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Alma, corazón y vida. (Boku no Hero Academia, Kiribaku/bakushima) por Sioa Shun

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Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina. Lunes 30 de Marzo del 2020.


Visita Inesperada 


Capítulo 1: Una amiga del otro lado del mundo.


By Sioa Uchiha San.


Se levantó ya harto, era la quinta vez que escuchaba el maldito teléfono de Bakugo sonar en su habitación, era su maldito día libre y quería dormir un poco, su patrullaje de la noche anterior había sido un infierno, no que le hubiera tocado nada demasiado peligroso, solo un pequeño encontronazo con una banda de villanos que estaban teniendo un altercado por cuestión de territorio, la pelea había sido algo dura, y luego de eso todo el papeleo lo había retenido con la policía hasta altas horas de la madrugada.


Nada fuera de lo común en su vida de héroe, pero es que estaba a la expectativa de su día de descanso al día siguiente en realidad había resultado un fastidio que justo minutos antes de terminar su torno hubiera semejante inconveniente, había llegado a su casa pasadas las cinco de la mañana, Bakugo ya no estaba, se había ido a entrenar como era su costumbre antes de iniciar sus patrullaje y él se había dado una ducha y ido a acostar con la esperanza de dormir hasta tarde por primera vez en el maldito mes, pero justo ese día, de todos los días su compañero de piso había dejado olvidado su teléfono que había decido empezar a sonar en el cuarto de justo alrededor de las nueve de la mañana.


Con andar cansado entró en el cuarto del rubio y no demoró mucho en divisar el aparato del infierno que ya había detenido su incesante música, sabiendo que quien fuera que estuviera llamando a su amigo no iba a detenerse tomó el maldito celular y salió del cuarto para dirigirse a la cocina mientras lo revisaba.


El número de las últimas cinco llamadas perdidas era el mismo, pero no estaba agendado y la característica le pareció extraña, no tenía ni la más remota idea de donde podía ser.


Resignado a cambiar sus planes dejó el artefacto sobre la barra desayunadero de la cocina y abrió la heladera, tomó un par de huevos y la leche y sonrió, era hora de un muy masculino desayuno para comenzar el día, no valía la pena estar molesto solo porque no lo dejaron vagar.


Sin mucha ceremonia comenzó a preparar un omelet y encendió la cafetera, Red Riot era un héroe increíble pero como cinero sinceramente apestaba, así que no iba a aventurarse a preparar nada muy elaborado o su querido amigo Blasty iba a matarlo si llegaba de trabajar y él había incendiado la cocina.


Tras terminar de preparar su improvisado café con leche y su omelet se sentó en un alto taburete en la barra desayunadora y encendió el televisor para ver las noticias, sonriendo levemente al ver que se hablaba de él por su hazaña de la noche anterior, comió con calma y luego se giró para llevar los utensilios a la bacha y disponerse a lavarlos o su neutorito compañero de apartamento tambien iba a matarlo por dejar todo suyo.


Si, cualquiera excusa era buena para matarlo según Bakugo, aunque la verdad sea dicha el rubio ladraba mucho pero mordía poco, bueno en realidad si mordía y mucho, pero eran mordidas suaves, bueno, no, era un bestia ¿Pero qué iba a hacer? Así lo quería. Bakugo Katsuki tenía un temperamento de los mil infiernos pero contrario a lo que se pudiera llegar a pesar de él era un gran hombre, muy masculino, dedicado, entregado a su trabajo, ardiente, apasionado, si, su amigo era todo eso y mucho más.


Se habían graduado juntos del curso de Héroes de la UA, habían entrado a trabajar en la misma agencia poco después y tan solo unos cuatro meses luego de eso fue Bakugo quien en medio de sus quejas respecto a la vieja bruja de su madre había comentado que quería largarse de su casa lo más pronto posible, él no tenía problemas viviendo con sus padres estaba cómodo allí pero la idea de independizarse le pareció atractiva así que no dudó en sugerir al rubio la posibilidad de vivir juntos y así fue, en pocas semanas Bakugo había conseguido el departamento y con sus sueldos de heroes recién emergentes se las ingeniaron para pagar la renta.


Al principio habían decidido vivir juntos porque sus sueldos, aunque no eran del todo malos, no eran suficientes para mantenerse por sí solos en un alquiler pero cuando su popularidad subió y con ello también sus salarios el hecho de compartir apartamento ya se les había hecho costumbre por lo que continuaron como estaban con la única diferencia de que tácito y mutuo acuerdo decidieron buscar un lugar más grande y cómodo para ambos, terminando por conseguir el lugar donde ahora vivían. Un amplio piso con tres habitaciones, baño, cocina, un amplio comedor, living y cuatro balcones.


Llevaban ya cuatro años viviendo juntos, cosa que sorprendía a muchos, sus amigos desde el primer momento en lugar de felicitarlo le habían dicho que ya tenían preparado su sepelio y apostaron entre ellos a que tan solo en dos semanas Bakugo iba a matarlo o a echarlo a la calle en el mejor de los casos. Para su fortuna eso no pasó nunca, la convivencia podía ser por momentos complicada pero ya llegados a ese punto se conocían lo suficiente y desde hacía ya un tiempo que tenían discusiones estúpidas sobre si Kirishima había quemado una sartén o si Bakugo había dejado la ropa en la lavadora por dos días sin ponerla a secar.


De todos modos había en realidad que restarle a los cuatro en los que llevaban juntos una cosa porque hacía tan solo dos años, él rubio había aceptado una propuesta de la agencia para una misión en otro país y había pasado pasado unos largos diez meses en Argentina al otro lado el mundo. Kirishima ahí comprobó que odiaba vivir solo, ese tiempo sin Bakugo había sido una tortura y lo había extrañado como los mil demonios, aquel tiempo de soledad le había servido para entender muchas cosas pero eso era arena de otro costal, sin embargo cuando su amigo había regresado y su rutina había vuelto a la normalidad fue como si todo estuviera perfectamente cómo debía estar. O casi..


Se sobresaltó en su lugar al escuchar nuevamente la musiquita infernal del teléfono de Ground Zero y recién entonces fue consciente de que llevaba fregando el mismo plato por lo menos por los últimos cinco minutos, así que cerró el grifo, dejó el utensilio en el escurridor y tras secar sus manos tomó el celular para atender la llamada de aquél número desconocido.


-Hol...


-¡Katsuki! ¡La re puta madre, Chabón! ¡Te llevo llamando toda la maldita mañana! ¿Es tan difícil atender el puto celular! ¡Ya me estaba preocupando, pelotudo! ¿Qué onda? - Fue interrumpido por la acelerada voz de una mujer hablaba en un idioma que no podía ni reconocer ¿Eso era español? ¿Italiano? ¿Portugués? No tenía la más pálida idea, para él todos ellos sonaban parecido lo único que había entendido que es aquella mujer acaba de llamar "Katsuki" a Bakugo, acababa de usar su nombre de pila ¿Quién era? Ni siquiera él, que conocía a Bakugo desde los quince años lo llamaba por su nombre de pila.


-Eh... Lo siento... ¿Habla japonés? - Preguntó dudoso mientras se apoyaba en la barra y rascaba casi nerviosamente su mejilla.


-¡Oh! Lo siento, si, si hablo japonés, disculpa quiero hablar con Katsuki Bakugo ¿Acaso el numero es incorrecto? - La voz de la mujer se dulcifico al entonar el idioma asiático con cierta dificultad y él, como el caballero que era se apresuró a calmarla al notar el nerviosismo en la voz de la dama por su exabrupto.


-No, no, no se ha equivocado este es el número de Bakugo, solo que él ahora no ésta, está patrullando y se olvidó el celular en casa pero si quiere puede dejar su mensaje yo le avisaré que llamó. - Se apresuró a decir con una sonrisa, sabía que la chica no podía verlo, pero esperaba que de alguna forma la sonrisa le llegara del otro lado de la linear para calmarla.


-¡Perfecto! ¡Este pelotudo ahora que lo necesito...! - La escuchó quejarse, bueno, suponía que se estaba quejando por el tono de su voz porque en realidad no había entendido ni palabra de lo que ella decía e iba a cuestionar cuando la mujer volvió a hablar. -Disculpa entonces por molestarte, allá es bastante temprano ¿Podrías decirle a Katsuki que me llamé a este número? Es muy importante, necesito hablar con él lo más pronto posible, o que conteste alguno de los e-mails que le he escrito, llevo intentado comunicarme con él desde hace al menos una semana. 


-¡Claro yo le avisaré que te llame! Y siento mucho que no haya contestado tus e-mails pero es que nunca revisa su correo electrónico, un amigo nuestro le hizo una broma hace unos meses y lo filtró a la prensa, desde entonces no volvió a abrirlo por la cantidad de Spam que le llega y se rehúsa a hacerse otra cuenta. -Se disculpó apenado por las actitudes de su amigo y su mañosa manera de ser mientras rascaba su nuca. -¿Me dices tu nombre? Lo siento pero no recuerdo que lo dijeras.


-¡Ay, perdón! No me dí cuenta, soy Herrera Nerea, fuí su compañera cuando vino a Argentina hace unos años. - Se explicó la mujer con tranquilidad. -Tu debes ser... ¿Red Rio, Cierto?- Preguntó no muy segura la mujer.


-¡Si, soy, soy yo! ¡No te preocupes! ¡Le avisaré a Bakugo que llamaste! - Contestó con tono afable. -Pero sería mejor que me mandaras escrito tu nombre por mensaje, la verdad no sé cómo escribirlo Herruera-San y temo que se me olvide. - Admitió con tono algo nervioso.


-No te preocupes, Red Riot, ahora lo escribo y gracias de verdad, necesito hablar con él así que convence a Katsuki de que me llame en cuanto regrese, estaré esperando su llamada, cuidate. - Tras sus palabras escuchó el tono intermitente que dejaba claro que la chica acaba de cortarle. Apartó el celular de su oreja y contempló en la pantalla de bloqueo que eran ya casi la diez y media de la mañana y a los pocos segundos apareció la notificación de mensaje que no dudó en abrir donde figuraba el nombre de la mujer que acaba de llamar.


No podía decir que no estaba sorprendido, Bakugo le había contado que en su estadía en Argentina había conocido a unos cuantos extras irrelevantes y poco y nada más había logrado sacar de él, principalmente porque aquella misión estaba clasificada como confidencial y al saber aquello él no preguntó más nada respecto a aquel viaje.


Estaba un tanto impresionado, aquella mujer llamaba a su amigo por su nombre de pila y por cómo había arrancado la llamada era obvio que trataba a Bakugo con muchísima confianza, como si fueran íntimos amigos y eso era sorprendente, el rubio no era para nada dado a hacer amistad con nadie, apenas y con sus antiguos compañeros de escuela, ni siquiera tenía amigos en la agencia donde trabajaban. Ahora sentía mucha curiosidad por aquella mujer, se sentía un poco decepcionado de que en el icono del perfil de ella no hubiera una foto sino una bonita imagen de un corazón rosado. Ni siquiera podía conocer su rostro.


¿Habría Bakugo tenido una aventura con ella durante su viaje? No, lo dudaba mucho, él rubio jamás le había hablado de ninguna chica, y cuando decía jamás era JAMÁS, él nunca había tenido una novia, o salido con ninguna mujer que él supiera, siempre imagino que quizás el hombre era muy discreto pero Bakugo no era del tiempo que andaba por ahí con amantes, o al menos eso era lo que él quería pensar, aunque admitía que era raro que un hombre así de bien parecido y masculino nunca hubiera tenido una cita cuando ya tenía la importante edad de veintiún años.


Molesto por sus divagaciones golpeó sus mejillas con ambas manos, él no tenía porqué meterse en la vida privada de su amigo o mejor dicho no quería meterse en la vida privada de su amigo, había cosas que era mejor no saber.


Decidido a disfrutar un poco de su día libre dejó el teléfono sobre la barra y fue a cambiarse, lo mejor era salir a dar una vuelta, quizás comer fuera, llamar a alguno de sus amigos esperando que alguno de ellos estuviera disponible.


-.-.-.-.-.-.-.-


Al final había pasado todo su día fuera, había tenido suerte y Kaminari empezaba su patrullaje luego de las cuatro de la tarde asique habían almorzado juntos y luego de largas charlas y muchas risas lo había acompañado hasta la agencia para que pudiera empezar su turno, después de eso había ido al shopping para matar el tiempo y entrado finalmente al cine para ver una película de estreno que llevaba varios días insoportable con que quería ver, era una lástima estar solo, al salir de la sala no pudo evitar pensar que Bakugo habría disfrutado del film, quizás luego podría conseguirla en alguna plataforma online donde comprarla o alquilarla para verla juntos cuando sus horarios coincidieran.


Se había encontrado con un par de admiradores, no tuvo problemas con aceptar tomarse un par de fotos y firmar algunos autógrafos y dedicó su tiempo en ir al mercado para comprar los víveres y productos de limpieza necesarios para la casa, era su turno de hacerlo, la última vez había pagado Bakugo.


Cuando quiso darse cuenta ya pasaban de las ocho de la noche, asique pasó por el restaurante cercano a su casa donde hacían el pollo picante que más le gustaba a su compañero y aprovecho para comprar también una hamburguesa para él.


Llegó al apartamento cargado de bolsas y sonrió al notar los zapatos de su amigo en el genkan. -¡Ya llegué! ¡Bakugo ven a ayudarme con las bolsas!- Gritó mientras se desplazaba.


-¡¿Por qué eres tan malditamente ruidoso, pelos de mierda?! - Se escuchó el grito desde la cocina seguido por unos pesados pasos que se acercaban por el corredor. -¿Dónde carajos estabas? - Preguntó al llegar hasta él, el rubio claramente recien salía de la ducha, sus cabellos aún dejaban caer pequeñas gotas de agua sobre sus tonificados hombros y espalda y vestía solo unos pantalones negros largos y holgados que eran sostenidos por el elástico en su cadera justo por debajo de su V perfectamente marcada, dejando todo su masculino torso al descubierto.


Kirishima sintió por un segundo que el aire no llegaba a sus pulmones por semejante imagen, se suponía que tras tanto tiempo no debería ponerse así cuando su compañero de piso prácticamente vivía con el torso al aire dentro de la casa y no era esa la primera vez que lo veía así. -Lo siento, salí hoy temprano y pues me distraje todo el día.


-Tsk... - El rubio se había limitado a chasquear la lengua mientras se inclinaba para tomar un par de las bolsas que habían en el recibidor. -Al menos recordaste hacer las compras, cabello de mierda.


-¡Claro! Era mi turno esta vez ¡Y también traje la cena!- Alegó alegremente alzando las bolsas mientras caminaba tras él con rumbo a la cocina para entre ambos y de forma totalmente coordinada disponerse a guardar los productos del mercado.


-¿Qué trajiste?- Preguntó el rubio oliendo un poco el aire al notar el ligero aroma a comida que salía de una de las bolsas que no tardó en notar que era de Hot spot, su restaurante favorito. -Bien hecho, pelo de mierda.


-¿Y qué tal el trabajo hoy, Bakugo? - Preguntó Kirishima con completa naturalidad, como una escena cotidiana que se repetía bastante mientras guardaba las verduras en la heladera que para esa altura del mes estaba ya casi vacía.


-Una mierda. -Contestó con hastío el más alto. -Aburrido como el infierno, solo tuve que bajar a un par de estúpidos gatos de malditos árboles y llevar a una llorona malcriada con su madre porque la idiota estaba perdida.


Kirishima rió divertido, esas actividades eran normales en los heroes no todos los días eran de pura adrenalina y sabía que por mucho que Bakugo se quejara también disfrutaba de hacer esas pequeñas buenas acciones en sus patrullajes. -Ya veo, por cierto olvidaste tu celular en casa esta mañana.


-¡No me digas, capitán obvio! ¡No me había dado cuenta! - Comentó con sarcasmo Ground Zero mientras despejaba la barra para disponer la comida y que ambos cenaran.


Kirishima rodó los ojos y rió un poco por el siempre arisco comportamiento del blondo. -No me dejaste continuar hablando, Bakugo, lo que intento decirte es que estuvieron llamándote toda la mañana, no me estaba dejando dormir tu celular así que terminé por atender.- Explicó tras terminar de guardar todo y tomar la jarra de jugo junto a dos vasos para sentarse frente al chico y disponerse a cenar.


-¿Ah? ¿Y quién rayos era, cabello de mierda? - Consultó poco amablemente mientras procedía a servirse su pollo en el plato de manera tranquila, pese a la agresividad de sus palabras el hombre parecía estar muy tranquilo ese día.


-Bueno, en realidad no recuerdo su nombre. - Admitió rascando su nuca mientras recibía la mirada burlista acompañada de la ladina sonrisa de su amigo que estaba a punto de hacer mofa de él por su poca capacidad de almacenamiento de datos. -Ah, pero era una mujer, dijo que fue tu compañera cuando estuviste en Argentina, me pidió que te dijera que la llames, que lleva intentado comunicarse contigo una semana, parecía importante Bakugo. - Insistió ante el chasquido de lengua del otro. -No seas así, llamala, seguramente es importante, te llamó al menos cinco veces.


-¡Tsk! ¡Bien! Luego de comer la llamo, ahora traga de una vez pelo de mierda, quiero cenar en paz. - Se quejó mientras se llevaba un poco de pollo a la boca. Kirishima decidió no molestar, si Bakugo afirmó que la llamaría entonces lo haría él había cumplido con el recado aunque no dejaba de parecerle extraño que el rubio accediera con tanta facilidad a hacer la llamada.


La cena transcurrió tranquila y el pelirrojo se ofreció a lavar los platos mientras el rubio tomaba su teléfono que había dejado cargando sobre el modular del televisor para hacer la llamada.


Parado en medio de su sala, Bakugo esperó impacientemente a que del otro lado de la línea alguien le atendiera, golpeteando inconforme el piso con uno de sus pies. -¿Qué quieres? ¡Más vale y sea importante o que alguien se haya puto muerto! - Aquella voz le hizo sonreír ladino al notar el mal humor de su antigua compañera.


-¿Quién rayos va a ser, estúpida? Le dejaste dicho al cabellos de mierda que te llamara ¿qué carajos queres? - Kirishima se giró de golpe tras haber apagado el grifo de agua, mirando con sorpresa mal disimulada su compañero de piso, era la primera vez que escuchaba a Bakugo hablando en otro idioma, sabía que manejaba un par, ingles y español de hecho pero nunca lo había escuchado hablar fluidamente ninguno de ellos, a lo mucho lo había escuchado practicar algo de inglés en sus años de escuela.


-¡Katsuki! ¡Dios! ¡Menos mal que me llamaste, ya estaba desesperada! - Contestó la voz de la mujer del otro lado del teléfono, bastante más nítida y menos adormilada. -¿Tienes una idea de lo difícil que fue conseguir tu puto numero de celular?


-¿Uhg? ¿De qué rayos hablas? ¡Te lo dí antes de irme, no he cambiado el número! - Protestó algo descolocado Bakugo mientras comenzaba a divagar por el salón bajo la atenta mirada de Kirishima.


-¡Pero yo si! Tuve un par de problemas que no vienen al caso, perdí toda mi agenda de contactos, te escribí varios e-mails pero Red Riot me dijo esta mañana que ya no usas tu puto correo. - Contestó ella con pesadez y pudo escuchar algunos ruidos de fondo que delataban que recien estaba levantandose de la cama. -Escucha, es importante necesito un favor.


La sonrisa maliciosa de Ground Zero creció en su rostro mientras sacaba de uno de los muebles del comedor un cenicero junto a una cajetilla de cigarrillos y un encendedor, llevándolos a la barra donde dejó primero el recipiente y luego tras apoyar el celular con contra su hombro usó sus manos para tomar un cigarrillo y encenderlo en su boca, dando una profunda calada. -¿Un favor? Interesante... así que la pequeña Corazón necesita un favor del gran Ground Zero


-¡No seas choto, Katsuki! ¡La puta madre!- Protestó ella desde el otro lado de la línea, podía imaginarse tranquilamente la cara de desgraciado de su amigo y sabía que ese favor le iba a costar caro. -¿Vas a ayudarme o no?


-Depende de lo que necesites, estúpida, no soy tan idiota como para aceptar ayudarte si no se de que se trata así que desembucha. - Respondió él con aires divertidos notando que Kirishima se sentaba frente a él en la barra mirándolo extrañado y sacudió su cigarrillo sobre el cenicero para deshacerse de la ceniza.


-Sos un forro, eso no es muy heroico de tu parte Katsuki. -Reprochó la voz de la mujer lo bastante alto como para que Kirishima escuchara aunque seguía sin entender una sola de sus palabras. -Bien, me salió una oportunidad de trabajo en Japón, una agencia importante está interesada en mi, voy a viajar para allá en unos días pero tengo un problema, el maldito Hotel donde iba a hospedarme fue destruído por unos villanos hace unos días, me estoy volviendo puta para encontrar otro hotel en Tokyo que tenga disponible una maldita habitación pero al parecer es temporada alta y no consigo una reverenda mierda...


-¿Estás pidiéndome quedarte aquí, Ripper? ¿Me estas jodiendo? ¿Por eso todo el escándalo? - La interrumpió a mitad de su explicación con el ceño notoriamente fruncido y dio otra calada a su cigarrillo. -Tengo que preguntarle al pelos de mierda si no le molesta, pero por mi puedes quedarte, estúpida ¿Por qué mierda no me dijiste antes de la entrevista?.


-¡TE ESCRIBÍ UN MALDITO E-MAIL PERO HACE MESES QUE NO ME CONTESTAS!- Gritó exasperada la mujer desde el otro lado de la línea. -Espero que a Red Riot no le moleste tenerme ahí por unos días, no quiero que tu chongo se me ponga celoso o algo así, en cuanto consiga un maldito hotel me iré de allí, no quiero ser la tercera rueda en su nidito de amor. - Kirishima podía ver con muchísima claridad como el rostro de su amigo se iba desfigurando por segundos, llenándose de las arrugas que eran claras banderas rojas de peligro antes de que el hombre estallara al mismo tiempo que su cara iba siendo invadida por un escandaloso sonrojo.


-¡¿DE QUÉ RE PUTA MIERDA ESTAS HABLANDO MALDITA DESTRIPADORA DE MIERDA?! ¡NO ES MI MALDITO CHONGO! ¡MUERETE DE UNA RE PUTA VEZ! Los gritos habían dejado sorda no solo a la mujer, sino que al pelirrojo que estaba frente a él también quien de paso estaba atónito ante la escandalosa carcajada de que se oía salir del celular de Bakugo, generalmente cuando el rubio gritaba de esa forma con su amenazante voz la gente se aterraba él era de los pocos privilegiados que podía reírse de esa forma ante las amenazas vacías de Gound Zero y estaba genuinamente anonadado de que esa mujer también pudiera hacerlo.


-Mierda que sos lento ¿Cuando vas a salir del closet? - Preguntó ella entre risas. -Me sorprende que tu español siga siendo tan bueno, llevas años sin usarlo.


-¡Ja, yo siempre soy el mejor en todo, estupida! - Contestó con desbordante ego antes e darle otra calada a su cigarrillo. -¿Cuando mierda llegas?


-¡Awww! ¿Me vas a ir a buscar al aeropuerto? ¿Puedes ser más tierno, Katsuki?- Preguntó la mujer divertida pero antes de que su interlocutor encontrará la forma de asesinarla a través de la llamada se apresuró a agregar. -Llegó en dos días, en el vuelo BW 1231 a las 16 hs local.


-Bien, te veré en dos días Ripper.- Contestó el hombre cortando inmediatamente después la llamada escuchando de lejos la despedida de la mujer y alzó sus rojos ojos a su compañero de piso que lo miraba anonadado. -¿Qué quieres, cabello de mierda?


-Nada, solo me sorprende que sean tan buenos amigos. - Comentó divertido rascando con su dedo índice derecho su mejilla. -¿Qué ocurrió? Hoy temprano sonaba a que era un asunto importante ¿Qué quería?


-Nada, la estupida va a venir a Japón por trabajo e iba a hospedarse en el hotel Teito que se derrumbó por la pelea de los idiotas del otro día, quería preguntarme si podía quedarse aquí ¿Te molesta?- Preguntó directamente mientras apagaba el cigarrillo en el cenicero.


Eso había dejado boquiabierto a Kirishima, Bakugo no solía dejar que nadie se quedara en su casa, protestaba incluso cuando era su propios padres quienes iban a visitarlos por un fin de semana y casi que echaba a patadas a sus amigos las pocas veces que se reunían en su casa no dejando que nadie se quedará en la habitación extra que tenían prácticamente en desuso. -No, a mi no me molesta Bakugo, quiero decir es tu amiga y es un imprevisto si a vos no te molesta que se quede a mi menos. ¿Cuando vendrá?


-En dos días.- Se limitó a contestar mientras se levantaba de su lugar. -Me voy a dormir. - Se despidió escuetamente con gesto malhumorado. -De todos modos se quedará poco la perra esa. 


-Bakugo.- Lo regañó arrastrando un poco las letras de su nombre al escucharlo ser tan despectivo con una mujer, eso no era para nada caballeroso pero lo único que recibió fue la mano del rubio levantándose a modo de despedida a un costado de su cabeza, desestimando totalmente su regaño. Negó apenas con su cabeza, resignado al incorregible comportamiento de su amigo y miró la hora en su propio celular, pasaban de las diez de la noche lo mejor era irse a dormir, estaba agotado y aunque había aprovechado bien su día de descanso poco era lo que había realmente descansado y al día siguiente tocaba levantarse temprano para entrenar y luego trabajar.


-.-.-.-.-.-.-.-.-


Dos días se habían pasado volando y no sabía muy bien cómo parecía que los planetas se habían alineado y ahora estaban en medio de una situación algo extraña.


El Bakusquad estaba reunido en su sala, al parecer todos tenían la guardia nocturna esa noche y Mina había decidido por cuenta propia reunir a Kaminari y Zero para ir a hacerles una visita sorpresa. Bakugo estaba sentado con cara de pocos amigos en el sofá mientras los demás charlaban alegremente entre risas, compartiendo té y unas galletas que la chica había llevado como presente. -¿Piensa quedarse todo el jodido día en mi casa, malditos extras?


-¡Vamos, hombre! ¡No seas así! ¡Hace rato que no nos reunimos, ya casi extrañaba tus gruñidos!- Comentó divertidamente Zero girando su mirada a él. -Es raro que nuestros horarios coincidan, es una buena excusa para vernos.


-¡Es cierto, Bakugo! ¡Además queríamos felicitarte por tu hazaña de ayer! ¡Fue increíble aun cuando el rescate no es lo tuyo! - Comentó Mina mientras llevaba una galleta a su boca. -Además ¿Cuál es el problema? ¿Acaso tu, el señor gruñón, tenía planes hoy?


Todos rieron ante el comentario de la chica excepto claro el objeto de burla de ella y fue Kirishima el primero en contestar. -De hecho Mina, si teníamos planes, hoy llega una amiga de Bakugo de Argentina. - Explicó haciendo que todas las miradas se posaran en él.


-¡¿Ah?! ¿Una amiga? - Preguntó sorprendido Kaminari con su boca totalmente abierta de desconcierto. -¿Bakugo tolera el contacto humano con alguien más que nosotros? ¡Viejo! ¡Eso es increíble!


-¿Verdad que si? ¡Yo también me sorprendí! ¡Parecen buenos amigos y todo! - Comentó Kirishima desatando las risas de sus amigos.


-¿Por qué no nos dijiste nada, Bakugo? ¡No puedo creer que tengas otra amiga! ¡Es un milagro!- Exclamó Zero entre risas.


-¿Y cómo es? ¿Tiene pareja? Dicen que las latinas son bien ardientes. - Comentó Denki ganándose un golpe en la cabeza de parte de Mina.


-¿Eso es lo primero que preguntas?


-¡Ya callense todos! ¡Son una bola de ruidosos!- Gritó Bakugo perdiendo su poca paciencia. -¡No es mi maldita amiga! ¡Solo es un estúpido extra igual que ustedes, bola de imbeciles!


-¿Igual que nosotros?- Preguntó Zero arqueando una ceja para luego reír totalmente divertido. -Así que si es tu amiga, genial un nuevo integrante para el bakusquad.


-¡Al fin! ¡Otra mujer en el grupo que me ayude a aguantarlos!- Exclamó alegremente Mina alzando sus brazos al cielo en son de triunfo y alivio.


-Quizás tenga una posibilidad con ella, contesta viejo ¿Tiene novio? ¿Está buena?- Preguntó Kaminari entre risas a lo que Bakugo clavo su mirada molesta en él y luego sonrió ladino y con suficiencia le respondió.


-Olvidalo Kaminari, ella está totalmente fuera de tu liga, como cualquier mujer con dos dedos de frente.


-¡Oye, Viejo, eso es cruel!- Reprochó molesto a lo que todos rieron, incluso el amargado chico del quirk explosivo.


-Oye, Bakugo ¿No tenías que ir a buscarla al aeropuerto? ¿A qué era que llegaba?- Preguntó curioso Kirishima.


-A las cuatro de la tarde.- Contestó restándole importancia y dejando a los presentes sorprendidos.


-¡Bakugo son casi las cinco y medía! - Gritó Mina molesta. -¡¿Cómo pudiste?! ¡La dejaste plantada!


-Ey, eso no es nada masculino Baku...- Sus palabras fueron interrumpidas por el sonido del timbre y fue el pelirrojo quien se levantó para ir a atender, al llegar a la puerta la abrió descuidadamente y encontró a una hermosa mujer del otro lado.


Era alta, tanto como él, de hecho incluso un poco más alta debía estar rondando el metro ochenta, a igual que Bakugo, sus cabellos eran del mismo rojo intenso que sus propios cabellos y los llevaba sueltos y largos hasta las caderas totalmente lacios, su piel era levemente trigueña y sus ojos eran de un intenso color dorado, su mirada era amable pero a la vez jodidamente penetrante, era delgada y su cuerpo estaba muy bien definido, todo en ella era totalmente curvilíneo con cada femenino atributo en su lugar, sin lugar a dudas era hermosa, sencillamente hermosa, vestía un ajustado jean, zapatillas blancas y una remera de mangas cortas que cubría hasta un poco más arriba de su ombligo de color negro y junto a ella habían dos valijas de gran tamaño. -¡Ah! ¡Genial no me equivoqué entonces! ¡Hola, tu debes ser Red Riot! ¿Cierto? - Preguntó la mujer afablemente con voz dulce y un acento algo extraño, claramente no muy habituada a hablar en japonés.


-¡Si! ¡Si! ¡Soy yo! Debes ser Heruera-san, pasá por favor, déjame ayudarte con eso.- Dijo servicial mientras salía para tomar ambas valijas y llevarlas dentro del departamento.


La mujer sonrió divertida al escuchar lo extraño que sonaba su apellido cuando un asiático intentaba pronunciarlo y asintiendo levemente con su cabeza entró al lugar cerrando la puerta tras de sí, notando que en la entrada habían varios pares de zapatos procedió a quitarse sus zapatillas por respeto siguiendo luego al pelirrojo que le hacía señas aun cargando sus valijas. -Lo siento mucho, Heruera-san, unos amigos vinieron de visita y se nos pasó la hora para irte a buscar al aeropuerto.


-No te preocupes, Red Riot, Katsuki me mandó por mensaje la dirección ayer asique entendí la indirecta de que ni por asomo iba a ir a buscarme al aeropuerto. - Alegó ella entre risas.


-Ay, Bakugo...- Resopló resignado el hombre ante la huraña actitud de su amigo. -Por cierto, mi nombre es Kirishima Eijiro, no tiene que llamarme todo el tiempo por mi nombre de héroe todo el tiempo, Heruera-san, es un gusto conocerla. -Afirmó después haciendo una reverencia educada ante ella en medio del pasillo.


Extrañada, la pelirrojo sonrió y se acercó a él con una sonrisa en sus labios. -El gusto es mío, Eijiro, espero que nos llevemos bien.- Dijo para después apoyar una mano en su hombro e inclinarse a besar primero su mejilla izquierda y luego la derecha de forma relajada dejándolo a él tieso y confundido. -Y llámame Nerea, es extraño que uses mi apellido, me siento como si volviera al colegio y un profesor me estuviera regañando. - Bromeó despreocupadamente.


-¿Eh? ¿Ah? ¿Bu--Bueno?... - Tartamudeó inseguro y luego señaló con su mano la entrada al abierto espacio que daba a su sala, comedor y cocina. -Por aquí Nerea-san.


Confundida por la actitud del hombre siguió su indicación y entró en el lugar sonriendo al ver cuatro pares de ojos fijarse en ella mientras Kirishima pasaba a su costado segundos después y dejaba a un lado sus valijas. -Eh, Nerea-San ya está aquí Bakugo... amm bueno.. Nerea ellos son nuestros amigos. - Comentó aún algo incómodo, sin tener idea de que había ocurrido exactamente para que esa mujer se acercara a besarlo de esa forma.


-¿Vas a venir a saludarme Katsuki? ¡Ya crucé el puto planeta asique vos podes levantar el culo del sillón para saludarme! ¿O no?- Preguntó en su nativo español mientras se cruzaba de brazos y sonreía alegre y abiertamente con sus dorados ojos fijos en el chico que la miraba divertido cruzando también sus brazos.


-Si ya te tomaste el trabajo de cruzar el planeta ahora solo tienes que caminar un par de pasos, si quieres saludarme, destripadora.


-¡Destripadora tu vieja, Katsuki! ¡Levanta el culo de ahí o juro que que te voy a saltar encima y no te va a gustar! ¡No te he visto en dos años! ¿Y así me recibes? - Recriminó mientras lo señalaba con una mano totalmente divertida con una sonrisa que desbordaba de su rostro, mientras los demás presentes observaban el intercambio de palabras totalmente curiosos, además de muy sorprendidos por escuchar a la desconocida tratar con tanta familiaridad de Gound Zero, es más Kaminari y Zero tenían la mandíbula en el suelo al escuchar a la chica llamarlo por su nombre de pila.


-Cómo fastidias, Ripper. - Se quejó Bakugo levantándose del sofá para acercarse a ella pero al estar solo a unos pasos de distancia su gesto molesto se vio interrumpido cuando un par de brazos envolvieron su cuello.


-¡Te extrañe idiota!- Comentó la mujer mientras lo abrazaba con fuerza tras haber dejado un sonoro y largo beso sobre su mejilla izquierda, riendo un poco mientras apretaba tanto el abrazo como era humanamente posible.


-¡Ya suéltame, estúpida! ¡¿Quieres morir?!- Gritó molesto el rubio pero eso solo hizo que la chica a tan corta distancia como estaba de él lo mirara a la cara divertida antes de ladear su rostro y soltar una de sus manos de su cuello para señalar su mejilla.


-No te voy a soltar hasta que me saludes, Katsuki. - Contestó divertida.


-Jodida perra. - Protestó aunque su voz no sonó violenta, así que si un tanto fastidiada e inclinándose un poco pasó un brazo tras la cadera de ella para corresponder el abrazo y luego dejó el beso en su mejilla señalada con las suyas propias teñidas de un tenue rubor. -¡Ahora suéltame!


-Claro.- Como si nada hubiera pasado la chica se soltó de él y miró a los demás que estaba totalmente boquiabiertos por la escena y ella, sin mucha ceremonia se acercó para empezar a saludar, apoyando primero su mano en el hombro de Kaminari quien era el más cercano y dejó sobre su mejilla derecha un beso. -Nerea, un gusto.- Saludo, besando después la izquierda, luego se giró a Zero e hizo lo mismo y finalmente saludó a la Mina dejando los besos en sus mejillas mientras repetía su nombre. -Ustedes deben ser "Los extras". - Comentó divertida.


El grupo de japoneses estaba estático con diferentes tonalidades de rojo en sus mejillas. -Eh, si, somos nosotros Soy Ashido Mina, un gusto conocerte. - Comentó un poco más recuperada y volviendo a su habitual estado alegre de ánimo. -Me alegra que ahora haya otra chica más en el grupo de "extras" como Bakugo nos dice.


-¡Kaminari Denki!- Se escuchó entonces la voz del rubio que la mirada ahora un tanto nerviosa. -Eh... ¿Nerea-san? ¿Cierto?- Preguntó no muy seguro de haber escuchado bien su nombre. -¿Eres la novia de Bakugo?


-¿Qué mierda estás diciendo bastardo eléctrico? - Gritó Bakugo ante la pregunta de su amigo. -Solo es la destripadora, no es mi novia ¡Inútil!


-Bueno, después de ese saludo permitimos dudar de que sea solo una amiga. - Comentó Zero alzando sus cejas insinuante y luego miró a la pelirroja que parecía algo perdida con la conversación. -Zero Hanta, es un gusto conocerte Nerea-san.


-Ah, claro... igualmente. - Comentó algo mareada la chica. -Perdón pero ¿Por qué creen que Katsuki es mi novio? - Preguntó curiosa. -Solo somos amigos.


-El abrazo, el beso... ¡Lo llamas Katsuki!- Enumeró Mina alzando uno a uno sus dedos con cada cosa que mencionaba.


-Muchachos, muchachos, tranquilos, Bakugo va a matarnos si seguimos molestando. -Intentó hacerles ver Kirishima, quien conocía lo suficientemente bien al otro como para saber que estaba al límite de su paciencia y que iba a sacar a sus amigos a patadas de la casa en cualquier momento, aunque él mismo estaba confundido por las actitudes de la mujer.


Por su parte la argentina terminó por estallar en carcajadas. -Perdón, perdón, mi error, olvide que para los japoneses los abrazos y besos son cosas de pareja. - Comentó alegremente. -Solo lo estaba saludando, no lo he visto en dos años, en mi país es común abrazar y besar la mejilla de tus amigos, de hecho de cualquier persona, es de buena educación digamos o algo muy común saludar a la gente así, por eso también lo hice con ustedes para presentarme, perdón si los incomodé de alguna forma.


-Eres una estúpida. - Comentó Bakugo mirándola de reojo mientras se dejaba caer en su lugar del sofá.


-Ah, ya entiendo, había escuchado que los latinos son más afectivos. - Comentó Zero con gesto pensativo.


Kirishima se permitió suspirar con alivio ante la aclaración del asunto, por un segundo su mente se había nublado de preguntas, dudas y desconcierto al ver la escena que Bakugo y ella habían protagonizado. -Ah, ya veo ¿Por eso también lo llamas por su nombre de pila? ¿Es lo normal allá?


-Pues, si, Eijiro, es lo normal.- Contestó ella un tanto nerviosa. -Perdón, Kirishima... Mierda... - Murmuró notando su error, acababa de recordar que encima los japoneses consideraban realmente íntimo el llamar a alguien por su nombre, y ella de despistada o tonta se había tomado toda la confianza de llamar a Red Riot por su nombre.


Riendo Kirishima negó con su cabeza. -No te preocupes, Nerea-san, puede llamarme Eijiro no me molesta, tome asiento, póngase cómoda ¿quiere tomar algo? El vuelo debió ser largo.


-Gracias, un poco de té estaría bien y si el viaje fue muy largo. - Admitió agotada. -Y el tránsito desde el aeropuerto fue.. ah.. ¿Un infierno? - Dijo lo ultimo en español, mirando a Bakugo como esperando que él tradujera esa parte porque no recordaba cómo decirlo en japonés.


-Perfecto, asique el tránsito es una puta mierda, en un rato tenemos que in trabajar, rayos.- Se quejó molesto el rubio.


-Nerea ¿Cómo fue que terminaste siendo amiga de Bakugo- Preguntó curiosa Mina.


-Pues estuvimos trabajando juntos mientras él estuvo en Argentina, asique tuvimos que aprender a soportarnos y terminamos siendo amigos. - Contestó ella alegremente.


-No te creas tan importante, Ripper.- Interrumpió Ground Zero. -Solo resultaste ser un extra no tan inútil.


-Oh, gracias por su aprobación, oh gran héroe Ground Zero. - Se mofó ella divertida mirándolo de reojo para luego rodar los ojos, causando la risa de los demás para fastidio del otro.


La tarde pasó así entre risas hasta que los invitados se despidieron pues cada uno tenía que cumnplir con su deber en su respectiva agencia y Kirishima fue el encargado de guiar a la latina a su cuarto, ofreciéndose siempre caballeroso a llevar sus valijas hasta el cuarto de invitados y explicando brevemente algunas cosas de la casa antes de partir junto a Bakugo, esa noche les tocaba patrullar juntos.


Una vez sola en el lugar, la mujer decidió tomar una ducha y luego se tomó su tiempo para guardar sus prendas en el pequeño armario que tenía la habitación que iba a ocupar por un par de días, dejándose finalmente caer totalmente agotada en la cama y tomando su celular para contestarle a sus pocos amigos, informándoles que ya estaba instalada y que todo en el viaje había salido bien ignorando deliberadamente que en uno de sus chat de contacto saltaba la notificación de que tenía más de veinte mensajes no leídos.


Miró el nombre por varios minutos y luego resopló, negándose a dejarse llevar y leer esos estúpidos textos, negándose a volver a llorar y bloqueó la pantalla de su teléfono, dejándolo sobre su mesa de luz.


No era momento de ser débil, estaba ahí porque esperaba conseguir un prometedor puesto de trabajo en una buena agencia de Pro heros, si las cosas salían bien su vida podía cambiar y estar en un nuevo lugar sonaba bien, de todos modos siempre habían sido parte de sus sueños el vivir en otro país, desempeñarse laboralmente en otros lugares, ahora podía hacerlo, no iba a permitirse dudar.


Con esa idea en mente sintió sus párpados pesados cerrarse y no se resistió a ello, necesitaba dormir, sus compañeros de piso llegarían en la madrugada con suerte asique debía descansar, luego tendría tiempo de conversar un poco con Katsuki y Eijiro, sería divertido vivir con ellos dos por un tiempo.


-.-.-.-.-.- Continuará. -

Notas finales:

Notas finales de Sioa: HOLAAAAAAA ¡VOLVÍ CON UN NUEVO PROYECTO COMO LA IRRESPONSABLE QUE SOY! ¡

Bueno, qué decir, la cuarentena me está afectando ya estoy harta de limpiar sobre lo limpio y de leer y de todo, una amiga me pidió que le regalara un fic y aquí está, no será muy largo quizás unos cuatro capítulos... espero

Tengo otros fics que actualizar pero no podía sacarme esta historia de la cabeza y pues ya que ella me pidió un Kiribaku/Bakukiri pensé ¿Por qué no escribirla y al diablo? De todos modos mis otros fics están al día (Casi..)

Es el primer fic que hago de Boku No Hero Acadamia, espero que los personajes no me queden muy OOC, realmente espero que no.

Lo único que tengo que aclararles y que es importante es que Nerea Herrera es un personaje de mi autoría, poco a poco voy a ir revelando información sobre ella y cómo fue que terminó siendo amiga de Bakugo, todo será explicado muy pronto. Espero que este fic les haya atraído lo suficiente como para acompañarme a lo largo de él y en caso de que les guste les pido que dejen un voto, parece que no pero les juro que eso ayuda mucho además de que me encantaría leer sus comentarios, siempre los contesto, o al menos eso intento.

Desde ya, muchas gracias por haberse tomado la molestia de leer.

Sioa Shun Uchiha-san. 

 


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