

-Perfecto –dijo tomándolo y examinándolo.

-Yo le pondré la cámara, tu descansa Ron, de todos modos regresaré hasta mañana en la noche.

-¿Seguro?

-Claro, yo vigilaré hoy.

-Bien, gracias amigo, no tienes problemas con el equipo ¿verdad? –añadió señalando varias pantallas en la mesa en donde vigilaba digitalmente el área.

-No Ron –respondio rodando los ojos- ya sé que tú eres el experto.

-Por eso pregunto –dijo riendo.

Ron fue a prepararse para dormir en tanto Harry regresaba la vista al edificio de enfrente viendo que Draco salía para ir de nuevo a la esquina en donde Bambi ya estaba parada esperando un nuevo cliente; entonces se dirigió al teclado en donde presionando un botón acercó la imagen de Draco en el monitor, lo vio sonreírle a la chica y disponerse a esperar a su siguiente cliente.

 

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-¿Servicio de media hora? –pregunto Bambi al verlo llegar.

-Sí.

-Para ser viernes esto está muy flojo.

Koby no respondio, solo miró a los lados viendo que efectivamente no había mucha gente, por lo que haciendo una mueca solo chasqueó la boca.

Harry en tanto lo miraba y luego miraba distraídamente el pequeño gato negro de porcelana que tenia entre los dedos, todo en la penumbra de la habitación para no ser descubierto; muchas cosas le intrigaban de Draco Malfoy, el porqué del estado de su pierna, lo que pensaría de la vida ahora, aunque también que era verdad que a pesar de tener ya veintidós años y una vida sexualmente satisfactoria, nunca había recurrido a contratar los servicios sexuales de nadie, así que parte de su desconcierto no había sido actuación.

Vio a Draco comenzar a reír por algo que había dicho la chica y se dio cuenta de que algo que había llamado su atención era justamente esa actitud, Draco no se veía sufrido ni con actitud de victima ante la vida, su apariencia era la de un sensual chico rebelde que gozaba del sexo, aunque lo ultimo fuera un obvio gaje del oficio que había que aparentar para satisfacción del cliente.

Suspiró reacomodándose en la silla disponiéndose a seguir observando, ya unas miradas a los monitores y otras tantas a la ventana y con el transcurrir de las horas pudo ver que a pesar de que era evidente la discapacidad de su pierna, Draco era solicitado, de hecho más que la chica, quien solo le sonreía resignada cada vez que él se metía al edificio en compañía de un cliente; y aprovechó esa noche en vela para investigar sobre el tema en su PC, vio que había sexo servidores tanto hombres y mujeres que llegaban a tener hasta quince servicios en una hora o más , pero eso era cuando lo hacían involuntariamente pues la trata de blancas era otro asunto, pero esa zona aunque era a las claras peligrosa el asunto no era así y Malfoy no se veía como un cautivo precisamente.

Y la mañana llegó haciendo con esto que los trabajadores nocturnos regresaran a sus casas, la chica había entrado antes pero Draco se había quedado hasta las seis de la mañana atendiendo a un último cliente y después de eso ya no salió más.

 

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-Buenos días Harry –saludo Ron saliendo de la habitación ya cambiado y duchado, con un semblante fresco y con toda la actitud.

-Buenas Ron ¿pudiste descansar?

-Oh sí, me hacía mucha falta.

-Preparé el desayuno.

-Sí, el olor a café fue lo que me sacó de la cama ¿arreglaste el gato de cerámica? –pregunto acercándose a la pequeña mesa redonda que había junto a la diminuta cocina para servirse café.

-Sí, está listo, cámara y micrófono adentro.

-Bien, pues entonces comamos estos hot cakes que preparaste que se ven  muy buenos y luego podrás descansar.

Y después de eso se pusieron a checar datos con el resto del equipo.

 

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Siendo la una  de la tarde, Koby se removió bajo las mantas dándole un golpe a su despertador y volvió a acurrucarse hasta que el despertador volvió a sonar cinco minutos más tarde, lo apagó de nuevo y al cabo de unos instantes de permanecer quieto con los ojos cerrados se estiró como un gato perezoso y abrió los ojos.

Se levantó, se puso una vieja sudadera y se metió a la cocina para preparar café y calentar su comida, cuando todo estuvo listo regreso con un plato y una taza y se acostó encendiendo el televisor mientras comía, vio una serie que salía todos los días y luego de dejar los trastes sucios en la cocina y limpiarla regreso a la habitación y abrió el armario para seleccionar lo que usaría esa noche, no sin antes encender una pequeña radio que tenía guardada en su cómoda  y así, al ritmo de “Work Bitch” de Britney Spears comenzó su rutina diaria.

 

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-¿Algún informe de Draco Malfoy? –pregunto Evan Hughes, Ministro de magia desde hacía cuatro años.

-No he recibido ningún informe señor –respondió Percy weasley, quien como sus hermanos también había avanzado en sus aspiraciones llegando a ser asistente del Ministro, estando además muy orgulloso de estar bajo las ordenes de ese Ministro en particular.

Evan Hughes había llegado a cambiar muchas cosas tal y como lo había prometido en su campaña, una de las primeras cosas que hizo fue mejorar en lo posible el departamento de aurores comenzando con las prestaciones de trabajo hasta cursos de actualización en sus procedimientos y cursos de investigación muggles, Ron incluso había llegado ser técnico en computación y estaba feliz de estar en posibilidades de seguir aprendiendo; este Ministro solía decir que un auror feliz y competente daba mejores resultados y tenía razón pues habían atrapado mas mortífagos en su administración que en las de los demás juntos.

-Debo hablar con el señor Walsh, ese asunto me preocupa.

-Últimamente he pensado mucho en ese asunto señor –dijo Percy carpeta en mano dándole unos pergaminos para firmar- y ese Malfoy tiene la obligación de ayudar en ese asunto, aunque esta información es clasificada deberíamos poner una petición solicitando su colaboración, podemos decir que es por motivos de investigación.

-¿Y tú crees que va a querer colaborar después de todo lo que le ha pasado?

-El se lo buscó señor, en el colegio era una mierda de persona… disculpe mi vocabulario.

-Exactamente Percy, en el colegio, lo que lo ubica como un adolescente, alguien inmaduro para tomar decisiones bajo presión, no así sus padres que hicieron lo que hicieron por ambición.

-¿Lo está justificando señor?

-De alguna manera si, ponte en su lugar, si tus padres estuvieran en peligro de muerte ¿tú qué harías?

-Daría mi vida señor –respondio al instante cayendo en cuenta del significado de su respuesta- ya veo… no es tan fácil juzgar.

-Exacto, respecto a él su veredicto de inocencia me pareció adecuado, pero en sus padres… -añadió endureciendo la mirada- salieron libres solo por sus influencias, si hubiera sido durante mi administración justo ahora estarían pudriéndose en Azkaban.

-Bueno señor pudriéndose están en su casa –dijo Percy mientras guardaba los documentos en la carpeta.

-Pero este asunto no acaba Percy, sigo investigando posibles infiltrados, no debemos confiar ni en nuestra propia sombra, si los mortífagos encuentran primero a Draco Malfoy no quiero ni imaginar lo que puede pasar, tengo la certeza de que tenemos infiltrados pero sobre todo el presentimiento de que hay alguien muy cerca… no sé, tal vez es mi imaginación pero debemos ser muy cuidados, los mortífagos no deben encontrar al chico primero.

-No sucederá señor, confiemos en la capacidad del departamento de aurores.

-Pues si –exhalo un suspiro recargándose en su silla- deseo acabar con este asunto lo más pronto posible.

-¿Quién diría que el Ministro sería todo un justiciero? –dijo Percy riendo.

-¿Eso parece Percy?... no me creas tan bueno, si destruyera el ultimo horrocrux durante mi administración sería el boleto seguro para mantenerme en el puesto –dijo guiñándole un ojo.

-Es cierto.

-En la política se puede ayudar a la gente mientras te ayudas a ti mismo, no lo olvides muchacho.

-No lo haré señor.

 

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