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Buscando la belleza por OldBear

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Capítulo 2. ¿En serio tengo el empleo?

Decir que estaba impresionado era quedarse corto. Steve acababa de llamar a todas las referencias que el tal Anthony Stark había puesto, y todas hablaban maravillas de él, ¿pero por qué una persona con tantas capacidades querría un mínimo puesto de asistente? Incluso se estaba ofreciendo el sueldo mínimo, y este hombre podría optar por algo más alto. Si bien Steve quería a alguien preparado, Tony estaba más que preparado para un puesto mucho más alto que ese. Hasta un gerente quizás. Le dio risa el hecho de que sus dos opciones eran la poco calificada Wanda Maximoff y el sobrecalificado Anthony Stark, ¿Por qué no había alguien intermedio?

Suspiró y le informó al asistente de vicepresidencia, Sam Wilson, que le hiciera el favor de llamar al número de Tony y decirle que se regresara de inmediato a Shield, debía arreglar el lio de Coulson antes de que acabara el día.

Tan pronto como Sam dio media vuelta y lo dejó solo para llamar a la casa de Tony, una voz chillona hizo eco en el momentaneo silencio de su oficina.

— ¿Cómo es eso de que no vas a contratar a Wanda? — Steve levantó la cabeza y vio a Sharon, su novia, parada en la puerta de su oficina. Seguramente le habría preguntado a Phil acerca de si ya le habían dado el puesto a su amiga.

— ¿Sabes que para entrar a un lugar se debe de tocar la puerta?

Ella terminó de entrar y se cruzó de brazos frente a él.

—Yo soy tu prometida ¿Qué estarías haciendo aquí que yo no pueda entrar sin tocar?

Steve la miró largamente y decidió hablar del tema que la había traído a su oficina. Su prometida podía llegar a ser ligeramente conflictiva.

—Necesito a un asistente calificado.

—Wanda lo está.

—Wanda solo está calificada para...— se detuvo, viendo la ceja alzada de Sharon—. No está calificada para el puesto— rectificó.

—Será que no quieres que ella me cuente cualquier cosa que puedas hacer o decir ¿eh? O directamente vas a contratar a una chica a la que si le puedas meter mano.

— ¡Sharon por Dios! —Steve golpeó el escritorio con bastante fuerza mientras se ponía de pie, irritado. — ¿Es que no entiendes que necesito a alguien a quien no le tenga que explicar cómo tomar una miserable llamada? Wanda ni inglés sabe. Además— hizo una pausa al tiempo que enderezaba su corbata— a quien tengo en mente es un hombre.

— ¿Y tú crees que yo me creo eso? — preguntó con seriedad.

—Ven más tarde, pedí que le llamaran para entrevistarle antes del final del día. Así lo compruebas tu misma.

Steve sonrió al ver como Sharon salía vuelta una furia hacia —suponía él— irle con el chisme a Wanda Maximoff. Eso era lo que menos le importaba. Se sentó un momento, su cabeza comenzó a punzarle, decidió llamar para que le llevaran una pastilla para el dolor.

 

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Tony al principio creyó que la llamada procedente de Shield diciéndole que volviera había sido una broma. La voz de un asistente muy cordial le decía que debía volver inmediatamente, pues el mismo presidente de la empresa quería entrevistarlo. Casi le da un ataque de lo nervioso que se puso. Apenas si tuvo tiempo de contarles a su padre y a Strange lo que estaba pasando, y con la felicidad en el rostro de los tres, salió de inmediato de vuelta hacia la agencia.

Esta vez no necesitó preguntar a donde debía dirigirse, y subió de inmediato al sexto piso.

Reconoció la voz del asistente que le llamó por teléfono cuando al salir del elevador este se presentó como Sam Wilson, era el asistente de vicepresidencia, y le indicó que esperara un segundo mientras le informaban al nuevo presidente de su llegada. Tony se enteró que el puesto era para asistente de Steve Rogers, y no del señor Thanos, puesto que el último se estaba retirando y dejando la compañía en manos de su hijo. Eso lo puso más nervioso.

—Entra ya— le dijo Sam con una sonrisa.

La entrevista seria esta vez en el salón de la presidencia, y Tony entró casi temblando.

 

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Decir que era feo quizás no estaba del todo bien, pero Steve tuvo que admitir que Anthony Stark no era demasiado agraciado. No pudo evitar la sorpresa de su cara cuando lo vio entrar, sin embargo, él no necesitaba una asistente hermosa a quien pudiese admirar, su empresa tenía mujeres encantadoras a montón, él necesitaba eficacia.

En la oficina estaba su padre sentado en un sofá de dos plazas colocado a un lado, y Sharon se había acomodado encima de su escritorio dejando escapar un "¿eso quieres para asistente?" con toda la malicia que su novia era capaz de expresar cuando Anthony cruzó la puerta.

Steve notó que la sonrisa de Tony no flaqueó aunque claramente se veía intimidado. Le dio un poco de pena a decir verdad y le invitó a sentarse con la galantería que le caracterizaba.

Antes de que Steve hiciera su primera pregunta, Sharon se le adelantó.

—Sabes que esto es una empresa dedicada a la moda, ¿cierto? —la malicia en su voz era casi palpable, pero Tony supo defenderse más que excelente.

Mientras Steve realizaba la entrevista, aclarando todas las capacidades que Tony tenia para el puesto— aunque ya se las sabia— Sharon no se cansó de emitir cortos comentarios sobre el aspecto que debería tener alguien que iba a estar tan cercano a la presidencia, pero Stark lograba volver al tema principal con mucha altura. Y aunque claramente se veía incómodo y quizás humillado, en ningún momento dejaba de hablar o de forzarse a sonreír. Eso maravilló a Steve, le interesaba alguien que no se dejara mangonear de su prometida.

—Espera, —Sharon cortó la entrevista de repente y se bajó del escritorio para dirigirse a la puerta —, quiero hacer una última prueba.

La rubia salió por un segundo, solo para regresar tironeando a Wanda de forma brusca, obligó a Tony a ponerse de pie y los colocó uno junto al otro.

— ¿Ves? —Sharon alzó una ceja, sonriendo triunfal, — piensa en eso antes de tomar una decisión, y recuerda que uno de ellos dos ira contigo a las reuniones.

Sin agregar nada más salió llevándose del brazo a su amiga, dejando el silencio más incómodo que Steve había sentido. Eso había sido más que innecesario. Vio como Anthony bajaba la vista hacia el piso, claramente había comprendido que Sharon lo comparó físicamente con Wanda y era lógico que eso lo había superado. Su padre también se veía más que avergonzado por las acciones de Sharon, pero solo se levantó en silencio y salió de la oficina, no sin antes decirle algo a Tony en el oído que le hizo levantar la vista y sonreír a medias.

Steve no logró escuchar que le había dicho su padre al muchacho.

—Siéntate Anthony, por favor. Quiero pedirte disculpas por mi prometida.

Anthony desestimó el asunto con un movimiento de mano.

—Está bien, es normal que quiera intentar de todo para defender a su amiga. —Se acomodó mejor en la silla y agregó—. Sabe que no puede competir contra mí.

A Steve le agradó que el otro supiera levantarse de aquella humillación. A decir verdad no había estado tan seguro de Anthony Stark como su asistente, pero mientras más hablaba con él, más le convencía. Era el mejor para el puesto. Además, había algo que le agradaba del chico, era unos años más joven que el propio Steve, pero estaba mucho mejor preparado, aunque no con más experiencia laboral. Y, principalmente, no permitiría que Wanda Maximoff ejerciera la función de espía que tanto anhelaba su novia.

— ¿Puedes empezar mañana a las 7? — dijo sin más, ya había tomado una decisión.

La cara de Anthony fue todo un poema, era claro que el chico no se lo creía. Lo vio asentir con emoción.

—Perfecto, ve y habla con Sam Wilson, el hablará con Recursos Humanos para que hagan los trámites necesarios.

 

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Tony estaba tan feliz por haber obtenido el puesto que casi baja del bus en una parada que no era la suya. Pero la felicidad le duró poco cuando su papá abrió la puerta de la casa y recordó que había mentido acerca del puesto de trabajo, y que debía seguir mintiendo. Stephen aún seguía en su casa, era lógico que no se iría sin saber las noticias. Le contó a sus padres que su puesto seria supervisado por el mismo presidente de la empresa, y que trabajaría directamente por debajo de él. Obviamente no mencionó que sería contestando las llamadas de su jefe y organizando su agenda.

Se habían sentado en la mesa, ya casi era hora de cenar y Strange estaba dispuesto a aprovechar que María le había colocado un plato.

—Pero dime una cosa Tony— su padre se puso serio, casi rígido—. Te darán una oficina personal, o tendrás que estar todo el día metido con tu jefe.

—No lo sé papá— respondió con sinceridad mientras clavaba el tenedor en su plato.

A Howard no pareció agradarle mucho esa respuesta.

—Exige que te den una oficina personal, y más por tu puesto. —Dijo agitando su cuchara en el aire—. Además, estar metido todo el día con tu jefe a puertas cerradas...

Tony rodó los ojos. Como si el heterosexual y apuesto de su jefe, que además tenía una hermosísima novia rubia, alta y de una buena familia, se fijaría en él.

—Papá, mi jefe es heterosexual, y está comprometido con una mujer que también tiene un cargo en la empresa.

—Eso no tiene nada que ver. Cuando esos riquillos ven una criatura exótica como tú se olvidan de compromisos y sexualidad. Y solo quieren aprovecharse.

Stephen casi se ahoga reprimiendo una carcajada por las palabras de Howard, pero este último no le dio importancia conociendo muy bien las perversiones de los hombres y las mujeres con dinero. Todos eran unos pervertidos. Tony puso los ojos en blanco, cansado de que su padre le dijera "exótico" cuando él simplemente era feo. Decidió que haría algo de provecho y aun en contra de las quejas de Strange, salió de casa para ir a tirarse unas fotos que debía llevar a RRHH. Ya estaba anocheciendo, pero si se daba rápido podrían alcanzar un local que tomaba y revelaba fotos 2x2 en poco tiempo.

— ¿Cuándo le vas a decir a tu papá que el puesto es de un asistente? —Preguntó Strange mientras cruzaban la calle—. Un secretario, mejor dicho.

Tony no contestó fingiéndose concentrado en mirar a los carros mientras cruzaba la calle, pero cuando llegaron a la otra cera, soltó un suspiro.

—Después les diré. Cuando me asciendan. —Entraron a la tienda y tomaron un turno—, incluso te conseguiré un empleo a ti.

— ¿Despedirán al portero acaso? — rio Stephen, y Tony golpeó ligeramente su hombro. — Además, pareces muy confiado en eso de que te ascenderán.

—No seas tonto, tú no serás portero, y respecto a eso último, estoy más que seguro. Es que yo sé que con la ayuda de mi jefe—se interrumpió cuando una joven menuda lo llamó para tirarle las fotos —. Con ayuda de mi jefe sé que podré crecer en esa empresa.

—Te ves muy seguro. —Stephen se quitó las gafas y las limpio con una esquina de su camisa. Se fijó que tenía un pequeño agujero, y anotó que debía remendarla más tarde.

—Debiste verlo, él me eligió a mí, a pesar de que claramente yo no era la opción de nadie.

Stephen sonrió, no era la primera vez que veía esos ojos soñadores de Tony, solo esperaba que la desilusión no golpeara muy fuerte a su amigo. No creía que en aquel lugar lo quisieran para algo más que un simple asistente, después de todo, personas como ellos dos no solían ascender tan fácilmente por su físico. Antes tomaban en cuenta a los que eran más guapos, tenían más dinero o conexiones, y ellos no tenían nada de eso.

 

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Para Steve el día aún no acababa. Después de tener que soportar las miradas asesinas de Sharon por haber contratado a Anthony, tuvo que poner su mejor cara y asistir a la fiesta que se daría en un club cercano, principalmente para anunciar a la socialité y a la prensa que habían convocado que Shield cambiaria de dueño.

Su padrastro iba de la mano de su madre, Nébula Rogers. Una mujer firme, que muchos tildaban a veces de fría, casi robótica, pero que tenía el corazón más grande y amoroso que podía existir.

Cuando su verdadero padre murió, ella juró que jamás volvería a casarse, y aunque ya tenía 28 años junto a Thanos, seguía firme en su decisión, y a este último no podía importarle menos. Nada podía hacer para que quisiera menos a Nébula.

Steve Rogers, desde una esquina, vio a Loki a lo lejos coqueteando descaradamente con uno de los modelos que había sido invitado a participar en la pasarela que hicieron como entretenimiento, recordando las colecciones pasadas que había tenido la empresa. Era un joven rubio que no alcanzaba la veintena, con el pelo corto y los ojos claros, bastante atractivo, que se veía más que contento de estar recibiendo las atenciones del tan glorioso Loki Laufeyson. Steve sonrió, Loki nunca cambiaria. Ese hombre era un admirador de la belleza. No podía ver a alguien atractivo que no evitaba acercarse y admirarlo. Pero era siempre aquellos más que atractivos, con rostros angelicales o "esculpidos por los dioses" como él mismo decía. En aquella fiesta se sentía como un pez en el agua.

Casi a mitad de la velada, Steve tuvo que dar un discurso dando las gracias a todos sus asistentes, y anunció que tomaría posesión de Shield como el nuevo presidente. A sus 39 años de vida había dado muchos discursos en muchas de esas fiestas, pero verdaderamente jamás se había acostumbrado. Durante toda la fiesta Steve había intentado calmar a la fiera de su prometida, estaba al punto de golpear su cabeza contra la pared cuando se le ocurrió una idea. Quizás era una idea de la cual se arrepentiría, pero estaba seguro de que le ayudaría a que Sharon se volviera a contentar.

..,Y quiero agregar algo muy importante para finalizar— dijo, los ojos de todos expectantes— anunciar oficialmente y ante la prensa, mi compromiso con Sharon Carter.

Casi por arte de magia Sharon sonrió de forma abierta, si bien ya estaban comprometidos desde hacía un mes, la rubia se quejaba de que solo lo sabían unas cuantas personas y que no había querido decirlo a la prensa, ni siquiera los padres de Steve tenían conocimiento, y fue claramente algo mágico cuando escuchó a su novio anunciarlo frente a todos.

Steve bajó de la plataforma entre aplausos de los asistentes, la música volvió a sonar al mismo tiempo que Sharon lo abrazó de forma efusiva. Sonrió, por fin algo le estaba saliendo bien, hasta que escuchó la voz de la persona más indeseable del planeta.

—Felicidades por su casamiento— les dijo T'Challa a sus espaldas.

T'Challa era el medio hermano por parte de madre de Sharon. Cuando sus padres murieron en un accidente aéreo, Nébula y Thanos decidieron adoptar a los adolescentes y cuidarlos como suyos, pues la pareja había sido muy amiga de ellos, inclusive Shield, que en aquel tiempo no era tan grande todavía, también era parte del patrimonio de los adolescentes, cosa que jamás les iban a quitar.

La convivencia entre Sharon y Steve había provocado un enamoramiento que los había llevado a comprometerse. Pero la de Steve y T'Challa era otra historia. Ninguno soportaba demasiado al otro, y claramente el de piel oscura detestó la idea de que Steve obtuviera la presidencia, pero la misma Sharon había votado por su prometido, y si había algo que podía superar el odio de T'Challa por Steve, era el amor que sentía por su hermana. Si eso la hacía feliz, el también sería feliz.

Pero eso no significaba que se ablandaría con Rogers. Incluso T'Challa había estado queriendo demostrar que era mucho mejor como empresario que Steve, haciendo unos cuantos negocios por fuera. En esos círculos le llamaban incluso "pantera negra", porque era bastante hábil para los negocios.

—Entonces al fin se casaran. —Le dedicó una de sus falsas sonrisas a Steve, levantando su copa —. Espero que esto no sea un truco para envolver a mi hermana.

Sharon se quejó de las palabras de su hermano, pero le dio un fuerte abrazo, tenía días sin verlo y lo extrañaba bastante.

—Deja de ser tan malo con Steve. —Exclamó Sharon.

T'Challa bufó.

— ¿Acaso él no puede defenderse solo?

— ¿Quieres ver cómo me defiendo? —preguntó el rubio, acomodando sus lentes y mirando fijamente al otro. En verdad estaba más que ansioso por golpear a T'Challa en toda la cara.

Sharon tuvo que separarlos y por el bien de su hermana, T'Challa decidió bajar las armas solo por esa noche. Al terminar la fiesta, Steve se fue al departamento de su novia para celebrar, aunque no estaba de muy buen humor, el dolor de cabeza aun le continuaba, y se pensó que algún día le terminaría explotando la cabeza.

 


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