Diario de Kyo.
1 DE ABRIL
Querido diario:
Este día fue totalmente loco, primero debo decirte que ya soy, oficialmente, alumno de instituto, por fin se acabaron los extraños y al mismo tiempo tranquilos, años de secundaria. La ceremonia fue algo larga y aburrida, el director es un sujeto regordete pero su rostro parece el de un hombre de carácter amigable, a los costados se repartieron los diferentes profesores con los que tendremos que lidiar este semestre, 6 tipos con anteojos, dos mujeres que seguramente tienen unos cuarenta años y una profesora bastante joven y, desde donde yo estaba sentado, parecía muy linda, creo que nos enseñará inglés. Un grupo de estudiantes de un grado mayor nos dieron la bienvenida con una canción, creo que será un buen año, mientras el profesor de matemáticas no sea tan serio y estricto como se ve a simple vista me conformo, si pudiera describírtelo de alguna forma especifica diría que es la viva imagen del senior Scrooge de un cuento de navidad, sumamente mal encarado y con voz viperina, hay veces en las que me pregunto ¿por qué ciertas personas escogen ser maestros cuando al parecer es el trabajo menos satisfactorio que pudieron encontrar?.
Cómo sea, las primeras clases fueron tranquilas, al menos no tuvimos matemáticas, a la hora del almuerzo Yuki se encontraba esperándome en la entrada de mi salón, estamos en aulas separadas por desgracia, pero al menos podemos vernos todos los días como en la secundaria, cada día se pone más hermosa y sus pechos han crecido un poco mas. Tal vez un día de estos por fin podamos tener algo más que simples besos furtivos de camino a su casa, aunque con sus padres vigilando por la ventana todo el tiempo y casi cronometrando sus pasos será bastante difícil poder escaparnos un día, mamá me ha dicho que debo esperar, mientras mi padre me comenta por lo bajo sobre los hoteles del amor, pero a decir verdad no creo que ella sea de ese tipo de chicas que van a dichos lugares, incluso me ha dado algo de nervios pedirle algo más que besos. Como siempre me he desviado del tema.
Siguiendo con lo que sucedió hoy, conocí a una Idol, ¿puedes creerlo? Resulta que la famosa Athena Asamiya va en nuestro instituto y ahora es amiga de mi novia y obviamente, de mí también, a decir verdad es una chica bastante agradable, y tiene una sonrisa muy dulce, sumado a que cocina genial, pues nos compartió de sus bentos, no obstante note que a Yuki no pareció gustarle demasiado que elogiara su comida, supongo que es normal puesto que la primera vez que me hizo un bento lo primero que salió de mi boca fue “agua por favor” pero no es mi culpa que no se le de muy bien la cocina, además eso pasó hace casi un año , creí que ya lo había olvidado. Y siendo sinceros su comida no se compara en nada a la de Asamiya, la cual me recuerda a la de mamá, seguro que si se conocieran se llevarían muy bien pues mi madre es bastante hogareña. Y pude notar que cuando le dije cuanto me gustó el nigiri se puso algo nerviosa, creí que mi novia se levantaría y me haría alguno de sus dramas, pero no, solo dio otra mordida a su croqueta y siguió en lo suyo, te confesaré algo aquí entre nos, pese a lo bonita que es no podría verla como algo más que una bonita amiga.
Me he ido otra vez por la tangente y aunque lo anterior era parte importante de lo que quería contarte no se compara a lo que pasó al final de clases, PERO ahora que recuerdo, sucedió algo mas, es un tanto tonto y si fueses mujer me odiarías por ello, afortunadamente no lo eres, y me comprenderás; hoy, además de conocer a Athena-san, también “conocí” a otra chica, lo pongo entre comillas porque realmente solo caminó frente a nosotros con dos de sus amigas a la hora del almuerzo, por poco se me cae una salchicha pulpo que nos compartió Asamiya, pero es que ¡por dios! Era un monumento de mujer, aunque muchos de sus atributos eran ocultados por el odioso uniforme del instituto no se podían ocultar ese par de grandes senos, si bien los de Yuki han crecido un poco no son nada comparados a aquel par, cuyo movimiento casi me atrapa en un vaivén interminable, pero para mi fortuna las chicas estaban tan ocupadas conversando sobre el bento y cómo hacerlo que ninguna se dio cuenta de que mi mirada se perdió unos segundos en el contoneo de las caderas de esa muchacha tan …. Grrrrr.
Y ahora si, después de tanto dar y dar vueltas contándote cosas tranquilas y normales, llega la razón de que me encuentre como me vez, con una ojo morado, el labio inferior roto y con dos dedos enyesados (que afortunadamente son de la mano izquierda); como te diste cuenta por lo que relate en los párrafos anteriores, mi día estaba sereno y productivo, tomamos nuestras cosas en cuanto la campana anunció el término de las clases y fuimos a cambiarnos los zapatos, varios estudiantes salían de todos los edificios, algunos regresábamos a casa y otros iban a sus clubes, caminaba al lado de Yuki y Athena, cuando los tres dimos un par de pasos fuera de la reja de entrada apareció aquel energúmeno, ese bueno para nada de Yagami, tenía cuatro años sin saber nada de el y de pronto como si nada se lanza sobre mi golpeándome de lleno en el rostro, me tomó totalmente desprevenido por lo que no pude mantenerme en pie, además no podía dejar que lastimase a alguna de las chicas, me aventó un par de metros corriendo hacia mi como un animal salvaje, obviamente pude esquivarle esta vez, varios de los estudiantes se reunieron para ver qué pasaba, algunos gritaban sorprendidos y otros emocionados, Yuki por su parte estaba aterrada por mi – y eso me encanta pues seguramente cree que soy como un héroe. Cuando por fin pude poner mis sentidos en orden empezó la verdadera lucha, mi padre jamás me dijo sobre el fuego purpura que quema como el demonio, ese bastardo Yagami además de loco es muy fuerte y sus llamaradas me dejaron idiota, nunca en mi vida vi fuego purpura, sumado a que sus ojos comenzaron a cambiar a un tono rojizo, no pude verlo tan bien como aquella vez en su mansión, pero pude notar que aun conservaba esas pecas raras, y sus ojos siguen tan azules como el mar, o el cielo, pero desprendían un aura triste, aún más que aquella vez que nos vimos por primera vez. Claro está que no es como si me hubiese dado demasiado tiempo para fijarme muy bien, la lluvia de golpes no cesaba, definitivamente es una bestia incontrolable, a la cual, he de presumir, que le rompí la boca, le puse también un ojo morado, y estuve apunto de romperle dos costillas, y le hubiese ganado de no ser porque un par de profesores llegaron, seguramente los chicos nos fueron a acusar después de darse cuenta que además de golpearnos como cualquier persona, podíamos hacer aparecer fuego de nuestras manos, y en cuanto el loco aquel les vio acercarse detuvo su patada.
- Esto no se queda así, la próxima vez te derrotaré – dijo con un aire bastante altanero para después irse de ahí cojeando pero como alma que lleva el diablo.
Mientras que yo tuve que quedarme a recibir un regaño, y casi una expulsión, afortunadamente llamaron a mis padres, como saben lo que sucede y por qué no puedo negarme a pelear con el pelirrojo no me regañaron, aunque le prometieron al profesor que no se repetiría nuevamente – al menos cerca del instituto. Y eso fue todo lo que paso este primer día de escuela, y si bien duele bastante me ha dado la oportunidad de recibir bastantes mimos por parte de Yuki que me trata como todo un caballero de elegante armadura. Algo por demás curioso era la ropa que llevaba el pelirrojo, unos pantalones rojos con algo extraño que los unía, como una cinta o algo así, debe ser muy incómodo caminar, ¡pero incluso corría!, una camisa blanca ridículamente larga y un bolero…. ¿Quién usa ese tipo de vestimenta estos días? ¡O cualquier día! … (pero le sentaba muy bien…)
Por hoy es todo, debo cambiarme los vendajes y recibir el sermón de mi padre de que esos ataques son una de las razones más poderosas por las que debo tomar mis entrenamientos en serio. Solo espero que ese idiota no quiera pelear de nuevo mañana porque seguro que nos vemos bastante ridículos pegándonos sobre los moretones. Aunque ahora que lo recuerdo con ese padre que tiene seria para el bastante normal.
Nos vemos mañana.
DIARIO DE IORI
1 de abril.
Aun no entiendo porque sigo regresando a ti, quedan pocas hojas, pero hoy fue bastante intenso, y como las otras veces sentí la necesidad de escribirlo. Por fin después de tantos gritos y discusiones he ido a por Kusanagi, ¿puedes creer que apenas esta en instituto? Creía que tenía un coeficiente intelectual más elevado que los demás – como yo - no obstante todas las advertencias de mi padre sobre ellos son un tanto exageradas, es más, creo que ni siquiera esperaba que lo atacase porque le aseste un buen golpe en cuanto le vi salir de la escuela, estaba vestido con ese extraño uniforme que aparece en todos los animes de escuela que ve Yukari, afortunadamente no tuve que pasar esa vergonzosa etapa ya que tuve educación en casa, y por lo que vi es por demás difícil moverse con esa ropa, es eso o ese sujeto es mas lento que una tortuga, cuando salió iba acompañado de dos chicas, una castaña muy parecida a el, supongo que es su hermana, y una jovencita de cabello morado, muy bonita por cierto, no obstante pese a los años que pasamos sin vernos debo admitir que ninguna de ellas dos tenían ojos tan grandes y expresivos como el bastardo Kusanagi, ¿en verdad es un chico? Me pregunté en cuanto lo vi salir, tiene facciones delicadas, en un primer momento estuve por descartar el ataque, pero si llevaba el uniforme de los hombres es que es uno – aunque parezca señorita – Con el primer golpe lo tiré al piso, y casi me quedo sordo porque la tipa castaña que le acompañaba dio un grito que por poco me revienta los tímpanos, ¡dioses! ¿es que a todas las mujeres les dieron megáfonos en lugar de cuerdas vocales?
He de admitir que me sorprendió bastante su agilidad después de levantarse, no es como si fuese algo muuuuy impresionante, pero pese a su cara de idiota no es tan malo para pelear, claro que la lucha no duró demasiado puesto que llegaron unos adultos, supongo que eran profesores o algo así ya que salieron de la escuela y varios de los estudiantes que salieron a ver lo que no era de su incumbencia comenzaron a correr en varias direcciones. Antes que cualquiera de esas personas se atreviese a llamar a la policía yo me alejé, no tengo ni la más remota intención de que mi padre se enoje conmigo por que tiene que ir a sacarme de la correccional, ya bastante es que me masacre a golpes porque no doy un buen golpe o no logro esquivar algún otro.
Lo cierto es que debo entrenar mas, algo en mi interior me lo exige. Le grite a la cara que seria yo quien iba a matarlo, eso es algo que no puede olvidar nunca, quiero ser libre y eso sólo lo podre lograr en cuanto lo mate, a mamá no le gustaría en lo absoluto pero también sé que ella odiaba que mi padre me obligase a hacer este tipo de cosas, así que aunque no lo apruebe estoy seguro que me alentaría a mejorar en mis entrenamientos y en que terminase con Kusanagi lo mas rápido posible para no hacerle sufrir. Si existe algo que no puedo soportar es ver sufrir a los demás, es mejor terminar con su vida en un dos por tres a que pasen sus últimos días en agonía… como tú, mamá
La extraño demasiado, nunca creí que llegaría hasta esta edad sin poder olvidarla, Yume-sama seguro estaría decepcionado si se da cuenta que escribo un diario, ya que de vez en cuando aquí plasmo mis debilidades, y tu eres una de ellas madre, no lo niego, eras la única que me amaba, parecías feliz a mi lado, algo que ni mi padre ni mis hermanos me han transmitido, soy prácticamente un desconocido en esta casa, como otro mueble que esta para cumplir una función y nada más, deseo escapar de todo ello y por tanto no descansare hasta matar a Kusanagi, dame fuerzas madre para que mis manos no duden en mancharse de sangre, nunca he matado a nadie, pero no aguanto mas estar entre estas cuatro paredes. El día que me vaya no mirare atrás, no necesito despedirme de esta casa, tu recuerdo siempre me acompañará y eso será mi único equipaje. Logré terminar la preparatoria y puedo tocar el piano y la guitarra, formaré una banda y tocaré las canciones que me enseñaste, compondré otras para ti y seremos libres…
Lo siento Kusanagi.