Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Ayuda! por Luka Crosszeria

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

—¡Lo siento por llegar tarde! — Dijo e inmediatamente se aferró al chico más cercano a él.


No notó la manera en que los otros seis parecían casi horrorizados, Kouki estaba más ocupado pensando y temiendo al rechazo, que por supuesto era una reacción natural. No obstante, el pensar en ello, solo lo hizo temblar más y presionar más el brazo del extraño al que había recurrido por ayuda porque otro extraño lo estaba acosando ¿notas la ironía en esto?


— ¡Me llevo un poco de tiempo comprar los helados!


Fingiendo sonreír, Kouki deseo no haber salido de su cama hoy...


 


 


 


Furihata Kouki, se consideraba a sí mismo como un simple y normal adolescente de dieciséis años, sin ningún tipo de talento, excepto si, hablar muy rápido se considera uno, rápidamente llegó a la conclusión de que no, hablar muy rápido no era un talento, o al menos no era un talento que llamase la atención de las chicas o los chicos. Sin embargo, ese es un tema que por el momento puede dejarse de lado, simple o no, talentos o no; Furihata siente que su vida es ridículamente injusta.


Durante dieciséis años ha estado soltero, ni siquiera ha tenido su primer beso, ¡Olvídate de un beso! ¡Él tampoco ha sostenido la mano de una linda chica o un atractivo chico!, su hermano mayor tenía su edad cuando perdió su virginidad con su tercera y actual novia, próximamente si su hermano tenía suerte, su futura hermana mayor.


Kouta y él son hermanos de sangre, pero, a veces, Furihata no puede evitar creer que debió haber algún tipo de error, es decir; Kouta es el perfecto chico atractivo, atlético y super popular con sus amigos, jugaba fútbol y era el capitán de su equipo en la universidad, todo lo contrario, a su hermano pequeño, que había tratado de entrar al club de básquet luego de comenzar la preparatoria, sin embargo, se quedó solo en "tratar".


Él había visto a los jugadores y aunque no eran especialmente altos o robustos, ¡Santa mierda! Kouki podía apreciar buenos músculos cuando los veía, todos eran realmente fuertes, especialmente uno de primer año, Kagami, escucho a la entrenadora gritarle cuando el primer año, literalmente, destrozó una de las canastas del gimnasio, Furihata se retiró en silencio.


No había nada que pensar, jamás podría estar a la par de ese monstruo.


—Tonterías, Kouki es realmente lindo y talentoso en muchas otras áreas, no necesariamente debes ser bueno en un deporte. Yo he tenido mucho trabajo ahuyentando a todos esos lobos hambrientos por la inocencia de mi hermanito, ¿sabes? ¡Dame un respiro!


Kouta diría, pero Furihata se reiría de las ridículas palabras de su hermano, al menos, su hermano intentaba subir su ánimo debería agradecerle por eso, ¿Lindo y talentoso? ¿Él?


¿Ahuyentar a los lobos hambrientos? Eso casi sonaba a que su hermano había estado bloqueando todas sus oportunidades para conseguir un amante, o potencial amante.


Lo cual honestamente dudaba y en caso de ser verdad, Furihata estaría muy molesto.


Pero la palabra clave en todo esto es: "Estaría".


Porque Kouki realmente estaría muy molesto si su hermano mayor ha estado ahuyentando a todos sus posibles ligues, francamente, si eso fuera verdad, la mitad de todos sus traumas e inseguridades serian por culpa de su hermano mayor.


Toda su vida pensó en sí mismo como un chico simple, ordinario y sin ningún atractivo, que no era lo suficientemente bueno; pensó que su vida era injusta, no tuvo suerte con las niñas cuando pensó que solo le gustaban las niñas, así que cuando descubrió que su corazón podría latir salvajemente por los niños, pensó que tal vez había estado bateando para el jardín equivocado, ¿Qué obtuvo? No un chico guapo y ardiente, por supuesto.


Así que descubrir que todo fue por culpa de Kouta y su complejo de hermano mayor, le daría el derecho a no hablarle por lo menos un mes completo y el derecho absoluto de decidir qué películas ver en la noche de pizza y películas de la familia Furihata, como mínimo.


Pero eso fue una tontería.


—¿No está tu hermano contigo hoy? ¿No es este mi día de suerte? Honestamente, Kouki, puedo decir porque tu hermano se comporta como un perro guardián cuando está contigo, pero, ya no eres un niño, puedes decidir por ti mismo.


Furihata arrugó su entrecejo, reconoció al tipo que se acercó, toco su hombro y comenzó a hablar como si de dos viejos amigos se tratasen, llamándolo por su nombre incluso. Este chico fue un compañero de equipo que una vez Kouta llevó a casa, no recuerda su nombre, pero si recuerda lo incómodo que se sintió con él cerca, especialmente por la manera en que lo miraba y lo mira.


Esa fue la primera y última vez que vio al chico, porque, aunque Kouta llevó a varios compañeros de equipo a casa, en otras ocasiones, nunca lo vio a él. Luego, se enteró que él y Kouta habían discutido por asuntos del equipo, irreconciliables, y finalmente dejó el equipo.


Secretamente Kouki suspiro lleno de alivio, porque no tendría que verlo más. Su hermano acaricio su cabello y sonrió de una manera que Kouki no comprendió del todo.


—Mira que botarme del club solo porque se enteró que quería invitarte a salir. ¿No tiene un complejo de hermano demasiado grande?, antes de invitarnos a su casa nos advirtió que su hermano pequeño era demasiado lindo para ver, que nadie tenía permitido verte con lascivia o él mismo se encargaría de arrancarnos los ojos y las pelotas. — El tipo sonrió de lado. — Pensé que estaba exagerando, pero cuando te vi, entendí las preocupaciones de tu hermano. Entendí porque tomó su tiempo para terminar las prácticas del club e ir a la preparatoria donde estudias para vigilarte, una vez, después de que me boto del club, cuando quería darle unos buenos golpes lo seguí, y... ¡Hombre! ¡Por eso es el capitán del club! ¡Vi como tacleó a un tipo que estaba a punto de hablarte y este tipo era, como más grande que tu hermano! — Kouki había estado tan aturdido con sus recientes descubrimientos, pensando "¿Así que era verdad? Kouta realmente ha estado ahuyentando a las personas que intentan acercarse a mí", que no noto como el chico lo tomó de la cintura y lo llevó, lejos de la concurrida avenida principal, lejos del bullicio, de las personas, lo llevó por calles que Kouki no reconoció del todo, hasta el poco transitado parque, cerca de la cancha de básquet que a veces, algunos niños solían usar.


(Solo que hoy no había niños.)


—¿Qué estás haciendo? — Kouki tembló involuntariamente cuando sintió los dedos del otro bailar sobre su cintura, no fue una sensación placentera pese a lo que el más alto pensó, se sintió mal, asqueroso si se combinaba con la mirada lasciva y la sonrisa cínica; Kouki quien tendría que estar molesto con su hermano por atreverse a interferir en su vida amorosa, no tenía otro deseo más que tener a su hermano junto a él.


Escucho las animadas voces lejanas. El claro sonido de la pelota de básquet al botar en el piso de la cancha una y otra vez, el ruido que hace la pelota al chocar contra el aro de la canasta y cuando esta cae.


Kouki se apresuró a ir allí, o lo intento. Casi gritó cuando sintió dolor en su muñeca derecha.


—¿Por qué corres? ¡Ya que nos encontramos hoy, salgamos juntos! ¡Podemos ir a tomar un café e ir al karaoke después! — Todo sonaba tan inocente, pero cuando Kouki se reflejó en las pupilas grises del hombre que lo mantiene acorralado, se asustó, sus rodillas flaquearon y sus ojos se humedecieron, Kouki sabía...


Este es el tipo de lobo hambriento, que su hermano había mantenido alejado de él, Kouta no había exagerado en lo absoluto, Kouki tenía que escapar de esta persona, que lo veía como un trozo de jugosa carne fresca lista para servirse.


Su hermano seguramente utilizaría la fuerza bruta, pero Kouki carecía de esta, hacía ejercicio regularmente, pero este hombre que mantenía un férreo agarre en su muñeca había estado jugando fútbol con su hermano, hasta hace poco él y su hermano tenían el mismo régimen de ejercicios. Si Kouki podía tomar este hecho como un indicativo para saber sobre la condición del sujeto, entonces diría que es mucho mejor que la suya.


Se maldijo por ser un tipo flojo, Kouta lo había alentado a hacer ejercicio juntos, pero siempre se negaba. En su defensa no quería ir por allí con un tipo sudado, atractivo y que liberaba hormonas masculinas a cada paso, y para empeorar era su hermano mayor.


Pero, aunque carecía de fuerza, tenía flexibilidad y era rápido al correr.


—¡Kouki! — El lobo hambriento extendió su mano para tratar de alcanzarlo, un segundo tarde, Kouki corrió lejos de él, directamente a las canchas de básquet, su corazón palpitaba lleno de miedo, esta fue una buena ocasión para olvidar su teléfono celular en casa. Miró hacía atrás y el lobo aun lo seguía, por supuesto, no dejaría ir a su presa tan fácilmente, el lobo tenía hambre.


¿Qué chiste era este? Kouki ciertamente alguna vez tuvo fantasías donde era perseguido, pensó en lo genial que debería sentirse ser anhelado de esa manera, por una chica linda o un tipo apuesto, el lobo era apuesto, eso era indiscutible, pero, sinceramente, los escalofríos que le ocasiona al estar cerca, no eran por un "latido de amor", incluso si Kouki no ha tenido uno de esos aún, está cien por ciento seguro que no es así cómo debería sentirse: Nervioso y con miedo. 


¡Él era un adolescente simple y normal, sin ningún talento en especial!


No deberían pasarle este tipo de cosas, ni a él ni a nadie.


¡Era realmente aterrador!


Kouki se detuvo en la entrada a la cancha de básquet, en su camino no vio a nadie más, ni un solo transeúnte u oficial de policía, ir a casa fue una opción, pero no había nadie y sus llaves, convenientemente estaban junto a su teléfono celular en casa, casi burlándose del castaño y su torpeza natural, olvidándose de los objetos importantes en situaciones importantes como esta.


En su defensa, él solo iba a comprar un helado ¿Cómo podría adivinar que esto pasaría? (Por cierto, su helado estaba derritiéndose en la bolsa del super).


—¡KOUKI! — El lobo gritó, logrando que las actividades recreativas dentro de la cancha de básquet se detuvieran, varios pares de ojos se clavaron en su pequeña y temblorosa figura, Kouki miró una vez más hacia atrás, solo para ver esos ojos grises, y sin pensarlo, olvidándose de su timidez y miedo a hablar con personas que no conoce, Kouki corrió hacia los chicos jugando básquet en una tarde calurosa de verano; en su balanza, estos chicos eran mejor que el lobo hambriento.


—¡Lo siento por llegar tarde! — Dijo e inmediatamente se aferró al chico más cercano a él.


No notó la manera en que los otros seis parecían casi horrorizados, Kouki estaba más ocupado pensando y temiendo al rechazo, que por supuesto era una reacción natural. No obstante, el pensar en ello, solo lo hizo temblar más y presionar más el brazo del extraño al que había recurrido por ayuda porque otro extraño lo estaba acosando ¿notas la ironía en esto?


— ¡Me llevo un poco de tiempo comprar los helados! — Intentó que su voz no se rompiera ahí mismo, el lobo noto la familiaridad con la que Kouki les hablaba y chasqueo la lengua con evidente molestia, ¿Conocidos de Kouki? ¿Por eso estaba en la tienda solo sin su hermano? ¿Estaba realmente con ellos? O... ¿Solo era una treta del castaño?


—¡KOUKI! — El lobo gruñó, Kouki se llenó de miedo y no le importaba si lucio ridículo o si era vergonzoso que un chico como él tuviera que recurrir a otros por ayuda, prefería ser tachado de débil que enfrentarse solo al lobo feroz que estaba intentando devorarlo. — No deberías ir por allí hablando con extraños, vamos, ¡Te llevaré a casa! — El lobo extendió su mano para sujetar su muñeca, previamente lastimada y con la impresión bastante clara de sus dedos, visible para todos los espectadores.


—El extraño aquí eres tú, ¿A dónde piensas llevar a mi compañero? — A punto de resignarse, Kouki vio la mano del nuevo extraño rechazar la mano del lobo feroz, luego, Kouki fue cómodamente puesto detrás del chico de suave pero imponente voz, fue agradable de escuchar, no importando el tono de amenaza que había utilizado, de hecho, fue un poco tranquilizador. Especialmente porque al parecer había captado su mensaje y estaba tratando de ayudarlo, Kouki solo vio su espalda, era solo un poco más alto que él y su cabello tenía un suave tono rojo, desde ahora su color favorito.


—Mira, este niño es el hermano pequeño de un amigo, lo dejo bajo mi cuidado ¿De acuerdo? Solo está haciendo un berrinche, tengo que llevarlo a casa.


—¡Eso...!


—Furihata-kun no es alguien que haría un berrinche. — De la nada un chico pequeño, de aspecto adorable estaba junto a él, casi tuvo el impulso de gritar, ¿De dónde había salido? Un par de miradas de empatía se posaron sobre Kouki, que no comprendía nada. Ese cabello azul celeste, esa mirada estoica y esa manera de aparecerse de la nada gracias a su nula presencia, es definitivamente Kuroko Tetsuya, su compañero en el comité de la biblioteca.


—Yo diría que eres tú quien lo está molestando. — Y ese fue Kagami, el Kagami que rompió una de las canastas del gimnasio en su escuela, que es el as del equipo de básquet que ganó la Winter Cup, ¿Qué estaban haciendo aquí ellos dos?


No los había visto, puede comprenderlo de cierta manera si no fue capaz de notar a Kuroko, pero es imposible no notar a Kagami que se destaca entre la multitud gracia a su altura, músculos y ese intenso rojo que tiene su cabello.


—¿Eso no lo hace un acosador? — Kouki casi gritó cuando vio al modelo y as de Kaijo: Kise Ryouta, señalar al lobo con una mirada llena de disgusto.


—Eso es asqueroso, hombre. — Kouki se tensó, sin saber qué era lo que consideraba asqueroso, el ser acosado o que sea un hombre. — Voy a darte una paliza si alguna vez te veo cerca de este niño. — Su mirada apática se transformó en un segundo, a la mirada fiera y aguda de una pantera, Aomine Daiki, as de Too.


—Los acosadores son malos. — Una sombra se cierne sobre Kouki, que tuvo que mirar hacia arriba justo cuando una gran mano se plantó en su cabeza, siendo acariciado por un gigante púrpura de Yosen. — Los que me regalan helados son buenos.


Kouki se rio ligeramente, extendiendo la bolsa para que Murasakibara eligiera un helado, había comprado mucho, porque no quería volver a salir más tarde, pero no podía volver a casa y meterlos en el congelador.


Kouki vio al último chico, no muy lejos pero tampoco cerca, por supuesto fue Midorima, el lanzador estrella de Shutoku. Midorima no dijo nada, sin embargo, la forma en que miraba al lobo decía todo.


"Asqueroso".


Por supuesto que los conocía, ¿Quién no lo hacía? Especialmente si estabas en el círculo del básquet e incluso si no, ellos eran los genios del básquetbol, hasta Kouka había escuchado hablar de ellos. Los talentosos jugadores del club de básquet de Teiko, una generación en la que no solo apareció un prodigio, fueron cinco (y un sexto jugador fantasma).


Eran la Generación de los Milagros (excepto por Kagami).


Esa fue todo, el lobo feroz y hambriento perdió a su caperucita roja, cuando esta corrió y se escondió detrás de los leñadores. 


Soltó un suspiro, con todo el aire que no sabía había estado conteniendo cuando ya no pudo ver al lobo.


—¡Muchas...! — Quería agradecerles por ayudarlo en una situación tan extraña y complicada, especialmente porque son completos desconocidos (excepto, tal vez Kuroko, no eran amigos, pero tampoco eran completamente extraños, y podía tener las mejores discusiones sobre sus libros favoritos, algo que agradecía). Su cara de enrojeció cuando se dio cuenta que aún seguía sujetando el brazo de...


¿Quién más sería?


Akashi Seijuro, el capitán de la generación de los milagros durante su tiempo en Teiko, actual capitán de la poderosa y prestigiosa Rakuzan.


—¡Lo siento! — Kouki se disculpó e intento dejarlo ir. 


Akashi posó su mano sobre la de Kouki, obligándolo sutilmente a dejarla ahí.


—No es nada para disculparse, ¿Cómo te sientes? Aún estás temblando. Eso fue aterrador.


—Por supuesto, es aterrador ¿Seguro que estás bien Furihatacchi? — Todos notaron el 'cchi' al final del nombre del castaño, esa era una señal de respeto.


¡Por supuesto que Kise respetaba al niño que pidió ayuda en esa clase de situación, muchos niños hubieran preferido quedarse callados por la vergüenza!


—¡Estoy bien! — No tenían por qué saber que sus temblores eran por tener la mano de Akashi sobre la suya o los penetrantes y grandes ojos rojos de Akashi mirándolo directamente. — ¡Muchas gracias por ayudarme!


—Furihata-kun no necesita agradecernos nada. — Kuroko le regaló una pequeña sonrisa, eso fue más de lo que vio en su tiempo juntos en la biblioteca.


Kouki le respondió con otra sonrisa, porque fue demasiado raro ver a Kuroko sonreír y no pudo evitar sentirse contagiado.


Parecían ser buenos amigos, hasta que Kouki llegó e interrumpió su juego, estaban divirtiéndose mucho, lo que francamente sonaba un poco hilarante, solo piénsalo de esta manera: Así que aquí estaban, Kuroko un miembro (¿es así?) de la generación de los milagros, actualmente compañero de Kagami Taiga, el milagro que no se convirtió en milagro; del otro lado tenemos a la generación de los milagros, los tipos que Kuroko, Kagami y Seirin vencieron el año pasado, teniendo lo que, a su parecer era una reunión para un encuentro amistoso de básquet.


Kouki no sabía si reír o llorar por la situación; él ya había estado a punto de llorar hoy, así que definitivamente elegiría reír.


Estos antiguos rivales, ahora amigos, fueron sus salvadores.


—¡Oh! Estoy interrumpiendo su juego, debería irme. — Pero Akashi no lo soltó y la sonrisa del capitán de Rakuzan se transformó en una mueca de disgusto, que de inmediato asustó a Kouki, por supuesto el disgusto en su mirada no fue por nada que Kouki hizo, fue por las marcas de los asquerosos dedos del otro sujeto que dejo ahí.


—Ese tipo podría estar esperándote por ahí.


—¡Es verdad, Furi! — Kagami secundo las palabras de Akashi.


—¿Debería ir a echar un vistazo? Oi, Murasakibara, vamos.


—¡Que molestia! —Sin embargo, Murasakibara comenzó a caminar detrás de Aomine.


—No digas tonterías, te acabaste todos sus helados.


—¿Midorima también vienes?


—Es más rápido si lo hacemos así.


—¡Entonces yo también voy! — Hablaron al mismo tiempo Kise y Kagami.


—¡Es mejor si no vienes Bakagami!


—¿Qué quieres decir Ahomine?


—¡Mooo! ¡Kagamicchi y Aominecchi, dejen de pelear...!


Poco a poco, tanto las voces como las espaldas de los cinco chicos desaparecieron por completo, sintiéndose completamente conmovido.


Akashi apretó la mano de Kouki, instándole a volver su mirada a él.


—¿Quieres beber algo? — Akashi ofreció, sonrió cuando logró su cometido de hacer sonrojar sus mejillas, honestamente las reacciones de este niño eran divertidas e inesperadas, sus propias acciones iban contra toda expectativa.


Akashi está bastante seguro que si no hubiera sido este niño adorablemente tembloroso, de rebelde cabello castaño y ojos destellantes de color chocolate; probablemente se habría molestado un poco en ser sujetado de esa manera, casi pudo sentir a Bokushi resoplar con molestia, que se esfumó cuando su mirada vio hacia abajo y se encontró con esta extraña criatura temblorosa que los llamó y toco tan casualmente.


Tan desesperantemente.


Las miradas de sus compañeros fueron un deleite visual, y bastante divertido. Él no iba a atacar al niño con unas tijeras, esta vez.


(Además no tenía tijeras y el articulo de la suerte de Midorima era una muñeca japonesa tradicional.)


Pero, tampoco iba a dejarlo solo. Ayudaría, por supuesto, todos lo harían. Sin embargo, si no hubiera sido este niño, no habría alentado en mantener contacto con el castaño, mucho menos habría querido que el niño se quedara a su lado el mayor tiempo posible. O se molestaría porque lastimaron al castaño.


Tenía que ser él, había algo especial en Kouki, que Akashi aún no descifraba.


—Me llamo Akashi Seijuro


—Furihata...


—Kouki, sí. Lo escuche, todos lo escuchamos. ¿Quieres beber algo mientras esperamos a los demás? — Akashi sonrió levemente cuando Kouki aun inseguro asintió, inmediatamente le indico el camino hasta su mochila y las de los demás. — ¿Estaría bien agua o quieres una bebida deportiva?


—Una bebida deportiva, por favor.


—Akashi-kun. — Kuroko finalmente habló, haciéndose notar. Kouki se sobresaltó, casi dejando salir un vergonzoso sonido, se cubrió las mejillas rojas y trato de tranquilizar el latido de su corazón, en Akashi el efecto no fue tan malo, dado que solía controlar bien sus emociones, y estaba más acostumbrado a estas repentinas apariciones y desapariciones.


Pero, definitivamente estaba un poco molesto con la sombra por interrumpir su intento de iniciar una conversación con el castaño, no todos los días Akashi Seijuro encontraba fascinante a una persona, no de la manera en que lo hacía con Kouki.


—¿Sucede algo, Kuroko?


Kuroko se alzó de hombros.


—No lo sé Akashi-kun, ¿sucede algo con mi amigo?


Sí, por supuesto, Kuroko era celoso con sus compañeros de equipo, así que naturalmente también lo era con sus amigos.


Akashi arqueo su ceja derecha.


—No, no por ahora.


Kuroko y Akashi giraron su mirada al mismo tiempo. 


El niño que bebe lentamente de su bebida deportiva (dada por Akashi), mientras espera sin saber que hacer, luciendo como un conejito confundido en un nuevo entorno, sin saber qué esperar o cuando ponerse a temblar, entonces Kouki los nota mirándolo y sonríe.


Y Akashi le sonríe de vuelta y esa es la sonrisa más linda que Kouki ha visto en su corta vida... y.... hay un latido diferente en su corazón...


—¡Oh! Así debe sentirse un latido de amor...


 


 


 


 


Extra.


 


—No te recomiendo ir a por Furihata-kun, Akashi-kun. — De pronto, la animada mesa se volvió silenciosa.


Akashi observó con diversión a la sombra, con el número del castaño correctamente guardado en sus contactos (y debidamente comprobado, también), Akashi aceptó las palabras de Kuroko, pero las descarto de inmediato. Su sonrisa se volvió engañosamente amable.


—¿Te gusta Furi? — Kagami casi se ahogó con la papa frita que estaba comiendo, sin embargo, lo que lo molesto fue la mirada de compasión de Kuroko. —No, no, no... ¡Definitivamente no deberías intentar nada con él!


El resto de los integrantes de tan rara mesa, guardó silencio.


—Eso es algo que Furihata tendrá que decidir...


—No. — Interrumpió Kuroko, — no, no es que me oponga a la idea de ti saliendo con Furihata-kun.


—Es bueno saber eso. — Akashi asintió, repentinamente de buen humor. Tampoco es que necesitará la aprobación de Kuroko para salir con el castaño, pero, definitivamente sería bueno tener a Kuroko de su lado, especialmente cuando la distancia jugaba un gran factor en su contra.


Y él ya había pensado en varios planes que involucran a la sombra.


La tensión que había rodeado la mesa, desaparecía poco a poco.


—Akashi-kun, Furihata-kun tiene un hermano.


—Lo tengo.


—No, no lo tienes. — Inmediatamente Kagami dijo, rememorando los traumáticos momentos que experimentó. — Amigo, ni siquiera yo enviaría a mi peor enemigo a ese infierno. — El incidente de las tijeras en la Winter Cup del año pasado, fue como un paseo por un campo de flores en comparación con conocer a Furihata Kouta, — ¡El chico me tacleo! ¡Yo solo fui enviado por Kuroko para regresarle el libro que olvidó en la biblioteca!


Pero Furihata Kouta no creía en preguntar y luego atacar; él atacaba, amenazaba y luego, preguntaba.


—Eso suena como un oponente digno.


Y nada lo detendría de hacer su movimiento con Kouki. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).