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TOMANDO EL CONTROL por DANI DARKRAI

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Notas del capitulo:

Para ver las actualizaciones mas rápidas, pasa a mi cuenta en whattpad VARANTINE PEREZ

PALACIO DE THANATOS

Sin previo aviso, Manigoldo cayo sin ningún cuidado sobre el duro suelo que era rodeado por unas flores rojizas que asemejaban a la misma sangre.

La habitación era tan inmensa que no solo poseía muebles lujosos, sino que también contaba su propio jardín de flores, un regalo de Thanatos para sus más fieles sirvientas "sus ninfas" con belleza sin igual quienes siempre dispuestas a cumplir cualquier deseo o capricho que el dios de la muerte.

Molesto Manigoldo trato de abrir sus ojos tratando de reconocer el nuevo paisaje que ahora se encontraba frente a él, sin embargo no tardó demasiado tiempo en darse cuenta que se encontraba en el palacio de Thanatos.

No solo por el poder y la esencia de la muerte también por las flores que lo rodeaban, ya que eran las mismas que verónica le entrego cuando fue su primera visita en el inframundo.

Debes dejar de hacer eso maldito dios... - levanto su mirada observando como Thanatos se encontraba sobre su asiento principal ignorando con gracia su presencia mientras era cuidado y consentido por sus propias ninfas - si quieres matarme hazlo de una vez.

A pesar de encontrarse preocupado por el bienestar de su pareja, Thanatos tomo la decisión de ignorar su presencia junto con el propio dolor que estaba experimentando.

Estaba realmente molesto al enterarse que Manigoldo ingreso al inframundo acompañado de otro santo de Athena, mas sobre todo saber que entrego su regalo más preciado al humano de belleza superior.

- Si quisiera matarte te habría arrojado en uno de los círculos del inframundo – respondió con seriedad, permitiendo que su ninfa favorita tomara asiento sobre su regazo y continuara con sus carisias – pero no hare algo como eso.

Ya veo... –

Adolorido Manigoldo logro ponerse de pie quitando el rastro de flores que se enredaron sobre sus cabellos, estaba molesto en ver que Thanatos ignoraba su presencia con cierto toque de burla.

En sus pensamientos Manigoldo no le importaba mucho que el dios de la muerte lo tratara con un toque de agresividad o rudeza, de hecho estaba demasiado acostumbrado a esa clase de tratos desde que inició su relación con Aspros de géminis.

Sin embargo no podía tolerar que él dios de la muerte, quien se hacía llamar su pareja destinada se encontrara insultando su presencia en compañía de un harem de mujeres, quienes no ocultaron su demostración de cariño en frente de sus ojos.

Contuvo su molestia ejerciendo fuerza sobre sus manos, no podía evitar sentir un pequeño dolor sobre su pecho al ver que Thanatos era igual a todos los dioses de la historia "son mentirosos y solo toman lo que desean de los humanos"

Veo que estas ocupado así que hablare rápido – oculto su dolor en una sonrisa burlona – quiero que me regreses a la normalidad, esta apariencia y poder solo me traerán problemas en el santuario.

¿Por qué haría algo como eso? – respondió con simpleza besando la muñeca de su sirviente – te ves mucho mejor así – sin pudor alguno abrazo la cintura de la chica para acercarla mas contra su cuerpo - el poder que te obsequie no solo hará más fuerte tu cosmos, también extenderá tu vida durante algunos siglos haciendo que tu inmortalidad se asemeje a la mía.

Thanatos era consiente sobre el dolor y los celos que provocaría sobre su pareja destinada, sabía que sus acciones solo lograrían que terminara odiándolo más de lo esperado; pero a su parecer Manigoldo necesitaba un castigo ejemplar al atreverse engañado con el caballero de piscis.

En unos de los rincones de la habitación se encontraba su más fiel sirviente leuca, la ninfa más hermosa de sus sirvientes quien asustada miraba con confusión el actuar de su señor.

Desde que se encontró con el caballero de cáncer su dios parecía estar feliz y enfocado a sus deberes diarios como consejero de su señor hades, incluso era más amable en compañía de ella y sus hermanas, pero ahora actuaba como si la misma persona que conoció hace unas noches ahora no significara nada para él. "¿qué está haciendo?"

¿Estas bromeando cierto? ¡No puedes tomar esa decisión sin consultarlo conmigo! –respondió molesto al pensar en las consecuencias que traería si alguien del santuario lo encontrara con su nueva apariencia – !no deseo que mi maestro me vea en estas condiciones!

Es él quien más deseo que vea tu nueva apariencia – sonrió divertido al imaginar el rostro asustado del gran patriarca -

Harto de la situación, Manigoldo salto con furia hasta el pedestal en donde se encontraba el dios de la muerte y al mismo tiempo asustando a todas las ninfas que se encontraban a su alrededor.

 – ¿Por qué desearía quedarme al lado de un maldito dios? – Miro con odio a la chica que aun permanecía cerca de Thanatos -

Todos Los sirvientes de Thanatos inmediatamente abandonaron la habitación al observar que Manigoldo estaba dispuesto en iniciar un enfrentamiento con su señor.

Porque eres mi pareja destinada – le sonrió divertido al ver que estaba dispuesto en lastimar a su querida ninfa, quien asustada solo pudo aferrarse más a sus ropajes – te guste o no ahora compartes un vínculo conmigo – sin pudor alguno dejo un casto beso sobre los cabellos de la chica tratando de calmarla – lo que significa que ahora me perteneces

¡Yo jamás pedí que hicieras eso! –

Furioso Manigoldo invoco gran parte de su cosmos haciendo que su cuerpo ardiera en un remolino de fuegos fatuos atacando directamente al dios de la muerte.

Sin embargo su golpe fue detenido por las manos de Thanatos quien sin dudarlo regreso el contrataque empujando su cuerpo contra el mármol de la pared.

Quiero que te alejes – respondió con seriedad hacia su sirviente quien huyo despavorida al ver el increíble poder que tenía el santo de Athena – ¿realmente estas dispuesto a desobedecerme?

Sin predecirlo, Thanatos observo como su propio cuerpo fue rodeado con demasiadas almas quienes no dudaron en morderlo y explotar al más mínimo roce protegiendo a Manigoldo.

Tu fuerza ha incrementado más rápido de lo que esperaba – con un simple movimiento de sus manos todos los espíritus a su alrededor desaparecieron en llamas oscuras – eso demuestra que aceptaste mi poder sin problemas.

Maldito... – al observar como su técnica fue repelida con bastante facilidad, volvió a ponerse de pie limpiando el rastro de sangre de su rostro – ¡sentía que moría! – grito molesto disipando el fuego del dios de la muerte, recodar el sufrimiento que paso ante la bendición de Thanatos lo hacía dudar sobre su supuesto cariño – ¡si no hubiese recibido la ayuda de mis compañeros estoy seguro que habría muerto! –

En un rápido movimiento, Manigoldo invoco una gran cantidad de energía sobre sus puños logrando acertar un golpe directo sobre el cuerpo del dios.

Thanatos no pudo esconder su asombro al sentir la fuerza con la que fue golpeado "realmente sabe usar mi poder a la perfección" sin perder más tiempo invoco su cosmos haciendo uso de su armadura titánica para golpear su cuerpo con una esfera de energía.

Sabía que estaba mal en atacar al ser quien se supone debía proteger, pero el solo pensar que su fuego fatuo no dudo en entregar su regalo mas preciado a un miserable humano solo lo hacía molestarse más.

¿Acaso te gusta ese humano? – reclamo furioso, temiendo la respuesta –

Eres la segunda persona quien me pregunta eso – a pesar de encontrarse con heridas profundas, Manigoldo no pudo evitar reír con cierto toque de burla ante la tonta pregunta del dios– ¿y qué problema existe si me gusta Albafica? – ignoro su propio dolor para volver a ponerse de pie sujetando sus costillas – tu puedes tener todas las mujeres que desees a tu disposición... ¿Qué problema existe si también deseo alguien más?

¿Realmente eres capaz de hacerlo? – su preocupación desapareció por completo ante el insulto de sus palabras – ¿deseaste más la compañía de ese humano? – la furia de Thanatos era tan poderosa que hizo retumbar todo su castillo asustando a sus queridas ninfas – ¡Necesitas una lección para aprender a no desobedecerme! -

Su respuesta solo hizo enfurecer más al dios de la muerte quien sin medir las consecuencias de sus actos, lanzo en contra de Manigoldo una técnica que solo usaba en los seres humanos; un ataque tan mortífero que podía tomar al instante la vida de cualquier mortal que escogiera.

En pocos segundos el cuerpo de Manigoldo se debilito con rapidez haciendo que vomitara una gran cantidad de sangre y callera de rodillas abrazando con gran fuerza su corazón.

Recuperando la compostura de sus acciones, Thanatos reacciono asustado observando con horror el daño que había provocado en su pareja destinada.

"esas palabras, recuerdo haberlas oído antes" – hablo para sí mismo cerrando con fuerza sus ojos -


RECUERDO DE MANIGOLDO


Era una mañana tranquila nada fuera de lo normal en un día común para los santos de Athena.

Manigoldo se encontraba conversando en privado con el caballero de escorpión en su caza zodiacal, necesitaban arreglar el problema que tenían entre manos con la broma hacia el caballero de géminis.

¿Es verdad lo que estás diciendo? – pregunto con curiosidad el joven de escorpión – ¿realmente te enamoraste de Aspros?

No me enamore de Aspros – de su bolsillo tomo uno de sus cigarros favoritos para encenderlo y aspirar con gran necesidad el humo que emanaba de el – solo admito que me gusta

¿Entonces qué es lo que planeas hacer? – pregunto con aburrimiento jugando con una piedra en sus manos –

Supongo que aceptare su cariño – a lo lejos podía observar como aspros tenía una conversación con algunos de los aspirantes a santos de bronce – después de todo creo que es hora de que yo también asuma la responsabilidad del compromiso –

Kardia suspiro levemente al recordar que Degel regresaría dentro de unos días después de haber cumplido con su misión al lado de asmita de virgo.

Entonces solo puedo desearte buena suerte al lado el guerrero más fuerte del santuario.

En pocos segundo Kardia desapareció de su casa zodiacal para volver a la suya y esperar el regreso de su pareja destinada.

Los siguientes días fueron tranquilos acompañados de pequeños momentos cariñosos que compartía con Aspros, ya fueran besos intensos o descansar juntos en la misma cama.

Manigoldo no era alguien de sentimentalismos odiaba hacer demostraciones de cariño frente a sus compañeros de armas, así que nadie pudo deducir que ambos guerreros habían iniciado una relación romántica.

A medida que el tiempo pasaba, comenzó a notar un cambio notable sobre su actitud, cada vez que intentaba estar a solas con sus amigos o alguno de sus compañeros de armas siempre eran interrumpidos por la presencia de Aspros; al final todos sus compañeros habían decidido dejar de frecuentarlo evitando alguna pelea con el caballero de géminis.

En un principio los celos que Aspros demostraban en público eran un verdadero fastidio para Manigoldo, sin embargo estaba dispuesto a perdonarlo ya que sentía culpa en haberle mentido al inicio de su relación.

Pero todo cambio en una sola noche, el mismo día que se disponía en acompañar Aspros en su casa zodiacal fue detenido por un guerrero aspirante a convertirse en caballero de Athena, el pequeño joven decidió confesar sus sentimientos hacia Manigoldo esperando tener una respuesta positiva, sin embargo fue rechazado.

Lo lamento pequeño niño, pero ahora me encuentro interesado en alguien más.

Entiendo... siento haberle quitado su tiempo – apenado bajo su mirada dispuesto a dejarlo marcharse – su pareja debe ser muy afortunada.

Supongo que sí o tal vez fue muy desdichada – despeino los cabellos del joven, dedicándole una sonrisa divertida – no te rindas pequeño, encontraras alguien mejor.

Dejo al pequeño guerrero detrás para subir a la caza zodiacal de géminis y encontrarse con Aspros, sin embargo no parecía haber alguna presencia habitando su templo.

- Si me dejaras plantado al menos ten la decencia de escribir un mensaje – respondió con burla para sí mismo caminado hacia la salida de la casa zodiacal, sin embargo en un rápido movimiento su brazo fue tomando con tal fuerza que lastimo su propia muñeca obligándolo a regresar – ¡¿qué demonios te pasa?!

La mirada de aspros era diferente a la que común mente estaba acostumbrado ver, sus ojos representaban una inmensa furia contenida mientras colocaba a Manigoldo contra el duro suelo del mármol.

Te encontraste con alguien antes de llegar aquí – presiono con más fuerza haciendo que Manigoldo gritara por el dolor que ejercía sobre su cuerpo – ¿estabas pensando en corresponder a sus sentimientos?

¡¿De que estas hablando?! – furioso Manigoldo libero sus manos del agarre de aspros, propinándole un golpe directo a su rostro para poder liberarse– ¿acaso estabas espiándonos? – separo sus cuerpos con un golpe de sus piernas alejando levemente a su pareja – si lo estabas haciendo entonces sabes que no pasó nada, rechace su propuesta.

¿No es el primero quien se atreve hacerlo cierto? – pocos segundos después, Aspros volvió a atacar el cuerpo de Manigoldo, pero ahora sus ataques eran acompañados por su gran cosmos – eres alguien demasiado noble para poder rechazalos –

En un descuido de su compañero, Aspros tomo la cabeza de Manigoldo para golpearlo con gran fuerza contra el suelo haciendo que se desorientara con demasiada facilidad, en su mente no existía más que celos y furia, sospechar que Manigoldo era capaz de abandonarlo con alguien más lo hacía sentirse molesto.

Querido Manigoldo, recuerdas lo que me prometiste – sujeto con fuerza sus manos por sobre su cabeza para poder susurrarle al oído – jamás podrás abandonarme – mordió con fuerza su cuello dejando brotar un hilo de sangre y una clara marca que no podría ocultar ante los ojos de sus amigos o compañeros –

Sonrió divertido al ver su obra maestra tatuada sobre el cuerpo de Manigoldo, amaba ver a su pareja sonriente cada vez que se encontraban a solas, sin embargo al observar su nuevo gesto de odio y dolor lo hacía sentirse mucho mejor.

Sin poder moverse manigoldo experimento por primera vez el temor de estar cerca de Aspros, era un claro reflejo de un ser psicópata dispuesto a lastimarlo si no se atrevería a seguir sus órdenes y mandatos.

Asustado por las acciones de Aspros, Manigoldo trato de hacer uso de su técnica Sekishiki Konsō Ha tratando de llamar a los espíritus que siempre lo acompañaban, sin embargo ninguno logro reunirse ante su llamado.

- ¡¿Qué demonios pasa?!

¿Acaso no sentiste algo extraño? – en un rápido movimiento Aspros chasqueo sus dedos mostrando la extraña barrera que rodeaba el interior de su templo – estamos protegidos por mi técnica especial hoka no jigen (la otra dimensión) nadie puede llegar aquí a menos que tenga mi permiso.

Aspros comenzó a desvestir la parte superior de su amante retirando con mucha dificultad su camisa junto con su saco, apreciando su cuerpo decidió dejar pequeñas mordidas sobre su pecho y abdomen, deseaba dejar marcado todo el cuerpo de su amante demostrando que ya era de su propiedad.

Desesperado Manigoldo trato de volver atacar con la fuerza de sus piernas intentando separarse nuevamente, sin embargo Aspros tomo una de sus piernas para jalarlo con tal fuerza que termino desgarrando su pierna derecha haciendo que gritara con más fuerza.

- Necesitas una lección para aprender a no desobedecerme - a pesar de ver el sufrimiento en manigoldo, aspros continuo lastimando su propio cuerpo dejándolo inmóvil e impidiendo que lograra escapar – así que sé un buen cangrejo y quédate quieto – llevo sus manos al sexo de manigoldo comenzando a frotarlo por sobre sus ropas, en verdad disfrutaba ver el dolor de su pareja pero también deseaba hacerlo disfrutar – no quiero lastimarte más de lo necesario.

¡M-maldito... realmente estás loco! – sentir las caricias de Aspros era realmente horrible para Manigoldo, deseaba con todas sus fuerzas llamar a su armadura dorada para poder defenderse de sus ataques – ¡basta quiero que pares! – su voz sonó estaba cargada de furia y desesperación en ser liberado – ¡Yo no deseo esto!

No te preocupes muy pronto el dolor desaparecerá –tomo con firmeza su rostro para verlo unir sus labios en un beso violento y agresivo –

Sin embargo para sorpresa de ambos, el cuerpo de Aspros cayó inconsciente a un costado de Manigoldo ante golpe contundente.

Al levantar su mirada pudo observar a Deuteros extender su mano para ayudarlo a levantarse, por un momento dudo en aceptar su ayuda sospechando que tal vez sería igual a su hermano, sin embargo al ver que Aspros volvía a moverse no dudo en tomar su mano para ayudarlo a escapar.

Lo lamento Manigoldo – vistió a su compañero con la capa de la armadura de géminis para poco después cargarlo entre sus brazos – no permitiré que mi hermano te lastime más – hiso uso de la misma técnica de Aspros para escapar de la dimensión en la que se encontraban – te llevare con el patriarca Sage.

- ¡No lo hagas! – respondió con desesperación tomando con fuerza sus brazos – No deseo que mi maestro me encuentre en estas condiciones – agacho su mirada al sentirse avergonzado de mostrarse débil ante su maestro – solo llévame a la casa de escorpión.

¡Pero si no reportamos esto Aspros podría volver a lastimarte! – respondió con preocupación al ver la mirada de cáncer –

Solo necesito la ayuda de Kardia y todo terminara... – respondió en voz baja antes de caer dormido sobre los brazos de Deuteros.


FIN DEL RECUERDO DE MANIGOLDO


PRIMERA PRISION DEL INFRAMUNDO


Albafica quedo sorprendido en observar la extraña desaparición de su compañero, era consiente que probablemente el responsable del suceso era el mismo dios de la muerte.

Sin embargo no podía hacer mucho por ayudarlo ya que se encontraba en un espacio donde la mayoría de su fuerza se encontraba sellada.

Demonios – suspiro molesto para correr en auxilio de Minos quien al parecer no se encontraba herido de gravedad – lo siento... - levanto con cuidado su cuerpo dejando que su cabeza descansara sobre su regazo -

Su mano recorrió con lentitud el rostro del juez del inframundo procurando ser cuidadoso ante sus heridas, sentir por primera vez el tacto cálido de su pareja destinada era algo único que lograba traerle paz.

Toda su vida siempre fue estar en completo aislamiento procurando proteger a sus compañeros y a los habitantes de las villas cercanas al santuario; recordar el momento fatal cuando toco a su padre y falleció ante su letal veneno solo hizo tomar la dura decisión de no volver acercarse a otro ser vivo.

Pero ahora que su maldición había desaparecido, tenía la libertad de poder unir sus manos nuevamente con otro ser vivo.

Minos lo siento mucho – tomo sus manos para aferrarlas con fuerza deseando que lograra despertar – sé que todo esto es culpa mía y prometo que haré todo lo posible para obtener tu perdón - Hablo en forma suplicante observando con preocupación su estado físico –

Si realmente estas dispuesto a eso – hablo en voz baja tratando de abrir sus propios ojos – entonces porque no eliminas al caballero de cáncer –

Con algo de dificultad, Minos logro levantarse del regazo de Albafica ignorando con cierto rencor su presencia, podía sentir su arrepentimiento y el dolor a través de su lazo, pero a pesar de eso aún no estaba dispuesto en perdonar su crimen fácilmente.

Albafica no hiso comentario alguno sobre las palabras de Minos, estaba seguro que había confundido la relación de Manigoldo con algún sentimiento romántico. Mas sin embargo no dejaría que la situación se complicara más de lo esperado.

Manigoldo es mi hermano – respondió en voz baja aceptando el rencor de su pareja – solo estaba preocupado por mi bienestar – con dolor soltó las manos de Minos al ver que no deseaba su compañía – vine aquí gracias a su ayuda, así que no tienes que preocuparte por su presencia.

Al no sentir la presencia de Manigoldo, Minos sonrió complacido al saber que el santo de Athena probablemente se perdió en uno de los círculos del inframundo.

No solo es el – respondió con molestia, estirando lo largo de sus alas las cuales se encontraban lastimadas por el ataque de cáncer – recuerdo que la última vez que nos vimos las caras tú me rechazaste a pesar de darte la oportunidad de escapar –

Al intentar ponerse de pie su cuerpo volvió a caer de rodillas ante el dolor constante de sus alas "maldito caballero de Athena".

No deseo verte de nuevo Albafica – cerro sus ojos con fuerza ante un dolor sobre su garganta, le era molesto experimentar los sentimientos de dolor – así que ¿Por qué no regresas al templo de tu diosa?

Albafica mantuvo silencio escuchando con dolor sus palabras de rechazo, era consiente que recibiría todo el odio acumulado por parte de Minos y estaba dispuesto aceptarlo.

Que pasara si no deseo hacerlo – mostro seriedad en su mirada, poniéndose de pie para ayudarlo a levantarse a pesar de recibir su rechazo – sé que merezco tu odio por todo el daño que te hice pasar, pero eso no me impedirá remediar mis errores –

Abrazo con fuerza la espalda del juez del inframundo procurando tener cuidado en no lastimar sus largas alas.

Cuando recibí mi marca apenas era un niño pequeño, estaba asustado en saber que mi pareja destinada se trataba de un espectro del dios hades – a medida que iniciaba su relato Albafica tomo de nuevo las manos de Minos – mi padre siempre me recordó el odio que existía entre los caballeros y espectros todas las historias de guerra desde los siglos pasados – al ver que su gesto no fue rechazado tomo la iniciativa de entrelazar sus manos – tenía miedo en decepcionar a mi padre así que tome la decisión en ocultar mi Soulmate de todos los habitantes del santuario – llevo sus manos a sus labios depositando su primer beso – pero no existió un solo día en el que sufriera el dolor de estar separados.

¿Porque me dices eso? – hablo en voz baja tratando de ignorar su gesto de cariño -

Quiero tu perdón – cerro sus ojos con fuerza aferrando más sus manos – entiendo que te lastime en nuestro último encuentro y estoy dispuesto a tomar el castigo que desees imponerme – oculto su mirada en los hombros de Minos abrazando más su cuerpo – pero te suplico que no me ignores más...

Minos no pudo evitar mostrar una mirada de asombro ante la confesión de Albafica, estaba seguro que los santos de Athena eran demasiado crueles cuando se trataba de las guerras santas ya que no median sus acciones en torturar a sus compañeros espectros tratando de obtener información estratégica.

Y no dudaba que Albafica pudo hacer lo mismo a muchos de sus compañeros; el solo recuerdo de su enfrentamiento reforzó más esa idea.

Pero escuchar sus palabras de arrepentimiento y la muestra de su afecto lo hacían pensar en la posibilidad de perdonarlo.

Sabes que no puedo perdonarte con esa simple excusa, lo que hiciste es un claro pecado que ha sido registrado en los libros del inframundo y jamás podrá ser olvidado – respondió con sinceridad llevando su mano libre a los largos cabellos de Albafica – si realmente quieres mi perdón tendrás que afrontar las consecuencias de tu error – uso parte de su poder para invocar un látigo sobre sus manos - te hare sufrir de la misma forma que yo sufrí Albafica de piscis –

Ante sus palabras Albafica no pudo hacer nada más que asentir con la cabeza al estar dispuesto a recibir su castigo, con lentitud libero a Minos de su abrazo para verlo directamente a sus ojos y observar el extraño poder que desprendía el arma en sus manos.

La primera prisión se encarga de mostrar todos los pecados que los humanos cometieron en vida, esto lo hacemos para elegir el circulo perfecto del inframundo al cual serán llevados – golpeo con fuerza el suelo destruyendo gran parte del concreto mostrando su poder destructivo – en este caso hare que experimentes el sufrimiento que yo pase al momento de mi muerte.

Sin previo aviso Minos lanzo un golpe directo en contra de Albafica que lo hiso retroceder contra la pared para poco después ser tomado con el poder del látigo.

La fuerza con la que apresaba su cuerpo era tan potente que lograba cortar el aire en sus pulmones y al mismo tiempo quemaba gran parte su armadura dorada.

A medida que el dolor se hacía más intenso, Albafica pudo ver frente a él los recuerdos de su último enfrentamiento en contra del juez del inframundo, recordar todos los detalles de su batalla lo hacían sentirse arrepentido y al mismo tiempo asustado.

Escuchar de nuevo las palabras que había usado para lastimar el orgullo de Minos al descubrir que era su Soulmate lo hiso sentirse avergonzado de sus acciones; pocos segundos después pudo apreciar la escena en la que él mismo incrusto una rosa blanca bañada con su sangre envenenada matar lentamente el cuerpo de su pareja destinada.

- ¡B-basta... no quiero ver esto...! - cerro sus ojos con fuerza tratando de ignorar las imágenes que se presentaban ante él, sin embargo resulto ser inútil ya que continuaban mostrándose en sus pensamientos -

Repetir la escena en la que Minos lo miro en forma decepcionante antes de cerrar sus ojos, fue el detonante suficiente en hacerlo caer de rodillas y derramar sus lágrimas sobre el frio suelo arrepentido de su más grande pecado, para poco después ser liberado del poder del juez del inframundo.

Lo siento... siento haberte hecho sufrir esto – cubrió sus ojos con sus propias manos tratando de calmar sus emociones –

Albafica... - camino con lentitud deteniéndose frente a el – veo que realmente te arrepientes de tu crimen – de igual forma Minos se hinco sobre el suelo – estoy puesto a perdonarte –

Mostro una mirada de compasión ante el sufrimiento que experimentaba su Soulmate, podía ver que realmente afrontaba la situación de su crimen y estaba dispuesto a corregir su error para no ser separados nuevamente.

Quédate – extendió su mano en donde se encontraba tatuado su Soulmate – renuncia al manto de Athena y quédate conmigo.

Ante sus palabras Albafica levanto con rapidez su mirada observándolo confundido ante su petición; no tenía duda alguna en desear estar al lado de su pareja desatinada el tiempo de vida que le restaba, sin embargo no estaba listo en abandonar el santuario y a sus compañeros de armas.


PALACIO DE THANATOS


Gran parte de su palacio se encontraba dañado por la intensa batalla librada en contra de su Soulmate, todos los sirvientes de su palacio ahora se encontraban reunidos alrededor de la habitación en donde se encontraba Thanatos quien sostenía en sus brazos el cuerpo de Manigoldo quien se encontraba respirando con gran dificultad.

Todos a su alrededor susurraban como fue posible que un simple humano soportara la técnica más peligrosa de su señor, pero fue gracias a la protección que el dios de la muerte había impuesto sobre su cuerpo la vida de Manigoldo fue salvada del inframundo.

Era consiente que tomaría venganza del dios una vez que lograra recuperarse por completo, sin embargo al pasar los minutos su rostro no reflejo nada más que resignación al recordar las palabras y el abuso que sufrió a manos de Aspros, a su pensamiento era una clara señal de que posiblemente él solo atraía lo peor en las personas incluyendo al ser quien era su pareja destinada.

Regrésame a la normalidad, prometo que no te daré mas molestias e ignorare lo que acaba de pasar – respondió con simpleza manteniendo una mirada neutral y al mismo tiempo alejando el cuerpo de Thanatos –

¿Realmente es lo único que dirás? – pregunto con seriedad sin soltar el cuerpo de Manigoldo – ¿no planeas insultarme por lo que acaba de pasar?

Acaso eso importa – suspiro resignado observando el daño causado en la habitación de Thanatos – estoy acostumbrado a esta clase de tratos así que no esperes que llore por algo como esto, puedes seguir revolcándote con las mujeres que desees y tenerme a tu lado como un simple premio -

Examinando su cuerpo en uno de los espejos que se encontraban sobre el suelo, Manigoldo pudo observar que ambos ojos habían adquirido el tono carmesí de la misma sangre completando el cambio total en su apariencia. "no importa lo que haga, estoy condenado a estar al lado de este dios psicópata"

Thanatos se dedicó a observar en silencio las acciones de su pareja, parecía que realmente había quebrado algo en su interior ya que había perdido por completo el brillo único de su mirada y aceptaba su destino sin reclamar por alguna explicación.

Sería difícil, pero realmente necesitaba disculparse con Manigoldo por lo terrible de sus acciones y el daño que había provocado sobre su cuerpo.

Sin embargo no recibió emoción alguna de su parte, parecía que ignoraba su presencia y todos los gestos de cariño que intentaba transmitirle al abrazarlo con fuerza; Resignado Thanatos no hiso nada más que aceptar la petición de su pareja colocando una de sus manos sobre la frente de Manigoldo quitando la bendición y protección de su estrella divina.

A los pocos segundos su apariencia  volvió a ser la misma, recuperando el color natural de sus cabellos y el de sus ojos.

Siento lo que hice – respondió en voz baja soltando el cuerpo de Manigoldo – en realidad solo deseaba molestarte un poco, jamás tuve la intención de iniciar un combate.

Guarda silencio... –

Respondió con molestia para después levantarse del suelo y caminar en dirección contraria al de Thanatos, era consiente que aún se encontraba demasiado débil por el enfrentamiento y sería peligroso moverse solo por los círculos del inframundo, pero el amanecer llegaría dentro de poco y necesitaba regresar por Albafica cuanto antes, o de lo contrario su maestro notara su ausencia en el santuario.

Albafica es mi hermano menor, entregue el brazalete en sus manos porque necesitaba de su ayuda en distraer a mi maestro – con dificultad llamo a las almas que siempre lo acompañaban para regresar a la primera prisión – lo traje aquí porque deseaba rencontrarse con su pareja destinada Minos de grifo – volteo su mirada sonriéndole levemente a Thanatos – así que no tienes por qué preocuparte por él.

Pocos segundos después la presencia de Manigoldo desapareció por completo del casillo de Thanatos, dejándolo completamente en silencio quien solo mostro una mirada de confusión ante sus últimas palabras.

Notas finales:

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