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TOMANDO EL CONTROL por DANI DARKRAI

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Notas del capitulo:

Para ver las actualizaciones mas rápidas, pasa a mi cuenta en whattpad VARANTINE PEREZ

INFRAMUNDO


 


 


Desde la partida de su alma gemela. Minos se dedicó a buscar información específica sobre los movimientos que habían realizado los hermanos gemelos y la vocera del rey Hades. A medida que las horas pasaban, Lune con la ayuda de kagaho, le notificaron todos los hallazgos recabados por los rumores de algunos espectros. Pudieron descubrir la ausencia de la señorita Pandora en el castillo, así como una extraña atmósfera creada en el palacio de los consejeros que impedía la entrada a cualquiera que no fuese una deidad.


Preocupado por la situación, Minos decidió ir personalmente al castillo de Thanatos exigiendo alguna explicación por lo extraño de sus acciones. No obstante, la llegada repentina de la ninfa más leal al dios de la muerte, hizo que detuviera sus planes. Se veía aterrorizada, así que la recibió rápidamente.


 


– ¡Señor Minos ha surgido un gran problema en el palacio! – su voz tomó un tono demasiado frágil, tratando de controlar sus ansias por llorar – mi señor Thanatos... fue secuestrado por los dioses menores del sueño.


 


– Eso es imposible, son dioses menores en contra de una deidad inmortal – - no debería problemas en derrotarlos


 


– Le tendieron una trampa, ellos solo fueron una distracción para retenerlo el tiempo suficiente para que el dios Hypnos lograse atacarlo.


 


Leuca no pudo evitar derramar lágrimas al pensar en la tortura que sufriría su señor a manos de los celos enfermizos de su hermano gemelo. , ella juró lealtad absoluta al dios de la muerte, prometiendo servirlo y protegerlo.


En un principio ella aceptó ser su objeto de desahogo pasional, tratando de reconfortarlo en los momentos de soledad que padecía en su palacio. Siempre estuvo pendiente de todo lo que necesitaba junto con los cuidados de su palacio. Incluso ayudaba a sus hermanas para vestirlas y maquillarlas al gusto de su señor.


Pero las cosas cambiaron el día que él mismo Thanatos ya no deseó la compañía sexual de las ninfas al referirse a ellas como algo corriente. Él anhelaba al guerrero de cáncer, a quien había enfrentado en la guerra santa, refiriéndose a él como su pareja destinada.


Sus hermanas se mostraban envidiosas por el amor que su señor profesaba hacia ese mortal. Las dejaba como segunda opción. Pero a Leuca no le importaba ese tipo de afecto, ella deseaba la felicidad eterna de su salvador junto su bienestar. Recordándose a sí misma que, si la una forma de lograrlo era reuniéndolo con su soulmate, entonces lo haría.


La primera vez que divisó al santo de cáncer, no pudo ocultar su asombro por la extraña belleza que poseía. No tenía facciones delicadas o femeninas como otros guerreros de Athena, al contrario, era demasiado masculino. Era varonil y poco agraciado. Tal vez fuese más probable que las mujeres lo encontrasen atractivo. Pero en el caso de su señor, quien siempre había yacido con personas hermosas, finas y educadas, era una sorpresa.


Cuando los vio reunidos en ese momento, pudo notar la emoción de su dios por anhelar abrazarlo y consentirlo. Pensó que durante esos días su amor podría verse completado superando todos los perjuicios del santuario con la diosa guerrera. Pero presenciar lo cruel que fue dios con su pareja por un arranque de celos, la hizo dudar si realmente su señor amaba a ese mortal.


 


– Dime todo lo que presenciaste Leuca - habló Minos seriamente, esperando que el dios del sueño no haya sobrepasado más sus crímenes -


 


– Mi señor Thanatos estaba en camino a reunirse con el rey Hades y la señora Perséfone en los Campos Elíseos, pero antes de abrir el portal aparecieron los dioses del sueño para impedir que ingresara al camino - con tristeza, la pequeña ninfa limpio el rastro de sus lágrimas continuando con su relato - el trató de eliminarlos con su cosmos. Sin embargo, el señor Hypnos aprovechó su distracción para golpearlo con su técnica más poderosa, obligándolo a caer en un sueño eterno. Escuché de sus labios mencionar que lo encerrarían en la prisión de los sueños hasta que él regresara al inframundo.


 


Ante las palabras de la chica, Minos y Lune quedaron pasmados por el plan tan malvado del dios Hypnos. La prisión de los sueños era un lugar sumamente peligroso en donde encerraban a los enemigos más hostiles que se atrevían a desafiar al inframundo. Debido a las ilusiones y engaños en los que caían todas sus víctimas, muchos de ellos perdían el deseo de escapar al sentirse mejor consigo mismo por los engaños creados.


 


– Estamos peor que nunca, sin el apoyo de Thanatos no podremos notificar al señor Hades los crímenes que se están cometiendo en su nombre – "realmente tenía razón al desconfiar de su hermano"


 


– Aún tenemos una posibilidad – se pronunció Kagaho con tranquilidad - mi señor me confió una entrada secreta a los Campos Elíseos que solo es conocido por sus guerreros de mayor confianza, iré personalmente a buscar su ayuda y detener estos crímenes.


 


– Entonces no perdamos más tiempo – acarició con cuidado el nombre tatuado sobre su piel - el tiempo fluye de forma diferente en el mundo de los sueños, mientras más tiempo pase una víctima en esa prisión, será difícil hacerlo despertar.


 


Sin perder tiempo, los tres espectros se pusieron en marcha para usar uno de los caminos ocultos del inframundo. Acercándose lo más pronto a la última prisión del inframundo, "Giudecca", lugar donde reside el trono de su soberano junto con "El Muro de los Lamentos", entrada al camino de los dioses.


Una vez arribaron al último templo, el juez del inframundo logró percibir una extraña presencia que comenzaba a rodear la última prisión del Hades, dando un toque a ser emboscados en cualquier momento. Al ser kagaho el único que conocía el camino a los Campos Elíseos, decidió ir delante de sus compañeros deteniéndose justo en el muro cimentado de concreto.


 


–A partir de aquí deberé continuar solo, si no tienen algún objeto creado por los dioses no podrán entrar al camino de los Elíseos -


 


Llevó su mano a un pequeño círculo, que demostraba ser una especie de llave que podría separar en dos partes el muro. Sin embargo, sus acciones se vieron interrumpidas por el ataque mortal del líder de los tres jueces del infierno, obligándolo a retroceder con rapidez.


 


– No está bien molestar al dios Hades en estos momentos - sonrió divertido el juez del infierno mirando con inferioridad a sus demás compañeros - sobre todo cuando tenemos órdenes de la señorita Pandora por vigilar esta entrada


 


Sin problemas, Rhadamanthys saltó de su escondite para colocarse frente al rostro de Minos, examinado las intenciones que poseía al encontrarse fuera de su templo. Las órdenes de su señora fueron claras y precisas "no dejar que nadie se acerque al muro de los lamentos, sin importar quien sea"


 


– ¿Qué significa esa mirada Minos? ¿acaso me temes? - extasiado por su belleza, trató de tocar su rostro en busca de algunas respuestas por su intromisión, pero fue rápidamente golpeado obligándolo a separarse de su cuerpo -


 


– No vuelvas hacerlo - su voz fue fría y molesta por la osadía de Wyvern al intentar tocarlo - eres realmente despreciable, ¿no te basta tener la compañía de Valentine?


 


– Es alguien útil para mí, pero... no está mal intentar tener más parejas disponibles ¿verdad?


 


Desde el comienzo, todos conocían a Rhadamanthys como una persona horrible que no tenía el más mínimo respeto de fidelidad a su pareja destinada Valentine. Existieron demasiados reportes de traición dirigidos al dios del inframundo para lograr castigar al juez, porque no cuidaba de su regalo más preciado.


En varias ocasiones estuvo cerca de ser desterrado como el general de su ejército debido a los pecados cometidos en su reino, no obstante, siempre era salvado por su pareja al pedir piedad por sus acciones.


Bajo esas súplicas, el juez siempre era perdonado por su señor, prometiendo cambiar sus malos hábitos y respetar a su pareja destinada, pero todo era una mentira ya que continuó conquistando a más humanos o acosando a sus propios compañeros.


Tal era el caso con Minos, que siempre deseaba poder tomarlo como su amante debido a la belleza que poseía junto con su increíble poder, "alguien muy superior a Valentine".


 


– Tenemos órdenes de la señorita Pandora, nadie puede estar aquí sin su permiso - caminó con sigilo alrededor de los tres espectros, pensando en quien sería su primera víctima - ¿no es así Aiacos?


 


– Por supuesto, no podemos desobedecer a nuestra líder - el segundo juez hizo acto de presencia mostrando sus colmillos, dispuesto a enfrentarse a los intrusos -


 


Los tres espectros se pusieron en posición de ataque dispuestos a enfrentarse a sus compañeros al saber que ellos apoyaban los crímenes cometidos por Hypnos y Pandora.


 


– ¡Son unos idiotas!, ¡¿acaso no saben que la señorita Pandora ha cometido un crimen en contra de los mandatos de nuestros soberanos?! – gritó molesto el joven Kagaho al ver la terquedad de los Jueces – ¡Ella al igual que Hypnos merecen ser reportados por obstruir la justicia del dios Hades!


 


Ambos guerreros se burlaron de las palabras del más joven. Estaban al tanto de los planes que ejercieron ambos sus líderes en contra de las reglas del inframundo, pero ellos creían que hacían lo correcto al separar todo lazo innecesario que se formara con los santos de Athena.


 


– Escúchenme... deben tener cuidado con ellos ya que son mucho más peligrosos que los santos dorados, yo me ocuparé de Radamanthys mientras que ustedes se enfrentarán Aiacos, al ser dos contra uno tienen más posibilidades de ganar – alego Minos en voz baja


 


– Señor, es peligroso que usted enfrente al soldado más fuerte del inframundo - pronunció Lune, preocupado por su maestro - permítame ayudarlo en esto.


 


– Sería más peligroso dejar solo Kagaho, trabajen juntos.


 


Sin perder más tiempo, ambos jueces iniciaron su batalla en contra de los traidores que no deseaban someterse a su poder. En un comienzo el enfrentamiento estaba a favor de ambos jueces debido a su gran poder y ventaja de campo. Minos apenas podía seguir el ritmo de la pelea, debido a las heridas que le provocó Manigoldo, "si logro sobrevivir, me encargare de torturar al maldito"


A pesar de su cansancio, aún lograba esquivar con agilidad los ataques del primer juez gracias a la fuerza de sus alas que, a pesar de estar heridas, igualmente podían ayudarlo a moverse a gran velocidad.


En cuanto al segundo enfrentamiento, Aiacos parecía tener dificultad luchando contra dos rivales al mismo tiempo. Ambos poseían una fuerza increíble, demostrando porqué fueron peligrosos en la última guerra santa, sin contar su excelente trabajo en equipo.


 


– ¿Por qué haces esto Minos? - en un descuido de su parte, Wyvern sometió al pequeño Grifo contra el frío mármol impidiendo que lograra moverse – ¿realmente te interesa proteger tanto a ese guerrero de Athena? – Aprovechando la cercanía con su compañero, Rhadamantys mordisqueó su cuello consiguiendo escuchar un quejido de dolor que complació por completo su orgullo.


 


Cansado de sus intentos por liberarse, presionó con más fuerza sus brazos, causándole más dolor físico. Sin embargo, al ver con detalle su cuerpo, pudo divisar una caligrafía en letras plateadas oculta entre su armadura con el nombre de Albafica.


 


– ¿O será acaso que intentas reunirte con tu soulmate? - fastidiado por su silencio, invocó gran parte de su cosmos para quemar su piel expuesta, en busca de respuestas - es una lástima que te haya abandonado para regresar al lado de su diosa, tu no significas nada para él.


 


– ¡Cállate! – cerró sus ojos tratando de soportar el ardor de sus heridas. No creía ninguna palabra dicha por su compañero, Albafica le había demostrado con hechos su deseo por permanecer a su lado.


 


Al conseguir la distracción de Radamanthys, Kagaho golpeó su cuerpo con el poder de sus llamas oscuras, logrando liberar el tiempo suficiente al segundo juez para propinarle un golpe directo y hacer uso de su técnica "marioneta cósmica" inmovilizado su cuerpo junto con el de Aicos. No podía hacer demasiado uso de su poder por la fatiga de su enfrentamiento con Cáncer, pero al menos darían el tiempo suficiente para ingresar a los Campos Elíseos.


 


– ¡No pierdas tiempo Kagaho! ¡Busca al señor Hades para detener todo esto! - suplicó con aflicción, soportando la lucha de ambos jueces.


 


– Lo haré ...


 


Preocupado por el tiempo, el espectro de Bennu corrió a un costado de sus rivales para dirigirse nuevamente al muro de los lamentos dispuesto a abrir la entrada, pero el golpe de energía sobre su espalda lo hizo caer rendido contra el suelo.


 


– El señor Hades no necesita ser molestado en estos momentos.


 


La vocera del dios hizo acto de presencia portando en mano su poderoso tridente junto con su armadura de guerra, no se mostraba sorprendida por la traición de sus 3 sirvientes ya que ellos nunca le juraron lealtad en la última guerra santa.


Liberó a ambos jueces del poder de Minos, caminando lentamente hacia su cuerpo, amenazándolo con el filo de su arma para obtener una sumisión.


 


– Debí suponer tu intervención en este asunto, al ser el espectro con mayor conocimiento, era cuestión de tiempo que averiguaras toda la verdad.


 


– Usted sabe que esto es un crimen, las órdenes de nuestro dios nos obligan a brindar protección a todas las parejas destinadas formadas en el inframundo sin importar quienes sean.


 


– A veces el destino se equivoca, por esa razón muchos de nosotros debemos tomar el control de nuestros deseos esperando que se cumplan. Como lo ha hecho nuestro señor Hypnos - molesta, incrustó parte de su tridente sobre el brazo de Minos provocando una herida de gravedad - hacemos esto por el bien de nuestro reinado junto con el tuyo, ¿qué crees que pasara cuando te unas con ese guerrero de Athena? ¿Crees que te amará por la eternidad? ¿o acaso intentará asesinarte nuevamente?


 


Golpeó el cuerpo del espectro obligándolo a caer de espaldas para pisotear el brazo donde se encontraba tatuada la caligrafía. Al mismo tiempo ordeno a sus lacayos tomar como prisioneros a Lune y Kagaho.


 


– Athena jamás permitiría que uno de sus guerreros se enlace con un espectro, probablemente él te dejara olvidado para vivir al lado de otra persona que comparta su semejanza y deseo ... te quedaras solo, observando en el resto de tu inmortalidad que mis palabras eran ciertas - levantó nuevamente su arma dispuesta en destruir su corazón para poner fin a todos los problemas - así que te hare un favor


 


Sin piedad, Pandora dejó caer su arma esperando que la muerte del Grifo fuese rápida y sin dolor. sabía que sus acciones eran injustas en contra de ese espectro, pero recordar el juramento del dios del sueño la obligaba en seguir adelante.


Antes de que el tridente se lograra incrustar sobre su cuerpo. Este se destruyó en miles de pedazos provocando un fuerte estruendo sobre toda Giudecca, acompañado con una gran ráfaga de viento anunciando la llegada del dios del Hades en compañía de su esposa Perséfone.


 


– ¿Qué sucede Pandora? – diviso a su mano derecha con un gesto imparcial, esperando alguna explicación por los destrozos en su templo, junto con su deseo por eliminar a sus más leales guerreros - ¿porque has lastimado a mis sirvientes?


 


Asustados por la presencia de su soberano, todos se arrodillaron de inmediato esperando que su ira no llegase a lastimarlos. De igual forma, Pandora no tuvo más opción que bajar la cabeza esperando que su rey no descubriera todos sus planes.


 


– Mi señor discúlpeme por molestarlo... estos guerreros son unos traidores que internaron levantarse en contra de su reglamento -


 


– ¿A qué te refieres? - su voz fue dura y estoica debido a lo extraño de sus palabras -


 


– Tenemos órdenes de no tocar el santuario de Athena debido al acuerdo de paz, ellos querían salir de sus dominios para ir a enfrentarse a los santos dorados.


 


Ofendido por las palabras de la vocera, Kagaho golpeó el suelo para levantar su mirada e interrumpir su relato.



– ¡Se equivoca!, !¡Ella ha conspirado en contra de su mandato al intentar destruir las soulmate del señor Minos junto con la del dios Thanatos! - con dificultad logró ponerse de pie para caminar en dirección de la vocera - tenemos la responsabilidad de proteger a todas las parejas que se formen en su reino sin importar quiénes sean - miro con desagrado a la mujer que causó tanto daño a sus camaradas guiada por deseos egotistas - revise la marca del señor Minos y verá que no estoy mintiendo


 


La reina de la primavera dio unos pasos al frente de su esposo para tomar con sumo cuidado el brazo de su guerrero para sanarlo con rapidez con la ayuda de su cosmos.


Al igual que Hades, ella odiaba la violencia innecesaria en los enfrentamientos realizados por su hermana. Por esa razón, decidió tomar la tarea de rezar por todas las vidas inocentes perdidas en batalla, encapsulando su esencia en flores rojizas que continuaron viviendo sobre antiguo hogar.


Pero desde la destrucción de uno de sus jardines, ordenó inmediatamente a su esposo regresar a sus dominios en busca de alguna explicación. Gracias a la ayuda de su poder, pudo salvar la vida de uno de los espectros quien se encontraba gravemente lastimado.


 


 


RECUERDO DE PERSÉFONE


 


 


La diosa de la primavera disfrutaba del calor corporal de su esposo descansando sobre su pecho. Cada vez que se cumplía el tiempo para bajar al inframundo, ella aprovechaba al máximo su estadía para aislarse con Hades en los Campos Elíseos. Sin que su padre o madre los molestaran, ellos podrían pasar el resto de su eternidad esperando el fin del mundo sin ningún arrepentimiento.


Pese a que se encontraba en total armonía, la reina sintió un pinchazo de dolor sobre su cuerpo mientras aferraba sus manos sobre las ropas del dios del inframundo. Podía escuchar los lamentos de sus flores suplicando la ayuda de su deidad por ser perturbadas en su lecho de descanso.


 


– Duele... - llevo sus manos sobre sus oídos tratando de escuchar con más detalle las súplicas - algo ha pasado en uno de mis jardines - pudo sentir como era abrazada con cuidado por su esposo en busca de calmar su dolor -


 


– ¿Alguien te ha lastimado? - sus palabras sonaron molestas al pensar que un mortal se atrevió a mancillar los regalos de su esposa - iré a eliminarlos cuanto antes -


 


– No, esto se siente diferente – se apartó del dios para ponerse de pie sobre los pastizales de su alrededor - espera aquí, necesito comprobarlo yo misma. - Sin perder tiempo, Perséfone abrió un portal a su costado para investigar. – Regresare pronto – su voz fue suave, dedicando una sonrisa tranquila a su pareja para poco después ingresar al portal.


 


Su llegada la hizo sentir melancolía al verse de nuevo sobre un antiguo pueblo en ruinas que pereció en la antigua guerra santa. Con solo ver los tallos de sus flores podía deducir el tiempo que habían pasado sobre la tierra, sin llegar a marchitarse.


Se abrió camino en su jardín destruido, orando por todas las almas que volvieron a ser importunadas por los malditos humanos y sus batallas. A medida que continuó avanzando pudo sentir rastro del poder de los santos de Athena sobre sus dominios.


 


– No solo se atrevieron en destruir mis prados, también tienen la osadía de impregnar mis dominios con el desagradable poder de mi hermana.


 


Antes de abandonar la escena para regresar al lado de su esposo, pudo sentir como sus ropajes eran tomados por las manos de un espectro quien se encontraba severamente lastimado "¿acaso se atrevieron en violar el acuerdo de paz?". Se hincó en el suelo compartiendo parte de su poder para sanar sus heridas con rapidez.


 


– S-Señora Perséfone...


 


– ¿Quién te hizo esto? - pronunció sintiendo pena por el mal estado de su guerrero - me encargaré personalmente de castigarlo.


 


– Por favor, salve al guerrero de cáncer...y-yo no pude protegerlo - a pesar de su inmenso dolor y cansancio. Verónica no permitió que su cuerpo volviese a caer inconsciente, sin antes revelarle la verdad a su señora - es la soulmate del señor Thanatos, no deje que los separen... – Sin soportarlo más, el espectro de las moscas se desmayó esperando que su petición fuese cumplida.


 


– No te preocupes, has hecho muy bien - acarició con suavidad sus largos cabellos, permitiendo que su poder lo llevará de vuelta al inframundo para recuperar sus energías -


 


 


FIN DEL RECUERDO


 


 


– Déjame ver tu marca - retiró con precisión una parte de la armadura notando la veracidad del relato - es verdad, posees una soulmate ligada a un santo dorado.


 


Una vez escuchó la afirmación de su esposa, Hades tomó con firmeza el brazo de Pandora, obligándola a levantarse, para castigarla por la osadía de desobedecer su reglamento.


 


–¿Acaso hiciste lo mismo con Thanatos? - debido a su silencio, el dios tomó su rostro con delicadeza mirándola de forma desaprobatoria - respóndeme Pandora


 


– No es así...yo no tengo esa clase de poder - no pudo evitar sonrojarse por la suavidad de sus palabras.


 


Liberó su rostro afligido, permitiendo que agachara nuevamente su mirada. Recorrió con lentitud el espacio entre sus jueces del infierno, buscando en sus miradas la verdad de las palabras de Pandora.



– El poder que percibimos en los prados de mi esposa, pertenecía a un santo dorado de Athena con energía del inframundo, no me explico cómo eso puede ser posible considerando que llegamos a un acuerdo de paz - detuvo su caminar frente a Minos, examinándolo - quiero saber toda la verdad... aquellos que se atrevieron a desobedecer mi mandato pagarán un precio muy caro.


 


 


SANTUARIO DE ATHENA - CALABOZOS


 


Resignados en seguir el plan de su compañero, Albafica y Kardia no tuvieron más opción que mostrar rendición ante sus captores para lograr que Aspros bajara la guardia, dándoles el tiempo suficiente para idear un nuevo plan. Su arresto se mantuvo en completo secreto por órdenes del nuevo soberano, pasando toda la noche recluidos en sus celdas. No deseaba llamar innecesariamente la atención del antiguo patriarca.


Al llegar a las celdas, Shion y Dohko los encadenaron con grilletes especiales que podían absorber el poder de su cosmos, impidiendo que lograran escapar por la fuerza. En todo ese tiempo, ambos se mantuvieron en silencio dejando a sus antiguos amigos confundidos por lo extraño de sus acciones. Era como si estuvieran dormidos dando un toque de ser marionetas sin vida propia.


 


– ¡¿Shion por qué estás haciendo esto?! – Kardía preguntó molesto, notando el silencio de ambos - se supone que tú eres amigo de Manigoldo, ¿acaso permitirás que Aspros se salga con la suya y lo lastime? ¡Respóndeme!


 


– No comprendo... ¿acaso has olvidado por lo que pasamos? - Albafica susurró, mirando fijamente a los ojos del carnero en busca de alguna emoción - ¿quién eres tú?


 


El santo de Aries ignoró su pregunta, caminando en dirección a la salida junto con su pareja para cerrar las puertas a sus espaldas.


 


– En unas horas arribará nuestro nuevo patriarca, les aconsejo guardar silencio - respondió Dohko con simpleza para alejarse de la prisión.


 


Una vez los dejaron a solas, la noche pasó con demasiada lentitud para ambos camaradas. El santo de Piscis no pudo evitar pensar en la seguridad de su hermano debido al extraño cambio que tuvo frente a sus soberanos. Aun si estuviese mintiendo por órdenes de su agresor, ¿Por qué su mirada reflejaba un sentimiento auténtico de amor por él?


 


– Esto está mal, Manigoldo jamás actuaría así después de lo que hemos vivido -


 


– Ustedes siempre se meten en más problemas de los necesarios - cansado de la situación, Kardia tomó asiento en el suelo, observando la caligrafía en su brazo - no sé por qué todos están actuando así, pero no podremos confiar en nadie que apoye las decisiones de Aspros.


 


Albafica imitó las acciones de su compañero, recostando su cabeza en las frías paredes, mientras suspiraba con resignación. Se preguntaba muchas cosas en esos momentos, la seguridad de su hermano, el bienestar de Minos, el futuro de todos los santos que ahora tendrán que responder al nuevo patriarca.


 


– Oye... entiendo que eres alguien muy reservado con tus problemas, pero me gustaría saber si hay algo de lo que debería enterarme. No puedo ayudarlos si no sé toda la verdad -


 


A pesar de no conocer todos los secretos del santo de piscis. Kardia siempre estuvo dispuesto en escuchar los problemas que afligían a su camarada como lo había hecho con Manigoldo. Después de todo, él también era su amigo.


Antes que pudiese contestar. Un ruido metálico los hizo reaccionar con rapidez, distinguiendo la presencia del santo dorado a las afueras de las celdas.


Sin problemas, Aspros se reveló delante de sus prisioneros, mostrando una mirada de burla y satisfacción por su reciente victoria. Tener el cargo de patriarca lo hacía adquirir ciertas cosas que antes le eran prohibidas, como el control de castigar a aquellos que no lo seguían en sus ideales, sin la intervención del antiguo patriarca o su mano derecha.


 


– Veo que están cómodos en su nueva habitación - observó con fascinación las esposas en sus muñecas, para poco después abrir las puertas de metal - pensé en darles una pequeña visita antes de mi coronación para dejar en claro ciertos detalles.


 


– ¡Maldito infeliz! - con furia el santo de escorpión se abalanzó en contra de géminis esperando poder golpearlo con su "aguja escarlata". Sin embargo, las cadenas en sus brazos le impidieron invocar su cosmos, junto con un fuerte dolor por haber forzado sus ataduras -


 


– Si intentas escapar -, Aspros tomó sus cabellos tirando con fuerza de ellos - el dolor será más intenso


 


No tuvo problemas en regresarle el golpe sobre su rostro provocando una hemorragia sobre su nariz. Le parecía gracioso torturar aquellos que siempre se interpusieron en sus planes por conquistar al canceriano, deseaba que experimentaran arrepentimiento por sus acciones pidiendo piedad.


Molesto por sus acciones, Albafica solo pudo chistar en molestia sabiendo que no podría ayudar a su amigo sin llegar a dañarlo con su veneno. Sobre todo, cuando era muy claro que no podrían defenderse con la ayuda de su poder.


 


– Al amanecer los preparativos de mi coronación estarán listos para llevarlos a cabo en el templo principal de Athena. Todos tienen la obligación de asistir para presenciar la entrega del arma sagrada en mis manos junto con la bendición del maestro Hakurei. Y una vez que eso termine, procederemos al siguiente evento para tomar la mano de Manigoldo en matrimonio - en un simple movimiento, Aspros cambio la gravedad de la habitación provocando un dolor sofocante sobre sus prisioneros - así que más les vale guardar la compostura deseada.


 


– Eres un idiota si crees que obedeceremos a tus amenazas - a pesar de su tortura, Albafica no demostró debilidad alguna frente a su enemigo - la única forma de lograrlo será asesinándome... ¡No permitiré que mi hermano se case con un psicópata!


 


–Pero aprobaste su unión con el dios de la muerte - afirmo con simpleza, dejando la mirada de todos en sorpresa – A pesar de ser su pareja destinada, actuó de la misma forma que yo y tú lo sabes. Las heridas que note sobre su cuerpo no fueron creadas por tu mano, son evidencias claras de un ataque divino.


 


El santo de escorpión no pudo evitar mirar a su compañero en busca de alguna explicación por las palabras de géminis. Era imposible que su mejor amigo fuese la pareja destinada de un dios y mucho menos que lo haya ocultado durante tantos años sin experimentar el dolor de la soulmate.


 


– No negaré que los dos están locos... ninguno es digno de tenerlo como su pareja debido al dolor que le han provocado... pero Manigoldo tiene el derecho de escoger lo que le depare en el futuro - miro a su captor con firmeza, soportando la presión de la atmósfera - si realmente te importa, entonces permítele tomar esa decisión.


 


– Eso no es necesario, tú mismo escuchaste su deseo en permanecer a mi lado


 


– Estoy seguro de que tú manipulaste sus palabras – respondió Kardia, llamando la atención de su compañero - lo conozco desde su llegada al santuario y puedo decirte sin lugar a duda que él jamás mencionaría palabras tan cursis. Si hemos perdido... ten la decencia de confesar la verdad.


 


El santo de géminis los observo de forma imparcial, escuchar la petición del guerrero de escorpión lo hizo pensar en darles un poco de piedad. Estaban derrotados y no había forma de que lograran arruinar sus planes, así que le daría la satisfacción de calmar sus pensamientos.


 


– Está bien, Noches atrás recibí la visita del dios del sueño para negociar un tratado. Me otorgaría el poder necesario para tomar el control de todos los santos dorados junto con el poder del santuario, a cambio solo debo impedir que Manigoldo pise el inframundo en busca de la ayuda de Thanatos.


 


Con solo chistar sus dedos Shion, Dohko y Regulus hicieron acto de presencia mostrando una actitud recatada junto con una mirada fría.


 


– Sabía que necesitaba aliados, así que gracias a información de última guerra santa, adquirí información valiosa sobre una técnica capaz de controlar la mente de cualquier individuo que desease - llamó la atención del pequeño Regulos invitándolo a ingresar a la celda para que tomase un lugar a su lado – gracias a ello logre tomar el control de nuestros camaradas convirtiéndolos en mis esclavos personales. harán cualquier cosa que yo les ordene sin importar su lealtad con el antiguo patriarca - con suavidad, acarició los cabellos del menor mostrando la disciplina en la que se encontraba sumergido -


 


– ¿Hiciste lo mismo con Manigoldo? – pregunto asustado el santo de escorpión


 


– ¿Tu qué piensas? – mostro un rostro de superioridad, dando veracidad a sus palabras – hace unas horas disfruté su compañía sobre nuestro lecho nupcial – sin pudor, recordó el cuerpo desnudo del canceriano al momento de tomar su primera vez - Pude apreciar el miedo en su ser por tenerme sobre su cuerpo, sus gemidos de dolor suplicando la ayuda de alguien que jamás llego a rescatarlo.


 


– ¡Eres un maldito! –


 


Sin importarle el dolor que sufriría. Albafica lanzó un puñetazo en contra de Aspros con la esperanza de lograr envenenarlo para terminar con su vida. No obstante, su golpe fue recibido por el santo de Leo al interponerse sobre ambos para salvar a su maestro.


Aun cuando no expresaba emoción alguna, un hilo de sangre comenzó a descender de sus labios dando la certeza que había sido infectado por el veneno del pisciano. Molesto Aspros golpeó su cuerpo con la ayuda de su cosmos impidiendo que volviera a acercarse.


Cuando tomó el control de sus camaradas, no le importó en absoluto su bienestar al momento de cumplir con sus obligaciones, todos eran remplazables por ser débiles y unas simples marionetas. Pero sentía una responsabilidad adicional para proteger al joven de Leo por su última conversación.


 


– Veo que necesitan disciplina para obedecer mis reglas


 


Tomo en brazos al leonino para salir de celda en dirección con los sanadores del santuario. Permitió que Dohko y Shion ingresaran a las celdas para iniciar con las torturas a sus prisioneros.


 


– Solo quiero que recuerden algo, si desobedecen mi mandato en la ceremonia, existirán grandes consecuencias para sus parejas destinadas - detuvo sus pasos tomando una voz más fría y de crueldad - puedo someter a Degel bajo mi voluntad obligándolo a perder todos los recuerdos que vivió a tu lado Kardia... Y con la ayuda de Hypnos fácilmente puedo deshacerme de Minos de grifo.


Al abandonar la prisión, dio la orden de iniciar la disciplina en contra de los traidores.


 


 


SANTUARIO DE ATHENA / CASA DE SAGITARIO


 


 


En las afueras del noveno templo zodiacal, se encontraba un grupo de santos plateados custodiando sus alrededores, para impedir el ingreso de cualquier enemigo que tratará de aprovecharse del estado de sagitario


Al interior de su cuarto principal. Sisifo estaba con vendajes alrededor de sus brazos, piernas y pecho, ayudando a controlar la hemorragia de sus heridas. A pesar de haber obtenido la ayuda de los sanadores, estos no lograron despertarlo de su sueño debido a la gran pérdida de energía que sufrió durante el enfrentamiento. Siendo Cid el ser más cercano a él, se le fue encomendada la tarea de cuidarlo el tiempo suficiente para que lograra recuperar sus fuerzas.


Observando las velas durante horas, el guerrero de capricornio se preguntaba cómo fue posible que el geminiano lograra derrotar tan fácilmente a su pareja. Desde su infancia, fue testigo de los entrenamientos que ambos habían practicado para convertirse en grandes guerreros, siempre mostrando que su nivel de poder era muy similar. Pero ahora era diferente, "como si hubiese obtenido la bendición de dios".


 


– Prometo que investigare la verdad detrás de Aspros, no dejare que tu sufrimiento haya sido en vano - sujeto la palma de sus manos con fuerza, depositando un beso suave sobre su frente - solo pido que puedas despertar...


 


Al escuchar las puertas abrirse, el santo de capricornio se puso en guardia dispuesto en expulsar a cualquiera que se atrevía a importunar el descanso de su pareja. Sin embargo, detuvo sus acciones reconociendo la presencia de Deuteros.


 


– No deberías llegar sin anunciarte, ¿qué haces aquí Deuteros?


 


– Lamento molestarte, entiendo que soy la última persona que desees ver en estos momentos, pero estaba preocupado por la salud de Sísifo - expresaba preocupación por ver las condiciones críticas de su amigo - si me lo pides me retirare de inmediato


 


– No lo deseo, eres un amigo importante para él, tienes derecho a verlo- invitó a su compañero acercarse al lado de sagitario para verificar su estado físico - quiero disculparme por mis acciones pasadas, estaba muy molesto con tu hermano que no dude en atacarte - acaricio con cuidado el rostro de su pareja - no tienes la culpa de que esto pasara.



Deuteros no pudo evitar sentirse infeliz por las mentiras que había ayudado a encubrir desde su llegada al santuario. Su hermano había cambiado por completo y necesitaba aceptar que jamás regresaría hacer el niño que alguna vez juro protegerlo. Su deseo egoísta provoco el dolor en sus mejor amigos y permitió el daño físico del ser quien siempre había amado.


 


– No es verdad... "Soy responsable de esto" - pensó para sí mismo, llevando una de sus manos a su propio rostro, Tratando de controlar sus emociones - necesito confesarte algo... Yo siempre estuve enamorado de Sísifo.


 


– ¿De qué hablas? - su voz rápidamente se tornó en seriedad -


 


– Desde el comienzo experimente sentimientos por él, era tan fuerte que jamás había sentido algo similar por otra persona – sus manos comenzaron a temblar al sentirse lleno de adrenalina – deseaba obtener su atención tal y como lo demostraba en tu presencia, ser considerado por algo más que un simple amigo, pero eso jamás paso... trate de superarlo cuando confeso delante de todos nuestros compañeros su unión como pareja oficial, pero no pude hacerlo... no sabes lo doloroso que era para mí presenciar su felicidad y fingir que yo estaba bien con ello.


 


Su voz se rompió al confesar sus últimas palabras, no pudo evitar sentirse avergonzado por revelar sus sentimientos frente al guerrero de Capricornio.


 


– Aspros me ofreció un trato para lograr obtener el amor de Sisifo. Lo único que necesitaba era guardar silencio sobre sus planes en contra del santuario y no revelar nada al patriarca Sage- sin poder retenerlo, unas lágrimas comenzaron a bajar sobre sus mejillas – sé que todo esto es mi culpa y realmente lo lamento...si hubiese sido más fuerte tal vez nada de esto hubiese pasado.


 


En un comienzo, el silencio reinó sobre la habitación por varios minutos sin que alguno se atreviera a responder algo. Eran demasiadas cosas que Cid necesitaba asimilar en esos momentos. Aquel que alguna vez considero un amigo cercano fue responsable del sufrimiento de su pareja, justificándose que lo había hecho por amor. Y eso ra mucho más molesto para él.


Sin previo aviso, Deuteros recibió un fuerte golpe sobre su rostro provocando que cayese de espaldas. Jamás fue tomado como un camarada de confianza en comparación de Degel o Aldebaran, Pero Cid estaba seguro de que podía confiar ciegamente en sus acciones por la amistad que compartía con su pareja.


 


– ¡Cómo pudiste!... - cegado por su furia, el santo de capricornio invoco parte de su poder para hacer uso de excalibur - ¡si realmente lo amaras no habrías permitido que todo esto pasará!


 


Sin piedad atacó directamente al santo de géminis logrando acertar un corte superficial sobre su brazo.


 


–! Todos confiaron en ti, yo creí en ti! – molesto por su presencia, libero una gran cantidad de poder dispuesto en asesinarlo. No le importaba si eran descubiertos por los santos de plata o el mismo patriarca – pero veo que eso no te importo, eres tan maldito como tu hermano



Preocupado por el poder del guerrero, Deuteros cambio el escenario creando una dimensión alterna en la que solo se encontraran ellos dos. Estaba dispuesto en recibir el castigo por las manos de su camarada, pero no se arriesgaría en dañar el espacio de Sísifo.


 


– ¿En serio crees que esta técnica lograra derrotarme? – Se movió con rapidez logrando posicionarse a sus espaldas para acertar otro corte - te hare pagar cada sangre derramada en la batalla ceremonial


 


A pesar de la gravedad en sus heridas, el geminiano no movió un musculo para defenderse de los ataques del capricornio. Si quería recibir el perdón de su camarada, necesitaba demostrarle que aceptaría el castigo por sus malas acciones.


 


– ¿Realmente no harás nada? – Presiono con fuerza sus propios puños al ver su cobardía – ¡al menos ten la decencia de protegerte de mis ataques!


 


– No lo haré... no vine aquí para pelear contigo – con dificultad, logro ponerse de pie para encarar su mirada – tienes el derecho de desahogarte conmigo, aceptare tu odio si es necesario... solo pido que puedas perdonarme


 


– . ¡Guarda silencio! Tú no tienes el derecho de pedirme eso


 


Aprovechando la sumisión en su rival, Cid lo tomo con fuerza por el cuello obligándolo a permanecer sobre el suelo. Cada vez que lo miraba a los ojos, podía divisar el rostro de Aspros burlándose de él por haber confiado ciegamente en uno de sus cómplices.


 


– ¡Si realmente estas arrepentido por esto! – lo sujeto con más fuerza provocando una respiración más lenta sobre el geminiano-! entonces tomaré tu vida como pago!


 


Antes de quebrar su cuello por completo, una fuerte ráfaga de poder lo obligo a liberarlo de sus manos para ser arrojando con fuerza lejos de su presencia.


 


– No puedo permitir eso – Un portal comenzó a abrirse delante de sus compañeros anunciado la llegada del caballero más cercano a dios – no dejare que continúen con esta pelea


 


Usando parte de su cosmos, Asmita logro crear una barrera de energía impidiendo que el Cid lograra traspasar para asesinar a su camarada.


 


– ¿Asmita? – pronuncio con asombro al ver su presencia en la dimensión que había creado -


 


Nadie además de Aspros había logrado ingresar a su técnica más poderosa "realmente es alguien muy fuerte". Agotado por sus lesiones, Deuteros no pudo sostenerse más sobre sus piernas, cayendo de frente contra el suelo. Soportar los ataques de capricornio era una tortura.


 


– Este problema no te concierne Asmita – sin problemas volvió a reincorporarse, examinado con atención la barrera delante de el – Por respeto a nuestra amistad, Te daré la oportunidad de retirarte antes de que cambie de opinión –


 


– sabes que no hare eso, el odio a segado tu juicio y no puedo permitir que cometas un crimen del cual te arrepentirás –


 


Con cautela retrocedió unos cuantos pasos para hincarse observando con preocupación el daño que recibió su amigo.


 


– Por favor no interfieras... yo merezco esto – con dificultad trato de ponerse de pie para detener sus acciones. Sin embargo, fue abrazado con rapidez impidiendo que lograra moverse – yo cause todo esto


 


– No es así, tu solo eres una víctima más de Aspros – al tocar con firmeza la piel sobre su espalda, pudo deducir la gravedad de los ataques que soporto por el santo de Capricornio – todo estará bien – deslizo sus manos a su rostro para limpiar el rastro de sus lágrimas – a partir de ahora yo te protegeré


 


Acerco sus miradas para unir sus labios en un beso suave, expresando un cariño autentico por su ser, "tú eres lo más importante para mí y no dejare que nadie te lastime" respondió telepáticamente, recostándolo contra el suelo para volver a concentrarse en la batalla.


Confundido por la situación, Cid solo pudo observar a su contrincante con molestia y decepción. No esperaba que el guerrero más recatado del santuario estuviese interesado por un traidor.


 


– Admito que es una sorpresa ver tu interés por otro ser humano – concentro una gran cantidad de poder sobre su brazo derecho, preparándose para destruir la defensa de su contrincante – es una pena que sea por alguien que no lo merece


 


– No me interesa saber tu opinión, debes calmarte antes de que cometas un error - a pesar de tener una mirada de serenidad, dentro de su ser estaba realmente molesto por atreverse a lastimar a Deuteros – si continuas con esto cometerás el mismo crimen que hiso Aspros contra Sisifo.


 


– ¡Cierra la boca! - lanzó un golpe letal en contra el muro, logrando provocar enormes fisuras que cedieron por la fuerza del guerrero - ¡cómo te atreves a compararme con ese maldito!


 


"realmente es peligroso cuando permite que sus emociones lo dominen" a pesar de tener la intención de enfrentarse en batalla, Asmita necesitaba mostrarle que sus acciones traerían consecuencias para derrocar al nuevo patriarca.


 


– Estabas dispuesto en torturar a tu compañero hasta su muerte - asumió la postura de su habilidad "tesoro del cielo" para debilitar a su oponente con un solo ataque - ¿en que es diferente eso?



No pudo evitar sentirse herido por la comparación en contra de su enemigo. Sabía que sus acciones, estaban más que justificadas por ejercer la justicia que su diosa les había enseñado al eliminar a un traidor. Pero si lo pensaba mejor, podría ser que tuviese razón. Negó con rapidez sus pensamientos, liberando una ráfaga de energía que provocó cortes superficiales sobre el rostro del guerrero de virgo.


En un movimiento, Asmita libero su poder logrando sellar el cosmos de capricornio para obligarlo a caer de rodillas.


 


– Necesitas recordar quien es nuestro enemigo, no solo tú estas sufriendo en estos momentos – camino con firmeza hasta su presencia - con tu forma de actuar sólo estás ayudando a nuestro enemigo 

Notas finales:

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