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Let You go por kaideosaki96

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Notas del capitulo:

Este historia surgía para alguien especial, los sucesos descritos pasan luego de C.W. y se va adentrando a EndGame. Veremos a un Tony con los traumas de las las batallas y un Steve que intentará dar solución al problema pero errando en el proceso. Bueno sin más que decir, larga vida al Stony y que lo disfruten ^-^

Con un vaso de whisky en la mano, con la otra estaba viendo todos los reportes de misiones pasadas. Daba un sorbo debes en cuando a la bebida, el vacío en su pecho crecía cada vez más. Sus ojos le empezaron a escocer por la mala pasada que su mente le jugaba, dando el último trago detuvo la hojeada de los archivos para irse a servir más. Arrastrando la poca energía que tenia se dirigió al mini bar, en el proceso que se servía el trago su imagen reflejada le demostraron que sus ojos le habían traicionado. Un fino camino de las lágrimas secas le dieron a entender que no importaba el tiempo sus heridas seguían ahí sin poder cicatrizar, y el como un buen masoquista metía el dedo en esta sin darle oportunidad a cerrarse.
 
-Te vez patético Anthony.- susurro arrojando con ira el vaso a los vidrios que reflejaban esa deplorable imagen de él. Se alejaba de ahí con un ligero temblor en sus piernas, yendo al único lugar que creía que le permitían estar seguro.
Una habitación de tono marfil, y unos toques azul marino en conjunto con una cama de tres plazas color caoba, eran su refugio en esos momentos. Los recuerdos vividos de felicidad en la misma, de alguna manera sanaban un poco el corazón herido del castaño.
 
“-Sabes que te amo, no?.- la voz aterciopelada de un rubio se le presentaba como un recuerdo nítido.
 
-Si pero me gusta que me lo repitas.-  era la respuesta que el daba acompañada con una risita tonta.
 
-Esta bien, TE AMO como no tiene idea Anthony Edward Stark.- pronuncio depositando un beso en aquellos labios que lo volvían loco.
 
-Y yo también te amo, Steve Grant Rogers.- se aferró más al rubio con una felicidad desbordando por su cuerpo.”
 
Aquel recuerdo le hizo sonreír con amargura, pues ahora eran palabras simplemente vacías. Su mente trataba de hallar una respuesta del por qué todo aquello termino en cuestión de segundo. El día en que el antepuso a su mejor amigo por encima de él, ese día que supo quién fue el responsable de la muerte de su adorada madre. Los moretones y contusiones de ese día sanaron, pero el pedazo que sintió que le arrancaron siguió presente. Decidió que dormir sería una buena ayuda, y más por la fuerza mental que necesitaba para el día de mañana. A vísperas de su ex aniversario, si tan solo hubieran seguido ya tendrían 4 años de relación desde el momento que lo conoció.
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El sol ingresaba por las cortinas mal cerradas de la habitación, se removía en la cama con la intención de seguir durmiendo. Pero era demasiado tarde con el sonido de la alarma y la robotizada voz  de J.A.R.V.I.S informando los pendientes del día se le había perdido el sueño. Con una ducha rápida y un nulo desayuno a base de café partió rumbo a las empresas Stark. Manejando a toda velocidad en el Audi llegaba en cuestión de segundos a la empresa, ya estacionado el auto traspaso las puertas de vidrio. Dando pasos seguros llegaba hasta la oficina del CEO, encontrando una cabellera naranja y un rostro bien conservado lleno de pecas.
 
-Pepper, es necesario que el día de hoy me encuentre presente?.- 
-Claro que es necesario Tony, es más vamos de una vez que ya andamos retrasados a la junta.-comento tomando algunas carpetas del escritorio, llegando hasta la puerta donde el castaño se encontraba apoyado.
 
-Pepper prefiero quedarme aquí, no por nada te cedi el poder de la empresa.- comentaba con un leve puchero formándose en su labios, aun recostado en la puerta de cristal de la entrada.
 
-Anthony no me vas a convencer con pucheros, ¡¡vienes conmigo!!.- sin más le pasaba las carpetas, y ella le iba dando pequeños empujones hasta la sala de reuniones.
 
No se dispuso a protestar mas ya que sabía que Pepper cuando se ponía en ese plan no podría hacerle cambiar de opinión. De reojo leyó el nombre de la propuesta, era la creación de nano prótesis para soldados de escasos recursos. En parte se alegraba que Industrias Stark cambiara la visión central por la cual la empresa funcionara, pero cabía en cuenta que la mayoría de las propuestas eran para campo militar.
 
-Peps no me digas que…- antes que pudiera hablar una voz conocida lo silencio.
-Mrs. Stark tanto tiempo.- fue claro y conciso el saludo que recibió por parte de aquella persona, sus ojos color avellanas se elevaron para toparse con aquellos intensos ojos verdes.
 
-Agente Romanoff.- pronuncio en un susurro, viéndola ahí lo dejo perplejo pero supo cómo reponerse rápidamente.- Bueno Pepper a lo que vinimos, y es a cerrar otro trato exitoso más como siempre lo sabemos hacer.- se abrió paso de esa incómoda situación, entrando a la sala observo rostros de Generales con muecas de molestia por su tardanza.
 
Los ignoro olímpicamente con un cordial saludo, para luego ir a posicionarse en una esquina de la sala, y mantenerse entretenido con las descripciones básicas de las propuestas, como para que un niño de primaria entendiera. De vez en cuando sentía un par de ojos observándolos, pero al no obtener alguna respuesta deja de observarle. 
 
-Entonces Señorita Potts me está diciendo que por más que nosotros obtengamos estas prótesis no podemos modificarlas?.- pregunto uno de los generales con disconformidad.
 
-Si ya la creación de las nano prótesis es para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas, no para convertirlas en posibles armas.- Tony que observaba todo en silencio se dio cuento a donde querían llegar aquellos generales.
 
-El gobierno de los Estados Unidos está pagando una suma alta por el proyecto para decirnos que solo serán unas prótesis más del montón.- otro de ellos soltaba la carpeta con desgano en la mesa.- Entienda que los soldados que se van a beneficiar con la propuestas estarán más que felices de devolverle el favor a la nación convirtiéndoles en armas vivientes.- las ultimas pronunciadas fue la gota que rebalsó al castaño, quien se levantó y fue a ponerse a lado de la pecosa.
 
-Creo que son ustedes los que no entienden, y eso que lo describieron para niño de primaria.- decía mientras hojeaba la carpeta, recibiendo gruñidos como respuesta de molestia ante la reciente burla a sus intelectos.- El proyecto busca únicamente ayudar a las personas que el mismo Gobierno de los Estados Unidos los marco como desahuciados, es más por la constante insistencia de la misma milicia es que le presentamos el proyecto antes de la fecha estimada. Y ahora vienen a indignarse  por no dejarles modificar algo que se creó específicamente para ayuda convirtiéndolo en un arma de gran escala, son sandeces.- finalizo su discurso de molestia dejando la carpeta y colocándose sus gafas para irse de ahí.- Doy por terminada esta reunión, Peps séllales los pases de estacionamientos de los caballeros porque estoy seguro que no se llegara a ningún lado en las negociaciones.
 
Salió de ahí cansado, sabía que era una pérdida de tiempo el haber estado en esa reunión, y más porque la milicia se encontraba involucrado. Pero algo que lo desencajo fue ver a Natasha ahí, por un momento pensó que en cualquier rato se aparecería Steve. Entrando en el ascensor presiono para ir a  la planta baja, una mano se interpuso a segundos que se cerraran las puertas metálicas.
 
-Yo también bajo.- pronunciaba entrando la peliroja.- Sabes no me sorprende que la reunión terminara así, conociendo la reacción que tendrías luego de saber las verdaderas intenciones de esos vejestorios. 
 
-Vaya Romanoff sí que me tienes bien estudiado, no por nada el seudónimo de Blackwidow.- decía el castaño quitándose las gafas de sol.- Mi pregunta aquí es como estas involucrado con la milicia, yo hasta donde tenía conocimiento tú eras catalogada una enemiga del mismo.
 
-Que puedo decir, solo tuve que hablar con las personas adecuadas para cambiar esa perspectiva, y no soy la única que esta absuelta de la lista de negra del gobierno.- dijo en un susurro, comenzando a teclear un mensaje en su móvil.
 
-Bien por ustedes, es más si te vuelves a encontrar con él, mándale un saludo de mi parte.- comento con desgano acercándose a la entrada del ascensor.- Un placer verte de nuevo Natasha.- se despidió pausado a medida que fue saliendo, su mente estaba hecho un lío esperaba que fuera culpa del alcohol ingerido anoche. 
 
Subiendo en el Audi, puso a todo volumen una canción de AC/DC, el gruñido de su estómago le obligo a pasar por una hamburguesa doble, lo pidió para llevar. Esa tarde se la paso encerrado en el taller dándoles los últimos detalles a su traje, J.A.R.V.I.S se encargaba de desviar las llamadas de una Pepper molesta. La I.A. pauso el reproductor, informando la entrada de una llamada proveniente de un número desconocido.
 
-Tony necesito hablar contigo.- era la voz de Natasha.
El castaño dejo la herramienta que estaba utilizando, ya que la llamada capto toda su atención porque no se esperaba que la espía se pusiera en contacto tan rápido con él.
 
-Agente Romanoff, ¿de que podríamos hablar esta ocasión?.- preguntaba con un tono sarcástico.
 
-Ocurrido un asunto con cierto conocido en común que tenemos.- intento picar la curiosidad del castaño.
 
-Yo creo que te equivocas, ya que tú persona y la mía no tienen personas en común.- comento poniéndose un poco más tenso, ya que su cerebro no dejaba de recordar un rubio en específico. 
 
-Solo es una conversación corta y breve, te espero a las 8pm ya te envié  la ubicación del lugar.- sin más corto la llamada, el castaño tenia presente que era trampa, siguiendo con sus actividades. 
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El tamborileo de los dedos contra la mesa demostraba el nerviosismo recorriendo su cuerpo, su visión aun en el cuarto continuo alertaban todos sus sentidos y más porque la veía saliendo.
 
-Nat, ¿ que te dijo?.- pregunto esperando que la espía tomara asiento delante de él.
 
-No le di tiempo para negarse, pero Steve espero no estar equivocándome al estar ayudándote.- comentaba con una mirada seria, como si tratara de escudriñar en los pensamientos del rubio.
 
-Solo el tiempo dirá si fue o no una equivocación tu ayuda, lo único que por el momento se es que tengo que terminar este sufrimiento que me carcome.-callo un momento, bajando la cabeza por inercia llevo una mano a limpiar unas lágrimas que fluyeron.- Él tiene todos los motivos del mundo para odiarme, ¡Por dios le oculte y protegí al asesino de sus padres!, lo lastime  si tan solo hubieras visto esa cara que solo reflejaba una tristeza que apuñalaron mi corazón. Lo único en ese momento que se me pasaba por la mente es ir donde él y pedirle disculpa de rodillas por todo lo que estaba pasando. Solo me di la vuelta y me fui, y como fue mi arrepentimiento enviándole una simple carta dejando en el limbo lo vivido.
 
Las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas, su corazón se iba estrujando de las emociones, Natasha solo lo observaba en completo silencio, hasta que se acercó donde este y poniéndole la mano en el hombro intentándolo sacar de su miseria.
 
-Steve, mírame, si quieres seguir dándote pena recordando lo que pudiste hacer y no hiciste, hazlo estás en tu derecho. No obstante no eres tú el único que sufrió daño en esta relación, ahí tenemos a un Tony, el cual podrá hacer creer que está bien a la gente de su entorno. Que tu traición no le importo, pero no es así, necesitan saldar estos acontecimientos para que ambos sigan con sus vidas. Lo que ahora debes hacer es un tener una concisa finalización de la relación, aunque sientas que te estén quitando un pedazo de tu ser.
 
Alzo su rostro para mirar a la espía, entendia a lo que se refería, pero se preguntaba que si era algo que realmente podría lograrlo. No sucumbir a sus impulsos tras ver al hombre que revoluciono sus pensamientos.
 
-Gracias Nat, ya se que es lo que debo hacer.- dijo con una sonrisa apagada, tocando la mano ajena puesta en su hombro.
 
-Y cuando lo hagas, no habrá vuelta atrás Steve.- enuncio Natasha dándole un suspiro de resignación.
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Sus actividades en el taller se vieron un tanto frustrado por la abrupta cita impuesta por la espía, su mente volvió a divagar no obstante la mano de cierta pecosa lo volvió a la realidad.
 
-¡Anthony Edward Stark me pase la tarde intentado comunicarme contigo!, no fue adecuado la forma como trataste a los Generales. Porque luego tuve que andar repartiendo disculpas por tu hermosa salida de la reunión.- comentaba  con un tono sarcástico, caminando delante de este para encararlo ya que aún no había recibido la respuesta burlona de su jefe. Ahí estaba una mirada conocida para la pecosa, una que hace mucho tiempo no había visto.
 
-¿Qué paso ahora, Tony?.- pregunto preocupada, pero la pregunta quedo respondida con el simple gesto de mano de Tony.
 
-Nada Peps, luego continúas con el sermón voy tarde a una cita.- se encamino hasta la entrada del taller.- No me esperes despiertas hermosa.
 
 Con un baño rápido y un muda de ropa casual, para no parecer interesado sin perder su buen gusto por la moda. Era una de las pocas ocasiones en la cual llegaría a estar puntual, no sabía que esperar y mucho menos en un restaurante familiar como le indicaba el GPS.
 
-Rayos Natasha que es lo que tramas ahora.- se cuestionó llegando al lugar, estaciono el auto y en el reloj marcaba las 7:40pm. No sabía si ingresar o no, era un completo manojo de incertidumbres. Con la cabeza apoyada en el volante seguía meditando el impulso que lo llevo hasta ahí, las dudas carcomían su alma, las mismas que fueron interrumpidas por su móvil vibrando.
 
-Hola Sr. Stark disculpe la molestia pero me moría por saber cómo le fue con la iniciativa de la nano prótesis, el gobierno acepto la propuesta?, me gane una línea directa a industrias Stark?.- una voz jovial le llenaba de preguntas que soltó un suspiro con gracia negando la cabeza. Solo Peter podía tener ese efecto de cambiar su humor por sus ocurrencias.
 
-Niño respira, las propuestas fue mucho para sus diminutos cerebros así que la propuesta se mantiene en pie pero solo con financiamiento de industrias Stark.-respondía mirando el reloj del auto ,7:55 el tiempo volaba cuando te distraes.
 
-Sr. Stark y lo de la línea directa..
 
-Dile a Happy que te habilite una, para que así no tengas que estar llamando desde su móvil.- respondió bajándose del auto aun dudoso de lo que iba hacer.-Un gusto hablar contigo Niño pero el deber no deja de llamarme.
 
-Claro Sr. Stark y gracias por atender mi llamada.-del otro lado de la línea se oía muchas voces e interferencia.-Tony lo siento, no sé cuándo este muchacho me descuido el móvil.- se escuchó la voz de Happy apenada.
 
-No pasa nada, te llamo luego ando algo ocupado.-colgaba ya adentrando al establecimiento, el cual se notaba algo concurrido por el horario.
 
Camino hasta la barra la cual se encontraba algo más vacía, pedía un whisky para calmar sus ansias, sintió una mano en su hombro. Por un momento creyó que era la espía, pero era un mesero.
 
-Sr. Su mesa se encuentra por aquí, sígame.- pidió amablemente, a lo que Tony se acabó su bebida en un solo trago para seguirle.
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A pocas horas del encuentros sus sistema nervioso de disparo al cien por ciento, nunca olvidaría que por esas fechas, juntos estuvieran compartiendo 4 años maravillosos de relación, entre discusiones y citas inolvidables. Se cambios su ropa como unas tres veces aun si estar convencido de que si se veía bien o no. Se observó por enésima vez en el espejo, ya no quedaba nada de aquel respetado Capitan América que alguna vez fue, con mechones de cabellos crecidos tratando de peinarlos hacia atras, y esa cara cubierta por esa barba un tanto descuidado. El parpadeo en aquel móvil desechable le indicaba las coordenadas del lugar donde se concretaría el encuentro, no muy lejano del actual departamento, con agilidad recogió todo el desastre que hizo por buscar la prenda adecuada para esa reunión. Un poco de loción, la billetera en el bolsillo y las llaves de auto rentado se disponía ir. 
 
Llego una hora antes de la citada, mas que todo por hacer reconocimiento al lugar, quería prevenir cualquier incidente con el millonario. Aun no estaba tan seguro que el gobierno no interviniera las líneas de este y la cita terminara en una trampa para su aprensión.  Un lugar bastante concurrido, y cálido, luego de encontrar la mesa adecuada decidió reservarla, así poder salir un rato del establecimiento a tomar un poco de aire fresco y mentalizarse para lo que estaba a punto de hacer. El rugir de un motor lo sacaron de cavilaciones, era el inconfundible motor del auto del millonario, se mantuvo por segundos petrificados, ahí lo tenía tan cerca y lejos a la vez. Sus ojos no dejaron de observarlo dentro de este, incluso vio esa pequeña sonrisa y negación con la cabeza.
 
Esa simples actos que hacia cuando tenían roces antes las ocurrencias del castaño, pero estas siempre terminaban con el rubio atrapándolo en una abrazo, y a pesar de las quejas de Tony le daba unos besos que lo apaciguaban. El leve portazo le indico que que este se estaba acercando al establecimiento, con calma saco su móvil  para aparentar que estaba en una llamada así encubriendo su presencia. El genio pasó cerca de él, sin prestarle la más mínima atención, directo se aproximó a la barra y lo vio pedirse un trago. 
 
Antes de guardar su móvil se fijó la hora, era ineludible seguir posponiendo el encuentro, dio una última bocanada de aire opto por ponerse esa fachada inexpresiva para lo que estaba a punto de hacer, entro a la restaurante, con disimulo se acercó a uno de los meseros para encargarle que llevara a Tony a la mesa que había reservado. El plan seguí su curso y su Tony ya se encontraba en el sitio, era hora de que se hiciera presente.
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Era una mesa familiar para cuatro personas, ubicada en la orilla junto a una ventana. El castaño suspiro y se sentó, miro su reloj marcaba 8:15. Se estaba cansando de esa espera, pensaba que fue en vano su asistencia puntual, mirando por el ventana. La sombra de una persona sentándose hizo que quitara su vista de ahí, era un hombre de mediana edad con una complexión ejercitada, una barba recortada con un estilo salvaje y un cabello castaño alborotado. Sintió que algo en él se le hacía familiar, este se quitó las gafas dejando ver esos ojos color azules que reconocería en cualquier lado.
 
-¿Steve?.- la pregunta le salió en un susurro bajo.
 
-Tony tiempo sin verte.-saludo mostrándole una sonrisa.
 
-¿Qué haces aquí?, quede en verme con Romanoff…- cayo en cuenta muy tarde que era una trampa de parte de la rusa.
 
-Lo siento por mentirte con la llamada de Natasha, necesitaba verte.-ambos se miraron fijamente, que provoco un escalofrío en la espalda de Tony.
 
De nuevo sentía esa mirada penetrante, azul contra café, no supo que decir solo permaneció en silencio hasta la interrupción del mismo mesero que lo llevo a la mesa.
 
-¿Desean ordenar?
 
-Una hamburguesa doble, una ensalada cesar y una botella de vino.- pedía Steve sin dejar de mirar al castaño.
 
-Vaya aun sigues con tu manía de dar órdenes, capitán.-decía con sarcasmo Tony tomando una posición más cómoda en la silla.
 
-No solo que no quiero que nos interrumpan y podamos hablar tranquilamente.¿Cómo has estado, Anthony?.
 
-¡¿Que como he estado?!, déjame decirte que de maravilla las acciones de industrias Stark han subido un 50% y ni te cuento de los avances tecnológicos aunque de eso tendrías una mejor información por parte de la agente Romanoff, ¿no?.- respondía con sarcasmo ante la pregunta tan simple pero era más dolorosa responder.
 
-Si me comentaba como avergonzaste a algunos generales.- rio negando sabiendo el carácter de este ante las reuniones.-Pero no te preguntaba de eso, sino ¿cómo esta tu vida personal?.
 
Ahí estaba otra vez, esa maldita pregunta que llevaba evadiendo tiempo atrás, prefería estar ocupado lleno de trabajo en el taller que asistir a las sesiones de terapia que ya había pagadas por Pepper. Su labio inferior empezó a temblar de la rabia, y con los ojos vidriosos lo encaro.
 
-Que quieres que te diga, ¿que sigo llorando tu partida luego de tu engaño?, ¿qué me he encerrado en las noches para comer chocolate y ver películas románticas?.-su tono de voz iba subiendo sin darse cuenta.-¿QUÉ AUN TE SIGO AMANDO, ESA ES TU MALDITA DUDA STEVE?, POR QUE SI MALDITA SEA QUE AUN LO HAGO!!!
 
Por fin lo había deja salir, esa ira contenida que hace mucho tiempo fue retrayéndose. Sus ojos le traicionaron con ese camino húmedo de las lágrimas, lo siguiente que vio fue un rubio parándose e ir donde él para limpiarle esas lágrimas.
 
-Acompáñame.-dijo tomando la mano del castaño y sacarlo de ese lugar.
 Todo sucedió de forma rápida que ni el mismo entendía como se dieron las cosas, estaba tentado a reclamar pero no pudo. La calidez que le provocaba ese mano sujetando fuertemente la suya, estaciono frente de un complejo de apartamento, que le dio a entender que era su residencia temporal del rubio.
 
-Vamos.-pidió saliendo del auto para abrirle la puerta y guiarlo. Tony entro sin saber qué era lo que realmente estaba ocurriendo, se volteo para reclamarle.
 
-Steve que…todo queja quedo acallado con el beso pasional recibido.
 
Estaba allí siendo empotrado con pasión contra la pared, sus muñecas retenidas una a cada lado de su cabeza y apoderándose de sus labios. Se separó de esos labios que le sabían aun néctar adictivo, siguió hasta ese cuello, largo cual cisne con suaves roces por este. Ambos se dieron cuenta que sus partes inferiores estaban reaccionando ante el juego previo, dejo de sujetar las manos para llevarlas alrededor de su cuello y así hacer que se sujetara. Se hizo espacio entre las piernas del castaño y paso a cargarlo, haciendo que las piernas de este se enredaran en su cadera. Devoraba ese cuello, camino hasta la recamara, lo bajo con delicadeza en aquel colchón para así poder deshacerse de su ropa de forma ágil. Tony por su parte se quitaba los zapatos y posicionaba al centro de la cama, su ojos estaban deleitándose con el cuerpo escultural que aún mantenía Steve. Tal como recordaba, pectorales firmes, abdomen marcado y una línea de vellos que sobresalía del bóxer dándole ese toque exótico.
 
Gateando el rubio subía a la cama, sujetando una pierna de su espectador atrayéndolo donde él. Con un fuerte tirón bajo el pantalón de este, con la otra mano se encargaba de desgarrar la camisa que traía en juego. Lo tenía ahí expuesto solo en ropa interior, con ese aspecto sensual que distinguía al filántropo. Se agacho hasta quedar a la altura del miembro ajeno que ya se dejaba apreciar por encima del bóxer, en movimiento inesperado para Tony, el rubio metió su mimbro de un solo bocado en su boca.
 
Un gemido fue lo que se escuchó en la oscuridad de esa habitación, Steve podía percibir lo salado del líquido preseminal que salía de Tony por tanta excitación, sin dar tregua incesante con su labor de meter y sacar aquel pedazo de carne. Él castaño tenía todos sus sentidos concentrados en esa boca magistral, llevo a sujetar aquella cabellera rubia cuando el ritmo aumento llevándolo a tal ansiado orgasmo. Y así fue cuando este sintió un dedo intruso en su retaguardia llegando a su próstata. Un orgasmo abundante fue lo que dio, con la mente extasiada de placer, sus ojos le dieron una visión muy pecaminosa de Steve. Este se limpiaba rastros de su semilla que rebasaron a un costado de sus labios, y con un movimiento sensual lo lamia. 
 
Su cuerpo aún convaleciente de aquel orgasmo, sus piernas eran separadas para volvía a sentir ahora dos dedos intrusos en su parte trasera.
 
-Te hare perder la cabeza de tanto placer, Anthony.- susurro el rubio con un aliento cargado de lujuria muy cerca de su oído, para morder el lóbulo de este.
Un escalofrió recorrió la espina dorsal por esta acción, ya que ambos sabían que el punto sensible del castaño era ahí. Su miembro se volvió a ergir por la atención en la parte trasera. El rubio cuando sintió que Tony ya estaba más flojo procedió a dar el siguiente paso. Bajando la bragueta de su pantalón, quitándose el mismo con el resto de su ropa interior. Retiro los dedos para sustituirlo con en miembro que estaba ergido y con las venas palpitado por encontrarse desatendido.
Con una firma estocada entro en el cuerpo del castaño, un gemido quedo ahogado en la garganta de este, pero escucho un claro gruñido de satisfacción de parte de Steve. Este mismo sentía que su miembro cualquier rato se derretiría por lo caliente que se encontraba el interior del castaño, con un rimo continuo se adentraba más. 
 
El cuarto se llenó de una sinfonía de gemidos, los cuales fueron aumentando cuando el rubio llego a tocar ese punto que hacía que Tony perdiera totalmente la cabeza. Otra vez ese maldito cosquilleo recorriendo su cuerpo, avisándole que se avecinaba un próximo orgasmo, muchas sensaciones en su cuerpo, como la mano del capitán dándole atención a su miembro, y la boca de este devorando su pezón izquierdo. Basto unas cuantas estocadas más para que ambos se vinieran.
 
-Me vengo..
 
-Vengámonos juntos.- dijo este tomando el rostro ajeno, y acercándose a él.- Te Amo Anthony.
 
Esas palabras catapultaron que su ritmo cardiaco se intensificara, sin más volvía a llegar al ansiado orgasmo, la presión ejercitada por las paredes hicieron que Steve también se viniera llenándolo completamente. Este se dejó caer a un costado de Tony, con la respiración entre cortada, extendió una mano para poder atraerlo hasta donde él.
 
-Nunca dejare de hacerlo.- le comento encarándole.
 
Tony solo cerro los ojos, tantas emociones vividas ese noche fue mucho para procesar, dejo que Steve le abrazara, hace tiempo que su cuerpo no se sentía relajado. No tenía intención de encararle nada, sino aprovechar dormir plácidamente como lo hacía.
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Luego de las palabras de reclamo que Tony le decía, sintió tambalear su muro que construyo pero al final termino sucumbiendo a su corazón y no a su lado racional. Las lágrimas en eso grandes ojos color avellana terminaron por doblegar su decisión. Tomo la mano de este y sin pensarlo dos veces subiéndolo al auto lo llevaba a su departamento. En todo el trayecto no dejo de sujetarle la mano, tratándo de transmitirle sus emociones, fue cuando Tony cerró la puerta teas de el, ante de escucha cualquier reclamo ya lo estaba besando de una manera tan salvaje como si su vida dependiera de eso.
 
Esa noche no solo iba ser una noche de pasión más, sino se entregaría alma y cuerpo a satisfacer con todo lo que tenía a Tony. Hacer que cada fibra de su cuerpo se estremeciera con los toques lujuriosos que le dedicaba, cada caricia pudiera palpar por última vez esa piel levemente bronceada que ante su tacto se sentía igual el más fino terciopelo que tocaría. Eso labios cual manjar adictivo, esa esencia que transpiraba de los poros del cuerpo del castaño, el primer orgasmo llego con una cuantiosa cantidad de semilla, sonrió para sí mismo verlo en la cama echo un desastre, llevo su pulgar para limpiar el excedente de la semilla.
 
Su parte de baja reclamaba a gritos el cuerpo del millonario, anhelaba esa estreches y calidez, pero esta vez decidió ir lento prepararlo para evitarle dolor. Se repitió a si mismo que estaba ahí para satisfacer a Tony, llenarlo de cuidado y mimos. Lo fue preparando con una paciencia apacible, mientras le decía que esa noche el genio perdería la última cordura que le quedaba. Fue hasta escuchar el gemido de placer de parte de Tony, supo que era hora de aliviar su tan adolorido miembro. Con cuidado se posicionaba para penetrarlo, y el placer que sintió estar apresado por esas paredes de carne fue más excitante de lo que recordaba.
Con unas erráticas estocadas, llego a ese punto, haciendo que las paredes se fueran estrechando más, su confirmación fue cuando el genio le avisaba de su próximo orgasmo. Su boca no solo saboreaba y mordía aquellos botones que se iban tornando de un color rojizo, su manos también se encontraba dando las caricias pertinentes al miembro del magnate. Fue ahí cuando los seguros de las barreras puestas cedieron y al punto del culmine dejo fluir sus sentimientos.
 
- Te Amo Anthony.
 
Con esas palabras trataba de acallar cualquier deje de culpa que le carcomía, y más cuando su cuerpo expulsaba toda semilla como si esto dejara una marca de propiedad  en Tony. Luego de acostarse a un costado o atraía para jurarle con los sentimientos a flor de piel que nunca lo dejaría de hacer. No esperaba recibir ninguna respuesta ya que toda la situación era un caos completo, así que prefirió callar y seguir rodeando a Tony todo el tiempo que le restaba.
 
El leve toque en la puerta le avisó que había dormido más de la cuenta, se levantó con sumo cuidado intentado no perjudicar el sueño del castaño, poniéndose el pantalón con algo de prisa abría la puerta para ver quién era.
 
-No te comunicaste ayer para comentarme que tal fue la cita.- era Natasha que traía consigo dos vaso de café, escaneando con la mirada a Steve.-Pero no es necesario que me digas que tal te fue, ya que se la respuesta. ¿Sigue aquí?.- le pregunto caminado hasta la sala y desde ahí viendo el regadero de la ropa del millonario.
 
-Si.
 
-Steve cuando te dije que tomaras la decisión correcta no me refería a esto.-ahí estaba el tan esperado regaño.-No entiendes que esta acción solo traerá dolor y sufrimiento para ambos, ¿en qué carajos estabas pensando?
 
-¡Nat lenguaje!.-dijo exaltado el rubio.-no pude contenerme, caí ante la debilidad.
 
-Pues te dejare para que lo soluciones, solo quiero decirte que el gobierno se está movilizando para encontrar tu paradero así que el tiempo se acorta.- comento terminándose la bebida y botando el recipiente en el basurero.
 
-Gracias.- con una gesto de mano la despedida.
 
Caía en cuenta que otra vez estaba ahí solo con las malas acciones tomadas, se revolvió el cabello desesperado por lo que iba hacer. Con anterioridad ya había dejado una carta pidiendo disculpas cosa que no llenaban la herida que estaba hecha, y ahora otra vez en el mismo punto de inicio. Tomo una hoja para tratar de plasmar lo que le pasaba en la cabeza, era consiente que esa no era la manera de despedirse de que era una muy estúpida. Y estaba ahí  haciéndolo, luego de escribir la nota fue por la ropa del millonario y dejarlo bien doblada en el sillón, al igual que el móvil. Tomo un bolso para meter las pocas pertenencias que tenía, y antes de dejar la habitación miro por última vez al castaño que se encontraba durmiendo plácidamente, listo para cargar con el odio de este y así terminar con ese cuento de hadas  sin final feliz.
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El estridente sonido de su móvil lo despertaba, aun durmiendo boca abajo extendía su mano buscando aquel aparato que perjudico su fantástico descanso. Al no alcanzarlo abrió los ojos frustrados, parpadeo para enfocar mejor su visión en aquella habitación. Lo primero que se percato era que la habitación se encontraba totalmente vacía, lo segundo es que el sonido provenía de afuera de la habitación. Envolviéndose con la sabana, arrastró sus pies afuera de esta para observar su ropa doblada en el sillón, y su móvil encima de estas.
 
-Hola..- contestaba conteniendo un bostezo para sentarse en ese sillón.
 
-Tony gracias a dios que estas bien, he ido a buscarte para que no te escapes de tus obligaciones, pero cuando llegue no estabas. ¿Dónde donde te encuentras?, porque según J.A.R.V.I.S ayer tenías un compromiso con la agente Romanoff.
Se encontraba escuchado en silencio los reclamos de su amiga, cuando en la mesita de la sala vio una nota, su corazón se estrujo del mal presentimiento que sentía.
 
-Pepps tranquila, estoy bien. Dile a J.A.R.V.I.S que le pase la dirección a Happy y recoja mi auto, te llamo luego.-colgó enfocándose mejor en lo que decía.
Era una nota dejada por Steve, escrito por su puño y letra. Por un momento pensó que diría que volvería pronto con el desayuno y así poder retomar la charla, pero fue otra su sorpresa.
 
“Querido Anthony se tienes muchas quejas por mis acciones, tienes razón no debí mentirte. Pero hubieron razones más fuertes para hacerlo, ten por seguro que en lo que nuca te he mentido es que Te Amo. Lo siento por no permanecer más tiempo a tu lado, veras que es lo mejor y  cuando los vengadores necesiten ayuda ahí estaremos para brindárselas”
Steve G. Rogers
 
Arrugo la nota, todo su cuerpo temblaba, paseaba una de sus manos por sus cabellos desordenados, su visión se vio empañada por las lágrimas que fluían de ahí como ríos. Una sonrisa con amargura surco su rostro, cayo de nuevo, voto su orgullo por unas simples caricias. Se sentía un completo estúpido por sucumbir a sus sentimientos. ¿Que esperaba que Steve lo despertara con un desayuno?,¿ qué le pidiera de rodillas perdón por elegir a su amigo y olvidarse de su relación? ¿Que no lo abandonara de nuevo?
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Apenas se estaban recuperando de la batalla suscitada en territorio Wakandiano, la mitad de la población desapareció por el chasquido del titán, eran perdidas ya previstas pero lo que aún le mantenía con la incertidumbre era la desaparición de Tony sin saber su paradero. Los vidrios retumbaron dentro del cuartel, llamando su atención de lo que estaba haciendo. Se secó la cara libre de una barba recién afeitada, para mirar por una de las ventanas del cuarto que era lo que estaba sucediendo. Era Pepper y Natasha quienes encabezaban el recibimiento de aquella nave, ya que desde la desaparición del millonario, la pecosa se quedó al frente de las responsabilidades de las industrias Stark. Sus ojos aun no creían lo que veían, era Tony, su Tony vivo, se aproximaba para abrazarlo pero esta acción fue ganada por Pepper, y este retribuyendo el abrazo.
 
Tenía que hablar con él, pero solo se le ocurrió dejar hablar a su ego, y exigirle su ayuda, cosa que catapulto la reacción fiera de Tony y ahora fue este el que de forma recia corto toda relación con él. Las meses se fueron rápidos con el siendo la cara de lo que restaba de los vengadores, y entablando relaciones con algunos mandatarios aún vivos. Y como un balde de agua fría recibía la notica de parte de Natasha que Tony tomaba la decisión de casarse con Pepper. Le dijo a la espía que ese día estaría indispuesto por una junto con el casi nulo gobierno de USA, pero ambos sabían que esa era una mentira. Con ropa para estar encubierto fue hasta donde se iba a suscitar la boda para verlo con sus propios ojos.
 
Un elegante Anthony Stark vestido con sus mejores prendes, parado en el altar junto a una flamante Virginia Potts que ese día relucía con el vestido de novia. Los dos haciendo entrega de las argollas de matrimonio. Esa era la clara confirmación que necesitaba para hundir en lo más profundo de su corazón todo rastro de sentimientos por Tony. Ya había encontrado la luz en otra persona, siempre lo iba a recordar de una manera especial, se marchó discretamente para también intentar seguir con su vida.
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Ahí se encontraba todo herido, sentía su cuerpo pesar como plomo, el sabor metálico en su boca. Pero aun así seguía firme dándole batalla a ese ser intergaláctico con mente genocida. En un descuido había tomado el guantelete y poner la última gema.
 
-Yo soy inevitable.- comento apunto de chasquear los dedos. En un movimiento brusco logro sostenerlo por corto tiempo antes de recibir otro golpe que le hicieran tambalear hasta caer. Así chasqueo los dedos pero nada.
 
-Yo soy Iroman.- decía Tony chasqueando los dedos, y ver como todo el ejército enemigo iba desapareciendo.
 
Entendió que esa iba hacer su última acción estúpida tomada, luego de Steve. La energía de las gemas fue mucho más de lo que su cuerpo puedo soportar, sabía lo que avecinaba una muerte evidente. Pero era algo que el haría con una sonrisa, porque sabía que su sacrifico podría proteger el mundo que quería, y a las personas que apreciaba dentro de él. Apoyándose en una pila de escombros, vio de forma rápida lo que había pasado luego de su último encuentro con Steve, de que había seguido su vida intento subsanar sus heridas con ayuda de Pepper, hasta el fatídico día que llego Thanos y él fue a parar en un recóndito lugar en el espacio. Pero luego de eso lo primero que vio cuando llego a la tierra, fue a un Steve preocupado por él, un Steve que a pesar su pasado pedía su ayuda desentendiéndose de todo lo vivido juntos. Corto por fin con esa relación autodestructiva para él, o eso quiso creer, así teniendo una hermosa heredera Stark junto a Pepper. Sabiendo que por más intentara olvidarlo no iba ser posible, y fue cuando este vino a pedirle su ayuda para restaurar las cosas no dudo mucho para ayudarle. Sentía que esa iba ser la última vez de compartir algo con él.
 
Escuchaba murmullos a su alrededor, un Peter preocupado, una Pepper resignada con lo que estaba pasando. Y ahí atrás de ellos Steve mirándolo en silencio con el rostro lleno de amargura, ambos se miraron por segundos. Las palabras salían sobrando en esa situación, la parte que él le había dado siempre el rubio lo tendría consigo. Cuando se miraban el mundo entero desaparecía, siempre lo iba a recordar de esa manera.
 

Notas finales:

Poco a poco iré subiendo más contenido a esta plataforma... 


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