Una vez que manigoldo tomo las flores en sus manos, una energía oscura comenzó a rodear por completo su cuerpo transportándolo a las afueras de un inmenso castillo ubicado en alguna de las 7 prisiones del inframundo, la inmensidad del palacio era tan sorprendente para manigoldo que le parecía extraño en cierta forma "como puede existir semejante lugar en el inframundo, se supone que todos los dioses prefieren las comodidades de los campos elíseos".
Al dar un recorrido por el inmenso castillo, manigoldo pudo sentir la presencia de algunos espectros quienes se encontraban rondando muy cerca la entrada principal del castillo impidiendo la entrada de cualquier visitante.
- Maldición al menos debiste darme una entrada más fácil verónica – al levantar sus propias manos pudo notar como gran parte de sus palmas comenzaba a ser trasparentes contra la luz de las llamas – no tengo demasiado tiempo para seguir aquí sin mi armadura dorada.
Inspeccionando con más detenimiento las entradas del castillo; manigoldo suspiro en forma cansada al ver que no tendría más opción que usar su cosmos para derrotar a los vigilantes y entrar por la fuerza al castillo; sin embargo antes de usar su fuerza una silueta femenina aprecio delante de él impidiéndole seguir con su ataque.
- Eres el caballero de athena que vino a ver al maestro thanatos?
- Eso depende preciosura, ¿quién eres tú?
- Mi nombre es leuca – inclino su cabeza en señal de respeto mirando fijamente a manigoldo -soy una de las ninfas que sirve al maestro thanatos y estoy aquí para llevar al caballero de cáncer en presencia de mi querido dios.
- Vaya... realmente todos parecen querer demasiado a ese estúpido dios de la muerte – sonrió divertido ante sus propias palabras - la verdad eso me molesta mucho pero está bien, yo soy manigoldo de cáncer.
- Entonces acompáñeme por favor, mi señor lo está esperando.
Leuca extendió su mano abriendo un portal que los llevo directo a una de los pasillos principales del castillo.
- Sígame.
Al adentrase más en camino principal del pasillo se podía escuchar la hermosa melodía que emanaba de alguna arpa, el sonido era tan reconfortante que incluso podía compararse con la melodía del caballero plateado Orfeo de lira.
- ¿No es hermosa esa música? – llevo sus manos a su pecho disfrutando el sonido del arpa - sabe muchas de nosotras nos encontramos preocupadas por el estado de nuestro señor thanatos, normalmente él nos recita su hermosa música en las praderas de los campos elíseos; pero debido a que cometió un crimen en los dominios del dios hades ahora se encuentra desterrado en este castillo.
- ¿A qué te refieres, acaso thanatos intento violar el acuerdo de paz entre el inframundo y el santuario?
- Claro que no... mi señor jamás se atrevería a semejante insulto contra el dios hades – agacho su mirada al recordar el suceso que se le fue contado por algunos espectros – al parecer mi señor thanatos se enfrentó en batalla contra su hermano gemelo el dios del sueño hypnos; las cosas se salieron de control y parece que terminaron destruyendo gran parte del palacio principal del dios hades.
- ¿Eso se considera un crimen?
- Por su puesto ya que nuestro señor hades odia la violencia innecesaria en sus súbditos; incluso ahora que se acerca el día más esperado por nuestro dios del inframundo.
- Qué clase de día.
- El momento en que se encontraran nuevamente el señor hades y la señora Perséfone, por eso todo debe encontrarse en orden para el momento de su llegada y se castigara severamente a todo aquel estropee los preparativos.
Manigoldo se sorprendió ante las palabras de leuca, era muy extraño que ambos dioses gemelos entablaran una pelea cuando se suponía que ambos eran responsables de la derrota del santuario.
Al llegar a la habitación donde emanaba el sonido, manigoldo atravesó las cortinas de la entrada principal pudiendo observar al dios de la muerte thanatos estar rodeado de muchas ninfas que parecían estar encantas por la melodía de su arpa y al mismo tiempo sanaban algunas de las heridas de su cuerpo.
- Mi señor thanatos – se inclinó en el suelo con la mirada baja – perdone mi tardanza pero le he traído la visita del caballero de cáncer
Thanatos detuvo la melodía de su arpa al escuchar la voz de su ninfa más leal anunciando su llegada junto con la presencia del caballero de cáncer.
- Es grato para mi verte de nuevo – thanatos entrego con cuidado su instrumento a una de sus queridas ninfas, abriendo con lentitud sus ojos para poder apreciar mejor a su pareja destinada – mi querido fuego fatuo
- Thanatos el maldito dios de la muerte ...
Manigoldo mostró una mirada de seriedad mezclada con cierto odio al haberlo escuchado llamarlo fuego fatuo ya que jamás había permitido a nadie llamarlo de esa forma; aunque dentro de él sentía emoción y alivio por verlo nuevamente "¿¡qué demonios estos pensando!?"
- Quiero que me dejen a solas con el caballero de cáncer.
Las ninfas asintieron con la cabeza saliendo con rapidez de la habitación pero no sin antes cerrar todas las puertas y ventanas que se encontraban abiertas.
- Así que al final aceptaste mi invitación querido fuego fatuo
- ¡No te atrevas a llamarme así estúpido dios, si acepte venir aquí con tus tontos términos fue porque necesito algunas respuestas!
- Tan arrogante como siempre – mostró una leve sonrisa levantándose de su asiento para bajar con lentitud de su pedestal - Por supuesto responderé a todo lo que me pidas manigoldo, pero primero necesito que te acerques a mí.
- ¡¿Por qué demonios haría algo así?!
Para thanatos ver de nuevo al caballero de cáncer en sus dominios le hacía sentir un alivio momentáneo al dolor que físico que había recibido por parte de su hermano hypnos junto con el castigo del dios hades, "al parecer valió la pena el castigo recibido de mi señor hades", Del bolsillo de su túnica tomo una pulsera con cuentas obscuras que mantuvo oculta en sus manos.
- Puedo ver que sin la protección de la armadura dorada de cáncer tu cuerpo no tardará mucho en desaparecer por completo del inframundo, admiro la fortaleza que has mostrado al soportar la presión de este lugar pero no podrás seguir así por demasiado tiempo.
Manigoldo chisto molesto ante las advertencias del dios de la muerte, aunque su cuerpo comenzaba a sentirse agotado por las energías malignas del inframundo, no quería darle gusto al dios de la muerte en necesitar de su ayuda.
- Estoy bien... no planeo quedarme mucho tiempo – mantuvo una distancia considerable del dios thanatos – escucha solo quiero respuestas acerca de lo que verónica hablo conmigo, el menciono que yo alguna vez tuve un nombre gravado sobre mi brazo pero se me fue robado desde muy pequeño y la verdad no logro recordar nada sobre ese día.
Tomo su propio brazo levantando la tela de su camisa para poder apreciar mejor la cicatriz que comenzaba a expandirse más sobre su piel, el suceso de su cuerpo le hizo recordar las palabras de su maestro sage cuando era más pequeño.
RECUERDO DE MANIGOLDO
Maestro y estudiante se encontraban leyendo un libro que relataba las historias trágicas de los seres humanos que perdían los nombres de sus destinados a causa de la interferencia de algún tercero que se encontraba celoso de su felicidad.
- ¿Porque leemos estas historias maestro sage, acaso es parte del entrenamiento?
- No necesaria mente – cerró el libro al haber terminado con su lectura – pero siempre es bueno recabar nueva información.
- Es aburrido leer algo que es dedicado para mujeres sentimentales; usted sabe que eso nunca podrá pasarnos – suspiro aburrido jugando con los largos cabellos de su maestro sage – ambos no fuimos privilegiados con el nombre de una soulmate.
- Eso no es verdad manigoldo – sage tomo el brazo de manigoldo con sumo cuidado - tal vez yo nunca fui bendecido con un regalo tan grande por nuestra diosa athena, pero tu aun tienes oportunidad de ser emparejado con alguien importante en algún futuro cercano – le dedico una sonrisa amable liberando el brazo de su estudiante - así que es bueno para ti saber más sobre este tema ya que llegara un momento en el cual tu vida podría estar unida a alguien más.
Manigoldo decidió recostar su cabeza sobre las piernas de su maestro sage mirando con curiosidad su brazo derecho.
- ¿Entonces si mi pareja es arrebatada de mi lado o muere antes de poder conocerla, ambos perderíamos el nombre escrito sobre nuestros brazos?
- Así es y probablemente quedaría una cicatriz sobre la piel mostrando la ausencia del nombre.
Sage comenzó acariciar los cabellos del pequeño manigoldo tratando de reconfortarlo un poco para que lograra descansar de su arduo entrenamiento.
- Pero no debes temer sobre ese suceso querido alumno... si llegaras a tener una pareja destinada te prometo que haré todo lo posible para que ustedes puedan estar juntos.
- ¿Lo dice en verdad maestro sage?
- Te lo prometo manigoldo.
FIN DEL RECUERDO
Thanatos se mantuvo sobre su lugar observando el cambio en la mirada de manigoldo, hace poco parecía estar molesto en estar de nuevo sobre sus dominios, pero en pocos minutos paso a tener una mirada triste y nostálgica al mirar con detenimiento su brazo.
- La fata de memoria y la cicatriz en tu brazo representa el arrebato de tu soulmate – al captar su atención decidió continuar con su relato – Ese acto fue realizado por uno de los dioses del inframundo.
Ante su confesión manigoldo levanto su mirada observándolo con confusión e ira al pensar que probablemente thanatos fue el responsable de haberle robado el nombre de su soulmate desde pequeño; tal como su maestro sage le había confesado en el santuario.
- Que quieres decir... ¿acaso tú me robaste el nombre de mi pareja destinada?... ¡respóndeme!
Al no escuchar alguna una respuesta; manigoldo golpeo el suelo con tal fuerza que destruyo una parte considerable del mármol junto con algunos muebles de la habitación, todo el caos que comenzaba a formarse dentro de sus pensamientos solo hizo liberar gran parte de su poder al sentirse en vuelto en una ira incontrolable; sin pensarlo decidió atacar directamente al dios de la muerte olvidando por completo las posibles consecuencias que verónica le había advertido antes de llegar al inframundo.
- ¡Maldito seas thanatos!
Una vez que manigoldo reunió energía suficiente para su técnica mortal acubens, corrió en dirección de thanatos para atacarlo sin alguna misericordia, sin embargo su ataque fue detenido por una de las manos del dios de la muerte haciendo que sus heridas tratadas volvieran a sangrar.
- Recuerda bien en donde te encuentras manigoldo
Cuando obtuvo el control en el cosmos de manigoldo; tomo ambos brazos para levantar los por sobre su cabeza empujándolo contra una de las paredes logrando inmovilizándolo por completo.
- Sin alguna protección divina o una armadura dorada, serás derrotado con facilidad por los espectros que rodean el castillo.
- ¡Cállate maldito te juro que te matare con mis propias manos!
Movió sus brazos con fuerza tratando de liberarse del agarre de sus manos, pero sus esfuerzos parecían inútiles ya que thanatos no tenía intenciones de querer soltarlo, aunque al mismo tiempo no respondió con algún ataque para tratar de lastimar lo "¿qué gana con hacerme pasar por este dolor?".
Al pasar unos minutos en la misma posición; manigoldo comenzó a respirar con cierta dificultad sintiendo la falla de sus piernas para que en pocos momentos cayera de rodillas sobre el suelo mientras tomaba con fuerza su propio pecho "¿acaso ya he llegado a mi límite?". Antes de quedar inconsciente sobre el suelo, pudo sentir como era levantado por los brazos de thanatos mientras se le era colocada una pulsera alrededor de su muñeca.
- Este objeto fue forjado con una parte de mi poder y algunos frutos especiales que crecen en las orillas de los campos elíseos, te ayudara a caminar sin problemas sobre el inframundo.
Cuando observo una mejoría en estado físico; decidió llevarlo en brazos a una habitación contigua para ser depositado con cuidado sobre su lecho mientras tomaba una de sus manos depositando un casto beso sobre ella.
- ¿Porque mierda haces todo esto?
thanatos no mostró emoción alguna ante su pregunta, después de presenciar todo el drama que paso en tan solo unos segundos y poder ver las nuevas heridas que mostraba su cuerpo dañado; creía que aún no era el tiempo correcto de confesarle la verdad a su querida pareja.
- Creo que subestime tu temperamento de nuevo, no estás listo para saber algunas cosas.
- Necesito saber si las palabras de mi maestro son verdaderas... - inconscientemente manigoldo aferro su mano contra la del dios thanatos al sentir una tranquilidad rodear su cuerpo cansado – el jamás mentiría con algo así.
¿Acaso está delirando? acerco mas su cuerpo contra manigoldo ante la aceptación de su cariño y la forma en que aferraba ambas manos.
- Realmente eres fiel a las palabras del gran patriarca – con cuidado comenzó acariciar los cabellos de manigoldo junto con su rostro el cual parecía que caería derrotado por el cansancio - es difícil para mi saber que tu lealtad se encuentra ahora con el santuario de athena.
Con lentitud levanto las mangas de su propia túnica mostrando un nombre escrito con una hermosa caligrafía y letras plateadas sobre su brazo izquierdo con el nombre "manigoldo"
- tú y yo estamos destinados a estar juntos por toda la eternidad mi querido fuego fatuo – sin perder tiempo unió sus labios en un beso demandante y apasionado aferrando más el agarre de sus manos – a partir de ahora yo cuidare de ti.
CASTILLO PRINCIPAL DEL DIOS HADES
En uno de los balcones principales del castillo del dios hades, hypnos se encontraba bebiendo una taza de café disfrutando el hermoso paisaje nocturno que proporcionaba la naturaleza, cuando su tranquilidad se vio interrumpida por la llegada de un espectro que cuidaba la prisión de su hermano thanatos.
- mi señor hypnos tengo terribles noticias
- habla de una vez, quiero saber el estado de mi hermano
- señor hypnos, tengo noticias de los centinelas que vigilaron la prisión del dios thanatos, al parecer hace algunas horas se percibió el cosmos de algún caballero ajeno al inframundo que ingreso a los aposentos del señor thanatos y trato de atacarlo.
- a que te refieres – hypnos se levantó de su lugar destruyendo la taza de porcelana - acaso algún caballero pudo ingresar a su castillo sin ser detectado por todos los espectros; se supone que nadie tiene permitido ingresar a sus aposentos, incluso el mismo cosmos de thanatos puede acabar sin problemas con cualquier intruso... a menos que...
hypnos detuvo sus palabras al pensar en la pequeña posibilidad que thanatos tuvo para lograr comunicarse con el caballero de cáncer burlando la seguridad de su señor hades.
- señor hypnos?
- Quiero que llames a pandora en mi presencia.