Kakashi Hatake, ese era el nombre del chico que conocí en el bar de Shikamaru, parecía tan decaído y apagado que no pude evitar acercarme e intentar charlar un poco con él.
Me acerqué despacio e intenté tomar su orden, su pelo platinado lo hacia ver guapo y un poco más mayor de lo que su rostro mostraba, su traje negro refinado lo hacían elegante, porque detrás de la barra donde yo servía los tragos podía apreciar eso por completo.
— ¿Que desea señor? —Pregunté refiriéndome a a las bebidas puestas en el menú.
— Un vida nueva... —Dijo en un murmullo que el rubio escuchó perfectamente y soltó una risita.
El peliplata levantó la vista para encontrarse con un rubio ojos azules que lo miraba divertido, regalándole una sonrisa.
— Me refería a las bebidas. —Dijo buscando en el estante de la barra un vaso pequeño, colocándole hielo y poniendo un poco de whisky.— Tómelo, corre por cuenta de la casa.
El muchacho se marchó de la barra para ir a atender a unos comensales que acababan de entrar.
Sin darse cuenta no pudo quitarle la mirada de encima a ese joven, algo en ese chico lo había capturado y de cierta manera lo atraía. Llamó al otro muchacho de piel más pálida y cabello negro también en la barra, para preguntarle sobre aquel chico.
— Disculpe una pregunta. —Dijo el peliplata captando la atención del azabache, quien dejó su labor de secar vasos para acercarse hasta el cliente que le llamaba.
— ¿Que se le ofrece señor? —Dijo el pelinegro una vez estuvo al frente del peliplata que lo llamó.
— Me gustaría saber el nombre de tu compañero. —Habló sin rodeos
— ¿Se refiere al rubio? —Dijo señalándolo mientras se acercaba a una de las mesas con una bandeja en sus manos.
— Si, el mismo. —Volvió su mirada al azabache que lo miraba un poco sorprendido.
— Pues...
Sasuke dudo unos segundos en revelar el nombre de su primo, porque después de todo no es bueno dar esa clase de información a gente desconocida.
— No estoy autorizado a dar esa clase de información a los clientes, pero si quiere, intente preguntárselo usted mismo, de seguro se lo dirá.
Sasuke hizo una reverencia y se alejo del comensal quien había preguntado por Naruto, y la verdad no le sorprendía.
Varios de los clientes que están ahora mismo en este bar, viene solo cuando es el turno del rubio, pues su manera de tratarlos y su sonrisa hacen que quieran seguir viniendo, incluso ya hubo vario que se le confesaron y él los rechazo.
El azabache le hizo señas a Naruto porque ya era tiempo de cambiar, pues entre ellos se turnaban para atender la barra y las mesas. El rubio se acercó hasta la barra dejando la bandeja con varios vasos vacíos, y comenzó a atender otra vez a los que se acercaban a pedir una bebida.
Kakashi le hizo seña a Naruto para que este le sirviera otro whisky, el rubio gustoso se acercó al peliplata y le regaló una sonrisa.
— Aquí esta su pedido. —Dijo para seguir atendiendo, pero se vio imposibilitado ya que una mano sostuvo la suya y no lo dejo marcharse— ¿Se le ofrece algo más? —Preguntó al ver como el pelipalta aún sostenido su mano, que la soltó de a poco al darse cuenta de lo que hizo y se sintió un poco avergonzado.
— Ah, disculpa. —Intentó mantener la compostura— Me... —Habló el peliplata para dirigir su mirada hasta del chico que aún le sonreía— ¿Me podrías decir tu nombre?
— Lo haré, si me dices el tuyo, claro. —Chantajeó cruzandoce de brazos y mirar al hombre.
— Kakashi Hatake, un placer. —Dijo estirando su mano, cual fue aceptada por el rubio de buena manera.
— Naruto Namikase. —Dijo el rubio quien soltó la mano del hombre— Ahora si me disculpas, debo seguir atendiendo.
Hizo una reverencia y se fue a seguir atendiendo y hablando con las demás personas. En cuanto terminó su bebida, dejó el pago correspondiente en la mesa junto con una propina y se dirigió a a hogar.
— Que mano tan pequeña para ser de un chico de su edad. —
Pensaba el peliplata mientras aparcaba su auto en el garaje. De alguna manera el rubio quedó en su mente, pues, de alguna forma esa sonrisa le hizo sentir bien.
Al entrar a su hogar, una de sus fámulas se acercó a recibirlo y tomar su maletín entre sus manos, se quitó su saco lo colgó en el perchero de la entrada y comenzó a buscar con la mirada a su esposa.
— Discúlpame ¿Mi esposa dónde esta? —Preguntó el peliplata la fámula que tenía frente a él, esta solo agachó su cabeza antes de responder.
— La señora ha dicho que se iría a comer afuera con sus amigas, y que no la esperara.
La muchacha miró a su señor y volvió a bajar su cabeza esta vez corriendo su cuerpo a un costado para permitirle entra a la gran casa.
— ¿Otra vez? —Preguntó sin sorprenderse demasiado,y dio un largo suspiro— Esta bien, gracias por avisarme.
— Es mi obligación, señor. —Dijo mientras caminaba atrás de este y Kakashi tomaba asiento en la gran y vacía mesa— ¿Le traigo la comida de hoy? —Preguntó la fámula a sus espalda en cuanto se sentó.
— Por favor, te lo encargo. —Dijo el peliplata
— Cómo ordene señor. —La fámula desapareció un momento para volver a la cocina acompañada de al menos cuatro más con unas bandejas de plata— El plato de hoy es langosta con ensalada de lechuga y tomate, que tenga buen provecho.
Dijo la chica al retirarse junto con las otras 4 de la cocina, dejando así a un solitario peliplata comiendo.
En su cabeza rondaba la pregunta —"¿Cuando fue la última vez que comí junto con Hanare?" — Pues la respuesta era sencilla, la ultima vez que cenaron y salieron aún lado fue para su aniversario de bodas.
El recordaba haberle insistido mucho para salir, había hecho una reservación en María Sempere aprovechando la ocación para viajar un poco y hacer turismo en New York.
Quería regalarle una cena especial y una noche romántica, de esas que hace mucho no tenían, pero su mujer le dijo que era mejor comer y volver a casa, arruinando su plan de ir a caminar por la playa tomados de la mano.
Porque a pesar de su apariencia era una persona muy romántica y hasta cursi, cosa que a su mujer le comenzaba a molestar y que para Kakashi era obvio.
Cada vez que le robaba un beso en público, o tomaba su mano, o cuando iban a dormir hacerlo abrazados, ella rechazaba sus ideas y ponía una barrera, que en un principio pensó que solo le avergonzaban esas cosas pero incluso cuando estaba en intimidad ella rechazaba esas cosas.
Poco a poco se fueron distanciando y Kakashi dejó de tener esos gesto con ella, simplemente no quería sofocarla demasiado.
Con el paso del tiempo comenzaron a salir cada uno por su parte, Hanare salía con sus amigas y él... bueno solo buscaba bares en donde pudiera beber algo después del trabajo.
Ahí se encontraba mirando el plato frente a él, en esa enorme mesa vacía, se levantó de su lugar sin tocar un poco de su comida y se fue directo la ducha, al salir simplemente entró en su habitación y se tiró en su cama, intentando dormir.
***
— Naruto. —Habló el azabache.
— ¿Que sucede? —Dijo el rubio acomodando una de las mesas ya vacías, pues estaban a punto de cerrar el local.
— El hombre de cabello plateado que atendiste hoy — Naruto se acercó hasta la barra para entender que quería decirle su primo— , mira. —Dijo Sasuke señalando el vaso vacío.
Naruto levanto el vaso y comenzó a contar los billetes que habían debajo de él, sus ojos se abrieron grandes y casi se desmaya al ver la suma de dinero que le había dejado de propina aquel comensal.
— Esto..Esto no puede ser. —Dijo volviendo a contar los billetes para ver si era la suma correcta, miró a Sasuke quien se veía curioso por saber cuanto le habían dejado— Sasuke...
— ¿Cúanto es Dobe? —Pregunto el azabache al ver la cara de susto y sorprendido de su primo
— Qui- Quinientos dólares. —Dijo Naruto que miraba los billetes en sus manos, pensando que había contado mal.
— ¿¡Que?! —Gritó Sasuke cosas que asustó a Naruto, y le arrebató el dinero de las manos, comenzando a contar el dinero— De seguro contaste mal... —Dijo en un murmuro que quedó en el vacío bar a esa hora.
Sasuke quedó boquiabierto al darse cuenta de que el rubio no había contado mal, efectivamente aquel hombre le dejo quinientos dólares de propina.
— ¿Que vas a hacer con todo este dinero? —Preguntó mirando a su primo y devolviéndoselo.
— ¿Que no es obvio? —Respondió serio guardando el dinero en su bolsillo— Voy a devolverlo, no puedo aceptarlo. —Miró a Sasuke quien solo lo vio sorprendido, su primo si que tenía un buen corazón pero a veces era un poco idiota, un completo Dobe.
— Pero te lo dejo como tu propina. —Dijo intentando persuadir a un decidido rubio.
— Exacto, por tanto no puedo aceptar todo este dinero así como así. Una propina es un par de dólares más a lo que se consumió en agradecimiento al camarero, no casi mi sueldo entero en ella. —Habló volviendo a terminar de acomodar esa mesa que le quedó pendiente cerca de la
— Pero con ese dinero puedes comprar tu medicina del mes. —Naruto se detuvo al escuchar esas palabras solo cerro sus ojos para pensar, Sasuke tenía razón en eso pero no podía aceptar tanto dinero de un desconocido.
— Aún así lo devolveré, simplemente no puedo aceptarlo.
Sasuke se cruzo de brazos y recargo su espalda en la barra mirando sobre su hombro a su primo, quien se esforzaba cada día por salir adelante sin querer depender de nadie, solo por su propio esfuerzo, así le decía siempre a mamá y papá.
— Siempre tan terco. —Dijo soltando un suspiro y volviendo secar los vasos restantes de la barra, Naruto solo le sonrió y ambos terminaron de cerrar el bar para dirigirse a casa.