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EL EXTRAÑO SANGUINARIO por juda

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Notas del fanfic:

EL FIC SERÁ ACTUALIZADO DIARIAMENTE

Bienvenida a Un Extraño Sanguinario!!!

Un momento, ya leíste el oneshot EL EXTRAÑO?

Si no lo hiciste te pediré que salgas y lo hagas, te estaré esperando.

Ya lo leíste?... pues bienvenida a UN EXTRAÑO SANGUINARIO.

Espero que lo disfrutes. 

Jerónimo se despertó a las 10 de la mañana y no quiso permanecer mucho tiempo en su casa. Aun le duraba el susto de la noche anterior. Por supuesto que a sus amigos no les dijo ni una palabra sobre que había cogido con el extraño de cabello castaño, o lo habrían torturado con regaños. Daniel siempre se quejaba de que era un pendejo promiscuo y ahora, cuando salía de su casa mirando hacia todos los costados por miedo a encontrarse con el extraño de los cuchillos... Jerónimo le encontró la razón.

-Debería empezar a pedir un pequeño curriculum antes de coger -se decía mientras se apuraba por la vereda angosta que lo separaba de su casi hermano.

Ingresó sin tocar, lo primero que hizo fue ver a Pablo dormido en el sofá del salón y lo siguiente fue percibir el olor a café recién hecho. Luego el aroma de los hotcakes, éste último fue el detonante para que su preocupación pasara a un segundo plano, el estómago le gruñó, tenía hambre.

Se paró en el umbral de la entrada a la cocina y antes de ingresar, realizó una sonrisa grande, que su amigo no notara que tenía un susto importante encima.

-Daniel -gritó mientras se acercaba dando saltitos y lo abrazaba por atrás.

Daniel estaba sentado en un taburete alto y tomaba su desayuno en la isla de la cocina, tenía el ceño fuertemente arrugado y leía algo en la tablet.

-Hiciste desayuno para mi?

-Cuando no lo hice también para ti, pendejo? -replicó sin prestarle demasiada atención, Jerónimo apoyó el mentón en su hombro y miró la tablet.

-Qué pasa?

-Me preocupa este tipo, la policía no logra dar con él. Anoche se produjo otra muerte.

-Otra?

Daniel volteó y lo miró a los ojos.

-Pendejo, dime que vives en el mismo planeta en el que habito yo y que sabes sobre los asesinatos.

-Asesinatos? -Jerónimo de pronto sintió que el estómago se le contraía.

-Jerónimo, existe algo más que tu propio ombligo -respondió regresando a la noticia.

-Sabes que no veo noticieros ni leo portales de noticias, cuéntame qué esta pasando -imploró mientras miraba el titular.

Daniel suspiró y se levantó para prepararle el desayuno a su niño malcriado.

Jerónimo había llegado a la ciudad a los 15 años para estudiar, se alojaba en la casa que estaba en frente y desde aquel momento, hacía ya casi 7 años atrás, lo había adoptado casi como a un hijo.

Daniel era ocho años mayor que él y el pelinegro era su talón de aquiles.

-Ésto comenzó hace un par de meses, o al menos fue cuando empezó a salir en las noticias. Imagino que si los asesinatos llegaron a la prensa fue porque la policía ya no pudo acallar lo que estaba sucediendo. Los policías se tienen que proteger el culo, una cosa así los hace quedar mal. -explicó hablando bajo -¿Cómo es posible que desde hace tanto haya un hijo de mil puta matando sin control y no lo hayan atrapado?  No hay un patrón. Mata hombres, pero de distintas clases sociales, distintos círculos culturales, económicos. Es como si matara al azar, lo único que le interesa es que tenga pija.

Jerónimo tenía todos los vellos del cuerpo en punta. Miró el titular "NUEVA MUERTE DEL EXTRAÑO SANGUINARIO" el mote que le habían puesto al asesino hizo que los huevos casi se le enroscaran en la pija.

-Y mata con cuchillos? -preguntó casi sin voz.

Daniel se acercó con la taza de café con leche en una mano y el plato con hotcakes en la otra, el dato de los cuchillos no salía en esa nota en especial. Miró a su niño.

-Si! veo que hasta un energúmeno como tu que vive pendiente de si su pija se ve bonita o no, también escuchó del tipo. ¿Dónde escuchaste hablar de él?

-En la universidad -aclaró levantándose para tomar agua porque la garganta la tenía seca.

-Si no me equivoco el que mató ayer sería el cuarto decapitado.

Jerónimo escupió el agua y se llevó la mano a la garganta.

Daniel se asustó y volteó a verlo con la mano arriba, lista para pegarle con fuerza en la espalda. Jerónimo tenía por costumbre llevarse mucha comida a la boca y si no hubiese sido por los parchazos mágicos de su protector, Daniel aseguraba que el crío habría muerto al mes de llegar a la ciudad.

-Te ahogaste? Jerónimo estás pálido!!! qué sientes? qué te pasa?

-Creo que me bajó la presión -le aclaró con las piernas temblándole, se agarró del taburete y se acercó para sentarse, con la mano se echaba viento en el rostro demacrado.

-Qué sucede? -preguntó Pablo con la voz ronca desde la entrada y Daniel lo miró un segundo antes de darle más agua a su bebé.

-No sé, dice que le bajó la presión.

-Dale azúcar.

Daniel sacó una cuchara grande la llenó con azúcar y cuando Jerónimo meneó la cabeza en una negativa, el mayor le agarró un pezón con la punta de los dedos y lo giró casi en un ángulo de 360°. No fue difícil meterle la cuchara hasta casi la garganta cuando el pelinegro abrió grande la boca para gritar.

Jerónimo tenía los ojos vidriosos mientras masticaba e intentaba tragar todo el producto que tenía empastado en la lengua mientras sus mayores lo miraban con los ojos gigantes.

-Creo que se impresionó cuando le conté del asesino.

-No sabía de él?

-Parece que sí. Pero tal vez solo escuchó algún comentario en la universidad. No lo había visto en los noticieros.

-En qué mundo vive Jerónimo?

-Ya sabes como es.

Toda la charla la tenían con el rostro preocupado y cerca del de Jerónimo, atentos a las reacciones.

Los colores de a poco fueron retornando al rostro del niño y Dany lo despeinó mientras le besaba la frente.

-Te sientes mejor?

Jerónimo asintió mientras veía como Pablo se dirigía hacia la cafetera. Estaba con una camisa blanca desplanchada y su pantalón de oficina. Era evidente que de la fiesta había tenido que salir a trabajar.

-Tu tienes algo que ver con el asesino? -preguntó echándose viento con una revista mientras Dany le mojaba el cuello con una toallita húmeda.

-Estaba al tanto, pero desde anoche también estoy metido en eso. Esa muerte que ves ahí -explicó señalando la pantalla de la tablet -fue en mi jurisdicción. Es más, sucedió una hora después que regresaste a la fiesta, cuando te perdimos y no sabíamos donde estabas. Lo peor es que fue solo a un kilómetro de la casa de Raul.

Y Jerónimo cruzó los ojos y azotó contra el piso cuando cayó desmayado.


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