Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Flores de violetas por Yami Red eyes

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Songfic basado en la canción "Ramito de violetas" de mi banda mexicano.

 

Gracias por todos los años juntas, Sofi, y todos los demás que nos falta por vivir.

 

Feliz 14 de febrero <3

 


FLORES DE VIOLETAS

Songfic 

 

El matrimonio Fujiki gozaba ya de 5 años de felicidad desde aquel primer encuentro en una competencia de cartas donde su duelo uniría sus vidas por siempre.

 

El estadio había estado muy lleno, la euforia del público al desborde del fanatismo.

Yusaku había perdido dignamente contra el rey de los juegos, en un encuentro extraordinario y legendario, lleno de estrategias complicadas e inesperados resultados.

 

Yusaku jamás había experimentado aquellas emociones a lo largo de su vida; por nada y por nadie, hasta ese momento, cuando Yugi acabó con sus puntos de vida y le sonrió con amabilidad, admitiendo que fue ese uno de sus mejores duelos; con todo respeto.

 

Mágico, extraordinario, único. Yusaku por primea vez había tenido un sentimiento genuino por alguien, por fin sentía esa efusión insuperable. Fue así como puso un único objetivo en mente: casarse con Yugi. Pensamiento que después de una jornada larga de estar saliendo con el duelista más experimentado de la historia, había hecho realidad.

 

Al cabo de unos días, celebraron su matrimonio.

 

Y eran felices, un matrimonio feliz, estable y apacible; se mantuvo así por muchos meses hasta que algo comenzó a incomodar al más bajo.

 

Ya saben lo que dicen; cuando piensas que nada podría salir mal, algo sale mal.

 

Yusaku tenía un gran problema de personalidad; y es que, a pesar de que amaba profundamente a Yugi Muto, éste nunca pudo demostrarle todo lo que sentía. Su temperamento simplemente se lo impedía, Yusaku era taciturno, escueto, indiferente a todo, ni en la cama cambiaba o decía algo vergonzoso. Sus hermosos ojos esmeralda eran lo único que le trasmitía todos aquellos sentimientos ocultos hacia el duelista legendario, pero no era suficiente para la leyenda.

 

Al principio Yugi no se quejaba; pero al pasar los años y compararse con otras parejas, él deseaba algo más de afecto. Es decir; sabía que Yusaku no era muy expresivo, que nunca le había faltado nada, ni dinero, ni compañía, ni buen sexo o salidas placenteras; sabía que exageraba, y aun así, anhelaba sentir algún detalle único de su marido.

 

Unas flores, unos chocolates, lo que sea, algo cursi, aunque fuese solo por una vez, deseaba sentirse recordado.

 

—¿No te parece romántico que las parejas se queden bajo los árboles de Sakura y se juren su amor mientras caen los pétalos? —comentó Yugi, agarrado de la mano de su esposo mientras caminaban de regreso a su casa cruzando el parque; llevaban dos bolsas de víveres para la semana.

 

Yusaku observó a las parejitas, los árboles y esa extraña aura rosa que emanaban todos aquellos por todas partes sin sentirse emocionado.

 

—Umm…—Soltó como un bostezo, sin importarle mucho en apariencia.

 

Entonces Yugi bajó los hombros, ya estaba harto de sus ruiditos indiferentes y expresiones de piedra.

 

—¿Por qué no puedes ser así, Yusaku? —el reclamo llamó la atención del oji esmeralda— ¿No crees que también deberías ser tierno? Nunca me dices nada y solo te quedas mirándome. Te amo, pero solo quiero que me mimes más, es lo único que pido.

 

Los labios de Yusaku permanecieron cerrados como siempre, simplemente no podía hacer eso; pero Yugi parecía que hablaba en serio.

 

—Las personas suelen demostrar amor de diferentes maneras. Quizá no sea muy expresivo, pero estoy seguro de lo que siento por ti.

 

—Sí pero…A veces…hay demasiado silencio.

 

 

Y pasó el tiempo desde aquella conversación, la pareja seguía amándose igual y mantenían tranquilidad; sin novedades y monotonía, aunque Yugi deseaba un poco más de “acción” debía aceptar que Yusaku jamás cambiaría.

 

Y luego, un día…

 

 

 -Cuatro años después-

 


Yugi recibía cartas en su buzón de algún anónimo desde hace ya más de tres años.

 

¿Quién en pleno 2020 mandaba cartas por el correo tradicional cuando ya existía internet? Era extraño, todo iban dirigido hacia él. Cartas perfumadas y vistosas, con decoraciones, algunas en encajes. Dentro relataban versos de amor, de poesía fina, inspirados siempre en la belleza de la vida y su propia existencia.

 

Yugi no tardó en suspirar por cada copla, cada verso en ellas. ¿Podría ser que Yusaku?... no, esas cartas parecían de alguien más cariñoso, alguien que lo haya visto en la calle, quizás, algún enamorado secreto. Pronto llegaban flores de todo tipo, las violetas eran sus preferidas por lo que eran las que más dejaban en su puerta; después chocolates, bisutería, peluches y corazones. Los años pasaron de esa forma, y cada detalle sin tarjeta solo alimentaban la curiosidad del destinatario.

 

 

Sábado

 

 

Yusaku recogía el correo. Entre las facturas a pagar y publicidad indeseable, encontró una de las cartas del enamorado secreto de su esposo. La contempló largo rato sin inmutarse, con la cara más sería que nunca analizando su forma y colores como si fuese un rival. Sin embargo, juzgar aquellas costumbres no era algo que le interesara, por lo que caminó hacia su habitación donde se encontraba su esposo para entregarle la carta.

 

—Llegó el correo.

 

Por su parte Yugi miró a su esposo con algo de culpa; cogió la carta y luego se formó un silencio algo incómodo entre ellos. Ambos se enfrentaron en ese molesto momento que a veces se presentaba debido a la aparición de esos detalles cada mes desde hace más de tres años; pero como todas las veces que se presentaba, cada uno esperaba que el otro hablara o le preguntara, o le diera alguna explicación de lo que estaba pasando y aquellos regalos; pero como todas las veces anteriores, de nuevo no había voz de ninguno de los dos. Yugi siempre desviaba la mirada, y a veces cambiaba de tema.

Yusaku parecía ser muy paciente pues nunca le había reclamado las atenciones de otro hombre que le estuviera haciendo ronda.

Porque en el fondo Yusaku sabía que Yugi era feliz así de cualquier modo.

Por otro lado, la mente de Yugi volaba.

¿Quién era aquel? ¿Quién estaba interesado en él? ¿Quién se escondía detrás de cada verso? ¿Quien mandaba flores?

Imaginaba siempre a un chico con el que se topó una vez en el parque; era un hermoso joven de ojos azules rasgados y cabello peli-blanco con mechones elegantemente parados a los costados de su cabeza, con mechas purpuras. Elegante, con una voz profunda y una personalidad de oro. Sabía que era un chico amable pues había chocado de frente por no fijarse donde caminaba; éste lo había ayudado a pararse.

Podría ser puesto que le había sonreído y mirado a los ojos. Podría ser que lo estuviera enamorando para algún día llegar y presentarse como el enamorado. Podría ser que estuviera preparando una sorpresa, donde le revelaría que ya tenía todo para que Yugi se fuera con él y le diera una segunda boda. Quizás ya tenía algún castillo, que tuviera árboles de Sakura donde pudieran jurarse amor todos los días sin que él tuviera que pedírselo.

 

Una vida de ensueño donde Yugi era lo más importante en aquella vida preciosa y cariñosa.

 

Pero no pasaría de cualquier forma; se sentía como un tonto de solo pensarlo. Aunque eso pasara, él no podría aceptarlo; amaba a Yusaku y aun tratándose de aquel hermoso ángel de pelo cano con la mejor personalidad del mundo, el corazón de la leyenda en los duelos siempre se quedaría con el hacker de cabellos azules y mechas rosas.

 

¿Quién será? Yugi sufría en silencio, ¿quien podría ser su amor secreto?

 

 Y los días siguieron ese curso por varios años más.

 

 

 

-14 de febrero. 09:00 pm-

 

 

 

Yusaku regresaba a su casa como cada tarde, sin novedades en su vida y su rutina diaria. Estaba algo cansado del trabajo puesto que había tenido una junta importante esa mañana que requirió de todos sus conocimientos con el dueño. Al volver había visto una cena romántica debido a la fecha, donde el anfitrión seguro quería darle una sorpresa.

 

La mesa adornada, con flores y globos en forma de corazón acorde con la ocasión; dos platillos servidos apetitosos, champagne y velas aromáticas. Yugi se había esmerado en hacerle esos regalos ya más de 4 años de casados. Y el hacker lo agradecía mentalmente; su Yugi lo había conseguido de nuevo, lo había enamorado como cada mañana, más que la anterior.

 

A paso pausado se dirigió a su habitación para encontrarlo, y ahí estaba su mayor logro; Yugi de seguro se había quedado dormido esperando su regreso— que debería haber sido a las seis, ya ahora marcaba las 9 de la noche—, los deberes en la oficina habían llevado más tiempo de lo que pensaba.

 

Sonrió al verlo descansar tan apaciblemente esperando su regreso; definitivamente era quién había robado su corazón por donde quiera que lo viera, se sentía afortunado.

Besó con cariño la cabeza de su amado de ojos violáceos y lo dejó descansar.

 

Mientras tanto se dirigió al pequeño estudio que tenían para comenzar a trabajar. De un portafolio con seguro substrajo dos hojas perfumadas con detalles brillantes. Una tinta especial acompañaría su siguiente manuscrito que había surgido de ver a su esposo:

 

 

Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la Tierra
Como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.

Hasta el día en que Dios

me borre tu existencia de mi mente,

mi amor por ti será eterno Yugi.

 

 

Yusaku dobló la hoja y la puso en un bello sobre con la dirección de su casa, había hecho eso desde que su marido le había demandado detalles de amor; pero era tan difícil para él el dárselo personalmente que comenzó a enviárselos por correo.

 

Y parecía funcionar muy bien. Yugi era feliz y Fujiki sabía toda la verdad.

 

Porque Yusaku era fiel, él era quién le escribía versos, era su amante, su amor secreto, y la felicidad de Yugi era importante para él en todo sentido por lo que debía complacerlo.

Y así ambos se amaban y se deseaban cada vez más con el pasar de los años, Yugi no volvió a quejarse jamás y aquel enamorado solo en su mente vivía de vez en cuando. Porque ellos tenían algo especial y único; un amor genuino y puro del cual nada ni nadie los separaría jamás.

 

 

—Feliz San Valentín, Yugi-chan.

 

 

 

FIN

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

Feliz aniversario Yugi-chan. <3

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=MOiECPrGGus

 

 

Era feliz en su matrimonio aunque su marido era el mismo demonio, tenia el hombre un poco de mal genio ella se quejaba de que nunca fue tierno, desde hace ya, más de tres años recibe cartas de un extraño, cartas llenas de poesía que le han devuelto la alegria. Quién te escribia a ti versos dime niña quien era, quién te mandaba flores... en primavera, con amor las recibias, como siempre sin tarjeta, te mandaba a ti un ramito de violetas. Aveces sueña, aveces se imagina cómo será aquel que a ella tanto la estima, será más bien hombre de pelo cano sonrisa abierta y de ternura en sus manos, quién sera quien sufre en silencio quién puede ser su amor secreto, ella que no sabe nada mira a su marido y luego se calla. Quién te escribia a ti versos dime niña quien era, quién te mandaba flores... en primavera, con amor las recibias, como siempre sin tarjeta, te mandaba a ti un ramito de violetas. Cada tarde al volver su esposo cansado del trabajo va y la mira de reojo, no dice nada porque él lo sabe todo ella es asi feliz de cualquier modo. Porque él es quien le escribe versos él es su amante su amor secreto, ella que no sabe nada mira a su marido y luego se calla. Quién te escribia a ti versos dime niña quien era, quién te mandaba flores... en primavera, con amor las recibias, como siempre sin tarjeta, te mandaba a ti un ramito de violetas.
Read more at: http://lyrics.jetmute.com/viewlyrics.php?id=1631885


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).